Partida Rol por web

Rincón

CAPÍTULO II: PECADOS VENIALES

Cargando editor
06/02/2013, 01:58
Director

Nada más acaba de decir esto Venancio, cuando la puerta de la posada vuelve a abrirse. Véis entrar a un tipo de altura considerable, rubio, protegido con una cota de malla, con un hacha enorme a la espalda. Tras él entra un soldado y Simplicio. En todos los presentes percibís expresiones de alivio; el hombre del hacha debe ser alguien importante aquí, al menos por encima de Mateo de Antequera, porque este se levanta en cuanto le ve entrar y se dirige a él, cambiando por completo la actitud arrogante que había mostrado hasta ahora.

Cargando editor
06/02/2013, 01:59
Mateo de Antequera

-¡Sancho! -grita a modo de saludo-. Non esperaba veros por el pueblo.

Cargando editor
06/02/2013, 02:00
Sancho

-Tampoco esperaba encontrarvos yo aquí a vos, Mateo -exclama el aludido con una voz potente, típica de quien está acostumbrado a mandar y a que los demás le obedezcan al instante-. ¿Qué faziedes en Rincón?

Cargando editor
06/02/2013, 02:00
Mateo de Antequera

-Salí de caza con mis zagales -contesta Mateo- et quise venir aquí por me solazar un rato.

Cargando editor
06/02/2013, 02:01
Sancho

-¿Et por qué aquí? -pregunta Sancho con intención-. ¿Non queda aquesto muy lejos del vuestro coto de caza?

Cargando editor
06/02/2013, 02:02
Mateo de Antequera

-Bueno... -Mateo empieza a ponerse nervioso; se nota que está tratando rápidamente de encontrar las palabras adecuadas-. Perseguíamos un venado et se nos perdió cerca de los bosques del barón... et como quier que non me place ese ventero tramposo de Ignacio Mediacapa, quise disfrutar de la hospitalidad del vuestro pueblo. Mas ya nos íbamos...

Notas de juego

A Ruperto debería sonarle ese Ignacio Mediacapa...

Cargando editor
06/02/2013, 02:03
Sancho

-Bien -dice Sancho, como si no le importara mucho lo que acaba de oír, y se dirige al resto de la concurrencia-. Ya que vos encuentro a todos aquí reunidos vos daré la nueva del barón: hemos sabido que ha habido otra víctima et vamos a formar una partida de caza mañana a mediodía por perseguir a esas malditas feras et mandallas al infierno de una santa vez. Milhombres, organiza tú los grupos para mañana.

Cargando editor
06/02/2013, 02:04
José el Milhombres

Milhombres se levanta del taburete en cuanto oye su nombre, mostrando toda su corpulencia y su extraordinaria altura, y asiente solemnemente.

Cargando editor
06/02/2013, 02:04
Mateo de Antequera

-Disculpad, Sancho -dice Mateo-. Mis hombres et yo podríamos acorrervos mañana en la caza. ¿Qué animal buscades?

Cargando editor
06/02/2013, 02:05
Sancho

-Lobos -contesta Sancho-. Con aquesta son ya cuatro las víctimas de esas alimañas en el valle.

Cargando editor
06/02/2013, 02:05
Mateo de Antequera

-Los habemos cazados otras veces -comenta Mateo-. Mis hombres son expertos cazadores, vos seremos de grand provecho.

Cargando editor
06/02/2013, 02:06
Sancho

-Sea pues -sentencia Sancho-. Lo comunicaré al barón. El gesto vos honra.

Cargando editor
06/02/2013, 02:07
Mateo de Antequera

-Non sería de buen vecino non prestarme a fazer algo que tan bien se me da. Atraparemos a esas feras por que dejen de molestarvos.

Dicho esto, Mateo deja unas monedas sobre la mesa y ordena a sus hombres que recojan todo y vayan a por los caballos, marchándose en un instante.

Cargando editor
06/02/2013, 02:07
Sancho

Mientras tanto, Sancho os señala y pregunta a Simplicio:

-Supongo que aquestos son los tuyos.

Tras el asentimiento de Simplicio, Sancho se os queda mirando con los ojos entrecerrados. Es un tipo bastante transparente, y en su cara se ve perfectamente que no le gustáis un pelo. Claro que tenéis una pinta de bandidos que no podéis con ella; es normal que desconfíe.

-Mi señor ha decidido dar asilo al vuestro -os comunica; luego extrae unas monedas de una bolsa de cuero y las arroja sobre vuestra mesa, dando a entender que son para pagar lo que hayáis consumido-. Recoged vuestras cosas et acompañadme al castiello.

Y acto seguido sale a esperar fuera con el soldado, coincidiendo esto con la marcha de Mateo y sus hombres.

Notas de juego

Os dejo postear por si queréis añadir algo más o hablar con alguno de los presentes antes de marchar al castillo del barón.

Cargando editor
06/02/2013, 11:47
Íñigo de Arreba

Íñigo no podía dejar de mirar el hacha que portaba el rubio a la espalda. Era una de las mejores armas que había visto en su vida, el filo era recto y bien trabajado, cortante... el mango robusto y bien pulido, de madera de buena calidad, maciza y a buen seguro pesada. No apta para mariconas castellanas ni para bribones como Ruperto que lo más que saben manejar es un cortauñas de fulana salmantina.

Tan sólo dejó de mirar el bello hacha para mirar al Mateo ese de no se dónde que no le daba buena espina, nadie hacía nada tan desinteresadamente, vigilaría de cerca a aquel hideputa.

Con estos pensamientos salió detrás del hacha.

Cargando editor
06/02/2013, 12:04
Don Ramiro

El barón sonríe cuando le descubres tus pensamientos sobre la lealtad.

-Los perros son nascidos sin ambición -sentencia-. Los humildes también. Cuando tan solo dándoles de comer se puede colmar sus desseos, grande es su lealtad; si esperan algo más, busca el cuchillo en la escuridad.

Luego te escucha muy serio cuando hablas de las fieras y de los bandidos.

-Espero que mañana salgamos de la dubda, por el bien de mis gentes.

No es este un noble a la vieja usanza, y apenas unos minutos con él han bastado para que llegues a esa conclusión. Se muestra cercano y afable, como si fuera un padre que cuida de sus hijos, sin hacer ostentación de su riqueza ni de su posición. Algo inaudito para ti, que estás harto de ver sembrado el egoísmo y la vanidad entre los de tu clase.

Mientras habláis, paseáis por el patio de armas, alrededor de los distintos edificios, y don Ramiro te va explicando a grandes rasgos. Hay una capilla dedicada a Santiago Matamoros, del cual es muy devoto; puede que esa sea la razón por la que está tratando tan bien a un caballero de Santiago como tú, aunque prefieres pensar que su cortesía se debe a que ha visto algo bueno en ti. En el salón del que venís se organizan audiencias y banquetes, y también allí el barón imparte justicia; por la noche sirve de dormitorio a los criados, junto con la cocina, que es el edificio de la lado, y se reúnen allí por la mañana con el mayordomo. En la parte derecha hay una sencilla herrería y las cuadras, con cinco caballos reservados para el barón, el castellano y el caballero del castillo. Las torres de esa parte se utilizan como cuartel para los soldados, y la del otro lado como leñera, repuesta cada cierto tiempo por los siervos del valle. El caballero asesinado vivía en la torre del fondo (6), y es la que el barón te va a habilitar para que te instales durante unos días.

 

 

Notas de juego

Si tienes alguna duda, es el momento de preguntársela al barón.

Cargando editor
06/02/2013, 12:43
Xoan Manoel

Asiento ante las palabras de Ramiro respecto a los sirvientes leales, y después de escuchar el plan, le comento con voz triste:

-Ramiro Amigo, gustaríame pedir un favor. -hago una pausa dramática para comenzar a pedir- como vostede sabe, nós venimos da guerra e da última batalla foi nefasta para o meu grupo. Afortunadamente non mermamos en números, pero posesións. O último ataque foi casi fatal para min -apoyo una mano en la herida, y meto el dedo en el agujero que quedó en la armadura mientras pongo una mueca de dolor-e eu non podería defender o meu grupo como eu quería, pero eles faceron-lo comigo, e iso me enche de orgullo e satisfacción. Xa le habrán explicado que llegamos camiñando, os nosos cabalos foron perdidos na calor da batalla -dios me perdone por mentir, luego tendré que redimirme en la capilla-e as nosas armas, así, eles estaban incrustadas en corpos de enemigos ou partido ou perdidas entre da batalla, e non temos moito per atacar. Eu non quero darle la sorpresa mañá, e imos loitar animais coas mans desnudas. -otra pequeña pausa- Non quero que nos regale, pero si emprestamos equipos para acabar coa praga que persegue vostede no bosque. Por suposto, vai pagar con cabezas de animais.

Cargando editor
06/02/2013, 18:17
Simplicio Ruipérez

A Simplicio le estrañó que el zagal Ruperto se uniese a la fiesta del castillo, pero en fin, dormir caliente y bien cenado parecia que le motivaba más al zagal que andar de escondidas.

No creyó el pardo que fuere buena idea parlamentar con Sancho, y optó por callar la boca y dejar, que ya hablará su amigo el noble por ellos.

Cargando editor
06/02/2013, 22:36
Ventura Montesinos

Miro al principio con desconfianza al recién llegado. Ni la presencia de Simplicio a sus espaldas me tranquiliza.

Sea —acabo diciendo mientras me hago con mi pequeño atillo—. ¿Qué ha sido de don Xoan Manuel, buen Simplicio?

Digo mientras salgo.

Cargando editor
07/02/2013, 01:25
Don Ramiro

-Non hayades cuitas por eso, Manoel Xoan -te dice don Ramiro-. Mañana dispondré uno de mis caballos para vos et vos pertrecharé con ballestas et jabalinas con que podáis cazar las feras.

Justo cuando acabáis el recorrido por el castillo, Sancho regresa con su escudero, seguido de tus compañeros.