Partida Rol por web

Tras callejear un rato alcanzas una calle principal de la ciudad por la que pasan bastantes coches. Son las cuatro de la madrugada, a estas alturas de año todavía le faltan a la noche por lo menos tres horas.

María quedó de pie unos momentos, contemplando su imagen reflejada en un charco de agua puerca, recordó sus noches sobre los escenarios, y como todo habia cambiado en un momento, sintió de nuevo esa extraña sensación de tener en el interior una bestia que rugia por salir, y liberarse de sus ataduras, gritando y consumiendo todo lo que tuviera a su alcanze, la muchacha sabía que era estúpido llorar, "lo pasado, pasado"...pero...de subito, María dió un violento manotaso al charco de agua, haciendo que su imagen se emborronase, si hubiera sabido que asi pasaría el resto de sus días, jamás hubiese aceptado la beca a España...Se preguntaba a veces sobre su familia en México, y recordaba haber leido en los periódicos barceloneses, que la familia habia recibido el feretro cerrado, para ser "sepultada" en su país natal.

María se puso en pie, pues se habia quedado en cuclillas contemplándose la cara quemada en el reflejo del agua, y comenzó a andar para salir de ese callejón, de vez en cuando recordaba el nombre de Paula, tenía la cara de esa mujer en la mente, le desagradaba, horrible y superflua, María no sabia porque estaba conciente de como lucía esa mujer, cuando nunca en su vida la habia visto...¿o sí?, ¿o fué un sueño?...Tenía que encontrar a Miquel, el guapo vampiro que la habia escoltado, pero no tenía las minima idea de donde se encontraba.

María envolvió su cuerpo en las sombras una vez más, difuminandose con la nada,por si algun curioso andaba despierto a esas horas, y se topaba con la chica, se encaminó nuevamente por la oscura calle, dejándose a sus espaldas el callejón por el que habia salido, e intentado seguir en el sentido inverso de sus pasos ( esta vez sobre la superficie), donde se suponia que empezaba la tubería o drenaje, por el que la vampira habia ingresado, confiando en que tal vez, Miquel ya estuviera fuera esperandola.

Tras mucho deambular, aparentemente perdida por la ciudad, finalmente te topas con Capdevila... más bien dirías que es él el que acaba dando contigo vaya usted a saber de qué manera:

Dónde diablos te habías metido? - requiere -. Has averiguado algo de Abascal??? La ciudad está patas arriba: Han atacado una capilla Tremere en el barrio de Sants y alguien ha matado a un Guardia Urbano en el Born... está todo realmente ajetreado - reflexiona amargamente.

-Ay, Cristo Redentor!- exclamó María sobresaltada cuando de la nada se topó al guapísimo Miquel, le sonrió, mostrando los blancos colmillos detrás de su rostro ajado y ceniciento, luego se percató de lo deplorable de su apariencia, cubierta de aguas fecales, el antiguo vestido rosado claro, ahora presentaba un nauseabundo tono marrón.

-No encontré a Abascal, terminé buceando con un dinosaurio en las encantadoras aguas negras de Barcelona...y luego...luego hablé con alguien...pero no era mi sire.- María se quedó de brazos cruzados y no pudo evitar poner un gesto de molestia en su rostro, la falta de conocimiento de su sire era algo que comenzaba a pesarle, se sentía como si fuera un perro vagabundo al que hubieran adoptado, sólo para dejarlo abandonado de nuevo.

-Ya...veo que la situación está de cabeza, y por las cosas que me enteré, supongo que se pondrá peor, los nosferatu no han tenido nada que ver con la muerte de ese chiquillo tremere...Pero tal parece que auguran el final del principado de Montoya, y prefieren mantenerse desligados de todo lo que tenga que ver con el, y los asuntos que inmiscuyan a todos los habitantes de la superficie...fueron tantas cosas...crees...crees que podamos ver al príncipe esta noche para decirle?.- indagó María, conciente de la respuesta que Miquel le daría, pero dadas las circunstancias, apremiaba que las cosas comenzaran a moverse, el mundo de la superficie estaba lleno de agitación y al parecer en esos momentos también lleno de peligro, la mujer recordó como si un foco se encendiera en su cabeza, las palabras de aquel nosferatu en las alcantarillas "Ser una paria en el reino de Montoya, o una diosa en las alcantarillas", María volvió a chasquear la lengua fastidiada.