Partida Rol por web

Haggarth permanecía silencioso ante las preguntas de Nina. Tenso sería una descripción más correcta. Ignoraba a los demás y permanecía rígido en su asiento, con los ojos cerrados y murmurando por lo bajo. Nina aproximó un poco su cabeza intentando discernir que decía pero le parecieron palabras sin sentido, quizás una oración. De pronto levantó un poco la cabeza mirando a la chica:

- Los Purgatorios son lugares creados en el alma del fallecido... pero todos tienen un nexo con el mundo de los vivos... Alguien puede pasar del mundo de los vivos a un Purgatorio a través de ese nexo y... al contrario también es posible... debemos comprender el funcionamiento de este Purgatorio y buscar el nexo para cruzar de vuelta a nuestro mundo... Antes de que lleguen ellos.

-Bien, vale, capito. Un nexo... hay que buscar ese nexo. Estamos en el Purgatorio de alguien, pero de algún modo hay un modo de pasar de él al mundo normal... de los vivos, sí.

Racionalizando hasta el punto en que le era posible, Nina siguió dando un giro, sin llegar a detener del todo el 4x4.

-Quizá hemos perdido una oportunidad en aquel muchacho, maldita sea... ¿qué ha dicho...? Algo así como que en la gasolinera estaba alguien por su culpa...¿no...? Deberíamos ir a ver.

Se acercó tanto como pudo sin dejar el aparente amparo del vehículo. Esperaba ver a alguien, hablar, preguntarle.

-No creo que ese nexo sea una puerta con un indicador de neón que diga "al mundo de los vivos"...

Michael se encoge de hombros:

-Hay que ver el lado nuevo, aqui nadie se va a chivar a la pasma si vamos dejando fiambres. Smoke, tu yo delante, Nina y el nonno en medio y Angelo detrás.

¿Detrás? piensa para si mismo a disgusto de los planes estrategicos de Michael. No le agradaba lo más minimo quedarse detrás de nadie en aquel sitio pero claro tampoco  llevarle la contraria al mafioso, y comoquiera que éste había tomado la costumbre de volar la tapa de los sesos a cualquiera que le llevara la contraria, se dijo a si mismo que detrás no estaba tan mal despues de todo. Nada mal.

- Venga. Yo voy detrás.-

Nina paró el coche en la entrada de la gasolinera junto al cartel. Bajó casi a desgana cuando Michael, que parecía el más animado del grupo, comenzó a organizar el grupo de expedición siguiendo una disposición casi militar. Lo más evidente que tenían ante ellos era aquella tienda-bar de cristales empañados así que parecía el objetivo evidente hacia el que avanzar.

Pero cuando estaban a punto de alcanzar los surtidores se dieron cuenta de que una figura estaba sentada allí, a los pies del primero de ellos. Llevaba puesto un mono verde como el logotipo de la gasolinera. Era un muchacho que no debía llegar a los veinte años, de pelo negro desgreñado y manos manchadas. Precisamente en esas manos grasientas sostenía una baraja de poker de la que iba sacando cartas que lanzaba sobre el asfalto.

El grupo se detuvo a una distancia prudencial. El chaval parecía desarmado y, en general, transmitía una sensación de pesadumbre y desamparo. Sus dedos rígidos, con los que arrancaba cartas del mazo, temblaban visiblemente. Sólo al estar tan cerca lo podían oír murmurar:

- Poker de ases... teníamos derecho a pedírselo... era un maldito poker... nunca sale uno... No hicimos trampas... ¡Había perdido! ¡Nos lo debía! ¡Era un poker de ases! 

Seguía, con la cabeza baja, lanzando cartas sobre el asfalto ignorando al grupo que estaba a escasos metros de él. Y curiosamente todos veían que cada carta que caía del mazo era un as. As de picas, as de tréboles, as de diamantes, as de picas, as de tréboles, as de corazones... las cartas se repetían una y otra vez. Ases. Con la salvedad del as de corazones.

- Hola muchacho. Hace un buen día ¿Verdad?.- intenta parecer de lo más normal - Queremos algo de gasolina. Ya sabes. Para el coche.- señala el coche y mira hacia atrás para asegurarse de que estaba ahí todavía y es que por alguna razón supuso que en un Purgatorio podía pasar cualquier cosa.

- ¿Como te llamas chico?

El muchacho levanta la cabeza sorprendido por el tono cordial de Angelo. Su rostro es extraño. De alguna forma y pese a la luz de la propia gasolinera siempre parece permanecer entre las sombras. Su voz cascada responde confusa:

- Phil... soy Phil... pero vosotros ya lo sabéis ¿no? Venís para cobraros la deuda...

Enseña un as de picas al abogado:

- Eran cuatro. ¡Eso nos daba el derecho! 

De pronto las luces dentro de la gasolinera se encienden. Dentro se oyen risas. Pese a que ahora el local está iluminado los carteles pegados en la cristalera y la propia suciedad dejan poco que adivinar del interior: una barra, mesas... y parece que al fondo hay gente, pero no se ve desde aquí.

Los viajeros se han visto sorprendidos por la repentina iluminación del local y cuando bajan la cabeza para hablar de nuevo con Phil ¡descubren que ya no está!

Mientras Ángelo entabla la conversación con el muchacho, Nina le da un golpecito en el hombro a Michael, delante de ella, y susurra: Nada de tiros esta vez, eh? Hay que hablar con él si queremos salir de aquí. ¿Entendido?

Sale de detrás de la "Protección de los dos matones", y se acerca a su vez.

-Le matásteis, Phil? Ese as... era por ese as de corazones... ¿no? Explícalo todo, anda.... quizá podamos ayudarte.

Ha apartado los ojos un segundo. Uno. Suficiente para que, al volver a buscar al muchacho, éste, simplemente, no esté.

-¡Santa Maddonna...!

 Michael lanza una serie de improperios en calabres que ni el mismo entiende cuando el tipo raro se esfuma en el aire.

-¡Me cago en el alma del tipo que ha creado esto. ¡Si no estuviera ya muerto cuando saliera de aqui lo mataba yo! ¿Que creeis que paso? ¿Al tipo le ganaron una partida con un poker  y se vengo matandolos a todos? Eso podría comprenderlo -dice como si fuera la reaccion mas normal del mundo.

Smoke se había visto tentado de volarle los sesos a aquel chico de la gasolinera. Cuando se desvanece como la niebla en el viento no está sorprendido. Al menos no demasiado. Se lo esperaba, de alguna manera. En todo caso, eso le ahorra las balas. Pero tiene el presentimiento de que va a gastar más de las que desearía en aquella situación.

Los rostros iluminados observan el lugar de vidrios impenetrables con asombro. De la nada, como si fueran ellos cuyos sentidos fallan, se perciben figuras y sonidos de jolgorio. -Una fiesta en las puertas del infierno- dice. Su arma está lista. Estuvo lista desde que bajó del auto. Él también lo está cuando abre una marcha dubitativa en dirección a la gasolinera.

- Quizás encontremos la solución allí.- señala con la vista el interior de la gasolinera. - Aunque si por mi fuera no entraría ahí dentro ni por todo el dinero del mundo. - añade resignandose al destino que le ha llevado a semejante lugar.

- Vamos. Entremos a ver lo que pasa.- dice desde su privilegiada situación en la retaguardia

Con paso decidido, (ya que estamos, vamos a por ello), Nina deja atrás el lugar que Phil ocupaba hace un segundo, y se dirige a la gasolinera. Iluminada de repente...

-Sí, vamos. Pero antes de entrar echemos un vistazo. Aunque, la verdad, no creo que sirva de mucho, veamos lo que veamos. Y ya puestos... tampoco las armas, Smoke -comenta llamándole por su apodo, distraída- no, me da que esto es bastante indiferente a nosotros, y a los disparos...

Se acerca al cristal, empañado y sucio, de una de las ventanas, y pega la nariz a él. Sabe que entrará de todas formas, a menos que todo desaparezca, como antes el muchacho. Ni siquiera está segura de que lo que ven sea real. Después de todo, ¿quién sabe lo que es un... Purgatorio...?

 En el interior se oyen risas y hay sombras que parecen indicar movimiento pero ¡no hay nadie! Al principio Nina piensa que es debido a que las personas que provocan las sombras están en un ángulo que no alcanza a ver, pero luego entiende que eso no tiene sentido. Recorriendo todo el escaparate comprueba que el local está vacío. Ve las luces encendidas y en una gramola suena un disco, pero no hay nadie. La barra del bar tiene varias botellas abiertas encima y algunos vasos. Y al fondo de la sala ve una mesa... con sombras. Hay sombras como si varias figuras - ¿cuatro? - estuvieran jugando al poker y levantando vasos. Pero sólo las sombras reflejadas en la pared. De pronto una de ellas se levanta y se sube a la mesa. Bueno... en realidad se ve la sombra en la pared reproduciendo ese movimiento. Es una mujer. Parece hacer algo: ¡quitarse ropa! ¡se está quitando unas bragas mientras baila y las tira! 

Nina aparta un momento la vista confusa por sus propios sentidos. Luego vuelve a observar el interior. Ya no están las sombras pero hay una figura en el suelo, junto a la mesa. Se trata de Phil, el chico de antes. Sigue oyéndose la música de la gramola pero sin ruido de fiesta. El muchacho tiene arremangado el mono de trabajo y en su mano sostiene algo que devuelve un frío brillo de la lámpara del techo: ¡es una navaja de afeitar! 

 Nina es la primera que se adelanta para ver que sucede a través del escaparate. Los otros dudan un momento y para cuando llegan a su altura las risas y el barullo finaliza, aunque la música sigue sonando en el interior. Es una música más tranquila. Alguno de los presentes la reconoce: es la banda sonora de una peli del Vietnam llamada MASH que está haciendo furor en el cine... Y la canción se titula 'El suicidio es indoloro'. 

Nina ha pegado la nariz al cristal, y ha entrecerrado los ojos, moviendo la cabeza a un lado y a otro, con expresión de curiosidad, sin más, mientras escudriña lo que hay dentro del local.

De pronto, su rostro, visto de lado cuando los demás llegan a su altura, es de estupor. Abre la boca, y entrecierra aún más los ojos, tratando de ver, o eso parece. Parpadea, los abre mucho, los entrecierra de nuevo.

Algo extraño sucede ahí, eso está claro. Pero ella no dice palabra...

¿Qué está ocurriendo ahí...?

Un asesinato, eso está claro, pero, ¿está en un sueño? ¿en la memoria de alguien? En el alma de alguien, ha dicho el viejo... ¿en cual? ¿la del asesino? ¿la de la víctima...?

El asesino es el muchacho, Phil, por lo que parece. Una navaja... ¿a quién ha matado...? ¿a la mujer de las bragas? ¿por una jugada de póker?

-¿Qué pasa Nina?.- desde atrás pregunta a la chica que ahora esta pegada al cristal. Aneglo siempre había pensado que Nina hablaba demasiado y que era imposible que ninguna persona por muy lista que fuera pudiera darle tiempo a pensar lo que decia si lo que decía salía por su boca a tal velocidad. Así que pensó que si había algo allí dentro lo suficientemente jodido para cerrar la boca de Nina era mejor andarse con cuidado.

- He visto... bueno, no, no lo he visto... ¿cómo lo...?

Nina se gira hacia Ángelo, levemente, apartando del cristal la mirada apenas unos segundos. Parpadea de nuevo, intentando hablar con coherencia.

-Había risas y sombras... de gente... moviéndose, pero.... ¡no hay nadie! No he visto a la gente, sólo sus sombras. Ahí, en la mesa del fondo... ¿la ves...? Había cuatro sombras, creo, de cuatro personas... bebiendo y jugando a cartas... Y de pronto una de las sombras se ha levantado y se ha subido a la mesa... una mujer. Parecía que... ha parecido... que hiciera un streaptease... que se sacara las bragas, y las lanzara, bailando. ¿sabes...? Pero no la he visto... sólo su sombra.

El tono de voz ha ido bajando, porque conforme habla Nina se da cuenta de lo increible de su explicación. Pero tras un momento, levanta la barbilla.

-Sé cómo suena, pero es lo que he visto. ¡Y aquí, cualquier cosa puede ser, no...?! Y, bie, sigo. Al cabo de un momento he vuelto a mirar, pero las sombras ya no estaban. Sólo eso... lo puedes ver tú mismo: El chico del mono de trabajo, Phil, con una navaja en la mano. Arrodillado junto a esa figura en el suelo, junto a la mesa...

-Maldita sea.- Angelo se adelanta y mira por el cristal.