Partida Rol por web

En la posada apaece otro personaje curioso, acompañado de una mula y un perro.

Posadero, una cerveza y un poco de carne asada. Puedo dejar a mis animalitos en el establo? Observa la clase de gente que hay en la posada e intenta localizar si hay alguien con algun trabajo disponible.

Vuelvo a resoplar y sostengo mi frente con la palma de la mano mirando el plato que el fraile degusta con cierta saña. -No hay nadie más a quien alistar y si sus habilidades son tan amplias como su apetito es justo lo que necesito para esta misión- Pienso para mí mientras levanto la cabeza con el rostro de nuevo serio y ceñudo y apoyando los codos en la mesa y uniendo las manos entrecruzando los dedos digo:

- Acepto de buena gana tu ayuda fraile, pero quiero que sepas que por ahora estamos solos, nos vamos a dirigir a una zona seguramente infestada de monstruos y peligros. ¿Cuento contigo?

Se me paso por la cabeza usar algún conjuro para comprobar la autentica identidad del fraile, pero deseche la idea tras echarle un vistazo, ningún enemigo conseguiría jamás disfrazarse de manera tan... Convincente.

- Desde luego, aunque eso costara una pieza de oro extra -dice el tabernero a Argetlam

A la paz de Diós  hermanos, saludo con alegría, y sonrie al personaje sinistro que parece haber captado su atención. 

 Contad con brazo y con mi fé . Agrega entre bocado y bocado al paladín.

Se aproxima al posadero y paga 2 monedas de oro, acto seguido da un ladrido y la mula y el perro se marchan. Busca con la vista una mesa desocupada y se sienta a esperar su comida y su cerveza mientras que escucha en las conversaciones ajenas.

Sentado en en su silla, Kallpa empieza a observar al personal que va entrando a la taberna, -Vaya! si que llega gente fuera de lo común a este sitio, un tipo con una mula y otro que parece haber escapado de algún tratamiento medico antes de que le retiraran las bendas, con todos estos por aquí hasta tu pasarías desapercibido- le dice al semiorco conservando un tono de completa seriedad, aunque podría sospecharse de una sátira bien disfrazada.

-A todas estas cual es tu nombre, el mio es Kallpa... también suelo poner mi espada al servicio de quien pague lo apropiado, pero ahora solo acepto trabajos que impliquen aventura o algún riesgo interezate y si se trata de vencer a temibles criaturas pues mucho mejor- su forma de decir las cosas dejaba ver que era una de esas personas que expresaba lo que pensaba conforme le iba llegando a la mente, una persona de plena franqueza, de los que no busca agradar tratando de manejar las palabras.

-¿Y bien haz encontrado algún trabajo interesante?... El tipo de allá parece estar necesitando personal, pero no lo pinto como un buen jefe- dice señalando con su dedo gordo a Yenros, en un sentido de no darle mucha importancia. El tono de su voz era lo suficientemente fuerte para que este lo escuchara, sin duda esa era la intención.

Al entrar el hombre de los vendajes, no pude evitar girarme para verlo. Su apariencia era extraña, pero no me resultaba para nada familiar. Simplemente tenia un aire de rareza rondándolo. Una vez se quedo en la entrada, volví a mis asuntos.

En la mesa contigua, un Fraile de cierto sobrepeso, pero animada personalidad, conversaba con un Caballero. Parecían muy dispares los rasgos entre ambos. Uno pequeño, regordete y alegre. El otro, alto fornido y serio. Parecían estar hablando sobre una aventura, y me vi tentado en ofrecer mis servicios, pero eso seria una descortesía para el extraño que me estaba invitando la comida. Esperaría a escuchar lo que dijera, y luego decidiría.

No puedo evitar fruncir el ceño frente al comentario de mi extraño anfitrión. Semejante comentario por mi apariencia no era raro, pero no había dado ninguna ofensa directa. Igualmente había sido de mal gusto.

- Aun no. Acabo de llegar, y no he tenido ninguna oferta de trabajo aun. Pensaba buscar algún lugar donde los aventureros se reunieran, para poder ofrecer mis servicios. - Le digo abiertamente, declarando mis intenciones.

- No imagine que aquel al que llaman Kallpa fuera alguien como tu, realmente. - Le digo mientras pruebo bocado del desayuno que nos han traído. - Ahora, cual es el tema por el cual quieres hablar conmigo? No creo que sea solo para preguntarme mi estado laboral. -

Kallpa miró al semiorco con ojos de sorpresa -¿Así que has escuchado sobre mi?. No debe ser del todo grato lo que se dice por hay, no después de mi último trabajo...- pareció elevarse en sus recuerdos durante un par de segundos para luego continuar -Ese contratista termino gastando mas en los daños que le hice a su propiedad, que lo que debía pagarme por mis honorarios, pero que mas da, eso le pasa por invitar a criaturas extrañas a su casa, sino hubiese atacado con todo lo que tenía de seguro ni él ni yo hubiesemos vivido para contarlo- 

La comida es servida junto con un baso que parecía contener un extracto de alguna fruta. La curiosidad lleva a Kallpa a degustar de forma escéptica aquella bebida, para luego mirar a la tabernera con suma alegría, -¡Esta delicioso!- terminando de tomarselo todo en el siguiente trago. -Otro baso por favor- su entusiasmos es frenado por la pregunta del semiorco -¿El tema que quiero hablar contigo?... La verdad no se me ocurriré ninguno. Ya te lo dije, solo me gustaría saber si en verdad eres tan bueno como pareces. Me interesa saber si puedo derrotarte. No hago mas que ir de aquí a allá buscando duras pruebas a las que enfrentarme. Lo que suelo pensar es que "El mundo es mi escuela y cada batalla es una lección que debo tomar", lucharé siempre que sea lógico claro, no soy ningún desquiciado- toma un trozo de pan y se lo lleva a la boca, esperando que pronto llegue a su mesa otro baso de la deliciosa bebida que probo.

-Si aceptas luchar conmigo y ambos salimos con vida, me parecería interesante que pusieramos nuestras espadas al servicio de un mismo fin, luchar con alguien que sea igual o mas fuerte que yo sería todo un honor para mi. Aunque si eres de los que te gusta luchar a muerte, podrás obtener mi espada como premio, es sin duda mi tesoro mas valioso y servirá bien a aquel que allá acabado conmigo- todo en su actuar le daba un tono tan natural a sus ultimas palabras, como si el tema careciera de importancia, al menos no de una que fuera muy relevante para él.

Me reclino en mi silla, haciendo una pausa de la comida, y cierro mis ojos, analizando las palabras de Kallpa. Luego, los abro lentamente y lo observo con rostro serio, pero no de enfado. Mi cara refleja mas que nada algo de... tristeza, si pudiera ser asi.

- Si, creo que hay poca gente en nuestra profesión que no conozca ese nombre. "Kallpa, el Azote en Negro", ha sido el mas difundido donde he estado. Aunque no seria raro que un hombre como tu tenga mas de un titulo. Realmente es una lastima que seas de esta forma. Aunque no sorprende, considerando que los rumores dicen que siempre tomas misiones de gran dificultad. -

Mis palabras vuelven a tomar seriedad, ahora hablando de negocios.

- No tengo problemas en pelear contigo, si cumples mis precios claro esta, aunque tengo la condición de que no sea a muerte. No tengo interés en desperdiciar mi vida en tal cosa sin sentido. Y no creo que quieras morir en una simple pelea, cuando puedes tener muchas mas por el mundo. No se si podremos conseguir armas de practica, o algo equivalente. Por la parte de tu espada, no tengo interés en quitártela, aunque parece hecha de un buen acero. -

En un tono de meditación ante la respuesta de Darvok, Kallpa le responde complacido -El hecho de que aceptes mi reto es prueba de tu valía y lo que exponen tus palabras me demuestran tu experiencia de combate, no cualquiera convierte en suyo el sentido y diferencia de vivir una batalla o morir por ella-.

-Sin duda eres mas de lo que en principio pensé. Dudé que tuvieses la suficiente entereza como para poder considerarte como un ribal, tal vez porque no pude dejar de lado la naturaleza de la que provienes. Lo extraño es que algo ya he aprendido y no tuve que probar el filo de tu espada para apreciarlo- su voz se apaga de golpe en una reacción de extrañeza. -Eso sonó muy sentimental jajaja. Vamos acabemos pronto de comer y vayamos a entrenar, en nuestro oficio es muy importante mantener la condición física, aunque no tengo idea de donde se consigan armas de practica...

-Bueno, ya nos pondremos al pendiente de eso, tal vez primero quieras averiguar si tiene algo en que te pueda emplear el caballero que te señale hace unos momentos. Parece que algo bueno se trae, pero el muy ingrato, ni siguiera me insinúo que era-

Argetlam se aproxima a la mesa del caballero y del fraile. Buenos dias, no he podido evitar enterarme de que teneis una misión entre manos, me interesaria participar si puedo obtener un botín de ella. Se sienta y acto seguido continua. Por cierto, disculpad mis modales, me llamo Argetlam.

Jajaja El padre Dragón provee, como ves Paladin Yenros. Le digo ofreciendo mi mano al personaje que acaba de autoproponerse.

 Si el caballero te encuentra digno, no tendremos inconveniente en aceptarle maese Argetlam. A la espera de que estreche la mano.

Le estrecha la mano al fraile, estoy seguro que en su sensatez lo hará, si bien no soy de tan noble fin como él tampoco soy un ser mezquino y miserable. Tesoros y gloria, no pido mas que la mayoria.

master al estrechar mi nao uso el poder concedido del dominio de saber cy aver que puedo sacar en claro de este tipo.

Nivel de la tirada  10+15+8=33

Puedes adivianr que es humano, sureño siendo exactos. Tambien que domina la magia arcana,de dos tipos: del conocimiento, es decir aprendida y del alma es decir innata.

No puedo evitar sonreír ante las palabras de Kallpa.

- Te agradezco mucho el halago, y aceptare tu oferta, tanto por la comida, como por el enfrentamiento y el consejo de trabajo. Ahora, discúlpame un momento. -

Dicho eso, me pongo de pie, y me dirijo hacia la mesa del caballero, el Faile, y lo que parece ahora un hechicero de algún tipo.

Mi voz suena con fuerza, tal vez demasiada, para poder llamar la atención de los comensales en la mesa a la que quiero llamar la atención.

- Disculpen. Soy Darvok, del Clan "Garra de Cuervo". No he podido evitar escuchar que necesitan aventureros para una empresa. Me gustaría ofrecer mi espada... - Digo presentando mi Espadón, y colocándolo enfrente mío, casi como un bastón. - ...si están dispuestos a aceptarla. Claro, me gustaría tener al menos un mínimo detalle de cual es el objetivo de tal empresa. Tengo mis propios códigos en que trabajos acepto, y cuales no. -

Kallpa se acerca a la barra a pagar lo que había consumido, antes de ponerse en pie dijo unas palabras en un idioma singular -quenacasut adinteto il sturkal tindo lor puncos-.

Cuando llega a la barra le hace saber al tabernero que se encontraba muy satisfecho y que hace mucho que no comía un desayuno como ese. Mira desde lo lejos como el semiorco y el sujeto de la mula ofrecen sus servicios en la mesa del agordado fraile y el serio caballero, aquel cuadro le era entretenido, aunque algo de celos le recorrió su sentir por unos segundos -Es una lastima no poder ir con ellos, pero lo cierto es que no estoy dispuesto a aceptar las ordenes de un tipo tan arrogante como ese. "Lo cortes no quita lo valiente", eso solía decir mi madre, ella si que era estricta con eso de los modales, pero bueno, yo no era muy buen alumno en ese entonces- lanza el comentario al tabernero mientras saca lo necesario para pagarle. 

En la barra también se encontraba el sujeto de las vendas, ahora que Kallpa lo veía bien, parecía ser fuerte. Al ver como el de los vendajes se encontraba reparando en cada uno de los que estaban en la habitación, decidió interrogarlo... -Busca a alguien en especial o solo estas contemplado el panorama?-

Jena había permanecido en la mesa, esperando a que Kallpa volviera por ella.

Bienvenido, tomad asiento, aqui juzgamos a la gente por sus actos y no por su apariencia. Digo ofreciendole mi mano.