Partida Rol por web

La Clepsidra

Tao, el Granero de Agavé

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23/10/2013, 15:42
Ámbar Madhavi

Llego a mi casa y busco los bolsos con los que una vez llegamos mi abuela y yo para mudarnos a Tao. Parece que hubiese sido hace muchísimo tiempo, cuando aún ni siquiera teníamos en mente que otras personas vivieran con nosotras. Ahora yo estaba por hacer un viaje medianamente peligroso para salvar a una de ellas.

-Poca ropa, raciones de comida y agua, las piedras de olivinay botas hechas de piel de conejo, para evitar las mordeduras de serpiente.- Pienso mientras voy guardando cada cosa. Al final mi bolso pesa considerablemente y si no estuviera ya acostumbrada a cargar con los sacos de cereal, no podría llevarlo.

Acto seguido me despido del niño, a quien le explico que tengo que hacer un viaje a Or, que queda cruzando el río. Pero no le digo lo que le pasó a su tío. Se me hace un nudo en la garganta al pensarlo y salgo en dirección oeste.

Tras viajar en burro con otro vecino, que amablemente se ofreció a llevarme mientras transportaba parte de su mercancía al mismo lugar, busco la embarcación que esté por salir de inmediato. Sin embargo, tengo que esperar horas, pues las pocas barcas de madera que hay ya tienen una fila de gente esperando para montarse. Me pongo en la línea y calculo la hora como mi abuela me enseñó, leyendo las sombras que hace el sol a lo largo de su travesía... 1...2...3...4... horas.

Me monto como puedo en la barca, que es muy pequeña y lleva mucha gente. El viaje es caro, pero vale la pena pagarlo antes que perder demasiado tiempo dando una vuelta que me deja más cerca de Or, pero que es inútil porque de todas formas hay que cruzar el río y yo no sé nadar.

Respiro. Bebo agua nuevamente para no deshidratarme. Juego con ella en mi boca, tratando de hacer que dure más. Todo el mundo sabe que beber el agua de los puertos es dañino, así que debo hacer que mi agua potable dure lo máximo posible.

Alquilo un dromedario en el mismo puerto tras regatear casi media hora con el muchacho encargado. Al final consigo un buen precio y me voy satisfecha, pero recordar que Hermes se debate entre la vida y la muerte me hace sentir una punzada de culpa. -Debo seguir-. Apuro al animal y sigo, siempre al oeste, evitando descansar demasiado y evitando a los hombres que me generan desconfianza. Mi turbante oculta bastante bien el cabello y me protege de los rayos del sol, pero no de algunas miradas maliciosas. Aprieto una bolsita de cuero en mi cinto... ahí está el polvo que mi abuela me dejó, mi única defensa.

Llevo aún la cuenta del tiempo. Han pasado ya un día desde que salí de casa y los efectos de estar montando por tanto tiempo se empiezan a manifestar en mis muslos, pero eso es lo de menos. Un poco de aloe hará maravillas cuando llegue a casa. -Vamos.- Pienso apurando nuevamente al animal.

Por fin, llegamos a la otra orilla del río. Aquí hay más personas que en el otro puerto, porque está la gente y todos los enfermos que van a Uru, me trago mi impotencia y me lleno de tristeza al ver tantos niños, mujeres y hombres enfermos. Lo único que me da fuerzas para no salir corriendo de ese lugar es que Rania me está esperando en casa. Vuelvo a hacer la fila y espero... evito hablar con los demás, no quiero sentirme más conmovida de lo que ya estoy por sus historias. Recuerdo a mi prima Zandra -¿Cómo llevará la vida aprendiendo de Maba Gathra?- Me enfrasco en estas fantasías y algunas otras, recuerdos y canciones mientras pasa el tiempo. Los niños juegan a pesar de las fiebres, toses y la deshidratación.

LLega mi turno, me monto rápido y sin mirar atrás. El viaje esta vez es más corto. Los barqueros parecieran estar entrenados para llevar a los enfermos en el menor tiempo posible a tierra. Ya sea por piedad o por temor a contagiarse de lo que tengan. Y allí estamos. A la vista Or en todo su esplendor. No le dedico mucho tiempo a contemplaciones esta vez y salgo directo al mercado. A buscar información sobre el antídoto de la serpiente estilete.

Notas de juego

¿Qué opinas?

Por cierto al final voy a quedar en que el polvito no es más que una variedad de chiles ultra picantes molidos, porque no conseguí otra sustancia que en polvo sea dramáticamente irritante :P Avisame su estás de acuerdo o lo cambio por otra cosa.
 

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23/10/2013, 22:55
Naïm Ba

- Hice lo que debía hacer. No debe darme las gracias. - dije a la muchacha con semblante serio.

La miré a los ojos un momento pero en cuanto sentí su mirada bajé la cabeza.

- Que tenga suerte. - añadí.

Volví hacia mi campo donde había dejado el trabajo a medias.

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25/10/2013, 19:52
Director

Notas de juego

¡Está genial! Muy buen post :D  Me gusta la idea de que tengas polvos de chiles ultra picantes. De aquí a un rato te abriré la nueva escena :)

Lo único que en la zona de Or el río es muy poco profundo, pero lo demás perfecto :)

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29/10/2013, 23:47
Director

Cuando Naïm llega a su campo se encuentra a tres matones allí. El más grande se adelanta y lo mira con superioridad.

—Vaya, vaya… pero si Naïm está aquí, trabajando en su campo. ¡Qué sorpresa! —dice con un exagerado tono de burla e ironía. Entonces el matón se acerca más rápidamente y lo levanta en peso—. Se acabaron las tonterías, ¡quiero lo que me debes y lo quiero ahora! ¿ENTENDIDO? —con la mano con la que no te está levantado te retuerce el brazo causándote gran dolor. Acto seguido te deja en el suelo—. Tienes hasta la puesta de Sol de hoy para devolverme lo que me debes, más los intereses. Si no lo haces, te mataré a ti y a todos tus seres queridos.

Los tres matones se van.

Notas de juego

Lo siento, tu personaje se me ha quedado colgado, te pido disculpas. No he sabido qué hacer con él y se ha quedado fuera de la historia. Esto es un intento por que huyas de la ciudad y te unas a alguno de los demás, pero vamos, que puedes hacer lo que quieras :)