Partida Rol por web

El tigre comenzaba a respirar pesadamente, su pelaje mostraba ya signos de sudor y su garganta se inflaba y desinflaba con cada palabra, la conversación estaba drenando sus energías con rapidez y aquel flashback parecía haberse tomado su parte de fuerza igualmente.

- Ellos... hombres... sabios...volver...al...ciclo...vida, Inconnu... nave ciencia, Némesis... nave venganza. Inconnu... no terminada... parte.... tripulación perdida morir planeta... 

Desconocer... destino... Némesis...

Khan... muy... anciano... ver... apagar... estrellas.

Razas...jóvenes... Khan... dudar... asari joven... buen corazón.

Salvar... hombres... sabios... Osiris... Khan entonces hablar más... -

Elora acarició la cabeza del tigre para que no se esforzara demasiado, la doctora había dicho que sus cuerdas vocales eran limitadas y no quería cansarlo de más.

—Hombres sabios... —murmuró en voz alta. Con lo de que habían vuelto al ciclo de la vida debía significar que habían muerto—. Científicos. Eran científicos y el Inconnú es una nave de investigación, ¿verdad?

Se pellizcó la barbilla, "Nave venganza" podía significar que la Némesis era nave de combate de las gordas pero, bendita fuera la diosa, si la nave científica que era el Inconnú tenía semejante bestialidad de armamento, no quería ni imaginar lo que podía tener la Némesis.

Claro que al parecer la Inconnú no estaba terminada. O igual lo que no habían podido terminar era la investigación si parte de la tripulación había muerto junto con el planeta. Y Khan desconocía el paradero de la Némesis lo cual la hacía coger aire y rogar porque no fuera a dar con ella algún tipo de indeseable de aquellos de los que la galaxia estaba llena. A saber lo que podría hacer.

Sonrió y se secó las mejillas que se le habían mojado cuando dijo que dudaba de las razas "jovenes" pero que ella tenía buen corazón. Si había entendido bien, aquel tigre era increíblemente anciano y desde luego pertenecía a una raza mucho más longeva que las asari... ¡que en la actualidad eran la raza más longeva conocida! Estrellas. Aquella criatura había vivido lo suficiente como para ver morir estrellas. Era increíble.

—Rescataremos a los hombres sabios, a los científicos de la Osiris—le prometió. No sabía si el deseo del tigre iba más allá del mero altruismo o no, y no sabía qué "más" quería contarle pero no pensaba presionarlo. Además, qué narices, ella ya quería salvar a aquella gente desde que se enteró que habían sido secuestrados—. Gracias por compartir esto conmigo, Khan. Significa... mucho. Y aún no tengo ni idea de cómo pero intentaré compensártelo de alguna manera.

Suspiró.

—Oye, si alguna vez te sientes solo y la doctora está descansando o está ocupada, puedes venir a buscarme a mí, ¿vale?—añadió—. Da igual la hora que sea, si no estoy en medio de una misión, ven a buscarme. Sé que no es mucho pero... nadie debería de sentirse tan solo. Y menos si tiene amigos cerca.

Considerar "amigo" a un tigre. Que la aspasen si aquello no era de lo más raro que había hecho en la vida.

Cojo el hidromiel y lo miro a contraluz. Lo pongo tres vasos y los lleno más o menos hasta la mitad.
-No viene mal tomar una copa después de una misión. Ayuda a encarar la siguiente.
Sonrío y lo levanto esperando un brindis antes de que Kerius empiece a contarnos qué ha estado viendo en la nave.

Se me iluminaron los ojos al escuchar al cocinero. Mas tarde pasaria a darle las gracias al doctor. Hidromiel de Thessia! Hacia años que no lo probaba. 

- Muchas gracias, encanto. - Recogí el vaso y lo levanté para brindar junto al resto. - Por el éxito de nuestras misiones. 

- Con mucho gusto- respondió Kerius ante la oferta de Connor.

Segundos después, el turiano asistía a lo que parecía una explicación acerca de las justicieras asari. Poco sabía Caelian de las justicieras, salvo que podían llegar a ser formidables aliados o  peligrosos adversarios. Todo dependía de cómo las molestases. Permaneció en silencio sin añadir palabras, ya que prefirió escuchar.

A continuación, el humano se dirigió a Connor preguntándole sobre su paradero una vez se separaron en el puente. Sin embargo, antes de que pudiese responder, el cocinero se acercó con una botella de hidromiel. Kerius aceptó el vaso y lo levantó para brindar. Echó un pequeño trago, seguido de un leve suspiro. ¿Por dónde podía empezar?

- He visitado la sala de armas. Tenía curiosidad por ver las armas, tras la increíble demostración de fuerza de los cañones Prisma.- se quedó mirando el color de la bebida.- Sin embargo, hay todavía mucha tela que cortar. El programa de traducción ha conseguido descifrar algunos nombres, en cambio hay otros que siguen siendo un misterio. Según me ha explicado la Capitana, para acceder a la información de cada arma, es necesaria una contraseña escrita con letras, números y símbolos. Y según el tipo de arma, la contraseña es mucho más complicada de descifrar- echó otro pequeño trago- Sólo he podido acceder a un número limitado de armas y los datos que habían eran más bien observaciones, con algunas pequeñas traducciones.- hizo una pequeña pausa y volvió a mirar el vaso que contenía el líquido.

- El problema, como me ha explicado Caelia, reside en el alfabeto de la nave, puesto que el traductor no ha sido capaz de traducirlo al completo. Sería necesario encontrar una equivalencia con el alfabeto tradicional o que alguna mente experta fuera capaz de transcribirlo.- miró a los ojos de sus compañeros, uno a uno para volver a recaer en el vaso de hidromiel.- Hay mucho trabajo por hacer.

Kerius sonrió y volvió a pegar un sorbo de su vaso.

En respuesta el tigre frotó su enorme cabeza contra el cuerpo de la asari. Incluso en un gesto tan suave la asari casi pierde el equilibrio por la enorme diferencia de peso entre ambas criaturas. Luego el animal se fue a las mantas y alfombras que le servían de cama y se tumbó cansado tras bostezar.

- Khan... amigo... de todos... -

Termino el vaso y dejo el cristal vacío encima de la mesa enfrente de mi. Espero a que Kerius y Elvos se lo acaben, yo no tomaré más. Una copa es todo lo que necesito y tampoco hay nada "grande" que celebrar. La misión está a medias y aun falta saber si vamos a continuar con ella. La verdad es que no la considero como una victoria y dudo mucho que ninguno de nosotros lo pueda considerar como tal, aunque estos pensamientos los aparto pronto de mi mente y me dedico a centrarme en las palabras de Kerius, es más fácil que darle vueltas a la misión. Pero la verdad es que me carcome por dentro el no haber podido dar con una forma de entrar en el ordenador central... Nos hubiera dado una visión global y unos datos muy necesarios. Pero ya no estaba en nuestra mano.
De todas formas la información obtenida por Kerius en cuanto a las dificultades de traducción de los datos de la nave arrojaban alguna que otra hipótesis más, con el tiempo necesario la tripulación, que parecía mucho más que preparada para ello, terminaría dando con la tecla y lo arreglarían. Estaba seguro de ello. Aquí no habían juntado a un grupo aleatorio de gente, aquí daba la impresión de haber juntado a un buen grupo de personas elegidas tras un extenso número de currículums excelentes. Al menos esa era la impresión que tenía desde que había puesto un pie en esta nave pese al error humano cometido nada más llegar.
-Me gustaría dar un paseo por la nave, ver la sala de motores, si hay campo de tiro... no se, me apetece perderme y descubrir sus lugares. Además, a parte de mi camarote me gustaría encontrar una zona en la que poder encerrarme a pensar entre misiones... No se si me entendéis, a lo mejor os suena raro, pero bueno. ¿Os apetece que nos movamos o quieres tomar algo, Kerius?
Miro a los dos esperando sus respuestas y después me centro en la asari, aunque me sorprende su entereza y la fortaleza que demuestra debe de estar aguantando un dolor lo suficientemente fuerte como para tumbar a cualquiera. O la medicación que le ha metido el doctor es muy buena o los huevos de Elvos son muy grandes, en cualquier caso, es un dato que tendré en cuenta.

- Seguro que encontrarás ese lugar especial- pronunció el turiano mientras miraba fijamente el vaso, todavía con un poco de hidromiel. Kerius sabía a lo que se refería o al menos creía saber por donde iban los tiros. Una nave podría llegar a ser como un segundo hogar y como en cada vivienda, todos tenían ese espacio que permitía la paz y calma suficiente como para ordenar ideas. Caelian creía que ya lo había encontrado, pero era todavía muy pronto como para afirmarlo.

Mostró una pequeña sonrisa, apenas imperceptible. Luego echó un último trago a la bebida, saboreando el líquido que entraba dentro de su organismo. Miró a Connor asintiendo.

- Estoy bien. A mi también me gustaría dar una última vuelta por el navío. Creo que he pasado un buen rato en la sala de armas y, tras informarme en el puente, desde ahí he venido al comedor. Seguro que hay algo que aún no hemos visto.

La Quariana, erguida y segura tras el casco, habló con voz serena, pero no por ello llena de vigor. En su lugar, sonaba suave y baja, propia del tono que adquieren las confidencias que sólo llegan a oídos de una persona.

— Capitana Sancrinus, vengo de revisar el triple núcleo de energía que sustenta el navío— informó la ingeniera—. Quería manifestarle lo esencial de destinar recursos personales a desentrañar su funcionamiento— carraspeó por lo bajo, reacomodándose con una expresión corporal ligeramente incómoda y defensiva—. Soy consciente de los numerosos misterios que ostenta el Inconnu, pero creo que la mejor estrategia para resolverlos "de raíz a ramas".

Apuré el vaso de un sorbo, y golpeé la mesa con él disfrutando de su sabor y textura, y del subidón de adrenalina que provocaba. 

- Está bien, si estáis listos larguémonos a explorar. - Me sentia como nueva tras comer un poco y ese licor. Era interesante y preocupante el tema de la traducción de la nave. En cuanto consiguieran la clave seguramente este maravilla de nave podría hacer cualquier cosa. Ciertamente habíamos escogido bien la nave. Con la nave Asari, nos habrían volado los geth. 

Tenia ya ganas de seguir con la misión y averiguar su proximo destino, a pesar de la recomendación de descanso del doctor. Pero tenia mas curiosidad por la nave. 

- Seguramente tendrá una sala de entrenamiento, tanto de tiro como de combate. Vamos a ver si las encontramos, Ok? - Diciendo eso me levanté de la mesa y pedí indicaciones a alguno de los tripulantes. 

Deseaba que tuviese una sala para entrenar. Ojalá el equipo le permisiese sacar todo su potencial con la espada. Habia mejorado mucho con el tiempo, y lo habia conseguido entrenando diariamente. Si podia hacerlo en la nave seria un motivo mas para ser feliz allí. 

Elora acarició los lados de la enorme cabeza del tigre con las manos cuando este la frotó contra ella. Esbozó una sonrisita triste cuando éste le respondió y luego se puso en pié sacudiéndose las rodillas, recogió las tres macetas y las devolvió a su lugar.

Necesitaba pensar en todo lo que había ocurrido de modo que se dirigió a su camarote. Y de paso descansar un rato.

La capitana se permitió unos segundos de silencio mientras ponderaba las palabras, sus dedos se movían lenta y mecánicamente por la barbilla, un gesto muy común e involuntario cuando alguien esta sumido en reflexiones complicadas. Finalmente adoptó una posición más relajada antes de contestar.

- Sin tecnicismos, ¿de qué personal especialista estamos hablando y en base a qué debería incorporarse? -

El grupo se desvío por un pasillo lateral no muy lejos de donde habían recibido la equipación para el asalto a la Osiris. Por los silenciosos pasillos del Inconnu solo había algún técnico ocasional comprobando los sistemas o soldado en estoica guardía. Todos se cuadraban o saludaban a la comitiva cuando esta pasaba cerca.

Finalmente llegaron a una amplia estancia, mucho más grande que el comedor, era evidente que se habían traído multitud de máquinas de gimnasio, pesas, bicis, sacos de boxeo, planchas, etc. Todo el lugar se había acondicionado por si la tripulación deseaba ejercitar los músculos, incluso había una suave melodía de fondo que debía proceder de alguna emisora principal de la galaxia.

Pero no vieron nada acondicionado como galería de tiro, o ring de sparring ni nada parecido. Solo había un corredor muy amplio de cristal con varios bloques sólidos del mismo material en el suelo. Tanto el suelo, como su pared y techo estaban fabricados con el mismo cristal que formaba las terminales informáticas de la nave.

Solo vieron un turiano envejecido caminando por el extraño pasillo, tomando lecturas con la omniherramienta mientras musitaba algunos cálculos mentales en voz alta. Kerius reconoció el uniforme de la segunda flota en el camarada, algo que era un honor solo superado por pertenecer a la primera. Los galones le identificaban como teniente instructor y portaba varias medallas y condecoraciones.

— Un equipo de criptología y otro de física atómica— resolvió Caemmi presta—. El primero, para mejorar la comunicación con el Inconnu. El segundo, porque navegar con el Inconnu sin comprender su fuente de energía es uno de los mayores riesgos.

- La Dalatrassa se toma muy en serio los protocolos para incorporar cualquier tripulante al Inconnu, los enchufes en esta nave no sirven para nada. Traer un equipo entero de criptologos y físicos atómicos llevaría muchísimo tiempo, y por otra parte los que ya han estado en la nave no han logrado muchos avances.

Si ustedes en consenso encuentran alguien que consideren preparado es posible acelerar los trámites e incorporarlo, no cuestionare inicialmente a ninguna incorporación que venga debido a sus observaciones.

Por el momento les puedo facilitar una lista con el personal especializado de la nave. -

Me quedo mirando al viejo turiano galardonado que no puedo hacer otra cosa que mirar a Kerius y asentir.

-Permítame que me cuadre yo en este caso. -Sonrío cuadrándome y haciéndole un saludo. -¿Podemos ayudarle en algo?

La pequeña vuelta les condujo desde el comedor hasta una sala parecido a la de un gimnasio. Justo al lado un corredor de cristal sin nada para destacara aparentemente. Quizá El Inconnu guardase nuevas sorpresas, sin embargo Kerius abrió los ojos al reconocer a un compatriota suyo vestido con un uniforme de la segunda flota y galardonado con diferentes medallas.

Sin duda la nave tenía tripulación de primera división, pensó Kerius. Para él era todo un honor compartir la misma nave con miembros de un gran rango. Quizá él en un futuro también podría llegar a tan alto. Quizá.

- Permiso concedido- contestó también con una sonrisa a Connor. Aún así, Kerius mantuvo una postura de respeto, casi erguido, hacia el otro turiano. No era para menos. No todos los días podías ver a miembros que perteneciesen a la segunda o primera flotilla.

El turiano se tomo unos segundos para examinar a todos con la mirada, parecía anciano y curtido, muy curtido. De estos individuos que buscas superviviente y su cara es lo primero que te viene a la mente. Saludo marcialmente pero adoptó una pose cómoda, lejos de los formalismos militares.

- No hacen falta los formalismos, soy yo el que se siente honrado de contemplar a lo mejor de la galaxia. Fessil Baresh, oficial instructor de la segunda flota sección primera.

¿Fascinante tecnología verdad? Los pirados que ensamblaron esta nave eran maestros en el uso de la realidad virtual. Jamás he visto un simulador de combate como el de aquí. No se como nuestra azucarada oficial de informática ha hecho funcionar esto, pero su esfuerzo es digno de elogio. -

Kerius se relajó al ver la expresión del cuerpo de Fessil, una pose que difería de lo visto a la capitana Sancrinus. Las palabras del instructor no pillaron esta vez por sorpresa a Caelian. De nuevo, la nave volvía hacer uso de la realidad virtual. ¡Como casi todos los elementos de la nave! Pero, ¿cómo sería ese simulador? Tenía curiosidad y ganas de probarlo. ¿Sería tan real como el propio campo de batalla?

- ¿Se puede hacer una demostración para verlo?- preguntó el turiano con síntomas de emoción.- Tengo muchísima curiosidad por ver cómo está implementado. Si es posible, claro está.- añadió.

Al llevar y ver al turiano curtido sonreí. Era cierto que la nave tenia sorpresas, y tener con nosotros a un turiano de la segunda flota era todo un privilegio. 

- ¿Simulador de combate de realidad virtual? - Dije con algo de excepticismo. Tal vez estaria bien para practicar y estudiar oponentes, pero nada como una lucha real para desarrollar las habilidades de combate. - No se... seguro que entrenas el cuerpo en un simulador así?