Partida Rol por web

El Patrón Oscuro

Prólogo: Este será uno de los deberes más sagrados de vuestras vidas.

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16/10/2013, 03:23
Hermano Marcus

Al parecer, las visiones de ambos Tecnosacerdotes no es tan similar con uno esperaría, pero lo importante es que no parece acarrearle al Hermano Pyriel más inconvenientes. Me alegro por ello y me mantengo a la espera de que el Capitán de la Vigilia Mathias termine de hablar con el Maestro de la Forja para que así nos siga mostrando lo que queda de la Fortaleza, que parece ser un lugar mucho más enorme e imponente de lo esperado.

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21/10/2013, 15:59
Hermano Matheus

Al oír al Maestro de la Forja, asentí imperceptiblemente, al parecer, en tácito acuerdo con algo de lo mencionado por él, pero no estaba claro exactamente el qué. 

Esperé pacientemente a que el Hermano Capitán terminara de hablar con el Maestro y cuando salió, le seguí tras el resto de mis nuevos Hermanos de Batalla. Había descubierto algunas cosas allí, en ése sitio, pero debía observarlos con más detenimiento y seguir averiguando aspectos de su personalidad, aspectos que luego me serían útiles en mitad del campo de batalla....

 

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22/10/2013, 09:47
Capitán de Vigilia Mathias

Mathias regresó con ellos en cuanto terminó de hablar con Greyweaver. Esta vez no les pidió que le siguieran, sino que directamente se puso en marcha sabiendo que le seguiriais. De nuevo caminasteis por la fortaleza, dandoos a todo la sensación de que ibaís hacia el interior de la misma, hacia su centro. Y, efectivamente, así era, pues vuestro último destino en aquella visita era, quizás, el más importante y misterioso de todos.

Cuando llegasteís, visteís sólo una puerta. Una enorme puerta que todos, con un simple vistazo, comprendisteís que no podría ser dañada con armas que ningún soldado a pie pudiera portar. Incluso la potencia de fuego de un Vindicator sería seguramente insuficiente. Dicha puerta la veíais sellada, emitiendo un muy leve, pero característico, zumbido que todos conocíais de haberlo sentido en otros lugares: escudos de vacío. La puerta estaba hecha de adamantino no parecía ser fina precisamente.

Grabados en la puerta había varias cosas: para empezar, los símbolos de la Deathwatch. En el centro se encontraba, en un considerable tamaño, la antigua runa terrana "Omega", rodeando la imagen del Emperador estrangulando una serpiente. Y, en la parte superior de la puerta, en Alto Gótico, podíais ver grabadas las siguientes palabras:

"Y La Última Fortaleza Es La Verdad"

- Ésta es la Bóveda Omega - dijo el capitán con solemnidad -. El corazón de Erioch. Lleva aquí el mismo tiempo que toda la Fortaleza. Nadie puede abrirla, ella misma lo hace cuando considera que es necesario para nosotros, otorgándonos algo que pudiésemos necesitar para llevar a cabo nuestra sagrada misión. ¿Cómo lo hace? No lo sabemos ni es necesario - se puso frente a ellos, firme entre los novicios y la puerta -. Todo lo que teneís que tener claro es su importancia y esas palabras que hay sobre ella. Es tradición aquí que todos los recién llegados reciten de nuevo su voto de Vigilia frente a esta puerta y estas palabras. Así pues, hermanos... - cruzó sus manos ceremonialmente, bajando la cabeza, dejandoos recitar el voto.

Notas de juego

Realmente no hay ningún voto escrito en ninguna parte de los libros, así que pueden quedar más libres a la interpretación de cada uno. Podeís escribirlo o podeís simplemente mencionar que lo recitaís, la elección es vuestra. Eso sí, recordad todos que, en principio, esta es una Vigilia temporal. Ninguno ha hecho el voto de la Vigilia Permanente... por ahora.

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22/10/2013, 15:52
Hermano Matheus

Cuando el Capitán de Vigilia Mathias se paró enfrente de la enorme puerta, mi pulso comenzó a acelerarse, casi no presté atención a sus palabras, aunque desde luego que quedaron registradas en mi cerebro y luego las repasaría mentalmente por si podía extraer algo más de información de ellas, pero mi atención estaba puesta única y exclusivamente en la puerta. 

Esa puerta tan poderosa me llamaba, era como un canto de sirena en mi interior, que poco a poco me obligaba a acercarme a ella. Notaba la fuerza de la energía que crepitaba alrededor de ella, las fuerzas místicas que confluían en el lugar y que hacían de éste sitio el más seguro y peligroso de la fortaleza a la vez. ¿Qué misterios guardaba en su interior? ¿Qué terrible amenaza impedía salir? Podría ser cualquier cosa, y no estaba seguro de querer averiguarlo....hay veces que el conocimiento....mata. Tragué saliva al contemplar la magnificencia de dicha construcción hecha por los hijos del Emperador, nosotros, sus humildes siervos.

Adelantándome a mis Hermanos de Batalla, dí un paso adelante, firme, puesto que ya me había enfrentado a cosas peores, dando un golpe con mi báculo en el suelo y retirándome la capucha hacia atrás, dejando mi cabeza al descubierto. Comencé a recitar mi voto con una voz profunda y candenciosa: 

"Mientras mis Hermanos de Batalla de la Deathwatch me necesiten, 

Para mí no habrá ya un sol, 

Para mí no habrá ya muerte, 

Para mí no habrá ya dolor, 

Para mí no habrá ya calor, 

Ni sed, ni hambre ni lluvia ni frío, 

Ni aire, ni enfermedades que me detengan, 

Mi única familia serán mis Hermanos de Batalla de la Deathwach, 

Nada podrá atemorizarme, 

porque todo ha concluido para mí excepto una cosa, 

el cumplimiento del deber en el puesto que se me designe, 

aquí quedaré por la defensa del Imperio y su Sacrosanto representante, único y verdadero, El Emperador de la humanidad.

¿Juras cumplir con el mandato de Él y morir en defensa de sus ideales? 

¡EHÚ! ¡SÍ!

Siento como si hubiera dado comienzo a un ritual, y creo que es lo correcto. ¿Quién mejor que un bibliotecario para hacerlo? Creo notar un tenue lazo de unión psíquica que surge entre nosotros......Dando un paso atrás, espero en respetuoso silencio a que mis hermanos pronuncien sus Votos de Vigilia...los votos que definitivamente nos unirán como Hermanos de la Deathwatch. 

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22/10/2013, 20:09
Hermano Bethor

Bethor acompañó al grupo aún en silencio, pensando en lo que había conseguido escuchar y pensando en que parecía no haber un código en concreto para cada circustancia.

-Los pequeños conflictos son los que terminan en la desunión y división -pensó mientras caminaba cada vez más hacia abajo. 

Cuando caminaban hasta el interior de la Fortaleza y llegaron a esa puerta le recordó en parte a las historias sobre la fortaleza de la Orden original, cuando Caliban aún existía. El camino de la espiral...

Y La Última Fortaleza Es La Verdad 

Leyó esa inscripción y una ligera sonrisa, apenas perceptible, apareció en su rostro, como si hubiera escuchado un chiste solo entendible por él.

Cuando comenzó a hablar el Capitán se quedó cayado e inmóvil, como la estatua que intentaba y aparentaba ser, solo se movió para poner ambas manos en el pecho, con las manos hacia él, formando la señal del aquila e inclinó la cabeza ligeramente mientras el Hermano Matheus hacía su juramento. Un juramento largo y conciso. Cuando terminó, Bethor dio un paso adelante.

Juro cumplir con mi deber e ir más allá,

todo lo que se espere de mí será lo mínimo que realizaré.

Xenos o traidores, 

Herejes o Adoradores de los Poderes Ruinosos,

nada de eso dejaré con vida,

pues ellos eligieron su senda,

y su senda les llevará a la muerte,

la muerte en mis manos y las de mis hermanos.

Este es mi juramento ante estas puertas,

este es mi juramento ante mis hermanos,

este es mi juramento ante mis superiores,

este es mi juramento ante el Emperador.

Siempre vigilante y atento,

no permitiré la vida de ningún enemigo del Imperio.

Tras eso hizo una reverencia hacia las puertas como si allí estuviera el mismísimo León y volvió a su sitio entre sus hermanos.

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22/10/2013, 23:42
Hermano Marcus

Sigo al Capitán de la Vigilia Mathias a través de los pasillos de la Fortaleza Erioch, recorriendo muros ancestrales que vigilan este sector desde tiempos inmemoriales. La Deathwatch ha vigilado el ataque de las fuerzas Xenos en este segmento, deteniendo su avance y manteniéndose siempre atentos. Esta es la institución a la que deseo pertenecer, luchando en primera línea para acabar con los Xenos en nombre del Imperium.

Cuando llegamos a las puertas de adamantino, leo las inscripciones que descansan sobre ella y veo la grandeza de aquellas estructuras, mostrándonos lo débiles que somos ante los poderes desconocidos del Emperador y los misterios que se esconden en la santidad de este templo.

Escucho las palabras del Capitán y asiento a ellas. Escucho el juramento de quienes podrían ser mis Hermanos de Batalla y, con el puño derecho sobre el corazón, comienzo a decir en voz alta mis palabras:

 - "Mis armas, mis actos y mi cuerpo pongo a vuestro servicio,

      Mis palabras, mis pensamientos y mi credo entrego completamente,

      Mi sentir, mi alma y mi corazón pongo a disposición de mis superiores.

      En cada uno de mis actos y en cada momento de mi vida mi deber cumpliré.

      Abandono ahora cualquier creencia previa y cualquier compromiso anterior,

      pues completamente sirvo al Emperador y a la gloria del Imperium.

      Honro mis votos con devoción absoluta y mi orgullo con desinteresada entrega,

      sirviendo al propósito de la Deathwatch y de quienes velamos por la Humanidad.

      Hoy nazco otra vez para luchar hasta el día en que me liberen de mi servicio,

      mis superiores, el Emperador o la muerte misma.

      Hoy comienza mi vigilia."

Mis palabras orgullosas resuenan por los pasillos que comunican esta sagrada puerta con el resto de la fortaleza. Me mantengo erguido, honrado de tener el privilegio de entregar mi vida a la causa más elevada en la guerra que mantiene el Imperium contra el enemigo exterior... el odiado xeno.

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23/10/2013, 08:19
Hermano Wilhelm

El apotecario siguió los pasos del capitán y de sus hermanos por los intrincados pasajes de Erioch. Contrariamente a lo que esperaba este deambular no les llevó hasta el Apotecarion, sino hasta un lugar de una relevancia muy superior. Contaba con que la Deathwatch tuviera armerías y reliquias de sus grandes héroes anónimos, pero jamás habría soñado algo como lo que tenía ante él. 

La invitación al juramento le llenó de orgullo una vez más, recordándole el momento en el que tomó sus primeros votos como Templario. Parecía que sus compañeros improvisaban, según lo que les dictase su conciencia, por lo que Wilhelm esperó pacientemente a que llegase su turno. Con reverencia clavó una rodilla en el suelo y cruzó las manos sobre su pecho realizando el saludo del Aquila. Jurando de esta forma por todo lo que era Sagrado.

-La oscuridad nos rodea y mi Guardia empieza, somos el escudo que defiende los mundos del Imperio. 

No permitiremos que los impuros vivan. Mantendremos el Honor del Emperador en todos nuestros actos.

Jamás renunciaremos un desafío ni los enemigos del Hombre verán nuestra espalda.

Seré fiel a mis hermanos y lucharé mientras quede un hálito de vida en mi.

No conoceré el miedo, pero oh Trono de Terra, los enemigos del Imperio lo harán.

Nuestra vida ya no es nuestra pues sólo en la muerte finaliza el deber.

Con ruido de servos volvió a levantarse, orgulloso, como miembro de pleno derecho de la DeathWatch. Reminiscencias de su Capítulo en su juramento, pero mucho más. Era una auténtica declaración de intenciones. Su Juramento estaba hecho y ahora se dedicaría en cuerpo y mente a la Deathwatch hasta que fuera reclamado de nuevo.

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23/10/2013, 17:38
Hermano Pyriel

El Capitán de Vigilia Mathias nos guía por los pasillos de la fortaleza llegando al último de los hitos de nuestro viaje antes de transformarnos en un verdadero hermano Deathwach. Como el mismo nos dice estas puertas ante las que estamos son uno de los lugares "sagrados" de la fortaleza, es lógico que sea en este y no en otro lugar donde se nos pida declarar nuestro juramento.

Es un juramento no solo a nuestros hermanos de capítulo, es un juramento a hermanos de otros capítulos ante la luz del Sagrado Emperador. Ante las puertas me pongo firme antes de iniciar juramento, cada uno de mis nuevos hermanos lo va haciendo todos diferentes pero todos iguales al fin y al cabo.

"Hoy me uno al Deathwach, para proteger a la humanidad

Del impuro, del hereje y del Xeno

Llevando la luz del Emperador a las estrellas,

allí donde la oscuridad reina.

Juro no fallar a ese deber hasta que el relevo

o la muerte me encuentren".

Una vez terminado esto me fijo en las inscripciones que corren a lo largo de las puertas.

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23/10/2013, 22:04
Hermano Palan

Esperando su turno tras sus hermanos de batalla, Palan estaba a punto de realizar aquello que había deseado desde el primer instante que entró tras los muros de Erioch. Continuar el legado de sus hermanos de capítulo, era el gran honor que estaba deseando y este era el momento. 

Arrodillando ante la puerta de la bóveda Omega, Palan inicia su juramento:

 

Como aquellos de los que procede la estirpe,

Como aquellos que no descansan tras la tormenta,

Como aquellos cuya sangre honran estos muros,

Juro con mi vida y con mi sangre que mi familia serán mis hermanos,

El Emperador será mi único y verdadero padre,

Y la DeathWatch la mano de hierro contra los impíos.  

 

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25/10/2013, 22:19
Hermano Magni

La vuelta del capitán junto al grupo solo me indica una cosa. Seguiremos adelante. Aprieto los dientes, mientras inclino ligeramente la cabeza hasta hacer chascar uno de los huesos del cuello, inquieto por estar quieto tanto tiempo. En cuanto el Capitán da el primer paso para comenzar a movernos, no puedo evitar agradecer el gesto de forma mental.

El andar por la fortaleza me resulta extraño, y familiar a partes iguales. Hay lugares en los que tengo las sensación haber estado ya. Como si formaran parte de mi propio hogar desde hace años. Otros, en cambio, me son tan desconocidos que ni los reconozco en cuanto los veo. Pero de algo si estoy seguro, y no tardo en orientarme: Nos dirigimos hacia al centro de la fortaleza.

A cada paso, tengo la sensación de que algo inmenso y poderoso se situara ante nosotros, y tras atravesar la ultima puerta, mi esperanza y suposición no me falla. Ante nosotros, aquella puerta, tan sencilla, tan grande, tan poderosa. Siento la necesidad de tocarla, de verla de cerca, de estudiarla. La curiosidad me llama, me pide acercarme, pero lo único que puedo hacer es permanecer de pie, admirando aquella obra. El emperador, aquel que derroto a Leman, el más poderoso, estrangulando al mismo mal con sus manos. Solo puedo sentir honor y respeto al estar ante tal lugar.

Mi mirada accidente por la puerta hasta descubrir aquel mensaje. La Última Fortaleza es la Verdad. Debería reflexionar sobre aquellas palabras, que no me permitieron apartar la vista de ellas hasta pasado varios segundos. Exactamente, hasta que el Capitán comenzó a hablar. A pesar de mirarlo de reojo, serio, durante unos segundos, mi vista volvió hacia aquella puerta. Aquel símbolo de poder que escondía el misterio y de alguna manera, el futuro de los presentes. Escuchaba al capitán hablar, prestando atención a mi entorno, tanto como a aquella puerta.

No fue hasta que acabó su discurso, que centre mi atención en el capitán, momento en el que nos invitaba a hacer nuestros votos, nuestros juramentos. Como era natural, el Bibliotecario fue quien comenzó. Luego vino el Ángel Oscuro, el Ultramarine, el Templario, la Salamandra y el Puño Carmesí. No pude evitar escucharlos, estudiarlos, analizarlos.

Sobretodo estudiarlos. Los juramentos decían mas de cada uno de nosotros más de lo que nos gustaría reconocer. Un reflejo de donde veníamos, de nuestra seña de identidad. Me resultaba irónico que cada uno tuviera un juramento tan diferente, tan variopinto y que a la vez.. todos dijeran lo mismo.

Todos formaríamos ahora parte de la misma manada.

Cuando solo quede yo por realizar mi juramento, avance, clavando la rodilla en el suelo, cerrando los puños y apoyando estos en el suelo, mientras agachaba la cabeza, ante la gran puerta.

Juro proteger al Imperio de las más oscuras amenazas

Juro ser la espada que destruya a nuestros enemigos

Juro ser el escudo que proteja a los puros de corazón

Juro buscar a las amenazas del hombre

y destruirlas allá donde se encuentren

sean lo que sean

aunque me cueste mi propia vida

Juro mantener el silencio y el secreto

Juro honrar a mis hermanos,

en mis palabras,

en mis actos

y en mi memoria.

Juro pertenecer a la Deathwatch y encarnar la muerte que persigue a los enemigos del Imperio.

Escuchad todos mi juramento.

Sed testigos de él.

Lentamente, me pongo en pie, con los ojos clavados en aquella puerta, y tras unos segundos, observando aquella puerta, me di la vuelta para volver junto a mis compañeros. Junto a mis nuevos hermanos.

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26/10/2013, 19:19
Capitán de Vigilia Mathias

Pacientemente, y prestándoles su total atención a cada uno de ellos a medida que llegaba su turno, el Capitán de Vigilia Mathias escuchó el juramento que cada uno de los nuevos miembros de la Deathwatch hizo ante las puertas de la Bóveda Omega. Cómo cada uno de ellos lo hacía a su manera, pero tomándoselo con una seriedad total. Sabiendo lo importante que iba a ser su labor, lo dura que iba a ser la tarea.

Había lealtad y confianza en sus corazones.

- Sed totalmente bienvenidos a la Deathwatch, hermanos. A partir de ahora os embarcaís en el deber más sagrado y peligroso que un Adeptus Astartes puede realizar - dijo con solemnidad -. Mañana no sólo proseguireís con vuestras prácticas y entrenamientos como considereís oportuno, sino que también tendreís deberes que atender. Ahora podeís regresar a vuestras celdas - unos servidores aparecieron -. Ellos os ayudarán a llegar a las mismas.

Con estas palabras se despidió el Hijo de Medusa, poniéndose el mismo en camino hacia vete tú a saber que parte de la fortaleza.

La Vigilia había comenzado.

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28/10/2013, 08:22
Hermano Wilhelm

Wilhelm asistió al resto de juramentos en actitud respetuosa, sinceramente impresionado por la devoción de los que serían sus hermanos. Cuando el Capitán de Vigilia se despidió dándoles instrucciones sobre cómo llegar a sus aposentos el apotecario entendió que las tareas del día en la DeathWatch habían terminado.

-Hermanos-se despidió con la señal del aquila-mañana nos encontraremos-Abandonó la sala siguiendo a uno de los servidores que había reaccionado a su movimiento.

Fue guiado sin tacha por la intrincada red de corredores de Erioch, iría memorizándolos de forma que pronto serían como su segunda casa. No pudo evitar sino maravillarse por la solidez del entorno de camino a su lugar designado. Como no podía ser de otra manera constaba únicamente de un catre espartano y unos pocos metros de espacio. Despidió al siervo con un gesto y comenzó con los rituales de su Capítulo.

Las letanías fluían fruto de la práctica mientras revisaba su equipo y comprobaba que todo estuviera en orden, listo para entrar en acción en cuestión de instantes. Una vez realizados se dejó llevar por la meditación en obras de héroes pasados. Comenzando por el Primer Gran Mariscal Sigismund hasta llegar al actual Gran Mariscal Helbretch recitó los nombres de todos hallando la paz mental y el consuelo en sus grandes servicios al Imperio. -El día siguiente no debería pasar sin realizar los ritos de entrenamiento...- con ese pensamiento y la vista en su baqueteada espada sierra se abandonó al descanso.

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28/10/2013, 18:33
Hermano Matheus

Conforme uno tras otro cada uno de los nuevos Hermanos de Batalla de Matheus iban jurando, él notó que el círculo psíquico que los unía se iba completando. Al final, con el juramento del Hermano Lobo, el mismo quedó cerrado. Asintiendo satisfecho, estaba hecho. Se relajó y siguió contemplando la puerta y sus inscripciones hasta que el Hermano Capitán de Vigilia Mathias les indicó ya eran miembros de total derecho de la Deathwatch y que podían regresar a sus celdas y a sus quehaceres diarios. El Capitán se marchó bajo la atenta mirada de los marines allí presentes. 

Viendo que el resto de sus Hermanos se disponían a retomar lo que fuera que estuvieran haciendo, dirigió una última mirada hacia las puertas y tras saludar al Hermano Wilhem que ya desaparecía por uno de los pasillos, hizo también el saludo del aquila despidiéndose del resto. Tras ponerse de nuevo su capucha, que mantenía su rostro en sombras y cogiendo con fuerza su cayado, desapareció por otro de los pasillos, andando detrás de uno de los servidores...."Toc...Toc...Toc...."*

Notas de juego

*= Sonido del cayado cuando lo apoyo en el suelo al andar....  :P 

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29/10/2013, 13:58
Hermano Pyriel

Una vez terminados los juramentos y habiendo sido dispensados del servicio hasta la mañana siguiente por el Capitán de Vigilia. Me despido de mis "nuevos" Hermanos.  - Hasta mañana Hermanos, si el Emperador quiere.Me dirijo a mis dependencias guiado por el servidor que nos ha sido asignado a cada uno.

Habría cosas que hacer al siguiente día, tenía que presentarme en las forjas para empezar con mi trabajo en las armas y armaduras del DeathWach. Sobretodo tenía que terminar de modificar los colores de mi propia armadura antes de que se nos convocara para una misión.

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29/10/2013, 21:57
Hermano Bethor

Bethor se había mantenido con la cabeza ligeramente inclinada y con las manos haciendo la señal del aquila en su pecho. Había prestado atención a cada palabra pronunciada, como si fuera un político que se fijara en cada palabra dicha para saber que no decían en realidad. Su cabeza encajaba esas piezas dentro de un rompecabezas que solo parecía poder ver él, y cuando terminaron de realizar los juramentos, alzó la cabeza de nuevo.

Observó como sus ahora hermanos de batalla se iban hacia sus habitaciones u otros lugares y no pudo evitar buscar con la mirada a algún servidor o alguien que le pudiera dar la información que necesitaba- Hasta mañana -se despidió de sus hermanos mientras se acercaba a uno de los servidores- ¿Podría indicarme o conducirme hacia el hangar o lugar donde guardan los vehículos? Me gustaría comprobar que mi vehículo personal ha llegado en perfecto estado.

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01/11/2013, 00:17
Hermano Marcus

Finalmente nuestro recorrido termina y la Fortaleza Erioch nos recibe como los nuevos miembros de la Deathwatch. Miro a los que serán mis hermanos y me enorgullezco de sus juramentos, palabras de honor pronunciadas desde el corazón para todos nosotros y los oídos del Emperador.

Luego es hora de retirarnos y me despido de todos ellos con un gesto de mi cabeza y palabras de mi boca:

 - "Ha sido un honor para mí conocerles, Hermanos. Nos volveremos a ver. Me retiro a descansar ahora. Hasta luego."

Acto seguido me retiro a mis aposentos, donde comienzo a rezarle al Dios-Emperador por mi futuro en esta gloriosa institución del Imperium y en mi sagrado deber como combatiente. Mi futuro inmediato será revelado cuando sea asignada mi próxima misión, deber que haré con valor y decisión completa.

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03/11/2013, 20:12
Hermano Palan

Palan siguiendo el camino de sus hermanos, se despide también de ellos esperando que el día siguiente despeje sus dudas sobre el día de hoy.

Seguro que el trabajo duro del día de mañana es revitalizante ...

Hasta mañana hermanos, que el emperador guíe su descanso.

Notas de juego

Bueno, hasta mi vuelta el día 11

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04/11/2013, 09:39
Hermano Magni

Las escuetas palabras del capitán nos indicaron que era momento de volver a la celda a descansar. Pero yo aun tenia cosas que hacer. Me gire hacia el grupo, asintiendo con la cabeza a modo de despedida, y aguarde a que la mayoría se marcharan, mirando a mi alrededor para dirigirme hacia las salas de entrenamiento. Lugar donde solía invertir mi tiempo.

Inicie la silenciosa marcha sin decir nada más. No necesitaba guía, llevaba el tiempo suficiente allí como para poder orientarme correctamente. Alejándose, por el pasillo, no pude evitar tener la sensación de que aquellos hermanos serian buenos compañeros de manada. Incluso, quizás, hasta el ángel oscuro. Aun tendría que demostrarlo, pero por ahora, tendría le beneficio de la duda.

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04/11/2013, 09:47
Director

Te conducen primero al hangar sin inconvenientes, dónde encuentras que tu moto personal está en perfecto estado, sólo sometida a los pequeños cambios pertinentes en adornos y pintura al haber entrado tú al servicio de la Deathwatch.

Tras hacer lo que creas oportuno, te conducen a tu celda para tu descanso.

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05/11/2013, 10:09
Hermano Bethor
Sólo para el director

Cuando Bethor llegó al hangar donde tenían su moto y se la mostraron se sintió extraño. No porque la hubieran cambiado de color, que seguía siendo igual de negra, sino porque la habían cambiado la garra alada empuñando la espada de la unidad de élite de la Ravenwing por el símbolo de la Deathwatch, algo que en parte no le gustó. ¿Si le dejaban llevar el símbolo de su Capitulo en la servoarmadura porque no en la moto?

Él sabía muy bien que no tendría fácil eso de dejar atrás a su capítulo, lo sabía perfectamente, por mucho que estuviera en la Deathwatch seguiría siendo un Ángel Oscuro, un hijo del León, eso no se lo cambiaría nadie. 

Paseó la mano por la moto mientras observaba que estuviera todo bien y con un asentimiento agradeció los cuidados que le estaban dando los adeptos a su querida máquina de combate, pero no pronunció nada más.

Se puso en camino hacia su celda personal, muy espartana y con pocas cosas, como había sido desde que era un crío en un templo del Emperador. Cuando entró observó su servoarmadura ya completamente pintada, aunque en realidad solo habían puesto ese brazo izquierdo de un tono plateado con diversos grabados y la "I" de la Inquisición. Le gustaba como quedaba la armadura y, sobretodo, porque ahí si seguía viéndose la espada alada en la hombrera derecha y en la rodillera derecha la garra alada que empuñaba la espada.

Hizo una reverencia ante la servoarmadura y se giró hacia un estante, donde había una única efigie pequeña del Emperador, la cual le había acompañado desde que era niño. Se arrodilló ante ella y se inclinó mientras la cogía con una mano. Él más que nadie sabía que El Emperador Protege, pero tenía más claro aún que protegía a los que cumplían su labor con él.

Y en esa situación comenzó los rezos de la tarde que solía hacer cuando era un niño.