Partida Rol por web

El local se encuentra en el bullicioso barrio de la Playa de la Infanta.

Es un barrio que mira directamente a la playa, que acuna entre el gigantesco paseo marítimo apalmerado en que se ha convertido el Bulevar del Mediterráneo. De hecho, está constituido principalmente por grandes torres de apartamentos así como abundantes locales turísticos, hoteles de calidad preparados para las estacionales visitas de alemanes, ingleses, holandeses, estadounidenses, japoneses y demás nacionalidades pudientes.

La propia avenida, forma parte del circuito urbano de velocidad de Cunia, en el que, sobretodo en esta época del año, se celebran grandes competiciones de carreras de coches, debido a las rectas y geométricas calles que componen tanto este barrio como el adyacente de la Playa de Cayo.

Además, podemos encontrar numerosos locales de ocio, salas de baile y pubs de todo pelaje y ralea. El Pub-Bar Orión se encuentra en los Bajos de Santo Tomé, un gran cúmulo de locales en el subsuelo del bulevar del Mediterráneo.

Llegáis al lugar sin contratiempos, aparcando cada cual su vehículo sin demasiada dificultad, pues aun no es hora punta nocturna.

Coincidís en frente del Orión.

O sea que este es el Orion... en vaya garito vamos a solucionar el mundo de aquí un rato. Yo ya no tengo edad para estos selectos parajes. Bueno, aquí está Joan

- Hola Joan! Que tal? Damos un paseo antes de entrar y me cuentas si todo va bien? Te noté la voz tensa y un pelín angustiada por teléfono.

¡Hola Arnau! Estoy un poco cansada de dar palos de ciego. Sobretodo porque parece que a cada palo hago ruido suficiente como para que me atrape el psicópata del coche. En realidad ahora estoy más tranquila, sólo incómoda con la situación que estamos viviendo, lo que me resulta más que razonable.
He hablado con mi amigo de la policía. Dice que nos están buscando, a todos los que estuvimos en la oficina. Buscan a los asesinos de los hombres del despacho pero siguen sin investigar el de Ramón. No lo harán hasta que no mostremos un móvil con pruebas. Creo que hay un personaje público metido hasta el fondo.

Miro a Joan con cara de sorpresa, aunque en el fondo todos lo sospechabamos. Nos estan buscando. 

- Vaya, si que esta mal la cosa. Ahora nos hemos convertido en una banda de maleantes. 

Suelto un suspiro de preocupación.

- A mi parecer, la situación nos apremia a destapar todo el embrollo si no queremos pasar a ser cabezas de turco en todo esto. Aunque por lo que dices, tampoco parece facil. El psicópata del coche? Te has vuelto a encontrar con el?

Me apresuro a responder:¡¡No, no, no!! Pero me da algo de miedo, porque nos descubrió en el balcón y buscó su coche a propósito para atropellarnos, momento en que además nos pudo observar bien de cerca. No creo que quieran dejar testigos, la verdad.en fin, estamos hasta el cuello Me encojo de hombros y sonrío.
Tal vez al menos hagamos alguna amistad digna de confianza hasta a vida o muerte... ¿tú tienes algo nuevo?

- Vale, me quitas un peso de encima. Esta claro que esta gente es muy peligrosa, y prefiero que se las tengan que ver con nosotros, tal y como pasó en el piso de Zafra,  y no al revés.

Miro alrededor y a la puerta del pub por si ha llegado ya alguien de los nuestros. No puedo evitar buscar a alguien que nos esté espiando a lo lejos, o la misma policia. No escondo un ligero nerviosismo.

- Yo no tengo muchas nuevas. Dije que me encargaria del tema del portátil, y asi ha sido. Mi colega de la policia me ha contado que el potátil estaba limpio, y que habia indicios de que los datos importantes estaban en unidades externas. Entiendo que alguien se nos adelantó, además de saber exactamente que se tenia que llevar. Tenia que ser alguien lo suficientemente cercano a Zafra como para saber que utilizaba un pendrive o un disco externo para los datos importantes. 

Por esta vez, dejo de mirar alrededor. Prefiero mirar a Joan. Eso me tranquiliza y me ayuda a centrar mis ideas.

- Naturalmente, no seria de extrañar que el gato viejo de Zafra escondiera en algún lugar este dispositivo, siendo consciente que alguien podria alguna vez intentar acceder a el.  Aunque en estos momentos, no veo nada viable volver a su despacho. Por cierto, antes me has contado que sospechabas de algun pez gordo metido en todo esto, no? Alguien de la vida pública? Yo tengo contactos. Podria intentar averiguar algo.

Sigo sospechando de Joan. Esto de querer quedar antes conmigo, sin tener realmente nada especial para decirme me hace sospechar que esta intentando algun tipo de treta conmigo.

Espero haber sido lo suficientemente sutil con lo de "alguien que lo conociera de cerca como para saber lo del dispositivo" como para que, como mínimo, se ponga nerviosa. Además, se la ve cómoda con el uso de gadgets, así que no seria de extrañar.

Y si no, haber si suelta alguna referencia al alcalde. Aunque reconozco que estoy un pelin pasado de vueltas, diria que es demasiada casualidad la repentina "huida" del alcalde de la ciudad. Juraria no haber dicho a nadie que era chofer del alcalde, o al menos a Joan. Eso me daria cierta ventaja si existe la posibilidad que tengamos a alguien implicado entre nosotros.

Lo que dice Arnau de los "dispositivos externos", te hace pensar en los CDs que encontraste y donde había información oculta.

En los CDs lo único que había era lo de los casos abiertos de Zafra.

Por otro lado, sabes muy bien que Ramón tenía muy claro que no era nada inteligente dejar información en lugares accesibles, como un coche o un ordenador portátil. Por tanto, te cuadra muy bien la información que ha encontrado Arnau al respecto de que el portátil estaba limpio y que había indicios de que los datos estuvieran en "dispositivos externos".

Mientras camináis arriba y abajo, pasáis de vez en cuando por la puerta del local, donde aun no hay mucho movimiento, pues es temprano aun y habrán abierto hará media hora o así.

Sin embargo, algo te llama la atención. Un Mercedes Clase E, nuevecito, a juzgar por la matrícula, con todas sus lunas tintadas, se detiene frente al Orion y baja un tipo trajeado. Se dirige directamente a los porteros y tiene una breve charla con uno de ellos. El portero niega con la cabeza, se mira el reloj, habla con su compañero y le responden a alguna pregunta que le haya hecho el tipo del traje. El misterioso individuo, asiente con la cabeza y les dice algo señalándoles con el índice. Después vuelve al coche, que le esperaba con el motor en marcha, entra de nuevo por la puerta del copiloto y se va.

Todo ello pasa a unos cien o cincuenta metros de donde os encontráis Joan y tú. Y no dura más de un minuto.

Miras a Joan, camina a tu lado, mirando el suelo, así que deduces que no se ha dado cuenta.

- Perdona Joan, pero creo que tengo que hacer una llamada urgente.

Cojo mi telefono y marco el numero de Negro. Se hace evidente en mi una expresión de preocupación y nerviosismo

Mientras espero que Negro descuelgue, observo a mi alrededor disimuladamente. Lo que acabo de ver me hace sospechar, y mucho. Parece como si estuvieran esperando a alguien, y podríamos ser nosotros, o Negro. Sigo mirando a mi alrededor, con la típica postura de quien habla por teléfono. Busco y escudriño en el entorno un lugar de reunión diferente, cercano al lugar y que nos permita ver la puerta del local sin ser vistos.

¿pasa algo?

Arnau marca el teléfono de Negro y espera que éste descuelgue.

En cuanto a dispositivos, tengo unos CDs que encontré en el despacho y tenían datos de los casos abiertos. Me quedo mirándolo fijamente mientras marca para llamar y entrecierro levemente los ojos con cara de desconcierto.
¿Por qué es tan urgente llamar ahora?

Negro cuelga el teléfono. El desagradable todo de llamada comunicando suena tras varios tonos de llamada.

Ves la cara de contrariado de Arnau. No sabes si es una reacción por tu pregunta o por lo que escucha al otro lado de la línea.

Arnau separa el teléfono de la oreja y, con un gesto airado, mira la pantalla del dispositivo móvil como si quisiera romper el display con la mirada.

Sin embargo, de repente el teléfono comienza a sonar en su mano y la expresión de Arnau cambia radicalmente.

Arnau descuelga el teléfono.

Mientras escucho la voz de Negro, no puedo evitar procesar lo que acaba de decir Joan. Tiene unos CDs. La miro de reojo, asombrado y dejando a Negro unos segundos en silencio ...