Partida Rol por web

El camino más corto entre la Camella Preñada y Amarna transcurría sobre el río Elú, y atravesaba toda una garganta. Si no había problemas, llegarían al pequeño pueblecito que se encontraba entre Nar y Aku al anochecer.

En el pasado había sido un lugar frecuentado por bandidos, ya que era relativamente sencillo realizar emboscadas allí, pero los pueblos de la zona habían llegado a un acuerdo y habían contratado a mercenarios (en muchos bandidos) montaban guardia en lo alto de la garganta para asegurarse de que las mercancías llegaban sin problemas. Salía caro, pero era lo único que se les había ocurrido hacer para hacer que la mercancía llegara a su destino.

El día transcurría sin incidentes por el momento, y ya el sol brillaba en lo alto del cielo. Si todo seguía así, por la noche habrían llegado a Amarna, donde podrían descansar.

A pesar de que me tocó dormir apilada en una habitación con " las hijas " de Melek a las que no conocía, pasé bien la noche, sobretodo, porque hice gracia a la pequeña y tuve que quedarme jugando un rato con ella hasta que se durmió. Era médico y tenía ese don que hace que me entienda con las personas más allá de lo que debiera, aunque sean personas tan diferentes como aquellas. Al menos, con las que no me llamaban rara a la cara. De todas maneras, de donde nosotros veníamos el tema funcionaba igual, pues las personas mayores tenían la costumbre de creer que como eran muy viejos, podían decir y hacer lo que les diera la gana.

Por la mañana nos pusimos en marcha en cuanto Melek nos instó a ello, aunque antes de movernos de allí pudimos desayunar y asegurarnos de que no nos dejábamos nada que pudiéramos necesitar un poco más adelante.

El camino no fue precisamente lo mejor del mundo y ya llevábamos el suficiente camino sobre aquellos animales para que a mí me doliera el culo.

Andrew quizás sabía hacia donde íbamos, pero yo desde luego estaba un poco perdida.

- ¿ Quién es esa mujer que ha enviado la nota?

Antes todo, había que hacer preguntas empezando por el principio.

Melek ya estaba levantado cuando el resto se puso en marcha. Preparó todo lo necesario y ensilló los camellos, mostrándoles a los recién llegados cómo cabalgar sobre ellos... bueno, más bien cómo no caer de ellos, pues los camellos de Melek eran conocidos en la zona por ser unas  bestias magníficas y resistentes... y unos malos bichos de mucho cuidado. Ensillando los animales y distribuyendo los petates, Melek se despidió efusivamente de sus hijas y del bastón de Fadoua.

El camino no era especialmente difícil, pero la cabalgata era dura, y más sobre camello. Melek hizo lo posible para que Andrew y Yuna se sintieran cómodos, a pesar de la premura que obligaban los nuevos acontecimientos. Yendo en cabeza, escuchó la pregunta de Yuna por lo que girándose, contestó.- Tú ya la conoces, o al menos la conociste. Mucho más joven y con otro nombre. Su nombre real es Kazra Slauf, fue de los segundos en llegar, junto con Amiel, que ya murió.-

Mirando en la lontananza, se ajusta el turbante para protegerse del calor.- Kazra se ha establecido en el pueblo de Aku, y ha asumido el papel de "vieja loca pero muy sabia que vive en las montañas". Es muy importBRAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHH...- lo interrumpió Maldito Bastardo.- ¡Callate bicho!- Le espetó Melek a la vez que le daba una patada al flanco de su camello.- Decía que lo más importante es que delante de los habitantes del Valle la tratéis con deferencia, pues ostenta una posición de cierto poder, digamos, espiritual. Aku es un pueblecito al que viaja mucha gente para pedirle consejo.- Les advirtió a Andrew y a Yuna.- Yo la suelo visitar a menudo, así que yendo conmigo no tendréis problemas. La gente habla y murmura, y suele creer que soy una especie de espía suyo. De esta forma solemos enterarnos de muchas cosas que pasan por el Valle.-

Mirando a Ayub, preguntó.- Por cierto ¿por dónde andan Asher y Eruá? Asher suele pasar muchas veces por la taberna, pero desde que llegaron Andrew y Yuna no he vuelto a saber de él. Espero que esté bien.-

Cada vez que te contaban alguna de aquellas cosas, cada vez que te decían como habían estructurado el mundo, como se habían acoplado a lo que allí sucedía, a la vida que llevaban, te hacían sentir que no estábamos haciendo lo mismo. Me costaba pensar en que las personas que habían estado conmigo hacía tan poco, ahora estuvieran así... Era como...

Una se hacía sus propias reflexiones sin poder evitarlo.

- Aquí hay gente que lleva toda una vida, o al menos, como si así fuera. Se han amoldado a sus costumbres, tienen incluso, algo parecido a familiar... pero... no han logrado hacer nada. Ahora, nos mandan a nosotros, quienes tendremos que a nuestra vez, amoldarnos de nuevo a este asco de vida y así... eternamente.

Pensando en que nos habían mandado a un sitio en el que todo el mundo ya tenía su lugar, no entendía demasiado bien qué se esperaba de nosotros.

- Como gustéis... - Respondí sin decir nada más, pues a mí realmente eso de tener que ir a " adorar " a una mujer que si tenía el culo en ese lugar era por lo mismo que los demás no me parecía en absoluto normal. De todas formas, aquella era su manera de hacer las cosas y yo, como la nueva, tendría que pasar por el aro. Además, no podía quitarles el mérito de haber sobrevivido hasta ahora.

Era tarde para arrepentirse de haber venido a este lugar. El intentar salvar a la humanidad estaba claro que quedaba demasiado grande cuando ibas vestido de saco, en un camello a arrodillarte delante de una mujer que como mucho había conseguido ser la mejor de su promoción en alguna carrera y por eso estaba allí.

- No queremos que los dioses se disgusten... - Murmuré para después quedarme en silencio.

No tengo ni idea de donde están, llevo tiempo sin verlos, pensaba que estarían con nosotros en la reunión.

Allí no había teléfonos, no había ninguna manera fácil de localizar a la gente, y Ayub desconocía el paradero de sus compañeros de misión.

Casi todo lo que te ha dicho Melek es cierto, salvo lo de la muerte e Amiel, por lo menos que yo sepa, pues estuve con él justo antes de recogeros miró a Melek, se habría enterado si algo malo le hubiera pasado a su mentor.

Observó en silencio a Yuna durante un rato, no había entendido exactamente el signficado de sus palabras, bueno si, pero no quería que se llevara a equívocos, así que comenzó a caminar a la misma altura que la oriental.

Kazra no se considera una diosa ni nada de eso, sólo es una mujer sabia, sobre todo a ojos de la gente de este lugar, mucho menos avanzada que el lugar de donde venimos comprendía las dudas y frustración de la joven tú misma serás admirada cuando pongas en práctica tus conocimientos sobre medicina, sabes hacer cosas que estas personas ni siquieran son capaces de imaginar, cosas que para ti pueden resultar sencillas, como coser una herida, saber que hierba y la cantidad necesaria para tratar ciertas dolencias, incluso si les das alguna pastilla te verán poco menos que como una poderosa hechicera las capacidades curativas eran muy apreciadas en un sitio así.

Con posiciones notables es más sencillo enterarse de cosas como bien ha dicho nuestro amigo sonrió a Melek no es fácil buscar un pequeño objeto en un mundo como este, hay que adaptarse a las circunstancias, y si se puede, disfrutarlas intentaba animarla, ayudarla a sobrellevar las primeras semanas lo mejor que pudiera sé que no es lo que esperabas, a todos nos sucedió lo mismo.

A pesar de que las palabras de Ayub eran totalmente comprensibles, yo no terminaba de ver todo aquello. Aquel día que me dijo que no debía llamar la atención le dije que así sería, por lo que me mantendría en un segundo plano todo el tiempo que pudiera, aunque eso tuviera que significar quedarme sola y apartada del resto de la gente.

Además, un lugar como aquel, sin un hospital... No sabía si soportaría la idea de ver morir a alguien por no tener material con el que sanar. Coño no había ni aspirinas!

Sí, bueno, yo entendía que los demás cuando llegaron y vieron aquello... estarían peor quizás que incluso nosotros ahora, pues a ellos no les enseñó nadie nada sobre aquello y nosotros les teníamos a ellos, pero también significaba que ahora teníamos que hacer las cosas a su manera para no desmontar el plan que hubiera, fueran cuales fueran nuestras ideas.

De todas formas no tenía mucho sentido ponerse a criticar nada cuando apenas había conseguido dominar unas cuantas palabras del idioma que se hablaba allí.

- No era mi intención protestar ni nada parecido. Sois los veteranos aquí así que haremos lo que vosotros digáis.

Una cosa era que no me gustara lo que viera, que estuviera muy desanimada con todo aquello y que no viera eso de se " ser feliz " en un lugar como aquel y otra muy diferente el hecho de que no pudiera razonar más allá de los sentimientos que pudiera provocarme el haber llegado a este lugar.

No considero que estés protestando Yuna.

No usó un tono condescendiente ni nada por el estilo, simplemente era su hablar pausado habitual.

Y recuerda que esto no es ningún ejército ni nada por el estilo, podéis aceptar nuestros consejos, pero no tenéis que obedecer ninguna orden, sois libres de moveros y comportaros como os plazca esto era extensivo para Andy somos compañeros con una misión común, una en la que desgraciadamente no hemos avanzado mucho en todos estos años, pero en la que seguimos inmersos aunque a veces cueste creerlo.

Vivir toda una vida en la búsqueda de algo sin avanzar en absoluto en esa dirección, no era nada fácil, y de alguna manera, todos habían tenido que ir encontrando su propio camino, en realidad no era tan diferente a si hubiera vivido en su mundo, por lo menos en esencia.

Quizás sea sangre nueva lo que necesitamos por aquí sonrió a la chica aunque bueno, algunos tampoco somos tan viejos todavía si hubiera estado en su ciudad natal seguramente se conservaría mejor, pero tampoco se quejaba.

¿Dejaste a alguien atrás?

Preguntó cambiando un poco el tono de la conversación, a lo mejor no se esperaba esto y alguien querido había quedado en el "otro lado".

Melek, todavía en cabeza y bamboleándose mientras cabalgaba, colocaba una cincha del camello que el muy malnacido había conseguido deshacer a base de mordiscos y baba. Girándose hacia los "nuevos" con su eterna sonrisa vendedora, comentó.-¡JA! Si sois tan osados de "postraros" ante Gathra lo único que recibiréis será un sandaliazo en toda la oreja. Dije que asumió el papel de "vieja loca de la montaña", no de "diosa sabelotodo". Además...- continuó mientras una sombra de tristeza pasaba por su rostro.-... en todos estos años la misión ha estado en punto muerto. Vivimos en medio del desierto sin teléfonos ni escáneres, por lo que la única forma de encontrar algo es mandando a alguien. Y eso significa patear dunas y perseguir fantasmas en forma de rumores. Rumores que llegan a nosotros gracias a Gathra o La Camella Preñada.- Mirando al frente mientras cabalgaba, sentenció lugubremente.- Pero la Clepsidra sigue sin aparecer.-

-Peeeeeero...- dijo, girándose nuevamente con una brillante sonrisa en el rostro.-... hay buenas noticias.- Advirtió levantando un dedo.- Vosotros estáis aquí, sangre nueva, ideas nuevas, y el hecho de que haya aparecido una paloma con escritos de otro lugar significa que hay más gente, aparte del Valle. Y eso es bueno, porque podremos ampliar la búsquBRAAAAAAAAAAAAAAHH...- Melek puso cara de exasperación al ser interrumpido de nuevo por Maldito Bastardo.- ¡Y SEGURO QUE EN ESOS NUEVOS PARAJES SE COMEN A LOS CAMELLOS!- Le gritó a la oreja del animal, cuya única reacción fue la de levantar apresuradamente la cabeza y arrearle un hocicazo en toda la cara al sufrido comerciante.

Asentí con las palabras de Ayub, como respuesta a eso de que no se lo había tomado como una protesta y luego ya escuché eso del ejército...

- Claro. La otra opción es irme a mi bola por el desierto y que me coma el primer bicho que no conozca o me muera de sed... - Negué con la cabeza como si pudiera estar o no de acuerdo con muchas cosas, pero vamos, que no estar viva no era una de las opciones.

Al decir aquello de viejos pues hombre, aunque tuviera que echarle algunos años menos, seguía siendo mayor que yo...

- Yo diría que como pocos, siendo generosa, tienes unos 38 y te los echo así porque has dicho que tienes menos de los que aparentas que sino hubiera dicho que 45 o así... - Entrecerré un poco más los ojos, lo que para el resto del mundo era que casi los había cerrado del todo, aunque yo así viera aún bastante en condiciones o al menos, todo lo que me dejaban las pestañas, claro.

Conmigo como mucho podían fallar en unos pocos años, pero porque si se iban mucho hacia atrás tendrían que ponerse a darme el biberón y a cambiarme los pañales de nuevo.

- Yo tengo 24.

En eso de que si me esperaba alguien al otro lado negué con la cabeza.

- Sólo mis abuelos.

Eso me llevó a tener alguna pregunta más, pero es que a mí si me daban coba, siempre tenía algo que preguntar.

- Lo que me lleva a... ¿ Cómo se mide aquí el tiempo? ¿ En qué mes estamos? La hora será rollo solar ¿ no?

A Melek al menos se le veía animado con esto de que hubiéramos llegado, aunque desde luego, se le veía más animado a él con ello de lo que nosotros mismos lo estábamos.

Me quedé observando a Melek con los camellos.

- Empiezo a pensar que este adopta nativas sin familia para que sean la suya porque su vida sexual son los camellos...

Ayub lanzó un suspiro, no parecía una chica fácil de tratar, desde luego, aunque suponía que sería por las circunstancias, capaces de confundir a cualquiera, sobre todo a alguien acostumbrado a una vida totalmente diferente, una de la cual él ya casi ni se acordaba.

Manos mal que luego se volvió un poco más comunicativa, y al hombre le complació, aunque su paciencia era grande, sobre todo para la guapa recién llegada, y aunque él no solía fijarse en eso habitualmente, estaba claro que era más agradable tenerla a ella para enseñar que a Melek, por ejemplo, aunque no podía negar el cariño que le había cogido al posadero, y los buenos ratos que habían pasado juntos. Tenía sus cosas, pero como todos por supuesto.

Vamos Melek, está claro que sin tus camellos te aburrirías, creo que ellos lo hacen por ti,y tienes razón en lo de las buenas noticias, pero no será fácil encontrarlos, veamos que dice Gathra.

Sonrió a su amigo y volvió a centrar su atención en la joven, observando de reojo a un silencio Andy, que parecía intentar todavía hacerse una idea de donde se había metido.

Mi edad ya es demasiado alta para nombrarla, yo tenía uno más cuando llegué, ah, quién pillara ahora tu edad luego la miró como si fuera a echarle una regañina pero no creas que soy un viejo inútil, Eruá me enseñó bien, y este bastón sobre el que me apoyo no es un adorno su mirada vivaz y su rápido gesto de la mano indicaba que a pesar de su pausada apariencia, había algo más bajo aquella capa, no se sobrevivía a constantes viajes a los límites del desierto sin disponer de muchos recursos.

La forma de medir el tiempo no ha cambiado mucho, no hay horas totalmente precisas y los días son un poco más largos, pero es prácticamente igual que en casa hizo memoria acerca del mes pues estamos en primavera, no podría concretarte el mes, perdí la cuenta, aquí la gente se guía más por las estaciones era más fácil, y la larga duración de los viajes lo hacía comprensible.

Seguro que tus abuelos se sentirían orgullosos del valor que has demostrado al aceptar la misión.

Se preguntó que sería de su hermano, para él no había pasado prácticamente tiempo, y Ayub comenzaba a olvidar su rostro.

El camino transcurría sin inconvenientes. De vez en cuando se cruzaban con algún comerciante que venía de Amarna, pero ninguna caravana grande. Todo parecía estar en orden, y no había noticias extrañas por parte de los viajeros que venían del pequeño pueblo de pastores o de Aku. Comenzaba a atardecer, pero ya faltaba poco para llegar. Podía verse claramente que el paisaje era cada vez más frondoso. No había árboles, pero la hierba cada vez era más espesa, más alta y más verde. Sin duda llovía más a los pies de los montes Adhún, y éstos ya se divisaban de vez en cuando, y era fácil verlos si se salía de la garganta.

Parecía que Andrew seguía sin ganas de hablar. La misión estaba sin duda resultando chocante para él, aunque su perfil psicológico decía que estaba preparado para afrontar cambios. Se limitaba a asentir a todo lo que le decían, parecía que estaba como en otro mundo.

No dudaba que aquel hombre supiera pelear muy bien. Con pensar que había caído en un mundo en el que si nos descuidamos un poco volvemos a tener dinosaurios o alguien te enseña a pelear o la llevas clara. Lo que me recordaba ya de paso, que yo únicamente sabía ser médico, pero bueno, primero igual era mejor eso de aprender el idioma y luego ya pues lo que tuvieran que enseñarme.

- No lo dudo... - Respondí a aquello del bastón.

También imaginaba que le habían enseñado a desplumar gallinas o a cazar grillos pero...

La respuesta a eso de las horas, o de los días, no fue demasiado concisa lo que me hizo pensar que allí cuando la gente quería quedar a alguna hora tenía que decir eso de " cuando el sol llegue al cactus " o alguna cosa por el estilo.

- Vale, primavera... - Con el calor que hace ya! En verano puedo desintegrarme! - Pensé cuando repetí sus palabras como un loro, pues eso quería decir que me las iba apuntando.

Al decir lo de mis abuelos me encogí de hombros y dejé ahí el tema. Me parecía un poco feo eso de decirle que quizás mis abuelos estuvieran orgullosos, yo si podría, ya me hubiera vuelto a ir por donde había venido. Estaba claro que no necesitaban a nadie como yo en aquel lugar, a estas alturas, harían lo mismo sin nosotros.

- ¿ Hay alguna especie de gobernante aquí? ¿ Quién dicta las leyes? Supongo que viendo el percal, lo de ir a la cárcel es una idea absurda y lo que sucede es que ruedan cabezas ¿ no?

Seguía con aquella clase de preguntas raras que eran un poco más que curiosidad, quizás para saber a qué atenerme en muchas situaciones. Desde luego que veía poco probable el sobrevivir mucho tiempo allí si no estaba cerca de aquella gente. 

Ayub decidió darles algo de tiempo a los recién llegados, era un shock, si, pero debían ser conscientes de que cuando aceptaron la misión, nadie sabía cómo el futuro al que los habían enviado, podía haber sido todo mucho más avanzado, pero no era la primera vez en la historia de la humanidad en la que esta iba para atrás en cuanto a tecnología y desarrollo.

Cada pueblo suele tener su propio tipo de gobierno, y bueno, hay calabozos, pero todo depende de la zona y de quien gobierne, aunque en las ciudades es todo bastante estable explicó mientras continuaban la marcha los pueblo aislados y los caminos son otra historia, ahí suele imperar la ley del más fuerte, y hay bandidos y asaltantes, como en todas partes, con la diferencia de que aquí no hay una policía, pero si existen "guardias privadas" que la gente con dinero contrata para su seguridad, Eruá se dedica a eso, le permite ganarse la vida y a la vez conocer gente y rutas en busca de la Clepsidra.

Ese era el objetivo final, no debían obviarlo ni olvidarlo.

No se puede robar ni ir por ahí asesinando gente, eso es un delito en cualquier de las ciudades.

Y sorprendentemente no había esclavos ni nada por el estilo, al quedar tan poco gente la vida era mucho más valiosa que en la época de la que provenían.

Ya estamos llegando al sitio donde pasaremos la noche señaló el pequeño enclave y una edificación más destacada en el centro de la misma es más seguro pasar la noche en la posada se encogió de hombros sonriendo a Yuna no es un hotel de cinco estrellas, pero no está mal, es cómodo y está limpio, ya he estado aquí otras veces ya no había vuelta atrás y debían acostumbrarse, adaptarse.

Cuando te encuentres algo más cómoda, me gustaría aprender cosas de ti dudé unos instantes, no quería que me malinterpretara ya sabes, a coser una herida, a realizar ciertas prácticas médicas de urgencia, entablillar... ojalá te hubiéramos tenido por aquí antes dijo con cierta tristeza, no hubiera perdido de la manera en que lo hizo a algunas personas a las que tenía cariño.

La respuesta que me dio Ayub era la que imaginaba, pero yo prefería preguntar por si acaso, no fuera a ser que metiera la pata con lo más básico, que era cuándo abrir la boca o delante de quién abrirla. En realidad, me gustaba pensar que era una persona lo suficientemente discreta, pero vamos, seguro que había quien se las arreglaba para tirar de la lengua, al igual que la vieja del día anterior se las había arreglado para ponerme en un compromiso.

- Tranquilo. No es mi estilo lo de ir matando gente... - Respondí casi bromeando pues me habían hecho gracia aquellas palabras.

Asentí a eso de dónde dormir y demás, pues la verdad es que de nuevo volvía a fiarme de ellos para esas cosas. Yo no conocía aquello y ellos sí. Era así de simple.

Me sorprendió un poco la petición sobre aprender aquellas cosas, pero recordé que lo único que se podría hacer allí era una cura de lo más básico.

- Puedo decirte cómo y cuándo hacer las cosas, pero si no hay a quién hacérselas... - En esta profesión la teoría sola no servía para demasiado, pues por mucho que hubiera estudiado, hasta que no pisé por primera vez un hospital...

Recordé ciertas cosas.

- Supongo que aquí lo de las medicinas.. mal... así que quizás podríamos conseguir unas cuantas plantas que al tratarlas... ¿ Sería posible intentarlo si hago una lista? Eso sí, por el momento no tengo como pagarlas... - Les recordé que era muy pobre. - Quizás telas también para hacer gasas... Es que me traje un botiquín y alguna cosa más, pero no va a durar demasiado si hay que ayudar a alguien.

Dejó escapar la risa con la broma de la doctora ya me lo imaginaba, pero nunca se sabe era bueno tomarse las cosas con humor, y le sorprendió la reacción, aunque también la agradó. Quizás aquella chica resultara ser mejor compañía de lo que en principio había imaginado.

Tranquila, pronto encontraremos alguien con quien practicar, conozco a gente en las ciudades, pseudosandores a los que a veces la gente acude, aunque un poco de teoría antes de hacer nada me vendría bien la miró como queriendo decirle que no ahora mismo, que tampoco tenía prisa.

Si, mal, no hay laboratorios químicos seguro que ella ya lo había deducido, pero por si acaso pero si que podemos intentar conseguir plantas medicinales, de hecho hay algunos comercios que disponen de ellas, y muchas veces los zahories también pueden conseguirlas, suelen ser las personas que más se adentran en el desierto y en las montañas movió la mano para quitar importancia al dinero, con alguna de las joyas de Andy podían comprar para algunos años sobre gasas, agujas y esas cosas podemos recurrir a Melek miró a su compañero que ahora caminaba más alejado si alguien en Agave puede conseguir cosas, es él, a veces cosas extrañísimas, no olvides que sigue siendo la Tierra, y hay ruinas de nuestros antepasados, o sea, de nuestra propia civilización se calló porque comenzara a hablar sobre antropología seguro que la chica se le dormía.

Tu prepara esa lista, yo te daré algo para escribir cuando lleguemos a la taberna y podrás empezar poco a poco.

Melek había entrado en ese pequeño trance en el que todo camellista entraba pasadas unas horas sobre la montura. El eterno bamboleo adelante y atrás hacía adormilarse a cualquiera. Entre el sol, el movimiento y la conversación de sus compañeros de viaje, Melek estaba más que complacido con el viaje. Era un buen día. Bueno, lo fue hasta a Maldito Bastardo, siguiendo algún oscuro pensamiento, le dio por frenar de golpe, provocando que Melek se despertara asustado. Viendo que todo estaba en su sitio el comerciante espoleó malhumoradamente de nuevo al camello- ¡¡¡Jatjat!!!- dándole pequeñas patadas en la joroba y reanudando la marcha.

Entonces pudo escuchar que Yuna y Ayub hablaban de dinero y "conseguir" cosas, por lo que la conversación se volvió irresistiblemente atractiva para Melek. Girando su camello y retrocediendo unos pasos, se situó de nuevo a la altura de sus compañeros, con su eterna y franca sonrisa en la cara y mirando alegremente a Yuna.-  ¡No te preocupes por el dinero! Ayub tiene razón. Cada uno a lo suyo. Mi función es que tengáis lo que necesitáis para continuar la misión, recuerda que ahora mi casa es tu casa.- sentenció.- Respecto a ese botiquín, guárdalo como un tesoro. Y no tires ni los plásticos, van muy bien para hacer gafas y protegerse de las tormentas. Se venden muy bien.- le dijo en tono conspirador.- Tu mejor averigua los compuestos químicos que necesitas y de qué plantas podríamos conseguirlos. Luego me lo dices y veremos qué encontramos.-

Ya comenzaba a anochecer, pero tal y como estaba previsto, el grupo ya estaba llegando a Amarna. Podía verse desde la distancia, sobre una colina. Había luces en las casas, y el humo salía de más de una chimenea.