Partida Rol por web

Aaron se estremeció, sin duda imaginándose el dolor que supondría que un cuervo te arranque tu propio ojo, sin embargo, a excepción de ese momento, siguió sin expresar nada. Se limitaba a desenfocar la mirada y evaluar las palabras del hombre.

- Por la mañana fue cuando conocimos a Catherine y Nahia; Catherine nos ayudó a seguir una serie de pistas que su padre adoptivo había dejado antes de morir. Averiguamos que el Marqués era en realidad una criatura oscura que quería establecer su pequeño reino en la isla, y que estaba drenando poco a poco la vida de la gente de allí. Y que también mantenía algo encerrado en una enorme catedral construida al norte. El padre de Catherine había investigado al respecto, y lo acabaron matando. Nos dirigimos a la catedral para averiguar que tenía el Marqués allí escondido, y nos volvimos a encontrar; al parecer, Alice te había encontrado tirado en mitad del bosque, y llegasteis juntos a la catedral por vuestra propia cuenta. En unas columnas de la catedral había una especie de rompecabezas, y un cuadro que contenía nuestros nombres, y la clave para resolver el rompecabezas. Una vez resuelto, se abrió una escalera que ascendía hasta el techo de la catedral, y allí nos encontramos con "ella". Calvacanti había encerrado allí a una criatura, una... semidiosa o algo así llamada Seline; se aprovechaba de un artefacto que tenía en su posesión para absorber sus poderes y convertirse poco a poco en algo tan poderoso como ella. Seline nos pidió que derrotásemos a Calvancanti y le llevásemos el artefacto para liberarla. Nos proporcionó un "arma" para ello, y regresamos a la mansión. Allí nos salieron al paso los esbirros de Calvacanti, y después Emil; Alice dio buena cuenta de él. Finalmente nos enfrentamos a Calvacanti, y conseguimos derrotarle y recuperar el artefacto; tu no estuviste en aquella pelea, ya que estabas muy malherido. De vuelta en la catedral, el tipo del zepelín, ese Raptor, nos atacó; al parecer su intención era sacrificar el zepelín para llegar a Corvinus, acabar personalmente con Calvacanti y recuperar el artefacto para su señor. De ese capullo me encargué yo. Lo restante... no hay mucho que contar: liberamos a Seline, la isla se libró de su influencia, y nos dispusimos a marcharnos en el primer barco. Y entonces... 

A Faliar parecia costarle especialmente contar esta parte

- Entonces... Emil... o creo que era Emil... nos habló. Nos habló de su señor, de como había dirigido los eventos que habían ocurrido en la isla, y entonces, sin más, aquel hijo de puta al que servían tanto Emil como Raptor, destruyó la isla. La borró del mapa, literalmente. El barco en el que íbamos fue alcanzado por la onda de choque, naufragó... y ahí nos separamos

Seline... la sola mención de esa criatura hizo que el vello de Aaron se erizara, y su cuerpo se crispara casi imperceptiblemente. Esa "semidiosa" no era desconocida para Davinel, al fin y al cabo fue su enemiga. Quizá no de las más duras, pero sabía ofrecer cierta resistencia.

Aaron guardó silencio unos segundos después de que Faliar terminase su relato. Después, suspiró profundamente.

-Si, cuadra con lo que me contó Alice. O estáis diciendo la verdad u os habéis confabulado todos contra mi para contarme una historia ficticia, pero estoy cansado como para ponerme paranoico.

Sin embargo, no relajó los músculos.

-Alice opina que el hecho de habernos unido no es ninguna casualidad. ¿Tú que piensas?

Aaaah...Seline, pequeña zorra, espero que no te entrometas en mi viaje. Cuando estaba completo no me importaba tener algunas palabras contigo, era casi divertido, pero ahora serías una molestia. Salva el mundo y dirige la vida de otras personas desde la sombra, pero a mi déjame en paz.

Ya tendremos tiempo para jugar cuando reúna los artefactos.

Faliar asintió con gravedad

- Sinceramente Aaron, no sé por que te íbamos a contar una mentira. Esto es completamente cierto. Y si, le tengo que dar la razón a Alice; no fue casualidad que nos encontrásemos en Corvinus. Nuestros nombres estaban en aquel diagrama de la catedral. Y tampoco creo que esto sea casualidad. No sé que va a ocurrir, pero será mejor que estés preparado

Se encogió de hombros

- Sé que todo eso te parecerá increíble, pero creeme; yo también padezco de amnesia, y ciertas cosas me parecieron increíbles en su momento. Como que yo había vivido antes en Corvinus, y que Nahia era mi hija. De hecho, esas cosas las recordé gracias a ti -Faliar se quitó la pequeña piedra verde que llevaba colgada del cuello y se la mostró a Aaron- Encontraste esto en el lugar donde Emil te dejó tirado, y resultó ser una especie de gema que contenía parte de mis recuerdos...

Aaron miró la piedra con curiosidad antes de centrarse en Faliar.

-¿Que recuperaste tus recuerdos gracias a esa piedra? ¿Y fue gracias a mi?

- Si. Tu la encontraste, y me la entregaste. Fue otra de tantas "casualidades"

Aaron soltó un gritito y se levantó del golpe, acercándose hasta Faliar.

-Puedo...¿Puedo tocar la piedra?

De la tensión anterior no quedaba mas que un pequeño vestigio. Los ojos del chico se habían llenado de emoción.

- Claro 

Faliar le tendió la piedra a Aaron. Dudaba que fuese a tener el mismo efecto con él, ya que la piedra tenía su nombre, pero quizás... quien sabe.

Aaron la agarró con fuerza y contuvo el aliento.

Nada.

Aaron esperó un poco más. Cuando aceptó que no iba a pasar nada, torció el gesto.

-Bien, bueno, no pasa nada. Tenía que intentarlo.

Le devolvió la piedra al guerrero y se sentó en la cama dejando caer los hombros.

-¿Por qué crees que hemos vuelto a juntarnos? Según vuestra historia la última vez salvamos un pueblo, ¿Crees que ahora tendríamos que hacer algo parecido?

Aaron no podía evitar mostrarse un poco escéptico, pero se esforzaba por no cuestionar la historia. Eso sólo les llevaría a un círculo vicioso y no había tiempo para ello.

Faliar sonrió y se sentó junto a Aaron

- La piedra lleva mi nombre; hubiera sido un poco extraño que hubiera tenido efecto contigo. Aunque bueno... cosas más extrañas he visto.

Volvió a colgarse la piedra del cuello

- Está claro que algo extraño está pasando en Ark. Quizás tenga que ver con aquella... cosa que destruyó Corvinus. No se si "salvar" es la palabra adecuada. Por lo que veo, todos tenemos asuntos personales allí. Puede que allí averigüe más cosas de mi pasado.

Miró al chico a los ojos

- ¿Y tu, Aaron? ¿Que te ha traído hasta aquí?

Aaron sopesó su respuesta.

-Yo...no recuerdo nada-Le costaba hablar-es muy frustrante. Levantarte cada día con miedo a olvidar algo más, o a no saber donde estás, preguntándote si hay algo importante que debas saber o incluso si te busca la guardia por algo que hayas hecho. Y no es solo eso, es vivir con la incertidumbre de tener unas lagunas que no puedes llenar.

Miró al guerrero y enrojeció un poco, preguntándose si había hablado de más. Los sentimientos eran algo muy valioso como para compartirlos con un desconocido.

-Si me preguntas por qué estoy aquí la respuesta es: Para encontrarme a mi mismo.

Sonrió con tristeza.

-¿Qué hay de ti?

¿No era irónico? Resultaba que los dos estaban allí por lo mismo. Faliar esbozó una sonrisa triste

- Igual que tu, amigo. Creo que mis raíces están en Moth, y he viajado hasta aquí para desenterrarlas. Puede que sea un error, que averigüe cosas que sería mejor no saber... Pero no puedo echarme atrás.

Aaron se relajó un tanto mientras esbozaba otra sonrisa, esta vez más animada.

-Esperemos tener suerte. Sólo espero que las cosas no se nos compliquen demasiado.

Paseó la mirada por la sala, recordándose a sí mismo donde estaba y porqué estaba allí. La fiesta le inundó la mente. Más concretamente la destrucción que se montó.

-Oh, acabo de acordarme. Tu, en la fiesta-Le miró con un ojo entornado-hiciste magia, ¿No? 

Faliar lanzó una carcajada

- Si. No acostumbro a hacer despliegues tan evidentes, pero en esa ocasión estábamos... en confianza. Y antes de que preguntes, si: mi hija y mi esposa también son hechiceras.

Faliar pareció recordar algo

- Por cierto, ¿sigues teniendo el libro? Tal vez no lo recuerdes; un tomo que habla de magia de la oscuridad. Lo encontraste en Corvinus.

Mientras los otros se dispersaban por el lugar, Nahia notó como la que antes conocía como Xerine se acercaba a ella con disimulo. Se colocó a su lado de forma casual, y tras unos segundos se dirigió a ella sin mirarla, como quién comenta algo sobre el tiempo

Lo tienes No era una pregunta Después de tanto tiempo, aún lo conservas...

Se giró hacia ella, algo dubitativa. Era extraño ver a Beatrice tan incómoda en una situación social

Yo... ¿Podría verlo?

El gesto de Xerine ayudó a la joven a mostrar una pequeña sonrisa, estaba algo seria desde que había vuelto de hablar con su padre y Cath.

- Por supuesto.Tenía que aprender a tocarlo para volvernos a encontrar ¿No?- Nahia recordaba las últimas frases de la música antes de que la tormenta emitiese su juicio.

-Y sobre todo, nunca dejes de practicar con tu flauta, pues la música es el más sincero y puro de todos los artes. Toma, esto es un regalo. Quizás, si aprendes a tocarlo, algún día volvamos a encontrarnos, en alguna cámara de música o sobre algún escenario. Quién sabe. Nunca sabemos lo que nos deparará el destino

- ¿Quieres verlo ahora o esperamos a que el "rubito" haga su magia sobre nosotros?