Partida Rol por web

Preludio.

Habían salido. Por fin. Había estado tanto tiempo moviéndose entre las sombras que no sentía la luz cuando se posaba sobre él. Y después de tantos preparativos habían salido. No conocía bien al grupo que la ciudad blanca había elegido. Pero no podían ser un gran estorbo. Si había conseguido engañar a tanta gente durante tanto tiempo seguirles el rastro no sería muy complicado.

Llegó al palomar. Miró sus pasos. Nadie le había seguido. Soltó la paloma con el mensaje codificado, por supuesto. Su maestro estaría complacido.

Turno 200

Viento. Viento fue todo lo que recibieron del clima los primeros cinco días de viaje. Viento y una continua monotonía consistente en desayunar, cabalgar cuatro horas, comer, cabalgar otras cuatro horas, cenar con el culo encallecido y dormir en el camino, al confort de las tiendas. En cada tienda podían dormir dos de ellos lo que dejaba un sitio libre siempre pues dos de ellos se turnaban cada dos horas para hacer guardias.

Nehifile sólo precisaba descansar la mente unas cuantas horas lo que le dejaba tiempo para estudiar sus libros y pergaminos. Aileron estaba algo descontento. Había soñado con aventuras de cuento y en sus notas de cronista no había nada de relevancia que anotar. Elenya estaba más contenta, lejos de la constricción de los muros de Minas Tirith y el resto ... ¿Quien sabe? Era imposible discernir nada de las intenciones de Lorac o ver a través de la rigidez marcial de Hador o Asenoc. Y Krau ... Krau definitivamente era él mismo y todos lo sabían. Habían aprendido a soportarse y se llevaban bien.

El camino seguía. Al final del quinto día agradecieron ver un grupo de tres carretas que se cruzaban con ellos. Eran comerciantes enanos, provenientes del reino de las Cavernas Centelleantes. El rey Gimli había establecido buenas relaciones comerciales con Gondor y no era extraño ver enanos en una dirección u otra llevando mercancías.

Buenas noches. Dijo el enano.

La comitiva consistía en unos doce enanos, cuatro por carreta que se turnaban para guiar las carretas y proteger las mercancías.

El enano que llevaba la voz cantante y que ya había hablado puso las manos sobre un bello cinturón que portaba con remaches metálicos.

¿Qué noticias traen de los caminos?

Lo cierto es que había algo de tensión pues al observar los hierros que portaban los guerreros algunos enanos se mostraban alerta. Pero seguramente era prevención ante un posible asalto.

Turno 201

Por fin podía respirar aire fresco, aunque hubiera preferido que fuera menos aire, pues el viento hacia molesto el camino. Elenya ya estaba acostumbrada a este tipo de viajes y sabía lo que tenía que hacer así que, salvo que Hador le dijera lo contrario, solía abandonar de vez en cuando la formación en busca de posibles emboscadas que pudieran sufrir. Aunque estaban aún en tierras del reino, nunca se sabía dónde podía estar el enemigo, pues ya habían sido asaltados en el propio puerto de Minas Tirith. El resto del tiempo bromeaba y charlaba con sus compañeros, siempre con ese tono alegre que la caracterizaba.

Comenzaba el anochecer del quinto día cuando se cruzaron con una caravana. Eran las primeras personas con las que se cruzaban y parecían comerciantes enanos. Su caballo flanqueó al de Hador y su vista, rápidamente, se fue hacia los alrededores en busca de más movimiento. No dijo nada, había una jerarquía por la que ella no debía responder  y había que respetarla, así que se mantuvo alerta y en silencio por lo que pudiera ocurrir.

Turno 201

Por fin, después de cinco días de aburridas cabalgadas, nos cruzábamos con alguien. Aparentemente eran comerciantes Enanos. De por sí, los Enanos ya eran un raza que, aunque tozuda, me resultaba admirable. Eran trabajadores, honorables y grandes guerreros.

Tras observar la preocupación que mostraban por nuestras armas, separo los brazos alejándolos de la empuñadura de mi arma, mostrándome así no hostil.
Sonrío y saludo al Enano con una leve inclinación de la cabeza, en señal de respeto.

Me mantengo en silencio… por el momento…

Turno 201

Las noches eran, como siempre, lo más tranquilo y aburrido del viaje, salvo cuando coincidía en la guardia con Elenya, con la que se volvían más hasta divertidas. Había una parte traviesa que siempre renacía en compañía de su pícara compañera. Una noche algo hicieron, pero nadie se enteró. Quizá algún día lo hagan, quizá no.

Al encontrarse con los enanos les sorprendió su iniciativa a la hora de saludar y preguntar. Por instinto, sabiendo que debían llamar poco la atención, había cubierto su rostro con la capucha de su capa. El viento ya no era tan terrible y los elfos eran llamativos allá donde estuvieran. 

Intentando que su cantarina voz no sonara tan élfica, saludó a los enanos sin descubrir sus rasgos.

Ha sido un viaje tranquilo y silencioso. Hay poco trasiego por el camino. 

Turno 201

El camino fue tranquilo para el dunadan, y de hecho ya extrañaba el viajar con sus compañeros, tras tantos años, ya era algo que se antojaba como una convivencia familiar. Los días pasaron como sopa recién guisada, apenas y pudieron saborearse mientras fluían por su garganta.

Así, al llegar el quinto día de viaje y encontrarse con aquellos enanos, Hador se encontraba de buen humor con gran confianza de lo que les deparaba el camino, pero no obstante siempre había que ser precavidos, por ello, desde que los divisaron a la distancia, le hizo señal a Krau de que retrocediese y se mantuviese alerta. El no era un buen conversador, le dejaba eso a Aileron, en quien confiaba plenamente; no obstante, era su deber como líder del grupo el dar la cara en aquellos momentos, y por ello, se puso al frente junto a otros.

-La paz sea con ustedes señores enanos. El camino hasta la ciudad blanca está completamente libre de problemas por lo que su camino resultará placentero. Que noticias hay del norte?- preguntó con cordialidad.

Las Cavernas Centelleantes cumplen sus tratos comerciales con Minas Tirith, como pueden ver. Y palmea con confianza una de las carretas. Estas mercancias llegarán a su destino en tiempo y hora. El Rey Gimli no habla a la ligera.

Reflexiona

El camino está despejado. En un par de días encontrarán una buena posada, no dejen de dormir y cenar en ella pues tiene unas buenas viandas que no deben despreciar. Llegarán a Edoras en unos tres días si mantienen un buen ritmo.

Veo que son buena gente. Dijo el enano con una mirada apreciativa. Tal vez puedan adquirir algunas de las mercancías que portamos en la última carreta que está destinada al comercio normal. Todo es de excelente calidad y de manufactura enana.

Turno 201

Krau mira a los enanos y se sonríe. Siempre le han hecho gracia esos hombrecillos. Su caballo caracolea inquieto mientras escucha.

- Suena bien... Una buena cama y buena comida... Eso está bien... -asevera ante las palabras del enano.

Luego, espoleando levemente al caballo se acerca a la última de las carretas a echar un vistazo a las fruslerías.

Turno 201

Aileron estaba aburrido, lo cual era peligroso. Salir de la capital había servido para levantar el ánimo del cronista, haciendo más fácil olvidar el terrible ataque a su amigo el príncipe.

Importunaba a sus compañeros con su inacabable verborrea o con su música, a partes iguales. Estaba convencido de convertir el viaje para sus compañeros en algo tan aburrido como lo que él mismo estaba viviendo. Era el único consuelo que le quedaba.

Cuando la caravana enana hizo un alto para conversar con ellos, sonrío como un niño. Se apeó del caballo y fue a hablar con los enanos con su mejor sonrisa. Era gratificante poder hablar con alguien nuevo para variar.

- Loados sean los valar por obsequiar a los inquietos de espíritu, los viajeros, con buenas posadas. – Comenta saludando con la cabeza a los enanos. – Será un honor poder ver la legendaria habilidad de los hijos de Aulë. Mi nombre es Aileron.- Comenta presentándose.- En verdad hoy somos afortunados.- Comenta con una sonrisa a sus compañeros

Turno 201

Donde hay mercancías hay ladrones. Observo los alrededores unos instantes antes de hablar…

No estaba interesado en comprar nada por el momento y tampoco en detenerme a charlar con los Enanos. No obstante… no costaba nada ser educado. Quién sabe si algún día nos volveríamos a encontrar…

Ciertamente… dudo que pueda pagar las excelentes armas forjadas por vuestros herreros. Mi compañero esta en lo cierto, no creo que nadie pueda superar jamás la habilidad de los Enanos con el Yunque.

O en la elaboración de una buena cerveza – bromeo

Turno 201-B

Con una gentil y elegante inclinación de cabeza al enano, se despidió y acompañó a quienes iban a ver las mercancías. Eran buena gente, pero, como ya había comprobado en sus viajes, la noticia de que una elfa estaba cerca recorría los caminos más rápido que sus caballos. 

Ojeó las mercancías, pero también alrededor. Estaban parados y quizá alguien podía darse cuenta. 

Turno 201-C (flash back durante la guardia con Elenya)

Aguantando la risa por la ocurrencia, las dos chicas, cuan colegialas, escribieron una carta de una admiradora secreta que decía tal que así:

"​¿Son tan dulces tus versos cuan tus besos?
Como tus notas, imaginando,
Mi piel bajo tu piel vibrando.
Adivina mi nombre y cumpliré tus deseos."

Tras este tórrido poema había una petición y una promesa. Inspiraría al bardo Aileron a una búsqueda de su admiradora?
 

Turno 201-C (flash back durante la guardia con Elenya)

Le pareció divertida a propuesta de Nehifile así que accedió gustosa. Ella no era nada buena con las palabras, así que dejó la responsabilidad de escribir la carta a la elfa, quien se desenvolvía en aquel ámbito infinitamente mejor. El caso es que la nota, aun siendo lo más cursi que podía escuchar, podría funcionar, pues Aileron era ese tipo de persona a la que le gustaban esas tonterías.

Una vez tuvo la carta entre sus manos, se las apañó para dejarla en el petate del bardo, bien abajo para que no pareciera que acababa de ser puesta ahí.

Resolución Turno 201

¡Cerveza! Bien dicho. Sabéis hablar a un enano del modo correcto.

Respondió el mercader a Asenoc.

Venid y probad este buen caldo, pero no dejéis que se suba a la cabeza. Podría venderos un barrilete para calentar las noches.

Otro de los presentes hablaba animadamente con Aileron al cabo de unos minutos. El ambiente se distendió definitivamente. Aquello se convirtió en una reunión de cotillas dándose noticias y de vendedores tratando de hacer negocio.

¿Sabéis el chiste del elfo que entra en Moria y ...?

Cuando descubren que Aileron es bardo le piden que declame algunos versos. Le ofrecen al buen hombre algunas semillas que podrían terminar en buenas historias con la pluma adecuada. La tragedia de los enanos de Tumul-Gavin que luego sería Dol-Guldur, las hazañas de las tribus enanas que acabaron con algunos de los más terribles dragones de antaño.

La noche termina deslizándose y decidís pasarla en compañía de aquel grupo de alegres vendedores. Hacéis guardias conjuntas y encontráis algunas cosas que podrían ser interesantes. (ver más abajo)

Los cotilleos circulan y de entre ellos surge el tema del Rincón del Malabarista. Por lo visto es un lugar donde han creado una escuela de artes y espectáculos. Allí se representan obras de teatro y se forman artistas y juglares.

Las Cavernas Centelleantes son una fuente inagotable de gemas y minerales y verlas por dentro es como descubrir el sol debajo de la tierra pues sus paredes brillan con fuerza ante la luz de las antorchas.

Se ha descubierto en ellas Mithril, que se extrae con sumo cuidado y se vende a incalculables precios.

La noche pasa tranquila y sin sobresaltos. Los enanos duermen dentro de las carretas aunque cuatro de ellos hacen guardia y con el amanecer os despedís sin mas contratiempos.

Los días siguientes el viento va amainando hasta llegar a desaparecer. El tiempo resultante termina siendo agradable y soleado sin llegar a calentar demasiado. Termináis por llegar al final del segundo día, tal como os habían dicho los enanos, una bella y acogedora posada. Tal vez sea momento de dormir en una cama.

Estás comiendo y rebuscando entre tus provisiones cuando al fondo de tu petate encuentras una nota de extraña manufactura que pone así.

"​¿Son tan dulces tus versos cuan tus besos?
Como tus notas, imaginando,
Mi piel bajo tu piel vibrando.
Adivina mi nombre y cumpliré tus deseos."

Evidentemente no es tu letra.

Turno 201

La jovialidad de los enanos era contagiosa. Especialmente alegre y divertido fue el chiste del elfo que entraba en Moria, con el que no pudo evitar reírse. Si imaginaran que una elfa noldor les escuchaba sin ofenderse, muchos mitos caerían. Así que no quiso decepcionarles revelando su identidad. Tras unos árboles, descubrió su rostro, pero arregló su cabello de manera que las pequeñas puntas de sus orejas quedaran ocultas. Con la luz de la luna y la embriaguez, los enanos nunca notarían el leve resquicio de la luz de Amán en los brillos de sus ojos. Pero no haría falta. Ahora lo sabía ya. Sus sueños se lo habían revelado. Nunca visitó las Tierras Inmortales. La Luz no formaba parte de su aura. De hecho, debía ser una de las aureolas más mundanas de toda su raza. Como la de cualquiera allí. 

Los cachivaches y armas enanas eran de gran calidad, pero, como solía pasar, de poca utilidad para una mujer dedicada a El Arte.

Turno 201

Krau inspecciona las fruslerías y no encuentra nada de su agrado. Aún así, al oír la palabra cerveza, se acerca al enano y desde entonces parece su mejor amigo. El atardecer pasa raudo entre los vapores de la cerveza y el amanecer encuentra a Krau con un terrible dolor de cabeza fruto de los excesos de alcohol. 

Con ciertos problemas, logra subir al caballo y mantenerse arriba durante el día mientras la banda de pífanos y tambores elfos resuena en su cabeza. Según pasa el día, se va despejando aunque cada poco tiempo, mueve la mano hacia atrás y acaricia el barrilete de cerveza enana que reposa atado a la silla.

Finalmente, la posada aparece en lontananza. A nadie le hace mal el dormir en una cama y comer una comida decente así que, espolea el caballo y lo pone al trote camino de la posada.