Partida Rol por web

De nuevo solo en las alcantarillas maldices a las tres Cainitas de las que no has logrado colaboración.

Volviendo sobre tus pasos, analizando el lugar en el que te topaste con ellas sin atreverte a meterte de lleno en el escenario del crimen, no te pasa por alto que ese sitio está en pleno barrio del Born, muy próximo a la Basílica de Santa María del Mar que era el lugar al que te dirigías tras tu conversación con el misterioso habitante del inframundo.

Efectivamente, sales al exterior por una calleja situada relativamente cerca del templo al que te acercas callejeando el escaso centenar de metros que te separan de la Basílica. Al aproximarte a la misma una creciente sensación de desasosiego se va apoderando de ti hasta alcanzar su clímax en el momento en que doblas una esquina y la ves ante ti, menuda pero majestuosa a la vez, una joya del gótico que se levanta, sólida y compacta en el centro de la ciudad.

Las desgraciadas circunstancias que acompañan a la cruel existencia en la urbe hacen de ese lugar un centro de peregrinación de almas desesperadas que acuden a ella en busca de consuelo a todas horas del día. Incluso a esa hora intempestiva, pasadas las cuatro de la madrugada, el trajín de feligreses es continuo.

La sensación que te acompaña desde tu llegada a las cercanías de la iglesia se vuelve ahora un quemazón insoportable; consciente, como eres, de estar frente a un lugar en el que se predica una Fe en Dios de una autenticidad difícil de describir... La Bestia, dentro de ti, se revuelve intranquila y te corroe.

Lo cierto es, que dudas y te resulta difícil decidirte a aproximarte más o internarte en la Basílica que se alza imponente, infundiéndote un respeto dirías que reverencial.

Lo primero que embargó a Eraser fue la rabia al sentir que, como la noche anterior en el Liceo, el mundo se burlaba de él. Al rato, al verse completamente solo ante quizás el mayor problema al que se enfrentaba en su existencia, la desolación y el miedo al fracaso hizo acto de presencia.  Deambuló por las alcantarillas largos minutos intentando ordenar sus pensamientos hasta que al final concluyó que no tenía más remedio que afrontar toda aquella mierda sin ayuda de nadie. Así pues, sacando fuerzas de flaqueza y con poca convicción en lo que se disponía a hacer, el vampiro emergió a la superficie y callejeó hasta Santa Maria del Mar.

La mera presencia del templo hizo que las dudas del Nosferatu tomaran peso. El fervor religioso que se agitaba entre aquellas paredes inquietaba al vampiro y hacía que su muerto corazón se encogiera y diera por mala la idea de penetrar en aquel lugar. Eraser tardó unos minutos en reunir la firmeza suficiente para, debidamente embozado en su pesado abrigo, aproximarse al portal de la iglesia y colocar un pie dentro.

Si el exterior de la iglesia te había parecido imponente, el hecho de cruzar el umbral de tan destacado edificio te apabulla y empequeñece ostensiblemente.

De estilo gótico, la altura que alcanza su techado invita a imaginar la elevación del alma al cielo infinito, la palida luz de la luna que se filtra a través de sus coloreadas cristaleras evoca la existencia de un paraíso terrenal que a ti va a serte vetado al estar corrompido por la mancha de Caín.

El olor a incienso y cera consumiéndose impregnan el ambiente y tus ropajes de un sacro hedor que, en lo que a ti respecta, se te antoja nauseabundo.

Las imagenes y esculturas de las vírgenes y Santos te dedican severas miradas desde las alturas en que se hallan.

Una veintena de feligreses oran calladamente, algunos debotamente arrodillados, los otros simplemente sentados en las bancadas, en actitud reflexiva y circunspecta mientras algún que otro monaguillo cruza la estancia, atareado en lo que sea que lo tiene ocupado.

Das una vuelta por el recinto, sin saber exactamente qué debes buscar o se espera de ti, con la única información de que algo terrible se cuece entre las milenarias paredes que te rodean...

Repentinamente, en un momento en que te encuentras en una de las alas laterales del edificio, las puertas se abren franqueando el acceso de cuatro personas, tres hombres fornidos y una chica que, si bien es menos robusta, la gracilidad y seguridad que emana de su manera de moverse indica que también esta bastante musculada.

Todos ellos visten largos abrigos en los que una mirada mas detenida permite adivinar la presencia de algún tipo de arma larga oculta bajo los mismos.

Sin mediar palabra, los sujetos cruzan la iglesia y, sin cerrar la puerta tras de si, se meten en una dependencia aneja que te da la sensación que se trata de la sacristía de la basílica.

Pese a ser de Barcelona, Eraser jamás había entrado en tan emblemática iglesia. Al hacerlo, pese a seguir sintiéndose molesto, no puedo evitar rememorar con una sonrisa las veces que, en su infancia, cuando pasaba los veranos en el pueblo, su abuela Ricarda le obligaba a ir a misa los domingos. Ese pensamiento cargado de nostalgia de una época en la que su corazón todavía latía le ayudó a no sentirse tan extraño y a sobreponerse ante el rechazo que aquel lugar le inspiraba.

Entre el aluvión de feligreses, el Nosferatu, sin saber exactamente qué andaba buscando, observaba el interior del edificio con una mezcla de asombro y hastío, cuando, de repente, de unas de las puertas, surgió una mujer flanqueada por tres tipos que, por la marcialidad del aspecto que tenían, bien podían ser los cazadores que andaba buscando. Sin moverse, siguió con la mirada la trayectoria del grupo hasta lo que parecía ser la sacristía. Serpenteando entre la muchedumbre, cuando la comitiva hubo cerrado la puerta tras ellos, el vampiro se deslizó hacia la estancia que habían abandonado y disimuladamente se coló dentro.

Al entrar en la Sacristía, los cuatro individuos se despojan de sus largos abrigos confirmando lo que temías: Lucen pesados chalecos de kevlar y dejan encima de la mesa alrededor de la que toman asiento, tres aparatosas ballestas de estacas.
En lo que a ti respecta has logrado colarte detras suyo y ofuscarte en un rincón próximo a la puerta.

Esto no le va a gustar al padre Vives, ni a su huésped. Mira que suicidarse... joder - lamenta uno de los individuos.

Esto se está yendo de las manos. Primero Jordi deja escapar al esclavo, y ahora esto... Si no conseguimos pronto resultados el Maestro traerá a los merodeadores. Y entonces todo se irá a la mierda...

Un pesado e incómodo silencio de adueña de los presentes, mientras escuchas desde el canto de la puerta.

No nos pongamos nerviosos - interviene la chica, que por el tono en el que habla parece tratarse de la que lidera al grupo - el Padre Vives no permitirá que los merodeadores se entrometan. Por algo es el discípulo del Cardenal Martínez-Sistach. Mantendrá todo bajo control, sin que la cosa estalle. Los últimos chupones que nos encontramos parecían tener noción de que un peligro se cernía sobre la ciudad. No podemos permitir que se revuelvan demasiado... - concluye atajando las dudas que parecían albergar los otros.

Eraser procuró memorizar toda la información que estaba escuchando, pese a no estar seguro de comprenderla completamente. Padre Vives, Cardenal Martínez-Sistach… Se sintió con la urgencia de buscar una conexión a internet que le ayudara a reunir algo de información útil sobre todos aquellos nombres que únicamente le sonaban, así que, en cuanto saliera de la iglesia, se propuso ir un locutorio para intentar despejar sus dudas.

"Los últimos chupones que nos encontramos parecían tener noción de que un peligro se cernía sobre la ciudad. No podemos permitir que se revuelvan demasiado..."

De repente, la intervención de la cazadora hizo que Eraser rememorara las palabras del encapuchado de las cloacas cuando se refirió al motivo que habían tenido los Nosferatu para aparentemente abandonar la ciudad.

"Un extraño mar de fondo está haciendo temblar los cimientos de esta ciudad. Tal vez un nuevo orden se imponga y aquí todos, todos están afilando sus cuchillos para salir de esto lo mejor parados posible. Tómate nuestra ausencia como eso: parte de la estrategia Nosferatu para tener una posición ventajosa... "

El hacker estaba casi seguro que los cazadores estaban detrás de ese nuevo cambio de orden y pretendían pillar por sorpresa a todos los vampiros de Barcelona. Intrigado, el Nosferatu continuó con la escucha sin osar mover ni un sólo músculo.

El grupo se queda en silencio, meditabundo, cada uno de ellos sumido en profundos pensamientos.

Tras un par de minutos, la líder rompe el silencio.

Es la hora, bajemos.

La comitiva recupera sus armas y se pone en marcha, salen de la sacristía para regresar a la planta principal de la iglesia y, uno a uno, entran en un confesionario del que el último de ellos cierra la puerta a su espalda.

Eraser aguardó entre las sombras hasta que los cazadores se perdieron tras la puerta de unos de los confesionarios de la planta principal. Sin lugar a dudas, aquel cubículo de reducidas dimensiones escondía un pasadizo secreto que, por las palabras de aquellos individuos, conducía hacia el subsuelo. Lo que pretendían hacer allí abajo, el vampiro lo desconocía.

Pasados unos minutos tras quedarse solo tras la puerta de la cofradía, el Nosferatu abandonó al fin su escondrijo. Miró a un lado y otro y, tras asegurarse de que nadie le observaba, se coló dentro de la estancia con la intención de encontrar algo más de información que le ayudara a dilucidar el plan de los cazadores. No quería estar demasiado tiempo allí. Echaría un vistazo rápido y volvería a las cloacas.

A pesar que la Sacristía no sea el espacio destinado a vivienda de Los Cazadores husmeas por la dependencia en búsqueda de algo que arroje algo de luz a lo que ocurre.

En un colgador, dentro del bolsillo de una gruesa chaqueta encuentras lo que parece tratarse del Diario personal de un individuo; las anotaciones viejas no tienen demasiado interés, en realidad son bastante anodinas hasta llegar a fechas recientes en las que el asunto se pone candente:

Día del Señor 17 de enero de 2018,
Hoy ha llegado un tipo raro.
Ha pedido hablar con... ha exigido hablar con el Cardenal y con Vives. Se han reunido los tres y a continuación nos ha dicho Vives que debíamos ayudar al tipo en sus pesquisas, que era algo muy importante. Ni siquiera nos han dejado hacer preguntas, solo que le ayudemos y ya está.

Día del Señor 19 de enero de 2018,
No podemos quejarnos. Héctor me ha dicho que si lo hacemos, que si el Huésped no encuentra lo que busca, vendrán los Merodeadores y será todo peor. 
Ese tío no descansa. Ha encontrado a una de esas criaturas y a su criado y los está interrogando abajo en las catacumbas, los gritos se escuchan hasta aquí.
Es horrible

Día del Señor 21 de enero de 2018,
Gracias a sus... interrogatorios (se me revuelven las tripas al describir así lo que hace) el Huésped ha encontrado el lugar donde puede estar parte de lo que busca... 
Hemos ido, es un local musical cerca de la iglesia y... joder ha sido terrible... se ve que era una madriguera de esos bichos que llevamos años persiguiendo, nunca habíamos estado tan cerca suyo como ahora pero había otros mortales como nosotros por medio, se han interpuesto y el tío los ha abrasado, les ha prendido fuego, quemados vivos y lo que todavía es peor: Lo que buscaba ya no estaba...
Joder, nosotros no estamos para quemar a gente y sus locales, no puede ser... cuando el tío vio que no estaba lo que buscaba le pegó fuego al local entero. Está completamente loco, es un maníaco... 

Día del Señor 22 de enero de 2018,
Ya no puedo más...
De la criatura que capturó y torturó hace unos días queda poco; solo el cráneo... al criado he logrado revivirlo dándole... Bueno, qué más da, lo he reanimado y he dejado que escapara con los restos de la criatura... de su Amo.
Yo ahora iré a lo alto del campanario y allí haré lo que sea menester... 

Adiós, traté de ser buena persona pero en estos días, desde la llegada de ese Huésped, del mal en estado puro no me ha sido posible. 

No encuentras nada más de interés en la Sacristía. 

Dando por buenas sus sospechas acerca de los cazadores como autores del asesinato de Luque, Eraser guardó el diario en uno de los grandes bolsillos de su abrigo y de dispuso a salir de la habitación. Su intención era salir de Santa María del Mar cuanto antes y seguir su investigación desde un ordenador, quizás en algún locutorio. Habían aparecidos nuevos nombres y acontecimientos desconocidos para él y quería arrojar algo de luz sobre ellos. Además, era consciente de que el peligro allí era inminente y, aunque fueran humanos, ya sabía de lo que eran capaces aquellos cazadores.

El Nosferatu subió las solapas de su pesado abrigo y, cuando se hubo sentido lo suficientemente oculto, se deslizó por detrás de la puerta de la Sacristía, en busca de la salida.

Salir del recinto religioso no solo te supone un alivio sino que es como si te hubieras quitado de encima una pesada losa que te hubieras visto forzado a acarrear.

Una vez fuera, habiendo cruzado la Vía Layetana para internarte en el barrio Gótico de la ciudad, no te cuesta hallar un locutorio regentado por un sombrío pakistaní que, por un euro, te abre la conexión en uno de los destartalados ordenadores de los que dispone el negocio, una máquina antigua y desmadejada que parece estar a punto de reventar cuando se enciende de su letargo...

Una conexión a internet, en todo caso, algo que en tus manos puede ser tremendamente útil.

Eraser volvió a leer los párrafos que más atención le habían llamado del diario y, después de aclararse las ideas, se puso a teclear. Primero buscaría información útil sobre el Padre Vives y el Cardenal Martínez-Sistach. No sólo quería saber quiénes eran, dónde vivían y en qué gastaban el dinero, sino también conocer la existencia de acontecimientos destacables producidos últimamente en sus vidas y posibles vinculaciones con la Orden de Sant Jordi. Por otro lado, también intentaría localizar el local musical que hacía unos días había sido incendiado por el grupo de cazadores en las proximidades de Santa María del Mar y, así mismo, dar con algún informe policial o el testimonio de algún superviviente que hablara de forma fidedigna sobre lo ocurrido.