Partida Rol por web

Al mal tiempo

...03 - No controles

Cargando editor
04/02/2019, 19:05
Alfonso

Alfonso corre, siguiendo a Ana. 

Dejándolo todo atrás. Su familia. Sus principios. Su moral. Su cordura.

Todo se queda atrás.

Cargando editor
04/02/2019, 19:06
Paco

Paco termina de arrastrarse hacia fuera. Se quita las gafas de sol, mostrando un ojo cubierto por un moratón. Y con lentitud, absoluta, temblando, se lleva la mano a la pistola que tiene dentro de la mochila que porta consigo. Y muy, muy despacio, comienza a apuntarla hacia ese monstruo.

Ninguno de vosotros cree que Paco pueda acertar a nadie. Ni siquiera parece claro que vaya a disparar. 

Notas de juego

Todo lo que hacen los PNJs podrían ser acciones de incoherencia fallada. Lo digo para que os sirvan para daros ideas (si falláis xD)

Cargando editor
04/02/2019, 19:08
Director

Mientras todo esto ocurre, dentro, podéis oír como el enmascarado ha terminado su tarea en la parte delantera del autobús y ya ha llegado a mitad de camino. Y una voz de mujer parece hablar con él.

Cargando editor
04/02/2019, 19:08
María

- Por favor, por favor, por favor, te lo suplico, por favor... Solo es un niño - dice María, de rodillas, mirando a los ojos al hombre que sujeta la escopeta.

Cargando editor
04/02/2019, 19:09
Enmascarado

Jadea. Algo tan horrible como lo que va a hacer no se olvida. Y sabe que no va a olvidarlo, obviamente, porque recordar, lo recuerda todo. Pero mirando a la mujer tras la máscara, gruñe algo cansado con su voz suave.

- Todos fuimos niños en algún momento - como si esa fuera la respuesta necesaria. Y aprieta el gatillo, salpicando vísceras por el suelo del autobús.

Cargando editor
06/02/2019, 18:11
José Antonio Esteban

Después de, poco más que, ser arrastrado por el interior del vehículo hacia el exterior, me encuentro boca abajo en la eterna nieve. Mi intención es agradecer al grandullón portugués, el que me haya salvado la vida, ya que, yo misimo me daba por muerto hace unos instantes y estaba preparado para entregar mi alma al altísimo. Del cual empiezo a dudar, todo sea dicho. 

Giro mi cabeza para hablar con André, cuando veo que se pone a llorar desconsoladamente. Me incorporo un poco, mi rostro refleja el dolor y alargo la mano para tocarle, pero no alcanzo. Entonces miro hacia donde él mira y la veo...

Veo a la mujer embarazada y a su bebé. O más bien a lo que el demonio había hecho con ellos. Por un momento quiero santiguarme, pero no puedo. El apoyo de mis manos es importante para no acabar con la cara enterrada en la nieve. 

Mis ojos no pueden creer lo que veo. Niego con la cabeza haciendo una mueca de espanto. Retiro la vista, resoplando. -No... No es verdad. Los... ¡coff, coff, coff!... caminos del diablo son... son tan inescrutables como los de Dios... No sucumbáis a sus visiones. No es verdad, nada de ésta realidad monst... ¡coff, coff!... monstruosa lo es. ¡No miréis!. -Callé, por puro agotamiento. Por un momento deseé que ese indeseable que oía tras de mí, en el autobús, acabara rápido conmigo para poder despertar sano otra vez. 

- Tiradas (2)
Cargando editor
10/02/2019, 22:25
Sandra Arango

Se dejaba arrastrar por la mano de Miguel, sin sentir los empujones ni los gritos ni nada que la rodeara, caminaba de forma autómata sin querer fijarse en algún punto en concreto, en especial hacía grandes esfuerzos por no clavar su mirada en el engendro que avanzaba con su bebé no nato saliendo junto a sus tripas... Aquello era algo que no quería volver a ver.

Pero tampoco había opción a dar media vuelta porque el loco asesino seguía disparando a unos y a otros. Sandra no pudo evitar escuchar, aunque se esforzó en no prestar atención, el ruego de la madre protegiendo a su hijo. No sirvió de nada pues un disparo sonó acto seguido.

No había escapatoria, estaban condenados hicieran lo que hicieran, condenados a repetir ese trágico momento una y otra vez, sufriendo las consecuencias de estar a manos de un demente sin sentimientos. Tenían que descubrir cómo escapar de ese bucle, cómo salir de aquella vorágine que los atrapaba, una y otra vez, en una espiral de muerte y atrocidad. Por lo menos aún podía contar con sus compañeros, a los que ya consideraba parte de su entorno más allegado pues el sufrimiento y el dolor solían unir más que los buenos momentos.

Escuchó al sacerdote que, gracias a la ayuda de André, había conseguido salir a la nieve y, acercándose a él, le tendió la mano para ayudarlo a levantarse.

Tiene razón, sólo es una visión —intentó autoconvencerse Sandra aunque con poca convicción—. Debemos movernos de aquí, buscar un refugio e intentar averiguar cómo escapar de este siniestro lugar.

- Tiradas (1)
Cargando editor
11/02/2019, 17:41
Miguel “Michael” Argüelles

El chico se queda totalmente paralizado, nunca ha visto algo tan horrible, ni siquiera en las películas de terror. Recordaba imágenes estrambóticas y que le producían pesadillas como el monstruo de la película de “La cosa”, pero la mujer era diferente. No había una pantalla que ocultara ese horror y el olor de la sangre era real. Miquel solo pudo apretar con más fuerza la mano de Sandra en un vano intento de tranquilizarse.

- Tiradas (2)

Notas de juego

-2 a incoherencia

Cargando editor
11/02/2019, 22:14
Gerardo "Gero" Escudero

Frente a él, el horror. No conseguía describirlo de otra manera. Cuando parecía que había algo de luz, la oscuridad había caído como un yunque sobre ellos. Nada tenía sentido. Quien estaba muerto volvía a estar vivo. Lo que debía estar dentro estaba fuera. Nada tenía sentido. Aquello no podía ser real, era imposible. Nada tenía sentido. Nada, tampoco las palabras que Esperanza pronunciaba a su lado y que él no escuchaba. Solo las manos de la mujer y un beso en los labios hicieron que apartase la mirada de aquel horror. Un beso inesperado, en el que se sintió tentado a perderse... Perderse en sus labios, brindar con gin tonics, apoyar su cuerpo en el de ella, desnudarla despacio... pero no era el momento. Aquella feliz visión que por un momento se había formado en su cabeza se esfumó al instante. Un globo pinchado por el instinto de supervivencia que aun le quedaba.

Se apartó mientras le tomaba las manos a Esperanza y la miró a los ojos. Parecía perdida, y él al borde de estarlo. Pero aun podían hacer algo. Aún podían salir de allí... Igual que cuando Frodo no pudo más, y Sam estaba allí para cargarlo. Cargaría con ella si hacía falta.

-Te voy a sacar de aquí - le dijo con convicción impostada antes de mirar al resto de sus compañeros - ¡Tenemos que salir todos de aquí! - varios de ellos parecían tan perdidos como Esperanza, más incluso - Joder ¡Vamos, tíos, aun podemos salir de aquí! - trató de que reaccionasen - ¡Tenemos que intentar llegar a donde estaba el otro pavo ese! El del mensaje. Seguro que sabe algo. - Había una pequeña esperanza ¿no?

Tirando del brazo de Esperanza comenzó a alejarse del autobús en dirección una vez más al parador, tratando de no mirar al engendro mientras se alejaba, y de que Esperanza tampoco lo hiciera.

- Tiradas (4)

Notas de juego

2 puntos de incoherencia

Trato de convencer a los demás de que me sigan.
 

Cargando editor
18/02/2019, 20:53
Director

Paco, André, ambos se vuelven hacia Gero cuando este los espolea a seguir. Incluso Esperanza levanta la vista, esbozando una sonrisa. André alza la vista, se acerca al sacerdote y le levanta en volandas, como si fuese un trapo. Lo alza mientras en el interior del autobús se suceden los gritos y los disparos. Os mira, con lágrimas en los ojos, sin decir nada.

El parador parece la única opción. La mujer camina balbuceando incoherencias, pero no se interpone entre vosotros. Y cuando no sabéis donde ir, o que hacer, un faro se ilumina.

Una luz se enciende tras el parador. Algo, una pequeña estructura apenas visible por la nieve, se oculta justo tras el edificio, y una luz artificial, un faro o una bombilla, parece haberse encendido justo en ese instante.

¿Amigo o enemigo? No lo sabéis. Lo único que podéis saber es que alguien está allí, sin duda. Y que no es el enmascarado.

Notas de juego

Si vais hacia la luz, decidlo y vamos para allá.

Gero, recuperas un punto de incoherencia de todos por tu tirada :). Todos os sentis mas seguros tras su super critico xD.

Cargando editor
20/02/2019, 20:29
Sandra Arango

Sin salida y atrapados por todos los frentes, así era como se sentía Sandra mientras comenzaba a caminar junto al resto. Aún apretaba la mano Miguel para infundirle ánimo y valor, y de paso infundírselo a sí misma, en aquellas desagradables circunstancias, pero también preocupada por el sacerdote que parecía gravemente herido y que ahora estaba siendo ayudado por el portugués, un hombre que se había revelado como un auténtico samaritano. Pero sobre todo, intentaba no escuchar los disparos, los gritos, los llantos, el horror que quedaba a sus espaldas en el interior del autobús.

Comenzó a caminar como una autómata, encogiéndose sobre sí misma al pasar a la altura de la embarazada que ni siquiera les prestó atención, yendo directa hacia el único lugar donde podrían encontrar un refugio aunque en el fondo Sandra sabía que a esas alturas no había ningún lugar seguro para ellos y que el loco asesino los encontraría y acabaría con todos ellos.

Centró su atención en el parador hacia donde se encaminaban, pero algo llamó su atención, una luz que procedía de una esructura que no había visto hasta ese momento, una luz que acababa de encenderse y que parecía mostrarles un camino alternativo pero... ¿podrían fiarse?

¿Habéis visto? —preguntó con dificultad por culpa del castañeteo de sus dientes mientras indicaba el lugar donde había aparecido la luz—. Hay alguien allí, seguro que hay alguien. Alguien ha encendido una luz —recitaba una y otra vez la palabra alguien como un mantra, pensando que quizás alguien nuevo y ajeno a aquel desgraciado grupo de viajeros del autobús los pudiera ayudar—. Quizás sea el grupo de rescate.

Y sin esperar contestación, sin esperar al resto, sin ni tan siquiera darse cuenta que aún seguía sujetando de la mano a Miguel, Sandra comenzó a dirigirse hacia aquella luz que esperaba, o más bien rezaba por ello, fuera su salvación.

Cargando editor
23/02/2019, 11:39
Miguel “Michael” Argüelles

El joven no podía asimilar que estaba pasando, todo era confuso, mucho más confuso que antes. Parecían fotogramas de una película mal montada. La mente de miguel trabajaba tratando de buscar alguna explicación, tratado de buscar una semejanza con alguna película que hubiera visto. Pero ningún género de cine se parecía a lo que estaba viviendo.

Se dejó arrastrar por Sandra, sin oponer resistencia, dando un paso a continuación de otro.  Caminando hacia la luz. Que podía ser una posible salvación, o todo lo contrario, podría ser otra horrible situación sacada del fondo del infierno.

Cargando editor
26/02/2019, 18:00
José Antonio Esteban

-Coff, coff, coff... Oh... Gracias, hijo. -Susurro con dificultad al grandullón portugués que se había animado con las palabras de Gero. El joven, con su lenguaje tremendamente coloquial, es un soplo de aire fresco... O más bien cálido en esas circunstancias. Y al parecer, no soy el único que lo piensa, porque a todos infunde ánimos. 

Voy mirando al suelo cuando oigo, entre la tremenda ventisca, la voz de Sandra. Indicando que puede que haya alguien más. Dirijo mi vista hacia el lugar que indica, entrecierro los ojos y vislumbro una estructura que no recuerdo que estuviera allí antes y una luz. 

Me alego por dentro y la esperanza viene a mí. Vuelvo a creer que el altísimo no nos ha abandonado, después de todo. 

Entonces recuerdo mi dolor, mis posibles fracturas... Si aquella cosa no es lo que dice Sandra, no voy a aguantar mucho más. Al menos me iría tranquilo, sabiendo que ellos están a salvo. 

En ese momento, mis ojos se detienen en el demonio del bebé. Por un momento, parece que estoy viendo una película, algo ajeno a la realidad. Mi mente no quiere pensar en cosas desagradables, y mientras ese ser nos deje pasar, todo está medio bien. Está claro que es una prueba de Satán. 

-V-vayamos hacia allí, salgamos de esta pesadilla... Coff

Cargando editor
27/02/2019, 00:38
Gerardo "Gero" Escudero

Aquella luz... no podía ser el asesino. Lo habían dejado atrás. No podía haber llegado allí antes que ellos.

-Tiene que ser el otro tipo. El de las interacciones y todo ese rollo - en esos momentos el ya no creía que fuese a llegar un grupo de rescate. Estaban solos, o casi solos - Ese parecía que sabía algo... 

Antes de que terminase, Sandra se había encaminado ya hacía allí. No había razón para detener la marcha. La siguió, asegurandose de que nadie se quedaba atrás. En especial de que Esperanza no se quedaba atrás. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tirada de percepción para vigilar la retaguardia. 

Cargando editor
03/03/2019, 22:41
Director

El pequeño grupo de supervivientes que conformáis, avanza por la nieve. De nuevo. De nuevo al parador, de nuevo hacia lo alto de la montaña. De nuevo dejando atrás el terror de la muerte, del accidente, pero... Esta vez dejando a monstruos deformes, a asesinos. 

Avanzáis hacia arriba. Hacia la luz. Alejándoos de los disparos.

Junto a vosotros suben André, cargando con Jose Antonio, y el tipo de las gafas, Paco, que todavía sujeta una pistola... Un arma que es obvio que ha llevado consigo en todo momento.

PacoAndré

Al acercaros al parador, observáis como Ana, la mujer de las gafas, y Alfonso, que han huido por delante vuestra, no parecen haber visto la luz encenderse. Simplemente entran de nuevo al parador. Cuando llegáis a la altura de la ventana por la que se han colado en el interior, no les veis dentro. Quizás han buscado refugio en alguna de las habitaciones. Sea como sea... La luz que habéis visto venía de la parte trasera del edificio. Así que lo rodeáis y os acercáis a la luz...

Que no es otra cosa que un invernadero. Un invernadero de cristal, enorme, cubierto de nieve.  La luz procede del interior, y la puerta del invernadero está entreabierta...

Cargando editor
07/03/2019, 15:01
Sandra Arango

Con miedo, con incertidumbre, pero también la esperanza de conseguir escapar de una vez por todas de aquella barbarie caminaban en silencio, dejando atrás los disparos que aún resonaban en el silencio.

Sandra ya no sabía quién estaba vivo y quién muerto, quién se mantenía en el grupo y quién decidía buscar su propio camino, algunos incluso dejando atrás mucho más que el terror. Como Alfonso, que había abandonado a su suerte tanto a su mujer como a su hijo para ir tras un sueño que quizás se convirtiera en una prolongación de la pesadilla que vivían. O quizás no.

Se acercaban a la luz que iluminaba tenuemente el interior de un invernadero en el que no se había fijado hasta el momento. Sandra no dejaba de mirar de reojo a André, preocupada por el estado del sacerdote, pero sobre todo observaba con cierta inquietud el arma que portaba Paco y que, después del comportamiento tan errático que le había visto, temía que la usara sin discreción llevado por el pánico y los nervios.

¿Cómo estás? —Le preguntó a Miguel, preocupada por el silencio del chico que, hasta ese momento, se había mostrado tan decidido y dicharachero—. Entramos ¿no? —Esta vez se dirigió a todo el grupo y, respirando hondo para armarse de valor, se asomó a una de las cristaleras para intentar ver algo del interior.

- Tiradas (1)
Cargando editor
09/03/2019, 09:30
Miguel “Michael” Argüelles

La único que tenía algún símil con todo lo que estaba viviendo era el final de las historias de Stephen King, donde todo se mezclaba en un caos multiuniverso con extraterrestres y fantasmas. ¿Pero qué estaba pasando realmente? El joven ni siquiera era capaz de responder a una pregunta mucho más simple. ¿Seguía estando vivo? Había muchas películas sobre muertos que seguían pensando que estaban vivos y con sus simples acciones atemorizaban a los visos. ¿Sería eso lo que estaba pasando? Realmente estaban muertos.

El chico solo pudo asentir a las palabras de Sandra con la cabeza y pronunciar un gorjeo parecido a un sí. Luego lo volvió a intentar, y esta vez, las palabras fueron claras. Sí, hay que entrar…. Puede… puede que sea una puerta de vuelta a casa…. Como el armario de Narnia….

Cargando editor
10/03/2019, 22:51
Gerardo "Gero" Escudero

-No creo que nos vaya a llevar de vuelta a casa - negó Gero, pero fuese lo que fuese tenían que entrar. Allí podía haber alguien, que con suerte sería amigo. 

Se adelantó hacia la puerta, agachado y avanzando con cuidado. Ya había recibido un disparo poco antes, y lo último que quería era recibir otro. No creía que ahí dentro estuviese el enmascarado, pero fuese quien fuese debía tener preparado algo para defenderse, si había aguantado hasta entonces. 

Avanzó con cuidado, agachado, hacia el interior. Alerta a lo que pudiese pasar y preparado para correr o lanzarse al suelo en cualquier momento. 

- Tiradas (2)
Cargando editor
17/03/2019, 16:35
José Antonio Esteban

Cuando Sandra pregunta de forma un tanto retórica, si entramos, asiento con la cabeza y hago una indicación con la mano, mostrándome de acuerdo. 

Estoy demasiado ocupado en concentrarme en el dolor. Como si fuera un "via crucis", una carga. Noto a André cada vez más cansado, pobre muchacho. 

¿De verdad sirve de algo llegar hasta allí? No deja de ser un invernadero, muy misterioso, eso sí, pero en un invernadero no hay útiles para curar a nadie ¿Cuánto más voy a aguantar en éste estado? Pero yo no importo. Importan los supervivientes sanos y ese lugar, esa luz, es la esperanza que necesitan. A mí sólo me queda aguantar hasta que me llegue la hora.

Al ver a Gero actuar, me relajo y cierro los ojos con una mueca. Al menos tengo suerte de estar en buena compañía.

Cargando editor
17/03/2019, 20:18
Director

Sandra intenta mirar desde las cristaleras, aunque apenas distingue nada... El cristal es traslucido, no deja vislumbrar nada dentro. Pero al mismo tiempo, con cuidado, Gero se asoma y observa el interior. Un largo invernadero, más bien un jardín, cubierto de plantas que de alguna forma, han perdurado vivas ante el vendaval. Se tejen allí dentro las tupidas ramas de árboles tropicales, de nenúfares sobre un pequeño estanque artificial. Hay calor allí dentro.

Y hay música. Tenue, pero música.

No es una canción que ninguno conozca. Tampoco es que pudierais reconocerla. Viene de un pequeño aparato negro, posado en una mesa al fondo de la sala.

Y justo cuando observas el interior, ves a un hombre bailando entre las plantas. Está sin camiseta ni pantalones, solo lleva una bata con la que danza siguiendo la música.

- Ruuuuuuun - canturrea el hombre, de barba descuidada y aspecto denostado, con los ojos cerrados.

No tiene ningún arma en las manos, y lo único que parece peligroso son unas tijeras de podar que están cerca de la puerta, al lado de donde os encontráis.

Antes de que podáis entrar, el hombre de gafas de sol a vuestro lado, levanta la pistola al verle desde lejos moverse, y le apunta desde donde se encuentra...

Notas de juego

No os ha visto. Podéis entrar y hacer lo que queráis, o avisarle. También detener a Paco, o lo que sea. Quizás no vaya a disparar, o quizás si. El hombre parece medio enloquecido, pero no lo sabéis por su expresión, de momento solo apunta hacia el tipo sin ropa.