Partida Rol por web

Barcelona Nocturno

Prólogo: Viva!!!

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09/02/2018, 20:32

Algún lugar de las afueras de Barcelona, zona montañosa entre Terrassa y Manresa, mediados de enero de 2018

Despiertas.

De alguna manera eres dolorosamente consciente de que deberías estar muerta... todo lo muerta que puede estar un Vampiro, vaya... Que no deberías existir ni haber despertado... o lo que quiera Dios que sea el estado en el que pareces haber recuperado la consciencia.

Estás enterrada viva... Todo lo viva que puede estar un Vampiro, vaya... 

Toneladas de tierra se amontonan encima tuyo, inmovilizándote, impidiéndote abrir los ojos o gritar... Te debates en inútiles espasmos que lo único que hacen es aumentar tu pánico y terror.

Enloqueces varias veces hasta renunciar, hasta darte cuenta que jamás saldrás de aquí. Condenada a una fría existencia subterránea, lo único que puedes hacer es abandonarte a tus pensamientos.

Cómo llegaste aquí? Cuando empezó a ir todo mal???

Recuerdas su hipnótica presencia, acompañándote desde la barra sin dirigirte ni un gesto, mucho menos una palabra, pero cautivándote con su mirada durante tus tres últimas actuaciones.

Era una chica rubia, no era fea pero tampoco guapa, del montón... Pero sin duda tenía algo, un no sé qué perturbador que te invitaba a acercarte a ella.

Por fin lo hiciste, en esa fatídica noche: - ...últimamente vienes mucho por aquí... no??? - fue tu torpe manera de asaltarla. La chica, Rose, se limitó a agitar los hielos de la bebida que siempre dejaba intacta, como si la pidiera porque sí, por la obligación a pagar una consumición que en realidad no deseaba y su único propósito fuera estar donde estaba, en la barra observándote.

Sé donde puedes encontrar a Manu - fue su parca y fría respuesta. Unas palabras que obviamente causaron un vuelco en tu corazón, estremeciéndote en lo más hondo de tus entrañas, crispando y alterando tu ya de por si frágil estado nervioso.

A partir de ahí, para ella, para Rose, fue todo pan comido: La acompañaste donde quería, una masía abandonada en algún sitio entre Terrassa y Manresa. Ignoraste los insultos e improperios que recibisteis por parte de sus compañeros de okupación, cuatro individuos de lo más variopinto que resultaban inquietantes y hechizadores a partes iguales.

Dejadme tranquila - les había dicho tu rubia anfitriona - ella nos sobrevivirá - atajó con una enigmática sonrisa, muy segura de si misma.

Te subió a una habitación e inicio algo que te recordó a una suerte de práctica sexual, si ese es el precio que debo pagar por saber de Manu bienvenido sea...

Nada que ver: En el momento preciso Rose arrancó tu alma, se apoderó de ella sorbiendo hasta la última gota de sangre... para devolverte una existencia corrompida, sucia, manchada con la imborrable mácula del mal... te resulta imposible discernir el espacio temporal que duró ese proceso, lo único que te es posible asegurar con certeza es que lo viviste como una pesadilla mareante que azotó hasta el último rincón de tu cuerpo y psique... rodabas en una espiral infinita, gritando, rogando salir de allí, morir de una vez... obviamente todo en vano.

Pasada esa noche te condenaron a la más absoluta de las inopias. Pasaban de ti olímpicamente, te ofrecían escasas y parcas explicaciones acerca de lo que debías hacer para mantenerte en vida... o lo que sea que fuera eso.

Te arrastrabas, siempre en la fría noche, por las lomas cercanas, buscando algo de lo que alimentarte, ya fuera una rata, un conejo o un perro abandonado... sucia, con la misma ropa de hacía semanas y sin atreverte a abandonar el régimen de esclavitud al que te tenían sujeta.

De Manu obviamente no supiste nada; cada vez que osabas preguntar por él te molían a palos. Un simple estratagema de Rose para captar tu atención. La rubia gorjeaba satisfecha cada vez que te oía pronunciar su nombre. Manu, pobre Manu, pobre de mi, pobres de nosotros... sollozabas.

No estabas completamente sola en la Masía: Había otras harapientas personas sometidas como tu; lo único que te distinguía de ellos es que tu estabas definitivamente maldecida... Y los otros, al parecer, seguían siendo humanos... absolutamente desahuciados pero por lo menos podían calentar su piel al débil sol del mes de enero y comer como tu solías hacer... no como ahora... 

Pero te salvaron la vida, su presencia resultó ser decisiva para que, la noche en que Rose y sus colegas cayeron víctimas del asalto al que sometieron a la Masía, esos implacables atacantes te tomaran como a una andrajosa humana más y se limitaran a matarte y enterrarte en una profunda fosa junto al resto... con la salvedad que contigo no habían acabado, por lo menos no definitivamente.

...ella nos sobrevivirá... había afirmado Rose proféticamente. Y así había sido. Tú habías sobrevivido a pesar de quedar condenada a una oscura existencia, lejos de la luz y el sonido, como una nívea semilla esperando pacientemente para germinar...

El tiempo transcurre lánguidamente, pueden haber pasado días, tal vez semanas, quizás solo unas horas, acaso minutos. Has perdido toda noción de la existencia hasta que, de un modo inesperado, dirías que milagroso, te das cuenta de que eres capaz de mover tu dedo meñique y crear algo de hueco en la tierra.

Es algo ínfimo, aparentemente carente de importancia, mueves un dedo y la tierra que logras mover es inmediatamente sustituída por otra nueva... pero no tienes nada mejor que hacer y tu instinto de supervivencia te guía a ello, a reptar con todas tus fuerzas en la fría y compacta tierra que te envuelve en un húmedo manto.

Te contorsionas como una lombriz, pugnando a ciegas contra un enemigo superior en fuerzas, inexorable y apabullante.

El instinto te guía en una dirección aunque en algún momento dudas de su certeza y temes estar escarbando hacia el centro de la tierra en lugar de hacerlo hacia el exterior.

Sigues como puedes, milímetro a milímetro, pugnando con todas tus fuerzas hasta que por fin, sin saber exactamente como lo has logrado, tu mano emerge triunfal al exterior.

El dolor resulta estremecedor, inenarrable: El contacto de tus fríos dedos con la mortecina luz del sol de invierno te hacen retroceder instantáneamente y con la mano, todavía humeante, batiéndose en fulgurante retirada hacia tu madriguera subterránea. Lloras desconsolada. Solo te queda esperar.

Permaneces expectante, tratando de captar los sonidos, el cambio de temperatura, algo que te indique que por fin ha anochecido... de nuevo te dejas guiar por tu instinto que, otra vez resulta certero. Te arrastras otra vez al exterior, estás sucia y débil, al límite de tus fuerzas. A punto de caer exhausta. Reptas hasta el exterior y te quedas postrada en el suelo bajo la noche estrellada...

...ella nos sobrevivirá... había dicho. Y tenía razón.

Ya te lo dije, alguna de esas sanguijuelas iba a sobrevivir - una curiosa pareja, formada por una bella joven, que es la que ha hablado, y un niño de unos once años te observan, al parecer escasamente impresionados por tu aparición, prácticamente como si la hubieran estado esperando y llegaras tarde a la cita. Un atisbo de reproche acompaña sus gestos.

Ya -. Responde el niño de manera tajante, dirías que demasiado abrupta para su tierna edad.

Cógela - ordena la mujer -. Se viene con nosotros - sentencia.

El crío le dedica una severa mirada con la que evidencia que cumplirá el mandato pero que no se acostumbre a ello. Recorre grácilmente los escasos metros que los separan de tu posición y te dedica una sonrisa diabólica, descarnada - Venga pava, nos vamos - y te carga sobre su hombro con pasmosa facilidad.

Te gustaría discutir, dar tu opinión acerca de lo que está ocurriendo, preguntar a dónde te llevan por lo menos... pero no tienes fuerzas ni ánimo para ello, estás profundamente agotada y, además, el niño desprende algo, una especie de aura que te hace... no sabes precisar si confiar en él o es simplemente que le tienes miedo, que resulta demasiado inhumano como para ponerse a discutir con él... el hecho es, sea como sea, que le dejas hacer sin oponer resistencia alguna.

El crío te echa, como si de un fardo se tratara, a la parte descubierta de una ranchera que arranca prácticamente de manera simultánea a tu caída. 

El frío aire de la noche te envuelve de un modo irreal, casi dirías que reconfortante. Las estrellas y la luna brillan encima tuyo por la autopista que conduce de Terrassa a Barcelona, ...ella nos sobrevivirá... habían dicho, de momento resulta ser verdad y lloras agradecida antes de caer en un sueño plagado de pesadillas en el que, por lo menos, resultas haber sobrevivido.

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10/02/2018, 13:32
Marta Tejedor

Había sobrevivido. Estaba a metros bajo tierra, pero había sobrevivido. Sin embargo, lo que al principio parecía un milagro, no tardó en mostrar su verdadero rostro. Notaba todo el peso de la tierra que había sobre mí en cada centímetro de mi piel. Era dolorosamente consciente de lo desesperado de mi situación y, tras intentar salir y revolverme con fuerza sin éxito abracé la idea de que la vida, o lo que fuese aquello, se estaba riendo de mí.

En la soledad, rodeada de húmeda tierra y cadáveres, envidié incontables veces el destino que habían sufrido los demás. Incluso Rose y sus condenados amigos habían tenido la suerte de la muerte de forma definitiva. Después de todo lo que me habían hecho, de todo lo que me habían arrebatado, de todas las palizas, de todas las esperanzas que Rose me había hecho creer con Manu, después de todo eso, ellos habían sido recompensados con la muerte. El destino me estaba gastando una broma pesada, alargando mi existencia de las formas más miserables que pudieran ocurrírsele a la mente más perversa.

Cerré los ojos y me abandoné a la oscuridad. Los volví a abrir y me revolví una vez más. Lloré, pero los ojos no se me humedecieron. Empezaba a olvidar lo que era esa sensación. Me volví a abandonar. Grité de pura rabia y me arrepentí al instante cuando la boca se me llenó de tierra. Por suerte ya no necesitaba respirar, hasta eso me había sido arrebatado. Me revolví por enésima vez, incapaz de soportar aquel encierro, pero mi cuerpo no se movió ni un milímetro. Sentía que me ahogaba, una idea absurda, dado que no tenía que respirar, pero mi cabeza no lo sentía así al parecer.

Manu, ¿dónde estás? Hasta en la muerte se me niega el reencuentro y ahora, que debía estar muerta por segunda vez, se me niega el privilegio. Sollocé, pero una vez más no cayeron lágrimas carmesís. Probablemente me esté quedando seca. Tal vez sea lo mejor, ¿no? Tal vez eso acabe mi miseria al fin. Sé que después de lo que Rose me ha hecho no podré volver a verte, Manu, pero no aguanto más esto.

Un movimiento. Tan pequeño que me planteé que fuese fruto de imaginación. Demasiado pequeño, demasiado insignificante. Volví a intentarlo. Esa vez lo noté. El dedo se movió. Pese a la insignificancia del gesto era el primer movimiento real tras…. ¿Tras cuánto?  Daba igual. Eso no importaba. No puede ser coincidencia que me estuviera despidiendo de Manu y justo me moviese. No, ha sido coincidencia.

Con energías renovadas me contorsioné, con dolorosa lentitud. El tiempo pasaba y yo no me daba por vencida. La imagen de Manu me daba fuerzas. Sabía que estaba muerto, sabía que no me iba a estar esperando arriba con los brazos abiertos, pero en aquel entonces decidí creer eso. Pensamientos negativos me perseguían a cada segundo. ¿Estoy avanzando en la dirección adecuada? ¿De verdad merece la pena? ¿Me estoy moviendo siquiera? Los intenté callar. No ayudaban. Solo las fuerzas que me transmitía Manu ayudaban. Él no hubiese querido esto. No hubiese querido que yo acabase así. Tengo que hacerlo por él.

Tras una eterna agonía, al fin mi mano salió de debajo de la tierra. Un dolor indescriptible acompañó la agridulce sensación de libertad y volví a meter la mano con rapidez. Estaba ahí, lo sabía. Tan cerca pero tan lejos a la vez. Se podría creer que, tras tanto tiempo y miseria bajo el suelo, o lo que me parecía a mí tanto tiempo al menos, esperar unas horas sería fácil. No era así. Tener la seguridad de tener la tan ansiada libertad al alcance de mi mano, pero no poder salir y abrazarla, era casi tan agónico como la espera a la inevitable muerte sino más. Me vi tentada a intentarlo de nuevo varias veces, pero esperé hasta que mis instintos me dijeron que era el momento.

Con un último esfuerzo salí a la superficie bajo el amparo de la noche. No, no estaba Manu. Eso ya lo sabía. Y tampoco estaba sola, que era la segunda de las posibilidades más atractivas. Una pareja me devolvía la mirada. Quería correr, quería chillar, quería llorar. ¿Por qué? ¿Por qué me pasa esto a mí? En vez de eso, me desplomé, exhausta, y acepté que aquella pareja decidiría mi destino. Tampoco es que tuviese muchas más opciones, dudaba que pudiera ponerme en pie. Por el tono de la voz de la chica y la sonrisa del niño la opción más tentadora parecía ser la muerte. Tal vez haya merecido la pena. He luchado, he hecho todo lo estaba en mi mano y ésta es mi recompensa.

Sonreí. Había salido de un infierno para entrar en otro. Se había repetido el proceso y había acabado bajo tierra. Había vuelto a salir de ese infierno y entrababa en otro. Sin embargo, tal vez, con un poco de suerte, este infierno fuese el definitivo. Con esos pensamientos cerré los ojos en la parte trasera de la camioneta. Era una perspectiva feliz

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15/02/2018, 15:38

Despiertas.

Tan viva o tan muerta como pueda estarlo un Vampiro.

...ella nos sobrevivirá... habían dicho. Tenían razón; por lo menos por el momento.

Tu sensación inicial es que te encuentras en una lóbrega habitación; alguien que velaba tu descanso se ha dado cuenta de que has recuperado la consciencia y sale de la dependencia con los pasos aburridos y solitarios del habituado a cumplir órdenes sin rechistar, eficiente y desapasionadamente. 

Pasos que se pierden por un largo pasillo cubierto con una ajada y polvorienta alfombra, hasta topar con alguien "Ya ha despertado, Señor" una voz de hombre maduro, alrededor de los sesenta años, tal vez más, no crees que menos. "Ya?" el crío que te lanzó a la ranchera escupe contrariado a pesar de, al parecer, tratarse del destinatario de la información tan educadamente transmitida por el que fuera tu guardián, el hombre de unos sesenta años "...voy a por los otros..." añade el chaval "...tu espera fuera" ordena con un "Si, Señor" como toda respuesta.

Pasos que se separan: Los del niño se pierden en las entrañas del lugar en el que te encuentras, tal vez un edificio, intuyes. Los del custodio, en cambio, se arrastran de regreso a la habitación pero, en lugar de entrar, y acatando el estricto mandato recibido, se mantienen fuera, obedientemente sentados en una vieja silla que hace algunos siglos que envejece al lado de la puerta.

Tratas de observar tu alrededor. Te das cuenta, alarmada, que estás firmemente sujeta a la cama mediante gruesas correas de cuero y, además, que vas completamente vendada, de pies a cabeza. Al parecer, la única abertura existente en el laborioso vendaje es el que hay a la altura de tus ojos.

La habitación en la que te encuentras parece sacada de otra época, con muebles, accesorios y apliques viejos y polvorientos: La cama en la que estás apresada, de robustos barrotes de hierro coronados por pesadas bolas. Una cómoda de madera de nogal, también vieja y oscura. Una silla de idéntico material justo al lado de la cama y un Santo Cristo agonizando como única decoración de las desconchadas paredes desnudas.

Una única ventana, cubierta con pesados y oscuros cortinajes y cerrada a cal y canto con robustos porticones, también de vetusta madera ennegrecida por el paso del tiempo... percibes, en esa dirección, el incesante traqueteo de la lluvia repiqueteando contra el cristal en el exterior.

Un interruptor de rueda, también procedente de la más amarga posguerra española, parece gobernar la bombilla que agoniza, suspendida encima de tu cabeza. Otro interruptor, colgado de un hilo, discurre por el cabezal de la cama para reposar en la almohada, a escasos centímetros de tu cabeza pero totalmente inaccesible habida cuenta las ligaduras que tan firmemente te sujetan.

Al fin otros pasos se acercan por el pasillo y acceden a la dependencia. Tres individuos: El crío diabólico al frente, seguido de un individuo ataviado con bata blanca que aparenta tener entre cuarenta y cincuenta años, el semblante estricto y riguroso de un eficiente profesional de la medicina; ambos seguidos por una mujer de edad indefinida, pasados los cincuenta, venerable, que viste ropa antigua, totalmente acorde con el mobiliario que te rodea y que irradia una indescriptible aura de magnificencia que te hace pensar que, pase lo que pase, esa mujer permanecerá imperturbable y sólidamente instalada en su condición de incuestionada matriarca.

La luz de una diminuta linterna que el Doctor ha sacado de alguno de sus bolsillos ilumina la seca laguna de tus pupilas - En efecto - confirma - está consciente.

Perfecto - la mujer, ya repanchingada en la única silla de la habitación esboza algo parecido a una sonrisa -. Mikel - requiere del engendro con aspecto de crío - ya no hará falta... esto - ladea la cabeza hacia los amarres que te sujetan a la cama -. Verdad que no, preciosa? - te dedica una cándida mirada, condescendiente.

Sin problema, Señora - el crío, Mikel, desata las correas y te acomoda en la cama, incorporando tu torso y cabeza sobre las almohadas para que quedes en una posición más erguida que te permite una mejor visión de tu entorno... y prestar la adecuada atención a tu anfitriona.

Doctor - de nuevo es ella la que dirige las operaciones - si no dispone usted lo contrario podríamos ir informando a nuestra huésped sobre el motivo de su... presencia - como eufemismo dictado en relación a tu misma existencia.

El médico asiente sin mediar palabra y extrae unas tijeras de pico de pato, de las típicamente empleadas en los hospitales para cortar los vendajes, con las que va dando cumplimiento a la tarea encomendada, rasgando los vendajes que cubren tu cabeza.

Me cuentan aquellos que te han examinado que eres neonata, apenas un bebé recién ingresado en nuestra realidad - te informa la matriarca -. Teniendo eso en cuenta y los antecedentes de los salvajes que te abrazaron es más que probable que no sepas prácticamente nada acerca de lo que eres - relata pausadamente, tranquilamente instalada en su silla y sin perder en absoluto la compostura que la caracteriza -. En realidad diría que es casi mejor así, que no sepas demasiado. Mejor para ti, mejor para nosotros. Mejor para el mundo en general - describe crípticamente -. Sin embargo soy de la opinón que algo, aunque sea poca cosa, si tienes derecho a conocer - concede -. Esos salvajes te abrazaron - enfatiza - eso implica que te convirtieron en alguien similar a ellos, a nosotros, a mi misma - explica enigmáticamente -. Eres un Vampiro, miembro de una estirpe inmortal tan antigua como la humanidad misma - sigue -. No pienses en ello como algo positivo, más bien es una maldición que probablemente hará de tu existencia algo insufrible - advierte -. Pero es lo que hay, preciosa. Al fin y al cabo, uno no escoge su destino y solo esos locos saben porqué te escogieron a ti... Diría que ahora no están en condiciones de responderte al respecto - concluye tajante.

Como en todo, nuestra existencia milenaria no está exenta de conflicto - retoma el relato -. Del mismo modo que no estás en posición de escoger tu destino tampoco puedes decidir cual es tu familia - determina -. En este caso has caído en la nuestra, en la de los clandestinos que pretendemos tomar el control de Barcelona.

Qué quiero decir con controlar Barcelona??? - requiere reflexivamente - Todas las ciudades del Mundo están controladas por alguna de las facciones de Vampiros. En Barcelona, desgraciadamente, es la Camarilla, el bando opuesto al nuestro, quien lleva el cotarro... por ahora - vuelve a sonreír enigmáticamente -. Si ellos descubrieran tu naturaleza, si supieran qué eres, darían fin a tu existencia de una manera cruel y dolorosa, igual que hicieron con tus captores. De hecho, no me extrañaría que ya estuvieran buscándote como locos. No pierdas eso nunca de vista, preciosa, es con nosotros, tus iguales, con los únicos que puedes sentirte a salvo...

El Doctor termina de deshacer los últimos vendajes de tu cabeza y los arroja a una enclenque papelera que hay al lado de la cama. Busca, a continuación, aprobación de la matriarca que asiente brevemente autorizando que el crío, Mikel, te tienda un espejo de mano con el que mirar, por vez primera, tu nuevo rostro:

Recorres con los fríos dedos tu mejilla, tratando de confirmar que la chica que te contempla asustada desde tu reflejo no es un espejismo. No, nada de eso: Eres tú solo que nada que ver con quien habías sido. Un nuevo rostro, un aspecto totalmente nuevo, nada que ver con la Marta que conocías... Algo se quiebra en tu interior, la necesidad de recuperar tu identidad, de saber qué eres y qué se supone que se espera ahora de tu existencia.

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15/02/2018, 20:43
Julia

Me desperté. Notaba mi cuerpo más entumecido que de costumbre, pero era normal dadas las circunstancias. Mis últimos y angustiosos recuerdos volvieron poco a poco y generaron en mí una sensación de agobio de la que intenté desprenderme revolviéndome en la cama. Mala idea. Mis movimientos alertaron a alguien, un hombre mayor al parecer, que inmediatamente salió de la habitación e informó a alguien de mi despertar. Una sonrisa inhumana vino a mi cabeza al escuchar la respuesta.

Al mirar alrededor buscando una forma de escapar me percaté de que estaba en una habitación sacada de otra época, pero eso dejó pronto de tener importancia cuando me percaté de que estaba completamente vendada y fuertemente atada a la cama. No. No tardé en notar aquella sensación extraña y sofocante. Parecía como si me estuviese quedando sin aire, aunque ni siquiera lo necesitase ya. Notaba una enorme presión en mi pecho y traté de librarme de mis ataduras, pero resultó imposible. ¿Por qué me pasaba esto? Tenía que salir de allí.

No paré hasta que escuché que nuevos pasos se acercaban a la habitación. Traté de calmarme, no quería que me viesen débil, no quería darles esa satisfacción. Agradecí en parte mi nueva condición, ya que, de seguir siendo humana, habrían podido escuchar mi agitada respiración y visto el sudor que habría recorrido mi mente.

Miré a las tres personas que entraron en mi habitación. Hacían un grupo de los más curioso. Un médico, una mujer que le recordó en cierta forma a la Dona de una de las familias de famosos de las películas y el niño sacado de una película de terror. Esperé en silencio, tratando de imaginar la pinta que tendría allí atada a la cama con todo el cuerpo vendado. No quería imaginarse las heridas que habría sufrido para acabar vendada de aquella forma ni las cicatrices que le quedarían, si es que podía tener cicatrices.

No moví ni un músculo mientras el hombre comprobaba mis muertas pupilas y me contuve para no tratar de librarme de aquella cama, solo empeoraría mi situación. Como un condenado a muerte que espera a que lean el pertinente discurso, esperé. Fue la mujer la que, tras el diagnóstico evidente del supuesto doctor, habló, tomando las riendas de la situación como yo ya había supuesto que haría. Tenía madera de líder. Además, sus palabras fueron como música para mis oídos. Ni siquiera me estremecí demasiado cuando el niño demoniaco se me acercó, ya que lo único que me importaba en aquel momento era que me desatasen y acabasen con la agónica presión que sentía en el pecho.

Me sorprendió que el niño me acomodase y me ayudase a incorporarme en la cama. Era muy distinta a la forma en la que me había tirado al vehículo. Probablemente fuese por la presencia de la mujer. Mikel… Ese nombre no es de aquí. Sin embargo, no tenía demasiado tiempo para pensar en aquello. Me sentía mucho mejor una vez liberada de mis ataduras y la mujer acaparó toda mi atención. Era casi hipnótica.

Noté que el médico empezaba a cortar los vendajes, pero mi mente estaba centrada en ella. Por una vez en mucho tiempo y por primera vez en mi nueva no-vida alguien me trataba como si fuese una persona. O bueno, lo que sea que fuese. Alguien trataba de explicarme lo que estaba pasando y me daba pistas sobre la razón de que yo siguiese existiendo. Por alguna razón que escapaba a mi comprensión, aquella mujer que estaba evidentemente muy por encima de mí, se molestaba en explicarme lo mínimo y lo hacía de una manera agradable. Incluso quería hacerme creer que yo era similar a ella en alguna forma, posiblemente por lástima.

Escuché las siguientes palabras de la mujer con inmenso interés y tratando de quedarme con todo. Sabía que había muchísimas cosas que no me decía, pero no podía sino agradecerle la información. Era mucho más de lo que había recibido de mis anteriores captores. Más de lo que ella me debía.

¿Significa eso que han muerto? ¿Todos? Dije, sin poder contener la alegría en mi tono. Cogí el espejo casi por inercia, ya que aún estaba pensando en las palabras de la matriarca y miré el rostro que me devolvía la mirada. Al principio no lo entendí y a punto estuve de girarme para buscar a la chica que me devolvía la mirada. Cuando mi mano tocó mi rostro y la muchacha de la imagen repetía el rostro algo dentro de mí se rompió. Tardé varios segundos en aceptar que la chica gótica que me devolvía la mirada era en realidad yo y, cuando lo hice, un vacío se apoderó de mí. Pensaba que ya no me podían arrebatar nada más, pensaba que me habían dejado seca, que estaba tan abajo que la vida era lo único a lo que podía aferrarme. Estaba equivocada. Aquellas personas se habían llevado mi identidad. Me la habían arrancado y me habían dejado con… con… con eso que me dedicaba una mirada de desesperación.

Por… ¿Por qué? Conseguí pronunciar con voz rota y tratando de mantener la compostura y no sollozar. Me llevé un dedo al rostro y empecé a rascar, despacio, esperando deshacerme del maquillaje blanco. Rasqué con fuerza con la mirada fija en el espejo, que empezaba a zarandearse debido a los movimientos cada vez más bruscos que el otro brazo hacía en vano. ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿POR QUÉ? A medida que mi tono aumentaba también lo hacía la fuerza con la que trataba de arrancarme aquella máscara con las uñas.

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27/02/2018, 14:29

¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿POR QUÉ?

Un soslayo basta, el brillo azabache de la mirada de la vieja reflejado en tus pupilas unido a una palabra, apenas pronunciada: - Relájate -. Solo eso, simple y eficaz para sentirte como una niña malcriada en pleno arrebato. Una idea que asalta poderosamente tu mente reduciendo el vigor con el que tratas de arrancar el nuevo cascarón en el que habitas... hasta cesar del todo, con la única reminiscencia de las gruesas lágrimas anegando tus ojos y la piel descamada y que, en caso de seguir viva, estaría claramente enrojecida.

...y ahora, explicadle la situación - la vieja se reclina en la silla, cediéndole esa obligación a sus misteriosos acompañantes.

El tema - inicia El Doctor, las manos cruzadas detrás de su espalda y un rictus de gravedad acompañando sus palabras - viene a raíz de Los Cazadores...

Qué son los Cazadores??? - interviene Mikel, el espeluznante chaval - Gente de Fe - soslaya desdeñosamente el crucifijo que cuelga encima tuyo - dedicados en cuerpo y alma a descubrir nuestros secretos, encontrarnos y acabar con nosotros.

Hacía décadas que estaban... tranquilos - de nuevo El Doctor -. Al parecer habían suscrito algún tipo de pacto o armisticio con Montoya, Príncipe en Barcelona de la Camarilla.

Pero de unas semanas a esta parte el asunto... la situación - Mikel repite el término empleado por la matriarca - ha cambiado.

Tuvimos noticia de que ellos, Los Cazadores, habían asaltado un local controlado por la Camarilla - interviene El Doctor.

El Halley - precisa Mikel -. Se trata de un bar de copas del Born que sabíamos que era dominio de esa escoria - escupe con rabia -. Al saber que lo habían atacado fuimos a husmear... Al parecer se les fue el asunto de las manos y acabaron incendiando el local...

Buscaban algo - determina El Doctor - pero al declararse el incendio debieron huir con las manos vacías...

Pero dejaron olvidado algo, algo importante - Mikel esboza una descarnada y escalofriante sonrisa.

A Julia, la propietaria - precisa El Doctor - se trata de... cómo llamarla??? Tu alma gemela???

La que tiene la patente de tu nuevo rostro - añade Mikel de manera soez.

Estaba estacada en una habitación que alguien se había encargado de clausurar.

Como una habitación de esas del pánico o algo así - de nuevo Mikel.

La trajimos aquí y la interrogamos - un brillo malvado, sádico ilumina la mirada del Doctor, como si el mero recuerdo de ese interrogatorio le suscitara cierto placer sexual -. Nos contó que es Chiquilla de un Ventrue de la ciudad, Ventrue es uno de los clanes en que se organiza la Camarilla - aclara -. Su padre es un tal Nicklauss, alguien no demasiado importante y del que ni siquiera teníamos constancia.

Sufrieron el ataque y Marc, uno de los criados de Julia, la estacó y encerró para protegerla. Ella solo vio el principio del asalto, cuenta que el que lideraba a los Cazadores era un tipo muy extraño... - relata paradójicamente Mikel -. Se trataba de un individuo con la cabeza afeitada y tatuajes en su rostro, Julia no nos quiso contar qué buscaban, asegura no saberlo...

Pero tal vez a ti, su viva imagen si quiera decírtelo - la vieja se incorpora en su silla y toma las riendas de la explicación -. La Camarilla no abandona fácilmente a sus integrantes. Cuando dimos con Julia pensamos desprendernos de ella y atribuir su muerte a los Cazadores, iniciar un conflicto del que tal vez pudiéramos beneficiarnos - la mujer se levanta e inicia un lento y reflexivo deambular en círculos por la habitación -. Pero entonces apareciste tu y creímos que podíamos sacar mejor tajada de la situación - enfrenta tu mirada cándidamente -. Adoptarás la imagen y personalidad de Julia y, cuando te encuentren en el Halley, te infiltrarás en la Camarilla... Algo se cuece en la ciudad para que los Cazadores anden agitados, hay que averiguar qué pasa y de qué manera podemos sacar partido de ello, entiendes la gravedad del asunto - adopta un tono maternal con el que deja clara la necesidad de que no tengas ninguna duda acerca de la importancia de tu cometido...

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03/03/2018, 19:28
Julia

Una sola palabra. Una palabra y aquella mujer había hecho que me sintiese ridícula. Me calmé, dejando que las manos cayesen de mi rostro a la cama sin fuerza. Esa mujer no es normal. Bueno, no es normal, evidentemente, pero... hay algo. Bueno, con ella y con los demás. El doctor acaba de someterme a una completa cirugía plástica y ni siquiera tengo cicatrices. 

Apática, escuché las explicaciones y órdenes que se me daban. Cazadores, asesinos, príncipes, camarillas... No entendía lo que trataban de explicarme y sabía que era importante, de vida o muerte, pero simplemente mi cerebro no estaba en condiciones de asimilar tanta información. Por no mencionar que era evidente que se me estaban contando las cosas a medias.

Julia. Miré otra vez su rostro, el rostro que pertenecía a la muchacha llamada Julia. Parecía menor que yo. Al menos en apariencia, claro. Creo que ahora mismo ella está peor que yo. Bueno, o mejor, ella sabe que va a morir. Probablemente sufrirá en las sádicas manos del doctor y en las del niño, pero sabe que su final es cierto como que la noche acabará cuando salga el sol. No tiene que luchar. Ella puede abandonarse. A mí me intentan decir que tengo una salida. ¿Pero es así?

Nicklaus, Marc, cabezas afeitadas y tatuadas... ¿cómo iba a montar el puzle de la vida de alguien y fingir ser ella? Información general, era todo lo que me estaban dando, y pretendían que me infiltrase en el bando enemigo y que les sonsacase información. Sería cuestión de tiempo que me descubriesen. Un mal gesto, una palabra equivocada, una respuesta fuera de lugar y la chispa de la sospecha estaría prendida. Un segundo, un minuto, horas, días... El falló se haría evidente tarde o temprano y con lo que me daban no tendría absolutamente ninguna forma de arreglarlo. Tenía la sensación de que me estaban lanzando a una tormenta con unos manguitos.

Asentí a las últimas palabras de la mujer. Por supuesto que entendía la gravedad del asunto. Claro que entiendo la gravedad de lo que me pedís. Os preguntaría la razón de que me mandéis a mí en vez de a cualquier otro vampiro que conozca más que yo nuestro mundo y que pueda hacerse pasar por Julia mejor que yo, que hasta hoy no sabía nada, pero sé la respuesta. Es una misión peligrosa, casi suicida diría. Clavé los ojos en los de la mujer. Suplantar a alguien es muy difícil.

Hice una pausa, midiendo las palabras. Sabía que si me pasaba de la ralla aquella mujer tan maternal no dudaría en ordenar que me arrancasen la cabeza. En vez de eso me mandáis a mí, la nueva, la desconocida. Si os sale bien, me infiltro y puedo descubrir algo y pasaros la información. Si os sale mal, me descubren y acaban conmigo. Mejor perder a alguien nuevo e insignificante que a alguien veterano. Además, la camarilla seguiría sabiendo que el destino de Julia fue por culpa de los cazadores, como pretendíais al principio. No perdéis nada.

Hice una pausa y suspiré. Lo haré. Dije finalmente, como si me dejasen algún tipo de alternativo. Pero cuando acabe quiero mi rostro de vuelta. Pedí, mirando al hombre para comprobar si podría hacerlo. ¿Cuánto tiempo con Julia para conocerla? Añadí, esperando que fuese más del que pensaba.

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07/03/2018, 15:26

La mujer atiende el fatalismo y resignación con la que encaras la supuesta misión suicida sin ni siquiera molestarse en corregirte o animarte a pensar de manera distinta a como lo haces: Eres la última en llegar y vas a tener que ganarte el derecho a subsistir. Lo tomas o lo dejas, no hay más... 

Y es probablemente la cruda franqueza de los términos como se te presentan lo que tal vez te anima a intentarlo... A pesar de todo, a sabiendas de la dificultad de la misión que se te exige, de saber o intuir que es prácticamente un suicidio del que es poco probable que logres sobrevivir.

...cuando acabe quiero mi rostro de vuelta. 

Me parece un trato justo - aunque no estés en posición para negociar -. Cuando todo acabe te devolveremos tu rostro... - accede - ...si todavía es realmente lo que deseas - añade.

¿Cuánto tiempo con Julia para conocerla?

No demasiado - admite -. Cada minuto son concesiones a la Camarilla, tiempo para que registre el local y malogre la escasa ventaja con que contamos - explica -. Un interrogatorio, aquí y ahora. Basta - tajante -. Al fin y al cabo tal vez lo mejor será que cuando te despierten simules estar bajo los efectos del estrés postraumático... Eso es algo de lo que el Doctor podría darte algunas nociones pero que, en cualquier caso, no sería de extrañar que despertaras desorientada tras un asalto de esas características... Eso te dará tiempo para situarte y ver qué ocurre - la vieja se encamina hacia la salida -. Preparadla ya para el encuentro - indica a los otros Vástagos presentes en el lugar -. No te preocupes en exceso - regresa a ti, arengándote -. Eres más fuerte de lo que piensas. Has sobrevivido hasta ahora - recuerda -. Lo harás bien - concluye con una enigmática sonrisa con la que parece despedirse y con la que, efectivamente, abandona la estancia dejándote a merced de los otros dos sujetos.

*****************************************************************

Xavi entra -. Como siempre tajante, Mikel le ordena al tipo que había custodiado tu sueño que comparezca en la habitación.

Entre él y El Doctor te ayudan a incorporarte y sentarte en la cama. Te sientes mareada, confundida, vas descalza y vistes únicamente el típico camisón de hospital anudado al cuello y que deja tu espalda desnuda. Te sientes denigrada, humillada, y el hecho que no logres apoyar bien los pies en el suelo no ayuda a mejorar la situación.

Emergéis de la habitación a un oscuro pasillo, débilmente iluminado con viejos apliques colgados en la pared; poco a poco, paso a paso, vas ganando confianza en tus fuerzas hasta que prácticamente crees que puedes caminar sola y rechazas la incómoda ayuda de tus asistentes; apoyas la palma de tus manos contra las paredes empapeladas y logras avanzar de manera lastimera e insegura pero con una creciente confianza.

Llegáis a otra habitación, muy parecida a la inicial pero sin cama, solo ocupada por un ajado armario y un endeble biombo; sin mediar palabra, Mikel saca del armario un montón de ropa que nadie se ha molestado en plegar y la arroja detrás del biombo: - Tu nuevo vestuario - anuncia secamente -. Acostúmbrate a él. Es lo que hay - sentencia.

Ya situada tras el biombo por fin logras despojarte del humillante camisón y contemplas el absurdo amasijo de ropa: Una camiseta de manga corta de MotorHead, pantalones tejanos y unas Converse granates; una gastada chaqueta de cuero negro, calcetines y ropa interior... al parecer Julia no era el Vástago más glamouroso de la ciudad.

A pesar de todo te pones la ropa en la que te sientes incómoda, ajena a ti, como si de un disfraz se tratara que, afortunadamente, es de una talla compatible con la tuya; sales de detrás del biombo ante la aprobadora mirada de tus tres acompañantes.

Venga - apremia El Doctor -. Vamos abajo - indica.

Efectivamente, los sujetos te guían por las escaleras de un viejo y destartalado edificio lleno de polvo y humedades, luces que parpadean agónicamente y peldaños y baldosas sueltas; llegáis a una suerte de subterráneo o mazmorra que Xavi abre con una gruesa llave oxidada que extrae de uno de los profundos bolsillos de su chaqueta.

Mikel enciende una que tiembla exánime en una pared; unos grilletes cuelgan del techo y mantienen suspendida a tu gemela que permanece, estacada y aparentemente inconsciente encadenada a las argollas que han levantado profundas llagas que supuran en sus muñecas.

La chica, Julia, está completamente desnuda y tiene el cuerpo y rostro cubierto de finas y profundas heridas aparentemente causadas con algún objeto muy afilado. Un bisturí, concluyes horrorizada y sin poder evitar dedicar un soslayo al Doctor que sonríe sádicamente a tu lado.

Alguien, tal vez el mismo Doctor, ha esparcido sal y otras sustancias en las heridas con el claro propósito de aumentar deliberadamente el dolor que ya de por si debían causar; a pesar de estar colgada, el ángulo antinatural que adopta uno de los brazos de la chica indica, sin lugar a dudas, que le han desencajado el codo, a todas luces también para aumentar su agonía.

La estaca es la original - indica el Doctor de manera meticulosa, profesional -. Es con la que el tal Marc, su criado, la estacó para dejarla allí tirada - sigue haciéndole un gesto a Mikel para que se la quite; cumpliendo a regañadientes su mandato, el crío da un potente tirón de la estaca que pende del omoplato de la chica que, tras un breve instante inerte, yergue repentinamente la cabeza, súbitamente consciente del dolor que asola su cuerpo gime quejumbrosa y abre mucho los ojos, tratando de discernir la pesadilla a la que se ha visto impelida a regresar, deseando su pronto fallecimiento.

Julia parpadea horrorizada, sus ojos recorren a los presentes en la sala y tiemblan especialmente cuando reparan en la presencia del Doctor, cuya asistencia parece estremecerla y hacerla temblar y convulsionarse.

Pasado ese instante inicial, en la bruma de agonía en la que subsiste parece darse cuenta de tu presencia y te dedica una mirada horrorizada -. Qui... quién... - balbucea con la boca seca y pegajosa, llena de babas y sangre seca - ...qué eres tu??? - implora con un deje de sospecha, horror y, tal vez, esperanza en que supongas algo parecido a su liberación o, por lo menos, el fin de su agónica existencia.

Notas de juego

No sé si por el camino querías hacer algo... si es así dime y lo cuadramos.

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12/03/2018, 16:57
Julia

Escuché las palabras de la matriarca y asentí. Probablemente fingir estrés postraumático sería la mejor opción que tratar de interpretar el personaje desde el principio. Con lo que consiguiese de la entrevista con ella y valorando las actitudes de los demás hacia Julia tal vez podría dar el pego. Al menos por un tiempo y con la excusa del trastorno causado por el ataque.

Me dejé guiar por la casa y me disfracé con aquellos ropajes que tan poco iban con mi personalidad. Una rockera. Bueno, es un comienzo… Los rockeros acostumbran a tener personalidades fuertes, independientes y algo agresivas. Justo como tú, Marta. Sintiéndome ridícula y tratando de no pensar en lo poco que se correspondía Julia conmigo, seguí a mis guías y supuestos compañeros hasta una especie de mazmorras.

Al ver el estado del cuerpo, que ahora era idéntico al mío, aparté la mirada. Sin embargo, me obligué a mirar para recordarme lo que me pasaría si fracasaba, si me descubrían o si intentaba escapar. Estaba viva. Probablemente ella desearía estar muerta, pero no, estaba viva y sufriendo una agonía.

Observé con curiosidad la forma en la que Mikel, el niño diabólico, arrancaba la estaca de su espalda y el despertar de Julia. Horrorizada, deseando tener la estaca de vuelta en su homoplato para siempre. Distinguí una expresión muy clara, el terror. La forma en la que miraba al Doctor mostraba verdadero horror. Sin embargo, aquello tampoco me decía nada, ya que sospechaba que cualquiera se hubiese mostrado así después de pasar por las manos de aquel hombre. No podía sacar ninguna conclusión de aquello.

Cuando sus ojos se centraron en mí sentí lástima por la chica. No por su estado, sino por la esperanza que asomó en sus ojos. No sabía que mi presencia en aquella sala no cambiaba su estado en nada.

Tranquila, estás a salvo, al menos de momento. Ellos ya han acabado. Empecé susurrando en su dirección. Sabía lo que quería hacer, pero no sabía si funcionaría. En cuanto recojan se irán y podremos hablar a solas, pero no digas nada más o volverán a empezar. Esperé a que Mikel y el Doctor captasen la idea y se fuesen de la instancia, sin siquiera mirarles.

Cuando escuché que los pasos se alejaban, me asomé, fingiendo que me aseguraba de que estuviésemos a solas y volví apresuradamente al lado de Julia. No tenemos mucho tiempo, pueden volver en cualquier momento. Seguí susurrando. He conseguido engañarles, en breve saldré de aquí. Te llevaría conmigo pero no puedo, jamás me dejarían.

Me arrodillé frente a ella y clavé mis ojos en los suyos. Voy a buscar ayuda en Barcelona. ¿Crees que es buena idea que avise a Nicklauss? ¿Con quién más podemos contar? He intentado contactar con Marc, pero está muerto. Te sacaré de aquí. Tú solo aguanta.

Sabía que era difícil que se tragase aquello, al menos sin un poco de ayuda. Confiaba en que, en su estado, se agarrase a cualquier clavo ardiendo, pero tenía que animarla a hacerlo. Traté de disminuir aquellos sentimientos de desconfianza, aliviarlos, favoreciendo la llama de esperanza que se había avivado al verme. Tal vez aumentaría el terror al mencionar al Doctor de nuevo y estuviese más animada a contarme lo que sabía y a darme pistas sobre cómo era ella en realidad. No hables muy alto o alertarás al doctor y será malo para las dos.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Uso dementación al uno para alterar las emociones como lo he indicado. No sé la humanidad de Julia, así que he puesto 6 base.

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14/03/2018, 15:38
Julia

En cuanto recojan se irán y podremos hablar a solas, pero no digas nada más o volverán a empezar.

Dándose por enterados del mensaje, Mikel y El Doctor cruzan una elocuente mirada tras la que se retiran de la estancia junto al otro individuo que os acompaña. Cuando te asomas a la puerta confirmas que permanecen allí, evidentemente pendientes de lo que ocurra entre ti y la moribunda encadenada que dejan a tu disposición, expectantes al otro lado de la puerta pero sin llegar a cerrarla; sea como sea os dejan a solas.

Hallándote en esa tesitura, algo extraño ocurre en tu mente, una voz interna o instinto1 te empujan a... controlar la mente o sentimientos de esa mujer, tirar de los hilos que dominan sus emociones para lograr que confíe en ti o algo parecido...

Voy a buscar ayuda en Barcelona. ¿Crees que es buena idea que avise a Nicklauss? ¿Con quién más podemos contar? He intentado contactar con Marc, pero está muerto. Te sacaré de aquí. Tú solo aguanta.

La chica, aparentemente exhausta, parece quedarse con tus dos últimas frases, "Te sacaré de aquí. Tú solo aguanta" a las que se aferra con una sonrisa complacida que le nubla la vista con sangrientas lágrimas de agradecimiento... su cuerpo se balancea pesadamente bajo las oxidadas cadenas tensando las brutales llagas que recorren sus muñecas.

gra... grac... gracias... - balbucea fatigada, cierra los ojos y por un momento crees que ha perdido la conciencia aunque vuelve en si tras un instante, de nuevo la mirada teñida de un pánico irracional - Marc??? - requiere impulsiva y agitándose espasmódicamente a pesar de los grilletes -. Muerto???? - te atraviesa con la mirada, entre confundida e iracunda, como si hubieras sido tu la responsable de su muerte.

A todas luces ella era consciente de ese fallecimiento pero los últimos acontecimientos, las torturas recibidas, nublan su razón y la hacen inestable - ...si... - evoca - ...ese... tipo... - recuerda amargamente - ...ese... demonio... - masculla irritada - ...sin duda Él acabó con Marc... pobrecito mío... - solloza penosamente -. Él solo quería salvarme... - llora amargamente - ...me estacó y me metió en esa habitación pero yo me daba cuenta de todo aunque no podía hacer nada... - se lamenta - ...había mucho fuego - aterrorizada solo por el hecho de mencionar a tan destructivo elemento - ...todo se quemó, Marc murió de una manera horrible!!! Horrible me entiendes??? - subraya con los ojos inyectados en Sangre, aterrada -. Quemado vivo... calcinado... pobrecito mío... él solo quería salvarme... - sigue sollozando, internándose en un bucle repetitivo del que parece imposible que emerja.

Nicklaus - repara repentinamente -. No, él no nos ayudará - te confiesa secretamente -. Siempre nos trató como esclavos - añade -. Marc y yo le cuidábamos el Halley, Roger y María el Temple2, eso es todo, solo podemos contar con ellos, nadie más... - informa crudamente, hundida en su desesperación, tal vez súbitamente consciente de lo sola que está en el mundo...

- Tiradas (2)

Notas de juego

  1. Eres neonata, jamás has usado tus Disciplinas de modo que, a efectos narrativos, de momento será algo que no controles de manera consciente sino que, como indico en el post, será algo que surja de ti de manera instintiva.
    Subrayo el asunto de "a efectos narrativos": En lo que a rol respecta puedes usar tus disciplinas normalmente pero dándole ese toque dramático.
  2. Hazme una tirada visible de AST+Callejeo Dif 6, antes de postear; como la otra vez: Si la pasas tal vez te dé información, en caso opuesto puedes postear tranquilamente
  • Si no indico lo contrario procura hacer las tiradas ocultas; motivo: Podrías haber pifiado y que ella se hubiera percatado de lo que intentabas y hacerte creer que estaba efectivamente dominada... en general, y especialmente en lo que respecta a tiradas de PER y demás prefiero que las tiradas sean siempre Ocultas (a no ser, como te dije, que te diga lo contrario porque me interese un roleo congruente con el resultado).
  • Ya he modificado el resultado en función de su Humanidad; a partir de ahí he hecho una enfrentada de tu MAN+Subterfugio vs su PER+Empatía con su Dif modificada en función de los resultados de tu Dementación...

Y creo que eso es todo... Saludos! ;)

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14/03/2018, 21:44
Julia
- Tiradas (1)

Notas de juego

¡Todo leído y entendido!

 

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15/03/2018, 08:59

Notas de juego

Tienes constancia, no porque hayas estado pero sí por tus movimientos en el mundo de la noche barcelonesa, que EL TEMPLE es un pequeño local o bar de copas bastante de moda, que está en la calle Tuset, en la zona alta y pija de la ciudad.

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20/03/2018, 11:35
Julia

Atendí a la furia, el llanto y la información que me transmitía Julia. Era difícil averiguar la forma de ser y de interactuar de la chica estando en el estado en que estaba, pero me pareció algo impulsiva e iracunda, al menos al principio. También averigüé que, pese a su aparente impulsividad, su ropa y su aspecto físico, sentía gran carió por Marc. Recordar su muerte activó sentimientos muy potentes en ella. Le quería. Sentía aprecio por él y se preocupaba por su seguridad. Además, ella se apenaba por la razón de su muerte, sacrificarse para salvarla. No es como los monstruos con los que eh estado hasta ahora. ¿Hermanos, tal vez?

Apunté los datos importantes que iba dejando salir a cuentagotas. No era más que una empleada de Nicklaus. Ni siquiera eso, una esclava. Él ordenada, ellos obedecían. Parece que la creó por propio interés, como un activo económico, ¿tal vez? No creo que nos ayude. Me memoricé también los nombres de Roger y de María, así como El Temple. ¿También hermanos? ¿Tenían la misma relación que con Marc? Seguramente algo menos cercana.

Tenía que conseguir más información. Para ellos tenía que pensar que le daba, alimentar su esperanza y su venganza. Sí, era una buena idea, o eso creía yo. Si de verdad tan buena relación con Marc, seguro que se sentía más animada a colaborar con la idea de vengarle. No. Dije tajantemente, tratando de que la culpa que sentía no se trasladase a mi voz. No solo con ellos. También con mis contactos en Barcelona. No estamos solas en esto, Julia, te sacaremos de aquí. No voy a dejar que el sacrificio de Marc sea en vano. ¿Era tu pareja, verdad? ¿O solo erais compañeros?

Decidí seguir titando de ahí tras escuchar su respuesta. Avivar la llama de las ganas de venganza. Tenemos acorralado al que lo hizo. Al cabrón con la cabeza rapada y los tatuajes en el rostro. Le tenemos, pero está escondido. necesitamos que salga. Sabemos que buscaba algo en el bar. Si descubrimos lo que era, podremos tenderle una trampa y acabar con él. Vengar a Marc. ¿Escuchaste algo o viste algo que pudiera ayudarnos a descubrir lo que era? ¿Sabes tú lo que era o sabes a quién podemos preguntarle?

Tras esperar su respuesta, bajé un poco el tono de las preguntas. No consideraba que presionar demasiado en el mismo punto fuese a dar buenos resultados y podría empezar a sospechar. ¿Dónde residías? ¿Te quedabas en el bar o tenías algún lugar a parte? Los que descubrieron el bar saben que estás con vida y que dejaron un cabo suelto. Creemos que podrían buscarte allí.

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23/03/2018, 00:49

La chica parpadea confundida ante el alud de preguntas e información que parecen suscitar en ella sentimientos encontrados.

Yo... - vacila - ...si... vivía en el local con Marc, la habitación en la que ellos me encontraron era donde dormíamos durante el día - recuerda -. Marc... había sido novio mío antes de que todo pasara, antes que Nicklaus diera con nosotros y nos propusiera el asunto del local y todo eso... - su voz se preña de una dolida amargura -. Luego ya debí... Bueno... Para que estuviera conmigo debía ser de esa manera, era la única forma... - algo parecido al arrepentimiento rezuma en sus palabras.

El tipo de los tatuajes, el calvo... - notas que lucha consigo misma, con algo que atenaza poderosamente su cerebro -. Nicklaus guardaba algo en el local... - es lo máximo a lo que alcanza a confesar -. Pero alguien se adelantó al calvo... Cuando él y los otros Cazadores llegaron al bar eso ya había desaparecido - enigmáticamente -. Alguien lo había robado - concluye.

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08/04/2018, 19:06
Julia
Sólo para el director

 Acarició su pelo con suavidad para luego coger la cara de la ventrue entre sus manos y mirarla con comprensión. Hubiese querido imprimir más convicción en su mirada, pero ni ella misma estaba segura de que aquello funcionase, pero la empatía solía ser efectiva.

- Es importante que me digas que era ESO. ¿Puedes hacer eso por mi? ¿Por nosotras?  -  Marta acortó la distancia entre ambas inclinandose hacia delante, intentando imitar sus gestos, como si ella fuese su reflejo. Sus dedos apretaron con ligera desesperación la carne de sus mejillas - Hay que encontrarlo y usarlo como cebo para que caiga en nuestras manos. Te prometo que lo traeré ante ti para que puedas aligerar tu dolor -

Sospechaba que el tal Nicklaus habría utilizado alguna de sus habilidades para evitar que se fuera de la lengua. Aquello debía ser importante.

Notas de juego

Ha sido dificil... pillar una conversación a medias, con cosas que a lo mejor habría hecho diferentes....pero espero que no haya quedado muy mal. Eso si. No puedo hacer los tochopost que hacía la otra chica. Yo soy más directa y no me gusta repetir lo que ha dicho el master ni divagar en miles de pensamientos. Unos pocos están bien, pero más.... Bueno, no me enrollo, solo espero que te guste.

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11/04/2018, 15:16

...eso... - parpadea confundida - ...eso... - repite. Una lágrima sanguinolenta desborda su ojo, resbalando por la pálida y fría mejilla, impávida, impertérrita; la lágrima como única evidencia del conflicto que bulle en su cabeza -. No sé de qué me hablas - sentencia como colofón de la lucha acontecida y con una determinación en su mirada hasta ese momento por ti desconocida.

Y tu... - esboza una encantadora sonrisa, hipnótica - ...está mal que yo lo diga pero tu y yo estamos hechas para estar juntas. Para siempre... - algo te atrae irremisiblemente hacia ella, tu alma gemela, un magnetismo animal, primigenio se apodera de ti; necesitas acariciar su pelo, cuidarla, fundirte con ella en un apasionado beso... -. Porqué tu - te interrumpe abruptamente - vas a ayudarme a salir de aquí verdad??? - y hay algo, cuando Julia dice eso, que surge dentro de ti, la necesidad real de rescatarla pese a quien pese; sacarla de ese infierno y huir juntas a donde sea, lejos de todo, a algún lugar en el que se os permita ser felices. Juntas.

- Tiradas (2)

Notas de juego

El tema es que, al verse sometida a presión, Julia ha tomado control de la situación y se defiende.
Presencia 1, para atraerte hacia ella de manera fascinante + Presencia 3 para inocular en tu psique un amor incondicional hacia ella que te conmina a tratar de sacarla de ahí a toda costa.
Resistir los efectos de esos hechizos (si quieres hacerlo) tiene un coste de 1 pto de Voluntad + superar una tirada de Voluntad (Dif 8) para cada uno; puedes decidir someterte solo a su fascinación pero resistir su encantamiento o viceversa, tu misma, en tu mano está. En caso de superarlo, no obstante, deberás gastar voluntad cada turno que pases junto a ella para seguir resistiendo... So sorry, la presencia es una cosa muy jodida y, obviamente, Julia quiere tratar de garantizarse que harás cuanto puedas para sacarla de allí.

EDITO (casi me olvido): Añade a tu post una tirada de PER+Alerta a Dif 6, en este caso y sin que sirva de precedente puede ser visible.

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12/04/2018, 17:57
Julia
Sólo para el director

He tirado la voluntad con siete dados y creo que debería haberlo hecho con seis al quitarme un punto para resistirme.... Tiro de nuevo?

- Tiradas (2)
Cargando editor
12/04/2018, 18:28

Notas de juego

No no, está bien hecha: Voluntad total (7D) a Dif 8. No hacía falta que fuera oculta.
FALLAS...
SO SORRY (se escucha a alguien frotándose las manos con satisfacción)

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15/04/2018, 10:19
Julia
Sólo para el director

Con las manos sobre el rostro de la otra Julia, limpió con el pulgar la lágrima que resbalaba por su mejilla mientras la miraba fijamente a los ojos. Esos ojos... ¿Cómo no se había fijado antes? Eran tan bonitos....La mano derecha descendió por su mejilla para poder recorrer su contorno y delinear esos labios que la llamaban a gritos.

¿Cómo había sido tan tonta de dejarse convencer? Ella no se merecía estar allí.

- Claro que si cariño - dijo susurrando, pero con gran fervor e intensidad - Tu y yo. Voy a sacarte de aquí cueste lo que cueste. - sus labios y lenguas se juntaron con fiereza desmedida por unos segundos. Le costó separarse, pero tenía que darse prisa antes de que entrasen de nuevo. Le hizo un gesto para que siguiesen hablando mientras ella examinaba las cadenas que sujetaban a la prisionera y luego inspeccionaba la habitación, aunque no había mucho que ver allí abajo.

Intentaba no mirar el cuerpo desnudo de su amada pues no sabía cuanto tiempo podría mantener bajo control las ansias de hacerla suya. Y si eso ocurría, los mosntruos del otro lado de la puerta ya no le dejarían opción de liberarla.

 

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15/04/2018, 22:54

CRRRRRACK!!!!

Poco más puedes hacer tras caer irremediablemente enamorada de tu homónima. Mikel, el crío diabólico, sonríe a tu lado, repentinamente aparecido de la penumbra portando la estaca que, igual como antes pasaba con la Julia original, atraviesa tu caja torácica, desde el omóplato hasta el esternón.

Xavi y El Doctor regresan a la Sala de Tortura y, entre los tres individuos, te separan de tu amada que te dedica una última mirada desesperada, todas sus esperanzas depositadas en ti.

La sensación que experimentas, estacada, te parece por lo menos extraña: Te percatas de todo cuanto ocurre a tu alrededor pero te resulta imposible realizar ningún tipo de acción, como si estuvieras en un estado comatoso consciente, algo difícil de explicar.

Tus carceleros te trasladan por el edificio hasta llegar a una Sala de estar de suelos enmoquetados, mobiliario algo barroco y pesados tapices colgando de las paredes. Lo más decente que has visto en el edificio.

Cómodamente sentada en una vetusta butaca, la Vieja espera tu llegada con evidente satisfacción en su mirada.

Así - aprueba vehemente -. Justamente así es cómo deben encontrarte! - sonríe.

Todo fue según lo previsto, Señora - informa El Doctor -. La tipa afirma que guardaban algo de valor en el local, que el individuo que los asaltó buscaba ese efecto pero alguien se les adelantó... como cabía esperar, cuando la chica se repuso de... la confusión que la embarga... trató de... suscitar la simpatía de nuestra invitada...

Perfecto - asiente, levantándose con renovadas energías -. De modo, pequeña, que ya sabes qué debes buscar: Entérate de qué es lo que ocultaban en El Halley; a partir de ahí hay que saber quien lo robó y hasta qué punto nos interesa recuperarlo en nuestro beneficio - ordena.

En cuanto a tu relación con... - busca la manera más correcta de nombrarla - ...la otra - acierta -. No sé hasta qué punto te has prendado de ella pero una cosa sí puedo ofrecerte: Trabaja y hazlo bien y como pago a tus servicios recibirás a La Chiquilla, entiendes??? - de nuevo hay algo que esa mujer irradia, algo que te hace tenerle un respeto reverencial infundido por... no sabrías precisar si el miedo o la experiencia, simplemente sabes que jamás podrías contrariarla  y que cuanto diga será por ti creído a pies juntillas.

La información... nada de teléfonos, son peligrosos - sigue la vieja -. Cuando hayas averiguado datos de interés nos los facilitas mediante el dueño de un Bar del Pueblo Seco, EL CUNTIS, le llaman, habla con su dueño y él te explicará qué debes hacer, trabaja para nosotros - precisa.

Y con esto - añade regresando a la butaca - solo me queda despedirme y desearte toda la suerte del mundo - te dedica una cándida mirada, franca y que consigue emocionarte -. Llevadla al local - dispone - dejadla exactamente como encontramos a la otra!

A partir de ahí ya poco más: Una tela que te envuelve impidiéndote ver donde estás o por donde te llevan. De nuevo te cargan por el edificio hasta sacarte del mismo; prestas atención, tratas de escuchar algún sentido particular; nada especial, los sonidos de la ciudad, una melodía que suena en algún bar cercano, nada que resulte identificable... te cargan en un vehículo; una furgoneta o similar; conducen rápida, abruptamente, por espacio de, a los sumo, unos veinte minutos hasta llegar a un lugar; abren un cadenado y te introducen en otro lugar; abren una puerta y te depositan en una especie de mesa quirúrgica en la que te despojan de la tela que te cubre: La habitación es minúscula, aprecias pocos detalles de la misma, algunos posters de grupos de rock de los noventa y poco más, un congelador que zumba en un rincón.

Te dejamos esto por aquí - reparas en El Doctor, que deja varias bolsas de Sangre en el congelador.

No sabemos cuanto van a tardar - ese es Mikel, ya en la puerta de entrada a la habitación, listo para largarse - es probable que al despertar estés hambrienta - justifica.

Suerte - desea El Doctor -. La vas a necesitar - concluye.

Los dos tipos se largan, dejándote encerrada y estacada en la pequeña y oscura habitación; incapaz de hacer nada más que no sea marchitarte mientras miras impertérrita al infinito... Quién sabe cuanto tardarán en rescatarte... cómo podrás montártelo tu para rescatar a la otra... de momento, y al parecer, dispones de la eternidad para considerar esas opciones.

- Tiradas (5)

Notas de juego

FIN DE CAPÍTULO.
Como ves me he dado un poco de caña pero es que imagino que en una o dos semanas ya puedo juntar tu historia y prefería tenerte ya aquí situada.
Postea si quieres, luego te asigno PXs y calculamos la Sangre que tendrás cuando seas hallada.

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16/04/2018, 17:22
Julia
Sólo para el director

"No, no, no..."

Su mente le dice que quiere gritar, pelear, aferrarse al cuerpo de Julia y no separarse de ella jamás, pero ni siquiera se le concede ese consuelo.

Mientras los sádicos de sus captores la trasladan como si fuera una muñeca, su garganta se niega a emitir sonido alguno y sus músculos muertos tampoco responden a las ordenes que emite su cerebro. Se ahoga entre palabras no pronunciadas.

Cuando ya está visualizando el sufrimiento al que se va a someter se encuentra frente a la mirada de aquella mujer. No sabe si sus ojos se han abierto por la sorpresa o han sido imaginaciones suyas, pero si tiene claro que no va a desperdiciar aquella oportunidad. Volverá junto a Julia. Y será suya. Ya casi puede sentir la excitación que aquel pensamiento le genera.

"La espera merece la pena" piensa mientras la oscuridad y la soledad la arrullan