Partida Rol por web

-Sigo pensando que lo primero es encontrar a Julen. Y sigo sin fiarme de "nuestro" Lonesome. Nada personal, caro...

- Comprobemos esta planta. - 

Por toda respuesta Lonesome se encoge de hombros. Renato se pone a su lado mientras Michael y Ace comienzan a revisar la planta superior. La casa está ahora en completo silencio y sólo se escuchaba el desgradable ulular del viento en el exterior. El grupo va entrando en cada habitación con la cautela del que espera una sorpresa desagradable. Ninguno no lo dice pero todos notan la tensión en el ambiente. 

Tras un par de dormitorios, un baño y una salita sin más sorpresas que alguna sombra furtiva provocada por la luz los cuatro individuos empiezan a sospechar que se han quedado solos en la gran mansión. Sin embargo cuando avanzan por el pasillo hacia los dos dormitorios principales - uno de ellos vacío desde la muerte del patriarca de los Terrasini - es cuando la cosa cambia. 

Durante toda la inspección las luces han amenazado con apagarse. La casa es moderna pero en el exterior parece que una gran tormenta arrecia. A ninguno le extraña pese a que la noche era apacible cuando llegaron. Ahora, cuando se dirigen hacia esos dos dormitorios al final del pasillo es cuando la luz frente a ellos se apaga repentinamente. Ace está a punto de lanzar un grito pero Michael le hace una seña para que se tranquilice. Lonesome y Renato permanecen impasibles. La luz vuelve a encenderse. Al final del pasillo hay una ventana a través de la cual se recorta un rayo en el cielo. Y a ambos lados de la misma sendas puertas cerradas que conducen a las habitaciones de Julen, la de la derecha, y a la de su difunto padre, a la izquierda.

La luz vuelve a esa zona del pasillo. Y con ella llega un ruido raro e insidioso. Un ruido de madera crujiendo que bien podría ser debido al movimiento rítmico y lento de una mecedora. Ese ruido procede de la habitación del viejo Terrasini. 

Cada paso por aquella mansión ponía a prueba el valor de Ace, que pudo contener un grito de sorpresa ante la perdida de luz momentáneo para quedarse petrificado ante el crujido proveniente de una de las habitaciones que quedaban por comprobar. Quería pensar que era cosa del viento, pero ya había visto demasiado en aquella casa como para ser tan ingenuo. 

Echa una mirada a Michael y espera a que él avance para imitarlo, aunque de manera dubitativa y temerosa. Rezando para sus adentros que fuera a causa de la corriente que entra por una ventana. Aferrándose al arma para arrancarle una pizca de coraje, para aumentar un sentimiento de seguridad vacilante. 

No era capaz de articular palabra. 

Renato hace un gesto de silencio, acercando su dedo índice de la mano izquierda a sus labios, mientras con la derecha, saca un cuchillo que tiene escondido en su pierna derecha, con su diestra saca el cuchillo lentamente, para colocarse delante de la puerta del viejo Terrasini.

Con suavidad , se casi tumba en el suelo, metiendo lentamente el cuchillo, por la fisura que deja la parte cerrada de la puerta. La idea, ver con el cuchillo, si dentro de la habitación hay algo o alguien, antes de entrar como arietes en la habitación.

Suavemente desliza el filo del cuchillo debajo de la puerta, ladeando el filo un poco, parte del filo esta fuera, a vista de Renato, escudriñando con su penetrante vista, el filo de su arma blanca. El arma de fuego que tenia, la había pasado a su siniestra, antes de coger el cuchillo, se podía ver a Renato, casi tumbado en el suelo, con la pistola en su mano izquierda con su brazo levantado, su vista clavada en el filo del cuchillo, mientras con su mano derecha, ladeaba el filo, poco, para poder ver Renato, lo que dentro había.

Puto Julen. ¿Donde se habrá metido? Pensaba Michael mietras avanzaba por el pasillo de la mansión. Los tres mafiosos habían registrado la casa y solo les quedaba aquel pasillo pero el cabron era el mas terrorifico de todos. 

Amortiguados por la moqueta, los pasos de los pistoleros resultaban mudos y, en aquel silencio forzoso, pesado, espeso, el sonido de la madera crujiendo sono como un pequeño terremoto. Aquel sonido le recordo a Michael a la mecedora de madera de su nanna. 

Mal pensamiento se dijo a si mismo mientras veia como Renato hacia algo raro con su cuchillo. Ese chaval no estaba bien acabado.

Al ver que Renato avanza Ace se gira para apuntar a Lonesome. No le inspiraba ninguna confianza y no pensaba dejarle sin vigilancia. Era fácil apreciar que no tenía la determinación del asesino para apretar el gatillo, pero podía ser incluso más peligroso porque con lo asustado que estaba cualquier impresión brusca podía provocar su disparo. 

Renato permaneció en esa extraña postura...

Renato intentaba atisbar el interior de la habitación con su cuchillo. Por desgracia el borde de la puerta era un mero resquicio y para que su artimaña funcionase mejor sería más conveniente usar un espejito con un alambre. Pero al menos algo pudo atisbar: la habitación estaba iluminada y podía ver que formaba un pequeño pasillo donde, supuestamente, habría una puerta a un baño privado y luego se ampliaba. Desde donde estaba escuchaba el crujido de madera que claramente identificaba con el movimiento de una mecedora. Y algo más: el sonido de una respiración pesada. La respiración de alguien que tiene problemas de pulmón. Renato recordaba a su viejo abuelo Lucciano, que de tanto fumar podría decirse que al final de sus días robaba el aire más que respiraba. Ese tipo de respiración era la que escuchaba ahora el asesino.

Renato se levanto algo extrañado.

La Próxima vez recordarme que consiga un espejo pequeño y un alambre - dice en voz baja a sus compañeros.

Luego guarda su cuchillo con una extraña seriedad, para luego prepararse el arma, para disponerse abrir la puerta.

No se si serán imaginaciones mías o que, pero, dentro de la habitación mas que ver, solo escuchaba a mi fallecido abuelo, su dificultad para respirar, como si se estuviese meciendo de nuevo en su hamaca..., eso me parece una ofensa a un ser querido, que me estimaba mucho, no se de vosotros, pero voy a entrar a ver quien se esta burlando de mi...- dice en voz baja, con un tono de voz, inconfundiblemente molesto.

A la de tres, abriré despacio y entraré... - dice en un tono de voz, que solo escucharan sus compañeros... - uno... , dos... - con algo de fuerza y la "sutileza" de Renato, abre la puerta

Al ver a Renato decidido a abrir la puerta, y teniendo muy en consideración sus palabras, avanza con lentitud y respiración contenida. Queriendo mirar y no mirar, entre el pánico por descubrir que se esconde tras la puerta y la necesidad de responder sus dudas, de acabar con todo aquello. 

-No te muevas, no te la juegues.- dice en voz baja a Lonesome, intentando imprimir en su tono toda la dureza de que es capaz, y apuntándole mientras alterna la mirada entre la puerta y él. 

Renato abre la puerta. Tanto él como Michael están preparados para lo que pueda haber en el interior, mientras que la atención de Ace se centra en Lonesome. No va a dejar que el tipo se escurra aprovechando... lo que sea que pueda suceder. Lonesome, por su parte, mantiene la vista fija en la habitación y justo cuando la puerta se abre murmura:

- Se ha abierto la puerta...

No deja de ser una observación de lo más absurda. Sí, la puerta se ha abierto y muestra la habitación del viejo Terrasini. Hacía años que nadie entraba aquí salvo para limpiar pero todo sigue como si el viejo nunca se hubiera ido. Destaca al lado de la enorme cama con dosel una cómoda sobre la que se apilan decenas de imágenes de la Virgen. Al igual que tantos otros mafiosos el viejo mantenía esa extraña conexión del catolicismo con el crimen organizado. 

Pero desde luego lo que acapara la atención de todos los presentes es la figura que se sienta en la mecedora que hay a un lado de la cama. Aunque las sombras de la habitación impiden ver los rasgos de la figura encorvada y fibrosa que se sienta en la mecedora todos recuerdan el aspecto decrépito del viejo Terrasini semanas antes de que la Parca se lo llevase. 

Y la respiración pesada de una vida de fumador. Por si alguna duda quedaba la voz grave, cascada, afirma desde las sombras:

- He vuelto... pero tengo poco tiempo. Lonesome... tendría que haberte creído ¿eh? 

Una tos interrumpe la voz. Renato se mueve hacia el interior de la habitación sin dejar de apuntar hacia la mecedora.

- Baja el arma chico. No creo que tenga sentido... cogh... matarme dos veces. No sé por cuanto tiempo podré... hay una manera de sacarme de allí... el camino ya no es de único sentido... pero todavía no es el momento para mi hijo. Necesito que vuelva, que se haga con el control. Lonesome: tú le ayudarás... él... cogh... ahora lo entenderá todo. Y luego me sacaréis de allí. ¿Verdad? Tú sabes como hacerlo... Tú has hecho el pacto... cogh...

Lonesome ha perdido esa actitud de superioridad. Ahora parece realmente asustado. Su voz tiembla ligeramente al contestar:

- Hice el pacto para no cruzar la puerta, nunca para regresar...

El viejo levanta una mano como para apartar las disculpas:

- Distintos ritos misma finalidad. Más difícil, cogh, pero no imposible. No voy a perder mi tiempo discutiendo... hay algo que viene a por los Sellos... ya está aquí y se ha llevado a mi hijo. Tú sabes el ritual Lonesome... cogh... tú puedes dominar el Sello que tenemos aquí... trae al chico de vuelta... y luego regresad a por mí. He hecho cosas terribles pero también... cogh... cosas buenas. No merezco eso de nuevo...

La propia voz del viejo transmite una desesperación terrible en la última frase.

- Cuidado... cogh... la Sombra está en la casa... no os dejará bajar tan facilmente... Mi tiempo... el pacto acaba... volveré de donde he venido y sufriré por estos minutos durante siglos... salvo que Julen...

La figura empieza a desvanecerse, a volverse eterea...

Renato no puede creer lo que estaba viendo, el viejo Terrasini, hacía tiempo estaba muerto y ahí lo tenía hablándoles, mientras hablaba de cosas extrañas , sellos, sombras o a saber que, el pulso le empieza  a temblar, obligándole a quitar el dedo del gatillo, para evitar accidentes..., intenta recuperar la calma, pero su voz suena nerviosa, asustada...

¿ Alguna manera de acabar con la sombra o que se aleje ? - dice mirando primero al viejo Terrasini , para luego pasar la mirada a Lonesome

Michael casi se desmaya al ver a su viejo padrino. El viejo seguía igual aunque algo en su mirada había cambiado. Si esos horrores de los que hablaba eran lo que le esperaba a la gente como él y Michael, quizás iba siendo gora de pasarse más por la iglesia y confesarse mas a menudo...

-Don Terrasini...padrino, nos vemos pronto.

Ace queda boquiabierto al ver la situación en el interior de la habitación. ¿Aquel era el viejo Terrasini? ¿pero no estaba muerto?... De alguna manera consigue sobreponerse a la conmoción que suponía aquel encontronazo y se mantiene vigilante por si Lonesome intenta algún movimiento extraño. Ya tendría tiempo después para preguntarse como un muerto había vuelto a la vida por unos breves instantes, o de como alguien había conseguido crear una ilusión de ese nivel. Aunque eso sería si conseguía salir de aquella casa con vida...

- Esto significa que...- mueve la pistola en su mano, arrastrando la atención hacia Lonesome. - ¿Qué él es... él?

El espectro se desvaneció completamente sin responder a la pregunta de Renato pero asintiendo levemente ante la despedida de Michael. Michael, por su parte, estaba tan pálido como la pared, con la boca abierta de par en par. Se notaba que la cosa le había impactado. Ace por su parte intentaba echar mano de la lógica para no perder la calma.

- La Sombra es demasiado poderosa.- fue Lonesome quien contestó a Renato - Y me temo que la hemos subestimado. Con nuestro ritual pretendíamos enseñarle a Julen lo que había tras el velo pero algo sucedió... se nos fue de la manos. Si tan sólo pudiera recordarlo.- el hombre meneó la cabeza mientras acariciaba sus heridas como intentando recordar que las había provocado - Creo que al abrir el portal la Sombra aprovechó para entrar en nuestra zona... y ahora quiere levantar el Sello. 

Resopló como alguien que estuviera a punto de explicarle el misterio de la muerte a unos niños pequeños.

- No tenemos demasiado tiempo así que intentaré ser breve. Hay una fuerza, un Sello, en esta casa. Normalmente lo ideal es mantenerlo cerrado pero otro Sello se ha abierto ya en otro lugar, con lo cual no nos queda más remedio que entrar en el juego e intentar hacernos nosotros con toda la energía mágica que podamos. La Sombra no es tan fuerte o de serlo ya estaríamos todos muertos. No sé como ha logrado llegar hasta aquí el viejo Terrasini pero eso quiere decir que las puertas del Infierno se han abierto en ambos sentidos... y eso no es nada bueno.

Luego miró a Ace, que no dejaba de apuntarle:

- No tendréis más remedio que fiaros de lo que digo. Si logramos alcanzar el Sello y usar su magia quizás podamos traer de vuelta a Petucho, Ezzio y a Julen de donde quiera que estén. Y demorar un poco la fuerza de la Sombra. Al menos con eso ganaríamos el tiempo necesario para encontrar ayuda...