Partida Rol por web

Con muchas dudas, el escudo fluctua pero no se desvanece. No es hasta que todas las armas están en el suelo que el escudo desaparece completamente. Sin la luna y teniendo que doblegarnos me siento impotente y furiosa...aunque poco puedo hacer. El miedo me invade. Ha estado ahí todo el rato, pero ahora es especialmente fuerte.

-Na-Natty...-Entiendo lo que ocurre, entiendo que no hay otra. Se me humedecen los ojos y me encojo.

Ante las ordenes no quedó otra mas que rendirse así que Cookie tiro su sartén al piso. Una vez hecho esto cruzó las patas delanteras y declaró:

-Lo recuperare no lo olviden.

La cocinera no sabia que hacer, estaban rodeados y ahora el líder de los Changeling decía cosas como que eran "ganado" a lo que Cookie replicó:

-¿Muu?*

Si tales criaturas se alimentaban de amor como los vampiros de los relatos eso significaba que los mineros estaban vivos. Habia una oportunidad de salvarlos.

-¿Amor…? -repitió sorprendido en voz baja.

Por eso les llamaban ganado… Desde luego sonaba mucho mejor que comer directamente ponis… pero tampoco explicaba demasiado. Bajo el manto del miedo el joven pony no dejaba de darle vueltas a aquel asunto. ¿Y cómo se alimentarían del amor? No era como alimentarse de margaritas, que llegas y… te las comes… ¿Se referirían al amor tal y como lo entendían ellos? ¿Por qué necesitaban el amor de otras criaturas? Si tan vital resultaba apara ellos podían haber intentado, por ejemplo, quererse unos a otros o algo así… Claro que entonces encontrar pareja sería cuestión de vida o muerte. Menuda presión.

Para cuando quiso darse cuenta acompañaba al resto del grupo rumbo a… lo desconocido.

Mientras la exploradora y Appendix mantenían un duelo de miradas, Night Green se adelantó, sorprendiendo un poco a Azure, dejando caer la lanza. Shadow alzó una ceja confusa cuando ella la miró, pero entendió su mirada, dudando sólo por unos segundos antes de asentir despacio y bajar el arco, destensándolo. Después de todo, la pegaso azabache confiaba en el criterio de la madura pony, pues sabía tener la cabeza sobre los hombros y posiblemente era la más sabia del grupo, después de Cloudy. Además, tampoco era que la soldado estuviera encontrando muchas opciones: incluso si sorprendían a sus enemigos con algún truco (¿quizás un empujón con el escudo de los unicornios?), no había forma de que lograsen ganar a tantos oponentes con un grupo formado por tantos no combatientes, entre ellos un potro, sobre todo si todos sus enemigos sabían usar magia. Aún usando su mejor opción con esa táctica, que era que Fair se lanzase a por Appendix para abatirlo de un golpe y arrancarle el Elemento mientras los demás trataban de concederle esos valiosos segundos, todo dependería de eso, un único ataque. Y dado que desconocían los poderes que el Elemento de la Magia le pudiera estar dando a la criatura, sus posibilidades quedaban aún más limitadas.

Tras dejar el arco y el carcaj con cuidado en el suelo, su atención volvió a centrarse totalmente en el líder de aquél grupo de Changellings, después de que este amenazara a Night Green.

- La de mi compañera era sólo una duda razonable, Appendix. Después de todo, al no haber oído nunca hablar de tu gente, pues decir que es un imperio nos resulta raro. O habéis sabido ocultaros muy bien, o... bueno, induce a pensar que se trata de un imperio modesto. El tono de Azure había sido educado en todo momento, pero las palabras podían levantar algunas ampollas.

A medida que caminaban a vete a saber donde, una nueva duda le surgió a la exploradora que no dudó en formular mientras también analizaba en busca de ideas o soluciones.

- Yo tengo una. Si os alimentáis de amor, ¿por qué encerrarnos? Sinceramente, la criatura que os dijese que para conseguir amor había que tener a ponies en jaulas nunca estuvo en una: son uno de los lugares que menos sentimiento de amor pueden inspirar, junto con estas cuevas - dejó caer -. Os saldría mejor... no sé... "cultivarlo" entre vosotros o salir a "recolectarlo".

Appendix encabeza la marcha. Se mueve con entusiasmo y hasta emite algunos sonidos que podrían ser alguna especie de canto horriblemente retorcido. La horda de changelings se mueve a su ritmo, sin dejar de vigilaros constantemente. Un siseo ocasional de advertencia o un amago de mordisco os mantienen conscientes del peligro que suponen aquellos seres.

Aunque las orejas de Appendix -giradas hacia la yegua- indican que ha escuchado las palabras de Azure, no parece tener interés en responder. El resto de los suyos si intercambian miradas y hasta parecen algo preocupados por la mención del imperio. Sin embargo el siguiente interrogante sí llama su atención.

-¿Cultivar el amor? -dice, girando la cabeza hacia atrás mientras sigue caminando, divertido.- Que sabor mas espantoso sería ese. Nosotros no amamos, no está en nuestra naturaleza. Y en cuanto a tu pregunta, es más fácil alimentarse si sabés donde está tu comida. Además, si los otros ponis anduvieran sueltos podrían molestar a mis trabajadores, quizás incluso tratasen de huir. Odiaría tener que matar a unos cuantos para reestablecer el orden. ¿Tú no?

Guiña un ojo, aunque el otro también reacciona y se medio cierra, quedando un gesto más bien extraño.

Poco después vuestros cascos empiezan a pisar en terreno más blando y veis como las paredes están recubiertas de un tipo de moco verde, más bien solido y poco pegajoso. Más adelante el túnel desemboca en una enorme cueva que os deja boquiabiertos. La ciudad entera de Canterlot podría caber allí y seguramente aún sobraría sitio. El pétreo techo se mantiene gracias a enormes columnas naturales, con una altura y grosor que sobrepasan al de cualquier estructura poni. En uno de sus extremos se aprecia un lago de aguas cristalinas alimentado por una fina cascada.

Hay una impresionante cantidad de changelings, pero en la inmensidad de aquel espacio es difícil decir un número exacto. Con seguridad superan los trescientos, eso sí. Trabajan con afán, esparciendo aquel líquido verde por algunas zonas, mientras otros cuidan de unos hongos que desprenden una suave luz blanca. Hay pequeñas construcciones, casas y desde vuestra posición intuis el lugar de las celdas, bien custodiadas.

Viéndose rendidos y prisioneros Cookie siguió con sus compañeros hacia pasillos sombríos y de negrura infinita. Iba cabizbaja pues temía lo peor, llevados prácticamente a ciegas no supo distinguir por donde habían avanzado y por tanto complicaba la salida-Brigada Green, ojala sepa lo que hace-Pensó la cocinera con angustia.

Por suerte en el trote no todo fue negrura, hubo un tema que se tocaba en la marcha y era el amor, de como los cambiantes lo usaban para comer y como lo obtenían. Ante las afirmaciones de su insectoide captor Cookie alzó el casco como si estuviera en una excursión, pero viendo que el gesto corporal no era visible se aclaró la garganta y musitó:

-¿Como de que no se puede cultivar el amor Señor Appendix?, ¿Sabe cuando menos como funciona los cultivos?

La cocinera avanzó un poco, esperando que su voz se oyera mejor.

-Verá, nosotros los ponies terrestres cuidamos de los árboles y las plantas con mimo y afectó, esperando que cuando crezcan y maduren den lo mejor de si mismas. Esto tiene resultados pues los campos nos dan rico heno para comer y los arboles sabrosas frutas de todo tipo, naranjas, peras, duraznos y...-Cookie dio un apagado gruñido, como si la sola mención de esta fruta la irritara un poco...grr manzanas.

Paro un momento y trago saliva, esa condenada fruta le traía malos recuerdos, en especial por esos sombrerudos y sus campiranismos. Dio un profundo suspiro y volvió al tema:

-¿En que iba? Ah si, sí los ponies terrestres podemos vivir en armonía con los arboles y las hierbas ¿Por que ustedes no pueden hacerlo con los ponies?. Si se trata de obtener amor no les seria mas fácil vivir entre los ponies, cuidar de ellos y así obtenerlo mas fácil.-No se veía pero la cocinera se rasco la cabeza y de repente se le ocurrió-Sería como nuestra relación con las vacas, nosotros las cuidamos y ellas a cambio nos ofrecen su leche y como están felices la leche que producen es más sabrosa.

Mientras Cookie balbuceaba sus ocurrencias no noto que ya habían llegado al bastión enemigo, creyendo haber visto grandes galerías subterráneas esta iba más allá de lo que ella hubiera visto, tan grande como un valle diminuto podría jurar que una montaña cabría ahí. Su impresión fue interrumpida por una repentina sensación pegajosa en sus pezuñas, alzó su casco delantero derecho y vio que estaba cubierto de moco verde, dando una mueca de asco la cocinera vio que ya no podría cocinar en condiciones, no con esas patas asquerosas.

¿Eso la afectaba mas que su precaria situación? Quizás.

La conversación entre Azure y ¿Apendix? Parecía interesante, aunque este no parece compartir mi opinión. ¿En que clase de cautiverio mantendrán a los ponis para conseguir amor? Cookie por otra parte empieza a explicar, de una forma un tanto ineficiente, las ventajas de "cultivar". Caminamos por los túneles por los que, sin duda alguna, nos habríamos perdido sin remedio. Llegamos a una zona que parece más iluminada, una especie de hongos resplandecen en las sombras. 

-"Vaya, luz "natural" por fin"

Caminamos sobre suelo firme, aunque al mirar abajo parece más bien un liquido, es extraño, y algo desagradable. Pero las vistas pronto me distraen del material de las paredes. Ante nosotros se abre una cueva gigantesca, con cientos de Changelings por todas partes: Cuidando de sus cultivos de hongos luminosos, construyendo estructuras con este limo verde, o simplemente patrullando. También se ve lo que parecen celdas no muy lejos de donde estamos, y esta claro que nos dirigimos hacia allí. 

Toda esta escena me intimida mucho más de lo que ya estoy. Estoy segura de que nadie está más asustado que yo.

Aunque el líder de los changellings no respondió a las pequeñas provocaciones de la exploradora, Azure estaba obteniendo respuestas de otra forma. "Algo inquieta a los demás..." Observó. "¿Es posible que se hayan independizado de otros como ellos? Quizás... Pero tengo que saber más..." Tenía pinta de que podía ir consiguiendo más información, a pesar de todo. Seguramente de forma lenta, pero menos era nada.

Appendix sí que respondió a su pregunta sobre otras formas de conseguir amor y, aparte de que parecía no haberlo entendido del todo, si intentó quedar siniestro con las insinuaciones de muerte, a Shadow no le impresionó. Antes de poder decirle algo al respecto, Cookie intervino, dando su visión de aquello junto con una explicación que apoyaba un poco la pregunta anterior de la exploradora.

- Además - apuntó ella -, también he hablado de "recolectar". Salir fuera a conseguir amor... no sé, ¿espiando a parejas? Turbio, pero más elegante que el secuestro. ¿O es que no podéis dejar las cuevas? ¿Acaso os hace daño la luz del sol?

A medida que seguían hablando, el interior de la caverna cambió a medida que avanzaban. Lo pudieron notar primero en sus cascos, dejando de pisar piedra y tierra a pisar... no sabía muy bien el qué, aunque debía ser más o menos lo que recubría las paredes y no era agradable a la vista. Pero aquél túnel no era sino un simple anticipo.

Frente a ellos se abrió una caverna algo iluminada (Azure vería pronto que la razón de que esto fuera así eran unos extraños hongos luminiscintes) y, al entrar, los ponies capturados, pudieron ver que era enorme, más de lo que posiblemente muchos habrían creído posible. Era natural, sin duda, y era bella a su manera, con el lago, las gigantescas columnas, etc. Una civilización entera podía vivir allí.

Y de hecho, lo hacía.

Al ver todos los changellings que había allí, Azure supo que antes había subestimado a las criaturas en exceso y que ahora las cosas se ponían realmente mal para que ellos pudieran simplemente escapar, no digamos ya hacerlo con el Elemento de la Magia. Normalmente, la exploradora no era muy dada a los tacos o a expresar ciertas cosas en voz alta, pero en esta ocasión fue incapaz de contenerse.

- Hostia puta.

Appendix y todo lo que se van encontrando en el interior de la cueva… da bastante asquito. Si algo ponía nervioso a Book, además de los animales salvajes, era la suciedad. Detestaba cuando el escurridizo polvo que se escondía entre los libros se colaba en su hocico y le hacía estornudar pero todavía le desagradaba más cuando uno de sus cascos se metía en un charco. Ese momento pegajoso de… estirar para salir en que parecía que la tierra le tuviera agarrado le daba escalofríos. Y ahora todo el suelo que pisaban era blandito como si fuera a empezar a hacerlo en cualquier momento. No se hubiera acercado a una de las paredes mocosas ni por todos los bits del mundo. A los hongos, en cambio, sí que se hubiera acercado a observarlos. Pero, claro, eran prisioneros y todo eso.

Una nueva idea empezó a rondarle entonces. Si les necesitaban para alimentarse… y ellos fracasaban en la misión de recuperar los elementos… ¿No les terminaría afectando también a ellos? Es decir, a la larga o algo así… Ya, pero aunque le dijeran eso, ¿por qué iba a creerles?

Agachó las orejas apesadumbrado. Seguro que a esas alturas su maestro ya hubiera ideado al menos cinco planes para escapar y salvarlos a todos o derrotar a esos seres. Él todavía era bastante nuevo en lo de ser prisionero.

Night Green avanzo ojo avizor ante todo lo que se abria ante ella. La primera parte del plan ya habia sido resuelta y era infiltrarse donde estaban los changelings, ahora venia lo complicado, encontrar a los demas, arrancar el Elemento de las pezuñas de ese colmilludo y salir. Seguramente tuvieran a todos los demas encerrados...

Cuando la cueva se abrio ante ellos hubo un segundo en el que se quedo atonita... ¿Como podian haber pasado desapercibidos ante los ojos de todos los ponis? Evidentemente no lo habian hecho cuando habian notado las desapariciones de sus "presas" pero aun asi...

El afan y la estructura de las construcciones le hacian recordar a los de una colmena de insectos... ¿Tendrian algo que ver? Desde luego si eran ponis eran unos muy raros... Ya pondria su teoria a prueba.

Escuchaba la conversacion con interes tratando de conocerles mejor. Si necesitaban recoger amor y consideraban a los ponis como un buen "ganado" quizas podria jugar una carta mas adelante... quizas, aunque aun no era el momento. Lentamente se situo junto a los potros con actitud protectora.

De momento esperar era su mejor movimiento.

Contempla con satisfacción vuestras caras al encontraros cara a cara con lo inmenso de sus dominios. En especial la de Azure.

-Tomaré eso como un halago. Ahora nos reuniremos con los vuestros, no os alejéis demasiado si valoráis vuestra seguridad.

Muchos changeling salen a vuestro encuentro para saludar a Appendix, aunque luego vuelven de inmediato a sus tareas. Incluso desde tan cerca apenas conseguís ver rasgos distintivos en ellos, como si fueran la copia casi exacta de un solo individuo. Tampoco usan vestimentas o abalorios que les diferencien entre la masa.

Los edificios son simples, similares a pequeñas chozas cuadradas sin puertas y con agujeros redondos como ventanas. La temperatura es algo baja, pero eso no parece importarles, pues no hay fuegos ni otras fuentes de calor. En cambio si hay muchos tipos de hongos, no solo los luminiscentes. Por desgracia no llegáis a ver que les den un uso mientras os acercáis a las jaulas. 

Sus custodios portan casco y armadura de un material azul oscuro que parece mineral. Tras un rápido saludo Appendix les indica que abran las jaulas. Los ponis de su interior se retiran un poco, temerosos. Ninguno de ellos parece herido o enfermo.

-Como os prometí, aquí están los otros, sanos y salvos. Podéis relajaros con ellos hasta la hora de las comidas.

Vamos caminando por entre las cuevas, es fascinante...y a la vez un aterrador. Nunca había visto materiales como los que usaban, podría ser interesante conseguir un poco para trastear con él. Y las armaduras de los guardias parecen hechas de algún tipo de metal sin refinar.

En nuestra caminata voy mirando a todo lo que nos rodea, da bastante miedo, y cada vez que un grupo se acerca para saludar a nuestros "escoltas" me alejo dentro de lo que me permite el grupo.

Los ponis desaparecidos estaban enjaulados en una zona apartada, pero no menos vigilada. Parecían ilesos, al menos a primera vista.

Mientras la comitiva avanzaba Cookie intentaba sin éxito quitarse la baba de las patas, no por que le diera asco sino que así no podía manejar alimentos, esos hongos luminicentes se veían apetitosos y quería probar con unos de ellos una sopa de Hongo con Cebollas.

No tuvo tiempo de coger alguno para dicho experimento pues parecía que habían llegado al poblado Changeling, era interesante y hasta eso tenían casas, a Cookie se le figuraban mas como insectos gigantes por lo que esperaba un panal gigante, no un pueblo.

Pronto llegaron a la zona de contención y ahí estaban, varios de los ponies perdidos. La cocinera intento acercarse mas se contuvo al ver la reacción de los carceleros. Para mal, tendría que esperar.