Partida Rol por web

Bree en apuros

III. De la sartén a las brasas

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26/03/2020, 18:50
Ruby Moss

Estaba acomodándose en un rincón de la sala cuando Rowen insinúo que debían entregar a Öter. En ese momento miró al enano y vio cómo llevaba la mano al mango de su martillo. Por suerte, la dama se explicó rápidamente y todo encajaba. Era una buena idea, quizá Ossandrei había podido identificar al enano y era sensato no acudir a su cita todos juntos. 

En ese momento Mith se levantó de su silla y señalándole se dirigió hacia él. El hobbit no pudo evitar dar un respingo en su sitio.

- ¡Está usted loca! No es buena idea sacar a un Hobbit de su cama a estas horas de la noche. - Se puso en pie de un salto y acercándose a la elfa le dijo directamente. - Si vamos a buscar a mi tío, lo único que obtendremos será unos buenos garrotazos. 

Se dio la vuelta para acomodarse de nuevo en el lugar que había escogido mientras pensaba. Esta gente alta no tenía respeto por las tradiciones. No tenía que haber abandonado a sus churumbeles en Delagua, no se habría visto envuelto en este lío. De vuelta a su sitio miró a su alrededor pensando en todas las opciones que habían ofrecido sus compañeros  y dijo. 

- Podemos ir por separado a nuestra cita. Tú acompañado de Mith podrías llevaros al Esterlinga y el caballo. - Dijo señalando al enano. - El resto con alguna prueba de la traición, la carta y el broche del caballo, por ejemplo, acudir a nuestra cita.

En ese momento no podía estar más de acuerdo con el enano. Parecía que alguien decía cosas coherentes en aquella sala.

- Descansemos esta noche y mañana vayamos por separado a nuestro encuentro.

En la bolsa quedaban cuatro huesos de los que Aranuir les había dicho que les ayudarían en el futuro. Cogió dos para guardarlos en su bolsillo y le paso la bolsa con los dos que quedaban a la dama Rowen.

- Tiradas (1)

Motivo: Huesos

Tirada: 2d100

Resultado: 108 [88, 20]

Notas de juego

Pragmatismo Hobbit.

Mith me la has puesto botando, jejeje

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26/03/2020, 20:12
Oter, hijo de Hreimdar

Las fuerzas de todos los que habían en la sala iban aflojando. Un día muy duro para ser el primero. Un baño y quitarse la armadura sería una buena idea para terminar la intensa jornada. Mientras cada uno empezaba a buscar su lugar, el enano se acercó a la elfa, una vez que había terminado de tomar las notas necesarias:

- Mi señora, se lo tomo de nuevo prestado - y cogió el libro con una sonrisa -, qué descanse. Y vosotros también, compañeros.

Y se alejó mientras metía el libro de nuevo en su zurrón. 

Notas de juego

:P

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26/03/2020, 21:18
Mithgannel

La sinda quería dejar todo resuelto y planificado, pero primero el mediano y luego el enano cortaron la conversación y se fueron a dormir. Mith apenas pudo justificar al señor Moss la importancia de concretar el asunto y advertir a los exploradores hobbits. Con el ceño fruncido y la boca hinchada de aire, como una niña a la que le han quitado su cometa nueva, miró a Rowen y Bradoc –Esta gente pequeña... solo piensan en comer y dormir–, y negando con la cabeza buscó una zona donde tumbarse.

Notas de juego

Pues nada, mañana será otro día xD

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27/03/2020, 02:26
Rowen

El día había estado plagado de experiencias extraordinarias que formarían parte de sus recuerdos tanto por su intensidad como por su relevancia. Alejada de los libros con los que solía tratar y de largas noches de estudio, aquel día había tenido todo lo que una aventura debía tener. “Ha sido como una bofetada con una mano bien fría, corcho”. Había presenciado el ataque de una criatura que hasta ahora creía más mítica que real “Aunque solo la vi de lejos”, había visto a un hechicero conjurar sus llamas con la precisión de un maestro y la destreza de un veterano, había visto arder una casa, un pequeño combate “Sangre, ¡También he visto sangre!” y un sinfín de emociones habían tomado su corazón, entremezclándose como una sopa amarga en la que era imposible separar el deber del temor, y el miedo del coraje.
Pero todos esos momentos empequeñecían ante la sonrisa de agradecimiento que Bradoc le había dedicado cuando le había cambiado uno de los brillantes objetos. La comisura de sus labios, curvándose, su mirada templada como el acero, su rostro serio…pero cercano. Ese si era un recuerdo para grabar a carboncillo en las profundidades de su corazón.
De haberse encontrado en otro lugar, le hubiera invitado a un trago de hidromiel y una charla, a sola “¡Qué locura!”, aunque ella no soportaba bebidas tan fuertes, y luego…y luego… “Bueno, realmente no sé lo que debe de pasar luego. Pero seguro que volvería a sonreírme”. Su corazón pugnaba con fuerza y sus sienes le ardían hasta confundir sus pensamientos. No podía quitarse de la mente el hábil Bradoc despachando a uno de los rivales blandiendo su espada “Aunque quizás fuese el enano, de una forma menos heroica pero más práctica”, o como había tensado el arco, y todos sus músculos, para disparar a aquella criatura abismal “O quizás había sido la elfa. Si, quizás. De hecho, se encontraban dentro de la cabaña cuando eso había sucedido.” Suspiró. Todo un héroe que había tenido la suerte de no morir ensartado al caerse sobre su propia espada.
Quizás por eso le atraía, porque era humano, con sus límites pero una determinación que no se quebraba pese a nada.
Aún se sentía torpe. Agradecía la intervención del maestro Aranuir. A la vez, le contrariaba. Su presencia indicaba que eran un grupo novel, torpe y débil que necesitaba respaldo. Ella debía de ser una sólida torre de apoyo para los demás. ¿Y qué había sucedido? Apenas había logrado ser una mera comparsa. Un hechicero debía ser el alma del grupo, ofrecer consuelo, firmeza, seguridad, aunque careciera de ella. Ella tenía muchas carencias y se temía que la máscara de su frágil personalidad tenía tantas fisuras que dejaba a la luz todas ellas.
Estaba cansada, hora de dormir.
—El maestro habló sobre una presencia que rondaba la casa. Seguramente la batalla le haya dejado extenuado, como a nosotros. Hoy dormirá profundamente. Por eso debemos hacer turnos y vigilar durante la noche —una noticia que de seguro enano y hobbit no recibirían de buen agrado, pero era lo cauto. Y lo inteligente —. Mi maestro solía decirme, "Sed cautos, siempre velar, pues el mal anda como león rugiente, buscando a quien devorar." —Esperaba que aquella perla sirviera para acallar cualquier queja —. Yo haré la primera guardia, tengo algunas notas que repasar y me gustaría apuntar en mi diario todos los datos que considero importante antes de que los volátiles dedos del ladrón sueño los hagan desaparecer de mis recuerdos.
El día de mañana estaba planificado. Era sencillo abandonarse y descansar. Debían mantener la vigilia. La noche no había pasado y nada indicaba que fuera a estar falta de experiencias como las vividas durante el día. Quizás se preocupaba demasiado, pero ser precavidos no estaba de más.
Mañana sería un largo día. Enfrentarían un traidor y pondrían su confianza en otros; el capitán, los exploradores, aún sin saber si alguno de ellos podía estar compinchado con Ossiandrei. Todo indicaba que habría más de una sorpresa. Su temor no nacía de la necesidad de enfrentar nuevos retos, sino de cuidar a aquellos a los que rápidamente había cogido cariño.
Antes de empezar con sus notas se tomó unos momentos para visitar al cautivo, ayudándole a comer una de sus raciones, pues estaba atado, y dándole algo de beber. Después de todo, no eran bárbaros.

Notas de juego

I'm back!

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27/03/2020, 14:43
Director

A las once de la noche, todos, salvo Rowen, habían realizado sus preparativos para el descanso, incluyendo una frugal cena a base de las raciones de viaje que cada uno conservaba, pues no era cuestión de asaltar la alacena del anciano Aranuir. La dama dúnadan realizó el primer turno de guardia. 

—El maestro habló sobre una presencia que rondaba la casa. Seguramente la batalla le haya dejado extenuado, como a nosotros. Hoy dormirá profundamente. Por eso debemos hacer turnos y vigilar durante la noche —una noticia que de seguro enano y hobbit no recibirían de buen agrado, pero era lo cauto. Y lo inteligente —. Mi maestro solía decirme, "Sed cautos, siempre velar, pues el mal anda como león rugiente, buscando a quien devorar." —Esperaba que aquella perla sirviera para acallar cualquier queja —. Yo haré la primera guardia, tengo algunas notas que repasar y me gustaría apuntar en mi diario todos los datos que considero importante antes de que los volátiles dedos del ladrón sueño los hagan desaparecer de mis recuerdos.

Si bien es cierto que no podría jurarlo, durante la guardia también ella tuvo la misma sensación opresiva de una continua vigilancia que su maestro les había confesado. ¿Quizás era solo autosugestión? Esos ruidos de ramas allá afuera, el golpeteo ocasional contra los cristales ¿eran algo más que los roedores de la noche y algún ciervo desvelado?

Se dividieron las 6 horas de guardia entre Rowen, Öter y Mithgannel. Decidieron dejar que los dos heridos del grupo tuvieran un descanso lo más reparador posible. En el caso de Ruby, además de la herida se sumaba el celo por no perturbar sus sacrosantas costumbres hobbits relativas al descanso nocturno "Ya verás cuando estemos allí fuera, acampados a la intemperie camino de los túmulos, en el frío de la noche sin luna y rodeados del aullido de los huargos...¡de lo que te van a servir tus costumbres hobbits!" pensó con regocijo alguien con las orejas puntiagudas. 

A las cinco de la mañana la elfa, que tenía el último turno de guardia, fue despertando con pequeños puntapiés, o no tan pequeños dependiendo de quién fuera el durmiente, a todos los demás. El esterlinga no había vuelto a recobrar la consciencia desde que Rowen le había dado a masticar cuatro trozos de su ración, para caer al poco en otro insondable letargo. 

Bradoc despertó con la frente llena de sudor. Parecía haber estado librando una ardua batalla con su herida durante la noche. Aún así, parecía más recuperado:

- Quiero compartir con vosotros el extraño sueño que he tenido esta noche. Increíblemente vívido... No se me borra de la memoria, a diferencia de lo que suele ocurrir...

EL SUEÑO DE BRADOC

El guerrero daba una última vuelta por el campamento antes de entrar en su tienda. A su paso, sus soldados, aquellos antaño indisciplinados y huraños moradores de las montañas en las Tierras Brunas, lo saludaban reverencialmente - "Mi general" - dejando momentáneamente de bruñir sus espadones o de remendar sus botas de guerra junto a sus tiendas. Aquellos muchachos sin duda habrían sido unos pendencieros toda su vida, pero ahora podían ser llamados soldados, y era todo gracias a él.  

¿Cuántos sacrificios habían sido necesarios para llegar hasta este punto, hasta este lugar, hasta esta hora bajo la luna llena? Para empezar, había tenido que desaparecer. Desaparecer para los suyos, para su familia, para sus fieles amistades ganadas a pulso en los cuatro puntos cardinales de la Tierra Media. Era lo más seguro, para él y también para ellos. Había cesado su correspondencia con todos ellos, pues ésta podría ser interceptada por los espías y agentes del Rey Brujo. Su última misiva a su familia la remitió desde las Landas del Etten, y la escribió con deliberada convencionalidad, sin que se pudiera ni por un momento atisbar por parte de quien la leyera que aquella fuera a ser la última. El precio de pasar desapercibido para el enemigo era desaparecer también para sus propios allegados.    

Pero de eso hacía ya mucho tiempo, demasiado tiempo.. ¿setenta años, tal vez? El tiempo que había necesitado para lograr un hito sin precedentes: la unificación de los díscolos e indisciplinados clanes dunlendinos de las Tierras Brunas para un objetivo común. El asalto definitivo a Angmar. Y lo había logrado él, un elfo sinda, un extranjero. 

Si habían valido la pena todos esos sacrificios, sólo el tiempo lo diría.

Pero aquella noche las cuestiones bélicas debían quedar a un lado. Mañana en la batalla, que podía ser la definitiva, y en los días o semanas subsiguientes, no podría hacer nada de lo que iba a hacer ahora. Quizás perecería y no podría volver a hacerlo nunca más. Perecer, o algo peor.

Con ese pensamiento llegó a su tienda, apartada de todas las demás y sólo flanqueada por otras dos tiendas, algo más pequeñas pero también apartadas del resto, que eran las de sus dos lugartenientes. Siempre a su lado. Las tres flechas. Aquellos dos líderes le habían acompañado durante más años de los que era capaz de recordar, y a ellos les debía su éxito en gran medida. Nunca podría estarles lo suficientemente agradecido.

Entró en su espaciosa tienda de campaña, suntuosamente decorada con pieles de animales. Él rechazaba todo tipo de ostentación, pero aún así sus soldados habían convertido, por su propia iniciativa, la tienda de su comandante en el palacio más acogedor en todas las Montañas Nubladas. Ella yacía en el lecho, dormida. Aquella belleza exótica, morena, de caliente sangre. Tan diferente a él. Una dunlendina. 

Cuando el guerrero se acercó a ella con ternura, ella despertó. Ambos sabían que aquella sería la última noche en un tiempo. Si tenían suerte y la campaña era corta, algunas semanas; si, por el contrario, no había tanta suerte....

No era momento para pensar en que se torcieran las cosas. No era momento para pensar en absoluto. Henchidos de amor, se entregaron el uno al otro, bajo las telas de su tienda, que ocultaban una luna más brillante que nunca. Después, con los cuerpos desnudos todavía entrelazados, él se sacó el colgante de oro y se lo dio a ella. En su áurea filigrana brillaban tres flechas, el símbolo de su facción, de su proyecto de vida, el emblema que podía algún formar parte de la memoria colectiva eterna de todos los Pueblos Libres. Si tenía éxito. En pocas horas sonarían los cuernos, y los hombres del campamento se enfundarían sus petos de cuero y se aprestarían para partir a la batalla. Las mujeres y los niños volverían al Sur, a sus clanes en la montaña, para hacerlos funcionar en su ausencia. Por primera vez en la historia, todas aquellas gentes tenían un sentimiento de pueblo unido.

Unido, como aquellas tres flechas que coincidían en el centro del colgante.

Unido, para lanzar el ataque definitivo a las puertas de Angmar. 

Unido, para sufrir las consecuencias.

Quedaban dos horas para la cita con los hobbits. 

Notas de juego

En primer lugar, recuperación de puntos de vida: En reposo se recuperan al ritmo de 1 PV por hora. Hago los incrementos a Ruby y a Bradoc en la hoja de control de anexos. El esterlinga también recupera.

Bradoc, si recuerdas la canción del anuncio de Navidad de El Corte Inglés, aquella que decía "Creo que mi padre es un elfo", me parece que te va que ni pintado. Estos últimos acontecimientos te dan a tí una revelación importante, ni más ni menos que un cambio de raza. Medio elfos son llamados los hijos de elfo y humana, o viceversa. Tu desconocimiento sobre el asunto hasta ahora te impide haber escogido la inmortalidad (como hizo Elrond, por ejemplo), pero aún siendo mortal disfrutarías de un ciclo vital inmensamente largo (entre 250 y 500 años, si no se interrumpen por otros motivos). En cuanto a lo físico, no hay tantas evidencias. El pelo rubio y la ausencia de vello facial, algo más de esbeltez que un humano convencional... ¿Las orejas? apenas se nota, ahí sacarías los genes de tu madre. Y un sex-appeal que rompe corazones, de damas dúnadan especialmente.

Os resto también media ración de comida a cada uno por la cena.

Ahora os vais desperezando y me vais diciendo cómo os dividís y qué lleva cada grupo, qué camino y qué precauciones tomáis, etc. Si no os ponéis de acuerdo en algo os haré tirar por "Liderazgo e influencia" a los gallitos del gallinero.

Una vez en camino, es posible que os haga tirar en una tabla que aún no hemos utilizado, la tabla de encuentros. Ya os explicaré como funciona.  

Por cierto, que llegamos al final del día del calendario de Tierra Media coincidiendo con el mismo día del calendario real, si recordáis: 

27 de Marzo del año 1780 de la Tercera Edad

Pero ello no os va a dar ninguna ventaja mágica, que ya tenéis suficientes cachivaches XD

 

 

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29/03/2020, 16:36
Ruby Moss

Ruby se levantó estirándose bastante recuperado de sus heridas y en general de todo el cansancio por las emociones del día anterior. Saludó a sus compañeros que se iban incorporando y abandonando los brazos de Morfeo. Desayunaron algo rápidamente y se prepararon para ir al encuentro de los exploradores para afrontar la misión de Meneldir.

Continuaron con el debate mantenido la noche anterior sobre qué hacer. Explico a todos que hacer con ayuda del mapa de Bradoc.

Su propuesta era que Oter fuera por una parte con el caballo y el Esterlinga, acompañado por otro, son los que más riesgo corren y podían acabar capturados. Pero si llegaban al encuentro de Meneldir eran las pruebas más contundentes sobre la conspiración. Irían directamente, por el camino mas rápido para exponerse lo mínimo posible.

Por otro lado yo junto a los otros dos ir al encuentro de los exploradores Hobbit. Intentar ganarnos su confianza y que nos ayuden a delatar a Ossandrei ante el capitán de la guardia. Llevarnos pruebas que no llamen mucho la atención la carta encontrada en el despacho y algún signo relevante de la silla o el caballo que lo identifique como propiedad del traidor. Darían un rodeo para permitir a sus compañeros adelantarse y no ser todos capturados juntos en caso de que se pusieran las cosas complicadas. Rodear las colinas hasta el antiguo camino del Norte para llegar hasta los barracones.

- ¿Quién me acompaña?

 

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29/03/2020, 18:47
Bradoc

El sueño que acababa de compartir con sus compañeros le parecía demasiado vívido como para ser tan solo fruto de su imaginación. Era como si una de las partes más profundas de su ser hubiera presenciado de primera mano aquellos acontecimientos, algo que parecía imposible. Pero más improbable era haber podido reconocer a su madre como una de las protagonistas del sueño recibiendo el colgante de su padre de manos de un elfo. Lo que tan solo podía significar una cosa...

— Más que un sueño parecía como un recuerdo... — comenta, ignorando deliberadamente ese último pensamiento — Aunque una cosa parece clara, este símboloañade señalando a su colgante — tiene un mayor significado del que pensábamos en un principio...

A pesar de esta nueva revelación, su misión no había cambiado y el tiempo apremiaba. Faltaban escasas dos horas para su reunión con los dos medianos y aún quedaba por decidir el plan de acción. Sin embargo, estas horas de descanso permitieron a Bradoc refrescar sus ideas y ver el plan que acababa de proponer Ruby con otros ojos.

—Quizás quien deba acompañarte sea Mith, sois los más capaces para atravesar el camino con discreción. Yo acompañaré al enano al encuentro del capitán... comentó aún ligeramente consternado pero tratando de mantener la compostura.

No olvidéis comentarle a los medianos sobre la presencia de la bestia alada, seguramente eso fuese lo que vieron y les preocupaba. Puede que os ayude a ganar su confianza con más facilidad añade al recordar la herida que la bestia le había producido y que aún no había curado del todo.

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29/03/2020, 18:49
Mithgannel

 A Mithgannel se le erizaron todos los vellos del cuerpo al escuchar el relato del dunlendino. Recuerdos del pasado inundaron su mente. Recuerdos de esperanza y de dolor. Recordaba aquella última misiva, recordaba a sus padres leyendo esos escritos con ansias de volver a ver a su primogénito. La sinda se acercó al joven mestizo con ojos brillantes que denotaban una renovada preocupación, y lo abrazó. Mientras le acariciaba la mejilla, le dijo con una voz tan suave como un susurro –Bradoc, lo que has visto no ha sido un mal sueño. No sé si se te ha concedido el don para ver hechos pasados, o es que con malicia ese ser está tratando de influir en tí, pero lo que has vivido son probablemente los últimos momentos de razón de tu padre, y de mi amado hermano. No quiero adelantarme a los acontecimientos, no sé qué fue de él y por qué su espíritu pertenece ahora al Oscuro, pero lo descubriremos juntos. Lo cierto es, querido niño, que pronto deberás tomar una decisión como muy pocos han tenido–.

La elfa se incorporó y ayudó al peredhil a levantarse. Tras las impresiones de sus compañeros nuevamente acerca de la organización la elfa replicó –Está bien, maese Moss, lo haremos a vuestra manera. Yo me pasearé con el señor Öter y el esterlinga. Tened cuidado.

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29/03/2020, 20:17
Oter, hijo de Hreimdar

La noche pasó rápido y el grupo estaba en movimiento de nuevo con muchas propuestas y planes que decidir. El primero de ellos el sueño de Bradoc. El guerrero, con aspecto preocupado y con la vista un poco perdida de sus pensamientos, quiso compartir lo que su cabeza vio aquella noche.

- Señor Bradoc - le dijo el enano -, ¿cómo se encuentra de su golpe? - preguntó, una vez que se interesaron por su sueño -. Ayer fue un día muy duro y muchas emociones salieron a nuestro encuentro - le dijo, sonriendo de medio lado -. Poco a poco irá cobrando sentido - y le dio un toque amistoso en el costado.

Volviéndose al grupo, el mediano hablaba organizando el plan. Öter se había hecho a la idea desde la noche anterior que tendría que hacerse cargo del caballo y del esterlinga, ya que fue el único que tuvo contacto visual con aquel dichoso Ossandrei.

- "Te escapaste por poco" - pensó  mientras apretaba los labios, formando una fina línea.

A pocas horas del encuentro con los dos hobbits, tenían que ponerse en marcha.

- Si os preocupa que pueda pasarme algo, ¡no temáis! - dijo echando mano al puño del martillo -¡Estoy bien protegido! - y sonrió-. Mi querido compañero mediano, tenga cuidado, confío en usted -. Rowen y Bradoc se lanzaban miradas fugaces durante la conversación y Mith se ofreció a acompañarle -. Mi señora - le dijo acercándose a ella, como un secreto, todo lo más cerca que su altura le daba -. No es necesario que me devuelva el favor, lo del libro lo hice con toda mi buena voluntad - y le dio un toquecito con el codo.

Le echó un vistazo a su zurrón y comprobó que estaba todo en orden.

- Y el maestro Anauir, ¿nos despide? - el enano quería mostrar su gratitud.

 

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30/03/2020, 00:05
Rowen

Se había ruborizado ligeramente al escuchar el sueño de Brandoc. “¿A qué amantes estabas imaginando entre las sábanas de seda, tonta?”. Creía que todas esas historias románticas de amor verdadero estaban plasmadas en el imaginario de las personas, profundamente grabadas en sus mitos y leyendas. ¿Podía ser auténtico un amor tan pasional, tan tangible? ¿Tan físico? Hubo diferentes interpretaciones sobre aquella historia. Rowen no podía aportar mucho, pues el mundo onírico no era su campo. Siempre había tenido los pies sobre la tierra después de todo. No obstante...
—Si no creéis en el destino, quizás deberíais empezar a hacerlo —les dijo a sus compañeros, con vocecita de pajarito —. Estamos entrelazados, de una u otra manera. Y dudo que sea coincidencia que nuestros caminos se hayan cruzado al azar. Hay hilos tras nosotros igual que hay algo más terrible más allá de los enemigos que ya hemos visto.
No dejaba de ser reconfortante pensar que había alguien “supremo” detrás de todo esto que tenía un plan bien orquestado. Volvió a realidad, el plan le proponían ellos. Se repartieron las tareas. Ella siempre hablaba la última. Por timidez. Por ansiedad social. Se le daba mal imponer su criterio, ni siquiera era capaz de expresar su opinión. Pero esta vez tenía algo que decir. Y que hacer.
—Lo lamento, compañeros, pero la única que acompañará a maese Öter seré yo —podía sentir las miradas de todos clavadas en ella. Sintió calor, quería ahuecarse el cuello de su camisa. Se humedeció los labios, intentó hablar lentamente, modular el tono de voz. Tenía que hablar bien —. Yo…—No, aquellos trucos no iban a funcionar, debía hablar con el corazón —. La idea de que Öter se arriesgase fue mía. Si algo malo le pasase, yo no podría perdonármelo. Es justo que sea yo quien comparta su suerte. Si todo sale mal, compartiremos el mismo destino. Es lo correcto. Tal lo exige mi responsabilidad —y mi corazón. Su pretensión era inamovible —. Además, se van a requerir buenas dosis de diplomacia y, ¿Por qué no decirlo? Un toque femenino. Yo parezco menos amenazadora que vosotros, pero tengo mis talentos, los cuales se complementan muy bien con la fuerza y el coraje de maese Öter. Está decidido —y ahí sonó serena y clara, un arroyo que fluye, no una riada que arroyase —. Yo iré con maese Öter.
Esperaba haber dejado zanjado aquel asunto. “Especialmente porque detrás de mis palabras no hay más que una niñita asustada”.
—Voy a ver al maestro Aranuir, por si desea bajar a despedirnos.

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30/03/2020, 15:36
Oter, hijo de Hreimdar

Öter había repasado su zurrón y estaba terminando de colocarse la cota de malla. Muchas veces, se le enganchaba en la barba y le daba algún tirón que otro, por lo que tenía que sacudirse. El enano estaba ya listo para partir, pues el plan ya estaba trazado. Pero súbitamente, Rowen salió de su letargo de pensamientos y habló con contundencia.

- La idea de que Öter se arriesgase fue mía. Si algo malo le pasase, yo no podría perdonármelo. Es justo que sea yo quien comparta su suerte. Si todo sale mal, compartiremos el mismo destino. Es lo correcto. Tal lo exige mi responsabilidad —y mi corazón. Su pretensión era inamovible.

El enano se quedó serio unos segundos. Después se acercó al grupo y con una sonrisa dijo quitándole hierro al asunto:

- ¡Entiendo que la compañía de un guerrero enano sea grata! - exclamó de broma mientras se rascaba la parte de atrás de la cabeza, un poco ruborizado -. Agradezco su predispoción, señorita Rowen - en el fondo estaba agradecido de que se hubieran ofrecido voluntarios todos sus compañeros.

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30/03/2020, 16:15
Mithgannel

La sinda se sorprendió al escuchar a la tímida estudiosa hablar con tal contundencia –Sea pues. Parece que la terquedad de los enanos es contagiosa– dijo con una sonrisa. –¿Me ayuda alguien a subir nuevamente a nuestro cautivo a la grupa del caballo?– y con pasos cautelosos se acercó al guardia para darle agua.

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30/03/2020, 16:49
Director

Bradoc había comprendido que sus conflictos existenciales debían quedar aparcados por un tiempo, hasta que consiguieran salir de la zona de peligro en la que se habían instalado desde la noche anterior. La presencia del esterlinga respirando pesadamente les recordaba que había que zanjar la cuestión sin tardanza.

Mithgannel, otro tanto: en su pesar se mezclaba la emoción por haber descubierto, por aquel medio tan bizarro, setenta años más de la historia de su hermano que hasta ese momento habían quedado borrados de la memoria del mundo. Siempre y cuando pudiera darse crédito al sueño de Bradoc, pero ¿cómo no iba a ser cierto, si los detalles coincidían con tal perfección?  

Por su parte, Öter no estaba acostumbrado a tantas atenciones por parte de la gente alta...¿podía sentirse honrado con el gesto?¿o es que se sentían tan mal por mandarlo al matadero y todas aquellas voluntariosas muestras no eran más que malabarismos que hacían con su conciencia?

Poco importaba, las manecillas del reloj avanzaban inexorablemente. - ¡Las 5:30! Es hora de irnos - urgió alguien. Rowen se había asomado al aposento de Aranuir, separado por una simple cortina que hacía las veces de puerta. Un zumbido ronco provenía del interior de la pieza. Comprendió que el maestro estaba durmiendo y, sonriendo, volvió con sus compañeros. 

- No habrá tiempo para desayunar con Aranuir - dijo la maga a sus compañeros - ¡Andando! 

Mith y Bradoc subieron al magullado esterlinga a la grupa del caballo. En la montura vieron un pequeño remache con el símbolo de Arthedain que podía extraerse sin mucha dificultad. Lo arrancaron y se lo guardaron - Si Ossandrei requisa y oculta el caballo, al menos le quedará este cabo suelto...    

 

Notas de juego

Vale, entonces si he entendido bien proseguiremos con la siguiente configuración:

- Oter y Rowen, con esterlinga y caballo, van por el camino más corto (cruzando Bree) hacia el punto de encuentro.

- Mithgannel, Bradoc y Ruby dais un rodeo por el Camino del Norte rumbo a los barracones (donde suponen que se alojan los 2 hobbits). Como apunta Ruby, cogéis un remache con el símbolo de Arthedain de la silla de montar del caballo de Ossandrei (en la silla faltará un remache, de manera que las dos pruebas quedarían vinculadas).

No realizaréis tiradas de evitación, puesto que según el reglamento solo aplica al medio estratégico. Pero yo como DJ sí que realizaré tiradas para ver vuestro nivel de ventura o desventura en este desplazamiento.

Separados ya en 2 grupos, quedaos a la espera de los próximos posts...

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30/03/2020, 17:04
Director

Todavía era de noche cuando los dos grupos salieron de la morada de Aranuir. Primero habían marchado la dúnadan con el enano y el caballo cargando con el esterlinga desvanecido. Habían creído conveniente en el último momento tapar el cuerpo del soldado con una frazada vieja que encontraron en la casa del mago. 

Los otros tres aventureros partieron justo a continuación, pero en lugar de dirigirse hacia el sur, hacia Combe, en el sentido más directo a Bree, se encaminaron hacia el Oeste para bordear las colinas de Bree. La luz de la mañana empezaba a despuntar muy lejos por detrás suyo, como un disco de oro que rayaba el horizonte. Un resplandor naranja empezó a iluminar las empinadas lomas a vuestra izquierda mientras llegaban al Camino del Norte. 

Decidieron no entrar por la concurrida y vigilada puerta Oeste, sino por la puerta Norte, más discreta, a la que se accedía desde una bifurcación del Camino del Norte. Había resultado ser una buena decisión, pues a aquella hora no encontraron resistencia alguna. Rondaban las 6:30 cuando sus suelas resonaron por los adoquines de la ciudad de Bree, en su zona noroeste. Algunas esporádicas muestras de vida les sacaron de su embrujo, recordándoles que no eran los únicos que estaban despiertos en aquella ciudad.

- ¡Maldita zorra! - oyeron ásperas palabras desde una puerta entreabierta - ¡No vales ni una décima parte de lo que he pagado! - De pronto la puerta se abrió del todo y escupió a dos hombres tambaleantes, ambos con vestimentas de uniformidad, pero sin armaduras. Pequeñas dagas colgaban de sus cintos, aunque uno de ellos tuvo que agacharse para subirse los pantalones, pues se le habían caído a los pocos pasos de la puerta. El local del que salían era uno de los burdeles de Bree, que ahora lucía callado con algunas ventanas abiertas. De una de ellas asomaba, con rostro despectivo, la destinataria de los aquellos piropos.

- Shhhhhh - susurró Bradoc mientras detenía a sus dos acompañantes. En voz baja les dijo - Son oficiales de permiso. Llevan las vestimentas de oficiales de la guardia pero han descargado parte del armamento. En cuanto cogen un permiso, vuelan para pasar toda la noche de fiesta. Además, tienen buenos sueldos que dilapidar... 

Lo cierto es que los dos tarambanas parecían estar dirigiéndose, igual que ellos, hacia los barracones. Los tres aventureros los siguieron a una distancia prudencial, sin perderlos de vista. Tuvieron que ocultarse detrás de un carromato cuando uno de ellos, el que había dicho aquellas lindezas a la prostituta, se agachó para vomitar la borrachera en una esquina. 

Auxiliado por su compañero, se puso en pie por fin y poco a poco continuaron arrastrándose por las desiertas calles hasta llegar a las inmediaciones de la puerta principal del barracón. El que había vomitado hizo ademán de continuar hacia la puerta, pero su compañero tiró de él y se lo llevó por una callejuela lateral. Los tres héroes corrieron para acercarse a la esquina por la que habían doblado: 

- ¿Estás loco? ¿Por la puerta principal? ¡Si no nos aguantamos en pie, por favor! - le decía el compañero, mientras lo cogía a modo de muleta, pues el otro ya no se tenía derecho de ninguna manera. Siguieron por la misma callejuela hasta llegar a una portezuela que parecía también conducir al mismo edificio de los barracones, pasando a través de un patinejo trasero.

El que podía caminar mejor, que no estaba sobrio ni muchísimo menos, sacó un manojo de llaves y se estuvo un par de minutos buscando la llave adecuada. Cuando la tuvo, apuntó sin éxito varias veces a la cerradura. A pocos, metros, ocultos detrás de un murete del patinejo, los tres aventureros escuchaban los ruidos de la llave tentando el paño, una y otra vez... 

- Tiradas (1)

Motivo: Hostilidad Encuentro

Tirada: 1d100

Resultado: 64 [64]

Notas de juego

Las tiradas que hace el DJ sobre la hostilidad de un encuentro funcionan de forma que, a mayor resultado, más benigno o favorable para los PJ. Este resultado (64) os ha dado una razonable oportunidad de acceder a los barracones sin necesidad de dirigiros a la entrada principal.

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31/03/2020, 12:05
Director

Todavía era de noche cuando los dos grupos salieron de la morada de Aranuir. Primero habían marchado la dúnadan con el enano y el caballo cargando con el esterlinga desvanecido. Habían creído conveniente en el último momento tapar el cuerpo del soldado con una frazada vieja que encontraron en la casa del mago. 

Volvían a caminar Rowen y Öter, lado a lado, como en aquel primer tramo del Camino del Norte desde Fornost en el que se habían conocido. Había sido una agradable compañía aquella vez, puesto que ambos se complementaban: el uno se sentía cómodo dando rienda suelta a su lengua para contar las viejas glorias de su familia, la otra para poder entregarse a la escucha sin tener que hacer esfuerzos por abrir nuevos temas. Pero esta vez el trayecto transcurría en silencio, únicamente roto por el sonido de los cascos sobre los adoquines de las poblaciones por las que iban atravesando: Combe, Entibo, y finalmente Bree. 

Sin intención de ocultarse de nada, avanzaron por la vía más directa por las calles, aún desiertas, de Bree. Las primeras claridades del día empezaban a dar forma a los edificios, y los pájaros negros de la noche trinaban anunciando el amanecer. 

Eran las 6:15 cuando oyeron un sonido metálico y de pasos, ampliándose a medida que transcurrían los segundos. En una encrucijada de cuatro calles, los ruidos se detuvieron. Enano y maga giraron sus cabezas hacia donde habían percibido los sonidos, para ver a, escasos metros de su posición, un grupo de siete guardias en posición de alerta, con espadas y escudos tendidos hacia los dos aventureros. Uno de los guardias, con la vestimenta de oficial, permanecía con la mano alzada y la palma abierta:

- ¡Deteneos! - sonó la voz del oficial, con firmeza pero con cierta contención, como si intentara no despertar del sueño a los vecinos. Con paso decidido, avanzó hacia vosotros flanqueado por cuatro de los guardias, que seguían blandiendo las espadas.

- Quedáis detenidos en nombre de la Guardia de Bree. Debéis acompañarnos - prosiguió el oficial con rectitud. Uno de los guardias tomó al caballo de la brida y miró por debajo de la frazada.

- Señor... - susurró al oficial, quien se acercó al caballo y tiró de la frazada, descubriéndola completamente. Dando la vuelta alrededor del caballo, examinó el cuerpo del esterlinga y, cuando hubo terminado, levantó sus ojos interrogativos hacia vosotros.

- Tiradas (1)

Motivo: Hostilidad encuentro

Tirada: 1d100

Resultado: 8 [8]

Notas de juego

Las tiradas que hace el DJ sobre la hostilidad de un encuentro funcionan de forma que, a mayor resultado, más benigno o favorable para los PJ. Este resultado (8) os ha tendido una de las más temidas situaciones...

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31/03/2020, 18:27
Ruby Moss

Seguimos a los oficiales hasta los alrededores del barracón. Seguramente con el nivel de alcohol que llevan en sangre no será difícil deshacernos de ellos en caso de problemas. Cuando llegamos hasta el murete les indico a mis compañeros con gestos y con leves susurros, que voy a salir a preguntar por los Hobbit. Esto nos permitirá averiguar si alguien nos está esperando.

- Quedaros aquí.

Salgo caminando con aire distraído y una amplia sonrisa. Dirigiéndome a ellos les digo.

- Buenos días caballeros, saben donde puedo encontrar a Bit y Zoz, mis compatriotas exploradores. He quedado aquí con ellos.

Espero que los dos guardias me indiquen donde poder encontrar a los Hobbits. Ir a su encuentro antes de la hora acordada puede ser ventajoso para nosotros. 

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31/03/2020, 20:01
Mithgannel

Habían tenido suerte, no sólo por el hecho de haber pasado desapercibidos al entrar en la ciudad sino porque de camino a los barracones se habían topado con un par de guardias desaliñados y ebrios. Los siguieron hasta las inmediaciones de la muralla, y cuando los borrachos estaban a punto de entrar en una puerta secundaria de los barracones, el señor Moss tuvo la idea y los redaños de acercarse e intentar sacar información de los guardias, o quizá incluso una entrada libre a los barracones. La elfa asintió en silencio y esperó en su escondite mirando hacia ambos lados, en caso de que apareciera otra gente.

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31/03/2020, 20:29
Bradoc

Bradoc se mantuvo con Mith observando a cierta distancia como Ruby trataba con los dos borrachos. La verdad es que el aspecto inofensivo de los medianos les podía servir de gran ayuda en este momento, si podían aprovechar la ocasión de encontrarse con los hobbits antes de la hora acordada ganarían mucho.

— Espero que tenga suerte — le susurró a la elfa.

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01/04/2020, 01:03
Rowen

Había en ella más preocupación de la que quería reconocer. Cargaba con el peso de la incertidumbre. Muchos eran sus enemigos y jugaban en la sombra, con la moneda de la traición. Cabalgaban feroces bestias y aún desconocían su verdadero rostro. Al separarse e habían vuelto más débiles. Y dejar atrás a su futuro maestro tampoco había servido para calmar el torbellino de miedos en el que se ahogaba su corazón. Solo rompió el silencio una vez, para preguntar al duro rostro del enano una duda que la estaba carcomiendo. —Estarán bien ¿Verdad? Volveremos a juntarnos los cinco —terminó con un deje de duda. “Eres, o serás, una poderosa conjuradora. La magia es tu elemento. Recuérdalo. No eres una niña asustada. Eres fortaleza, las espaldas que cargan con el peso de los demás.” Recordó. ¡Pero que poco valor tenían las palabras cuando el corazón reinaba sobre la mente! Combe. Entibo. Bree. El destino. Y, pronto, los soldados. Los estaban esperando. No hicieron falta presentación. Siete hombres. Más de lo que, a su pesar, podía manejar el enano en justo combate. Por suerte su arma allí no era el acero o la magia, sino la palabra. Se mostró serena, cosa que no estaba, y segura de si misma “¿Pueden oír ellos como me castañetean los dientes o ese sonido solo está dentro de mi cabeza?”. Uno de los guardias terminó destapando al cautivo. Eso levantó preguntas, dudas. Era su grieta, el lugar por donde debían atacar. Luego recordó que, por mucho que los tratasen como criminales, ¡No lo eran! Dudar, tratar de ocultar algo, solo serviría para levantar más sospechas de las que el taimado Ossandrei ya había dejado caer en sus orejas. Así que, con decisión, clavó sus botas en el terreno, estiró su figura, que era más bajita que la del oficial, y se dirigió a él con energía y decisión. —¿Detenidos? ¡¿Qué canallada es ésta?! Queremos ver al capitán Meneldir, pues fue él quien nos contrató y es ante el único al que responderemos. Somos colaboradores de las fuerzas reales de Arthedain, y por ende, del mismísimo rey Argelev II. Hemos cumplido nuestras órdenes y como tal, así las reportaremos ante nuestro oficial directo. ¡Podéis, si así lo deseáis, acompañarnos y escoltarnos ante la presencia del capitán! Si alguien considera que debe detenernos, que sea él. No nos opondremos así lo decide, pero primero debe de escucharnos — casi estaba encima de aquel oficial, con la mirada acusadora sobre él, arrojándole la mejor mira de reproche que llevaba encima —. Desconozco de qué se nos acusa, pero llevamos sobre el caballo la prueba de nuestra inocencia. No perdáis más tiempo y llevadnos ante el capitán. Están obrando fuerzas oscuras en Bree y no queremos darles ventaja.

Notas de juego

¿Puedo/Debo tirar por liderazgo/persuasión para intentar ablandar al oficial?

Cargando editor
01/04/2020, 08:22
Director

Notas de juego

Hola Rowen!si, puedes tirar por Lideeazgo e influencia.