Partida Rol por web

La decisión estaba tomada, a regañadientes, con mucho recelo, pero era uniforme. La idea de vivir bajo la bota autoritaria de los militares os asustaba, pero la alternativa parecía peor.

-Venga, llevadnos, estamos impacientes por llegar. -El tono de voz de Gasera era ácido e irónico como nunca. Era evidente que no le hacía mucha gracia todo aquello, pero prefería seguir unido a la mayoría. -Si salimos ahora...

¡¡¡BANG!!!

Un solitario disparo le dejó con la palabra en la boca. La cabeza de Gasera desapareció en una explosión de hueso y sangre. Medio cráneo aparecía transformado en una masa sanguinolenta y Gasera se desplomó sin acabar la frase. El sonido y la escena os dejaron perplejos, tardando en reaccionar unos breves segundos. Breves, pero suficientes como para que el tirador designara una segunda víctima.

-¡¡¡A cubierto, nos atacan!!! -En ésta ocasión era Javier el que hablaba. Se parapetó detrás de un coche sujetando la pistola con ambas manos, apuntando al vacío. Era imposible descubrir de dónde había llegado el disparo. Javier cometió el tremendo error de ponerse de espaldas al tirador. Algunos de vosotros pudisteis ver el fogonazo del segundo disparo, pero no así Javier.

¡¡¡BANG!!!

El segundo disparo no fue tan certero como el primero, pero igual de letal. El disparo alcanzó a Javier en un lateral del cuello, que sin poder gritar intentó vanamente llevarse las manos a la herida para reducir el chorro de sangre que manaba a borbotones, desmayándose acto seguido, y muriendo al poco tiempo.

El tirador se encontraba condenadamente lejos, en el campanario de la iglesia. Debía ser condenadamente bueno para acertar a esa distancia. Tan pronto como habían comenzado los disparos, éstos acabaron. El silencio os permitió oír a lo lejos ruidos de motor, ruidosas todoterreno.

-¡¡¡OSTIA PUTA!!!¡¡¡SON LOS PRESOS!!!¡¡¡A LOS COCHES YA!!! -David se hizo cargo del mando ante el shock en que os encontrabais. Sin dudar un segundo, todo el mundo sube a los coches. Un tercer disparo se oye en la lejanía a media que abandonáis el lugar, pero sin herir a nadie.

Los vehículos avanzan a toda velocidad por las calles de Terrer, derrapando en las curvas, y dos motos salen de calles laterales y empiezan a seguiros al tiempo que se inicia un violento tiroteo entre los que lleváis armas y los que van de paquete en las motos. Por la radio se oye la voz de David.

-¡Teniente García!¡Aquí David!¡Nos atacan los presos! Salimos de Ateca en dirección a Moros. Solicitamos refuerzos urgentes. -El mensaje repetido varias veces, intercalado con disparos por parte de ambos bandos, y al poco tiempo se oye la voz de García contestando.

-Aquí García. Mensaje recibido, David. Nos encontramos en Villarroya de la Sierra, llegamos a Moros en 15 minutos. ¡Aguanten!

Quince minutos... Aquello os parecía ahora mismo una eternidad. Pero no hizo falta esperar tanto. Un certero disparo de Jake acabó con uno de los motoristas, y el otro se detuvo al quedarse sólo, dejándoos huir.

-Aquí David, les hemos despistado, Teniente. Puede seguir con su misión. -La voz de David en la radio os hacía saber que todo volvía a la normalidad. -Recibido, cambio y corto. No obstante nos dirigimos a la zona para prevenir que se reagrupen y ver si podemos capturar algún prisionero. -La voz del Teniente sonaba tensa, no era difícil adivinar que tenía algo contra los que os habían atacado.

A la altura de Moros vuestros coches se cruzaron con el equipo de García, que bajaba en dirección contraria buscando a quienes os habían atacado.

Al poco tiempo David vuelve a llamar por radio. -David llamando a base. Traemos los radiadores que dijo José Antonio y a más invitados. Hemos sido atacados y dos de nuestros invitados han muerto. Llegamos en diez minutos.

-¡Joder! Que locura. ¿Que ha pasado hace un momento? ¿Quienes eran esos cabrones? ¡Le han volado la cabeza a Gasera y tambien se han cepillado a Javier. Estoy alucinando en colores.

Unos segundos de silencio...

-La moto me ha recordado a la que vimos el dia antes de toparnos con Garcia. ¿Los has llamado "Presos"?

Escuchar a Gasera hablar ya era algo a lo que estaba demasiado acostumbrado, era el que más lo hacía por lejos, como la discusión había terminado y como no estaba diciendo nada de particular importancia Gabriel apenas le estaba prestando atención, estaba pensando en otras cosas, su pasado, la poca gracia que le hacía todo lo de los militares, el camión explotando, cosas. 

Cuando escuchó el disparo saltó al piso como un acto reflejo, allí abajo se encontró con el cuerpo sin vida que justo estaba terminando de caer de Gasera, y se quedó completamente paralizado por el horror que sentía. Su mente le decía que corriera pero su cuerpo no le respondía, se quedó esperando el disparo que lo liquide, y cuando sintió que otro disparo era emitido se dio por muerto. Allí vio a lo lejos a Javier caer desplomado.

Sintió alivio y después culpa por sentir alivio, todavía no se recuperaba del Shock de ver a su amigo caer muerto al lado de el. Pero entre esa mezcla de sensaciones y los gritos del teniente fueron suficiente para que se parase y corriese hacía el coche que tenía más cerca.

Una vez que estuvieron fuera de peligro, empezó a llenarse de preguntas, quería formularlas, quería gritarle a alguien, quería patear algo, pero se limitó a mirar para abajo con la mente en blanco.

Marta no recordaba por cuánto tiempo había estado chillando tras ver caer a Gasera desplomado, el pequeño grupo de amigos era todo lo que la quedaba desde el principio del Apocalipsis y una gran parte de ese mundo había saltado por los aires junto a la cabeza de su amigo, después de gritar mientras se subía en los coches había empezado a llorar, sus pequeñas manos tapaban su cara y lloraba desconsoladamente, hasta quedar muda sin decir nada con la vista perdida, sin hacer caso a nadie ni a nada. Gasera había caído y gran parte de su yo había caído con ella. Cuando pararon la tuvieron que volver a contar gran parte de la conversación que se había dado en los coches mientras ella asentía como sin querer saber más. Aquel estado de shock parecía no irse nunca.

-Lamento mucho lo de vuestros amigos. Esos cabrones son los reclusos de la cárcel de Zaragoza. Al parecer hubo un motín cuando se vino todo a la mierda y ellos se hicieron con el control de la cárcel. Ahora es una puta fortaleza. Se dedican a saquear todo lo que ven y a cargarse a todo el que pillan vivo para robarles lo que tienen. Eso cuando no lo secuestran. -La mirada de David se fija en Marta por el espejo retrovisor y luego continúa. -Las mujeres son las peor paradas de todas. Nadie sabe que les hacen exactamente, pero imaginaos un grupo de cuarenta o cincuenta personas sin escrúpulos, todos hombres... Probablemente la moto fuera uno de ellos. Nos hemos topado en varias ocasiones, cuando los vemos salimos cagando leches o llamamos a García si anda cerca. El Teniente les tiene unas ganas locas, pero los muy hijosdeputa lo tienen todo bien organizado y son muchos. De momento es mejor que no sepan donde estamos, no sabemos si podríamos sobrevivir a un ataque frontal directo.

-Es decir, que estan los zombies por un lado y los presos por el otro. Tengo que hablar con el teniente, los zombies son monstruos sin alma ni crebro, es comprensible que nos ataquen. Pero esos sacos de pus que atacan por la espalda para robar y violar... Tiene que poderse hacer algo mejor que huir de ellos. Su amenaza debe desaparecer cuanto antes.

Marta se tapo los ojos para continuar llorando sin querer hablar ni decir nada a nadie, de vez en cuando mientras conducias su mirada se perdia mirando la linea infinita del horizonte, y de repente se volvia a tapar la cara y empeza a llorar y gritar de rabia hasta que se le quebraba la voz.

Cita:

-¿Y qué propones tú, tío listo? -El tono de David era claramente airado, no hacía falta ser muy inteligente para darse cuenta de que algo que había dicho Mikel le había molestado. -Ya has visto de lo que son capaces. Nadie ha entrado en la cárcel y ha salido para contarlo. No sabemos con que equipo cuentan, ni cuantos son. García ha perdido un par de hombres enfrentándose con ellos. Pero a lo mejor era porque aún no te habíamos conocido a ti... No te jode...

-Hombre, es una forma de hablar. No me chupo el dedo, por como habias hablado de ellos, ya me hacia una idea del tipo de problema que representan. Eso no quita para que haya que intentar algo, antes de que lo intenten ellos. O si lo prefieres, seguir intentandolo. De todos modos, haberlo intentado y que no saliera bien, no significa que no se pueda. Ya se que como yo no lo he intentado, es mas facil de decirlo para mi que para vosotros. Y seguramente, yo no sere la pieza clave de un plan magistral que acabe con esa amenaza, pero si puedo contribuir, cuenta con que lo hare. Por otro lado, cada vez que hacemos una salida. ¿Corremos el riesgo de que nos sigan no? Hay que pensar en eso, supongo que ya lo habeis hecho.

OH POR DIOS CÁLLENSE, gritó pateando un asiento. El grito le salió del alma, perdón, no quería gritar así pero acabo de ver a un amigo morir y a toda esta charla le veo poco sentido, a menos que quieran planificar una guerra desde  un coche. Se estremeció con solo pensar en la palabra

Seguro el maldito teniente intento ir a cobrarles ese ridículo impuesto y allí empezó todo dijo por lo bajo a Marta pero con intención de que lo escuchen todos.

No debimos haber venido.

-Si, por favor. Dejemos el tema. -Al parecer, en vez de irritarse, casi se podría decir que David agradece la explosión de Gabriel. -Estamos llegando. -Tras lo que os parece una eternidad entráis en la nacional, y tras unos dos kilómetros los vehículos se desvían a la derecha por un camino asfaltado. Unos pocos metros más allá, serpenteando entre pinos podéis ver la puerta de acceso al recinto. En tiempos era una sólida verja de hierro adosada a una garita para el guarda, pero le han soldado pesadas planchas de hierro y la garita aparece abandonada.

Desde el exterior el recinto parece inmenso, con un alto muro imitando el estilo de los castillos medievales. A la derecha de las puertas un cartel con enormes letras plateadas reza "Residencial Olimpo" y justo al lado una enorme lona publicitaria que nadie se ha molestado en quitar, totalmente descolorida y casi desintegrada por el viento y la lluvia, anunciando que la primera fase ya se ha terminado y que ya se encuentran a la venta las viviendas de la segunda fase.

La puerta se abre y los vehículos avanzan aparcando cerca de la puerta. Al pasar y cerrar la puerta, os llama la atención que mueven un camión volquete cargado de arena para apoyarlo contra la puerta. Os dais cuenta de que varios curiosos se acercan al ver que los militares vienen con un camión nuevo, y al veros a vosotros se acercan a saludar.

Un par de militares vigilan desde las almenas con lo que parecen rifles de asalto, y veis como José Antonio y su mujer, junto con un par de mujeres más se acercan a vosotros.