Partida Rol por web

El equipo tras perpetrarse y avituallarse abandonan la seguridad de los muros para adentrarse en los peligros más allá del baluarte. A buen paso descienden la ladera para adentrarse en la foresta que rodea la fortaleza. Ante ellos se extiende una meseta que conforma El Tauro y se extiende flanqueado por el gran pantano y las estribaciones de Ungoloz en el oriente. Siguiendo el mapa tratan de desviarse hacia la parte sur para ladear el Gran Pantano. El cielo límpido les acompaña y la brisa es suave. El grupo de aventureros avanzan a buen ritmo y esperan llegar al linde del Bosque Negro antes del anochecer.

Abandonando la protección del bastión, Thalos se siente liberado, pues estaba acostumbrado al privilegio de vivir bajo Los cielos estrellados y la inmensidad de las cumbres. Una sensación de nostalgia invade por unos segundos el corazón del guerrero al pasar cerca de Su antiguo hogar...más ahora Su casa es el mundo entero y todo lo que pueda conquistar de él y muchas aventuras le esperan.

Echo la vista atrás cuando el perfil de las murallas de la Fortaleza se pierde en el horizonte. Lo cierto es que estar demasiado tiempo en un mismo lugar me ponía de los nervios, hay quién diría que insoportable, pero esta visita fue realmente breve.

En cualquier caso, el objetivo era más que tentador.

- ¿Por qué lo llamarán bosque negro si los árboles tienen hojas verdes? - pregunto levantando la cabeza hacia mi amigo Thalos, contrariada, caminando a su lado.

Sildar avanzaba observando los bosques y las colinas, mantenía el paso firme y trataba de concentrarse en oraciones de viaje para permanecer relajado y tranquilo. Escuchaba a la mediana disertando sobre preguntas triviales y observaba las nubes moverse a lo lejor, el tiempo iba pasando desde que salieron de la fortaleza con calma. Las cavernas del Caos eran una amenaza próxima y pronto estarían en terreno peligroso donde podrían caer en una emboscada si iban sin cuidado.

Por fin emprendían el camino, solo esperaba que a la vuelta estuvieran todos, otra vez caminando rodeado de árboles, así era como yo veía el mundo y no rodeado de paredes como lo hacían la mayoría de humanos encerrados entre cuatro muros, se encaminaban hacia un lugar peligroso por lo que aprovecho el principio del camino para relajar mis sentidos a expensas de lo que nos encontráremos mas adelante, Jillian quizás cuando nos acerquemos al corazón del bosque algo podrido habite entre sus arboles, he conocido bosques tan densos que la luz del Sol apenas llega a su interior, los cuales se mantienen en penumbra cobijando a extrañas y diabólicas criaturas.

Comienzo a caminar junto al grupo, en silencio y detrás de todos. Teniendo un bárbaro y a un tipo como Sildar en la vanguardia no hacía falta que me pusiese al frente de la marcha, pero sí creo que es necesario que alguien vaya atrás por cualquier tipo de ataque sorpresa.

Con mi espada enfundada y mi escudo equipado, mantengo unas breves plegarias para que Velex nos ilumine el camino y nos bendiga con su eterna luz.

Los aventureros marcharon a buen ritmo, pronto llegarían al punto que marcaba el inicio del mapa, en la parte más septentrional del Bosque Negro. El camino estaba bien trazado y después del mediodía debían decidir si atravesar el mapa desde el norte o bordearlo y entrar por el noroeste que parecía menos frondoso. El grupo se detuvo junto al camino para decidir.

Sildar meditó la opción con cautela.

Si tomamos el camino podemos caer en una emboscada, pero el camino parece menos espeso- se paró haciendo una pausa, pensando muy bien lo que decía- Si tomamos esta senda desde el norte tendremos que tener cuidado de no caer en trampas y no dar de morros con los trasgos...en la fortaleza me avisaron de que esta fuertemente custodiada.

-Sea como sea, creo que necesitaremos que Elessar reconozca el frente- dijo dirigiendose al elfo sin levantar la cabeza del mapa- Thalos y yo deberíamos guardar el frente, Elderane y Jillian deberían cubrir el centro
 

¿Emboscada? ¿Trasgos?

Cualquiera de las opciones parece peligrosa, arriesgada, amenazante, azarosa... *¡Es genial!

- ¡Oh!¡Oh!¡Oh! - me acerqué a Sildar dando tres saltos con la mano levantada - ¡Ya lo tengo! - tras rebuscar en mi bolsillo saqué una moneda de cobre - si sale la cara del Rey emboscada, sino, ¡trasgos! - lanzo la moneda al aire y cubro el resultado tras recibirla con mi mano.

Thalos asintió ante la observación del hombre de armadura.El frente habia sido siempre su lugar en las contiendas.En el fondo estaba deseoso de cruzarse algun trasgo o enemigo,pues hacia mucho tiempo que no peleaba y ya comenzaba a aburrise.
-Por mi esta bien, al frente iremos y quien se atreva a atacarnos,perecerá...Mi acero tiene bien sabido que todo lo que sangra puede morir-
Declara el mocetón mirando a Sildar y tomando su hacha con ambas manos.Haciendo una pausa,se encamina hacia la pequeña picara e inclinándose,le susurra al oído : -Jillian...eres la única en la que confío,hasta ahora.Te protegeré,no dejaré que nada te pase,pero tienes que prometerme que seras cuidadosa,esto no es un juego dulce niña...¿Qué han dicho los dioses de la ventura?-Le pregunta,observando su manito cerrada con la moneda dentro.

Asiento ante las palabras de Sildar. No era mi lugar ideal el estar en el centro, pero probablemente en esta ocasión sea más útil allí, ya que podría hacer de soporte a cualquiera que estuviese rodeado y tendría acceso tanto al frente como a la retaguardia en caso de ser necesario.

- Bien, hagamoslo así. Y que Velex nos proteja a todos. 

A continuación desenfundo mi espada. De ese momento en adelante no la suelto y continuo con el escudo equipado.

El grupo queda en la parte norte decidiendo que ruta tomar y como colocarse. Mientras hablaban entre ellos en voz baja el sol sigue su curso y no se detenía. El bosque les esperaba con las manos abiertas y una sonrisa macabra, ¿que les esperaba en su interior? ¿Serían capaces de orientarse?. Eligieran lo que eligiesen el peligro les esperaba bajo la copa de los árboles.

Elijamos un camino u otro seguro que encontraremos dificultades, aunque no atravesemos el bosque ahora lo tendremos que hacer mas adelante, eso sera inevitable, pero si lo bordeamos ganaremos tiempo al evitar en parte el terreno elevado del macizo, que opináis vosotros..., una vez emprendamos el camino iré preparado con el arco alerta a cualquier movimiento.

Asintió de mala gana, el elfo llevaba razón. No era muy de su agrado tenerlo en el grupo, pero si alguien conoce los bosques son ellos.

-Es cierto- dijo con sequeda- Pero no me gustaría que esas ratas goblins pudiesen atacarnos desde una posición elevada.

Mirando el resto del grupo, mientras ajustaba su cota de mallas y embrazaba su escudo.

-Hay que decidir pronto, no podemos dejar correr el tiempo.
 

- El sol avanza con prisa, y si nos internamos en el bosque ahora lo más probable es que la oscuridad nos alcance antes de lo esperado, dejándonos en una posición de desventaja si algo o alguien decide atacarnos, debemos de bordear el bosque, al menos si nos alcanza la noche podremos establecer un punto de guardia sobre alguna planicie e internarnos temprano al bosque en el día de mañana. Defendernos en un lugar abierto es mucho mejor, menos posibilidades de chocar contra árboles o que nuestras armas se enreden con las ramas. Desde un punto de vista estratégico creo que queda claro que camino tomar.

El norteño miro a todos con asombro.El inminente encuentro con cualquier amenaza en el camino, lo hacia sentir animado y echando una mirada a las calaveras que colgaban de su ropaje a modo de laurel,bravo con entusiasmo esbozando una amplia pero maliciosa sonrisa: -¡Rodeemos la espesa arboleda entonces!... y si en el camino algun mal nacido tiene la desdicha de cruzarse con nosotros...¡¡¡una muerte dolorosa le daremos!!!-

Escucho con atención a mis compañeros.

—Bien, por mi parte acepto la sugerencia de bordear el bosque. Creo que es preferible afrontar la posibilidad de ser descubiertos en el camino, que los peligros ignotos de la espesura.

Aferro mi bastón y me preparo mentalmente para lo que tenga que venir. Los relativamente sencillos conjuros de «dormir» y «protección contra el caos» destellan en mi cabeza. Me encojo de hombros y acepto la sugerencia de Sildar de situarme en el centro del grupo.

Tras escuchar a mis compañeros levanto mis pequeñas manos escudriñando el resultado de mi moneda.

- ¡Oh! - grito con una enorme sonrisa mientras la guardo.

- Los dioses de la ventura nos sonríen, ¡escogieron el camino! - miento con extrema soltura.

Pues así hicieron los intrépidos y ávidos aventureros. Siguieron el camino que bordea el bosque. Con paso ligero consiguieron fácilmente bordear el bosque y alcanzar un lugar fácilmente defendible en caso de emboscada. Cuando el sol se puso se encontraban en un buen punto, de manera que, apartándose un poco del camino, un lugar perfecto para una campamento hallaron. el grupo se dispuso a montar un apresurado campamento con el objeto de pasar una noche. Media hora después ya estaban dando cuenta de sus provisiones de viaje. ¿qué les depararía la noche? Pasara lo que pasara quedaba atravesar esa zona del bosque para llegar el macizo que crecía en el centro de la parte septentrional del que llamaban el Bosque Negro.

Sildar depositó sus cosas en el suelo, y atrajo la atención de sus compañeros

-Creo que sería prudente montar guardias de dos personas por cada dos horas y media- dijo mientras relajaba los hombros, intentaba no parecer que fuese una orden para no alterar al barbaro- Lo más justo será sortearlas ¿Que opinais?