Partida Rol por web

- ¿De verdad pensabas que podía quitarte de las manos algo que te interesaba tánto...? - frunce un poco el ceño y baja la cabeza, con aire ofendido. Pero a los pocos segundos, levanta la vista hacia Takazuma con una media sonrisilla y levantando una ceja - ¡Me tienes por chusma! ¡Si lo sé no te regalo nada...! - ríe, estampándole el gatito de peluche en la cara y agitándolo para fastidiarle.

Ren coge el peluche competamente cortado - Jo...creía que lo habias comprado para tí... - Mira la cara del gatito y después a Ura algo confundido - Muchas gracias ^^ - Dice sonriendo al fin completamente agradecido abrazado al peluche.

Urahara observó absolútamente enternecido en su interior cómo Ren abrazaba el peluche. Le daban ganas de abrazarle a él, pero se contuvo... Sería muy raro, al menos para Ren. La cosa ya estaba bastante clara a esas alturas...

- Eres la primera persona... - ¿QUÉ HACES, CAPULLO? Urahara miró hacia un lado, algún punto perdido de la estantería - con la que hablo y me relaciono después de mucho tiempo. Casi había asumido que no me echaría amigos en Japón. Quería regalarte algo...

Por una vez se había puesto serio, incluso algo colorado aunque no se notaba mucho por los mechones sobre su cara y el color bronceado de su piel...

Si Ren estaba rojo, ahora parecía una señal de dirección prohibida. Las palabras de Ura le habían emocionado realmente....le habían llegado hondo. Sin soltar el gatito, estira el otro brazo para darle un rápido golpe en la nariz a Ura. - Eres muy buen chico... - Comienza a decir decidido, pero con las mejillas encendidas - ¿Por qué no ibas a tener amigos? - Baja la mirada volviendo a abrazar con ambos brazos a "Ura"...porque ya ha decidido que ese será el nombre del peluche - Nadie puede vivir sin tener amigos....para eso hay que ser una mala persona... - Rie alzando de nuevo la mirada hacia el australiano - Y está claro que no es tu caso.

Hirose sonrió mirándole, sin poder evitar cierto brillo en sus ojos claros al contemplar al chico... Pero suspiró y apartó la vista, dirigiéndose a la estantería para coger la calabaza de peluche -se había emperrado con ella- y examinarla, rotándola con los dedos entre sus manos.

- ...Es difícil decirle adiós a los amigos y a los sitios por los que vas todos los días, donde te diviertes, los hábitos que tienes... - explicó, alzando las cejas, con aire distante - Siempre he dicho que cuando cumpla los dieciocho me volveré a Sydney, o si mis padres se divorcian. No quería cogerle cariño a nadie aquí, para no tener que volver a decir "adiós"... Pero al final, después de un año sin hablar con nadie que no sea mi hermana o un poco con mi padre... La verdad es que gana el "ansia social". Ya veré qué hago cuando me vuelva a Sydney... Falta mucho todavía... Dos añazos y medio.

No sabía muy bien porqué le contaba aquello a Ren... Le había salido sólo... En parte se sentía algo mal por ello.

- ¿Coges el bañador y nos piramos, Joey? - añadió volviendo a mirarle, dejando el peluche en su sitio.

Se va...

Ren siente una ligera opresión en el pecho. Solo lo conocía de dos semanas y aún así es como si sintiera un dolor adelantado por su futura marcha. Aún falta mucho...¿Y por qué me importa tanto?

Cita:

- ¡Ah! Si... - El chico sale de sus pensamientos. Deja cuidadosamente el peluche encima de la cama, junto al osito de peluche y se dirige al armario. Tras registrar un par de cajones encuentra un bañador de color azul marino con una lista roja a cada lado. - Aquí está ^^.

Hiro levantó una ceja. Su compañero se había quedado algo callado y en las nubes...

- ¿Qué pasa? ¿He dicho algo que te haya molestado?

- ¡Ay! ¡No! Para nada...Estaba pensando donde estaba el bañador ^^U - Dice agitando las manos en señal de negación.

Eso ha sonado a excusa barata : D

- Cojo toalla también... ¿No? - Ren busca en el armario una toalla, procurando que el australiano no vea cierto atisbo de tristeza que ha aparecido en su rostro. Mete el bañador y la toalla en una mochila de tamaño medio.

¿Que si coge la toalla? Qué pregunta más tonta, por Dios...

- Sí, claro... - asiente, rascándose la nuca.

Espera a que Ren haya cogido sus cosas y no puede evitar observar que Ren pone a "Ura" al lado del osito de aspecto antiguo...

- ¿...Es tu peluche más antiguo? Ese oso... - señala al osito sobre la cama.

Ren deja la mochila en los pies de la cama, sentándose en el borde y abrazando el osito de peluche con una sonrisa melancólica - Me lo regaló mi hermana mayor. Tuvimos una pelea tonta cuando éramos pequeños... - Rie - Se llama Shinju - Comenta cogiendo a "Ura" con la otra mano - Y fue su foma de decirme que lo sentía - Pone ambos peluches uno frente a otro - Shinju, éste es Ura. Portaté bien con él ¿eh? - Tras decirle eso los muñecos mira al australiano con aire divertido - Espero que se lleven bien... ^^

Hirose alzó las cejas al presenciar el "acto diplomático peluchil" y rió un poco, discretamente y sin mucho ánimo de burla, más bien enternecido.

- ¡Pareces un peluche más de la habitación...!

Dan ganas de abrazarlo. Arrrgghhh...

Le coge la mochila y se la echa a la espalda.

- Venga, vamos. No es que me moleste ir a Odaiba de noche, me flipa la playa a oscuras, pero tú tendrás que estar aquí a la hora de la cena, según has dicho - ríe.

Es cierto...- Se levanta de la cama y coloca cuidadosamente los peluches sobre ella. Se cuelga la mochila en un hombro - Ahora tendrás que hacer tú de guía ^^ - Se dirige hacia la puerta y espera en el marco hasta que Ura sale.

Ura sale tranquilamente de la casa con Ren en dirección a la estación de metro.

Ésto en Australia sería hora punta: Todo el mundo volviendo a casa a comer, las calles atestadas de coches y los transportes públicos impracticables. Pero como estamos en el tecno-tercer-mundo la gente come a toda hostia en el trabajo... Llegaremos en seguida.

- ¿Qué te apetece comer, peluche? - comentó burlón. Ren se había puesto un poco soso después de contarle lo de que quería volver... Quizás había sido mala idea, quizás era pronto para contarle algo tan profundo... Nunca supo cuando tenía que dejar de decir tonterías triviales y hablar de lo que tenía dentro... Quizás por eso nunca llegó a intimar con nadie más allá del "colegueo".

: O

... Pe...¿peluche? : D - Ren se queda mirándolo con una de esas sonrisas congeladas para de pronto sacarle la lengua y cruzarse rápidamente de brazos, con gesto fingidamente cabreado - Si lo llego a saber no te enseño mi santuario - Dice dándole un puñetazo suave en el hombro y después mirando hacia otro lado.

Suspira y vuelve a mirarle - Ummmhhh...Elige tú para comer - Comenta con las manos apoyadas en la nuca y sonriendo.

Ríe el "cabreo" de Ren.

- Yo no tengo la culpa de que pegues como un peluche - le chincha aún más.

Se quedó pensativo.

Éste día es lo más parecido a una cita con Ren que vas a tener en tu vida. Aprovecha.

- En Odaiba hay un restaurante que siempre he querido probar... ¿Te gusta la comida thai? A mí me encanta, es mi favorita... ¿Te animas?

Ren se pone completamente recto, en posición militar - ¡Lo que usted mande, mi general! - Rie volviendo a su caminar habitual - No como desde que era pequeño. Recuerdo que por entoces me gustaba bastante ^^ - Sonrie encogiéndose de hombros.

El saludo militar lo descentra un poco... Los japos no dejaban de ser raros cuando hacían esa clase de cosas...

Él mismo era medio japo. En ese momento rezó a todos los espíritus koalas, canguros, kiwis, wombats y demás bichos raros de su tierra pidiendo que le pegaran una paliza si algún día hacía cosas del estilo.

Un momento... ¿"Mi 'general'"...? - los koalas y los canguros se fueron huyendo espantados. Ahora una imágen perversa le cruzaba la mente y un hilillo de sangre amenazaba con escapar de sus fosas nasales. Tras unos segundos dando rienda suelta a unos pensamientos muy censurables sin pestañear ni una vez...

...entró en el metro echándose una mano a la boca sin poder evitar una risilla aviesa.

JODER, ESTOY FATAL. NO SÓLO VOY A SER MARICA, ¡¡SINO QUE ENCIMA VOY A TENER MÁS PELIGRO QUE MCGUIVER EN UNA FERRETERÍA!! No... Tánto no, joder... Un poco morboso, a lo mejor... Pero me daría no sé qué azotar a alguien como Ren. Fijo que se muere del susto antes de que saque el látigo.

- Perdona... Lo de "mi general" me ha recordado a una chorrada... - dijo sin levantar la cabeza para que no se notara lo colorado. Se limpió con la mano que le tapaba la boca la poca sangre que le había salido por la nariz - Ya te contaré cuando bajemos...

Mentira. Nunca jamás lo sabrás.

- Pe...¿pero estás bien? - Pregunta con aire preocupado.

Juraría haber visto sangre... o_Ô

Ren lo despeina con una mano, poniéndose de rodillas para poder llegar a la cabeza de Ura - A saber que ha pasado por esa cabecita... - Comenta riendo - Luego me contarás : D

Con esa cara de pererso que ha puesto debe de ser algo interesante : D -- La inocencia...

- ¿Ésto? ¿Por ésta pizca de sangre lo dices...? - "verás: es que me subes la tensión, no sé si me explico..." - No tiene la más mínima importancia - su gesto es neutro de nuevo. En su mente se desata un infierno de urgencia por cambiar de tema, debe ser algo lo bastante llamativo como para descentrar la atención de la sangre y de la cara que haya podido poner - ¿Eres cotilla...? - le preguntó de pronto, serio.

- ¿Cotilla? - Pregunta sorprendido. No sabe a que puede estar refiriéndose Ura.

Tal vez he dicho algo que le ha sentado mal...Se ha puesto muy serio....