Partida Rol por web

Algunos os vais despertando lentamente sobre unos colchones duros. A medida que abrís los ojos, podéis ver vuestro alrededor. Las celdas en las que estáis prisioneros están completamente cubiertas de una especie de plástico blanco sobre las paredes, el cual parece resonar de vez en cuando con un zumbido extraño. Las rejas son de metal, pero lo que a simple vista parece un metal común y corriente, también resuena en una frecuencia extraña cada cierto tiempo.

Por no hablar de que todos los cuartos dónde os encontráis parecen moverse como si de un terremoto leve se tratara.

En ese momento, podéis ver a dos personas vestidas con monos blancos y con el logotipo de HUMANS en sus pecheras. Llevan a una chica ( Layla ) que no para quieta. Es una morena con el pelo largo y los ojos azules, vestida con uniforme de algún instituto de alguna parte del mundo. La chica lucha contra los hombres pero al parecer aún está aturdida y la arrojan dentro de una de las celdas con fuerza.

Al cabo de un rato, también traen a un chico desmayado. El chico ( Kenshiro ) lleva ropas de gimnasio, como de deportista y cuando llegan a su celda, también lo echan al suelo, dejándolo allí mientras poco a poco se despierta.

Las celdas tienen esta forma, de manera circular, se agrupan en dos pisos. Podéis veros unos a otros en cada piso, ya que en las paredes hay ventanucos con las mismás rejas vibrantes de la entrada. Son celdas bastante amplias dentro de lo que cabe, o por lo menos, mucho más amplias de las que podéis ver en las peliculas. Cada una tiene un catre embutido en la pared, una mesa y una silla de plástico y un vater pequeño para hacer vuestras necesidades, claro, a la vista de todos.

En el centro de las celdas, colgando desde el techo, hay una especie de pantalla hexagonal, la cual también podéis ver todos desde la entrada de las celdas. En la pantalla se puede ver el logotipo de HUMANS en rojo, sobre un fondo negro.

En ese momento la pantalla titila hasta que de repente, aparece un rostro desconocido para todos vosotros.

Bienvenidos a H.U.M.A.N.S. Dice el hombre de la pantalla esbozando una sádica sonrisa. Estamos muy contentos de teneros entre nosotros y como veráis, podéis encontrar todas las comodidades en vuestras celdas.

El hombre se aleja un poco de la pantalla y se sienta en un sillón realmente futurista en donde toca unos botones de uno de los apoyabrazos y continúa hablandoos.

Las celdas están programadas para resonar con vuestros poderes, por lo tanto, vuestros poderes no funcionan dentro de esas celdas. Por supuesto que no. Además, si queréis escapar, os advierto que las rejas están cargadas con una especie de campo electromagnético, el cual no es letal, no, pero os aseguro que quema y además, aturde como si un caballo os pateara en la nuca. Continúa el tío, ahora serio. Pero podéis hablar entre vosotros, claro, no somos tan malos. Como cada uno ha llegado de una parte distinta del globo, bueno, podéis conoceros si queréis o quedaros en vuestras celdas calladitos. Mi jefe vendrá a veros enseguida y a saludaros. Disfrutad de la estancia.

Y la pantalla se vuelve al logo del principio.

¡Hora de comer! Gritó un hombre jóven, de unos veinte años que se acercaba a cada una de las celdas con un carro con bandejas.

Paraba en cada una de las celdas para dejar una bandeja por una abertura entre las rejas al ras del suelo y continuaba su camino hacia la siguiente para repetir el proceso de dejar la bandeja.

¡Vamos! ¡Despertad y comer! Mi jefe os quiere con fuerzas para cuando él llegue, así que no le hagáis asco a la comida que está muy rica.

El chico se retira y os acercáis a ver que hay en la bandeja. Cuando la abrís, veis un plato con una especie de sopa pastosa blanca con grumitos blancos, que os recuerda mucho al suplemento de proteínas que comían en Matrix, y un vaso de agua de medio litro. Tenéis cubiertos, sí, son de plástico. Una simple cuchara y nada más.

El tío raro que os dejó la comida se retira silbando bajito una cancioncilla.

Me despierto algo desorientado sin saber donde estoy, me lleva un tiempo recordar lo que sucedio antes de llegar hasta aquí. En un principio pense que era una carcel pero cuando me levanto y veo como arrastran a una niña con un uniforme de un instituto me lo replanteo.

Aun acabo de descubrir mis poderes, aun no entiendo ni como funcionan y esta gente ya me secuestra, no pensaba que fuera tan facil de rastrear, esoy jugando a un juego que no comprendo, con unas apuestas muy altas y eso me pone nervioso.

Veo la comida que nos traen con algo de asco, ademas de que no sabemo si nos quieren drogar asi que la dejo a un lado mientras pienso en alguna forma de deshacerme de ella para que parezca que si la comí.

Veo otra niña y unas cuantas chicas más cada una en su respectiva celda y si hacemos caso a la grabación cada una con un "don" distinto, Estoy apunto de apoyarme en las rejas hasta que recuerdo la advertencia de la grabación, no me apetece comprobarlo.

Alguien sabe donde estamos o que esta pasando... Pregunto al aire mientras me siento y busco en mi bolsillo una baraja de cartas ya que no hay mucho más que hacer.

Me remuevo en el suelo de la celda mientras poco a poco voy recuperando la consciencia.ME incorporo confundido y miro a mi alrededor para intentar ubicarme.De repente recuerdo todo lo sucedido y me incorporo rápidamente. Lo que veo es desolador , parece que estamos en algún tipo de cárcel , o de laboratorio raro. Tomo uno segundos para relajarme , pero una especie de grabación interrumpe mi concentración a la que atiendo.

Poderes , a que narices se refiere este loco? mientras pienso recorro mi celda varias veces para familiarizarme con ella , trato de averiguar que es el material de las paredes, y cunado estoy a punto de comprobar la reja por el pasillo llega un sujeto mal encarado que nos echa de comer como si de animales se tratara, lo cual hace que me replantee la opción de dirigirme a el para pedirle un explicación.

Con cara de verdadero asco miro la bazofia del plato y decido sentarme en la cama a reflexionar. si existe alguna forma de huir de esta celda la encontrare ,solo debo relajar la mente y pensar bien mis opciones.

Abrí los ojos, tardando unos instantes en reaccionar. Lo último que recordaba era cómo me metían en una furgoneta y leía algo de H.U.M.A.N.S. que no sabia ni qué significaba, salvo que eran los que se habían encargadod e estar vigilándome durante los últimos meses debido a lo que aquella carpeta contenía.

Miré a mi alrededor, ya era tarde para pensar que había caído en una trampa, ya que lo había hecho de pleno y por mi cabeza tan sólo pasaba el llamarme idiota una y otra vez por no haber llamado primero a Malcom que él seguro que hubiera sabido qué hacer.

- ¿ Cómo se habían podido enterar estas personas, fueran quienes fueran, de que iba a poder hacer cosas " raras " seis meses antes de que pudiera hacerlas? Pero si ni siquiera yo sé cómo funciona!!

Ante la imagend e la pantalla, que parecía darnos una agria bienvenida, tuve que responder aún sin casi haber movido un músculo en mi celda. Me parecía que más jodida no iba a poder estar así que ya hablaba sin importarme demasiado las consecuencias..

- Perdona si a nosotros no nos agrada tanto el recibimiento! No somos animales, no necesitamos estar enjaulados como perros!!

En ese momento me hubiera puesto de pie para gritarle un par de cosas más, pero definitivamente no iba a valer la pena, así que me acerqué a los barrotes en silencio, con el ceño fruncido debido a mi cautiverio y mirando hacia alrededor, aunque sin tocar lo que claramente me iba a doler.. No estaba sola en aquel lugar, sino que había más gente en las otras celdas.

Un chico, que por la apariencia debía de ser más o menos de mi edad, fue al primero que escuché hablar, y respondí mientras me daban un plato de vete tu a saber qué que no pensaba ni oler.

- Lo único que sé es que me han secuestrado..

Abro los ojos poco a poco, me siento mareada  y algo confusa, mi vision se centra y comienzo a ver el lugar donde me encuentro. Intento recordar lo que habia pasado y cientos de imagenes me bombardean. El director, la azotea, Ed, el estadio, el informe, mi ropa rasgada, el saltar, Mike...

Un fuerte dolor de cabeza me recorrio tras asumir que habia pasado, acaricie mi cuello con dos dedos donde me habian pinchado y me acerque a los barrotes para mirar el exterior, la bandeja de la comida quedo en el lugar donde la dejaron, no tenia hambre...

Escuche a mis compañeros y me eche hacia atras sentandome contra una pared y undendi mi cabeza en mis rodillas.

Layla no pierde el tiempo y arrastras se separa de los tios que la han metido en la jaula tan rápido como su adolorido y adormilado cuerpo le permite.

Sus rasgos, claramente japoneses, contrastan con el azul pálido y casi cristalino de sus ojos, y aunque está a punto de cumplir la mayoría de edad, su cuerpo es el de toda una mujer adulta... y su mirada hace pensar que por dentro también lo es.

Joder... ¿Qué coño es esto?

Apoyándose contra la pared, observa rápidamente lo que alcanza a su vista, llevando una mano a su cabeza. Parece algo mareada todavía.

¿En la carcel? No... H.U.M.A.N.S... Me suena... ¿Me he dejado coger tan fácilmente?

Deja caer la cabeza, derrotada, pero solo durante un instante. Enseguida vuelve a levantarla con mirada desafiante y una leve sonrisa mientras se pone de pie apoyándose en la pared. Todavía no habrían desaparecido los efectos de la droga... pero era una rebelde nata.

A ver... tiene que haber algún modo de salir de aquí...

Se fija en la pantalla hexagonal que hay en el centro de la "torre", donde ya se proyecta la imagen del desconocido.

¿Mis poderes no funcionan? Jajajajaja... ¡Si no sé utilizarlos! Ni siquiera sé qué clase de poder tengo... Pero si no me ha hecho falta en 17 años, no lo va a hacer ahora. Pero joder... podían haberse esperado un poquito para atraparme, ¿no?... Vaya mierda... ¿Conocernos?

Mira a lado y lado, examinando a la gente que hay en cada celda.

Sí, claro... como si esto fuera un campamento de verano... En eso estaba pensando yo... Imbécil...

Su mirada antes desafiante cada vez se vuelve más hostil y agresiva. Sobretodo cuando aparece el tío de la comida y la primera reacción de la morena es pegarle una patada a la bandeja, tirándo todo su contenido hacia la reja. Luego se da la vuelta y después de dar un par de paseos por su "agradable" habitación, se tira en la cama, bocarriba, con los brazos detrás de la cabeza y las piernas cruzadas.

A mí me vas a dar tú órdenes... Lo llevas claro... comeré cuando a mí me de la gana...

No se ni como...no tenia que haber ido a ese lugar, no debi. Mi padre, despues del hospital estara preocupado  y volvera otra vez. Cierro los ojos para intentar pensar con claridad, me levanto y camino hacia la puerta de ese lugar.

Asi que sintoniza con mis poderes, pues que sepas que soy una maldita cabezota y saldre de esta, tengo la cabeza muy dura. Le termino de escuchar, asi que su jefe me quiere ver, muy bien, que me vea.

VEamos fuera si funcionan, por que como sea asi, solo voy a necesitar un milimetro de mi piel ahi para hacerle el daño que pueda a ese cabron. La comida, como que me voy acomer eso, desde luego que no.

Lo primero que deberiamos hacer es presentarnos, ya que somos prisioneros en el mismo lugar. A mi me llaman Elisabeth pero todos me llaman Betsy. pongo mi mano sobre el vaso de agua, bueno, al menos tengo agua, si funciona mi plan, pues algo menos de lo que preocuparme.

Miro la cuchara, plastico, pero...busco en la puerta la cerradura, es una locura, pero puedo intentar hacerlo.

Lucy Maria abre los ojos lentamente... sin distinguir el lugar, mirando a todos lados antes de incorporarse con suavidad, se lleva una mano en la cabeza, para apartarse el pelo, y confusa, sigue mirando alrededor. No, no lo reconoce. Intenta hacer memoria, en silencio, y sí, recuerda claramente las letras de H.U.M.A.N.S., mira hacia la pantalla, levantándose.

Se ha dejado atrapar fácilmente, no vio venir la furgoneta...

Mierda, mierda, ¡mier...! - puñetazo preparado, escucha voces - Calma. - el brazo vuelve a su lado.

Escucha lo que hablan, y mira el hombre que le trae la comida, dirigiéndose a él y sonriendo levemente: - Gracias - dice escuetamente. Mira la sopa, y la remueve sin permitir que se viera ni un indicio de asco.

Se sienta en lo que intenta ser una cama, sus movimientos son tranquilos... e intenta mantener alejado cualquier tipo de pensamiento. Sabe que si piensa en algo se va a derrumbar, y no, eso no puede ser. Ahora más que nunca va a demostrar lo que pensó al momento que la secuestraron: lo tienen claro si se creen que van a poder con Lucy Maria.

Una voz de mujer que se presenta.

Yo soy Lucy Maria - responde con su voz delicada y suave, luego, con el plato en su regazo, toma una cucharada - Que aproveche - y empieza a comer... sonriendo de medio lado y tomando una nueva cucharada.

Al cabo de un rato, el chico vuelve a pasar a recoger las bandejas. La única que ha comido ha sido Lucy María, la cual dejó limpia la bandeja y se bebió todo el vaso de agua.

El joven pasa con su carrito recogiendo todo y mirando con tristeza a los que no han comido.

No entiendo por que no habéis comido, no está mala la comida. Yo mismo la he preparado. Tiene todo lo que podéis necesitar para tener energías para las pruebas. Pero bueno, allá vosotros. Dice mientras sigue con su trabajo.

Oigo que algunas de las chicas se presentan y yo saco las cartas que extrañamente no son las mias. Supongo que al menos me serviran para jugar un solitario y pasar el tiempo

Perdonar mi descortesia por no presentarme antes, me llamo Peter El chico pone mala cara y yo me encojo de hombros. Lo siento chico espero no quedarme mucho tiempo esto tiene que ser algun tipo de malentendido.

Los demás ocupantes de las celdas comienzan a dar señales de vida , e incluso a presentarse. Por uno momentos me planteo si presentarme o no , pero finalmente la educación me puede y no vamos a dejar a una señorita con la palabra en al boca.
Me acerco hasta la reja y sin tocar los barrotes .
Me llamo Kenshiro , y desde luego mi intención tampoco es pasar mucho tiempo aquí.digo prácticamente mirando en dirección a la pantalla. Estoy seguro que nos observan por algún circuito interno de seguridad , cuestion seria saber cual es su tiempo de respuesta.
Al poco aparece el carcelero y me encaro con el . -Porque estamos aquí , y con que derecho se nos retiene en contra de nuestra voluntad.digo acercándome a el con algo de aspecto amenazador ya que quiero comprobar como son los protocolos de seguridad.

Escuchar las voces del resto de la gente me hacían estar algo más tranquila, aunque no era nerviosismo lo que sentía en esos momentos, sino más bien frustración por estar encerrada sin saber por qué y sin entender nada de nada.

El hombre que acababa de repartir la comida hacía un rato volvió a pasar para llevársela y encima casi pedía que nos disculpáramos por no haberla probado. En realidad, es que no hubiera podido ni tragar un bocado aunque hubiera querido, ya que estar así en lo único que me permitía pensar es en cómo salir y eso que casi estaba segura de que sería un suicidio intentar hacerlo.

Cuando el " cocinero " desapareció de mi vista respondí a las palabras de los demás, otra vez situada frente a los barrotes, como un pajarillo al que dejan en su jaula al lado de una ventana.

- Yo soy Megan. - Dije mirando a las otras celdas. - ¿ También estáis aquí porque podéis hacer cosas raras verdad? Lo supongo porque sino no se hubieran molestado tanto con nuestras celdas..

En ese momento recordé las palabras de Malcom y ya que estaba preguntando, seguí haciéndolo, aunque me parecía que se iban a pensar que estaba un poco loca:

- ¿ Sois todos de este planeta? Quiero decir, yo sí, pero...es curiosidad..

¿Malentendido? Dice el chico justo antes de retirarse con el carrito. Este no es ningún malentendido. Habéis sido seleccionados por mi jefe, el Gran Rabbiteen para sus experimentos. Claro que todavía no estáis preparados para ellos, y además, seguro que a él le gustará pasarse por aquí para veros en persona, o por lo menos desde la pantalla. Pero no os preocupéis, yo os cuidaré mientras tanto.

El chico termina de juntar todas las cosas y al final, se retira por una escalera silbando bajito.

No me podía creer que esto estuviera sucediendo de verdad. Ya me habían avisado de que esto podría suceder pero me lo tomé más como algo que en realidad no sucedería nunca, no como algo que fuera a suceder así, inmediatamente.

Ahora resultaba que no éramos presos, sino sujetos de estudio, cobayas humanas. Y el chico, encima nos hablaba como si fuera lo más normal del mundo.

Que te encierren en una celda, ya no es que se diga una experiencia digna de recordar, pero que encima te digan que lo que van a hacer contigo es experimentar ya es como ponerle una pistola en la sién a alguien y decirle que cuando te aburras vas a apretar el gatillo.

No sabía cómo todavía, la verdad es que mi fuerte nunca había sido planear nada y mucho menos, tener que pensar en algo que no fuéran números y en como hacer que cuadraran unas cuentas de empresas que ni siquiera sabía que existían, pero tenía que buscar la forma de salir de aquí como fuera o seguramente no lo contaría.

- Malcom, ahora es cuando de verdad necesito tu ayuda. ¿ Dónde estás? - Pensé a sabiendas de que no podría escucharme jamás aquí encerrada en vete tu a saber dónde.

Layla se ha mantenido en silencio desde que llegó... el único ruido que había salido de su celda era el de la bandeja al recibir su patada. Pero a pesar del silencio, sí había escuchado las conversaciones de fuera.

En un campamento se creen que están... lo que decía...

Piensa mientras una cínica sonrisa se dibuja en sus labios. No parecía importarle demasiado estar allí... al menos no todavía.

Saldré de aquí. Y entonces ese capullo se va a enterar.