Partida Rol por web

Casi que lo más provechoso hubiera sido asaltar y robar la
nave, no hubiera sido demasiado difícil vistas las circunstancias, pero a veces
pecaba de ser excesivamente bondadoso, si, seguramente se trate de eso.

-Fuerzas de Seguridad de la Alianza- tomó la iniciativa
colocando la mano izquierda en la espalda de Eileen, separándose un poco de ella, no se sentía muy cómodo con la
cercanía de casi nadie, y es que los años habían hecho bastante mella en su
sensibilidad con según que asuntos – Aquí un nuevo pasajero de la Orpheus que
no sabe la clave para abrir la puerta de seguridad- ­ dio a su voz un cierto
deje de frustración, como si realmente le molestara no poder cumplir lo que le
habían ordenado – no estoy seguro de que quede algún miembro de la tripulación
a bordo, pero si me dan un par de minutos lo localizaré y procederemos a la
apertura de las puertas-

Dejó el cortex para dirigirse a la jovencita que tenía a su
lado, en voz baja, - busca a Cassia y
dile que venga enseguida- deseaba averiguar si la chica tenía novedades, o en
su defecto, saber que le había contado a los Feds durante el interrogatorio al
que decía que la habían sometido. Esto le hizo reflexionar unos momentos y
agarró a Eileen antes de que se
marchara a cumplir lo que le había pedido - ¿A ti te interrogaron también? –

Antes de recibir la respuesta de la niña, volvió a
comunicarse con el exterior

-¿Podrían decirme que es lo que ha sucedido exactamente? En
el mensaje no han dicho nada esclarecedor -

Stan a pesar de estar algo distraido pensando en como arreglar todo aquel desaguisado sin perder el honor ni la pensión de jubilación, ve como de reojo algo se acerca a él, pero el chico es tan rápido que no le da tiempo a reaccionar. Por muy poco. Stan piensa que se ha hecho viejo, que a pesar de toda su veterania, ver como un chavalín le pega un tiro y él ha estado casi a punto de verlo venir y esquivarlo, una pequeña posibilidad de esquivar, pero lo cierto es que el yo interior de Stan le responde claramente "Sí, te has hecho viejo, en otro tiempo ya le habrías tirado al suelo sin que le hubiera dado tiempo de disparar, es el precio por sobrevivir demasiado tiempo, Viejo". Ese es su último pensamiento fugaz cuando se cae contra la pared, con una bala metida en el pecho. Respira y boquea por el disparo recibido. Duele horriblemente y en lo único que puede pensar es que no volverá a ver su mujer ni a sus hijos.

Abre los ojos, algo vidriosos por las consecuencias del impacto. Aún no está muerto. Levanta su arma y apunta al chico que le acaba de disparar, Thornfinn.

-Tal vez sea viejo pero soy un hueso duro de roer, pequeño... Y aún no he muerto...- susurra, con una voz ronca, la de alguien que le cuesta respirar mucho. La mano le tiembla algo al principio, haciendo que la pistola parezca insegura, pero en cuanto Stan apreta el gatillo, su pulso deja de temblar.

Cassia al entrar en el puente de mando y empezar a rebuscar ve claramente que falta uno de los comunicadores, aunque desconoce quien se lo habrá llevado. De hecho, reza porque haya sido el idiota del capitán o quizás uno de los pilotos, sería lo más conveniente. También ve en la pantalla del cortex que los Feds están intentando entrar por la fuerza si no están dispuestos a abrir el hangar por las buenas.

Wladimir espera la respuesta de los Feds que están intentando entrar. El agente que está delante de la pantalla comunicadora tiene el semblante serio.

-No nos está permitido difundir ese tipo de información Señor, lo único que debe saber es que hay una evacuación urgente de todo el personal y habitantes de la skyplex. Los altos mandos han ordenado que todas las naves emplazadas en la estación deben colaborar en el traslado y transporte humanitario hacia los planetas más cercanos: Athens y Persephone, para que reciban la atención médica requerida- responde finalmente, de forma neutra y algo más educada.

Cassia ve la respuesta del agente fed desde el puente de mando, aunque no sabe a quien está respondiendo, aunque supone que el otro interlocutor muy probablemente sea Wladimir.

A su vez Eileen mira a Wladimir cuando éste le cuestiona acerca del interrogatorio de los Feds. La verdad es que nadie le había preguntado hasta ahora de ese tema. Le mira algo dudosa. Mete la mano en el bolsillo y saca una piruleta, con el envoltorio aún puesto. No le había dado tiempo a comersela al salir del cuartel. Cassia le había recomendado que se la guardara para después de cenar pero la verdad es que los caramelos de ese tipo son como la fruta fresca, un producto exótico en el lugar hacia donde van a ir y se la había guardado pensando que sería su pequeño tesoro.

-No, vino una señora muy elegante y amable y me preguntó donde estaba mi familia y yo le dije que viajaba con mis hermanos- se encogió de hombros- Y luego me dió una piruleta -sonríe satisfecha y feliz, mostrándole a Wladimir su gran tesoro oculto, la piruleta.

Algunas personas carecen de instinto de supervivencia, por lo que se veía este era el caso. Ni siquiera terminaba de entender la lógica de ignorar el analgésico que le había ofrecido para amenazar a Helena. Que diablos, si se trataba de curar la pierna, cualquier persona cuerda se daría cuenta de que ella era la última que podría ayudarle. Sin contar con que podría apostar que en aquel maletín no había nada ni remotamente parecido a medicamentos. Vamos, que no había que ser especialmente observador para darse cuenta que lo mejor era dejarla ir.

Parte de mi se resistía a dejar que le matara pero las cosas se complicaban más y más, especialmente cuando el otro tipo se puso detrás mio para usarme de cobertura. Menudo capullo, con eso sólo conseguiría que nos mataran a los dos, pero él acabaría bien muerto de todos modos. Respiré hondo mientras pensaba en cómo intentar calmar los ánimos. Pero considerando que el herido había decidido echarse sobre Helena y vomitar... Arrugué la nariz, todavía me tocaría limpiarle, lo veía. Claro que en el lado positivo, no sería necesario gastar medicamentos para quitarle la astilla aquella, porque parecía de los que prefería alcoholizarse hasta perder el sentido.

- ¡Basta! - dije mientras me quitaba de en medio - Esta pelea es estúpida y sólo atraeréis la atención de los fascistas de los feds. - parecía mentira que tuviera que recalcar lo evidente - Si lo que quieres es que te quiten la puta astilla, hay paramédicos de verdad cerca de la Orpheus - no consideré que estuviera "delatando" el disfraz de Helena porque sus dos pistolas lo habían hecho con mucha más eficacia - O si eres tan neurótico de no poder aguantar hasta entonces, puedes jugartela conmigo.

Les miré desafiante, aunque estaba casi segura que apelar a la lógica era como intentar derribar un muro de hormigón a soplidos, así que me preparé para lo peor y busqué con la mirada algo de cobertura...

Casi doy un grito de alegría cuando Dariel dice que sí me los puedo llevar a la nave, ¡¡Yuuuupi!!, por fin podré hacer algo interesante en los largos viajes interplanetarios donde desgraciadamente NO se puede fumar ni tampoco puedo meterme mierda fuerte no vaya a ser que me dé por volver a desnudarme para evitar las picaduras de los mosquitos asesinos y vengativos y Julian me eche por la escotilla. O peor, por la taza del váter.

- A veces lo pienso, ¿dónde deben ir todo los residuos de los lavabos en una nave? ¿Lo dejarán caer por el espacio?

Es una gran pregunta a la que nunca he encontrado solución, más que nada porque no me interesa en absoluto la respuesta. Soy más feliz soñando que toda la mierda cae encima del impoluto e impecable traje de impresionar de El Sargento, con él dentro... claro. Me agacho y cojo las piernas de uno de los tipos trajeados, el calvo que parece pesar menos. Todo el mundo sabe que se aguanta menos peso si coges las piernas, así que es lo que yo hago. Ah, astucia amigo.

- Luego os invito yo a un buen lingotazo, joder -¡¡Aaaaaaaaah!! Estoy eufórico perdido. Pronto saldremos de aquí y beberemos, fumaremos (ah, no, que no se puede), follaremos (si se dejan) y lo pasaremos bien. Sí señor. Casi casi quiero saltar de alegría (¡Yuhuu!), cuando todas mis buenas vibraciones se ven ofuscadas por un indeseable mocoso que se carga al fed.

Kratos y Julian no le conocen, pero por alguna razón, Dariel no le ha atacado todavía por lo que parece que se conocen. Por ende, éso significa que supuestamente ha hecho ésto para ayudarnos. ¡¡Ayudarnos!! Por suerte o desgracia, aún no lo he decidido, el fed no ha muerto todavía y le pega un tiro. No miro a ver el resultado, sino que suelto el cadáver del tío de los guantes, me acerco al fed y me acluquillo a su lado, abriendo el maletín. Con suerte, puedo hacer algo por él.

- ¿¡Qué haces!? -Gruño, perdiendo por completo mi alegría y permanente felicidad mientras examino el pecho del fed. Miro al niño como sólo un Green puede mirar a alguien tan inferior como el asesino que tenía en frente: con el más absoluto desprecio. Sólo unos segundos, no tengo tiempo para perder con él-. ¿Eres mínimamente consciente de lo que has hecho, enano de mierda? Si no le salvo, los feds pensarán que nos hemos escapado matando a uno de los suyos. Por mucho que Miller oculte nuestro rastro, por mucho que no puedan demostrar nada, sabrán que hemos sido nosotros y no descansarán hasta atraparnos. ¿¡Eres jodidamente consciente de la mierda que acabas de lanzar contra nosotros!?

No puedo evitarlo, rebusco entre mis bolsillos hasta que encuentro un cigarrillo bastante espachurrado. Por suerte, siempre tengo un mechero encima. Me lo enciendo. Al diablo, si ésta nave no soporta el humo del tabaco. Al diablo con todo, joder. Ahora sí nos hemos llenado de mierda y ninguna palabra nos puede sacar de ésta. Ahora sí estamos jodidos. Ahora sí que se acabaron mis sueños de las mil masturbaciones anuales. ¡Nada! ¡Ya no me queda nada!

- ¡No! ¡Adiós a mis fumadas intergalácticas! ¡Adiós al sexo! ¡Adiós a todo por un mocoso crío al cual ni siquiera conozco! -Me llevo un brazo para taparme los ojos, fingiendo llantos-. Oh, Dios, y sólo le quedaban seis meses para retirarse. ¡Seis meses! ¡Pobre Agente Johnson! Pero te salvaré.

Y sin dejar de fumar, me pongo unos guantes de látex y comienzo a trastear en la herida, mandándole callar cuando se lamenta. No pienso dejar que nadie muera así, ni siquiera un fed.

 Después de tener que camuflarme con boñiga de vaca (una larga historia que ya contaré en otro momento) el vómito de un alcoholico lisiado me sabía a poco. Lo que no esperaba es que terminara desfalleciendo tan pronto.Estaba rodeada de una panda de nenas...

-eh...venga colega -en cuanto le saqué la pistola de la boca el tio se me desplomó encima con todo su peso obligandome a bajar el arma para sujetarle -no jodas tío, si te desmayas no tiene gracia - añadí zarandeandole para que despertara. 

Disparar a un tio inconsiente era como entretenerse tirando balas a un montón de mierda (¿porqué no podía dejar de pensar en excrementos?). Sacudí la cabeza, el caso es que era una total y absoluta pérdida de tiempo y dinero.

El tipo en cuestión pesaba lo suyo, resoplé con aire cansino.

Mientras tanto el ludopata seguía ahí plantado con cara de poker, su arma y una petaca en la mano. Arqueé una ceja, no me pagaban lo suficiente para estas cosas... -vamos Jackie, deja eso antes de que te hagas daño -concluí negando con la cabeza con aire condescendiente.

Jack sonríe friamente, la misma sonrisa que usaba con los muchachos de su pelotón durante la guerra y que era conocida entre ellos como la indicación de que alguien iba a morir, pero cuando la acompañante de la "paramédica" se aparta a un lado, demostrando tener más seso que ella, le hace un gesto de brindis con la petaca y le dedica una media sonrisa algo más cálida, pero sin moverse ni apartar la vista de la "paramédica". Después dice:

- En primer lugar, agradezco el chivatazo en el casino y la forma limpia en que te llevaste a la asesina de los Luen sin joderme el torneo, que por cierto gané, te pagué por ello y por lo tanto no te debo nada. - Levanta un poco la petaca haciendo un gesto hacia la Skyplex. - Pero reacciono mal, muy mal, a las amenazas, como han podido comprobar los Luen, y otros muchos. Si quieres que "lo deje", déjalo tu primero, a mi me enseñaron a disparar en la 14K y en el ejercito, por lo tanto la única que va a salir dañada de aquí eres tú. - Sin dejar de mirarla, Jack estira el brazo izquierdo con la petaca y prosigue. - En mi pueblo esto sólo se soluciona de dos formas, guardas tus armas y te tomas un trago de Macallan conmigo, o te vuelo la puta cabeza. Tu decides.

Cuando la "paramédico", baja sus armas, Jack se relaja visiblemente, y aunque no saca la mano del bolsillo de la chaqeuta, da un largo trago a la petaca, sin dejar de observar alrededor, acaban de montar un buen numerito y hay un montón de civiles en la zona. Después de dar el trago se acerca un poco más a la "paramédico" y le ofrece la petaca:

- Es un Macallan, ya lo bebiste la última vez que nos vimos. - Dice sonriendo. - Por cierto, ¿como te llamas?

 Me tambaleé hacia un lado con el lisiado encima antes de, como un pendulo, volver a cargarlo sobre el larguirucho que lo acompañaba en un primer momento. 

-Helena -respondí alegremente, como si no hubiera pasado absolutamente nada.

Alcancé la petaca y, tras darle un largo trago, decidí derramar el resto sobre el inconsciente, a ver si así decidía regresar del "pais de las maravillas". -venga colega, que no tenemos todo el dia... -añadí abofeteandole, ligera, y amablemente para mís estandares.

Algo de lo que escucho (si, finalmente escucho algo mas aparte de ese insistente pitido) me hace levantar la cabeza y mirar desenfocadamente hacia Jack

-¿como que has ganado el torneo? te he dado una paliza amigo, cuando aprendas a jugar a poker te daré la revanchhhh....-

Creo que ya he perdido demasiada sangre, pero el liquido en mi cara "¿licor? que desperdicio" y las bofetadas hace que me recupere ligeramente

-dadme unas pinzas y una aguja de sutura y ya me ocuparé yo de la pierna- hasta mi voz tiembla, pero si estas no saben medicina yo mismo podré hacerlo, en cuanto enciendan las luces y todo deje de moverse

 No lo habían entendido y claro, me apunta el grandote con su arma.  Empiezo a sonreír y levantar las manos para que vean que no les voy a atacar mientras que con el rabillo del ojo controlo al Fed.

-          Tranquilos, estoy de vuestro lado. Sois la razon porque Dariel estaba en los tuneles. Pensadlo bien, este cabrón os habría metido en las celdas solo para quitaros de en medio y ver que está pasando en la estación. Y no se vosotros, pero yo no quiero quedarme aquí con las explosiones que ha habido. Esto puede irse a la mierda en cualquier momento.

  Parece que el Fed va a hacer su parte del trabajo y morirse tranquilito….pero no. El muy cabrón es mas duro de lo que parece. A pesar que el tipo del maletín se ha puesto a ver la herida que le he infringido, tras balbucear algo, el tipo ha encontrado fuerzas para  apuntarme y disparar. Jodido cabrón.  Me agacho según le veo que está a punto de accionar el gatillo y vuelvo a encañonarle para dispararle a bocajarro.