Partida Rol por web

Tras conseguir conectar con el espíritu máquina de la consola y conseguir que bajo los designios del dios máquina me diera acceso, pude hacerme con los datos que componían la otra parte de nuestra misión.

- Hermanos, tengo los datos que nos habían pedido. Podemos continuar.

-Pues vayámonos ya, el tiempo sigue corriendo -dijo el Ángel Oscuro- Hermanos, volvamos en formación y a paso ligero. Aunque creo que hemos terminado con estos malditos xenos no vamos a bajar la guardia. En marcha -y esperó a que todos se pusieran en movimiento para volver al punto de inserción.

Nuestro Hermano de Batalla Tecnomarine ha recuperado los datos que necesitábamos para dar por completada esta misión de entrenamiento, por lo que debemos llegar a la salida.

Escucho las palabras de nuestro líder y asiento mientras me pongo en cabeza mientras empuño mi bólter pesado y avanzo con toda la rapidez que puedo, preparado para abrir fuego si alguna e esas mierdas de criatura se me pone delante. 

Una sonrisa se plasma en mi rostro a medida que avanzo pues ha sido una misión corta en tiempo pero larga en mi impresión. Siento como si hubiesen pasado años con nosotros dentro de estos pasillos y no puedo esperar para salir de una vez por todas.

Caminó Magni por la sala, observando cuanto hueco o rendija podía usar los xenos para ocultarse mientras el Tecnomarine extraía los datos. Todo estaba limpio, finalmente el enemigo se había retirado por el momento, y la misión había llegado a su final. Se tomó unos segundos para comprobar el estado de su armadura, ahora dañada por las garras de los impuros xenos, y acabó por darse la vuelta y mirar al Tecnomarine cuando afirmó que había terminado.

- Comprobaré el camino. - fue su respuesta cuando el Angel Oscuro mandó la retirada. Magni hizo mano de su bólter, avanzando hacia la vanguardia del grupo dispuesto a comprobar que el camino estuviera despejado. Aquella misión se le había hecho eterna, más acostumbrado a la acción sin parar de los asaltos de los Hijos de Russ.

Te sigo hermano - dijo Palan al Lobo Espacial siguiendo de cerca al marine de Fenris con tal de apoyarle al ir de avanzadilla. Gracias al Trono la misión llegaba a su termino, y por fin podrían dedicarse a cosas realmente importantes en su opinión que pasar pruebas de "fuerza".

El Hermano Bibliotecario abandonó su inspección psíquica sin ningún resultado, por lo que se concentró en centrarse en sus sentido más mundanos, vista, oído...pero todo parecía bajo control. De todas formas, un Astartes nunca bajaba la guardia, ni cuando dormía. Se mantuvo vigilante, espada y pistola bolter en mano, con la munición para exterminar a ésa escoria alienígena preparada para atravesar a cualquier escoria xeno que osara aparecer.

Poco tiempo después, el Hermano Pyriel informó del éxito de su tarea y el líder dio la orden de retirada en formación cerrada y a paso ligero. Matheus ocupó diligentemente su lugar al final de la fila, siguiendo con facilidad el paso de los demás mientras vigilaba la retaguardia, dispuesto a defender con su vida a sus Hermanos de Batalla, pues eso eran ahora, si el enemigo atacaba. Recordó por un instante, como si un fogonazo de una granada flash fuera, una imagen de su madre, muchos, muchos años ya atrás, inclinada sobre él contándole con suavidad adormecedora un cuento sobre una mamá pato vigilando a sus polluelos para llegar sanos y salvos a casa. Se sintió así por un momento.

Apartó la sensación y atesoró el recuerdo para más tarde, ahora tocaba concentrarse en finalizar la misión.

Siempre vigilante.