Partida Rol por web

- Yo he oído que se debe a lo primero, porque a veces resulta demasiado fácil hacer huir a esas bestias - rió guturalmente -. Basta con matar al más grande.

Después de aquello, escuchó atentamente tu explicación sobre los lagartos de fuego, sonriendo de lado de forma más que satisfactoria.

- Suena sumamente bien - dijo animado - aunque tal vez no puedan compararse con las bestias de Fenris, como el lobo fenrisiano. ¿Alguna vez has visto alguno? Son casi del tamaño de un Rhino, y he llegado a ver algunos todavía más grandes que eso. Por no hablar de sus dientes y garras... Eso son fieras, muchacho.

Daba la impresión de que le gustaba hablar con alguien que entendía lo que suponía cazar a algunas de las criaturas más peligrosas de la galaxia.

- La verdad maestro es que al único de los especímenes de Fenris que he visto es el que acompaña a mi hermano de escuadra Magni. Había oído hablar de ellos pero nunca les había visto y mucho menos esperaba que fueran tan grandes como un tanque de batalla.

Pienso que al fin y al cabo nuestros capítulos, son hermanos no solo por la supuesta hermandad de nuestros Primarcas sino por el nacimiento en lugares inhóspitos que hacen que tengamos que esforzarnos cada día por mejorar nuestras aptitudes para no morir.

- Supongo que cazar a esas grandes bestias es parte de los ritos vuestra iniciación, al igual que nosotros hemos de seguir y conseguir las capas de dracos de fuego para demostrar nuestra valía. 

- Y sólo son así de grandes para poder cazar a otras bestias aún más grandes que habitan en Fenris, muchacho - puntualizó el viejo Lobo, con una amplia sonrisa -. El joven Magni es afortunado: no es nada fácil llegar a tener un lobo de Fenris como compañero. Eso sí, no existe camarada animal más fiel y más feroz.

Tras tomarse un momento para revisar que todo a su alrededor seguía en correcto orden, habló de nuevo:

- Es agradable encontrarse con alguien que, aparte de haber estudiado las máquinas, sabe lo que supone sobrevivir cazando salvajes criaturas - giró la cabeza haciendo crujir ruidosamente su cuello -. Preséntate aquí de vuelta en 12 horas a no ser que tu Capitán o alguien te convoque para otra cosa. Irás comprobando las diversas armas y vehículos que aquí tenemos que vayan a salir en breve, preparando sus Espíritus Máquina para la lucha. Puedes irte, chico.

- Gracias por la conversación Maestro de la Forja y por enseñarme la armería. Me inclino con una reverencia. - Si nada me lo impide me encontraré aquí a las 12, esta vez con mi armadura para poder servir a pleno rendimiento a mis deberes.

Intento buscar al servidor que me trajo hasta esta  sala, de no encontrarlo intento hacer el camino de regreso a mis aposentos por mi propia cuenta y riesgo.