Asintió pensativo a lo que había dicho Damià. No había lugar a dudas ya de que aquel ser alado era un enemigo. También deducía que no sólo deberían enfrentarse a 15 hombres grandes, fuertes y más negros que la noche, si no que además podían volar provistos de sus alas, lo cual complicaba notablemente las cosas.
A saber qué tipo de criaturas son en realidad. Posiblemente demonios también.
-Creo que haríamos bien en trazar a groso modo nuestra estrategia. Con lo poco que sabemos hasta ahora ya se ve que no será nada fácil, y parece que el único modo de terminar con esta pesadilla es dándole muerte a la niña-
Muy consciente era Sebastián de que tal vez aquella resultase ser su lucha definitiva. No resultaba descabellado pensar que tenía muchas posibilidades de hallar la muerte. Por esta razón, como fiel cristiano, decidió acudir al padre Agulló para confesarse y así luchar limpio de sus pecados. Si moría no pensaba ponerle tan fácil al maligno hacerse con su alma, pues era al Reino de los cielos a dónde esperaba presentarse y ser juzgado digno, esa era su esperanza y por lo que guiaba sus acciones.
Sebastián está con el padre Agulló
Mientras el barco crujía y saltaba sobre las olas y se inclinaba de un lado a otro, Eguzki se apresura a poner a bien recaudo los libros, y por si acaso, a empacarlos en su zurrónde forma que el agua no puediera destruirlos, envueltos en la manta y si puede, en alguna lona aislante.
Luego, se ajusta y ata bien atado el zurrón con sus frascos herméticamente cerrados dentro, por si acaba en aguas revueltas.
Motivo: Tirada de agilidad, por si al final fuera necesaria y no estuviera abajo leyendo sino en cubierta, USO SUERTE.
Tirada: 1d100
Dificultad: 40-
Resultado: 16 (Exito) [16]
Dejo realizada la tirada de agilidad, al final, hasta sale y todo, gasto un punto de suerte, pero con mi fastuosa agilidad no quería jugarmela XD.
Por cierto que he apuntado mal, es 30 no 40, pero sale igualmente. Se me había cruzado que era agilidad x4 y no x3.
Si no fuera necesaria, autodestruyan este mensaje.
Eguzki, puedes leer el libro o tratar de ir a ver a Agulló, pero leer en cubierta es imposible dado el temporal. Concretame donde estas(en cubierta o en alguna bodega/camarote).
Asombrado estaba comprobando los peces muertos sobre cubierta cuando una fuerte ola golpeó el barco.
Intenté agarrarme a algún cabo, pero no estando acostumbrado a aquellos vaivenes noté cómo mis manos fallaban e irremediablemente caí al mar.
Motivo: Agi
Tirada: 1d100
Dificultad: 60-
Resultado: 85 (Fracaso) [85]
Motivo: Suerte
Tirada: 1d100
Dificultad: 35-
Resultado: 86 (Fracaso) [86]
Dalmau, efectivamente, caes al agua (en breves narraré todo adecuadamente), pero una pregunta: ¿Llevas tu armadura puesta?
Te dejo elegir la respuesta, ya que tras ya bastantes horas en alta mar habrás podido quitartela. Según tu respuesta, la narración variará con respecto a ti.
¡Ah! Y también especificame dónde está la cruz dorada que te entregó el águila de Camila de camino a ST Jeroni... ¿ La llevas encima?
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Después de haber empacado los libros y como quiera que parecía que el tiempo estaba empeorando, aconsejó a Damiá que fuera donde el padre Agulló para ver si podía bendecir su arma. Pensaba ir también con el, pero a medio camino se freno en seco. Y no por la tormenta que empezaba a cobrar fuerza, sino por Camila.
La vio algo mareada... además de ser mujer mayor por muy sabia que fuera...
Giré en redondo y me apresuré a dirigirme donde Camila a ver si se encontraba bien.
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La lluvia calaba la cubierta. Las velas se movían en un vaivén desesperado, ahora recogidas por el temor a ser rasgadas por el viento. Otra ola impactó en el casco, en el lateral, y la siguiente se levantó y bañó por completo la cubierta, haciendo aparecer nuevos peces sobre ella (todos muertos). El agua ensangrentada no auguraba nada bueno, y sobre vuestras cabezas nada auguraba algo mejor: tormenta, tormenta y tormenta. El Gregal se movía como una hojilla minúscula en un huracán; tan pronto la propa estaba elevada hacia el cielo como la popa, pues así era el vaivén de la coca sobre las olas. Algunos marineros estaban sujetos a lo que podía, sin ni siquiera escuchar las pocas indicaciones de su capitán Faustino (pues o temían por su vida, o no escuchaban a su superior con el inmenso y continuo traqueteo de los truenos procedentes de las nubes...).
En esta situación desesperada, Damiá se agarró a uno de los cabos que había en cubierta. Había superado algunas situaciones desesperadas como ésta, e incluso en peores condiciones. Por ello, sabiéndose capacitado, corrió por la cubierta, pasando junto a Camila, Faustino y algunos marineros, y fue hasta el timón de la coca en la parte trasera del navío. Allí trató durante unos instantes de enderezar la coca para tomar las olas de la manera menos escabrosa posible.
Por su parte, el caballero Sebastián bajó a los camarotes, esperando encontrar al padre Agulló. Éste lo hizo, pues el clérigo estaba en su camarote, pero lo encontró aferrado con una mano en una barandilla, y la otra una biblia que trataba de leer mientras rezaba. Al ver entrar a Sebastián le miró un instante, pero siguió rezando. Sebastián no entendía cómo Agulló podía leer en aquel vaivén de las olas, con apenas sólo un candil iluminando la estancia.
Mientras tantos, Eguzki se dispuso a bajar a cubierta con el padre Agulló, pero se frenó en seco y se colocó junto a Camila. La mujer parecía haber empeorado, pues estaba como marchita ahora, como si a cada vara que navegaran su consciencia y razonamiento estuviera empeorando. La mujer miró un instante a Eguzki, en incluso no pareció reconocerlo; pero entre la zozobra de la coca, el viento soplando, los rayos cayendo y la lluvia empapando sus cuerpos, no tuvieron tiempo más que de ver al caballero Dalmau, quien se encontraba en cubierta... ¡caer al mar!
Dalmau no llevaba su armadura*, y de tal guisa en un golpe de mar sobre el casco la coca se desestabilizó y el caballero de Montesa cayó al agua, en medio de la oscura, nocturna y terrible tormenta... Nadie podía hacer nada por él en aquel tremendo y constante vaivén... ¡El Gregal estaba completamente fuera de control!
* * *
Minutos después, en medio del vaivén de las olas, oísteis un tremendo crujido, ¡¡CRAAAAKKK!! Estaba claro que la coca había golpeado en su casco con algo. Damiá sabía a la perfección que ese impacto y sonido sólo podían ser de un casco de navío golpeando arrecifes... ¡y así era! Eguzki comprobó cómo el Gregal estaba completamente moviéndose al azar, lo que hizo que, al mirar por cubierta, viera dos cosas de importancia:
Por un lado un conjunto de arrecifes y rocas que sobresalían del mar, unos de más altura que otros, y todos ellos con afilados e irregulares ángulos apuntando en todas direcciones. Y por otro lado una niebla... Una niebla estática que estaba junto a los arrecifes, como un muro casi intraspasable de gran altura.
¡¡CRAAAAKKKK!!
Otro impacto sobre la coca, y los marineros girtaron alertados y con demasiad...
¡¡CRAAAAAAAAAAKKKKK!!
¡Y otro impacto más fuerte!
Damiá trataba de girar el timón como podía, pero era Sebastián y el padre Agulló, en el camarote interior quien vieron el peor presagio que pudieron sentir: ¡EL AGUA ENTRABA EN LA COCA! Ambos no tuvieron tiempo casi de reaccionar antes de que el agua el mar, que se colocaba por algún punto del casco, les llegase enseguida a las rodillas ¡El Gregal se hundía!
*He supuesto que no llevas la armadura, porque no podía espera más.
Dalmau: haz una tirada de SUE x2. Si la superas te habrás agarrado a algo en la mar (un arrecife de los que narré, algún objeto que cayera al agua, al propio casco del barco, etc.), y habrás salvado tu vida.
Si no la superas haz una tirada de Nadar o (AGI) para llegar hasta alguno de esos restos. Si no la superas utilizaremos las reglas de asfixia del manual.
Si alguno de tus compañeros (Damiá o Eguzki solamente), quiere ayudarte, primero ha de hacer una tirada de AGI x3, al igual que antes, para no caer por la zozobra de la tormenta; en caso de superarla ha de tirar por Descubrir o PER (bonus del 25%) para lograr ver dónde ha caido Dalmau, y, en caso de éxito, podrá narrar si le lanza un cabo, cuerda, objeto, o cualquier otra cosa para sujetarle (eso sí, lanzarse al mar es una locura con la tormenta que está cayendo...)
Sebastián: haz una tirada de AGI x3. El agua está subiendo a un ritmo endiablado por la coca, y a no ser que queráis morir ahogados en ese cubículo, habréis de salir de allí superando la tirada. Si no la superas, lanza lo mismo pero x2 e incluso, como úlitma opción, x1. Si no superas ninguna tirada os ahogaréis.
La cosa está chunga. Actualizo el juego el martes 7, tenéis hasta ese día para postear.
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Llegué junto a Camila y la agarré para que nos e cayese, pero el que se cayó fue Dalmau. Visto y no visto. Aún ahora no me explico como con lo poco ágil que soy me las arreglé para que no se cayera Camila, no me cayera yo y poder avistar en que parte estaba Dalmau en el agua. Mientras procuraba no soltar el brazo de la anciana, buscó un cabo de cuerda cercano, alguna de las sogas que están en cubierta.
Si hay algún trozo roto de madera justo al lado, paso un extremo en un tosco y rápido, sobre todo rápido, nudo y la arrojo donde Dalmau, usando el trozo de madera como plomo de una caña de pescar par que llegue donde el caballero y pueda avistar la cuerda mejor. Luego agarro el otro extremo y grito a Damiá.
- Damiá, ayúdame con la cuerda y Camila. -
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Motivo: AGIx3, veamos si mantengo el equilibrio para poder ayudar a Dalmau
Tirada: 1d100
Dificultad: 30-
Resultado: 2 (Exito) [2]
Motivo: Descubrir, sumado el +25%, uso suerte, a ver ese cabo de cuerda si llega.
Tirada: 1d100
Dificultad: 65-
Resultado: 58 (Exito) [58]
Pedazo crítico que no me creo ni yo, ahí Eguzki pegando brincos mirando que Camila no caiga y arrojando cuerda a Dalmau XD. Tú agarra la cuerda y no te ahogues. Cuando arroje la cuerda tendré que soltar la malo de Camila, pero estará a mi lado en lo posible para que no sufra el destino de Dalmau.
Aunque no había nadado nunca en toda mi vida, el contacto con la fría agua ensangrentada me hizo reaccionar. O encontraba algo a lo que asirme o pronto encontraría mi final en el fondo del Mediterráneo.
Encontré un barril flotando cerca de mi y por fortuna conseguí sujetarme. Supuse que sería el que estaba llegó de agua dulce abierto en cubierta para que los marineros saciaran su sed pero poco importaba en ese momento.
En medio de todo aquel caos, vi como Eguzki lanzaba un cabo desde el barco e intenté cogerlo, pero en mitad de la tormenta no parecía una empresa fácil.
Motivo: Suerte( cruzo dedos)
Tirada: 1d100
Dificultad: 70-
Resultado: 34 (Exito) [34]
No he tenido tiempo hasta hoy de entrar a Umbría, pero lo de no ir con armadura completa en un barco es lo más lógico, así que me parece perfecta tu suposición.
Damia lleva la cruz al cuello, desde que la recibió cree que es un objeto divino y no se ha separado de ella en ningún momento.
¿Tiradas para coger la cuerda?
Ninguna tirada más, Dalmau; con tu tirada de suerte y las de Eguzki la vida va bien (dentro de lo que cabe). El martes seguimos ;)
El pirata seguía aferrado al timon de la coca, aunque el barco ya están perdido y era inevitable su hundimiento, trato de conducirlo a un lugar seguro, una isla, una playa o un conjunto de arrecifes. Las manos del pirata revalban sobre la madera pulida del timon, aún así, seguía manteniendo el control sobre la nave. No se habia dado cuenta de que Dalmau había caído por la borda, estaba demasiado concentrado en mantener a flote la nave.
Sebastián encontró al párroco aferrado a la barandilla mientras leía pasajes de la Biblia, o eso le pareció. ¿Cómo era capaz aquel hombre de tal hazaña? Creyó Sebastián que sus oraciones eran para combatir al maligno y por esa razón no osó interrumpirle. Quiso sumarse a su voz acompañándolo con la propia y aportando otro tanto de fe y fuerza, todo era poco para decantar aquel pulso. Pero entonces la Coca chocó, crujió, recrujió y se resquebrajó por alguna parte.
El agua entraba en la embarcación, para terror del caballero, era un agua fría, helada y roja como la sangre, muy malos presagios.
Si no nos ayudáis, vos o vuestros ángeles, perderemos la última esperanza y el maligno se alzará.
-¿Acaso son estos vuestros designios?- preguntó Sebastián mientras el agua subía, asiéndose a su espada "divina" y con el anillo en su dedo.
Motivo: ¡Que nos hundimos! (AGI x 3)
Tirada: 1d100
Dificultad: 45-
Resultado: 52 (Fracaso) [52]
Motivo: ¡Que nos hundimos! 2a parte (AGI x 3)
Tirada: 1d100
Dificultad: 30-
Resultado: 58 (Fracaso) [58]
Motivo: ¡M'ahogo! (AGI x 1)
Tirada: 1d100
Dificultad: 15-
Resultado: 31 (Fracaso) [31]
Adiós mundo cruel
Nunca me acuerdo de usar Suerte, maldita sea. Gastaría suerte, pero he tirado antes y comprendo que no me valga.
No te preocupes, Sebastián, como Director siempre dejo que la suerte se invierta después (incluso si no se comentó antes de la tirada). Es como usar la suerte a tu gusto, cosa que puede parecer ilógica, pero siempre trato de beneficiar un poquito a los Jugadores. Puedes invertir los puntos necesarios (réstatelos). Por cierto, ¿tu tampoco llevas la armadura, me imagino?
Lo lógico sería no llevarla, pero espero que no las perdamos. Las habríamos guardado en algún tipo de arcón?
En medio de la desesperada situación, el Gregal se elevaba de babor colocándose, gracias al impulso de las olas, casi de manera vertical. El agua golpeaba a los marineros, ensangrentando sus cuerpos, y el aguacero caído del tormentoso cielo no hacía sino destrozar las esperanzas de todos ellos. Aquella coca estaba a merced de la gran tormenta. Por su parte, Eguzki agarró unos instantes a Camila, quien trató de hacer lo mismo, pese a que parecía estar confundida; entonces el curandero ató un cabo a una madera ancha, la cual se había desprendido de la estructura del navío lanzó el extremo tratando de "pescar" a Dalmau. Había visto por donde había caído y al mirar hacia abajo, en medio de la gran cortina de agua, Eguzki observó cómo el caballero de Montesa nadaba y trataba de mantenerse a flote sobre un barril...
Mientras Dalmau trataba de asirse al cabo, Damiá aguantaba el peso y fuerza el timón en la popa del Gregal; estaba claro que ahora él era el capitán de esa coca, capitán forzoso, pues estaba conduciendo la nave lo mejor que podía. Enseguida notó la vibración entre sus manos de un chasquido... Alguna horquilla del timón bajo el casco debía haberse roto, y ahora el giro del mismo era blando y no parecía tener ningún efecto... ¡los mandos estaban ahora inutilizados! La esperanza del pirata no era sino encontrar algún tipo de lugar donde embarrancar la nave (y lo que quedara de ella dada la situación), para no perecer ahogados en alta mar. Y allí enfrente había arrecifes y esa espesa niebla que ya habían visto... ¿Qué habría detrás de ella?
Por su parte, mientras el caballero Dalmau se sostenía en la tabla en medio de la lluvia, en el interior de la coca Sebastián hizo de tripas corazón y trató de salir de allí. El clérigo se aferraba a su Biblia con pasión, y Sebastián tuvo que vociferar para dejase de leer de una vez y saliera de aquel atolladero. El agua subían tan deprisa como el nivel del agua vertida a propósito en un cántaro, y el caballero escuchaba los truenos allí afuera, y el aguacero cayendo y golpeando la cubierta unas cuantas varas más arriba, sobre su cabeza.
Quiso la suerte y la pericia de éste que pudiera salir de allí, avanzando entre el agua, y el padre Agulló hiciera lo propio detrás de él. En un par de ocasiones, recorriendo los pasillos de los camarotes, trombas de agua rojiza y sucia golpearon los cuerpos de ambos, y a punto estuvieron de caer hacia atrás. La situación era totalmente desesperada... Y viendo que no podían esconderse en ningún lugar más, subieron de manera instintiva a cubierta, donde Eguzki, Damiá y el resto de la tripulación (excepto Dalmau) soportaba la tormenta (aunque era menos peligroso hacerlo allí que sortear el nivel del agua bajo sus pies...).
En pocos instantes una tromba de rayos precipitó duramente, y el viento levantó la coca vertical y definitivamente. Durante más de dos segundos su proa apuntó al cielo, y acompañado del crujido de su mástil principal muchos marineros cayeron al mar. El casco quebró parcialmente, y luego hubo un segundo quejido de la madera...¡¡CRAAAKKKK!!
La inconmensurable fuera del mar hizo el resto.
El gregal entonces golpeó algo que estaba estático en el mar... ¡Los arrecifes!, al tiempo que se internaba en la niebla de manera involuntaria, fruto de la casualidad. Más marineros cayeron por la borda, y el Padre Agulló gritaba de miedo. Camila seguía aferrada cerca de Eguzki, y Damiá lo hacia al timón. El caballero Sebastián logró advertir un trozo de barandilla que aún no se había partido, cerca del castillo de popa, y trató de agarrarlo como pudo. Cualquier intento de salvar nada era inútil, pues el Gregal se movía con un bamboleo tan frenético que el solo hecho de intentarlo podría haceros tragar en lo más profundo de aquel mar de sangre...
Finalmente, un gran impacto os hizo perder la consciencia. Tal vez fue el golpe con un arrecife o una gran ola acabando de destrozar la débil coca.
* * *
Despertásteis.
El cuerpo os dolía y la cabeza os estallaba.
El caballero Dalmau flotaba sobre una tabla atada a un cabo, mientras que Damiá lo hacía sobre los restos cilíndricos y astillados de un palo de navío, ambos cerca de la costa. Sobre la arena, Eguzki estaba tendido boca arriba, con los brazos abiertos, y el caballero Sebastián, por contra, lo hacía bocabajo.
Era de noche, y pese a que no había luna llena (ni de otro tipo, ni tan siquiera estrellas en el firmamento visible), las alturas eran rojizas, como con un resplandor sangriento (al igual que el mar), que hacía que llegárais a veros las caras unos a los otros de manera más o menos definida. Las olas, ahora calmadas, subían y bajaban, por su influjo natural, y segúan siendo rojas. Cuando poco a poco despertásteis y os incorporásteis, comprobásteis que estábais en una playa. Alrededor había algo de vegetación, pero estaba muy seca.
Al fondo, mirando al mar, se veía la cortina de niebla que debísteis haber atravesado, la misma que observásteis desde el Gregal ante de hacerse pedazos... Y el Gregal...: restos de navío llegaban a la playa, o flotaban cerca de la orilla; antes o después irían a parar, como vosotros, a la arena. ¿DÓNDE DIANTRES ESTÁBAIS? No había rastro de Camila, Agulló o el capitán Florencio; tan sólo media docena de cadáveres de marineros habían sido arrastrados, como vosotros, a la playa... ¿SERÍA AQUELLO EL INFIERNO? Tal vez, aunque vosotros ya habíais estado en uno previamente.
Al levantaros (no sin la pertinente dificultad por las heridas y magulladuras), vísteis que tras el montículo más allá de la playa, y los arbustos que veíais tierra adentro, se alzaba una especie de cúspide, muy lejos, similar a una montaña... Al escudriñar bien en aquella rojiza noche, comprendísteis que no era una montaña, sino una especie de torre o fortificación... ¿un castillo, tal vez?
El Gregal ha zozobrado y se ha resquebrajado. Estáis ahora en una playa. Es de noche, aunque como habéis leido, no hay luna ni estrellas, y el cielo no es oscuro, sino rojizo (lo cual hace que podáis mirar la realidad, por decirlo de algún modo, como si añadiérais un filtro de color a una imagen o foto con algún... sí, muy extraño todo ;D).
Por otra parte, vuestras pertenencias... habéis perdido todo, excepto vuestras armas. Entiendo que tanto Dalmau como Sebastián han perdido escudos y armaduras (porque eran metálicas y no estaban vestidos con ellas en alta mar), pero las armas de todos sí que entiendo que las llevárais encima.
Sebastián: a tí te queda tu arma de siempre y la que os hizo el herrero amigo de Camila. También tu anillo, claro.
Dalmau: a tí te queda la cruz dorada del águila de Camila.
Eguzki: tus libros están perdidos... :(
Damiá: te quedas con un solo cuchillo, pese a que siempre portabas muchos sobre tí.
No obstante, no todo es malo (bueno, la verdad es que estáis con lo puesto y la cosa está fatal), asique os otorgo, pues os lo merecéis después de los últimos capítulos, de una Recompensa: Podéis gastar 80 puntos de experiencia en vuestras competencias. Por eso, mirad una vez más la escena de "Reparto de experiencia entre aventuras" para proceder al reparto, y hacedlo con vuestro siguiente post (para no perder mucho tiempo).
He decidido que de aquí al final iré actualizando los martes y los viernes, asique tenéis hasta el viernes 10 para añadir el siguiente post (en la narración) y el reparto (en la escena de reparto).
Ah, y el que quiera que haga una tiradita de Descubrir (PER), con malus del 25% y/o Escuchar (PER), sin malus.
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Me levanté escupiendo agua, y con gran pesar veo que me falta mio zurrón con mis libros. ¡Mis Libros! Tanta cultura perdida... al menos deseo que las olas lo lleven a algún sabio que sepa sacarle partido y que las precauciones tomadas para que no se mojaran surtieran efecto.
Me levanto, algo mareado, la visión la tengo borrosa y no soy consciente aún de lo que hay alrededor, ni de los cuerpos, ni de donde estoy realmente. Me palpo, los talismanes en contacto con mi cuerpo y bracamente los tengo, algo es algo.
Me siento en el suelo para que se me pase el mareo.
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Motivo: Descubrir, a ver que se ve en esta playa miserable.
Tirada: 1d100
Dificultad: 50-
Resultado: 100 (Fracaso) [100]
Motivo: Escuchar, si eso.
Tirada: 1d100
Dificultad: 30-
Resultado: 58 (Fracaso) [58]
Motivo: El ungüento último antes la pérdida, a toro pasado, uno de los tres que quedaban.
Tirada: 1d100
Dificultad: 67-
Resultado: 85 (Fracaso) [85]
Motivo: El ungüento último antes la pérdida, a toro pasado, uno de los dos que quedaban.
Tirada: 1d100
Dificultad: 67-
Resultado: 35 (Exito) [35]
Motivo: Efecto del último ungüento
Tirada: 1d3
Resultado: 1 [1]
Anda que... que tiradas, el último ungüento Sebastián, te curó 1 puntito de vida. Y ya puede venir Satanas en persona, que no lo voy a ver XDDDD.
El Altísimo cuidaba de los suyos. No había otra explicación a que siguiera con vida cuando había caído al embravecido mar en mitad de aquella tormenta.
Arrastrando mi cansado cuerpo lejos del agua le agradecí su intervención humildemente. Mientras recuperaba el aliento, sentía como temblaban mis brazos debido al esfuerzo.
En aquella playa volvíamos a estar solos los cuatro, el resto de la tripulación había desaparecido.
- ¿Están bien?- les pregunte mientras en la lejanía veía algo parecido a un torreón.
Motivo: Escuhar
Tirada: 1d100
Dificultad: 30-
Resultado: 21 (Exito) [21]
El pirata trato de alcanzar la costa lo más rápidamente posible. Pero sus piernas estaban entumecidas por la humedad del agua y tenia la boca reseca por el salitre. Trato de gritar, pero de su garganta reseca no surgió ningún sonido. Mientras caminaba hacia la costa, palpo su cuerpo en busca de contusiones o heridas, durante esta exploración se dio cuenta que solo contaba con el pequeño cuchillo que guardaba en la caña de la bota. El resto de cuchillos se habían perdido en el mar.
En la costa vio una serie de figuras familiares y corrió hacia ellas. Se alegro al ver que sus compañeros seguían vivos. ¿Qué…. Qué es esto?
Motivo: Descubrir -25
Tirada: 1d100
Dificultad: 55-
Resultado: 20 (Exito) [20]
Motivo: Descubrir -25
Tirada: 1d100
Dificultad: 18-
Resultado: 1 (Exito) [1]
Había luchado como un jabato por no morir ahogado, engullido por aquellas aguas rojas como la sangre, ¿sabían también a sangre? por su parte hubiese preferido no comprobar aquello, pero al final la embarcación no había logrado soportar la tormenta ni los arrecifes y todos habían caído al mar sin remedio. No era Sebastián el más ducho en nadar, pero por suerte no llevaba su armadura en aquel momento, de modo que torpe e inexplicablemente había logrado ir flotando y cogiendo bocanadas de aire hasta casi perder la conciencia.
Empapado y agotado terminó en una playa, panza abajo y con la boca llena de tierra. Escupió con desagrado el caballero de Santiago pasándose a continuación el dorso de la mano por la boca y barba. La camisola, pantalones y botas pesaban y se le adherían al cuerpo de un modo muy incómodo, pero no era eso lo que más preocupaba al de la Torre Quebrada. A su alrededor varios cuerpos, pero tan solo tres con vida aparente.
Dalmau... Damià... et Eguzki
Pensó en un susurro con su mente fatigada. ¿En serio eran ellos los únicos supervivientes? Ni rastro había ahora de la feroz tormenta, trozos de madera y cascotes llegaban a la orilla lentamente traídos por un oleaje ahora calmado, ¿Cuánto rato podía haber pasado? Más allá la densa niebla encerraba la isla, estática, sobrenatural...
- Bien, bien- respondió jadeante a Dalmau levantando levemente la mano para apoyar sus palabras con el gesto.
- ¿Veis a alguien más que respire?- Adiós a la posible bruja, adiós al párroco y a todos los valientes marineros, que pese a que sus tripas se morían por cagarse en los calzones tiraron p'alante empujados por el verdadero valor, el de enfrentarse a los miedos de un destino fatal y anunciado.
De nuevo solos ... ¿Cómo es posible?
Y es que ¿acaso sería aquello real? ¿O los demonios volvían a jugar con ellos? ¿Habían cruzado otro portal?
-Tal vez alguno todavía esté vivo- no quería dejar a nadie atrás, así que se puso a comprobar los cuerpos que yacían en la arena, tal vez alguno estuviese inconsciente, como creía lo había estado él por un instante. - ¿Veis a Camila o el padre Agulló?- de entre todos los que viajaban en la coca eran los que creía más podrían ayudarles, aunque en el caso de la anciana tenía ciertas reservas o dudas.
-Ayúdanos señor, llegan horas oscuras, ilumínanos con tu luz...- oró en cierto modo, solicitando al Altísimo intervención para equiparar las fuerzas, mientras comprobaba que al menos contaba con sus espadas y... el anillo. Sentía la necesidad de dejarse caer de rodillas y abandonarse a las lágrimas del agotamiento, pero no, él era un caballero de Dios y no podía flaquear, no debía hacerlo. Debían salvar al mundo de la destrucción infernal, eran de nuevo cuatro hombres, y tan solo dos caballeros de Dios. Se puso en pie bien erguido haciendo acopio de toda su voluntad, deseaba inspirar a sus compañeros valor y fuerza.
- ¿Estáis listos? Aquel parece nuestro desti...- señalaba a la montaña en la que parecía haber una torre, pero entonces Damià habló - ¿Qué cosa?- preguntó volteándose para mirar a el Gavinet, ¿Qué había descubierto?
Motivo: Descubrir (¿dónde están mis cosas?¿Qué es este lugar?)
Tirada: 1d100
Dificultad: 28-
Resultado: 74 (Fracaso) [74]
Motivo: Escuchar
Tirada: 1d100
Dificultad: 30-
Resultado: 29 (Exito) [29]