Partida Rol por web

[Ars Magica] Arcanogonia

Prólogo: El Reto de Constans

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20/03/2020, 23:32
La Voz Homérica

Prólogo: El Reto de Constans

Llegáis a la ciudad Naxos llevados por los vientos de la primavera. Un cielo azul, despejado a excepción de unas pocas nubes blancas, y un brillante sol que ya presagia las calores del veranos os hacen dejar atrás los fríos y lluvias del norte de Europa.

Habéis acudido siguiendo la proclama recibida durante el otoño anterior. La maga Constans ex Jerbiton de la Alianza de Aeaea busca candidatos para unirse a su Alianza situada en el mar Egeo. Aceptar la oferta fue motivo de más de una noche sin sueño y muchas horas de elucubraciones. Para empezar, implicaba dejar atrás vuestros Tribunales, vuestros laboratorios y Alianzas de residencia. En segundo lugar el Tribunal de Thebas tiene merecida fama de extraño y cerrado. Sometido a antiguas tradiciones que protegen el poder del demos, muy alejadas de las formas de gobierno propias de vuestros Tribunales de residencia. Y finalmente la propia carta de Constans hacía alusión a ciertos desafíos, pruebas y peligros que superar antes del Tribunal de 1220. Quien sabe si en esa tierra extraña poblada de leyendas no os espera si no la humillación, la derrota y la muerte.

Pero esos negros pensamientos son muy lejanos bajo el amable sol. Naxos es un puerto rico y galeras y barcos de pesca se balancean en medio de una multitud que compra y vende productos procedentes de todo el mediterráneo oriental. Griegos, chipriotas, venecianos e incluso algunos comerciantes libios se cruzan en las estrechas calles cercanas al palacio ducal en aparente y ajetreada harmonía.

Habéis llegado cada uno por vuestros propios medios. A través de caminos embarrados, durmiendo en piojosas posadas y cruzando a través de inclementes nevadas. Por las noches, como quien busca ánimos que lo refuercen en una decisión arriesgada, releíais la carta de Constans

En ella habla de la isla de Pieri, de su olivares y blancos acantilados, así como de las azules aguas del Egeo. Pero lo que te llamó la atención fue la oferta de cinco torres de vis para aquellos magos que acudan a la Alianza para enfrentarse a los retos que los archai y el Tribunal han impuesto como condición para que Aeaea pueda recibir nuevos miembros. Intuís al leer sus líneas que esas pruebas serán peligrosas y quizás mortales. Pero ¿acaso no es mejor que la situación en la que os encontráis?

Pero esos negros pensamientos parecen quedar muy lejos en esa soleada mañana mientras dejáis atrás el casco urbano de Naxos hacia el islote del templo de Apollo. Este es un islote rocoso situado al norte de la ciudad donde reposan las ruinas de un antiguo templo dedicado al dios de la profecía, la medicina y la música.

 

 

Para cuando llegáis ya hay dos hombres esperándoos, así como un pequeño barco de pesca, con un ojo de la fortuna pintado en su proa. Parecen estar departiendo entre ellos en griego, con fluidez uno de ellos y de forma más dubitativa otro. El que habla un griego con un fuerte acento se presenta como Spurius un mago del lejano Tribunal de Stonehenge. El otro se presenta como Aristides ex Mercere un Boina Roja del Tribunal de Thebas encargado de llevaros en su barco a Pieri.

Con un gesto amable os anima a presentaros.

Notas de juego

Podeis rolear libremente para presentaros unos a los otros.

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21/03/2020, 00:32
Parzival

¡Grecia! Atrás quedaron los días de lluvia sin fin de Germanía. El sol que recordaba de mi infancia y que tanto eché de menos en el pasado y que estas últimas estaciones añoré mientras arreglaba mis asuntos en Triamore, pero por suerte el viaje se había pasado volando, de una manera bastante literal.

Nuevos sodales a los que conocer. Viejos amigos con los que reencontrarse. Una maravillosa carta de Constans en una bella Alianza. Desafíos ante nosotros que superar. Nuestra valía una vez más a la Orden mostrar y fama alcanzar. Sí, todo saldría de mil maravillas, sin duda los dioses estarán de nuestro lado. Bastantes. Unos pocos al menos. Sí, todo saldrá a pedir de boca.

Disfrute de un agradable paseo por el puerto de Naxos vestido, como siempre, con finas telas, mis dedos engalanados con anillos y pulseras en mis muñecas, amén de los dos collares de mi cuello y el pendiente de mi oreja, todo de plata finamente trabajada, la envidia de cualquier orfebre, mi mejor carta de presentación para captar nuevos clientes.

Mas hoy no era un día de negocios. No hacía falta tampoco. La bolsa estaba llena y a la postre tenía ya una cita a la que sería descortés llegar tarde.

Admiré las ruinas del templo con ojo crítico. Las piedras eran de excelente calidad. Servirían bien para otras construcciones en la isla, a Apollo ya no le harían falta, ¿verdad? ¿Quién adoraba hoy a los antiguos dioses?

Elster se posó de nuevo en mi hombro tras haber estado largo rato revoloteando. Ya veía a dos hombres. A uno desconocido y a otro cuya visión ensanchó la sonrisa de mi rostro. Llegué hasta él para darle un abrazo efusivo.

- ¡Aristides! ¡Cuánto tiempo! ¡Qué alegría!  - hablándole en un Griego efusivo y separándome un poco de él le cogí con emoción los hombros a ambos lados – Te ha tratado bien la mar. Me alegro enormemente de volver a verte, viejo amigo.

Giré el cuerpo para presentarme con mi griego fluido al que no conocía.

- Salve sodale. Soy Parzival ex Mercere, seguro que Aristides ya te habrá hablado de nuestros viajes por el Egeo. Es un placer conocerte. – tras la presentación - ¿Cómo? ¿De Stonehenge? – silbé – Eso es verdaderamente lejos, sodale, ¿os uniréis también a Aeaea? ¿Y a qué Casa pertenecéis? – siempre con una sonrisa en los labios y unas maneras seguras de quien se siente cómodo consigo mismo y hace a los demás sentirse cómodos con él.

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21/03/2020, 19:53
Gargouille

Gargouille era el prototipo de cruzado: francés sin oficio ni beneficio, en busca de un destino mejor aún a costa de otros. Bueno, en este caso estábamos hablando de un Bonisagus, excelso miembro de la Orden de Hermes, de aquellos a los que se les suponía debían hacer avanzar la Teoría Mágica y desentrañar nuevos misterios para facilitar su incorporación a las Artes de sus miembros. Incluso tenía un objetivo nada menor: hacer resurgir a los Dragones de sus cenizas. No había población o cultura que no hablara de la proeza de algún augusto caballero que exterminó a una de aquellas portentosas criaturas. Y desde aquel mismo momento, desde aquel asesinato, la magia había ido desapareciendo del mundo. El cristianismo había ido de la mano de aquellos jinetes enfundados en brillantes armaduras y con su acción habían sentenciado sus regiones a un futuro sin magia. Gargouille pensaba que tal situación se podía revertir.

El camino estaba, no obstante, plagado de dificultades: pese a sus grandes capacidades y aptitudes, desarrollar el ritual necesario para invocar un dragón, un verdadero dragón, sería un proyecto de años, sino décadas, de dedicación exclusiva. Debía a mejorar y mucho sus Artes para esa tarea específica. Necesitaría una buena biblioteca o acceso a grandes cantidades de vis y un laboratorio. Luego vendría el desarrollo. Y finalmente la ejecución del ritual precisaría no menos de una docena de peones de vis o más. Para todo ello era menester, por pura conveniencia, pertenecer a una Alianza con fuentes de vis y una buena biblioteca. Dragon's Rest, la Alianza en la que había realizado su aprendizaje, no era un lugar así. Como tampoco lo era el Tribunal Normando, un lugar tan invadido de mundanos y Dominio que tenía serias dificultades para abastecer a sus miembros de vis o siquiera libros... Aquel lugar era una inspiración a la par que una jaula.

Gargouille había escapado de la prisión que suponía Francia y hacía 5 años vagaba por el mundo en busca de una Alianza donde establecerse. Hasta el momento no había tenido suerte, consiguiendo tan solo trocar sus servicios como mago de laboratorio, como copista o incluso como resuelve-problemas para las Alianzas por las que pasaba a cambio de manutención y acceso a libros con los que ir perfeccionando sus Artes.

La carta de Constans ex Jerbiton resultó una bocanada de aire fresco para el Bonisagus. Suponía la oportunidad de resolver de un plumazo las necesidades que tenía para conseguir alcanzar el objetivo que se había propuesto y que nunca andaba muy lejos en su mente: convocar el dragón. 50 peones de vis y la pertenencia a una Alianza... Sería casi un sueño hecho realidad.

Partiendo desde Durenmar aquel mismo otoño y gracias a los servicios de un Mercere, Cursus (Dietrich para los mundanos), no tardó en llegar a Bizancio y con sus modestos ahorros pudo no sólo pasar el invierno en la inmensa capital del nuevo imperio latino, sino también contratar los servicios de un profesor griego de latín para hacer el camino inverso del acostumbrado: aprender griego a marchas aceleradas.

Ya en primavera y contando apenas con unas pocas monedas en su equipaje, partió siguiendo las indicaciones que le dieron para llegar hasta Aeaea. Recaló en muchos sitios, siendo el más relevante de ellos un monasterio griego, el de Panagia Xenia, en la zona de Tesalia, un monasterio donde encontraría no sólo monjes que no reaccionarían mal a su Don, sino también el rastro de una maga anacoreta seguidora de Criamon en forma de un discípulo al que habían aleccionado para que le acompañara. La maga era Briseida ex Criamon y su joven aprendiz, Stavros. La primera era tan misteriosa que no llegó a conocerla ni verla y el segundo un prometedor mago de Animal, probablemente. Visto lo visto, Gargouille (que para los mundanos ahora se hacía llamar Stylianus) hizo uso de su prerrogativa de Bonisagus para adoptar (forzosamente) aprendices prometedores para hacer de ellos grandes magos que ayudaran a avanzar en la Teoría Mágica.

Partiendo el mismo día que adoptó a Stavros como su aprendiz, no pasarían muchos más días antes de llegar hasta Naxos y embarcarse a su ruinoso santuario de Apolo. Durante esos escasos días Gargouille le explicaría en su deficiente griego a Stavros quién era él y a qué se dedicaba, porqué tenía derecho a tomarlo a su cargo y que él se encargaría de completar su formación. Gargouille podría ser fácilmente descrito como un mago bondadoso. Uno, eso sí, que quería invocar un dragón. Si eso podía realizarse o eran las locas aspiraciones de un desquiciado, eso estaba por ver. Pero lo cierto es que contaba con la compañía de un pequeño dragontópodo muy escurridizo que respondía al nombre de Dytwin, tras llamar "advenedizo" a Stavros con evidente desdén, desapareció de su vista y sólo iría reapareciendo para las comidas restantes.

─Salve, sodales ─dijo el francés acercándose al reducido grupo de, esperaba, magos latinos─ Soy Gargouille filius de Vocatrix, seguidor de Bonisagus, del Tribunal Normando ─añadió en un latín pronunciado con cierto deje afrancesado─ Imagino que estamos todos aquí por lo mismo, ¿Aeaea?

El mago hermético se presentaba así, sucio de polvo del camino, un tanto cansado y con un aprendiz a remolque. De su pequeño dragontópodo no había ni rastro, pero no estaría muy lejos. Las cosas tal vez no habían ido como esperaba, pero estaban de una pieza y a punto de embarcarse en una gran aventura.

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21/03/2020, 19:58
Aristides ex Mercere

Cambiando con facilidad al latín el Mercere saludó a ambos magos.

Bienvenido Gargouille de la lejana Normandía. Y bienvenido también este muchacho que te acompaña ¿acaso tu aprendiz? dijo frotandose la barbilla Y bienvenido tu también Parzival, dichosos los ojos que te ven lejos del cepo o de las faldas ajenas. ¿Supongo que no te habrás metido en problemas viniendo hasta aquí? dijo enarcando una ceja con obvio interés por oir las últimas travesuras del joven y bien plantado mago.

En efecto amigos, la Igetis de Aeaea la astuta dama Constans me ha pedido que os escolte en mi embarcación hasta la isla de Pieri. Dijo señalando hacia la pequeña nave fondeada junto al islote del templo. Aunque esperamos creo a dos voluntarios más. Una vez esteis todos reunidos será el momento de ponernos en marcha no sin antes pedir a Eolo propicios vientos.

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21/03/2020, 22:19
Parzival

- Jajajajajaja – se río de buena gana al comentario y pregunta de Aristides – Los dioses me cuiden de meterme en líos jajajaja Aunque probablemente haya alguna jovencita en Siros que se haya alegrado de conocerme – guiñándole un ojo cómplice – Si Eolo decide dejarnos a nuestra suerte, sabes que bien podrás contar conmigo para favorecer nuestro rumbo. – con un nuevo guiño antes de girarse al Bonisagus.

- Parzival ex Mercere filius Feirifis – tendiéndole una mano amigable – Es un placer conoceros, sodale. ¿Y este jovencito de aquí? – preguntó mirando a Stavros - ¿Hijo o aprendiz? – pregunto con una sonrisa amable – Y en cualquier caso, ¿tiene nombre por el que llamarle? – inquirió dirigiendo más la pregunta al muchacho que al mago.

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22/03/2020, 01:47
Anguis

Antonello se había criado en Venecia, el sol, la brisa marina y el buen clima eran para él lo habitual. Atrás habían quedado sus duros días como aprendiz, había pasado más tiempo enfermo que sano por deseo de su parents, así una a una fue superando o curando todas y cada una de las afecciones. Curtiéndose no solo como magus, sino como hombre, los guanteletes de la casa Tytalus eran de los más duros en la Orden. Belraphazor, su parents, se había desvelado como uno de los Tytalus que se enfrentaban con el máximo exponente en la faz de la tierra, la lepra, y como parte del guantelete le había propuesto a su aprendiz que le hiciera enfermar o que le sanara. Pocas ordalías podrían ser más inalcanzables para un aprendiz, sin embargo los Tytalus no solo miden el guantelete por sus capacidades mágicas, sino por su afán de superación.

En su juventud dentro del seno de la familia Foscari se creyó que sería adecuado utilizar los vividos sueños del pequeño Antonello, pues sus visiones solían entrañar algo de verdad. Su avaricia les llevó a recurrir a un extraño tutor quien en lugar de enseñar al niño a controlar su Don le enseñó primero a mentir a su familia, así Belraphazor no solo ganó un buen dinero sino que empezó a aleccionar a su nuevo aprendiz. Y tal y como había empezado sus enseñanzas terminaron, de mentira en mentira el pequeño Antonello se convirtió en el joven Anguis ex Tytalus, no contento con las exigencias de su maestro este se marchó jurando que derrotar a la enfermedad no entrañaba misterio alguno. Él marchaba para derrotar a la propia muerte, ese día al irse sin mirar atrás tal vez se ganó un ápice del respeto de su oscuro parents, aunque este jamás lo admitiría.

Con el cuerpo debilitado por años de enfermedades Anguis quiso empezar sus estudios con unos buenos cimientos, tenía todo un mundo de magia a su disposición, pero lo dejó de lado, lo dejó de lado para empezar por el principio. Volvió a casa con los Foscari, una alegría de recuperar a un hijo perdido, pero el joven Tytalus tenía otros planes. Con los fondos y el prestigio familiar no le costó mucho convertirse en Magister en Medicina en la escuela de Salerno, la más prestigiosa en su campo. Antonello demostró ser un genio, aunque uno sagaz y conflictivo; utilizo a la escuela cuanto pudo al igual que ellos trataron de usarle a él. Pocos eran aquellos que podían hacer frente a sus ardientes disputatio. Llegado el momento, cuando la escuela dejó de aportarle nada hizo lo mismo que con su familia, darles de lado.

Con los años pudo formar parte de un pequeño contubernio llamado Mare Nostrum, allí se esforzó en eliminar sus deficiencias teóricas sobre la magia empezando a desarrollar su método de trabajo para vencer a la muerte. Nada de tonterías espiritistas, ni antiguas nigromancias, no, él quería encontrar su propio camino. Él conseguiría reproducir la chispa de la vida o robarla si era necesario, siendo un médico de prestigio pocos le ponían pegas a sus servicios, incluso empezó a destilar pociones de longevidad para otros con unos fructíferos resultados. Todo era cuestión de tiempo, tendría toda la eternidad para aprender otras artes o distracciones, para él los otros sodales eran como abuelitas tejiendo ganchillo ¿qué gracia tenía medirse con eso?

Al recibir la carta de Constans su maquiavélica mente pensó por supuesto, un reto, un desafío ¿para él?lo dudaba, aunque el premio le tentaba. Por fin un lugar donde asentarse, olvidarse de distracciones menores y enfocar sus esfuerzos en lo único.

Agradeció haber recurrido a los clásicos en varias ocasiones, una infinita fuente no solo de sabiduría en forma de medicina, sino también de la filosofía socrática con la cual su casa estaba tan familiarizada. Al releer la carta no podía evitar sonreír, Circe la titanesa, un titan y un miembro de la casa Tytalus juntos. ¡Oh! eso iba a ser digno de ver.

Sumido en sus pensamientos dejó de mirar la costa, las olas le bañaban las botas aunque estas no se mojaban, miró a los que ya habían llegado y dejó de lado la estúpida caña de pescar que tenía en las manos. A medida que aquel sucio, maloliente y enjuto pescador se acercaba al grupo pudieron escuchar como algunos de sus huesos crujían a medida que volvían a su sitio, como sus piernas se enderezaban en lugar de caminar torcidas y como sus rasgos se definían bajo una tersa capa de excelente manufactura. Llevaba un tiempo esperando, pero le gustaba escuchar, uno siempre era esclavo de sus palabras. 

Avanzó con un elegante bastón, no por necesidad sino por decisión propia.-Esto si que es digno de ver, se convoca una ordalía y acuden aprendices ¡bravo!.-el acento italiano en su latín era imperceptible, pero la exultante expresión final no daba lugar a dudas. De manera intencionada el hombre no hizo referencia expresa al niño.- Anguis ex Tytalus, filius Belraphazor veo que tanto por retos como por mujeres todos venimos de lejos. Supongo que quien falta debe ser el más alejado o en lugar de con la gracia de Eolo se ha encontrado con sus flatulencias por el camino. ¿deberemos esperar mucho más?-el Tytalus sonrió con acidez ante su propio comentario, si uno llegaba tarde sería uno menos con el que competir.

Notas de juego

Perdonad el tochopost, sencillamente al final me emocioné y lo convertí en postpresentación de Pj siguiendo un poco la linea de Glinaur.

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22/03/2020, 09:40
Tetis

La carta de Constans había sido para ella lo que el fuego de Prometeo a los hombres. Dos años tras la caída de su Alianza, Caeruleum Templum, nada había mejorado. A decir verdad, casi se sentía como si empeorase. Los rumores se mantenían y la mezcla de miedo y odio estaban empezando a resultar demasiado extenuantes para ella, acostumbrada a una vida más fácil, más sencilla, dedicada a su magia y a sus quehaceres como sacerdotisa de Okeanos. Las promesas de vis y la posibilidad de iniciar una nueva vida junto a otros sodales eran todo cuanto deseaba. 

Aún sin apenas recursos, el viaje no había sido horrible. El mar cuidaba de ella y le daba lo suficiente para subsistir, que junto a su quebrada magia la habían llevado sin problemas al puerto. Algo cansada, se demoro un poco en reunirse con los demás, dando vueltas por el mercado y el puerto, disfrutando del día y mezclándose con el gentío. Nada de cuchicheos a sus espaldas, nada de miradas acusadoras. Era irónico, pensó, que entre mundanos se sintiera ahora más a gusto que entre muchos de sus sodales

Las primeras impresiones eran la base de todo: una de las pocas lecciones útiles que había recibido de niña. Con esa idea en mente, se lavo, peinó su cabello moreno y se aseguró que su túnica estuviera limpia, sin rasgones ni costuras sueltas en el patrón azul. Satisfecha, caminó al punto de encuentro, solo para descubrir que era la última en llegar. Los allí reunidos parecían estar departiendo de forma alegre y Tetis se unió a ellos, entrando con paso decidido y una sonrisa. Su gesto se hizo aún más pronunciado al descubrir a un chiquillo entre los adultos.

—Salve sodales. Soy Tetis, de la casa Merinita, filia Ardides. Espero que los dioses os hayan sido benévolos en vuestra travesía, tanto como lo han sido conmigo —dijo, dejando claro que había escuchado la última parte del comentario de Anguis.

Notas de juego

Creo oportuno indicar que Tetis tiene Presencia +2 y una mala Reputación de nivel 3 por Maestro Infame.

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22/03/2020, 20:11
Parzival

Saludó a Anguis recibiéndolo con una mirada larga y evaluativa, además de su sonrisa, y tendiéndole la mano tras presentarse como ya había hecho anteriormente con Gargouille .

La mirada a Tetis fue ligeramente más evaluativa y la sonrisa algo más ancha y brillante.

- No fueron ni la mitad de benévolos que ahora que os han traído a vos, sodale. – dijo presentándose como antes, pero tomándole la mano con la clara intención de besársela galantemente, si ella lo permite.

Notas de juego

Creo igualmente oportuno mencionar la Presencia +2 (Cautivador), Comunicación +2 (Voz Acaramelada) y Bendición de Venus de Parzival ^^

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22/03/2020, 21:01
La Voz Homérica

Así pues ya estamos todos. Dice el Mercere levantandose de un salto. Sin más demora buenos sodales ha llegado la hora de que os lleve a la isla de Pieri. 

El mago británico se dispuso a seguirlo mientras miraba con mirada turbía al grupo ahí reunido. En efecto también he venido a unirme a Aeaea joven Parzifal, y en un futuro referíos a mi como Maestro Spurius ex Miscellanea. Os informo que he acudido a tomar las riendas de esta Alianza así que acostumbraos a mostrarme la debida referencia.

Y con paso altanero se dispuso a seguir a Aristides. Recogiendo vuestras cosas, los cuatro magos y el de momento silencioso aprendiz, os subisteis a la pequeña embarcación y mientras Artistides entonaba una canción marinera en griego empezasteis a surcar las aguas con una facilidad que juraríais tiene algo de sobrenatural.

El viaje hasta Pieri os llevó medio día y llegasteis ahí a primera hora de la tarde. Lo primero que llamaba la atención eran los blancos acantilados de la isla, resplandecientes bajo el sol. Cuando os fuisteis acercando pudisteis ver que la isla, de forma alargada, ascendía entre olivares, campos de pastoreo y finalmente bosques de pino hacía una colina encima de la que se intuía la forma de un grupo de edificios.

Ahí la teneis Aeaea. Normalmente os dejaría en el puerto de Pieri dijo señalando a otro punto de la costa donde pudisteis ver un pueblo que ascendía por la ladera, casas blancas y sorprendentemente cinco molinos de viento así como un puerto donde reposaban dos galeras y una coca. Pero hoy mis instrucciones son dejaros ... ahí y señaló una pequeña y rocosa playa situada justo debajo de la Alianza, entre los acantilados se podía intuir una empinada escalera tallada en la roca.

Por fin Aristides echa el ancla, el agua de un brillante azul y el rumor de las olas contra los acantilados os dan la bienvenida a Pieri. Parece ser que habrá que mojarse pero el agua no es profunda y no parece fría.

En la pequeña playa rocosa solamente hay acuclillada una mujer vestida con un sencillo chiton seguramente una sirviente o una escalva. Al oir los chapoteos levanta la cabeza y os mira mientras os acercais.

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22/03/2020, 21:28
Parzival

- Por supuesto, Maestro – replicó Parzival con tono humilde y una pronunciada reverencia, y un guiño divertido con una sonrisa a Tetis cuando se levantó de la reverencia y Sanley les daba la espalda.

Sin demora siguió a Aristides y se unió a él tarareando por lo bajo la canción, aunque dejaba claro que la música no era uno de sus dones, pero pronto le interrumpió la urraca que viajaba en su hombro para darle una cháchara incesante en un idioma extranjero, germano probablemente. Por los gestos del joven mago quedaba claro que la conversación no terminaba de ser de su agrado y que le pedía varias veces que guardara silencio, lo que el ave tardó un largo rato en hacer.

 

Miró el agua del mar. Su ropa. A la urraca.

- Echemos el vuelo. – le dijo resueltamente acompañado de un gesto de cabeza.

 

Se puso de pie en la proa del barco mientras la urraca ya alzaba el vuelo.

- Eolo envíame tus vientos favorables para aterrizar en la suave arena. – dijo al viento y dando un salto adelante y echando a volar con una fuerte ráfaga de viento para elevarse por encima de las aguas.

La intención debía ser aterrizar elegantemente sobre la arena, pero por un instante pareció que iba a chocarse contra las rocas de los acantilados hasta que en el último instante logró retomar el control de los mismos y evitar el golpe final, para desviarse hasta la arena donde aterrizó sin mayores daños, salvo su ego herido y una entrada mucho menos triunfal de la que imaginaba en su cabeza.

 

No perdió el tiempo en atusarse la ropa para aparentar que no había ocurrido nada, al igual que Elster no lo perdió para posarse en su hombro y comenzar de nuevo su cháchara germana que sonaba a la bronca de una madre a un hijo por su imprudencia, a la que contestaba con un semblante de “no sé de qué me hablas”.

- Tiradas (5)

Motivo: Vientos

Tirada: 1d10

Dificultad: 29+

Resultado: 1(+23)=24 (Fracaso) [1]

Motivo: Vientos - Abierta

Tirada: 1d10

Dificultad: 25+

Resultado: 6(+29)=35 (Exito) [6]

Motivo: Precisión

Tirada: 1d10

Dificultad: 9+

Resultado: 10(+7)=17 (Exito) [10]

Motivo: Precisión - Pifia?

Tirada: 3d10

Resultado: 13 [3, 6, 4]

Motivo: Precisión - reintento?

Tirada: 1d10

Dificultad: 9+

Resultado: 6(+7)=13 (Exito) [6]

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22/03/2020, 21:57
Anguis

Anguis lucía una malévola sonrisa sardónica, en lugar de estrechar la mano de Parzival le dio sendos besos en las mejillas como buena costumbre italiana. No parecía un gesto sobreactuado, aunque tal vez si para los extranjeros.-Tan benévolos que nos han otorgado el don de la paciencia hasta vuestra arribada. Los gravados de la barca bien seguro nos auguraran un buen destino.- al Tytalus le daba igual la tardanza, pero le agradaba conocer a la gente, como reaccionaban como respiraban. Era totalmente irónico que una mujer tuerta viajara amparado por una barca que portaba el símbolo de un ojo, cada cual podía hacer sus propios chistes el ya tenía ideas para rato.

Le hizo gracia el galante Mercere para con sus cumplidos, y entonces intervino Sanley. Anguis no era un justiciero, ni mucho menos más bien la serpiente en el jardín de Edén, si el ingles quería guerra la tendría.-¡Oh! cuan afortunados somos de contar con un "Maestro" entre nosotros ¿y qué habéis venido a enseñarnos si se puede saber sodales? Aunque no puedo sino reparar en que un maestro no es nada sin alumnos, y el único aprendiz no parece vuestro. Cualquiera diría malinterpretando vuestras palabras que habéis venido a dar un golpe de estado en lugar de aceptar un reto, acostumbraos a usar las palabras adecuadas no sea cosa se os confundiere con algo bastante más ridículo que un maestro. Pero no os preocupéis yo siempre os trataré absoluta referencia en base a los modos que uséis "sodales".-la lengua era una letal combinación de melosidad y acidez. Un ser crítico por antonomasia, acostumbrado a retorcer y ejercer el poder de  las palabras.

Al llegar a Pieri no pudo más que contemplar las vistas en esperas a desembarcar.-¡Sodales Parzival, soys hombre de altos vuelos sin duda!¿Tal vez el maestro quiera darnos una lección?- Anguis invitó a Spurius a bajar primero con una holgada reverencia. Por su parte el Tytalus comprobó la profundidad se mojó un poco la cara para despejarse, tras un estiramiento por el tiempo confinado en el barco murmuró algo en voz baja y puso primero un pie a escasos centímetros del agua. En breve se alzaba de pie sobre el agua sin llegar a tocar esta, con las botas sujetas en sus manos, algún tipo de fuerza invisible parecía empujarle poco a poco hacia la orilla donde una vez hubo llegado hasta la arena seca se calzó antes de tocar esta.

- Tiradas (1)

Motivo: Esp. Corpus

Tirada: 1d10

Resultado: 4 [4]

Notas de juego

Por si no lo hice bien:

Re Co
Base 4 Move target slowly straight up, or in one direction over surface that cannot support it.
Rango Personal +0
Duración: Diameter +1 Imagino que con dos minutos podre llegar a la orilla.
Target: Individual +0

Por tanto lvl 5x2=10 al Hacerlo Espontaneo.
P.D: Com +3
 

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22/03/2020, 23:22
Tetis

Sin oponerse dejó que el apuesto Parzival besara su mano, halagada. Un buen comienzo, salvo por la prepotencia que Spurius demostró a continuación declarando su autoridad. Estaba muy equivocado si pensaba que se iba a imponer sobre ella con esos modos pero calló. Ella era una recién llegada y si él iba a ser líder puede que tuviera cualidades que no estaban a la vista.

Aprovechando el viaje, terminó de presentarse a los restantes magus e hizo algunas preguntas banales para amenizar la última parte del recorrido; sobre su viaje, sus lugares de origen, por sus ropas y otros detalles nimios. Con todo ello esperaba evitar silencios incómodos... o responder preguntas delicadas sobre ella misma.

Casi sin darse cuenta, llegaron. Sus ojos se quedaron prendados de aquella isla, su mente tratando de grabar cada recoveco y cada cala. Definitivamente tendría que visitar sus recovecos y calas, pensó, mientras desembarcaba con el resto. Disfrutando de la caricia del agua en sus pies, no pudo evitar una risita al ver el traspiés de Parzival. La gracia con la que este tomó el incidente mejoró incluso más la idea que estaba empezando a concebir sobre el alegre Mercere.

—Me pregunto cuales serán los retos que nos aguardan... —murmuró, sin dirigirse a nadie en concreto. 

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23/03/2020, 03:15
Stavros Ionnidis

Por mucho que los gentiles congregados en aquel lugar trataran de arrancar unas palabras de la boca de aquel niño que, para sorpresa de los presentes, se encontraba embozado en un grueso hábito de monje, la cortesía demostrada no conseguía otra cosa que ocultarlo todavía más tras las espaldas de Gargouille. De vez en cuando, unos ojos profundos y furtivos se deslizaban bajo la pesada capucha de arpillera y se asomaban por detrás de unos de los brazos del francés, pero, en cuanto sentían que su curiosidad estaba ganando demasiado protagonismo, estos volvían nerviosos a su escondite.

Durante el transcurso de la conversación en el puerto, el infante guardó silencio y no osó separarse más de un palmo de su maestro, en ocasiones imposibilitándole a este el libre movimiento, incluso llevándole al extremo de casi hacerle perder el equilibrio. Una vez embarcados, la situación fue todavía peor, ya que la traicionera brisa que propulsaba el navío consiguió lo que hasta el momento nadie había logrado. Un envite de aire sacudió con violencia la arpillera y la cara del importunado muchacho fue bañada durante unos pocos segundos por el radiante sol del Mar Egeo.

Una cabeza, quizás demasiado redonda y coronada por una cabellera rala y lacia de tono ceniza, lucía un cuero pálido bajo los cegadores rayos de luz. La cetrina piel, casi enfermiza, de su rostro parecía enrojecerse por momentos ante la exposición solar, haciendo que la múltiples venas y capilares que trepaban por cuello y cara se hicieran cada vez más visibles. Del mismo tono que su tez eran sus labios, que finos e inertes se apretaban con fuerza, intentando contener toda la vergüenza que aquel pequeño cuerpo envuelto en yute estaba soportando en aquellos precisos momentos. Aunque lo más significativo del descubrimiento del aprendiz fue su mirada. Unos ojos profundos cuya tonalidad escapaba al exacto discernimiento por precisamente ser exageradamente hondos fulminaban uno a uno a los presentes, como si con ello pretendiera silenciar cualquier comentario o burla surgida de tan espontáneo y desafortunado hecho.

El destape duró segundos y, aunque para el niño fueran horas de bochornosa exposición, casi nadie pareció reparar en el acontecimiento. Al llegar a su destino, una rocosa playa cercana al puerto de Pieri, los pasajeros se dispusieron a tomar tierra. La línea de costa todavía se encontraba a unos pocos metros y cada uno debía encargarse de salvar aquella distancia de la forma que considerarse. Hubo quien no tuvo reparos en bajar de la barca y recorrer la distancia a pie, pero los más osados consideraron que la mejor manera de cruzar aquel húmedo camino era dejándose llevar por la brisa. Maravillado, el infante observaba las proezas mágicas de aquellas personas y, por un momento, el mal trago que acababa de pasar se quedó en el olvido.

¡Vaya!

Notas de juego

Siento no haber contestado a tiempo. Finalizar la ficha me tenía completamente absorbido, pero ya está. A partir de ahora os podré dar réplica sin problemas. Por cierto, Stavros tiene presencia -3. No es que sea un monstruo, pero es un niño bastante inquietante, no sólo por su aspecto sino también por su comportamiento. Lo que viene a ser un bicho raro, pero en este caso muy bicho y muy raro.

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23/03/2020, 10:52
La Voz Homérica

Los magos salvaron, cada uno a su peculiar manera, esos últimos metros de aguas de brillante color azul para llegar hasta la playa. Algunos lo hicieron volando (con mayor o menor fortuna) o caminando por encima de las aguas. Otros más pragmáticos sencillamente se arremangaron y chapotearon hasta llegar a la playa. Una vez todo su pasaje había dejado el navío Aristides se despidió con un sonoro Antió! pero para cuando los magos se volvieron su barco parecía estar ya alejandose raudo sobre las olas.

Mientras aun os estais recomponiendo Spurius se acerca directo hacia la sirvienta. Dirigiendose a ella en latín, a fin de cuentas el idioma "oficial" de la Orden, la interpela.

Atiende mujer ¿Donde está Constans ex Jerbiton? ¿Y por que no ha acudido a recibirnos? dice levantando la voz Mis acólitos y yo mismo hemos hecho un largo viaje para poner algo de orden en esta Alianza y este Tribunal. Merecemos la cortesía de un mejor recibimiento  ¿me oyes mujer? ¡Responde! 

Y con esa exclamación agarrandola de un brazo la hace levantarse. La mujer silenciosa lo mira un segundo antes de volverse a miraros a vostros y con voz queda preguntar en griego.

Decidme viajeros, ¿habla él en nombre de todos? ¿Es su voz la vuestra y sus palabras compartiis? 

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23/03/2020, 11:29
Parzival

- Oh, mi señora, quien así habla lo hace con su propia voz y es preso de sus propias palabras. Dejadme que sea yo preso de las mías, que no me han de faltar, y no de las de quienes carecen del menor sentido del decoro y la deferencia, además de mostrar su poca percepción y el abotargamiento de su seso. – le replica en griego fluido sin acento educada y galantamente con una de sus arrebatadoras sonrisas .
- Además, - mirándose las uñas – creo que ni mi pater se dirigió a mi vez alguna como acólito, así que no veo motivo de momento para comenzar a considerarme como tal de nadie.
Tras lo que clavó su dura mirada en Spurius.
- Maestro Spurius, ya que preferís tal trato y os tenga la debida deferencia, - comenzó en latín – os solicito que soltéis a esta mujer y refrenéis vuestro tono y vehemencia. Hasta que se demuestre lo contrario todos somos aquí invitados libres e iguales, y debemos mostrar la debida deferencia y gentileza a quién nos recibe, independientemente de su condición. Ahora, por favor, soltad a esta buena mujer, dejad que se explique y que nos guíe a donde su señora le haya encomendado guiarnos. – con un tono neutral, quizás ligeramente duro, que dejaba claro su educación, pero que no se consideraba inferior a él.

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23/03/2020, 13:45
Stavros Ionnidis

Ante la súbita demostración de violencia del hombre que se hacía llamar Spurius, el niño dio un respingo y se ocultó más todavía tras su maestro. Recuerdos de años de abusos acudieron raudos a su mente y le hicieron estremecerse al sentir nuevamente los empujones, los insultos y los bofetones.

El muchacho alzó su mano y dio un leve tirón de las manga de Gargouille para llamar su atención. Un hilo de voz surgió de sus finos labios buscando aval a la reprobación que este claramente sentía.

"Maestro, eso no está bien."

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23/03/2020, 18:48
Tetis

Con paso ágil se interpuso entre Spurius y la mujer, agarrando la muñeca de este. Podía pasar por alto la arrogancia y los malos modos pero esto era cruzar una línea. Incluso aunque esa mujer solo fuera una grog o una esclava, semejante arrebato la obligaba a intervenir. Adiós a pasar desapercibida...

—Soltadla —dijo en latín mientras alzaba los ojos, desvelando la llama de un enfado creciente— y escuchad lo que tienen que decir el resto de sodales. 

No apretó la mano. Aunque decidida a plantarle cara, no quería que su gesto se considerase como un ataque. Su último juicio aún estaba fresco y no tenía el menor deseo de acabar en otro.

—No te preocupes —comentó a la mujer en griego, su lengua natal—, no te hará daño mientras yo esté aquí.

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23/03/2020, 20:10
Anguis

El Tytalus se acabó de calzar las botas acercándose a Tetis y Spurius, llamando la atención de este para que se girase hacia él. En es momento abrió la mano de golpe soplando con fuerza a un manojo de arena que había ocultado directo a los ojos de su molesto sodales.-¿Acólito?¿acolito decís?Hay más sensatez entre los granos de arena de esta playa que no en vuestra ahuecada cabeza, con mi gesto no he hecho más que infundiros la sabiduría de la que tanta carencia hacéis gala.

Este petimetre solo puede aspirar a hablar por el mismo, y aún así parece tener dificultados para hacerlo en manera coherente. Con tan baja verborrea y tan grandes ínfulas, maestro dice ¡bah! valiente patán-el Tytalus hablaba en un griego mucho menos fluido que el de Parzival, pero aún y así tenía cierta soltura en su reprimenda. Para sorpresa del resto Anguis fue hacia la mujer haciéndole una sincera reverencia.-Lamentó que hayáis tenido que presenciar tan lamentable espectáculo en vuestra propia morada, sois un gran anfitriona tal y como dictan los viejos caminos. No debíais haberos molestado en acudir, lamento en sobremanera mancillar así vuestra lengua, espero ponerle fin a esta tortura para vuestros oídos lo antes posible.-el magus parecía intuir quien era la mujer o de parte de quien vendría. No se mostró sumiso, pero si educado y respetuoso como un invitado digno.

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24/03/2020, 13:22
Circe

La mujer sacude el brazo y aprovecha para soltarse de Spurius cuando el Tytalus le arroja arena a los ojos. Mientras el mago ex Miscellanea aun está sacandose arena de los ojos y maldiciones la mujer extiende el brazo y señala a Anguis.

De ningún hombre espero protección o clemencia. Mi poder y mi nombre en mucho superan los vuestros. No pongais sobre mi la mascara del juguete desvalido. Y volviendose para señalar a Spurius remata En cuanto a vos, ya portais las maneras del puerco, solo es de esperar que a partir de ahora porteis también su estampa.

Y en ese momento el mago inglés se tambalea en lo que parecen dolorosas combulsiones. Su espalda ser arquea y cae a cuatro patas, se revuelve y trata de gritar o hablar pero rapidamente sus sonidos no son más que gruñidos. Oiis crujir los huesos mientras su boca se convierte en hocio, su espalda se arquea y sus extremidades se acortan. En cuestión de momentos un grueso jabalí de pelo marron con una estirpe rubia en el lomo sale desembarazandose de los ropajes que fueron de Spurius. 

Con un último gruñido sale corriendo por las escaleras que dan salida a la cala para perderse de vista.

No os demoreis ya más. Constans, la prudente, os espera en el salon de su  gynaikeum, las libaciones os han sido servidas y su prudente consejo debeis escuchar. En verdad os digo, no os demoreis más.

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24/03/2020, 13:36
Anguis

El Tytalus sonrió para si con una mueca, el final del maestro había sido de lo más meritorio que habría conseguido en su vida. Los rumores sobre los misterios del Tribunal de Thebas quedaban confirmado, bueno sería andarse con pies de plomo.-A la vista saltan vuestra propias gestas, de nadie quiero reclamar mérito alguno que no sea mio.- le asintió con la cabeza dando a entender que respetaba su fuerza y su poder. Con un mero gesto educado de despedida se dispuso a ascender por las escaleras en busca de Constants, al menos el resto no habían mordido el anzuelo; aquello se ponía interesante por momentos. Todavía quedaban tres sodales más en juegos, le bastaba con que sobreviviera uno para que la Alianza pudiera constituirse de manera oficial.