Partida Rol por web

La posadera os informa de que son dos bits por cada habitación y día que os quedéis, lo que incluye un rancho básico dos veces al día y agua para beber. Esperando que lo aceptéis, os lleva arriba para mostraros vuestras habitaciones. Son de lo más sencillo, con solo una mesita y una cama, todo muy bien cuidado. Cheery se ha mostrado cortés y amable, pero ahora frunce un poco el ceño y añade con tristeza.

-Solo pueden quedarse durante tres días. Lamento si eso les causara inconvenientes... -termina con un suspiro.

Habían llegado a un pueblo minero, bastante tranquilo en apariencia. Los potros jugaban y los ancianos se dedicaban a descansar sus viejos huesos con charlas o partidas de dados. Hasta aquí todo normal. Lo raro (o quizás no tanto) era como todos les miraban, como llamaban a los potrillos para refugiarles dentro de los hogares. Quizás era normal, quizás un pueblo minero no estaba acostumbrado a tener visitas... 

Un anciano les salió al paso, Fair se dedicó a escuchar. Si estaban asustados por su presencia, bueno, el no era el más inspirador de todo el grupo. Por suerte la labia de sus compañeras consiguió que dieran la ubicación de la posada, poniendo rumbo hacia el lugar. Entonces Cookie comenzó a hablar sobre lo que debería hacer el grupo. Como siempre, el pegaso se mantuvo callado y con la mirada al frente mientras caminaba. Hasta que Azure le dijo que debería quedarse él en la posada. Resopló con fuerza y tardó unos segundo antes de contestar a la yegua -No- contestó de manera tajante, dedicándole una mirada severa a la pegaso. Él era un solado, uno de los bueno además. De una gran familia de guerreros , ¿Cómo que debía quedarse cuidando de una posada? La Princesa no le había mandado a la misión para no hacer nada. No, él no pensaba quedarse sentado a esperar que algo ocurriese. 

Así que con esas ideas en su cabeza, siguió a las demás hasta la posada, donde una vez más Cookie pidió habitaciones para el grupo y la posadera muy amablemente subió con ellos a mostrar donde se iba a hospedar. Entonces Cheery hizo un comentario que hizo que el semental mirase extrañado a la yegua -¿Tres días? ¿Por qué tres días? 

La cocinera estaba feliz de que las habitaciones de la posada fueran de coste moderado, por lo bien construida y equipada que estaba Cookie pensaba que era una posada para ponies ricos con dinero, mineros seguramente. Pero las ultimas palabras de su anfitriona dejaron a Cookie sin palabra, algo muy malo debia estar pasando. Visiblemente preocupada se acerco a Cheery y le preguntó:

-Se que somos desconocidos pero puedes contarnos que esta pasando. Te ves visiblemente alicaida.*

Luego de eso la cocinera dejo sus pertenencias en un cuarto solo llevando un par de alforjas vacias, se acerco al valeroso pegaso semental y le dijó de manera animosa:

-Si tanto quieres ir afuera ven conmigo a hacer unas compras. Ademas te ayudaria a pasar mas desapercibido, si vas tu solo creo que espantarias a todos en el pueblo.

Al decir esto ultimo Cookie soltó una risilla, por un momento se imaginaba a Fair como parte de una atracción de una casa embrujada en donde con tan solo estar parado ahuyentaba a los ponies. 

Azure frunció el ceño ante la respuesta de Fair, pero le explicó el porqué le había pedido eso con voz tranquila, susurrándole.

- Fair, sólo dos de nosotros somos soldados de verdad, y tenemos que cuidar de los demás. Es por eso que siempre es mejor que alguno de nosotros se quede con ellos, sólo para asegurarnos de que no les pasará nada. La decisión queda en tus cascos.

Después de eso, escuchó a Cookie y asintió despacio, respondiéndola en el mismo tono.

- De acuerdo, pero ten cuidado. Nosotras iremos por nuestra parte a dar una vuelta, por si nos enteramos o vemos algo.

Una vez aclarado eso, y antes de entrar en la posada, miró a Rain, que se había ofrecido tímidamente (y puede que hasta por accidente) a acompañarla y la sonrió levemente.

- Vamos.- Y se dirigió con ella hacia el interior del pueblo.

Los lugareños no parecen muy contentos por vuestras preguntas pero lográis reunir cierta información. Al parecer el día del eclipse llegó un meteoro envuelto en un aura morada y fue a parar al interior de la mina. Desde entonces no han podido extraer material y muchos se están planteando abandonar el pueblo, al menos durante un tiempo.

Cuando preguntáis el motivo que les impide enmudecen y se niegan a seguir hablando con vosotras, no importa cuán insistentes seáis.

Cheery te mira con los ojos cerrados, tratando de evaluar si mereces esa confianza.

-El día de la Celebración del Verano, -comienza pausadamente.- poco después de que comenzase el eclipse, llegó una estrella fugaz que brillaba con luz púrpura. Cayó al interior de la mina y desde entonces nadie ha podido volver a entrar y no podemos conseguir nuevos minerales. -suspira con tristeza.- Teníamos la esperanza de que la guardia de las Princesas pudiese hacer algo, pero cuando nos avisaron de que no vendrían...

Menea la cabeza y os muestra una media sonrisa.

-Los mineros están debatiendo que hacer. Yo me iré con mi hermana si no encuentran una solución en estos tres días.

Con la reacción de Fair la pegaso blanca agachó las orejas y un poco la cabeza, sin separarse de Azure, mirándola de reojo al escucharla hablar, sin aportar mucho por el momento.

En el momento en que la pegaso violeta le habló alzó un poco la cabeza y asintió con esta lentamente, comenzando a seguirla con paso calmado sin distanciarse de ella a malas penas. Los ponies del pueblo no ponían mucho de su parte cuando se iba indagando cada vez más en lo que sucedía en el pueblo, lo que lo hacía más sospechoso todavía.

- Esto cada vez es más raro... - Comentó más para ella que para quien la rodeaba, removiendo la cola un poco molesta por no tener las respuestas que buscaban.

Cookie solo pudo soltar un triste suspiro al escuchar los lamentos de la pobre posadera, se acerco a ella y mientras la hocicaba de manera afectuosa para animarla le dijó:

-No puede ser, pobrecita, no puede ser que abandonen su modo de vida por una estrella caida de los cielos.

Se aparto de ella y preguntó:

-¿No hay nada que se pueda hacer?, ¿y si la mina se ve libre de lo que la esta invadiendo podria salvarse el pueblo?

La cocinera esperaba ayudarla con su problema, no queria que tan lindo lugar cerrara junto con todo lo demas. Nuevamente la hocico amistosamente y le dijó para luego guiñarle el ojo en señal de confianza: 

-No se preocupe señorita Cherry, presiento por las naranjas en mis flancos que pronto todo se va a solucionar.

Ya cuando las dos se pusieron en marcha, ambas se tomaron su tiempo para ver si conseguían averiguar que estaba pasando. Había que ir con cuidado, pues no querían alterar a nadie ni causar problemas. Y, por fortuna, algo pudieron sonsacarles a algunos ponies, sobre todo la que podía ser la localización del Elemento que buscaban. Sin embargo, había algo más, algo que les preocupaba sobremanera. "Algo ha pasado ahí abajo... Algo terrible." Dedujo la exploradora.

Pero había otra cosa que la preocupaba y esa era Rain. Tras asentir a lo que dijo, la miró, decidiendo aprovechar el momento.

- Sí, tienes razón... Oye, Rain, ¿puedo preguntarte algo? - dijo suavemente - ¿Te ocurre algo? Sé que yo no soy la pony más sociable, y también que a veces puedo ser muy distante, pero he notado aún así que llevas varios días muy callada...

Una vez más, sus compañeros tenían cosas que hacer. Buscar cosas sospechosas, información, víveres… y él se quedaba en el grupo de vigilad las cosas para que no les salgan patas y se vayan corriendo. Que sí, vale, había estado enfermo pero ya se encontraba mejor y quería sentir un poco de la emoción de estar resultando útil para algo. Mientras Azure y Rain se marchaban y Cookie se ganaba la confianza de la posadera, Book dirigió una mirada a su maestro.

-Entonces… ¿podré seguir estudiando?

La yegua escucho como la tabernera les relataba las tribulaciones de la estrella... sin duda debia ser el elemento de la armonia que habia ido a parar aqui.

Con calma se acerca y le pone un casco en el hombro.

- Tranquila, las Princesas no nos olvidan -le dice sonriente y con una seguridad en los ojos que podia transmitir calor al corazon acongojado de la mujer- pero diganos ¿Quien podria contarnos mas sobre el suceso?

Ciertamente es raro que las princesas no actuen ante un suceso así, pero en este pueblo no saben lo que realmente esta ocurriendo, y porqué no puede ayudar la Guardia Real. 

Ahora estamos nosotros aquí, por fin estamos cerca de uno de los elementos. Ahora tengo más ganas aún de salir a investigar el pueblo. Magia muy poderosa y artistas del metal. Es perfecto.

La pegaso estaba metida en su propio hilo de pensamiento, pero cuando se percató que había hablado más alto de lo que pretendía se sonrojó un poco, sorprendiéndose de la pregunta que le estaba haciendo su compañera, desviando un poco la mirada cohibdia.

- B-Bueno... desde... que me magullé el ala... no he sido de gran ayuda... y... me sentía como un estorbo... - Confesó con las orejas agachadas y la cabeza igual, teniendo la mirada fija en el suelo - Que...que no servía para nada... y no quise ser un lastre... - Suspiró sin levantar la vista, haciendo surcos en la tierra con la pezuña.

La exploradora pensó, por un momento, que quizás estaba siendo una entrometida al preguntar algo semejante a una compañera con la que no había hablado tanto desde que se uniera al grupo. Esta línea de pensamiento se reforzó al ver como Rain apartaba la mirada.

- Lo siento, quizás no he debi...- empezó a decir un poco tímida, siendo interrumpida por la otra pegaso, que comenzó a explicar el porqué de su actitud. No miraba a Azure mientras hablaba, pero ella no dudaba para mentirla o algo, sino por vergüenza. Shadow, comprensiva, se acercó y extendió un ala para ponerla sobre la grupa y hombros de la otra, diciendo con un tono suave, como el que a veces usaba con su hermano pequeño:- Rain, no  eres un lastre... Todos somos importantes en el grupo y no te tienes que preocupar por cosas así. Conozco esa sensación: me pasaba cuando iba de misión con veteranos al ser una novata. Pero a todo se acostumbra uno. Además, tú estabas malherida: que te sientas así por ello sólo habla de las ganas que tienes de ayudarnos a todos. ¿Y sabes? - añadió con una leve sonrisa - Si alguna vez necesito otro par de ojos en el aire a mi lado, siempre pensaré en ti primero.

Escuchó el relato de la yegua y meditó sobre el tema. Sin duda era preocupante que la Princesa no actuase, pero también lo era que estos ponis lo pasaran mal y se viesen forzados a irse de su pueblo. Se quedó pensativo mientras sus compañeras daban su opinión sobre el tema.

Torció un poco el morro y miró a las yeguas -creo que debería ir a las minas. Me aseguraré de como es el riesgo allí. Si alguna quiere acompañarme, es bienvenida.

Tras decir esto, comenzó a encaminarse hacia la salida. Vale que las dos pegasos había ido a buscar información, pero si las minas tenían un verdadero peligro... Bueno, no contaba con que pudiesen salir bien con el ala de Rain aún débil. 

Cloudy ha estado la mayor parte del viaje pensativo y aislado de los demás. No estás seguro, pero crees que está planeando algo grande. Al escuchar tu pregunta asiente.

-Iniciaremos con algo sencillo. Ve al límite norte del pueblo y reúne todas las rocas que puedas del mismo tamaño. Iré enseguida, antes quiero saber algo.

Gira la cabeza hacia la conversación que Fair y Cookie mantienen con la posadera.

La yegua agradece las amables palabras de Cookie, pero cuando esta empieza a preguntar Cheery enmudece. Parece de veras incómoda y musita una excusa para retirarse, sin embargo cuando Fair habla de sus intenciones se planta delante de él con rapidez.

-Nadie puede acercarse a la mina. Es decir, no sin la aprobación del gremio. Agradezco su preocupación, pero no es nada en lo que deban involucrarse unos extranjeros.

Delante de él la diferencia de tamaños es clara y con el añadido de la inquietud tan característica que Fair provoca en los demás no es de extrañar que las ultimas palabras de la yegua sean un susurro. Cloudy ha terminado de hablar con Book y se acerca más para ver que ocurre.

El anciano se sitúa en tu flanco derecho y te mira fijamente. Desde vuestra pelea en el campamento ha tratado de evitar en lo posible cualquier enfrentamiento, pero ahora parece querer decir algo. Ha estado la mayor parte del ultimo tramo pensativo y aislado de los demás y tu intuición te dice que trama algo. 

-Tenemos que hablar. -dice con suavidad, volviendo a centrar su atención en la escena.