Partida Rol por web

Al llegar al despacho de la baronesa Kyran no estaba precisamente de buen humor. Le había costado dar aquel paso y dejar atrás la oportunidad que había estado esperando durante muchos años. Su mirada estaba sombría y su pensamiento se había quedado atrás, viajando hacia un pasado remoto. Le bullía la sangre sólo de pensar en que tal vez habría podido encontrar a Sir Andreas y en lugar de enfrentarlo había escapado por el portal. 

Así que aún estaba masticando esa rabia y esa decepción cuando el revuelo comenzó a su alrededor. No prestó mucha atención, se mantuvo silencioso y malhumorado, hasta que el jaleo empezó a disiparse y la calidez del glamour comenzó a sanar sus heridas. Seguía sintiéndose muy molesto por no haber estampado la cabeza del gigantón en la pared de la furgoneta, pero al menos su cuerpo estaba menos dolorido y eso mejoró un tanto su ánimo. 

La dulzura con la que les habló la baronesa fue suficiente para que una sonrisa traviesa visitase los labios del sátiro y sus ojos buscasen los de la sidhe con intensidad. Su rostro no ocultaba que le atraía ver el iceberg que era esa kithain derritiéndose ante ellos. 

—Sólo hemos hecho lo que debíamos, baronesa —dijo, con su voz grave y vibrante—. Pero si quiere agradecérnoslo, yo me conformaría con que viniese alguna noche a visitar mi Ensueño. 

Se aseguraría de dejarle una tarjeta del club antes de irse, sin duda, pero apartó la mirada lentamente de ella cuando Orsi intervino pidiendo escuchar su historia. 

Tomó el odre del viejo y bebió un largo trago. Ah, aquello era mucho más reconstituyente que cualquier medicina. Luego se lo pasó a Deanna y le dedicó un guiño fugaz mientras los chiquillos comenzaban a relatar lo sucedido. 

—Vimos un Thallain —intervino—. Un troll llamado Magog estaba fuera de la casa donde encontramos a Alice. Seguramente habría otro más —ahí estaba adivinando, pero aún así lo dijo con bastante seguridad—. Esos dos son peligrosos —agregó, con una mirada significativa hacia Orsi, que sabría de quiénes estaba hablando.

Tras comentar aquello, se echó un poco hacia atrás y dejó que los chavales terminasen de contar la historia. Él prefería escucharlos con una leve sonrisa en los labios y pensamientos de venganza rondando su mente.

Deanna sonrió, aunque cansada y dolorida- Menos mal.-dijo, siendo extrañamente honesta, sabiendo que ya habría tiempo de cobrarse aquella hazaña, aunque en el fondo, no sintiese especial necesidad de hacerlo. Se alegraba de haber encontrado a Alice, y haberla devuelto sana y a salvo, a su vida, a sus padres sentidos. Y saber que había un Thallain implicado la aliviaba, haciéndola entender que no había arrancado a una niña de los brazos de su madre. Más bien la había sacado de una situación como mínimo, siniestra.

El tal Magog le sonaba. Ese era un nombre que Kyran había mencionado, en los túneles, al enfrentarse al basilisco. La pooka miró al sátiro de soslayo, durante un instante, creyendo entender. Lo vio mirar a la sidhe de aquella forma, y suspiró, lamiéndose una quemadura del pelaje del dorso de la mano, aparentemente distraída, mientras escuchaba el relato de los demás- Pues eso. Fuimos a dar un paseo casual. El basilisco fue amable con nosotros y no nos quiso hacer jurar nada raro. Y luego tomamos el té con una redcap, aunque ya sabéis, los redcap... No pudimos probar mucho. Se comió las tazas. Y la tetera. Y como no quería que se cargase toda la vajilla le limé los dientes y la convertí en una prima lejana de Neakail. No sé si eso le hizo gracia, pero supongo que la parte en la que acabábamos un poco achicharrados fue toda accidental. Gajes del oficio.-contestó, sin fuerzas para tratar de decir algo poco imaginativo, y diáfanamente veraz. 

Tomó el pellejo de vino de manos de Kyran, y se sonrojó, al recibir su guiño, probando el vino, ronroneando al notar cómo de inmediato el sabor familiar se estampaba en su paladar y en sus fosas nasales, recordándole aquel primer día, junto a Orsi, en la azotea del hospital en el que había tenido que despedirse de su nana, de Bella, y había abierto los ojos a su verdadero ser. Notó cómo el recuerdo, y la debilidad que sentía, hicieron que se le humedecieran las felinas pupilas heterocromas- Mordedora habría disfrutado enfrentándose al basilisco, Orsi. - dijo, sintiéndose, durante un instante, como la niña que había sido un día, contemplando a quien había decidido nombrar como a su mosquetero fabuloso- Perdón, creo que se me ha metido algo en el ojo. - dijo, recordando que tenía una conversación pendiente con el pelirrojo, mientras se frotaba disimuladamente los párpados, dejándose arrullar, acto seguido, por el calor de la hoguera, tendiéndose junto a Kyran, aovillándose, y apoyándose, con cuidado, sobre su pecho, inspirando. Olía un poco a cuerno quemado, quizá. Pero seguía presentando aquel olor almizclado, salido de lo profundo de un bosque. 

Al llegar y ver que la directora y baronesa rompe su coraza de hielo la miré un instante. Normalmente su dureza tenía un punto, pero en ese momento yo estaba pensando más en... La recompensa. Y, para ser sincero, en Mest.

Recibí todas las atenciones como el héroe que era, recibiendo adulaciones con esa falsa modestia que no hace más que alimentarlas. Dedique a Fawda una media sonrisa y le hice un gesto de asentimiento, anunciando que tenía mucho que contar.

Para cuando nos quedamos a solas y la baronesa nos dio otra vez las gracias, asentí. La verdad es que el anciano ese pidiendo ahora saber la historia, bueno... Para eso podría haberlo preguntado antes. Seguro que todo el mundo estaba ansioso por oír cómo Beritian Baldrek Bolos había salvado a la pequeña, a sus compañeros y prácticamente al Ensueño entero. Contarlo en una reunión tan pequeña era... Bueno, un fastidio, cuanto menos. Aunque al menos nos daban vino.

Dejé que los otros hablasen y contasen sus pedazos de la historia. Que se lucieran. Aunque, a decir verdad, ninguno supo muy bien cómo lucirse. Parecía que sólo querían contar de verdad lo que había pasado. O, en el caso de Deanna, lo que no había pasado, lo que para ella debía ser lo mismo. Así que cuando todos terminaron, carraspeé.

—Caminábamos por los túneles cuando nos encontramos la criatura —dije con un tono de voz teatral—. Era una mezcla entre serpiente, gallo y cocodrilo. Enorme, con unas fauces más grandes que esta habitación —exageré—, y unos ojos que helarían la sangre de un muerto.

—Nos amenazó —dije con voz grave—. Nos quería hacer poner a su servicio para matarnos después. Quiso obligarnos a jurar mirándolo a sus letales ojos... —Apreté entonces el puño—. Pero fuimos mejores que eso.

En condiciones normales, habría aprovechado ese relato para explicar lo bien que lo había hecho yo y lo mal que lo habían hecho los demás. Sin embargo, me sentía generoso. Además, si no fuera por Neakail probablemente aún seguiría en una casa en llamas.

—Conseguimos acabar con él. Y entonces Neakail nos llevó a la casa en la que estaba Alice... —Hice una pausa antes de mirar a la baronesa—. Si no me equivoco, con su hermana.

La baronesa escuchó atentamente. -Sí, eso sospechábamos- dijo ante la narración de la primera parte de la historia, intercambiando una mirada grave con Orsi. -Intentamos seguiros, pero la naturaleza del pasadizo es bastante más caprichosa de lo que sospechábamos al principio.- explicó con cierto aire molesto.

La versión de Neakail la dejó en silencio. - ¿Un basilisco? y ¿Mrs... Flynn estaba ahí, reteniendo a su hija?- dice como si no entendiese muy bien la situación que le era narraba.

El primer comentario de Kyran no obtuvo más que una mirada distante y fría, incluso parecía que su boca se curvó en una expresión de molestia, pero la siguiente afirmación del sátiro hizo que observara en su lugar al Boggan. Un Thallain era una cosa grave y que el rostro de la baronesa se tornase aún más pálido era una confirmación de que el asunto no se podía tomar tan a la ligera.

-Andreas- dijo Orsi, frunciendo el ceño y mirando a la baronesa y luego a Kyran. -Es francamente muy delicado lo que estáis contando. La vil presencia de los vástagos de los fomorianos no augura nada bueno. Y menos si Andreas está por allí. ¿Son ellos quienes os han causado esas heridas?- preguntó vuestro mentor con un aire serio, escuchando con atención y con preocupación pintada en su rostro.

-Entonces Andreas tiene a un basilisco y a Mrs Flynn bajo su influencia- dice mientras trata de descifrar la versión de la Pooka. -¿Una redcap?- pareció pensarlo un momento. -Así que tiene más de un cómplice. Esto es mucho más grave de lo que temíamos originalmente entonces... vuestras quemaduras... ¿fueron por Andreas?- pregunta.

Pero es la versión de Errol quien hace que la baronesa abra los ojos y observe al Clurichaun. -La redcap era... ¿Anna? ¿Anna mi media-hermana? ¿Eso os ha dicho?- dijo mientras el aire en la habitación se tornó bastante más frío de repente y las facciones de la Sidhe se endurecieron hasta cobrar un matiz sobrecogedor y hasta cierto punto, siniestro. -¿Qué os ha dicho Anna? ¿Qué intentaba hacer?- empezó a preguntar, pronunciando con lentitud y visible furia reprimida.

Orsi le dedica una sonrisa triste a Deanna. -Y a ella le hubiese encantado acompañaros. Un basilisco no es un dragón, pero vaya que se le parece- dice en voz baja, y luego escucha a la baronesa y asiente ante sus preguntas.

-¿Y habéis dejado atrás también a la madre de la pequeña? ¿Sabéis si le ha pasado algo?- añade a los cuestionamientos, su voz tiene menos emoción, pero también está bastante serio.

Neakail miraba a unos y otros a la vez que intervenían. Giraba la cabeza de un lado a otro, para mirar a los interlocutores, mientras los datos se le hacían una maraña en la cabeza.

- Maldita sea, creo que me estoy perdiendo... - añade de mal humor - ¿Mr Flynn? ¿Andreas? ¿de qué habláis? Alice estaba retenida por una redcap, que decía ser su madre. Ella se la llevó. Desconozco su nombre, pero decía ser la madre de la niña... ¿no la visteis? - le mira perdido, hablándole con respeto, en contraste a su inicio de monólogo. Ella había estado allí ¿no? - No se porqué, cuando me desperté de la pesadilla estabais allí... La redcap decía que se llevaría a Alice muy lejos, porque era su hija y nos lanzó una bola de fuego quimérico, de ahí las heridas. Y luego no se que pasó, porque nos atrapo en una pesadilla y cuando desperté os vi y la redcap se fue...  Huyó.- miraba a unos y a otros - No sé de que troll habláis... pero el basilisco era Mordraugh... - y ahora miro a la baronesa y a Orsi - ... hijo de... - añade, sin atreverse a completar la frase. 

El sátiro recibió con agrado a Deanna, rodeándola con su brazo. Mientras Orsi y la baronesa intentaban poner en claro algo de aquella historia él empezó a juguetear con aire distraído con las orejas de la pooka. Cuando Neakail mencionó el nombre del basilisco, Kyran se tensó un poco. 

—No vimos a Andreas —intervino, masticando aquel nombre con un desprecio palpable y poco frecuente de escuchar en él—. Sólo a su compinche, así que él no debía andar muy lejos. Y no tengo ni idea de quién es Ms Flynn. La redcap no nos dijo su nombre, pero sí dijo que era su hermana, baronesa. Y también dijo que Alice es su hija. Pero al final se largó huyendo de su propio fuego y dejando atrás a la cría. Y el basilisco está muerto —agregó, intercambiando una mirada significativa con Orsi.

No sé de qué habla Kyran pero le escucho atentamente porque parece ser algo importante. Orsi y la baronesa parecen preocupados de sus palabras, pero no tengo ni idea de cuál es el tema que están tratando, ni toda esa gente. Ahí hablan sobre de quién era el basilisco, sobre la medio- hermana de la baronesa y sobre unas señoras que desconozco.

Trato de mirar a todos los que hablan, prestando atención a todo lo que dicen. Aquello es como mirar un partido de tenis pero sin entender lo que es un deporte, o algo así. La cosa es no abrir la boca de momento, porque quizás debía saber todas esas cosas.

^{_{-Yo tampoco sé de qué hablan-}} le digo en confidencia a Neakail que parece confuso. Me lío un poco más en la manta, sintiéndome confortable con su calidez. -^{_{¿Tenemos que conocer a esa gente o es charla de mayores?}}

Rechazo con un gesto el vino que pasan, incluso arrugo ligeramente la nariz.

_{^{-¿No habría algo de té y pastas? Perdí la merienda y el vestido.}}

- Nos ha dicho que era tres tercios de hermana. Parecía teneros mucho cariño, Lady Ban. Dijo algo así como que había estado de acuerdo con que se llevaran a Alice. Que la había cedido por propia voluntad y sólo estaba de visita. Con nosotros sólo quería tener una charla amigable, lo de que hubiese fuego de por medio seguro que fue un accidente, como ya he dicho. -explicó, reincorporándose un tanto para mostrarse medianamente respetuosa al hablarle a la baronesa, con una mueca de dolor y el tacto de las manos de Kyran aún presente en las orejas, dedicando un breve vistazo a Neakail, también confusa- Seguro que no quería llevarse a Alice. Y que nunca quiso hacernos daño. Y que el puñal de hierro frío que había en su ropa acabó ahí por pura casualidad y nos lo enseñó sin querer.-añadió- En cuanto a qué pasó con ella, se despidió amablemente y se fue. Le hicimos cosquillas y nos rió la gracia. Está clarísimo. -comentó, encogiéndose de hombros, suspirando, visible y repentinamente agobiada- Lo de que esos dos tipos apareciesen por ahí también tuvo que ser casual, claro. - apuntó, arrebujándose en la manta- Lo lamento. Sé que lo de responder preguntas se me da genial. -se excusó, antes de volver a relajar la postura,  junto al sátiro, esperando que el odre de Orsi volviera a sus manos, para echarle un pequeño trago más al vino que para ella sabía a recuerdos, diciéndose a si misma que quizá dejarse acariciar las preciosas orejas que tenía, no estaba tan mal. 

-Andreas Kratochvíl es un Thallain- responde el Boggan a las preguntas de Neakail. -Y un Sevartal. Que un mal rayo lo parta a él y a toda su condenada estirpe. Maldito sea el sendero que lo trajo de regreso al mundo mortal- dice escupiendo hacia un lado. -Su maldito linaje es capaz de corromper jóvenes Kithain desde su crisálida, haciendo que cuando despierten, en lugar de despertar como debería, despiertan como retorcidos y siniestros Sevartal- dice mientras lanza una mirada a la baronesa.

-Cualquiera que coopere con Andreas es un peligro para toda nuestra sociedad y para las cortes. Lo que estáis contando es más grave de lo que créeis- dice frunciendo el ceño.

La baronesa suspiró. -Anna White es mi media-hermana- corrije la Sidhe muy seriamente. -Pero Anna White no tiene hijas y definitivamente Alice no es su hija. La madre de Alice se llama Cathleen Flynn, la conozco personalmente. Y no cabe duda alguna de que se trata de la madre verdadera de mi estudiante. Mi media-hermana os ha mentido, y a juzgar por lo que decía Alice, ha logrado afectarla a ella a través de alguna de sus artes- explica frunciendo el ceño. Asiente ante el comentario de Orsi.

-Así es. Si Anna está trabajando para los Thallain, me temo que debemos denunciar su traición ante su alteza el duque.- dice con la mirada perdida unos instantes. -Un puñal de hierro frío. Fuego quimérico. Anna está más allá de toda redención y es vital que la voz se riegue por los nueve reinos- su voz ahora tomaba cierta seguridad, como si se hubiese decidido.

-En cuanto a los Thallain... ¿créeis que podemos seguirles la pista? Si están detrás del secuestro de Alice, no será la última vez que intenten algo así. En especial con un Sevartal de por medio- dijo.

-¿Habéis matado un basilisco?- aprovecha para preguntar Orsi susurrando y mirando a Kyran. Luego deja ver media sonrisa. -Sois motivo de orgullo para un anciano. Y de envidia. Y de preocupación. O quizás os he juzgado demasiado verdes sin darme cuenta de que ya sois una cuadrilla capaz y valiente- dice el Boggan.

-Recuperad vuestras heridas. Lo que la baronesa os está diciendo es que... probablemente vuestro rol en este incidente no acaba aquí, en especial cuando de primera mano podéis confirmar que un Thallain está en el reino- dice mientras pone su espalda recta y parece retomar cierto entusiasmo ante el prospecto de una cacería.

La perspectiva de dar caza a los dos Thallain que le habían jodido media vida hizo que los ojos ambarinos de Kyran adoptasen un brillo más intenso. La comisura derecha de sus labios se estiró con una media sonrisa afilada y se echó un poco hacia delante, apoyando la mano en la rodilla de Deanna. 

—Si se va a organizar una búsqueda, contad conmigo. Estaré en primera línea para cazar a esos malnacidos hijos de mil demonios —Sí, había rencor en su voz, un rencor enquistado. Aquello era para el sátiro algo personal y eso se traslucía en el odio que destilaban sus palabras—. Pudimos rastrear a Alice, podremos rastrearlos a ellos. —Miró a sus compañeros de aventura—. ¿Alguno se fijó en la matrícula de la furgoneta? Si estaban esperando para llevarse a Alice a algún lugar... —Sus dedos se crisparon por un instante sobre la pierna de la pooka, pero al darse cuenta los aflojó y le dedicó una mirada de disculpa. Aquel tema era superior a él—. En fin. Debemos recuperarnos, pero contad conmigo.

Respiró despacio, apaciguando sus ánimos, y miró a la baronesa, pensativo.

—Estoy bastante seguro de que la redcap no mentía, aunque eso no quiere decir que dijese la verdad. Creo que ella realmente creía que Alice es su hija. Tal vez su colaboración en este asunto se deba a algún engaño. Andreas es especialista en ese tipo de subterfugios.

Asentí a la pregunta de Lady Ban sobre el basilisco. Por un momento me planteé pedirle una recompensa, pero esto no era un videojuego: una vez el trabajo estaba hecho, no nos darían nada.

Después de eso tuve la sensación de que el viejo y ella se empezaban a liar. Que no entendieran nada no me sorprendía. Seguro que tampoco entendían cómo alguien como yo había matado un basilisco. Mierda. Bien pensado, tendríamos que haberlo grabado.

Dejé que Neakail y Kyran se explicaran. No ensalzaron lo suficiente mi intervención como para que estuviera conforme con su explicación, pero tendría que valer. Aunque cuando Deanna nombró el cuchillo de hierro frío aparté la mirada. Sólo me faltó ponerme a silbar para disimular. Más aún cuando luego la baronesa repitió esas palabras. A punto estuve de gritar «¡Un puñal de hierro frío» con exagerada indignación, pero creí que sería demasiado.

Finalmente, cuando al fin empezaron a explicarse, me puse un poco más serio. Lo del Thallain lo merecía. Y más si, como decían, evran dos.

Me tomé un momento para pensar. Por muy buena idea que pareciera lo de seguir a los Thallain, podía no ser la única solución. Otra era coger a mi hermana y cambiar de reino. Eso sí que arreglaría las cosas. Miré a Fawda, sin saber si él había prometido mis servicios durante mi ausencia. Y me planteé de verdad marcharme, empezar de cero.

Pero entonces las piezas se conectaron. Puse una mano en el brazo del sátiro.

—Espera —le dije—. ¿Ese Andreas y ese Magogh? —Entonces sí me llevé la mano a la frente en un exagerado y épico facepalm. Bueno, exagerado de gesto, pero era exactamente lo que merecía—. ¿En serio?

- No era un basilisco cualquiera... así que presiento que su muerte nos va a salpicar en la cara en algún momento. Pero ese es otro tema - añade a lo del basilisco, bajo al creencia que no estaba toda la información dada y esa sería una conversación a solas. 

Respecto a lo otro, parecía que el tema no acababa aquí y auguraba problemas futuros. Una parte de su ser le pide a gritos volver a la soledad de tu taller y que con indiferencia, el resto del mundo se cayera en mis pedazos. Se volvía a gestar en un interior un conflicto y la bola de pensamientos contradictorios le hace apretar la mandíbula.

- No vi la matricula... no sé en que puedo ayudar, pero sin pensáis que puedo ser útil... podéis contar conmigo - acaba diciendo, maldiciéndose mil veces por dentro. ¡Culpa de la mochilita sentimental! ¡Siempre supo que debía dejarla fuera de todo esto!

- Qué va. Sólo lo dejamos durmiendo, con una flecha entre ceja y ceja... -respondió a la pregunta de Orsi, cómplice, dedicándole un guiño al boggan. Luego, surgió aquel tema de la persecución, y por algún motivo, se sintió de pronto metida hasta el cuello en todo ese asunto. No supo si por el entusiasmo de Kyran, o por la responsabilidad implícita que intentaba inculcar Orsi en ellos al respecto. La cuestión era perseguir a los Thallain. Pero, ¿no había ya bastante gente que podía enterarse del asunto para seguirles la pista? Deanna suspiró, meneando la cola, de pronto incómoda. La idea de haberse quemado el pelaje, no le gustaba en absoluto. La idea de volver a quemárselo, menos todavía. 

Notó la mano de Kyran, sobre la rodilla, y lo observó detenidamente. De nuevo ponía esa mirada. Aquello debía significar algo para él, se dijo. Y se encogió de hombros- Supongo que nosotros solos podremos perfectamente, pero si nos proporcionáis algún tipo de ayuda o medios, no me quedará más remedio que aceptar que nos echen un cable.-dijo, al final, maldiciéndose- Y si bien suena a algo que deberíamos hacer ya mismo tal y como estamos, me gustaría poder descansar, darle de comer a mis gatos, y dejar algunos asuntos personales... Encaminados. Claro.-pidió, rozando su cola, sugerente, el brazo cercano del sátiro. 

- Por lo demás... Bueno, que repitiese continuamente que le habían robado a su hija supongo que no quiere decir nada. Y que ande en compañía de ese tal Andreas, seguro que no ha influído para convencerla de que Lady Ban tiene algo que ver con eso.-concluyó. 

- De lo que yo me despreocuparía totalmente sería de vigilar a los niños que también hayan dado señales de entrar en su Crisálida, como Alice. El que les pasó información sobre la inminente Crisálida de Alice fijo que no dijo nada sobre los demás.-indicó. 

Miro a Orsi cuando habla del basilisco muerto, yo no había visto tal cosa pero es lo que Kyran había dícho.

^{_{-Fue un poco maleducado y nos quería comer, seguro}}- asiento un poco y sigo escuchando lo que tienen que decir todos. Inclino la cabeza ligeramente cuando hablan de toda esa gente que no conozco y no sé si debiera. La verdad es que ningún nombre me sonaba de nada así que no sé bien cómo intervenir.

Cuando uno no sabe bien qué decir es mejor callarse, aunque yo eso lo llevaba un poco mal porque quiero preguntar sobre toda esa gente.

-^{_{Creo que no conozco a ninguno de esos señores… ¿Estaban allí en la puerta?}}- digo confusa y escucho a Kyran sobre el rastreo de Alice. No sé si mi fuego fatuo iría a buscar a esos señores que no conocía.

-^{_{Como dice Deanna-}} respondo cuando la pooka habla sobre los niños. –^{_{Habrá que tener cuidado, poner mucha seguridad y quitar todos esos agujeros que van al Ensueño, que quizás no es el mejor sitio para que jueguen los niños.}}

La sonrisa del sátiro se hizo más grande cuando Neakail habló de la muerte del basilisco. Había un brillo divertido en su mirada cuando matizó las palabras del nocker.

—Va a salpicar, pero tal vez no a nosotros... —apuntó, con cierto misterio.

Y de no haber sido porque estaban poniendo al día a Orsi tal vez lo habría dejado ahí, pero sus ojos cayeron sobre el mosquetero y se encogió de hombros.

—Puede que hiciéramos creer a las quimeras que había por allí que había sido cosa de Ser Andreas y su compinche  Magog—dejó caer, haciendo un gesto con la mano para señalarse a sí mismo y a Errol. Sus labios se curvaban con cierta malicia y una innegable satisfacción por ese pequeño bocadito de la venganza que ansiaba tomarse—. Creo que ya estará corriéndose la voz de que eso fue lo que sucedió.