Partida Rol por web

Ronald se acercó a la pequeña barra cerca de la entrada de las cocinas donde estaban aguantando Destiny y Samuel. Se quedó apuntando y preparado a que se abrieran aquellas puertas de golpe.

Al unisono dejasteis abrir aquellas puertas y os retirasteis, para escuchar dos tremendos disparos que os dejaron con un pitido en el oído durante unos instantes.

Los dos tipos se abalanzaron hacia delante justo para recibir los cañonazos. Ambos cayeron al suelo por el impacto de las balas certeras. El chaval joven se quedó inmóvil con un tiro perfecto entre las dos cejas. El mendigo, que también estaba en el suelo, aún se retorcía y empezaba al levantarse.

Estaba claramente aturdido, seguramente a causa que media cara le había estallado por los aires, dejando a vuestra vista ver parte del cráneo y el cerebro al descubierto.

Tras los disparos se escuchó un grito que venía de las puertas de los baños.

Carla, que tenía la cara completamente angustiada y con algunas manchas de sangre en su vestido, no podía creer lo que estaba viendo.

Intentó decir algo pero no le salían las palabras, estaba en shock. Aún así señalaba al cuarto de baño a sus espaldas.

— Pa-paul... P-paul..

Sam viendo que el mendigo seguía tambaleándose en el suelo y sufriendo estertores perdió por un momento los estribos sabiendo que esas cosas no podrían ser personas e intento aplastar su cabeza con la pata de la silla, o mejor, intentar clavarla en su ojo y acabar con él, al fin y al cabo Charlie había mencionado que sin la cabeza entera dejan de poder actuar, lógico.

Tras la pausa de estar intentando reventar la cabeza de ese hombre y escuchar la voz de Carla detrás, que seguramente no estaría nada alegre por la escena aunque por la cara y el aspecto que tenía no tenía pinta de que viniera de algo mejor. ¿Paul? ¿Qué le ha pasado al chico? pensó Samuel.

-¡Esooo! Oh, que maravilla, hemos tenido una coordinación magistral.- Dijo Charlie con una sonrisa llena de satisfacción. -No tengo dudas de que si seguimos trabajando de este modo y bajo mi mando, toda la Unidad Paraíso sobrevivirá a las adversidades que nos esperan. ¡Enhora buena, me llenan de orgullo, los felicito a todos!- Dijo con honestidad. 

Samuel terminaba de hacer papilla con los sesos del que aún seguía vivo, o más bien, del que seguía moviéndose, porque aquella cosa no podía considerarse viva. -¡Excelente iniciativa, Sargento Rodríguez!- Ni el propio Charlie sabía si lo decía a broma o si de verdad pensaba que estaba comandando a un escuadrón en Irak. 

-Hmmm... Habría que buscar en sus cuerpos a ver si alguno tiene las llaves de la 4x4.- Dijo Charlie, pero luego se fijó en la pinta del mendigo y lo descarto. -Aunque sea en el del chico, que un vehículo tan caro no va a ser del mendigo ese...- Un vehículo tan caro... ¡Joder! Michael... Otra razón para pasarlo a mejor vida.

Entonces la anfitriona, Carla, apareció y parecía en shock. Vaya, esa perra todavía estaba viva, parece que Paul la ha cagado, que se joda por no obedecer a su Capitán...

-¡Que a nadie se le ocurra acercarse a los baños!- Ordenó Charlie, pensando lo peor, aunque bien podía ser que el chico se haya comportado como un combatiente después de todo. -Voy a ir a buscar al Señor Michael, creo que puede correr peligro... Je je. Doctora, ¿Puede revisar a Carla?- Se acercó a ella y le susurró. -Y me dices si fue mordida... Habrá que tomar medidas duras de ser así... Je.-

Chifló a Bobby.

-Perro...- No, tengo que decirle cómo hacía Ronald. -Bobby, proteger, cuidar. ¿Entendido?- Le ordenó mientras señalaba a Allison Cameron. -Ya vengo.- Y fue en dirección a la bolera, Charlie era un tipo especialmente ágil, podía hacer varias cosas en el mismo tiempo que otros hacían solo una, seguro no tardaría en darle alcance. Este imbécil me va a conocer.

Destiny continua empujando la puerta, pero igual que las quiere bloquear, se bloquea ella ante la presión de Charlie. Por suerte Samuel y la doctora sí reaccionan, y Charlie por fin responde a las peticiones de todos. No verlos bien es terrorífico, su inmensa fuerza, y luego, BUM, también la sordera. 

A la señal de Charlie, Destiny se apartó y se encogió, tapándose las orejas y ahogando un grito al inmenso ruido de los disparos. Entonces los miró, muertos. Es decir, muertos muertos, excepto uno de ellos que no duraría mucho más antes de que Sam le aplastara la cabeza. La joven no estaba lidiando bien con aquel espectáculo grotesco. Se veía entre bestias, totalmente inaceptable, pero en última instancia, también como la menos capaz. Aquellas personas estaban actuando de forma radical, pero haciendo lo que hiciera falta para sobrevivir, mientras que ella... Se dejaba llevar.

Miró a Carla, también asustada cuando volvió del baño, pero no se atrevió a decir una palabra. No ante la amenaza del peligro de aquellos muertos... Y de sus propios aliados, temiendo una reprimenda de Charlie por lo que él creyera que ella debiera o no debiera hacer. - Y nos... ¿Nos quedamos aquí, sin más? - Preguntó insegura a los demás una vez se marchó el Capitán, que ya hasta había nombrado a un sargento. 

En su mutismo trató de controlar su respiración, reducir la ansiedad y reenfocar su perspectiva: Estaban siendo prácticos, estaba entre supervivientes, capaces... A su manera. Tenía que calmarse y poder volver a pensar. 

De salida hacia la bolera, Charlie se preguntó si la Unidad Paraíso aún estaría allí cuando regresara de acabar los asuntos pendientes con Michael o si lo abandonarían.

Eso sería un acto de traición y deserción castigable con la pena capital máxima. Se dijo, aunque en el fondo sabía que de suceder algo así, el marine especialista en rastreo, discreción y asesinato, usaría todas sus habilidades para dar caza a esos traidores, pero la pena no sería la muerte directa, no... Charlie haría sufrir a esos malnacidos de forma lenta y dolorosa, de una forma tan pero tan cruel que desearían haber tenido una muerte a manos de esos malditos zombies, aunque los estuvieran devorando vivos. 

¡Ay! Que cosas tontas pienso, jeee...  Si mis chicos de la Unidad Paraíso son gente leal, les salvé el culo a todos al menos una vez y hasta me llaman Capitán Charlie los majetes.

Continuó su camino, sonriente, tanto que casi se le cae el palillo para los dientes que llevaba a un costado de la boca.

Cuando sentí que Ronald, bueno, Charlie, comenzaba a moverse, le solté. Lo último que quería era entorpecerle y más aún después de sus palabras. Si aún me atrevía a acercarme a él, si me atrevía a tocarle, era porque veía a Ronald y no a aquel maniaco descontrolado que parecía tener un plan pero que en la realidad solo había caos en su cabeza.

- El perfecto Joker, le faltan las bromas macabras.

Me agaché y me tapé los oídos cuando disparó. Luego abrí el maletín médico y me puse unos guantes de latex. Aquello empezaba a tener demasiadas salpicaduras de sangre y no me gustaba nada. Saqué otros dos pares más, para la mujer y el latino cuando escuché a Carla gritar.

Miré a Charlie, era él único que podía hacer algo realmente y sus palabras dejaron claro lo que no debíamos hacer. Por mi parte, después de enfrentarme a aquella joven, tenía claro que si podía evitar acercarme a uno que aún se moviese así lo haría.

- ¿Qué le pasa a Paul? - Pregunté con preocupación y escuché como Charlie ordenaba a Bobby que me protegiese. Eso no era bueno. Para nadie, salvo para mí.

- Vale, escuchenme todos. Bobby es un pastor belga malinois  y por lo que veo está entrenado en guardia y defensa. Que nadie, absolutamente nadie se acerque a mí de forma violenta ni me toque o se tirará a atacar. - Les dije a todos. Fui una vez con House a ver un concurso de entrenamiento de perros de este tipo. Un paciente al que salvamos nos dio entradas o más bien me dio entradas y tuve que arrastrar a House para que viniese y fue una pasada verles trabajar, así que si Bobby dejaría que se acercasen sin problema hasta que viesen que me iban a tocar.

Y ví como Charlie se metía en la otra sala.
 

- Destiny, hize una bola con cuatro guantes de latex para que os los pongáis para tocar a esas cosas. Os la voy a lanzar. ¿Crees que podrás cogerla? - ¿O que yo llegaré tan lejos? Tampoco pasaba nada si me colocaba del otro lado del coche, donde Bobby no les viese y si caían cerca los guantes, se podrían acercar sin miedo. Pero recordé que el conductor no estaba allí y no tenía ganas de encontrarme con él, porque no sabía si era a por el que el dueño del local y Charlie habían ido a dar caza o si estaba por otro sitio metido... incluso debajo del coche.

Aquello era peor que una bronca con House. Al menos con él sabía por donde iban a salir las cosas. Aquí no sabía nada, solo que cuanto más tiempo estuviésemos, más peligro correríamos.

Suspiré.

- Vale, me acercaré a mirar yo también. Quizás el mendigo lleve un arma. Rebuscan en la basura y si alguien comete un delito y las encuentran, las venden por ahí, así que no podemos dejar ningún cuerpo sin registrar. Además, también llevan medicación y nos hará falta, mis suministros son escasos... Os recuerdo que nada de movimientos bruscos cuando esté con Bobby a vuestro lado o se tirará. No me toquéis...

La línea telefónica seguía colapsada, pero aún así, volví a llamar a House mientras me acercaba a ellos, pendiente del perro. Si aquella era mi última noche en este mundo, quería decirle adios. Porque con aquel fanático como líder, en cuanto tropezase... estaba segura de que me volaría la cabeza.

- Y lo más importante. No corráis hacia mí.

Escuchasteis a Carla como gritaba ya en el restaurante y os imaginasteis que en cuestión de segundos una tromba de amables compañeros entraría a ayudaros contra aquel tipo.

Se escucharon unos gritos apagados ahí afuera, pero no teníais ni idea de que estaban hablando.

Pero nadie apareció.

Estabais solos ante el peligro de momento.

Aquel cadáver viviente, seguía intentando sacudir a Paul de encima. 

Su cara cada vez estaba mas empapada de sangre pero su fuerza no decaía, no parecía acusar el dolor.

Kate asustada que no viniera nadie a ayudarlos pero temerosa que Paul sufriera algún daño, empuño el cuchillo y estuvo esperando un buen momento en el que zombi se detuviera un instante y poder asestar su golpe.

Ronald se marchó en dirección a la bolera.

Había ruidos por todos lados: el constante ruido del motor del generador de emergencia que casi tapaba el resto, jaleo en los baños del restaurante, ruido en la zona de la bolera, otros sonidos lejanos provenientes de la cocina, otra vez aquellos helicópteros volando a toda prisa y finalmente vuestros latidos acelerados.

Samuel se lanzó encima de aquel engendro que parecía que seguía vivo y empezó a aplastarle la cabeza - o lo que quedaba de ella - con un trozo de madera. Era difícil de imaginar lo duro que era un cráneo humano, pero al final consiguió detener los intentos de levantarse de aquel "mendigo".

Allison, rebuscaba entre los cuerpos de los fallecidos, en sus bolsillos y pertenencias.

Destiny, trataba de calmarse y no entrar en pánico. Observaba y escuchaba, se mantenía alerta al mundo hostil que la rodeaba.

Bobby se quedó estirado cómodamente cerca de Allison, donde había estado Ronald hacia unos instantes.

Bostezó.

Sus orejas se movían como radares captando todos los ruidos que llegaban a aquella sala.

Os miraba con curiosidad, no parecía hostil ni preparado para un ataque. Solo esperaba.

Carla dio unos pasos hasta un cubo de basura que había en una de las esquinas. Lo agarró con las dos manos y empezó a vomitar, presa de un estado incontrolable de shock, miedo y angustia.

En los bolsillos de aquel mendigo encontraste: un mechero gastado, un paquete de tabaco lleno de colillas o cigarros a medio fumar, 8$ en monedas y algún billete arrugado.

En los bolsillos del chaval encontraste: un iPhone 11, una cartera con documentos y unos 60$, 2 condones, unas llaves que parecían de un apartamento y una pequeña bolsita con un polvo de color blanco.