Rick se fue dejando a Jessica con la palabra en la boca y subió al despacho de Thom.
Le estrecho la mano y se sentó tras soltar su gabardina en un perchero, mientras Thom hablaba él se dedicaba a tantear en busca de tabaco, cuando recordó que no podía fumar allí dentro.
-Es bueno ver que sigues bien Thommy, aunque creo que este sitio no te pega demasiado.- dijo recordando la estética ultramoderna y chick que tenía el edificio. -Sigo diciendo que deberías estar con los SWAT, pide traslado antes de que te consideren demasiado mayor para saltar desde un helicóptero en marcha.- Esbozo una sonrisa de medio lado. –El problema es que no estoy aquí para hacer vida social. He recibido una llamada bastante curiosa- bajo la voz. –He conocido a un amigo tuyo llamado, A.D…-
Aun estando en el despacho de Thommas, Rick no se fiaba de que pudieran estar escuchándoles, visto lo visto con el tal A.D.

Thomas daba por hecho que le iría a preguntar algo relacionado con algún caso que estuviera siguiendo Rick a cambio de ponerle al día en otros temas... lo que no se esperaba era que salieran a relucir esas siglas. No pudo evitar que le cambiara la cara y mirase un poco alrededor por puro instinto.

-Rick, no sé si es el lugar adecuado- dijo bajando la voz- va siendo hora de que yo cierre mi jornada de  hoy. Si te parece vamos a comer algo por ahí, a una cafetería que esté a más de dos manzanas de aquí... - seguramente Rick ya entendería lo que debía entender.

Thomas apretó el comunicador -Jessica, ahora cuando salga con el "señor" Rogers-dijo con cierta mirada cómplice-te bajaré la información de la denuncia del señor Stanford. No la hagas efectiva aún, pero deja todo el papeleo hecho y preparado- por algún motivo no veía la razón para contrariar al peculiar personaje que había pasado por su despacho antes.

Cuando iban bajando al exterior ya era noche cerrada y con suerte encontrarían algo abierto -Vale Rick, dime qué demonios sabes tú de ese "mutuo amigo"- si no veían nada tendrían que recurrir al siempre manido puesto de perritos-¿cómo es que han contactado contigo precisamente?.-

-Es decir, que no lo enviaste tu… Por lo visto quería a alguien que se encargara del caso y me llamo, lo más peculiar de todo es que tenía bastante información mía, lo cual no me termina de hacer gracia.- miro a la cara a su amigo, no le había mentido nunca, y no iba a empezar ahora. –Si no fuera porque estoy buscando respuestas, no habría recurrido a ti Thom. –

Thomas miró extrañado a su compañero mientras pedían algo que decía ser carne en algo que parecía ser pan. Puñeteros turcos jodiendo la economía de puestos de perritos...

-No, no iba de mi parte; pero también se ha puesto en contacto conmigo mediante un dossier con información sobre ciertos casos-miró alrededor asegurándose que nadie les estuviera escuchando- casos de desapariciones sobre los que la Policía no tiene constancia...-se encogió de hombros nuevamente, sin saber qué más decir-esperaba que tú pudieras arrojar algo más de luz sobre el tema.-

Intentó por todos los medios conservar la dignidad mientras comía aquel sucedáneo de todo bien bañado en salsa, lo último que le apetecía era mancharse la gabardina con ello; pero fracasó en cierta medida. No fue la gabardina sino los pantalones y maldijo en voz baja.

-Dime Rick, ¿te suena el Lúmiere? Parece que nuestro muy "común amigo" tiene indicios que apuntan a que hay algún tipo de conexión. Tenía pensado ir mañana a echar una ojeada a media tarde cuando ya lleve un rato abierto- a fin de cuentas su compañero también fue policía y contaba con una percepción muy por encima de la media. El hecho de tener a alguien de fiar cubriéndole las espaldas era un extra a tener en cuenta también. 

Rick sonrió de medio lado. –De algo me suena ese lugar.- Había días que Rick pasaba más tiempo en el Lumiere que en casa, y si esos días eran especialmente malos, directamente no llegaba a casa.

Cuando le sirvieron su comida la cogió con gusto, estaba empezando a estar contento, esa extraña llamada había cambiado bastantes cosas en un rato.
Para Rick volver a tener las expectativas de investigar un caso de este calibre le daba esperanzas.

-A mi no me menciono nada sobre ese lugar, pero si Harry y su Lumiere pueden estar en problemas, más me interesa todo.-  Miro directamente a los ojos a su compañero. –¿Volver a ser policía durante una temporada y tener compañero? Vaya… parece que Santa Claus me ha traído algo antes de tiempo…-

Parece que tendría que volver a llevar una vida diurna, no estaba mal el cambio. –Por cierto, te has manchado.- Dijo señalándose la solapa de la gabardina.

Thomas sacudió una servilleta contra la mancha más por inercia que por intentar limpiar algo.

-Será que te estás volviendo un blando y has sido bueno este año...- le comentó a Rick con una sonrisa.- Como te veo interesado, si te parece mañana cuando te dé por amanecer te pasas por la comisaría, tomamos un café o comemos y miramos a ver qué tenemos cada uno. Ya por la tarde nos acercamos al garito éste, que seguro que te sabes mover mejor tú que yo por él y puedes sacar algo más de utilidad.-

A pesar de la colaboración Thomas no podía evitar pensar que estaban empezando a morder más de lo que iban a poder masticar. ¿tanta desaparición y nadie sabía nada? Eso olía mal, muy muy mal. Con gesto más serio comentó a su compañero

-Esto me huele algo gordo Rick, no nos emocionemos demasiado y mantengamos la guardia alta... aquí hay algo que no me termina de cuadrar viejo amigo- tras terminarse el remedo de cena y tirar los envoltorios a una papelera cercana se acercó y tendió la mano al ex-policía- descansa un poco y mañana te veo-En realidad él también tenía que descansar y ordenar un poco las ideas de su cabeza. Tal vez la almohada le diera alguna nueva idea o por lo menos le permitiera tener la cabeza más despejada.

-Joder, estoy bajo de forma... tanto tiempo sin hacer nada y ahora un día de trabajo me deja baldado-

-¿Algo no te termina de cuadrar? Ha sido a mí al que han llamado, ese tipo tiene demasiada información, y busca a los mejores ¿porque si no nos hubiera llamado, y juntado?- Rick necesitaba descansar, había pasado de investigar a la mujer de cualquier cornudo de Nueva York, a investigar unas desapariciones bastante misteriosas, con tipo misterioso de por medio, mas parecía una película que la vida de Rick.

-Nos vemos mañana… temprano.- Dijo tendiéndole la mano. -Compañero.-

Y~~¡Por fin es sábado! Sabemos que se está muy agustito en la cama, pero ¡ánimo!

Si, que hoy no es cualquier sábado...¿Tenias planes para prender fuego a la pista de baile esta noche?¿no? ¡Pues ya los tienes! Electrosand abre hoy sus puertas a las 20:00, y hoy podrás entrar solo por quince libras.

¿Solo?

Hombre ¿Tu sabes lo que cuestan las entradas en Miami? Claro, también puedes entrar gratis, si has sido uno de los 250 afortunados que gastan pase VIP...

¡Pero entonces seguro que no nos estarías escuchando! *ruidos ridiculos pregrabados* Y ahora si, te dejamos con algo para ir abriendo esos párpados.

Molly's Donuts

A la mañana siguiente tras afilar los lápices, por seguir la tradición y todo eso, Thomas se acercó a la cafetería de Molly. Era un pequeño local que no había cambiado de aspecto, por lo que él sabía, en los últimos treinta años. Allí hacía tiempo se reunían los policías a la hora del almuerzo pues tenía los mejores donuts de todo Manhattan. Sin embargo estaba en horas bajas, esa estúpida moda de "comer sano" había reducido su clientenla a algo puramente testimonial.

Sin embargo Thomas seguía yendo allí, por el encanto del sitio, porque le gustaba la comida y porque en el fondo se sentía identificado con la historia del local. Esperaba que Rick se acordara del sitio, tampoco es que tuviera prisa dicho fuera de paso. Jessica ya estaba con sus jueguecitos de ordenador y el teniente estaría muy contento de tener a Thomas fuera de la oficina toda la mañana.

Apartó un poco el dossier para que no se manchara y con una seña llamó a la señora que atendía la barra para pedir lo de siempre, pero ración doble. En teoría su compañero no iba a tardar en llegar...

Cuando Rick se levanto y se desperezo, aun no habían dado las 9 de la mañana, salió de la cama y la miro con pena, hacia bastante que no la usaba, cuando estaba trabajando se quedaba dormido en su silla, y cuando venia borracho tenia suerte si llevaba al sofá…
Desayuno un café (¡otra novedad!) se adecento y fue a buscar a Thomas a la comisaria conforme llegaba comprobó que hora era y paró en seco, teniendo en cuenta la hora que era, Thomas estaría  desayunando, y salvo que hubieran cerrado el local, Thomas estaría en un lugar en concreto.

En efecto, cuando llego vio dentro del Molly’s  a su antiguo colega comiendo, aunque tampoco es que hubiera más gente dentro… Pidió otro café conforme pasaba por la barra y se sentó frente a su compañero. –Buenos días Thommy, que aproveche.-

Thomas saludó a Rick y le indicó dónde podía sentarse, con su desayuno ya pedido. Tras charlar un poco sobre tonterías del tipo "hola qué tal" se pasaron a temas más serios ya. Llevaban dos cafés y cuatro piezas de bollería.

-Échale un ojo a esto Rick, anda-dijo el detective pasándole el dossier por encima de la mesa- dime qué opinas y qué más me puedes contar tú de ésto. -se echó un poco hacia adelante bajando la voz- necesitamos ir a una o aquí va a seguir faltando mucha gente. En el departamento ni siquiera saben nada de todo eso-dijo mirando con toda la intención del mundo al dossier.

Esperó pacientemente a que le echara un vistazo; quemándole otras preguntas en la garganta, pero sin meter prisa a Rick. 

-Al final todo parece reducirse por ahora al Lumière ese... demasiado fácil- su instinto le chillaba que nada era tan sencillo, pero tenía que investigarlo sí o sí.

El dossier de Thomas estaba lleno de hojas escritas a ¿maquina? ¿En serio? Era eso o alguien lo bastante subnormal para buscar una tipografía que lo imitase. Lo que Rick tenía delante eran, básicamente, casos de desapariciones, subrayados con el pilot negro del Inspector. De todo tipo, a decir verdad. Mujeres, hombres, de un rango de edad que iba desde los 17 hasta los 53. Diferentes clases sociales y, a juzgar por las fotografías adjuntas en el dossier, sin ningún aspecto común.

Y como suele pasar en las desapariciones, no había demasiadas pruebas. La mayoría eran testimonios y declaraciones de la gente, que venían a decir poco más que "mi hijo/sobrino/amante ha desaparecido". La típica mierda que te despera, porque cuenta como prueba, pero no vale una mierda. La lista de nombres ascendía a once desde la primera, localizada el 21 de Octubre. La última: apenas hacía tres días.

Además, la típica gilipollez. " Denunciamos por que no llego a la hora a casa, por la noche". ¿Quién va a desaparecer a plena luz del día?

Sin embargo si que había algo llamativo. Varías cosas, en realidad. Tres de las desapariciones implicaban un bar, el Lúmiere. Ese antro. No era de extrañar, porque era un magnífico lugar para que los jovenes se emborrachasen. Rick había oido que por ahí se pasaba droga, pero es si que no lo había llegado a ver. Una chica de diecisiete años, un chico de dieciocho y un hombre de cuarenta y tres. Los chicos iban al mismo instituto, situado en el mismo barrio. Clase media, buen expediente aunque no brillante. El hombre era un mecánico con problemas de dinero, recién divorciado.

La segunda es que varias personas denunciaban "el móvil daba línea cuando llamamos al principio, pero luego ya no". Alguien había apagado esos móviles, y o la gente se iba a un lugar secreto donde no querían que les molestasen, o alguien tenía acceso a aquellos aparatos. ¿Y quién coño se pone a encender y apagar un movil que no es suyo?

Rick ojeo el dossier con tranquilidad, mirando las caras de la gente y descubriendo algún patrón, pronto encontró a los que había dicho Thomas, los desaparecidos en el Lumiere,  conforme los encontró se puso a estudiarlos estudio y los fue sacando de la carpeta con tranquilidad, eran 3 personas: 2 jóvenes y un señor de mediana/avanzada edad.
-Puede que estos 2 fuesen amigos o pareja, podríamos investigar en su instituto y en su barrio, pero este no parece tener relación con nadie.- dijo tocando con el dedo la ficha del señor. –Este es un mecánico…  divorciado y con problemas de dinero, quizás le pidió pasta a quien no debiera.–

Rick no había estado muy boyante desde hacía un tiempo, pero se había mantenido a flote intentando mantener intacta su dignidad, pero otra gente no era tan fuerte o había tenido incluso peor suerte que él. “Quizás le debiera dinero a A.D. y por eso este le busca”

-De todas formas, el Lumiere no es un mal sitio, he pasado mucho tiempo allí.- suspiro. –Harry el dueño es buena gente, en el local había algún que otro trapicheo pero nada de importancia, cosas pequeñas, se que Harry sacaba algo de tajada, pero yo mismo me encargaba de que la cosa no se saliera de tiesto, alguna que otra vez he tenido un intercambio de opiniones con alguien allí.- se llevo la mano a los puntos que tenía en el pómulo. -Pero ya te digo que nada mas allá que algún camello de droga hasta el culo con ganas de bronca.-

Volvió a inspeccionar el dossier buscando a gente que hubiera tenido algún otro problema de dinero o estuviera liada en asuntos poco claros. Quizás encontrada algo que los ligara a A.D. suponiendo siempre que este fuese alguien relacionado con esas cosas…

Thomas dio un largo trago al café sopesando lo que Rick le comentaba, asintiendo en partes y negando en otras.

-De acuerdo, podemos ir a mirar el instituto ese, aunque los directores y demás profesores no suelen ser especialmente comunicativos cuando se les pregunta sobre sus alumnos muertos- dijo con una sonrisa torcida-supongo que hagan como los médicos, el juramento hipócrita ese... pero para profesores. De todas maneras, volviendo al Lumière, no digo que sea un mal sitio-joder, parecía que Rick apreciaba ese lugar- sino que allí puede haber algún indicio, o persona, que nos pueda dar información. Después de todo es lo único que tienen en común todos... que iban o frecuentaban la zona. Eso me hace pensar que es posible que sea una persona, o un grupo, sin relación directa por lo que tú dices con el local, pero que lo frecuentan-

Thomas pidió otro donuts, que se jodiera el médico y sus niveles de azúcar en sangre. Era policía desde hacía casi tres décadas, no le quedaba demasiado para jubilarse, así que había asumido que le pegarían un tiro en algún callejón. Lo mismo hasta esa noche de investigación por husmear donde no debía. Pero maldita fuera su estampa si no iba a ir de todas maneras.

-Creo que nos da tiempo a echar un vistazo a ambos. Los institutos no abren de noche, y los clubes no abre de día-miró a Rick de arriba a abajo-bueno, la mayoría al menos. Dime, ¿te hace estirar las piernas?- añadió mientras pegaba un buen bocado a su nueva pieza de bollería, rellena de mermelada de frambuesa, joder, eso era gloria. ¿En qué momento había dejado de ir allí? ¿Cuándo le dejó la perra de su ex? ¿Cuándo el teniente le cogió manía por hacer su trabajo? Que les jodieran a los dos... había olvidado lo que le gustaban esas mañanas

Mientras Thomas hablaba Rick, asentía tranquilamente mientras le daba mas vueltas a las fichas y lo escuchaba atentamente.

Cuando termino de hablar le volvió a mirar -¿Te suena este tipo de algo?- dijo mostrándole la ficha del inversor. -Sé que soy cabezón, pero tras la llamada, veo muy raro que alguien monte todo el chiringuito que ha montado con nosotros dos solo por amor al arte y a la amistad, A. D. tiene que tener intereses, y no hay interés más básico que el dinero…-

El hombre en cuestión que señala Rick es Daniel Spott. Cuarenta y tres años, inversor. Concretamente, asesor de una mediana empresa, con sus propios negocios entre manos. Esposa y dos niñas pequeñas, de cinco y siete años, piso céntrico. Metro setenta y poco, con unas entradas bastantes importantes y algo de sobrepeso.

Un hombre bastante anodino la verdad: Thomas dudaba que le sonase incluso aunque se hubiese cruzado con él. Carica de cerdo y ojos pequeños, o aquello era amor de verdad o la mujer había ido buscando una buena cartera.

-Bueno Rick, a decir verdad... la señora de éste- señaló al sujeto -podría estar interesada en que desapareciera si ya había sido nombrada apoderada... o que apareciera si no es el caso. El dinero puede tener algo que ver; pero me parece algo excesivamente dramático montar todas estas desapariciones por un único caso. Me cuadra más que algunos de los desaparecidos estén convenientemente así, sea por ellos o por otros, ¿pero todos?-

Thomas suspiró, aquello era complicado de abarcar, pero sospechaba que se les escapaba algo. Necesitaban más información.

-No deberíamos descartar nada por ahora, pero creo que deberíamos irnos pasando por el instituto ese a ver qué sacamos de sus profesores y posibles compañeros. Lo mismo nos sirve hasta de algo...y sino, pues mira estiramos las piernas después del desayuno- comentó con una sonrisa torcida

Rick apuro el café, y reordeno los papeles del dossier, poniendo primero las fichas de los estudiantes, después la del mecánico y tras él la del inversor, eran los únicos que por ahora le llamaban la atención, y quería tenerlos lo mas a la vista que pudiera

-Vámonos- y se levanto tranquilamente.

Cajero Automático

De camino al instituto, Rick hizo un aparte con suerte milagrosa para la habitual omisión que hacía para con él la fortuna. Un banco sin vagabundos. ¡En pleno diciembre! Tendría que apuntarse la dirección de aquel cajero. Tras aporrear un par de teclas que pitaron de manera desagradable, la maquina de banco le devolvió a Rick una imagen que le hizo sentirse como en el cielo.

Último ingreso. AD 1000$

Y se suponía que eso solo era el adelanto...