Partida Rol por web

-Me pregunto por culpa de quien habrá sido eso- dije mirando a Eru de reojo cuándo habló de Vagabond- es muy impulsivo y dudo que eso cambie, además es el macho alfa de la manada de eevees, aunque me reconoce como entrenador, algo que costo mucho en su tiempo-

Una vez que fuimos llegando al pueblo noté la molesta luz que se reflejaba bastante seguido, cubriéndome los ojos seguí avanzando hasta notar que todo estaba labrado en diamante, algo imposible, salvo para poderosos pokémons de agua o al menos eran los únicos que se me ocurrían capaces de cortar el diamante de forma tal que se pudiera crear un pueblo con él.

-Necesitaré comprar unas gafas de sol...y no se, llevarme un recuerdo del pueblo, todo el mundo debe de ser rico si todo esto realmente es diamante- comenté mientras avanzábamos.

-Muy bien, nos quedaremos por una noche por ahora.- Aparentemente el lugar era tranquilo, y aunque aun no había visto las habitaciones cualquier cosa parecido a una cama decente le vendría bien después de días de dormir mal a causa de las pesadillas. ¿Que haría Din para hacer que se fueran? ¿De verdad podía? ¿Que era exactamente esta mujer? El plan de tomarse un baño seguía en pie. Después de pagar espero alguna indicación de cual fuera su habitación y camino hacia ella, esta vez mirando cada tanto a su acompañante.

-Sera extraño tener a alguien durmiendo en mi misma habitación.- Comento hacia el aire, para ver que decía ella. Aunque no parecía importarle, siquiera pensar en eso. ¿Tendría emociones? Aunque no demostraba mucho parecía haber visto antes reflejos de sorpresa o preocupación, por lo que algo allí había. Comió aquel dulce como algo que nunca habría probado en su vida. ¿Quien podría desconocer el sabor dulce en si? Se pregunto Yuki, su desconcierto solo seguía aumentando la cantidad de preguntas sobre esa mujer.

Descargar toda esa cantidad de dudas sobre aquella chica que apenas había conocido no parecía muy educado, por lo que al llegar a la habitación y entrar en esta simplemente decidió no hacer ninguna -Escucha, voy a darme un baño, tu puedes hacer lo que quieras la verdad. No necesitas seguirme todo el tiempo, no soy tan interesante, seguro tendrás cosas que hacer tu también.- Y dicho esto se dispuso a prepararse para el ritual que no hacia hace tiempo, el tan necesitado baño en este punto después de atravesar un bosque entero.

Lo que haría aquella mujer era un misterio para Yuki.

No escuchaste respuesta de Din al ingresar al baño. La dicha de poder hacer uso de agua caliente y utensilios de aseo, luego de lo que te pareció una eternidad de viaje terrestre, le dio un importante descanso a tu alma. Las paredes eran diamante, como el resto de la edificación, pero estaban templado intencionalmente para impedir que se viera demasiado a través de él por lo que aunque se podían discernir siluetas a lo sumo y prestando atención, no había brechas de privacidad.

El baño por lo demás era normal, poco espacio pero el suficiente para una tina y demás utilidades. Podías ver el flujo del agua si mirabas con atención, no parecían haber cañerías sino que directamente el espacio de la misma estaba hueco en la construcción, siendo llenada por agua que corría al abrir las llaves. Te tomaste tu tiempo para descansar y disfrutar del agua caliente. Del otro lado de la pared no veías movimiento alguno o escuchabas ruido, indicando que Din probablemente se hubiese marchado.

Una entrada marcada con un cartel de bienvenida al pueblo sobre este. Pusieron rumbo a prisa para acortar distancia e ingresar, conforme ibas prestándole algo de atención a los detalles, notaste que por las superficies de diamante y huecos imposibles que hacían algunas cavidades de cuando en cuando en las paredes, habían pequeñas criaturas moviéndose de un lado a otro.

Estos pokemon, que no conocías, estaban no solo en las murallas sino por la calle cuando entraste. Increíblemente brillantes caminos hechos del mismo material que las murallas se extendían hasta donde tu vista alcanzaba, los  edificios, la iluminación...todo era diamante según parecía. Lo único que destacaba claro, eran las cosas que estaban sobre el pueblo, cestos, personas, pokemon, que le daban colorido al paisaje. Apreciar un cesto de manzanas o un escaparte con pasteles nunca te fue tan vistoso y colorido como en ese sitio. Las gentes que iban y venían eran variopintas como la vida misma. Y cada tanto, alguno de los pequeños pokemon de antes, que parecían ser moneda corriente. Por lo demás el pueblo se veía bastante cercano a la normalidad que conocías en cuanto a estructuras, algo mas antiguo y sin edificios de demasiados pisos, excepto un palacete que dominaba la vista y se extendía muchos metros por encima de todo lo circundante. Veías tiendas, un Centro Pokemon (con una cruz roja que lo destacaba como siempre), muchas casas, lo que parecía ser un museo...

Eru se había quedado de piedra conforme mas avanzaban, hasta que finalmente rompió el silencio.

-¿De veras es diamante? ¿Dia-mant-te? -repitió, impactado- ¡Uno podría vivir una vida de lujo solo llevándose un trozo no demasiado grande de calle! Y todo el lugar y sus casas están hechos de ello, ¿¿te estas dando cuenta de lo absurdo que es como para estar así de tranquilo??

Al terminar el baño su cuerpo se sentía mucho mejor, como si el agua se hubiera llevado un gran peso que tenia sobre sus hombros. Aparentemente la mujer se había ido, ¿Volvería acaso? Era todo muy extraño, pero aprovecho la privacidad para salir del baño solo con sus pantalones puestos. Pensó en dejar su mochila y las cosas que estuvo cargando desde que había llegado a la región en la habitación, para finalmente caminar con algo de libertad. Aun así tomo su Pokedex para llevarla consigo, por si se encontraba con algo.

¿Cual era el plan ahora? Tras terminar de vestirse nuevamente y acomodar las cosas pensó que ya era hora de ir a buscar a sus compañeros. ¿Cuanto tiempo había pasado? También había quedado con aquella chica para que le mostrara el pueblo. Supuso que entonces tendría que pasar por allí nuevamente para buscarla luego de ir al centro Pokemon. Ciertamente estaba algo incomodo al no tener a sus compañeros cerca, por lo que finalmente salio de la habitación y se dirigió hacia su destino.

Eru tenía razón, con tan solo una parte de ese lugar uno no necesitaría nada más para vivir bien, incluso puede que nuestros descendientes también podrían vivir así, sin embargo no podía exaltarme como él lo hacía, la primer razón es que dudaba que fuera diamante, la segunda es que seguramente las personas de aquel lugar no verían con buenos ojos a alguien que intentara llevarse un trozo de su ciudad.

-Averiguemos más antes de sacar conclusiones precipitadas, seguramente en las tiendas nos podrán contar más, necesitamos comida-

En ese momento uno de esos pokémons se me cruzó por delante por lo que me agaché y lo empujé con el dedo a ver como reaccionaba, parecían ser pacíficos y era probable que fueran la causa del diamante en la zona ya que los veía andar a sus anchas por él.

Cuando estabas saliendo de la habitación reparaste en que no estabas solo: al moverte notaste un pie que estaba donde no debería: Din estaba sentada con la espalda apoyada en la pared, tan inmóvil y sin hacer ruido, que perfectamente podía ser confundida con parte del mobiliario sin fijarse mucho. Aún tenía la pequeña mochila de cuero puesta en la espalda, y te miraba fijo con su expresión neutra. No te dijo nada cuando ibas a marcharte, y pudiste deducir que probablemente llevaba haciendo lo mismo desde hace rato.

Yuki se paro completamente cuando noto la presencia de Din allí "¿Como fue que no la vi? Supongo que la combinación de estar distraído y de que ella emite menos sonido que el mismo silencio son los culpables." Por alguna razón Yuki sentía algo de pena por la mujer, por alguna razón le parecía vaciá y sin vida. Como una flor negra en un campo de rosas, tan potencialmente bella y a la vez, triste e incomprendida. La curiosidad y la pena tomaron control de su cuerpo, no podía dejarla allí y aunque fuera extraño llevar otra chica a una cita, quizá debía hacerlo.

Se alejo de la puerta entonces, acercándose a ella que lo miraba fijamente aunque sus ojos no reflejaban nada. Ni cariño, ni odio, ni interés, nada. Mirar sus ojos era como mirar un mar completamente en calma, relajante para algunos, aburrido para otros. ¿Que podía decir Yuki de esta mujer? Se agacho frente a ella y continuo mirando sus ojos, podía verse en su mirada lo acomplejado que estaba, sensación que fue creciendo desde que se la encontró hace apenas poco rato.

-¿Quien eres Din? o mas bien ¿Que eres? ¿Cual es tu historia? Me intriga, la curiosidad me consume desde el interior cada vez que te veo. No actuás como nadie que yo conozca, me ofreces ayuda aunque tu tampoco me conozcas. Por favor, da un poco de luz ante la oscuridad de mi ignorancia.-

Din movió la cabeza hacia ti cuando le hablaste, y escuchó tus preguntas. Entonces, respondió en orden a las mismas.

-Soy Din. Soy una pertenencia del Makoto que reinó la mitad de esta región hace unos 100 años aproximadamente. Makoto Satoru llevó sus tierras con puño de hierro, a pesar de ser humano en una tierra de pokemon.

Ese nombre te sonaba. Era el nombre de tu abuelo...¿o bisabuelo? Algo de eso.

-Él tenía a varios a su disposición, pero su sierva favorita siempre fue un pokemon llamado Nincada. Tuvo gran dicha cuando esta cambió a un Ninjask desechando la parte de su ser que le estorbaba. Pero, la piel dejada de lado se cerró y siguió existiendo. A diferencia de Ninjask, se movía muy lento y no le encontraba utilidad para la batalla, ya que caía de un golpe irremediablemente. Tras meditarlo, decidió conservarla cerca porque jamás le traicionaría siendo parte de sus posesiones. Le dio usos cotidianos al tener esa confianza, como atender sus necesidades básicas, asear o vigilar su entorno durante la noche mientras dormía, porque no sucumbía al sueño y tampoco tenía ninguna distracción que cualquier otro de sus guardias podía tener y no había necesidad de darselas. Eventualmente recibió una maldición por uno de sus actos, y la cáscara también fue asignada con la tarea de extraer las pesadillas que resultaban de eso para que pudiese dormir en paz. Pero, sus acciones no gustaban a todos, y eventualmente fue derrotado por el actual regente de Pueblo Justicia junto con el resto de los que quisieron protegerle. Pero, solo tomó la vida del humano, mostrando compasión y honor con todos los demás que estaban con él. Nincada vivió y murió, al igual que sus siguientes generaciones. Pero, yo permanezco. El tiempo no me afecta, tampoco el frío ni las enfermedades. Debería haber pasado a su sucesor entonces, pero él había sido enviado de niño fuera de aquí y nunca volvió. He estado esperando su regreso desde entonces. Pero, aparentemente tuvo un hijo que ha venido en su lugar. No puedo equivocarme, nombre y rostro son los mismo. Es natural entonces que quiera cumplir con mi deber hasta el final con el amo sucesor.

Y guardó silencio. Para ella, lo expuesto parecía ser lo mas natural del mundo.

El rostro de Yuki tomo una seriedad total conforme Din hablaba. "¿Que esta diciendo esta chica? ¿Mi abu...bis...alguno de mis antepasados fue un gobernante en esta región hace cien años? No parece estar mintiendo, tampoco veo porque alguien se inventariá tal cosa." -Nada te afecta ¿Por que? ¿Por que razón servias a mi antepasado? ¿Para que esperabas que alguien volviera? ¿Cual es tu propósito para estar ligada a mi linaje? ¿Por que es tu deber?- Nada de lo que había dicho la mujer había dejado realmente en claro que era ella, a todo ser vivo le afectaba el tiempo, si ella servia a su abuelo desde hace cien años entonces ¿Cuantos años tenia ahora? Cada nueva información era una bola de demolición impulsada a su realidad, destruyendo las paredes de la situación que lo rodeaba. ¿Acaso también había heredado esa maldición, esas pesadillas, por culpa de su antepasado? ¿Acaso toda su familia estaba envuelta en una historia de pecados? ¿Acaso el también terminaría así? ¿Había tanta oscuridad en su corazón? Las definiciones de quien era, hacia donde iba y de donde venia se habían visto afectadas todas al mismo tiempo. Tras la destrucción total de las bases de su existencia, como una torre su mente caía en picado para estamparse contra el suelo de la desesperación y la incertidumbre.Pero la mente de Yuki trabajaba rápido, tan rápido que detuvo su caída aferrándose con una mano a la simple contemplación de un pequeño detalle. Algo que había dicho Din, detuvo todo pensamiento y lo devolvió a la realidad.

-Dices...dices que...¿Mi apellido y mi rostro son los mismos que ese tal Makoto Satoru?.- Alarma, realmente malas noticias. Intentando escapar hacia un lugar donde nadie supiera de el, había llegado al único lugar donde su apellido estaba escrito en la historia. Aunque ya pasaran cien años, ¿Acaso alguien seria capaz de reconocer su apellido, o su rostro, y relacionarlo con aquel gobernante que aparentemente no trae buenos recuerdos? Y si su presencia en la región se daba a conocer, y si de alguna manera aquellos que lo buscaban en otros lugares se enteraban de su ubicación por culpa de esto ¿No arruinaría completamente todo? Que gran error había cometido, que estupidez era presentarse con su nombre completo en este mismo lugar. -¿Cuales son las probabilidades de que alguien me reconozca a mi o a mi apellido, al igual que tu lo has hecho?-

-Porque está en mi naturaleza no tener problemas de ese tipo. Le servía porque es natural, cuando un humano atrapa un pokemon este se vuelve suyo. Y, las pertenencias de un amo pasan usualmente de generación en generación, ya te había dicho esto. En ese entonces, recibí el nombre de Din, porque Shedinja era un tanto molesto de pronunciar para mi anterior amo. Soy la cáscara que resultó del progreso de su sierva mas querida.  Nunca me distraigo, no necesito dormir ni me es necesario resguardarme de la lluvia u otras necesidades que representan distracciones. De hecho, el dulce de antes es lo primero que he probado en mi vida, aunque no puedo morir de hambre, en esta forma puedo imitar muchas funciones humanas como el sentido del gusto, y sigue siendo ideal porque incluso un empalamiento a la altura del corazón no me afectaría. Quizá los años en soledad hayan enrudecido mis maneras, las corregiré lo mas pronto posible. Se me instruyó que mi único propósito era obedecer al linaje Makoto, y debo seguir mi rol hasta el final mientras haya alguien que pertenezca a esta linea.

Inclinó la cabeza levemente al decir esto, y volvió a levantarla para seguir hablando.

-Si. El parecido familiar es notorio, pero él, aunque sus ojos y cabellos eran de distintos tonos. Actualmente no quedan muchas personas que permanezcan desde esos tiempos, así que no debería ser extremadamente reconocible, de hecho es poco probable excepto por casos contados. De todas formas, no hay ley ninguna que castigue o persiga a alguien por acciones pasadas. Incluso si alguien lo recordara, no tendría ningún asunto con Makoto Yuki.

Por primera vez los ojos de Yuki tomaron un extraño brillo de furia en ese momento -Los pokemon no son pertenencias, no son objetos- Tanto su mirada como su tono de voz se volvieron bastante intimidantes al decir estas palabras. Aquel destello de rabia irreconocible en su persona, tardo poco en disiparse, pero parecía que eso realmente lo había molestado. -Yo no soy ningún esclavista Din, te libero inmediatamente de cualquier deber que tuvieras conmigo, eres libre de hacer lo que TU quieras hacer.- Las probabilidades eran pocas pero existían, ella no sabia que el no podía ser reconocido bajo ninguna circunstancia, pues seria castigado por sus propios crímenes y no los de un antepasado.

Por su parte Yuki se sentó en la cama, era demasiada información que asimilar. Maldiciones, abuelos dictadores, Pokemon con forma humana inmortales. ¿Que debía hacer ahora? Miro nuevamente a Din -Tengo que ir a buscar a mis compañeros, pero me niego a que me sigas si lo haces por obligación.- "¿Había pasado tanto tiempo sola esperando a que alguien de mi familia llegara?" Le invadía la tristeza al pensar en eso, no quería dejarla sola nuevamente, pero quería que comenzara a aprovechar su existencia.

Din cerro los ojos. Sentiste una sensación ominosa, como la premonición de una gran tormenta en aquel instante. Y entonces...la sala cambió. Aunque, solo de colores, se habían invertido totalmente. Los colores de las cosas, y de ella misma, eran solo una variante de blanco, gris, azul y negro. Pero, tus colores no se habían visto afectados, por ende resaltabas mucho en el lugar. Y, también aquella persona que hace un momento no estaba ahí. Aunque, actualmente, no sabías si llamarle "persona". Aparte de su apariencia, su presencia...era como si algo no fuese correcto con ella. O mas bien, como si no debiera estar aquí. Todo estaba inmóvil, y apostabas a que Din no estaba quieta por su falta de movilidad usual.

-Has aceptado la verdad tras haberla recibido de algún modo. -la voz era profunda y retumbante, no había forma de no oírla o perderte alguna palabra de lo que decía. Expresaba de tedio, como si dijera palabras demasiado usadas- Si no tienes preguntas, iré directamente al asunto.

"Bueno, habían pasado cosas extrañas hasta ahora desde que llegue, pero esto definitivamente se lleva el primer puesto." Se sorprendió por el repentino cambio de panorama, parecía como si de pronto lo hubiesen metido en una realidad alterna de pesadilla. ¿Quien era el sujeto que en ese instante se presentaba ante el? Ojos en ojos y hasta su pelo creaba ilusiones ópticas de mas ojos. ¿Tenia esto algo que ver con Din? Tantas cosas continuaban pasando, que el factor sorpresa ya le duraba poco.

Ante su presencia Yuki no movió un pelo, no intento mas comprender la situación porque era obvio que estaba fuera del alcance de su comprensión. Esto ya se asemejaba a magia y cosas sobrenaturales. "Supongo que las preguntas de ¿Quien eres? y ¿Que demonios acaba de pasar? Son muy obvias, parece tener algo que decir y seria la forma mas rápida de averiguar de que se trata todo esto."

-Adelante.- Los ojos grises de Yuki mostraban calma, miraban al sujeto con neutralidad áspera esperando que este dijera lo que tuviera que decir. Por momentos en su cabeza surgían ideas como que quizá alguna planta del bosque afecto sus sentidos o que estaba soñando todo esto, que no era la realidad. ¿Pero que es la realidad? Los sentidos de Yuki captaban estas imágenes, estos sucesos. ¿Acaso podía confiar en ellos? No lo sabia, pero esta era su realidad en esos momentos. Y si bien ocurrían hechos que desafiaban cualquier explicación lógica de nada servia cuestionarlos, no estaba en su poder controlar lo que sucedía, solo podía seguir la corriente.

Sonrió ligeramente.

-Puedo oírte, incluso si no hablas. Si necesitas identificarme de alguna forma, puedes referirte a mi como Vigilante. Este momento es uno inexistente, y este espacio tampoco está en tu realidad cotidiana, será menos de un parpadeo el tiempo transcurrido cuando vuelvas. La razón por la que estoy hablando contigo, es que has llegado a descubrir lo que está velado de una forma u otra, y una vez hecho esto, hay una regla que debes conocer: No puedes divulgarlo a ningún humano que no lo sepa. A nadie. Jamás. Hasta el día en que nuestro Padre decida que el velo puede ser libremente removido, el conocimiento es tuyo solamente. Y debo advertirte: lo sabré. Sabré si tienes intenciones de romper esta regla. Y en ese momento exacto en el que abras la boca para repetirla y haya oídos humanos e ignorantes del hecho que te escuchen, la escribas en un papel o la compartas de forma alguna haciendo caso omiso de mi advertencia, sufrirás las consecuencias. Actualmente, creo que ya viste tu futuro si apuestas a eso. Sería bastante irónico que pudiera castigarte, teniendo la misma cara que él.

Te dio la espalda, mirando por la ventana de la habitación.

-¿Has comprendido la regla?

El Carbink se movió un poco con tu presión, tras lo cual se volteó a verte aparentemente molesto por la mirada que tenía, y emitió algunos ruiditos agudos antes de salir huyendo.

-Si si, las prioridades primero -Eru no tuvo ninguna resistencia en seguir tu propuesta y se metió en la primera tienda que tenía algo comestible que vio. El establecimiento tenía nombre (Candy Shard, anunciaba el cartel), y se encontraba a eso de 100 metros del Centro Pokemon y ya a la distancia tenía un aroma dulce y sutil. A diferencia del abastecimiento de Pueblo Amanecer, esta se veía mucho mas fino y delicado.  

Aparte de provisiones básicas bien empaquetadas de una forma coqueta, y productos comestibles estándar como frutas y carnes bien ordenados, el sitio tenía una extensa sección de dulces y confites preparados con tanto detalle que casi daría pena comerlos. Practicamente la mitad de la tienda estaba destinada a esta área, y ya entrando pudiste apreciar un gran escaparte que los exhibía orgullosamente. El lugar estaba bastante concurrido por toda clase de personas, mujeres, niños (bien vigilados por sus padres para que no fuesen una amenaza para los dulces), hombres y ancianos, no había discriminación en cuanto a público. Quienes atendían el local eran mayoritariamente mujeres en atuendos que no parecían uniformes, aunque la mayoría mostraban mucho rosa, y un par de hombres de ropas blancas y amarillo pálido eventualmente salían de otra parte del local a reponer las secciones que hiciesen falta.

En todo momento Yuki sentía como que no estaba realmente al tanto de lo que estaba hablando aquel sujeto. Aquel vigilante se había aparecido ante el, o quizá lo ha movido hacia un lugar diferente del que estaba para decirle que no dijera nada sobre algo que había descubierto. ¿Pero a que demonios se refería? Dudaba sinceramente que estuviera hablando de su reciente descubrimiento sobre Makoto Satoru, el antiguo gobernante de esta región. Sin embargo, este sujeto parecía conocer a Majoto Satoru. ¿Y que era eso de que ya había visto su futuro? Desde hacia rato no hacia mas que surgir preguntas en su mente, jamas llegando nada a la claridad total.

-Conocías a mi antepasado.- Era ciertamente obvio al decir que tenia su mismo rostro, Din habia dicho lo mismo -Entiendo la regla, sin embargo no se a que te refieres. ¿Que se supone que he descubierto y no tengo que decir a nadie?-

-Parece que en el momento estabas con varias cosas en tu mente...bueno. Estoy hablando de la naturaleza de esta región. Que los que viven aquí son tanto humanos como pokemon. Mi trabajo es que el secreto se preserve y no se salga de control.