Partida Rol por web

La noche de la llegada a la ciudad hubo celebración. Con la bolsa llena y el gaznate sediento era lo mejor que se podía hacer. Además de la alegría por la misión cumplida y ya casi cierto renombre que comenzabais a tener. Al menos ya no erais considerados tan forasteros como los primeros días. Algunos de los ojos se habían acostumbrado a veros.

Y no sólo la primera noche, la segunda y la tercera también fueron memorables. Quizá esa cerveza especiada tenía buena parte de culpa. Hoy era la cuarta noche, tras la cena llegaba la hora de las cervezas y la algarabía en la posada que os albergaba desde el primer día.

Hoy está casi lleno el salón de la posada. Casi todos los parroquianos tienen delante de una pinta y un pequeño plato con dátiles como aperitivo en cada mesa.

Algo llama la atención a tus oídos proviniete de una de las mesas que estaba al lado: “Manari, que no es la forma... Sabes que prefiero métodos más discretos”

Manari... ¿De qué te sonaba aquel nombre? Entonces caíste. Ese fué el motivo por el que viniste tan al sur. Tus antiguos compañeros iban buscando a un tal Manari que podía tener interés en reclutar a algunos aventureros.

Los últimos días habían sido los mejores desde la llegada a aquel lugar. El ánimo estaba alto, la cerveza y la comida corría sin cesar y estaban recuperados de los últimos enfrentamientos. Eadar saboreaba la pinta sobre la mesa y su mente volvía al norte.

Las caras de muchos parroquianos ya eran habituales para el montaraz y sus amigos. No es que se sintiera como en casa pero sí que se encontraba confiado en aquel lugar. Alzando la jarra de cerveza preguntó a sus compañeros:

-¿Dónde nos llevarán nuestros pasos ahora, compañeros? ¿Al norte?, ¡más al sur si cabe? No me gustaría adentrarme mucho más en estos desiertos sureños.

Me acerco a mis compañeros y les susurro:

- En la mesa de al lado está alguien que puede interesarnos...cuando me reclutaron en el Norte para venir aquí a hacer fortuna veníamos a buscar a un tal Manari. Buscaba aventureros para pequeños trabajos y algunos no tan pequeños...pero mis compañeros se dieron a las mujeres y a la bebida y se olvidaron de lo que venían a hacer aquí... - hago una pausa y añado - ...no sé si tenéis ganas de volver a la senda y correr alguna aventura más... 

La alegría se desbordaba alrededor nuestra, en la posada. Era un buen lugar para alegrar los corazones y alejar los malos pensamientos, y nosotros teníamos mucho que celebrar, y nos sobraban ganas para hacerlo. El humo de pipa hacía que mis ojos se entornasen, pero un trago de fresca cerveza reavivaba las ganas de hablar y escuchar historias.

Me reclino sobre mi cerveza, acercándome a Mut y sus susurros. 

-Por supuesto, ¡cuenta conmigo, amigo hobbit! Las aventuras que hemos vivido me han dado ganas de más, y suena interesante eso que cuentas.. Me gustaría saber más de ello.

Densa y oscura, y con un picor y sabor tostado que con el tiempo fue haciéndola cada vez más y más deliciosa, la cerveza fluye al igual que las risas y el bullicio de la taberna. Cuchicheos y griteríos por doquier acompañan a un trago y otro más, y la compañía de los muchachos más los lugareños que ya empiezan a hacerse conocidos vuelve todo más ameno.

"-¡Otra jarra más, mi buen amigo!- grito al tabernero y me paro con las manos esperando a hacer palmas y un calor latente en mis mejillas-. ¡Ho! ¡Ho! ¡Ho!  A la botella acudo para curar el corazón y ahogar las penas. La lluvia puede caer, el viento puede soplar y aún tengo que recorrer muchas millas, pero me acostaré al pie de un árbol alto y dejaré que las nubes naveguen en el cielo -canto lanzando un vítor y risas al final, y me siento de nuevo al percatarme que el amigo hobbit está hablando".

Escucho las palabras que comparte Mut y no puedo más que regocijarme y entusiasmarme ante la posibilidad de una nueva aventura. "- ¡Ja! Ganas me sobran y saben que pueden contar conmigo para aventurarnos en lo que sea... ¡salud!- digo, levantando la jarra para brindar".

El momento era tan agradable que hasta Angainor se animó con unos breves versos que obtuvieron el aplauso del posadero que justo pasaba por allí con el trapo a limpiar una de las mesas.

Mut hijo mención a la mesa de al lado y a lo que había escuchado, así como al motivo por el cual un mediano se había “descarriado” hasta tan al sur.

En aquella mesa había dos humanos, que hablaban en tono normal, aunque con la algarabía del local pues se tenían que hablar más alto de lo normal para poder escucharse entre ellos. Eran de pelo moreno, y piel ligeramente tostada, no vestían con malas ropas, aunque tampoco de forma demasiado pomposa.

Mirando con discreción hacia la mesa a quien Mut se había referido, y observando a los ocupantes de la misma, pregunté al mediano bajando mi voz:

-¿Los conoces, Mut? ¿Por qué dices que pueden interesarnos? -me intrigaba saber por qué el hobbit hizo alusión a tan lejanos acontecimientos en su historia.

Los ocupantes de la mesa parecían viajeros, no destacarían en la taberna si no fuese por la alusión de mi amigo. Esperé a conocer la relación entre ellos. 

- No lo conozco en persona...teníamos que reunirnos con él pero mis compañeros se dieron a la buena vida...no sé que sería de ellos pero fijo que se dedicaron a otros quehaceres... - me doy cuenta que me estoy yendo por La Cuaderna del Norte así que vuelvo al tema que nos interesa - ...puede interesarnos porque busca aventureros para trabajos bien pagados, o eso me comentaban mis antiguos compañeros. Al parecer buscaba gente del Norte para trabajos en esta zona, se debe fiar más si no son de aquí...y creo que está planeando algo por el tono de conversación...y buscan discreción para eso...

"- Si se fía o necesita de extranjeros será porque los lugareños algo saben que hará que eviten inmiscuirse en tal aventura- comento ante las palabras de Mut mientras fijo en la nada mi vista y tuerzo mi boca un poco-. Sin embargo...-digo y prosigo después de dar un trago a la cerveza-, la senda nuevamente se cruza ante nosotros y si debo ser sincero una aventura regocija mi espíritu y más siendo recorrida junto a buenos compañeros".

Rasco mi barba un momento y miro a Mut. "- ¿Sabes algo más, compañero hobbit... alguna relacionada a esa discreción? Tal vez se trate de una labor relacionada a lo que tú y tu antiguo grupo debían hacer- expreso".

Eadar escucha las explicaciones de Mut e intenta agudizar su oido por si consiguiese saber de que habla el hombre que referencia el mediano. Sin embargo el ruido es demasiado alto para escuchar nada más que las palabras de sus compañeros.

-Decís que teníais que reuniros con él y nucna lo hicistéis, maese Mut. Quizá sea el momento de completar vuestro viaje tan al sur. Yo, como nuestro compañero Angainor, estoy dispuesto a salir una vez más con vosotros en búsqueda de una nueva aventura. ¿Dónde y cuando debíais reuniros, maese Mut?

El grupo se plantea que hacer a continuación. Quizá completar aquello para lo que había venido Mut. No sería mala forma de poner la guinda a este viaje tan al sur.

En todo caso de ser así habría que hacer algo al respecto, Mut tenía el nombre de aquella persona por lo que tenía la excusa para entablar diálogo con los de la otra mesa. Eso o esperar a ver que acontecía. También estaba la opción de dejarlo pasar y emprender el regreso al Norte. La decisión estaba en manos del grupo. 

- Debíamos reunirnos en una de las tabernas del puerto pero nunca llegué a enterarme del día o de la hora...pero viendo que está por aquí me acercaré a hablar con él y veremos que aventura nos ofrece...

Miro a Manari e intento que nuestras miradas se crucen para poder acercarme a él e iniciar la conversación sin parecer demasiado chismoso, haré como si lo hubiera visto alguna vez en las tabernas del puerto.

-Me parece que lo mejor es que nosotros nos quedemos aquí, pues esperaban tu presencia, y quizás puedan sentirse violentados por la nuestra. ¿Os parece bien? Podemos fumarnos una pipa, y esperar a que Mut regrese con noticias de la misión, además de ofrecer nuestra colaboración en caso de ser necesario.

Si esperaban a uno, y ven aparecer a cuatro, tal vez eso haga que pierdan la confianza en el hobbit, o que les importunemos. Mejor ser prudentes, o eso pensaba yo.

Saqué mi pipa de entre mis ropajes, con el tabaco, y ofrecí a mis amigos compartirlo.

-No lo dudéis, es del Viejo Toby. . ¡La mejor hierba de la comarca!

Eadar asintió a las palabras de Lorgan. 

-Creo que también es bueno que no vayamos todos. Si deseáis compañía, maese Mut, me ofrezco a acompañaros. Si veis que es mejor ir sólo, aquí os esperamos. Pero no os preocupéis que no os quitaremos el ojo de encima, estaremos pendientes.

Vista la unanimidad del grupo, asiento a la opinión de mis compañeros.

"- Sin embargo y como bien dice Eadar, si deseas compañía también puedes contar con este enano- digo a Mut-. Mientras tanto, me apetece aceptar ese ofrecimiento y degustar un poco de buen tabaco- comento a Lorgan mientras saco mi pipa".

Mut busca la mirada de los tertulianos de la mesa de al lado, estas se cruzan levemente, pero claro, realmente al hobbit no lo conocen. Quizá lo mejor sería que el tema se afrontara de forma más directa, al fin y al cabo hablando se entiende la gente.

El resto de los compañeros de Mut se presta a ayudarle en caso de ser necesario, pero parece acertada la idea de que el tema has de iniciarlo en solitario. La excusa la tenía ya que si había llegado hasta sus oídos aquel nombre con anterioridad, algún buen motivo habría para ello.

Me acerco a ambos individuos, carraspeo un poco para que me presten atención y me presento:

- Buenas tardes caballeros, mi nombre es Mutfast Madriguera, seguramente no hayan escuchado mi nombre pero yo sí que he escuchado el de uno de ustedes. Busco al señor Manari, si mal no recuerdo buscaba aventureros en estos aciagos días y venía a ofrecerle mis servicios y los del grupo al que represento - digo mientras señalo a mis camaradas que están en la mesa. - me preguntaba si no tendría algún trabajo interesante para nosotros...

Al escuchar que Mut nos nombra y nos señala, hago un gesto amistoso inclinando la cabeza, confirmando que el hobbit sí se refiere a nosotros. 

Otra calada a mi pipa me retrotrae a viejos tiempos en la cuaderna del norte, pero de nuevo regreso a la taberna, para escuchar en qué queda la conversación ya iniciada. ¿Hablarán los desconocidos de apetecibles aventuras? ¿Seremos lo que necesitan? 

Seguí escuchando con atención. 

Enciendo la pipa y doy bocanadas, degustando el sabor del tabaco a cada momento. Cierro los ojos un instante y relajo los hombros, brazos y, luego, el resto del cuerpo, echándome un momento hacia atrás y dejándome caer en el espaldar de la silla. Respiro con tranquilidad, disfrutando el sabor y recordando lugares tranquilos, tal vez las mismas montañas que hace tiempo no visito.

Abro los ojos y me yergo en el asiento, bebiendo un poco de cerveza y regresando mi mente a la taberna. Veo a Mut señalarnos y asiento a los hombres de la mesa, oyendo a tientas lo que habla el hobbit y ellos para tratar de saber qué podría esperarnos.