Partida Rol por web

Al mal tiempo

...03 - No controles

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20/01/2019, 11:07
Miguel “Michael” Argüelles

Creo que me he roto el brazo. Comento el chico gimoteando. Pero intuía que su herida no era nada comparada con la herida del sacerdote. Ahora tenía que aguantar el dolor, tenía que aguantar mientras Sandra trataba de rescatar al cura. Era igual que en las películas de acción, cuando uno de los héroes está herido y tiene que esperar a que rescaten a otro.

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22/01/2019, 00:24
Gerardo "Gero" Escudero

Gero llegó hasta Esperanza ignorando todo el resto de cosas que ocurrían a su alrededor. Después de lo que había pasado antes, de creer que estaba muerta, de ver como apenas le quedaban fuerzas... le costaba creer que estuviese viva, pero ahí estaba... estaba viva y necesitaba su ayuda. 

-¡Dios mio, estás viva! ¡Estás viva! Creía que te había perdido... - tomó a Esperanza entre sus brazos, tratando de evitar que cayese o se hiciese daño - Tranquila, tranquila, estoy aquí... Estás viva... Dios, casi no me lo puedo creer... Está muerto, el psicopata está muerto... ¿Puedes caminar? 

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27/01/2019, 12:04
Director

En la parte trasera del autobús, Sandra, Miguel y Jose Antonio se reunen. El sacerdote parece gravemente herido por el impacto, pero al menos mantiene la compostura por ahora. Apenas ven las luces titilantes de emergencia iluminando los cuerpos derrumbados por el pasillo. Hay heridos. Probablemente hay muertos. Podéis oir a Gero gritando de alegría, voces por doquier. Detrás vuestra... Parece haber una salida. 

Sin embargo Sandra elige no mirar hacia allá. Sea lo que sea lo que haya fuera del autobús, parece producirle puro pánico.

Notas de juego

Pifia + Critico = 0 :P. Se compensan si :D.

Si queréis ayudar al bueno de Jose Antonio: Primeros auxilios, o lograr que alguien que sepa Primeros Auxilios le ayude xD. 

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27/01/2019, 12:09
André

Con la frente sangrando profusamente, André se acerca a vosotros. El gigante con los tatuajes parece algo aturdido, por como se mueve.

- ¡O ancião! - les dice, señalando a Rufino justo delante vuestra

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27/01/2019, 12:12
Esperanza

- No. 

La respuesta es seca. Los ojos de Esperanza sangran ligeramente, pero su mirada se vuelve hacia ti y te agarra para susurrarte algo al oído.

- No está muerto.

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27/01/2019, 12:13
Director

Y mientras ocurre esto... Todos oís el estallido.

Un disparo de escopeta resuena al otro lado del autobús, junto a la entrada. No hay ningún grito, y el silencio inunda repentinamente el interior del autobús. Desde donde os encontráis alzáis la vista, y allí, en lo lejos, en la penumbra casi impenetable del vehículo derrumbado... Veis a una alta figura, cubierta por un abrigo. Luce una máscara de gas.

Vivo. Se encuentra vivo. Y con total parsimonia, avanza por los restos del accidente para acabar lo que ha empezado.

Notas de juego

Tardará un rato en llegar a la parte de atrás (al menos tres turnos), dos en llegar hasta la zona donde se encuentra Gero. Puede que los PNJs hagan algo por detenerle. La única salida visible es por la luna trasera del autobús, que os alejaría de él. Eso sí... Sandra, si quieres salir por ahí, tira voluntad (DIF 20)

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28/01/2019, 17:04
Miguel “Michael” Argüelles

El horror recorrió el cuerpo del muchacho inmovilizándolo. Quiso gritar pero no pudo, una mano invisible le impedía tener control sobre sus cuerdas bocales. ¡Sigue vivo! ¡SIGUE VIVO! ¡Tenemos que huir! Repitió una y otra vez, pero el horror impedía que de su boca surgiera palabra alguna.

Era como el asesino de “Se lo que hicisteis el último verano” o como “Viernes 13” volvía de la tumba para poder vengarse de aquellos que le habían matado. Michael recordaba cachos de esas películas, su madre nunca se las dejaba verlas enteras, decía que eran muy violentas. Pero lo poco que recordaba de ellas era que más de la mitad de los protagonistas tenían muertes horrendas.

Con la mano sana agarro a Sandra y le indico la única salida posible. Al levantarse para empezar a caminar, el brazo roto se recoloco, doblándose por aquella nueva cuarta articulación, y un dolor sordo recorrió todo el cuerpo de Michael obligándole a caer de rodillas.

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29/01/2019, 23:40
Sandra Arango

Cuando Sandra consiguió llegar junto al sacerdote se asustó de veras al verlo tan malherido. Ella no tenía ni idea de medicina y en aquellos momentos, se maldijo una y otra vez por haber rechazado el curso de primeros auxilios que había impartido la Cruz Roja. Miró impotente al cura, sin saber muy bien qué hacer hasta que recordó que alguien en el autobús era enfermera o algo por el estilo. Levantó la vista dispuesta a ir en su busca, o a gritar con toda la fuerza de la que era capaz que alguien acudiera en su ayuda, cuando vio al portugués que le hablaba del anciano. Estaba claro que en esa ocasión el accidente había provocado muchas más víctimas que en los anteriores.

Sandra no sabía que hacer, se sentía desbordada y, sobre todo, se sentía una inútil, pero cuando por fin encontró el valor para encarar aquella situación y de esa forma buscar a alguien que los pudiera ayudar, tanto al sacerdote, como al anciano o incluso que pudiera mirar el brazo de Miguel fue cuando escuchó el disparo y sus ojos se toparon directamente con el asesino. Tragó saliva, su corazón empezó a latir con fuerza y sus ojos se abrieron como platos al darse cuenta que aquel ser, aquella monstruosidad era inmortal, que por mucho que le dispararan, por mucho que le intentaran matar, nadie conseguiría acabar con él.

No había escapatoria, por lo menos ella no la veía pues, si delante estaba el loco armado por detrás venía la embarazada con sus tripas fuera, su cerebro volando y el feto... Sandra cerró los ojos intentando no pensar en la imagen que había visto antes y, cuando sintió la mano de Miguel tirando de ella, por unos instantes se resistió.

No podemos dejarlos aquí —musitó como una excusa inútil mientras señalaba con la mano libre hacia el anciano y, sobre todo, hacia el sacerdote. Pero la visión del asesino hizo que Sandra, mirando a José Antonio suplicándole un mudo perdón, hizo que valorara a toda velocidad con quién prefería encontrarse. La respuesta en su cabeza era clara, con ninguno, pero era precisamente esa respuesta la que no podía darse.

Así que, respirando hondo y sintiendo todo su cuerpo temblar no sólo de frío sino también de miedo, siguió a Miguel para intentar escapar por la ventanilla trasera del autobús, sabiendo que lo que había al otro lado podría ser igual de terrible que el hombre que disparaba a todo el que se ponía por delante.

- Tiradas (1)
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03/02/2019, 23:20
Gerardo "Gero" Escudero

Gero se quedó un momento mirando sus ojos. No era normal que sangrasen, de eso estaba seguro. No era puto normal... pero nada estaba siendo normal. Eso le preocupó, pero más aun lo hizo escuchar lo que decía.

-¿Está vivo? Pero... ¿pero como es posible? Lo matamos, lo vi muerto en el suelo... - trataba de hablar en voz baja para no anunciarlo todavía a todos sus compañeros ¿Acaso es el puto Jason? ¿Lo vamos a matar, matar y matar y no va a servir de nada? - De acuerdo... está vivo... ya pensaremos que hacer, ahora tenemos que salir de aquí. ¿Puedes caminar?

La tomó entre sus brazos para ayudarla a levantarse. Mucho de su entusiasmo por verla viva se había esfumado con aquella noticia, pero al menos estaba viva. Algo era algo. ¿No?

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04/02/2019, 01:19
José Antonio Esteban

Esa mirada lo significa todo. Significa que deben irse porque algo perverso, diabólico e inconcebible ocurre. Otra vez. 

Estoy tumbado sobre la nieve aún, me cuesta respirar cada vez más. El aire frío y húmedo que aspiro a través de mis fosas nasales, provenientes de la nieve, no ayudan en absoluto. El dolor de mis costillas rotas acaba convirtiéndose en algo normal. ¿Será ésta una buena manera de morir?, ¿si muero ahora volveré a despertar?. No puedo saberlo. Sólo espero que llegue el momento. Esa joven no es de las que abandona y esa mirada indica que no puede hacer más. Que se salven los sanos. Ha sido mala suerte y, en lo que quiera que sea ésto no se encuentra Dios. He descubierto que no es omnipresente. 

Toso, una y otra vez. La nieve se mancha de sangre espesa. Devuelvo la mirada a Sandra, y sin decir palabra, asiento con la cabeza en señal de perdón. 

Cuando se marchan y el autobús cada vez está más silencioso, hago un tremendo esfuerzo para asomarme fuera. Para ver cómo está la situación. Consigo ponerme de rodillas, a duras penas, ayudándome de los brazos. El agobio por no poder respirar va en aumento, me duele la cabeza, mi cuerpo tiembla y el pecho parece que arde como si tuviera fuego en el interior, a pesar del frío polar. Miro a mi alrededor e intento ver a través de la ventisca blanca, con el oído atento. Delante de mi cara se forma el vapor débil expulsado de mi boca. 

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04/02/2019, 18:37
Director

Sandra y Miguel te dejan atrás. Por un momento, poco queda. Ni esperanza siquiera. Solo el ruido de los disparos. Ves pasar a alguien corriendo, apenas distingues quien es. Oyes a una mujer gritando delante, pidiendo que pare. Que se detenga. Pero solo oyes disparos. Y entonces alguien tira de ti. Te arrastra por el suelo destrozado del autobús, rasgando tus vestiduras sobre los cristales rotos que lo cubren, hacia la luz del exterior.

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04/02/2019, 18:40
André

- Aguente - gime André, mientras tira del cuerpo del viejo párroco hacia la ventisca y la nieve. Entre el silencio y el estallido de los disparos.

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04/02/2019, 18:41
Director

Ayudas a Esperanza a caminar, y te sigue. Parece perdida, su mirada ejemplificando la antítesis de su nombre: pura desesperación. Detrás oyes los disparos, incapaz de saber si alguno volverá a alcanzarte de nuevo. Así, recorres el pasillo del autobús hasta salir a la ventisca. A tu lado y a tu espalda oyes a gente discutiendo, pero no te paras a observar que pasa. 

Solo huyes hacia la única salida. 

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04/02/2019, 18:43
Director

Tratáis de huir. Pero al llegar al final del camino, Sandra se detiene. Horrorizada. Inmóvil.

La imagen que acaba de ver le espera en el exterior. Allí está. No puede haberse ido. ¿O si? Sea como sea, no consigue dar un paso adelante, mientras Miguel tira de ella, hasta que de pronto, alguien que viene corriendo por el pasillo la empuja mientras grita y la arrastra a la fuerza.

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04/02/2019, 18:44
Ana

- ¡¡APARTA JODER!! - grita, incapaz de sortear a la mujer así que arrastrándola entre empujones hacia la nieve.

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04/02/2019, 18:45
Director

En distinto orden, salís a la ventisca por la parte trasera del autobús. A la carretera, la nieve, al horror. Aunque... Todo es horror. Dentro el hombre enmascarado continúa disparando sobre vivos y muertos. Pero fuera...

Fuera hay algo más extraño. Aquello por lo que Sandra quería quedarse dentro. 

Veis un monstruo.

Una mujer. Embarazada. Recordáis a la mujer que murió en el primer impacto. Pero... Está en pie. Caminando sobre la nieve.

Solo que su cuerpo está y no está destrozado al mismo tiempo. Con los ojos rojos, goteando sangre sobre el suelo niveo, sin entender. Sacudiéndose entre temblores. Sus tripas surgen de su piel como si siempre hubieran estado fuera, pero no hay ninguna herida. Nacen de entre la ropa y el torso, y palpitan, fuera. Pero... Hay algo más que se mueve, que gira, a la vista de todos vosotros. Un cuerpo... El bebé... El bebé también...

Los sesos de la mujer flotan sobre su cabeza cuando se gira hacia vosotros. Y abre la boca.

- ¿Ubi sum? - parece pronunciar, cuasi ininteligiblemente - ¿Quis sum?

El bebé llora, y el monstruo deja de miraros y sigue caminando sin ton ni son sobre la carretera. 

Notas de juego

Menos Sandra: Tirad voluntad. Dificultad 25. Si fallais, uno más de incoherencia. Si falláis por más de cinco, dos más.

Todos: tirad incoherencia. Es 1d10 y hay que sacar más que el valor que tengas acumulado. Si fallas... Pues tu personaje actúa de forma completamente irracional. Lo dejo en tus manos.

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04/02/2019, 18:54
Director

Junto a vosotros cuatro, salen un pequeño grupo de viajeros. André arrastra al malherido Jose Antonio al exterior entre los cascotes de cristal, tirando de él como puede. Gero acompaña a Esperanza, que sangra por sus dos ojos azules. Ana, la mujer de gafas que estaba en las primeras filas, ha sido la única en reaccionar rápidamente, y finalmente, tras ella, salen dos hombres. Alfonso, el padre de familia, que corre desesperado hacia la salida, y el hombre de las gafas de sol, que estaba en la última fila y se arrastra hacia fuera con la mandibula desencajada: parece que ya ha visto la monstruosidad que camina sobre la nieve antes de salir al exterior.

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04/02/2019, 18:56
Esperanza

- Él la ha traído de vuelta - dice Esperanza, observando al monstruo.

"¿Él? ¿Quién es él?" piensa. Solo recuerda el éxtasis que sintió antes. El placer, que revolvía su cuerpo, como un gusano, penetrándola por lugares que la muchacha, todavía mucho más joven e ingenua de lo que quería reconocer, jamás se había imaginado.

Y sin embargo. 

Sigue viva. Sigue ahí. Y Gero sigue con ella.

- Así que agarra el rostro del muchacho - narra en voz alta, sus propias acciones, según coge la cara de Gero - y le da todo lo que le queda - concluye, clavando un beso en los labios de Gero.

Notas de juego

Si quieres apartarte, no tienes que hacer tirada alguna. 

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04/02/2019, 19:00
André

Y hasta ahí.

Hasta ahí ha durado la fe de André. Su esperanza de que todo tenga solución. Hasta ese monstruo.

André se derrumba de rodillas sobre la nieve. Llorando. Llorando descontrolado, inmóvil, sin apenas un gemido. Contemplando la obra del demonio.

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04/02/2019, 19:01
Ana

- Pero... qué... qué es eso... qué - tartamudea Ana. 

Volviendo a su infancia.

Allí está Ana, en el instituto. Con el aparato puesto en los dientes, esa coleta mal enganchada, corriendo en los pasillos junto a María. Hablando de chicos guapos. De la bola de cristal. Rellenando su vida de mentiras, de cosas que no le importan. Al fin y al cabo, ella sabe que no le interesan los chicos guapos. Así que aprovecha un momento de jugueteo, de cercanía, de risas. Y le planta un beso. 

María se ríe. Le devuelve el beso. Pero entonces se separan, se miran, y María lo ve. Ve que no es un juego: no para Ana. Y la mirada de María se transforma, en desprecio, odio, rechazo. En dolor. En la mirada que destila ese monstruo deforme que nace del pecho de esa mujer. Y Ana tartamudea, perdida.

- Yo, yo, yo... No quería, yo... - dice aquí y ahora. Y sin embargo, Ana corre. Hacia arriba. Lejos de todo. Corre.