Escuchó a todos con atención. El trato seguía sin cerrarle pero ya no veía que podía decir que convenciese a alguien.
Miró a Marta con cara de desolación y le dijo Tu decisión, si tu dices vamos, vamos, pero me ayudas a limpiar botas o no hay trato, digo esbozando una especie de sonrisa.
Humm Gabi yo creo que con esa carita en cuanto te des una ducha estos militares tienen pensado para ti otra cosa le susurró con una sonrisa cargada de humor negro que lejos de calmar las dudas y miedos de Gabi tendió a acrecentarles.
Sin mucho interés miraba como desmontaban aquellos radiadores mientras iba empaquetando sus cosas impacientándose cada vez más y mirando con ansiedad a Gasera para ver si sus indagaciones cobraban algún resultado.
Yo quería ir a la comisaría antes que todos los recién llegados
"Los militares trabajan como uno más"
Intentó buscar alguna pega en el tono o en las intenciones: se lo tragaba tanto como una lata de canto.
No iba a decirle que lo que estaba describiendo NO era un trueque, sino un sistema decimonónico de "billetes de la empresa" explotable de cojones, pero seguro que lo habían arreglado. O no. Como fuera, hacerse el listillo y soltarlo para demostrar lo que sabía no iba a ayudarle a hacer amigos... estaba empezando a considerar llamar a eso "hacer un Jose Antonio".
-¿Alguien que lleve la lista de las horas de servicio para el trueque? ¿Los militares, supongggggggggoh? -dijo, un poco ahogado mientras levantaban el último radiador de los cojones, que parecía haberse enganchado en algo- Ah mier- darme un segundo.
Se agachó para darle un golpe a la pared, y luego otros, hasta poder sacar el cable.
-Vale, ya estamos listos... -volvió a echar mano a los radiadores- ¿Todos tienen el mismo trueque? Los militares no tienen... ya sabes... ¿extra? ¿Por sus denodados esfuerzos?
Sí, es lo que dijimos: hacedlo en otra escena si queréis. Asumía que estabais ya mientras yo intentaba esto XD
Cita:
-No, el cómputo de horas lo lleva Javier, el alcalde. Los de los grupos los verificamos los que hacemos de encargados cada vez, nos vamos rotando.
Cita:
-Si, todo el mundo lleva el mismo sistema. Los militares no son una excepción, aunque casi todos ellos pasan mucho del trueque o de descansar. Menos dos de ellos, los demás salen todos los días a cazar muertos vivientes. Son poco sociales, para que nos vamos a engañar, pero una vez que los conoces son buenos tíos.
Lleváis el radiador a la furgoneta y paráis por un instante. Ambas furgonetas están ya llenas. Todavía quedan muchos radiadores en el hotel, pero ya no habría donde llevarlos. Cada uno se sube en los coches que tiene más a mano y avanzáis por el pueblo, es evidente que los militares han hecho bien su trabajo. Lo único que parecen no haber tocado son los domicilios particulares y negocios en apariencia poco interesantes.
Comisaría no hay, pero si una casa cuartel de la guardia civil, completamente desvalijada. Imposible saber si por los militares o por supervivientes que hayan llegado antes que vosotros. También encontráis un par de tiendas de ropa y de deporte. A pesar de haber sido saqueadas, podéis encontrar ropa, deportivas y algunas cosas más, pero nada de armas a excepción de cuchillos de supervivencia.
-Necesitamos una tienda de motocross. Hay protecciones que podemos usar como tales y ademas podriamos usarlas como materia prima para hacer otras. ¿Sabes si hay alguna por aqui?
Movil
No había mucho que pudiera sacar ahí.
Sonaba demasiado a una utopía. Todo era estúpidamente limpio, y siendo sinceros, estaría mucho más cómodo si fuera de otra forma: un poco de corrupción y de arrastrar el cargo aquí y allá. Uno puede comprender eso. Lo máximo que sabía es que los militares no se juntaban con los civiles, así que efectivamente, había dos castas. Una de ellas que posiblemente pudiera conseguir lo que quisiera.
-Vaya. No suena mal.
No. Sonaba a MENTIRA. Incluso cuando parecía que estaba diciendo la verdad. Pero no tenía nada para poder decirle a Marta no vayamos, aparte de "esto no se sostiene por ningún lado".
Entro en la tienda de deportes pisando cristales rotos, bueno dia de compras penso para sus adentros, su cabeza siempre había deseado tener que ir de compras sin preocuparse por el dinero, pero nunca había sido de esta manera. Mirando al resto cogió uno de aquellos cuchillos de supervivencia afilados y duros.Parece material de primera, no esta mal yo me quedo uno comento ajustándolo al cinto de sus vaqueros. Siguió rebuscando durante un rato entre chubasqueros y botas de montaña hasta que consiguió dar con unas que no estaban mal del todo, y las ato y las puso sobre su hombro sin decir nada.
Hum Gasera Gabi mirar si encontramos algún libro sobre rutas, senderismo o algo que nos describa esta zona, quien sabe quizás encontremos algún destino alternativo. comento mientras rebusca entre los enseres de pescar, sin encontrar nada parecido a una caña, paro acto seguido empezar a buscar libros juntos sus compañeros.
Entre los libros de alpinismo de los Pirineos Aragoneses aparece un plano topográfico de la zona. A simple vista no es un mal hallazgo, ya que aparecen marcados todos los caminos y sendas, así como poblaciones cercanas, pequeñas aldeas abandonadas y otros puntos de interés, como picos y cosas así.
Cuando ya habéis descartado la posibilidad de encontrar alguna caña de pescar, en una caja de cartón en un altillo localizáis varias. Al parecer son cañas de pescar usadas, pero os pueden hacer el servicio perfectamente.
Cita:
A la pregunta David contesta que no hay ninguna tienda parecida, aunque mirando a vuestro alrededor os dais cuenta de que la respuesta es casi obvia, Terrer es un pequeño pueblecito de apenas 500 habitantes, cuatro casas mal puestas. Con una panadería, un par de bares y poco más.
-Vámonos, ya nos estámos retrasando demasiado. Volvemos a la comunidad. ¿Vosotros qué hacéis? -Es obvio que se refiere a los que elegisteis quedaros en el pueblo en vez de acompañar a los militares. -¿Venís u os quedáis?
-¿David, tu sabes si por la zona hay algun edificio en obras? Algo que estubieran construyendo justo cuando todo se fue a tomar por saco. Me vendrian bien ciertos materiales, ademas estoy dispuesto a utilizarlos para dotar de mayor seguridad a los vehiculos de tu grupo en primer lugar, supongo que si nos pilla de camino... podria interesarnos a todos.
-No, en éste pueblo no hay nada de eso. En el campamento hay materiales de construcción, los usamos para reforzar las defensas. Habla si quieres con Lambán a la vuelta, tal vez tu idea le parezca bien.
-Me referia a la zona en general, a ver si te sonaba algun sitio asi por los pueblos que habeis explorado. De todos modos, si ya hemos acabado aqui, volvamos. Ya vere que puedo hacer con el material del que dispongamos.
No tengo demasiado claro que queréis hacer los de Terrer... ¿Regresáis con éstos tíos al campamento ese o no? Más que nada por seguir con la trama o no.
Por otra parte, voy a empezar a ponerme serio con la actividad de los jugadores, porque si en la partida hay jugadores que contestan de pascuas a ramos la partida se relentiza y se nos van las ganas a todos (a mi el primero) de seguir con la primera.
No digo ná y lo digo tó. Avisados quedáis.
Recordad... Ritmo medio, dos o tres mensajes por semana. Y que no sean telegramas, por favor.
Era probablemente la segunda vez en su vida que entraba a una tienda de deportes y apocalipsis de por medio seguían sin causarle ninguna gracía. Por lo cúal se limitó a estar cerca de sus compañeros. Cuando llegaron a la parte de los libros y mapas se sintió más a gusto y se puso a revisar
Se guardó algunos de los mapas en la mochila, ya estaba casí resignado a ir a la comunidad, pero sabía que nunca estarían de más en caso de que todas su desconfianza para con la comunidad fuese cierta.
Cuando David les pregunto que hacer miró a Marta y a Gasera.
Miró y sacudió la cabeza, cabeceando hacia Marta.
No había encontrado nada que pudiera indicar que era la peor idea del mundo. Seguía considerando que lo era, pero con lo que había dicho el tipo no tenía nada a lo que agarrarse, así que se encogió de hombros: había dicho antes lo que había dicho antes.
-¿Marta?
Los tres compañeros se reunieron en la puerta de un antiguo bar, con los cristales rotos obra de algún saqueo, pronto empezaron a hablar y gesticular de manera cada vez más enérgica.
Vale chicos mirar yo tampoco tengo intención de ir chupandosela a ningún militar, pero estamos en pleno invierno y podemos pasarlo muy mal. Vayamos, probemos, lamamos nuestras heridas y preparemos nuestro próximo destino. Con esos libros tenemos información para buscar un buen refugio alternativo, cerca de una fuente de agua, buscarnos alguna fuente de suministro de comida, y un buen lugar donde defendernos. Es más Quizas gente de allí quiera venir con nosotros. Yo al menos voy, venís verdad? termino Marta esperando la respuesta afirmativa de sus compañeros