Partida Rol por web

El camino fue algo largo, cosa muy normal debido al hecho de que la Fortaleza era grande. Indudablemente no era la más grande que las fuerzas del Imperio tenían por la galaxia, pero aún así tenía un tamaño considerable. Casi os llevó una hora de reloj llegar a dónde os dirigíais. Al hacerlo, vistes que estabaís delante de una puerta custodiada por dos Marines Espaciales.

Lo que les hacía particulares era el hecho de que llevaban unos tabardos morados de aspecto formal y de un diseño simple pero elaborado. Sin embargo, destacaban muchísimo más, por un lado, las armas que portaban, ambas armas de energía de una excelente calidad; y, por otro, un extraño artefacto, de aspecto cuidado y, a la vez misterioso, unido a la muñeca del brazo derecho de su servoarmadura.

El Epistolario se acercó, asintiendo despacio y solemne. Tras reconocerle ambos Hermanos, uno de ellos acercó la muñeca a la puerta y la paso por el cerrojo, tras pulsar una serie de botones, haciendo que la puerta comenzara a abrirse. Axineton pasó, esperando que le siguieras, diciendo una vez que estuvieron dentro:

- Esto es lo que se conoce como las Catacumbas. El equivalente a Librarium que podría existir en nuestros Capítulos natales se halla en parte en el primer nivel de las mismas, en parte en tratamiento y estudio allá dónde es necesario.

Frente a vosotros se abrían dos o tres corredores muy estrechos, todos con papeles, libros o pergaminos a los lados, apelotonados en estanterías.

Tras la larga caminata, durante la cual a Matheus le había dado tiempo de recordar sus misiones pasadas y pensar en su futuro como blibliotecario de ésta nueva unidad, llegaron a unas puertas custodiadas por sendos marines con unos extraños y arcanos artefactos en las muñecas de uno de sus brazos. 

No reconoció qué eran, pero la función, a priori, parecía clara....permitir la entrada a ése lugar...o sellarlo para siempre. Supuso que también tendrían alguna forma de activar alguna alarma o alguna defensa en éstos momentos invisible. Pobre del que se acercara allí con malas intenciones. 

"Las Catacumbas..." susurró al entrar detrás del epistolario, mirando con admiración reverencial el lugar. Tenía que ser enorme para estar en un sitio tan apartado...enorme......y seguramente debía guardar mucho más de lo que aparentaba a primera vista..."Hermano....y si en el primer nivel está lo que normalmente encontraríamos en un Librarium......¿qué hay en el resto de niveles?" la pregunta se caía por su propio peso...y Matheus era curioso por naturaleza.

Tras haber dejado que pudieras ver lo que ante ti se abría, escuchço tu pregunta y comenzó a responder con gran solemnidad y seriedad.

- En los niveles inferiores están guardados secretos diversos: Artefactos, textos, información y cosas así sobre xenos conocidos y desconocidos e, incluso, de otros enemigos diferentes. El acceso está mucho más restringido y sólo se le permite a aquellos que tengan permiso para estudiar algo que haya allí abajo.

La explicación podía dejar algunas preguntas más, pero al menos era bastante completa, en términos esquemáticos.

Tras escuchar al Epistolario, Matheus quedó pensativo unos instantes....."Entiendo Hermano. Pero supongo que me habéis traído hasta aquí con algo en mente. ¿Queréis enseñarme algo en concreto....mostrarme algún tipo de conocimiento o artefacto que deseéis que conozca o que creáis que puede ser de ayuda en mi misión aquí?" realmente abrigaba la esperanza de que fuera así, pero si no lo era....

"Si no es así, Epistolario Axineton, solicito permiso para poder investigar durante mis ratos libres éste lugar, y me gustaría saber hasta qué nivel tengo acceso, no quiero quebrantar ninguna norma....y, obviamente, si necesitáis mi ayuda para cualquier tarea, con gusto la ofrezco." dijo, tras sopesar la posible respuesta que su ahora superior podría darle. Tanto si era una cosa como otra, él quería asegurarse de poder pisar aquella fuente de conocimientos....habría tanto que no conocía y que podría ayudarle en sus misiones.....tanto saber junto....

Axineton parecía satisfecho con tus palabras y se tomó un momento antes de responderte.

- Por ahora no necesito que veaís nada, Hermano. Sólo quería mostraros este lugar y guiaros hasta el mismo para que lo conocieraís - te explicó -. Podeís venir aquí a investigar cuando lo considereís oportuno. Sin embargo, sin permiso no se tiene acceso a muchos niveles, así que tendreís que solicitarlo si quereís acceder a niveles inferiores. Puede que incluso necesiteís permiso para acceder a algunos de los archivos que se guardan en este nivel, debido a los secretos que contengan. En cualquier caso, podeís consultarlo conmigo u otro de los Epistolarios que haya disponibles. A no ser que sea necesario un permiso de mayor rango.

Matheus alzó una ceja ante la respuesta del Epistolario...."¿Y qué acabo de hacer? ¿Qué parte de "solicito permiso" no ha entendido éste hombre?" pensó al escuchar a Axineton...no dijo nada, pues le debía un respeto, pero ahora mismo, el Epistolario acababa de bajar un punto en su escala......

A modo de tentativa, aventuró..."Ajá...comprendo....esto quiere decir que no se proporcionan permisos físicos, como una identificación, llave o algo parecido, ¿cierto? Entiendo que cuando quiera investigar algo, tendré que solicitar permiso en el mismo momento al Epistolario presente y que la "cosa a estudiar" me será "prestada" si se considera oportuno....¿cierto?" En verdad era diferente aquel sitio de donde él venía....donde, si te daban "acceso" a una zona, llevabas la identificación correspondiente y nadie te hacía preguntas....Esto de tener que pedir permiso para todo era nuevo para él, pero se acostumbraría....nuevo lugar, nuevas reglas.

"La fortaleza es inmensa, hermano. Inmensa y misteriosa....supongo que aún habrán muchas cosas que podáis enseñarme...y como bibliotecario, mi deber es conocerlas todas....¿cierto?" dijo con convencimiento..."¿Qué mejor manera de aconsejar a los líderes de misión y de servir a nuestro amado Emperador, que conociendo todas y cada una de las virtudes de las que disponemos?" 

- Eso es en parte lo que sucede, Hermano - te explicó -. Aquí hay muchos secretos, algunos de ellos tan terribles que podrían amenazar a toda la humanidad o aniquilar la mente del hombre corriente que posara sus ojos sobre alguno de los mismos. Sin embargo, ya teneís la autorización para acceder a la mayor parte de este nivel cuando os plazca. Vuestro Capitán y yo nos hemos ocupado de eso anteriormente.

Escuchó lo que le decías, asintiendo con comprensión.

- Sabias palabras - miró a uno de los servidores y le llamó con un gesto, diciéndole -. Guiad al Hermano Matheus por las zonas autorizadas de la Fortaleza - el Epistolario se volvió hacia ti de nuevo -. Yo tengo que regresar a mis deberes. Si me necesitaís para cualquier cosa, no dudeís en tratar de localizarme.

Matheus asintió e hizo una pequeña reverencia, con las manos en la posición del Aquila. "De acuerdo pues, hermano. Que el Emperador os proteja." 

Girándose, siguió al servidor por los enormes y oscuros pasillos de la fortaleza, deseando poder volver al lugar del que acababa de salir, pues incontables secretos permanecían allí esperando a ser descubiertos, y él ardía en deseos de conocerlos todos.....

Sus pasos resonaban tras aquel ser, que, sin voluntad, sin mente y sin posibilidad de elección propia, guiaba a Matheus por la fortaleza....