Partida Rol por web

-El Templo, por supuesto. También, si buscas familiares de Eevee también es un buen sitio, pero debo advertirte que son muy...orgullosos. No son muy dialogantes que digamos, y viven en esa montaña porque justamente es un sitio duro para vivir. Si llegas hasta la cima tendrás que lidiar con su carácter. Claro que la subida no va a ser fácil...una montaña helada es ideal para cualquier pokemon de hielo, y unos cuantos no muy amigables. En el peor de los casos podrías toparte con un Abomasnow, a ellos no les gustan nada los humanos. Y debido al clima ningún pokemon con alas querrá subir por ahí, excepto...bueno, hay algunas excepciones.

Al pokemon que mencionaba lo tenías visto, justamente de tu viaje hacia la Piedra Helada con Shiva, y el encuentro no fue lo mas feliz que recuerdes, casi te deja sepultado en la nieve sin siquiera llegar hasta él. Y el combate directo era extremadamente complicado, debido a que parecía emitir una perpetua tormenta de nieve y granizo. Por no mencionar el tema de su tamaño de más de dos metros, mal carácter tal cual describía el cartógrafo, y que era una especie de pokemon muy fuerte de por si. Nunca echaste tanto en falta un buen pokemon de fuego como en aquel entonces.

La mujer te miró extrañada cuando dijiste lo último, pero no perdió su tono diligente para contestar:

-Esa es una petición algo curiosa, pero no hay problema si quieres cocinar para tus pokemon. Sobre las habitaciones...valen 200 por noche, aunque ahora mismo solo nos quedan de las mas costosas, de 400. Estas tienen mas comodidades como baño propio, son mas grandes, y poseen electricidad y un televisor que capta canales extranjeros. También tenemos comidas -añadió- desayuno, almuerzo, cena...La comida humana cuesta 100 por plato, que puede ser dulce o salado. Las raciones para pokemon son 50 pokeyenes, pero eso no debe interesarte ya que vas a hacerla por ti mismo.

Lástima que no quedasen de las económicas, en verdad no creo necesitar tantos lujos por tan poco tiempo, pero no es ningún problema. Le sonrió y sacó su billetera para pagar los 400 pokeyenes por la primera noche, al fin y al cabo, no sabía si se iba a quedar mas de una sola noche. Entregó el dinero y agradeció cuando recibió la llave. Muchas gracia, en cuanto deje mis cosas en la habitación me dirigiré a la cocina, estos tres andan hambrientos desde que sintieron el olor de la carne asada, jajaja. 

Tal como lo había dicho, se dirigiría a su habitación para dejar las cosas, bajaría a la cocina a preparar la comida para sus pokémon, comería algo él mismo y luego se dirigiría al Centro Pokémon para averiguar un poco mas sobre el pueblo y la región, ansiaba por hacerse con información turística de cuales eran los lugares mas interesantes para recorrer pero, aún mas importante que eso, que tipo de pokémons encontraría en cada área.
 

-Oh si...recuerdo a ese pokémon- dije mirando hacía un costado- no tenía en cuenta el dato del hielo así que lo agradezco, veré como llegar entonces, quizás mi compañero tenga alguna idea, mucha gracias- le dije al cartógrafo para finalmente retirarme del local.

Al ver la región me di cuenta de que era enorme y que el templo de los héroes era algo bastante lejano.

-Bueno, supongo que visitaré todas las zonas mientras me voy acercando, me llama demasiado estos NO de por aquí, que opinas hermosa?- dije mirando a Serena antes de volver a enrrollar el mapa.

Toda la casa que componía el Centro Pokemon era una gran sala de espera con varios tocones a modo de asientos, algunos de los cuales estaban ocupados por unos pocos entrenadores que charlaban entre si. Una chimenea ahora apagada estaba a la espera de algún día frío que mantener a raya, y varios afiches sobre salud en una gran cartelera en la pared oriental del lugar junto a un tapiz que mostraba un Chansey y un Audino con cofias de enfermera, el cual Ángel se detuvo a ver como era de esperar, sonriendo ante la visión de la cofia. Enfrentado a la puerta de entrada, se hallaba un mostrador que ya te era mas bien una imagen familiar, y detrás una enfermera Joy esperando, como no. Esta se veía bastante joven y de rasgos mas aniñados y suaves. No era "tan" idéntica, aún al menos.

-¿Puedo ayudarte? -preguntó con voz dulce.

Serena giró la cabeza confusa con el mapa en general. Por supuesto, era suficientemente lista para comprenderlo, pero le resultaba extraño. Luego miró en distintas direcciones, como buscando algo. Por alguna razón no cesó en su ímpetu, insistente con el asunto mientras guardabas el mapa.

-Que ocurre preciosa?- dije al notar su comportamiento- tienes hambre? Hay algo que llame tu atención? Ve por ello- dije disponiéndome a seguirla.

¡Buenos días, Enfermera Joy! Saludó con alegría, entrar al Centro Pokémon siempre le traía buenos y agradables recuerdos de las muchas cosas que había vivido en los distintos centros. Su prima, la Enfermera Joy del Centro Pokémon de Ciudad Verde me pidió que le enviara sus saludos. Mi nombre es Kaoru Tsukino, de Pueblo Paleta y estoy de viaje para conocer los secretos de la región de Arcadia. Llevó las manos hasta detrás de la nuca, en una pose despreocupada y relajada y le sonrió con inocencia. Me preguntaba si tenía alguna recomendación sobre hacia donde comenzar mi viaje, acabo de llegar, ya tengo un mapa y donde pasar la noche, pero aún no estoy seguro de hacia donde debería ir ¡O donde encontrar a los pokémon mas interesantes!

Se percató de que estaba hablando lleno de emoción y se relajó con una larga respiración. Ah, y por supuesto, si necesita ayuda puedo venir a darle una mano, con Ángel Señaló con la cabeza a la Pokémon. Estaremos encantados de ayudar, ambos tenemos conocimientos en medicina pokémon.

-Buenos días, tienes un viaje largo por delante entonces- contestó, serena- Gracias por el ofrecimiento, pero estamos bien. El Centor es mas grande de lo que parece, ya que es subterráneo. Aunque tampoco es extremadamente grande -rió un poco, de forma casi cantarina- después de todo somos un pueblo pequeño. No se a que te refieres exactamente con "pokemon interesantes", puesto que todos lo son, solo depende del ojo que mira.

Tras unos momentos de mirar en todas direcciones, Serena se giró a ver directamente en una dirección concreta, la cual naturalmente seguiste tu con la vista. Encontraste en tu campo visual una cabecita que se asomaba por la esquina de una casa, de cabellos rubios en dos coletas y ojos azules. La niña apenas se vio descubierta, retrocedió desapareciendo de la vista nuevamente, a lo cual tu Espeon torció la cabeza, confundida.

Alguien nos sigue...

-Fue raro no? Encuentra su olor y llévame con ella- le ordené a Serena

Agradeció a la enfermera Joy por su amabilidad y ya que su ayuda no era necesaria, terminó por salir de allí y recorrer un poco las calles del pueblo, al fin y al cabo, nadie había podido ayudarle y empezaba a pensar que no encontraría respuesta a su pregunta y lo mejor sería aventurarse al desconocimiento y estar preparado para cualquier cosa que pudiera ocurrir. Luego de un paseo corto regresó al Hotel, en su habitación buscó lo necesario para cocinar el alimento de sus amigos y se dirigió a la cocina. Preparó alimento suficiente para los tres, aunque a cada uno le preparaba algo específico en función de sus gustos y guardó provisiones por algunos días, en caso de que tuviera que pasar bastante tiempo a la intemperie.

Pidió la comida del Hostal, pagó por ella y se sentó a comer junto a Hitch, Angel y Magnus. Utilizaría la tarde para preparar todo su equipo, corroborar que la cámara y la notebook tuvieran baterías suficientes y el lente limpio, que su equipo esté en condiciones y que no le falte nada y se iría a dormir temprano, para salir con los primeros rayos del sol a la mañana rumbo al este, a Pueblo Emperatriz. De allí viajaría al norte, atravesando las ruinas hacia el Pueblo de los Enamorados y de allí se dirigiría al Laboratorio del Profesor Oak para saludarle, de seguro sería como sentirse en casa nuevamente.

Serena giró la cabeza y fue al sitio a husmear, aunque sabías que su especie no destacaba por su olfato, sino por sus cualidades intuitivas y premonitorias. Estuvo dando vueltas el círculos por el sitio pero no logró dar con un rastro, normal siendo un pueblo pequeño y no conociendo que aroma buscaba siquiera.

Lo que quedaba del día pasó bastante tranquilo, dentro de todo y como daba la impresión, Pueblo Amanecer era de lo mas tranquilo. Preparaste la comida sin ningún problema, a lo sumo que la cocina era un tanto pequeña, pero tuviste la oportunidad de ver de primera mano que los platos que servían eran hechos a mano cada uno, con todo el esmero y detalle. Y tanto ahí como cuando te entraste a la mesa, las ordenes eran despachadas por tres Aipom y una Ambipom, el genero del último era adivinable porque llevaba un traje muy pequeño de maid, que le daba mas encanto a la vista de los concurrentes, y como era de esperar era el detalle que se llevaba la mayor cantidad de miradas.

Hitch te molestaba mientras limpiabas las cosas, evidentemente algo aburrido, pero no fue nada del otro mundo. Magnus encontró a alguien de su "facción" digamos, de roedores de mejillas eléctricas y se entretuvo frotando los mofletes con este. En este caso, era un Pachirisu. Angel como era su costumbre, estuvo tranquila y no te dio problemas, y parecía divertirse observando al Raichu. La noche paso placentera, ya que la habitación era mucho mas confortable que el ferry en el que habías llegado, y cuando la mañana apenas estaba llegando ya estabas de pie. Escuchabas ruidos suaves en la cocina indicando que el desayuno estaba siendo preparado para aquellos que quisieran ordenarlo, pero no ibas a andar esperando y tenías comida para el viaje después de todo, y saliste afuera comenzando a abandonar el pueblo por la ruta norte.

Había algunos viajeros y pokemon que los acompañaban que también habían elegido partir temprano, algunos yendo en grupos pequeño y otros por su cuenta como tu. Algunos incluso se "agrupaban" ahí mismo, no siendo raro preferir compañía para un viaje. Por lo demás, la actividad del lugar parecía comenzar bastante temprano también, los pocos locales que había ya estaban abriendo lentamente también.

-Nada no?- dije agachándome para acariciarla- dejaremos la búsqueda para después, solo dime si sientes algo, si?- me levanté para luego comenzar a caminar y ver la hora, no podía olvidarme de encontrarme con Eru.

Revisando la hora, notaste que entre vueltas tenias unos minutos de retraso, pero el Centro Pokemon estaba bastante cerca y te costó poco llegar con Serena a tu lado. Eru ya estaba ahí, dándole vueltas a un mapa similar al tuyo en uno de los asientos libres . Estaba comiendo otro trozo de carne, y su Vaporeon estaba afuera terminando de comer también, pero a diferencia de su dueño, su plato era un Remoraid fresco. Tanto que parecía que lo acababa de sacar del agua, lo cual no sería raro. Cuando te acercaste levantó la vista hacia ti.

-¿Ya decidiste a donde ir? Y por cierto, ¿conoces a una niña pequeña de coletas?

-No no conozco a ninguna niña de coletas y si decidí a donde ir- señalé su mapa- el templo de los héroes, cerca de ahí se junta los Eevees y además parece un lugar digno de visitar, sin embargo creo que la región es mucho más grande de lo que pensaba por lo cual deberíamos de conseguir alguna forma de trasladarnos-

Había decidido mantener a los pokémon dentro de sus pokeballs, lo mejor era evitar que se cansaran para que pudieran pelear con todas sus fuerzas en caso de que algo sucediera durante el viaje y fuera necesaria la intervención y ayuda de alguno de ellos. No dejaba de sorprenderle la cantidad de personas que habían arribado al continente y todos se veían realmente dispuestos a vivir una aventura allí. Era una buena oportunidad para conocer a otros viajeros, siempre sería mejor viajar acompañado que solo.

Se dirigió hacia el camino norte para continuar en la dirección establecida, prestando atención a quienes se movían por allí para ver con quien podía formar grupo de viaje. Por supuesto, buscaría alguien que se viera de buen corazón, sociable y que tratara bien a sus pokémon. Quizá, si tenía suerte, encontraría una linda chica para viajar por un tiempo juntos.