Partida Rol por web

Los guardianes de la ciudad habian esperado a que la cosa se calmara de borrachos y gentuza que llenaban el bar , para entrar en accion, porque les hizo sospechar que la descripcion del viejo loco profeta hablara de demonios azules, y todos los elfos de la taberna tuvieran un toque azulado en la piel.Fue entonces cuando uno de los guardias, que hasta ahora habia parecido callado, apareciera , poniendose mas rudo de lo normal , con el tabernero, gracias a dios habia poca gente, salvo un grupo de parroquianos y algun bebedor bebedor solitario.

El tabernero repite una y otra vez que no sabe nada, las otras veces que le preguntasteis dijo lo mismo, pero el ultimo averiguar intenciones de Ishram (24) le vuelve a decir que le estan volviendo a mentir, portanto el tabernero puede estar implicado. Ademas de muy agitado, este no para de mirar a la cocina (tirada de avistar para los jugadores, ya hecha por el master en este post) Donde Ishram ve que el cocinero se acerca al quicio de la puerta y lo que es mas peligroso, asoma la mano muy despacio acercandola a una espada oculta , puede ser que se trate de un acto reflejo de defensa, pero Ishram sospecha al tratarse de la guardia

Una maliciosa sonrisa se desdibuja en el rostro del semigigante

[/i]"Por fin. Algo a lo que machacar. Y sin mancharme las manos"[/i] piensa. Y es que, al fin y al cabo. El es un semigigante, pero tambien es un psiónico. Y sabe bien que su espada, Scarlet, es terrorífica. Pero en verdad, es sólo la guinda del pastel.

Concentrandose, busca la mente del cocinero y libera sobre ella un torrente de energía desde el mismo plano de la Fuerza, el origen de todos los poderes psiónicos.

Al notar la amenaza, dejo mi copa sobre la barra y salmodio rápidamente un conjuro. (Orbe menor de fuego)

En verdad eres idiota, te di la oportunidad de arreglar las cosas por las buenas, ahora voy a dejar tu lindo bar convertido en un montón de cenizas y tú te vienes preso junto con aquél idiota que intentó pasarse de listo. - digo con tono sereno, mientras un pequeño orbe incandescente aparece en la palma de mi mano.

¿En dónde lo quieres? ¿En la cara o en el pecho? - pregunto antes de dirigirme a todos los parroquianos a todo pulmón.

Por si no lo habeís captado, el bar está cerrado así que todos afuera, menos los empleados, la casa invita las bebidas. 

Todo aquel que siga aquí cuando arroje esto. - digo levantando el orbe - será detenido y procesado.

Ishram no dudó. Tan pronto un nuevo recluta de la guardia recién añadido, tomó la iniciativa para presionar al tabernero, cada vez más nervioso y asustado, el ex-mercenario sacó su espada y se dirigió hacia la puerta de la cocina, donde uno de los elfos parecía observar tenso la situación... con algo metálico y brillante debajo del mandil. Sin duda un arma.

Advirtió como el grandullón con voz de pito lo miraba intensamente, con los ojos entrecerrados, achinados. Esforzándose en hacer algo... que por los gestos parecía querer cagar cuando se tiene un severo estreñimiento. Pero conociendo al gigantón y sus habilidades mentales, supo que intentaba algo más mental y menos escatológico.

- Ni se te ocurra desenfundarla o te ensarto, elfo... lo que diablos seas. Quedas preso - le avisó situándose frente al cocinero, en guardia.

- Un placer Valinor, ¿supongo? - No era el tipo de persona que le gustaba tratar, muy agresiva y sádica, pero siempre era bueno tener ayuda a favor y no en contra.

- Me parece que deberíamos detener a todo el personal de la taberna. Al parecer aquí no se cuece nada bueno - dijo con doble sentido. Una media sonrisa asomó en su boca, pero eso no lo detuvo para sacar el arma a la vez que saltaba por encima de la barra quedandose cara a cara con el tabernero.

- La violencia no me gusta pero tampoco le doy la espalda - dijo empotrándolo contra la pared trasera con un fuerte empujón. - Y ya que por las buenas no vas a hablar lo harás por las malas, puesto que a veces la violencia es la única manera de conseguir salvar a la gente. -

Parece que sus compañeros y el nuevo fichaje no habían perdido el tiempo e iban a darle con todo al tabernero, como dudo que el pobre tipo aguante me concentro para lograr aumentar mis defensas, no vaya a ser que la gente se rebele y se lie parda.

- Pues nada ahí estamos, no os resistáis por vuestro propio bien.

El elfo que se habia acercado, discretamente arma , no solo fue visto por el giganton , sino que esto le debio de enfadar tanto que el psiquico se llevo los dedos indice y anular a la sien y acto seguido ocurrio algo que no muchos se podian explicar pues misticamente , la nariz del camarero, empezo a salir un rio de sangre acompañado de un sonido seco, en forma de golpe de chorro de sangre de su oido derecho y cayo al suelo muerto, saliendole pequeños huesos del oido

Pero que coño habeis hecho? dice el tabernero . Otro camarero dice ohhh , noooo , habeis matado a Kenny , cabrones hijosdepuutaaaa.

La gente se vuelve histerica y sale del tugurio corriendo , pese a no haber muchos alli tomando, algun borracho se cae de la prisa, y otro camarero elfo se intenta escapar aprovechando la confusion *(Tirada de destreza 4 natural) Para tener tan mala suerte de chocarse con la barriga del gigante y caer al suelo

El tabernero que no se mueve: bien por no poder al verse en sobrenumero, o por ser inocente; se repone y y dice "No sois guardias , sois asesinos , respondereis vosotros ante la ley?

Y dale con las idioteces. Dime ¿Alguno de los nuestros tocó a tu camarero?

¿Alguna de nuestras armas tiene sangre? ¿Acaso esta esfera de llamas se ha movido de mi mano y golpeado al muchacho? ¡Vamos responde tipo listo! - le increpo al tabernero.

No. ¿Cierto? ¿Entonces de que nos acusas? Al chico le reventó el tímpano a causa de la tensión, eso fue lo que pasó, se puso muy nervioso, intentó emplear un arma contra la guardia y sucumbió ante la tensión. - digo con suficiencia, mientras disipo el orbe de llamas.

Ahora bien. ¿Vas a hablar o quieres que te saque la verdad junto con algunos dientes? Escúpe todo lo que sabes.

Y entonces ocurrió todo lo que Ishram deseaba que no ocurriese: parroquianos histéricos, tabernero y camareros increpantes, un elfo con los sesos desparramados y sus botas manchadas por los mismos.

¿Cómo hemos llegado a esto?, se preguntó el ex-mercenario que pensó que hacer un arresto e inspección del lugar sin grandes complicaciones no debería haber sido tan complicado. Se giró y lanzó una mirada admonitoria al gigantón, suspiró con resignación y con su bota apartó el brazo del muerto, sobre su propio torso, dejando al descubierto una espada oculta bajo el mandil.

- ¿Qué iba a hacer tu cocinero Kenny con semejante arma? ¿Pelar patatas? Yo más bien diría apuñalar guardias - le cortó en seco al tabernero, cogiendo el arma del delito y examinándola.

- ¡El resto de camareros, ni una palabra! - exigió - ¡Id todos allí, contra la pared! - bramó dando órdenes y registrando al muerto sus pertenencias, en busca de alguna pista.

Las múltiples imágenes de Lionel contemplaron el desaguisado que era el cuerpo desmanejado del elfo, no es que sintiera pena, sacar un arma frente a tanta gente tenía consecuencias nefastas, pero no dejaba de pensar que quizás pudiera haberse evitado esa muerte...

- Ya veis que las desgracias ocurren cuando estamos cerca, si nos dais las información nos iremos y todo quedara en paz, así que no os lo penséis mucho.

Por lo demás parece que mis compañeros lo tienen todo controlado, ojala esta gente sea lo bastante inteligente como para colaborar.

Al-Harén sostiene al elfo que intenta fugarse, cogiendolo por la muñeca y apretando. Sin idea de hacer daño -por ahora- pero sí de detenerle.

"No te vayas, amiguito. Tenemos mucho de que hablar ¿No te parece?" le dice con una mirada dejando ver sus dientes de semigigante, tan grandes como el pulgar de un humano.

En verdad esto no ha salido como esperaba (Pretendía dejar inconsciente, o incluso muerto, al cocinero, allá donde estuviera escondido. Y hacerlo de forma tan discreta que nadie supiese que es lo que habia pasado)
Pero quizá que los pocos parroquianos huyan, y poder detener a los maleantes, sea la segunda mejor opción.

Respecto al tabernero

"Difamar es tambien un crimen, tabernero. Preguntate ¿Alguien ha usado un arma, un hechizo, o varita en esta sala?" dice sin soltar al intento de profugo y acercandolo a la barra "La muerte de tu amiguito, Kenny, se investigará como cualquier otra. Y se hará AHORA MISMO."

Kami cogió al tabernero por el cuello de la camisa y lo llevó junto con el resto de "detenidos" y empujandolo contra la pared.

- Hora de empezar a hablar. Es una lástima lo de vuestro amigo, pero como veis no nos gusta que nos engañen y menos aun que nos ataquen por la espalda, así que por vuestro bien os aconsejo que empeceis a soltar la lengua. -  se unió a sus compañeros en ese interrogatorio ya oficial un tanto especial. - Quizás yo no sea violento y no dé miedo pero os aseguro que mis compañeros no se parecen a mí, y si hay que tomar medidas para haceros hablar no les detendré -

Kami empezaba a impacientarse por lo dificil que estaba resultando conseguir información, pero no sabía que más hacer sin que afectase a sus valores morales.

Mientras Kami habla, desenfundo mi estoque y me acerco a la chimenea de la posada, lentamente prendo la fragua y meto la espada al interior de la llama.

Tranquilos, la espada esta bien afilada hace cortes limpios, pero necesita del calor para cauterizar las heridas, no queremos que esto acabe rápido o que se mueran antes de decirnos algo importante.

Antes de venir a este mundo yo serví en un cuerpo militar muy diferente, nos hacíamos llamar los justicieros y estabamos consagrados a la iglesia de Hextor, un dios que respeta las demostraciones de fuerza y poder sobre cualquier cosa, la idea base del credo es que el fuerte gobierna al débil.

Ahora la pregunta es, ¿Aquí quién es el débil?.... mmmm...

Sí, creo que ustedes lo son, así que de acuerdo al credo, puedo hacerles lo que me plazca hasta conseguir lo que quiero, que en este caso es la jodida verdad.

Así que escojan, les responden a ellos o a mi. - digo con un tono de voz neutral, propio de quien ha hecho esto cientos de veces.

Durante mi pasado me había infiltrado en tantas organizaciones al servicio de dioses y reyes malignos, que me sabía la rutina de memoria, el torturador más peligroso y letal, siempre era el que hablaba en tono más neutral y afable mientras narraba todo lo que iba a hacerles a las víctimas.

Esa naturalidad al hablar, siempre revelaba la sangre fría del torturador y bastaba para aflojar las lenguas, incluso antes de iniciar el castigo físico, confiaba en que esta no fueta la excepción, sólo faltaba que algu no los guardias me mirara con desprecio y algo de lástima a los prisioneros y el escenario estaría listo para que empezaran a hablar.

Sabía bien que un fuego normal no podría calentar mi arma con rapidez, pues la magia de la misma la protegía de todo daño, pero eso los prisioneros no lo sabían.

El nuevo recluta habia irrumpido con fuerza, un discurso asi fue lo suficientemente elecuente, mas en la epoca medieval, donde todo se conseguia por la fuerza, y la gente temia a la magia y los monstruos, pero mas aun la furia de los dioses y el castigo que se le podian dar, por infringir la ley

-No dire nada, podeis bajar por las escaleras de la cocina y ver la bodega, vosotros mismos, tal vez alli encontreis lo que buscais , si hubiera algo malo con la bebida alli seria el primer lugar a mirar no creeis? Pero porfavor dejarme libre, no quiero que el verdugo me corte una mano

3. Despensa
La comida se almacena aquí en pilas. Cajones, bañeras, soperas y barriles de toda la habitación son ordenados y organizados. 2 elfos de color azul están trabajando aquí, catalogando e inventariando los artículos.

El semigigante toma al malvado que habia intentado escapar y que chocó con él, saca un pedazo de cuerda y lo maniata con bastante cautela (Take 20) y se lo lleva, echado al hombro, hacia la cocina. No va a dejar que se vaya de rositas.

Iba a dar algún discurso acerca de la ley, pero ¿Sabeis que? Valinor, Ishram y Kami son tan elocuentes que cualquier cosa que diga sólo lo empeoraría. Así que prefiere hacer "de orco"¹, como se suele decir. Simplemente gruñe, cargando con el tio inconsciente.

Tras entrar -el último- en la despensa, y en lugar de liarla frente a los dos elfos azules que están "catalogando" prefiere bloquear la salida con su cuerpo.

"Adelante, hacha!" anima al astuto Valinor

Lentamente retiro el estoque del fuego y echo una mirada todos los presentes.

Si al volver, falta siquiera alguno de ustedes, tengan por seguro que los cazaré como un lobo hambriento a un conejo rollizo, los encontraré y bueno, me reservo los detalles para luego, así que más os vale no intentar ninguna idiotez, si valoran sus vidas y las de sus seres queridos. - digo con total seriedad, para luego echar a andar hacia la cocina.

Con mucho cuidado, desciendo a la despensa con el estoque en su funda, listo para cualquier cosa que se pudiera presentar, después de todo no sabía que podíamos encontrar allí, en cuanto me percate de la presencia de los elfos azules, sonrío ampliamente y obsevo a Kami.

Sujétame firmemente y pon el filo de tu espada contra mi cuello. -le digo a Kami mientras el doy la espalda y me preparo para salmodiar un conjuro.

Una vez que Kami me tiene firmemente sujeto y con su espada en el cuello, desenfundo mi espada y lanzo mi sortilegio enfocado en uno de los elfos.

A Ishram no le agradaba llegar a los límites a los que se acercaba el recién incorporado guardia que se hacía llamar Valinor. Una cosa es que desearan alcanzar sus objetivos, pero otra muy distinta los métodos empleados. Si fueran un grupo de mercenarios, sin escrúpulos, aquel actuar se le antojaría hasta aceptable. Pero no eran una simple caterva de matones. Eran los guardias de la ciudad y eso significaba seguir una serie de directrices y normas, a pesar de que no fueran de su agrado o en ocasiones dificultaran las investigaciones. El fin no justificaba los medios... por lo general.

Con gesto imperativo ordenó a los elfos azules del salón y de la cocina que se alinearan contra una pared, mientras que con una mirada admonitoria lanzó una advertencia a sus propios compañeros: no debían transgredir ciertas líneas. No si la situación no lo exigía. Y ese aun no era el caso.

Bueno mientras Valinor era todo amenazas y ganas de hacerse el duro, o quizás en verdad era asi de duro e hijo de perra pero eso no lo averiguarían hasta que tuvieran que combatir. Desde luego mientras pudiera no se iba a colocar a su lado, esa actitud era un foco para atraer las peleas y todo lo que ello conlleva, filos, heridas sangre... desde luego eso no era interesante.

- Si todo está listo y hemos dejado de medirnos las pollas quizás podamos encontrar algo útil en esta despensa.

Tras lo cual examino con detenimiento lo que hay por aquí.

Kami no entiende lo que está pasando. Aún así coje la maza y se la pone sujeta al cuello para que si quiere moverse poder asfixiarlo.

- Pero a ver descelebrado, ¿no te das cuenta que no tengo espada o es que no llevas gafas?, y la segunda, está claro que no te funciona muy bien la azotea pero antes de hacer algo deberías avisar. Yo no soy un entendido en vuestras habilidades y no sé que cojones va a ocurrir así que como te muevas demasiado te rajo el cuello, y no creo que eso te siente bien. -

Odiaba que la gente actuase por su cuenta, y más si usaban magia. No es que le diese miedo, sinó que sabía que los conjuros podían realizar muchas cosas, y las sorpresas no le gustaban.

Pero mientras hablaba el resto de compañeros empezaron a actuar igual que el chiflado que tenía enganchado.

- Ishram, si tienes unas esposas te agradecería que esposases a este majadero para que no se pueda escapar, tanto si es él o uno de los elfos que hemos detenido. -

Antes de abandonar la sala, Al-Harén ha dejado discretamente una piedrecilla en una esquina. Es un cristal muy discreto, de un color parduzco. El típico guijarro que se te incrusta en el dibujo de la suela de tu bota.
Pero desde luego, es más que eso

~Mantis, voy a dejarte aqui ¿Vale~ le piensa a su Psycristal. Porque desde luego, eso no era un guijarro sino un PsyCristal

~¿Que quieres que haga, grandote?~

~Lo de siempre, colega. Vigila. Y si pasa algo pues me avisas~