Partida Rol por web

Creo que por voluntad pero sin saber que les esperaba -responde Carlos a tu pregunta -seguramente la mitad de ellos sean sacrificados mientras que los otros puede que se integren correctamente en el grupo. Será mejor que me vaya, debo hablar con El Jefazo.

Antes de que nadie pueda responder el hombre cojo que os recibió junto al hombre del cigarro entra en la tienda del curandero.

Hola Rapaz, veo que te desenvuelves bien con las muletas -dice el Enterrador al ver al hombre entrar -¿has venido a ver a mi nuevo especimen? -continúa mientras señala orgulloso al hombre tendido sobre la camilla, cubierto de sangre y sudor -este es mi nuevo ayudante, no es muy divertido pero sabe trabajar. Y ella es una muchacha bastante hermosa. Una vez mi padre contrató a una criada que se le parecía -concluye señalando tanto a Rob, el chico rubio, como a Zoe.

Eso solo lo podrá ordenar El Jefazo. Por ahora ayuda a El Viejo a repartir la comida a todo el mundo, es casi la hora de cenar -te pide señalando una gran mesa -ayúdame a llevarle algo de comer a los presos, pronto se decidirá que hacer con toros vosotros.

Tras sus palabras el Viejo coloca tres cuencos llenos hasta la mitad con la cena que habéis preparado, haciendo una señal para que os marchéis con ellos.

Apenas me he enterado de nada y no siento el brazo ¿Sigue en su sitio, no?.-Dijo Viktor con la voz pastosa apoyandose en el brazo sano para incorporarse y mirarse el otro brazo y el estomago, no vaya a a ser que lo hubiesen mutilado mientras estaba en un viaje psicodelico.-Me siento cansado, pero creo que tras dormir un poco podré empezar a trabajar para pagar esa deuda que hay que pagar y luego irnos de aqui Zoe. Si quereis tu y los tuyos tenéis un hueco en mi grupo....solo somos yo, Nacer y el niño pequeño.

Me doy la vuelta cuando el Jefazo empieza a irse del lugar y me despido levantando una mano, con la otra metida en el bolsillo.

Voy dirección a la enfermería. Tengo curiosidad por saber si aquél cuate sigue en este barrio, y ya de paso, quizá encuentre aquella chiquilla.

¿Que pasa, "chisme"? ¿Tienes miedo de un hombre desarmado? -Le dice en tono burlón, con las manos a la espalda para que no viera el cordón que sujetaba- No sé, pensé que quizás querrías darme un beso de buenas noches, mariquita. 

Asintiendo en silencio, cojo dos de los tres cuenco que hay y me dispongo a seguir al que llaman "El Viejo".

¿Los presos? - pregunto al anciano -¿Hay presos aquí? ¿Por qué?

Una vez más la lona que cubre la tienda del curandero se abre y entra en su interior César Mendes. 

Dentro de esta se encuentra Viktor, tumbado en una camilla, con las heridas cosidas pero aún manchado de sangre. Junto a él está Zoe, también con algún rastro de sangre en sus manos por la ayuda aportada a los sanadores. Estos son El Enterrador, un hombre alto de ojos rasgados, y su nuevo ayudante, Rob, el joven de pelo rubio que parece no desear estar en dicho lugar.

También se encuentra justo a la entrada de la tienda el hombre cojo que os recibió a la entrada del campamento.

Una vez más la lona que cubre la tienda del curandero se abre y entra en su interior César Mendes. 

El anciano se encoge de hombros ante tu pregunta, tomando el cuenco de comida y marcándote el camino a seguir -No solemos aceptar con facilidad a gente en nuestro grupo. Tenemos algunas reglas claras, por ejemplo nunca dejaremos que entren en nuestro hogar políticos, militares o policías. Imagino que uno de tus compañeros entra en este grupo. Tampoco se aceptan niños y ancianos. Yo llevo ya unas décadas aquí y soy el cocinero, razón por la que puedo continuar viviendo en este lugar. Pero no te preocupes, normalmente los ejecutan sin más así que si nos han ordenado llevarles comida es porque aún tienen una oportunidad...

Máquina se enfurece ante los comentarios del militar y abre la puerta de un tirón, colándose en el interior de la pequeña celda con el arma aún en la mano -Tu si que te crees muy fuerte y listo. No soy tan imbécil como para meterme en una pelea con un puto perro del ejército, no me vas a engañar. ¡Arrodíllate! ahora, vamos ¡que te rajo! -amenaza acercándose con el cuchillo al frente.

¿Ejecutar? Pero...eso no es humano ¿no? Por el simple hecho de ser policía...¡no se puede matar a nadie así. 

Intento controlarme para no derramar el contenido de los cuencos.

El anciano vuelve a encogerse de hombros. Parece no estar totalmente de acuerdo con dicha acción pero que, pese a todo, la ve como algo normal -El estado también hace ejecuciones de las personas a las que tacha de enemigos, en tiempos de paz o en tiempos de guerra. Nosotros vivimos en una batalla constante, es normal que tomemos decisiones extremas. No podemos dejar que la gente salga de aquí y revele nuestra posición y tampoco podemos permitirnos alimentar nuevas bocas ¿que harías tu?

Entro con una sonrisa.- Tranquilo, amigo, tendrás tiempo de trabajar para pagar, pero desde ya te aviso que no va a ser poco tiempo, así que mejor se van acomodando. Su amigo rasta ya se acomodó con otros yonkis – Me siento cansadamente en una cama.- Si trabajan los dos pagan más rápido, seguro. ¿Qué saben hacer? ¿En qué pueden ayudar? – El joven parece desenvolverse, pero tengo dudas de que la chica sirva para algo.

Me manejo en casi cualquier cosa, fui al instituto y salí de allí cuando acabé, he trabajado en una gasolinera en un turno de noche y se usar una pistola, dudo de que me déis una...-Dijo el chico rubio mientras se incorporaba como podía para hablar con el tipo nuevo que entraba junto con el chicano César.-Hey césar.-Le dijo a este antes de volver su atención hacia hacia Rapaz.-Se me da bien el esfuerzo físico, aunque dado mi estado no puedo hacer mucho hasta que no esté del todo bien...mi otra especialidad es la mediación, se me da bien hablar con la gente y entender sus necesidades y sobre todo facilitarles una vida mas tranquila.

Antes de que Rapaz volviese a hablar añadió.-Como está Nácer? y Michael, el niño pequeño? si es necesario trabajaré por el niño también, pero cuando todo termine el niño se vendrá conmigo....debo de llevarlo con su padre.

- Aha, el hombre proveedor. Trabajará por él y por el niño – Bromeo – ¿También van a trabajar por vos? – Le pregunto a la chica – ¿O sabés hacer algo útil? Me parece, muchacho estudioso, que no tenés ni idea de donde estás. Esto no son las Naciones Unidas y la cháchara no te va a ayudar de mucho, nadie acá tiene una “vida tranquila”.  Igual, todas estas cosas no son una decisión nuestra sino de El Jefazo, sólo te digo todo esto para que sepas en donde estás y qué esperar.- Miro a la chica a la espera de una respuesta.

Viktor miró la sala que lo rodeaba y vió un bolígrafo mas allá, frunció el ceño de forma peligrosa mientras pensaba.-Entonces...-Comenzó a hablar mientras su mente recordaba la charla del Enterrador y Zoey.-Si esto es una sociedad estamentada y donde los fuertes persisten...-Señaló el bolígrafo.-Si al siguiente que vaya en poder después de mi le hundo ese bolígrafo en el puto cuello, me ascenderéis?.-Hizo un curioso enfasis en las palabras puto cuello pero su expresión se relajó.-Se hacer cosas, se hablar con la gente y como hijo de policia se disparar y administrar justicia.-Viktor se estaba cansando de hablar con ese tipo con muletas.-Mira, me suda la polla lo que pienses de mi, no estoy aqui para perder tiempo en peleas tontas, llevadme con el Jefazo y que el decida que trabajo quiere que desempeñe, tengo que salir de aqui y llevar a un hijo con su padre si es que aún esta vivo y no es un huerfano que apenas llega a los diez años de edad.

Sonrío levemente al muchacho, tiene agallas. Espero a ver que tiene para aportar a esta comunidad la chica.

Mmmm... un hijo de policía que sabe disparar y busca impartir justicia. Va tratar de imponerse a la primera oportunidad. No creo que sea algo que le guste a Carlos, ya vale de algo haber venido a hablar con ellos. sabía que este iba a ser colaborativo con la información.

Voy pensando en mis cosas cuando aparto la lona con una mano y entro con ímpetu en la tienda, con demasiado ímpetu, pues tengo que dar un paso hacia al lado para no llevarme por delante al chaval que va en muletas y trastabilleo hasta apoyarme en una mesa para no caer.

- ¡Fuck! - miro al cojo que casi atropello - no se puede chiflar y comer pinole... perdona wey.

Viktor me saluda y me vuelvo sonriendo hacia él. Entonces el Jefazo cumplirá su palabra, está claro que el chico es un tipo es duro.

- Hey colega, me alegra verte chido - miro a los otros dos tipos de la enfermería, el que da mal royo y el rubio, mientras Viktor y el cojo paracen continuar una conversación que tenían a medias, hasta que la pregunta del tipo de muletas a Zoe me hace volverme hacia él, con curiosidad.

Miro a Zoe, quien permanece callada y luego al chaval. Trato de aliviar la tensión del lugar apoyando una mano sobre el brazo del cojo para llamar su atención.

- A estas alturas ya lo sabes cuate... pero soy un tipo educado - le tiendo la mano - soy César, ¿qué te pasó en la pierna wey? - espero que aquél hombre se presente antes de continuar.

- Verás... - miré a Zoe, una vez más, antes de volver a hablar con él - parece que el Jefazo no se anda con tonterías ¿verdad? lo que no es útil lo despacha - giro el cuello al decir esto último dejando clara la doble intención de la expresión - por eso conserva a la chica. Le conté que es buen ocultándose y moviéndose en la sombra.. - levanto la palma de la mano hacia ella - fíjate, podría meterse en cualquier hueco. Ahí en los túneles la chava se escondió delante de seis tipos y nadie la vio hasta que ella no salió a la luz - asentí convencido - es buena guy.