Partida Rol por web

Bueno chicos... Ahora agradecer el servicio... - Digo mientras los Aipom y Ambipon recogen los platos con la misma destreza con la que los repartieron y sonrío agradeciendoselo a la vez que el Emolga y el Primeape asienten con la cabeza con una sonrisa satisfechos - Y bien, ahora vamos a subir a la habitacion... Que nos hace falta un baño y descansar un poco... - Digo mientras me limpio las manos y la boca con la servilleta para que no quedara ningun resto del adrezo de la ensalada mientras me levantaba y guiaba a los dos pokemon por las escaleras.

Sacudió la cabeza recobrando el sentido cuando la opresión se disipó, levantó la vista, observando el pueblo, tomó sus pokebolas y liberó a sus 3 compañeros. Magnus y Angel podían caminar a su lado, mientras que Hitch observaba todo desde la altura, colocado sobre la cabeza de Kaoru como si se tratara de un gorro violeta.

¡Bienvenidos a Arcadia, chicos! Ahora que estamos aquí, deberíamos ocuparnos de lo mas importante: Conseguir un mapa, averiguar si hay Centros Pokémon aquí... Sería genial encontrarse con una Enfermera Joy, ¿Verdad? Preguntó a Angel, quien junto a él había ayudado varias veces en el Centro Pokémon de Ciudad Verde y de tantos otros lugares en los que había parado. Luego se giró a Magnus. Si, iremos al bosque a por bayas, quizá hasta descubramos alguna variedad nueva, ¿No te emociona eso? Le sonrió ampliamente, mientras Hitch ya posaba sus ojos sobre los pokémon a sus alrededores. Pokémon nuevos, quizá desconocidos... Estiró la mano y le hizo cosquillas a Hitch. Ya te lo imaginas, eh, Pillín! No tienes remedio, Casanova. Hithc rió animado. Caminó en búsqueda de un centro pokémon o un hotel donde quedarse. En caso de no encontrarlo a simple vista, preguntaría a los lugareños.

-Agradezco tu ayuda- dije con sinceridad- por cierto que es el templo de los héroes, aunque no tienes obligación de decirme, si hay alguna casa de turismo seguramente podría encontrar ayuda allí-

-Es justamente a lo que suena: Un recinto dedicado a ciertos seres que actuaron con heroísmo en el pasado, y alrededor tiene mucho terreno natural aparte de la montaña. Nunca he estado ahí porque el trabajo es constante, esta muy lejos y no se si pudiera escalar eso. Los pokemon voladores no pueden llegar hasta ahí arriba, sus alas se congelan...no conozco tus capacidades como para ponerlas a prueba, pero te ruego que consideres que tanto vale el riesgo.

-Cuento con un héroe en mi equipo, así que no te preocupes- dije sonriendo, me era mucho más fácil hablar con mujeres que con hombres y sobretodo si se mostraban tan amables, claro que si lastimaban a mis pokémons podían odiarlas de todos modos, por más tiernas que se viesen, como paso en el concurso- te agradezco de igual modo tu preocupación y lo tendré en cuenta, nos vemos- tras decir esto salí y comencé a caminar a ver que había de interesante en el pueblo, sobretodo ver si podía conseguir un mapa de la región.

Ángel y Magnus se vieron bastante entusiastas ante el nuevo viaje que tenían por delante, de hecho el último hasta andaba dando brinquitos para liberar algo de energía de forma saludable (y que no incluyera electricidad). Estuviste caminando por las calles comprobando que no necesitabas tener cuidado de pisar ninguna cola de algún pokemon ya que los del pueblo sabían moverse bien entre la gente. Tu Ditto estaba callado, observando desde la posición privilegiada que tenía los alrededores. Tras un rato, diste con lo que creías era un centro pokemon, una tienda de comida, y una tienda de mapas, y las indicaciones para llegar a un hostal. El aire tenía un leve y agradable olor a carne asada, proveniente de la tienda ya que fuera de esta se estaban cocinando algunos cortes.

Acarició la cabeza de Magnus con entusiasmo, evidentemente era el mas alegre de los cuatro de haber llegado hasta allí. Conseguir un lugar donde dormir era menos importante que comprar el mapa y, dado que habían comido en el barco, mas importante que la carne asada... aunque sin duda su estómago estaba cambiando de parecer al sentir el aroma en el aire. Como ninguno de sus pokémon es carnívoro, probablemente no estuvieran tan tentados por la carne asada como él, aunque sin dudas al verle comer le pedirían que cocine o prepare algo para ellos.

Avanzó hacia la tienda de mapas, tener una buena noción del área y de los caminos le serviría muchísimo durante toda su estancia en la región y cuanto mas detallado fuera el mapa que pudiera conseguir, mejor estaría.

El edificio (o mas bien casa de forma simple) tenía un cartel afuera. "Mapas". Simple, pero eficiente. Un aviso algo mas pequeño bajo este indicaba entrar sin hacer mucho ruido. Justo cuando ibas a abrir la puerta salió una jovencita tapándose los oídos con prisa, y escuchaste un chillido aturdidor viniendo de la tienda.

Por dentro, el lugar, de madera y piedra, no tenía mucho adornos o sitios a destacar aparte de vitrinas con mapas y algunos tapices de muchos Swablu. Un solitario mostrador de madera esperaba al final de la sala, con un tazón grande de frutas variadas y un mapa a medio hacer, con pintura y lápiz alrededor. Detrás del mostrador viste a un joven de aspecto débil y nervioso, temblando un poco mientras comía una manzana del tazón. Vestía de colores que no combinaban, llevaba lentes, y con poco esfuerzo notaste que parpadeaba a tiempo dispar. Te miró temeroso cuando entraste.

-¡NHG! ¿Q-que necesitas?

La noche pasó tranquilamente y sin sorpresas, el cuarto que habías conseguido era de tamaño normal, limpio y alfombrado, lo cual le daba un toque leve de sofisticado dentro de la rusticidad del ambiente. El mobiliario incluía un armario, una cama individual con mantas de color gris, una mesa con una silla, la televisión que te habían mencionado en una pared con su respectivo control en una mesita de luz junto a la cabecera del lecho... Sobre la mesa había una pequeña nota genérica indicando las horas en las que eran servidas las comidas, cada una de las cuales costaba 100 pokeyenes. 

Mire la hora del reloj, pues aunque me había despertado por la luz que entraba por el gran ventanal en la habitación. Vi la tarjeta, no la había visto la noche anterior, acaso habían entrado en la habitación y ni me había enterado? Quizás había sido un pokemon lo suficientemente silencioso como para no habernos dado ni cuenta…

Un resquicio de desconfianza me atravesó y lo primero que hice fue comprobar que seguía teniendo todas mis pertenencias así como el dinero que tenía la noche anterior…

Una vez lo comprobé releí la tarjeta ya que antes con todos los pensamientos no me había fijado ni en que ponía, la leí y miré de nuevo la hora, era aun temprano para comer y no quería perder demasiado tiempo y seguir gastando… Así que decidí salir a comprar las provisiones, tocaba salir de viaje temprano… Había estado mirando por la noche el mapa, y la zona más próxima parecía ser “Pueblo del Mago” así que ese sería mi destino una vez comprara la comida para los días de viaje…

Se tapó los oídos al escuchar el chirrido y observó la situación con extrañeza, cuando al situación parecía calma, ingresó a la casa y se acercó hasta el joven, sonriendo.

Buenos días, estamos buscando un mapa de la región, el mas detallado que tenga. Kaoru supuso que, dado el estado precario que tenía aquel lugar, posiblemente el mapa fuera de papel y no encontraría una actualización para su pokegear que incluyera un mapa digitalizado, sin embargo, un mapa de papel sonaba tan bien como uno digital. ¡Hasta le hacía sentir un aventurero de esos que aparecen en las películas! Caminos, ciudades y pueblos principalmente, pero si tiene también con detalle de vegetación, ecosistema o tipo de pokémon, me serían de gran utilidad también.

Aparte del flujo constante de pokemon peludos oriundos del pueblo, no parecía que hubiese ninguna atracción turística o similar. La gente local estaba en sus cosas de vida diaria, los extranjeros andaban de acá para allá a su propio ritmo...estos, al menos, marcaban sus sitios de interés a la vista de cualquiera: fluían en puntos concretos aparte de las salidas, como la tienda de provisiones, el Centro Pokemon, una tienda de mapas y un hostal.

El chico asintió en silencio y -entre algún que otro tick nervioso, que parecía ser un estándar en él- te puso delante un mapa físico, pero no de papel sino en cuero. El dibujo y detalle del terreno eran increíbles, pero la letra...parecía, aún siendo solo tinta, totalmente histérica y bastante desprolija. Pero se entendía, y era clara, era de calidad.

-E-este es el mapa mas llevado por extranjeros Vale 500 pokeyenes...¿T-te parece bien? -preguntó.

Al ver la tienda de mapas me acerco a la misma para hacerme con uno, también pasaría por el hostal para averiguar los precios, no estaría nada mal una cama cómoda tras el viaje en pokémon.

Aún así me incomodaba la presencia oscura que había sentido, por lo que procuraría averiguar donde hubiese una biblioteca con la historia de la región o algo así...

Miró y contempló el mapa con sumo cuidado, maravillándose por el trabajo delicado y exhausto en la perfección. Lo miraba con ánimo y esperanza, aquello que veía dibujado sobre aquel pedazo de cuero eran todos los lugares que visitaría durante los próximos meses y estaría viviendo sus aventuras allí, expandiendo sus investigaciones, conociendo nuevos pokémon y aprendiendo mas de ellos.

Sacó la billetera de su mochila, dispuesto a pagar. Si bien 500 pokeyenes era un valor elevado para un mapa, considerando que en otras regiones se conseguía por la mitad de eso e, incluso, en algunas agencias de turismo lo regalaban, no podía compararse un mapa digital para el pokegear con un trabajo a mano sobre cuero.

¡Me parece excelente! Es un trabajo increíble, verdaderamente tienes una habilidad admirable para la cartografía. Estaba a punto de sacar el dinero cuando tuvo una idea. "El mas llevado por los extranjeros" no necesariamente era el mejor. ¿Este es el mejor mapa que tienes? Y, por casualidad, ¿Tendrás una hoja transparente del mismo tamaño del mapa? Me gustaría hacer anotaciones y marcar cosas sobre él, pero no quisiera arruinar un trabajo tan impecable.
 

El edificio (o mas bien casa de forma simple) tenía un cartel afuera. "Mapas". Simple, pero eficiente. Un aviso algo mas pequeño bajo este indicaba entrar sin hacer mucho ruido.

Por dentro, el lugar, de madera y piedra, no tenía mucho adornos o sitios a destacar aparte de vitrinas con mapas y algunos tapices de muchos Swablu. Un solitario mostrador de madera esperaba al final de la sala, con un tazón grande de frutas variadas y un mapa a medio hacer, con pintura y lápiz alrededor. Detrás del mostrador viste a un joven de aspecto débil y nervioso, aunque algo sonriente mientras hablaba con un joven de cabello naranja que aparentemente estaba comprando también, pues había un mapa hecho en cuero sobre la mesa, manufactura antigua, pero de calidad. Vestía de colores que no combinaban, llevaba lentes, y con poco esfuerzo notaste que parpadeaba a tiempo dispar.  Curiosamente también presentaba ojos no simétricos, uno dorado y otro verde.

El otro cliente estaba escoltado por tres pokemon: en la cabeza tenía un gorro amorfo rosa...que se estaba moviendo. A un lado tenía un pokemon rosa y blanco que se veía bastante tierno y simpático, y al otro un Raichu inquieto. Cuando notaste que el "gorro" tenía cara, descubriste que se trataba de un Ditto.

La puerta se abrió dejando pasar a un chico de cabello oscuro y ojos...también dispares, uno violeta y otro dorado, bastante pálido. Junto a él entró un Espeon siguiendo sus pasos, a simple vista podías ver que su pelaje y su gema estaban impecables, estaba muy bien cuidado sin duda. El chico además traía un huevo colgado en un pequeño bolso de lana, y por los colores era de Eevee.

El chico se mostró sonriente ante las palabras de Kaoru.

-G-gracias... -en ese momento se sobresaltó un poco, pero solo un poco pues no hubo casi ruido en la entrada, y la puerta no crujía ni nada. Revisó debajo del mostrador.

-Tengo papel de calco blanco, no voy a pedirte nada por una hoja. -hubo un sonido muy suave cuando la hoja se despegó de las demás, y lo colocó sobre el mapa.

Ditto se dejó caer de la cabeza del chico como si fuese un líquido, y al golpear suelo se armó. Miró a la Espeon un momento, y luego tomó su forma. Al 100%, era otro Espeon, y le saludó con sus propios sonidos aunque con voz distinta, ya que dentro de todo no todos los pokemon de la misma especie tenían el mismo tono de voz. Audino por su lado agitó su manita y le saludó también, y finalmente Raichu también hizo lo propio.

Espeon se mostró con algo de timidez, aunque saludo de vuelta con cierta curiosidad.

Entregó el dinero sin titubeos, agradeciendo al cartógrafo por la hoja de calcar adicional, enrolló ambos y lo guardó en el interior de su mochila. Antes de darse cuenta, Hitch ya había saltado de su cabeza para conocer al Espeon que acababa de entrar a la casa, los demás se acercaron a saludarle, por lo que él hizo lo propio. Se apartó un poco del mostrador para darle paso al entrenador sin interrupciones, se puso de cuclillas para estar a la altura del Espeon y le saludó con una sonrisa.

¡Hola, señorita! Que brillante gema, te ves muy hermosa, coqueta y majestuosa. Se rió levemente y le dio una palmadita en el lomo a Hitch para que la tratara con cuidado.. Se puso de pié y observó al entrenador, quien llevaba un huevo de Eevee en un bolso de lana. Tiene muy bien cuidada a su Espeon, es agradable ver entrenadores que cuiden de sus pokémon con tanto esmero. Felicidades por el huevo, ¿Es de ella? Estiró su mano hacia él, para saludarle. Perdón, no quisiera importunarle, soy Kaoru, criador pokémon.