Partida Rol por web

La situación es desesperada. Todo ha salido mal, no somos ahun exploradores, aunque lo hemos intentado con todas nuestras fuerzas.

Los Xrar nos miran con ojos desafiantes... son más imponentes de lo que jamás pude imaginar. El rugido del mayor de ellos hace que un escalofrio recorra mi cuerpo y que mi mente se nuble momentaneamente... estoy tentado de salir corriendo...

"Temán... ahora es el momento de darle un uso a tus rapidas piernas..."

...por el emperador... -sussurro impresionado.

Pero miro a Rennard. Él parece dubitativo frente las bestias, si bien parece respetarlas, y no terminar de temerlas... mi brazo topa con algo cuando iva a reposicionarme para huir. Son los Sermones del principio de los Tiempos, que llevo colgados del cinto. El recuerdo de mi adiestramiento de Fé junto a Rennard me llena de luz y valor.

Por el emperador, Rennard! Nosotros somos los depredadores aqui! - le sussurro alegremente.

Salgo corriendo hacia su direccion del ruido a ver que sucede mientras digo a  los demas y coloco una flecha en el arco.

Vamos que empieza la fiesta

Mirando enrededor, miro que hace el grupo, y los sigo con la lanza bien sujeta, no se de donde proviene exactamente el sonido, pero ya me incomoda suficiente el lugar, como para encima encontrarme solo ante el peligro.Con unas palabras orgullosas:

-Vamos de caza, HERMANOS!!-

El rugido hace que tu atención se desprenda de Czorf, al tiempo que este se levanta. Concentras tu mente y distingues como uno de las grandes chispas vitales parpadea y se extingue. Las señales a su alrededor se separan y concentran su atención, aunque no son claramente hostiles, en otras dos señales que las observan a unos 100 metros.

Las demás señales grandes, evidentemente Tchupaks, o eso supones, se alejan rápidamente; aunque podrías alcanzarlas interceptando su camino hacia tu derecha.

 Por lo que han tardado tus hermanos en llegar ahí, estimas que no se encuentran a mucho más de medio kilómetro de ustedes.

Rennard seguia oculto, aun asi parecia que la bestia sabia que estaban alli.

Y lanzo un aullido mortifero...recuerda las palabras Rennard, el Emperador esta conti...el pensamiento fue interrumpido bruscamente...(uso fate point)..go!

Rennard se queda en su sitio aunque tiembla visiblemente y sacude la cabeza como intentando sobreponerse.

Veo como los demas se alejan, dejandonos a Czorf y a mi solos.

Maldita sea, ademas no tienen ningun tipo de respeto por el esfuerzo de mantener la disciplina necesaria para controlar la corrupcion...

Cerrando por un instante los ojos hago una seña a Czorf para que me siga, si quiere.

Apresta tu arco, hermano.

Sigo en un direccion que cortara la carrera de los Tchupaks, pero deteniendome antes para apostarme y poder disparar con el arco a uno de los Xrar que les persigue.

Veran como entre Czorf y yo podemos cazar solitos a uno...

-¡Reclutas, un mínimo de disciplina!- Mica estaba enojado. Esta era el primer paso para demostrar que eran dignos de llevar la armadura marine y en vez de comportarse como soldados estaban actuando como humanos salvajes, sin ningún tipo de orden, como si los dos años que habían pasado entrenando nunca hubieran ocurrido. -¿Acaso no recuerdan lo que dijo el hermano Cleptus? Un marine puede contra un Xrar. Un marine. No un estúpido recluta que corre a enfrentar a la bestia como desquiciado, portando armas de la era prehistórica.- Esto último lo dijo mirando fijamente a Larkin y a Litilus. -Además ¿hemos perdido la dignidad? ¿acaso no tenemos honor? ¿desde cuando un marine deja a uno de los suyos atrás? Si el Emperador está mirando hacia nosotros en este momento, debe estar muy decepcionado.- El muchacho hizo una pausa para respirar y continuó. -Si vamos a abrazar la muerte, hagámoslo con dignidad. Vamos a enfrentar estos predadores en un terreno que apenas hemos reconocido y que ellos manejan a la perfección. Los vamos a enfrentar en el momento en que más alerta están y sin contar que en la oscuridad ven mejor que nosotros.- La adrenalina lo iba abandonando y con ella la furia, pero aún le quedaban cosas por decir. -La luna podrá proveernos de algo de luz, quizás sea suficiente para neutralizar esta desventaja. Aprovechemos lo que hemos aprendido, para lo cual hemos sido entrenados. Vayamos en formación, como una verdadera escuadra. Una vez allí, despleguémonos para llevar a cabo el plan de Litilus, a falta de uno mejor. Si nuestros compañeros ya están frente al Xrar, necesitarán nuestra ayuda en forma inmediata. Comportémonos como soldados de una vez por todas.- Después de estas palabras, el muchacho pareció desinflarse. Toda su vida había seguido a alguien, era la primera vez que se ponía en posición de exigir y eso le había resultado muy perturbador. 

Micah, pues a que espera, siguenos, ya hay dos hermanos por delante nuestro que pueden estar en peligro, anima a los rezagados y seremos un bloque.

Micah se une a Litilus y Larkin en el avance hacia la fuente del rugido, esperando no llegar demasiado tarde. Las ramas os golpean las caras y los pies, y un ruido detrás de ustedes confirma, tras un breve vistazo, que Graven y Razor también se han unido a ustedes y avanzan sombríos, en silencio. La luz de la luna es apenas suficiente para distinguir el camino bajo el follaje, pero aún así intentan avanzar sigilosamente.

Los otros reclutas se adentran entre los árboles, directamente hacia la fuente del espeluznante rugido. Arnulf guía a Czorf en un camino ligeramente distinto, seguramente con algún plan en la cabeza. Aún confundido, Czorf se deja llevar, concentrando su atención en no pisar ninguna rama suelta, o tropezar. Todavía siente pinchazos apenas soportables en las sienes, como si unas garras intentaran atrapar su cerebro.

A los pocos metros desembocan en un pequeño claro. En ella, claramente agitadas y agitando nerviosamente las colas y las cabezas, dos enormes criaturas se han detenido. Tras ellas un camino de árboles partidos conduce hacia algo, de lo evidentemente estaban huyendo.

Están ante la presencia de dos Tchupaks, y a Arnulf no le queda duda de que huían de los Xrar que ahora amenazan a Rennard y Temán. Son realmente grandes y poderosos, y no pueden evitar temblar al pensar en los depredadores que pueden cazarlos.

Coño! con el poeta de Micah, si parece que ademas de correr se a dedicado a leer, si es que ya le vale, pero realmente parece como si nos superara esto, no tanto por mi pequeño pique, si no porque los reclutas no saben muy bien que hacer, y esto es lo que pasa cuando no hay cadena de mando, que cada uno funciona como una bestia con sus propios instintos, y no como unos verdaderos marines, que es lo que se trata.

Pero parece que empezamos a funcionar, que al menos el entrenamiento entra en juego, y como perfectas maquinas, nuestros cerebros encuentra un camino recto apenas sin pensar, donde nuestro raciocinio seria incapaz del todo. Lo que mas temo es que cuando encontremos a la bestia, sin un jefe al mando, seamos capaces de hacer algo, y no de tirarnos como alimañas por los "restos" de un bestia, sobre todo cuando la bestia te devuelve los golpes.

intento moverme en silencio, pero como no preste mucha atencion mis movimientos son torpes y sin coordinacion con lo que no consigo mi objetivo.

El cariz de la cacería del Xrar empieza a ponerse peligroso. Cazar a una bestia de ese poder nunca ha sido cosa sencilla, pero el rugido anteriormente escuchado hace sospechar que aquellos de nosotros que se internaron como avanzadilla se han encontrado con más problemas de los que habían previsto.

Al igual que los demás, empiezo a avanzar hacia la zona donde se oyó el tremendo bramido intentando camuflarme con el entorno pero la flora de la zona es demasiado tupida y el suelo es demasiado inestable como para que pueda conseguirlo.

Rennard y Temán observan preocupados a los Xrar, cuyos ojos brillan fosforescentes bajo la luna. Tras su desafío, el más grande parece contentarse con observarlos atentamente, caminando lentamente de lado a lado, mientras dos de los demás comen rápidamente de los costados del Tchupak. El cuarto imita los movimientos del jefe, pero repentinamente levanta la cabeza, olisquea el viento, y se gira, observando con cuidado la línea de árboles. 

Temán sigue con su mirada la del felino, y advierte a cinco de sus compañeros emerger unos metros a su derecha. El macho alfa evidentemente entiende esto como un desafío, y un gruñido, como el de un gran motor a gasolina fuera de punto, nace en su garganta y va subiendo de tono. 

A Micah se le escapa un suspiro... definitivamente una cosa es hablar de la muerte y la gloria, y otra es enfrentar a un depredador con caninos largos como tus brazos... o a cuatro de ellos.

Compañeros, retiremos nos ahora que nos han visto, quizás venga uno o dos, pero no los 4, si entramos al claro, tendremos que luchar contra 4, lo mejor es volver por donde hemos venido y contarnos con nuestros dos compañeros, y esperar que solo sea esa bestia negra que ruge delante la que venga tras de nosotros.

y diciendo eso doy un paso hacia atrás a ver si alguien mas lo hace.

Viendo que finalmente los Xrar no van a venir por este camino me dirijo sigilosamente a la posicion de la que veian los grandes herbivoros, esperando encontrar a los Xrar.

Mirando con cara de asombrado a Litilus;

-El emperador se estara moviendo en su trono ahora mismo, si escuchara esas palabras - escapar, no nos han enseñado a escapar, somos una montaña de acero y cuchillas, solo nos hace falta estar cohesionados -mantendremos la posición y solo en caso de que se muevan retrocederemos levemente hasta esos arboles -señalando unos arboles que estan detras a apenas unos metros - ahi entre los arboles los detendremos, no tendran tanta movilidad, y si vienen los cuatro hoy cenaremos bien - mirando en alrededor las caras de los demas compañeros, para ver quien esta con migo - ¿estamos todos a una? o seguimos siendo simples mortales en cuerpos de dioses -  la moral ese gran desconocido, a ver si se las encuentro a estos pobres.