Partida Rol por web

Barcelona Nocturno

Capítulo 2.3: El concilio de La Luna

Cargando editor
09/08/2018, 22:56
Carlos Moracho
Cargando pj

Joer, la bruja me esta volviendo loco.

-Más.

Razono que esta nerviosa y en estado de shock relativo por el ataque y lo que le ha tocado vivir esta noche, pero coño...

-Vamos a ver Marina.

Mi tono es tranquilo, tipico que uso con los familiares de los enfermos duros de mollera.

-¿Que quieres? Porque la movida de Sanahuja me parece importante

Habria añadido un "si es que es verdad" pero ¿para que?

-Me parecia que te parece importante tambien, pero de repente te da igual. ¿No iban a hacer daño a tu amiga? Y al urbano ese!
Estoy bastante perdido, parece que te corre demasiado la cabeza.

Sintoma sugerente de alto cociente intelectual o de crisis maniacas.

-Quedate con el que quieras salao.

Cargando editor
10/08/2018, 09:00
Marina
Cargando pj

Levanto ambas manos pidiendo calma y dándome pausa. Hay algo en el trato de Carlos que me crispa pero me cuesta tanto identificar qué que me olvido rápido.

Hay una diferencia entre ser importante y deber hacer algo al respecto —aclaro para que tenga una pista de cómo leerme la cabeza—. Es importante que sepamos que Sanahuja no es ella misma para ahorrarnos la cagada de darle información de más o dejarnos mangonear. No es tan importante tenerla de vuelta —puntualizo—. Yo solo tengo la intención de comunicárselo a Montoya, de ahí en adelante ya... —froto mis palmas en el signo de sacudirse un asunto de encima— Lo que mande mi sire. Pero que si tu quieres hacer algo y montarnos un rollito "los tres del misterio" por mí bien—remarco ese "tu" que liga mi predisposición a su voluntad—. En serio, ¿eh?

Callo y en ese momento vuelve esa sensación de que algo me ha ofendido pero vuelvo a tragar como un rumiante sin molestarme en digerirlo.

¿Mi amiga? ¿Dices Alicia? —pregunto asumiendo que sí y que es una pregunta de esas que te hacen parecer más corto de lo que eres, pero la angustia de que haya visto a Tina en mí me puede— No creo que le hagan daño, eso les condenaría a todos. Creo que no la van a ayudar, que también es diferente.—aclaro y al segundo me arrepiento por lo repelente que debo haber sonado—.

Aprieto los labios peniente — Perdona, no era en plan borde.

Y ahí me quedo callada, pensativa respecto al urbano. Carlos tiene razón, hay cosas más urgentes que seguir queriendo correr con pasos de gigante. Si algo tenemos, es tiempo y justamente es algo de lo que no dispone ese hombre.

Deberíamos hacer algo.