Partida Rol por web

Bree en apuros

III. De la sartén a las brasas

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01/04/2020, 13:39
Rowen
- Tiradas (1)

Motivo: Liderazgo

Tirada: 1d100

Resultado: 41(+20)=61 [41]

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01/04/2020, 14:09
Director

- Buenos días caballeros, saben donde puedo encontrar a Bit y Zoz, mis compatriotas exploradores. He quedado aquí con ellos.

 

La irrupción del mediano no pareció ser nada bien recibida por parte aquellos dos guardias borrachos. No tanto por las formas del hobbit, que habían sido impecables, sino por saberse descubiertos tan cerca de sus ansiadas camas.

-  ¿Qué haces aquí? Por aquí no puedes entrar. Ve a la puerta principal y preg... - el menos borracho de los dos había empezado así a sacarse a Ruby de encima, pero fue interrumpido por su compañero quien, en un último suspiro de vigor dentro de su alcoholizado ser, sacó a relucir un puño y lo lanzó contra el hobbit, echando todo su cuerpo hacia adelante en el mismo movimiento, sin contención.

- ¡Que te pego, leche! - murmuró guturalmente casi sin poder vocalizar, mientras su puño surcaba el aire sin siquiera rozar al estupefacto Ruby.  

- Tiradas (1)

Motivo: Puñetazo guardia borracho

Tirada: 1d100

Resultado: 12(-5)=7 [12]

Notas de juego

Vamos, vamos! Vamos a probar un modo de combate sin armas, el combate cuerpo a cuerpo. Está perfectamente contemplado por el reglamento de MERP (tabla CST-2)

La Bonificación Ofensiva (BO) de este tipo de combate es la suma de los bonificadores de Fuerza + Agilidad. 

Se pueden hacer dos tipos de ataque cuerpo a cuerpo:

  • Puño/patada, que se resuelve en la tabla de ataques "garras y dientes" y generan críticos de Desequilibro, con un máximo de crítico A. 
  • Lucha libre/blocar, que se resuelve en la tabla de ataques "agarrar y desequilibrar" y generan críticos de Presa, con un máximo de crítico A.

Como veis, son ataques que difícilmente van a matar al adversario (crítico máximo tipo A), sirven más bien para inmovilizar, inutilizar, etc. Apto para peleas de bar, o medidas coercitivas contra adversarios que no puedan considerarse enemigos en sí mismos.

El guardia más borracho es un oficial de nivel 4, con una BO de cuerpo a cuerpo de +25 (Fuerza +15 y Agilidad +10), pero penalizado con un -30 por su deplorable estado etílico. 

Bradoc y Mithgannel, no edito plano pero haceos a la idea que estáis a unos 3m de los guardias y el hobbit (es decir, podéis mover y pegar sin penalizaciones).

Si les pegáis, tenéis +15 a la BO por el estado de los adversarios (no llegan a aturdidos, pero casi).

Otra particularidad de este tipo de combates con las manos, es que no hay pifias, sólo ataques fallidos, es decir, no se tira en tabla de pifias.

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01/04/2020, 19:30
Oter, hijo de Hreimdar

La noche todavía caía en Bree y solo el movimiento del viento podía verse reflejado en las hojas de los árboles del camino. Los primeros en partir de casa del maestro Araunir fueron el enano y la señorita Rowen. Su decisión de acompañarle no se puso en duda, ni siquiera Mithgannel, quien aceptó la organización de Ruby, puso oposición alguna. 

- En realidad, señorita Rowen - comentaba el enano, mientras preparaban el caballo y al esterlinga -, usted me ha hecho un favor - dijo mientras se ponía la mano en la boca a modo de secreto, echando un ojo a la casa -: no hubiera aguantado tanto paseo con la elfa - y sonrió, bromeando. Rowen hizo lo mismo, pero con una sonrisa atrapada como por la tristeza. Ella era así.

En tan poco tiempo habían pasado muchos sucesos que habían hecho que el grupo fuera afianzando la amistad. Y aunque los trucos de magia de Rowen no eran pasión para el enano, sabía que dentro de ella se escondía un gran corazón. Su semblante siempre preocupado y dubitativo demostraba pureza.

- Y ya tenía a ese Ossatei...Osandri... Ossandrei o como se llame para darle con mi martillo. - Öter gesticulaba recreando la escena. Rowen le hacía señas para que bajara la voz y el enano encogía el cuello, ya que se estaba dejando llevar por la emoción sin querer-. Y el fuego, señorita Rowen, no era necesario, ¡lo tenía controlado! - Rowen lo miraba de vez en cuando sonriendo.

El paseo estaba yendo bien y poco a poco comenzaba a ver las primeras luces a lo lejos. Cuando llevaban largo rato calladas, Rowen habló:

- Estarán bien ¿Verdad? Volveremos a juntarnos los cinco.

El enano la miró:

- Claro que sí, señorita. Ya demostraron su valía contra aquella criatura en la casa incendiada, ¡hay que ser más fuerte para derribarlos, en especial al señor Bradoc! - le dijo con cara de pícaro, entrecerrando los ojos.

Pero su conversación se cortó de golpe por una orden a varios metros de ellos.

Quedáis detenidos en nombre de la Guardia de Bree. Debéis acompañarnos.

Los guardias que allí se cruzaron, los detuvieron con una actitud más hostil que otra cosa. Sus palabras transmitían tensión. El guerrero enano iba a hacer dotes de sus artes habladas.

- Mis señores, - se aclaró la voz tosiendo, mientras avanzaba un par de pasos - creo que...

¿Detenidos? ¡¿Qué canallada es ésta?! Queremos ver al capitán Meneldir, pues fue él quien nos contrató y es ante el único al que responderemos. Somos colaboradores de las fuerzas reales de Arthedain, y por ende, del mismísimo rey Argelev II. Hemos cumplido nuestras órdenes y como tal, así las reportaremos ante nuestro oficial directo. ¡Podéis, si así lo deseáis, acompañarnos y escoltarnos ante la presencia del capitán! Si alguien considera que debe detenernos, que sea él. No nos opondremos así lo decide, pero primero debe de escucharnos.

Rowen pasó de tener su peculiar expresión cabizbaja a medir dos palmos más. Su actitud, fortalecida y convincente, hizo que el enano retrocediera a su sitio con la palabra en la boca mientras entrelazaba los dedos.

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01/04/2020, 21:54
Director

Aunque les costara reconocerlo, lo cierto es que, bajo aquellos fríos muros, el miedo empezaba a atenazarles. Por una parte, eran conscientes de que aquello era lo previsto, servir de señuelo. Y sí, confiaban en sus otros tres compañeros, - ¿porque confiaban, verdad? - aquellos mismos compañeros del alma que solo veinticuatro horas atrás eran unos completos desconocidos...

Estaban en las profundidades de la torre de la guardia, los calabozos de Bree. Sólo unos cuantos metros por encima suyo, Meneldir, Bit, Zoz, aquellos nombres en los que habían puesto sus únicas esperanzas, vivían ajenos a lo que estaba ocurriendo allí. Sólo esperaban que Mith, Ruby y Bradoc estuvieran ya allí, con ellos, luchando por sacar a relucir la verdad. 

¿Detenidos? ¡¿Qué canallada es ésta?! Queremos ver al capitán Meneldir, pues fue él quien nos contrató y es ante el único al que responderemos. Somos colaboradores de las fuerzas reales de Arthedain, y por ende, del mismísimo rey Argelev II. Hemos cumplido nuestras órdenes y como tal, así las reportaremos ante nuestro oficial directo. ¡Podéis, si así lo deseáis, acompañarnos y escoltarnos ante la presencia del capitán! Si alguien considera que debe detenernos, que sea él. No nos opondremos así lo decide, pero primero debe de escucharnos.

La dama Rowen había luchado lo indecible en su foro interno para sacar afuera aquella diatriba, en frío, en medio de la calle, con siete guardias encima. 

Y sí, el oficial había vacilado al principio, incluso había tenido que retirar la mirada de la dúnadan para contestarle: 

- Señora, las órdenes que tengo son...inequívocas - había dicho, volviendo a mirar a ambos, maga y enano, como corroborando una vez más que la descripción cuadraba a la perfección con la información de la que disponía.

Todavía visiblemente perturbado por la imprecación de Rowen, el oficial había algunas órdenes en voz baja a sus hombres. Al poco rato, los dos aventureros tenían las manos atadas fuertemente a sus espaldas, había sido desarmados y despojados del caballo, que ahora era tomado por sus riendas por parte de uno de los guardias. Con cierto respeto por la dama, a quien no habían tocado, y algo menos por el enano, los habían conducido por las calles del centro de Bree, que poco a poco iban poblándose de los lugareños que se dirigían a sus trabajos. En pocos minutos se encontraban en la puerta de la torre de la guardia, junto a los barracones. 

- Llevad a este hombre a la enfermería - había dicho entonces el oficial refiriéndose al esterlinga, y dos guardias lo habían desatado de la montura y lo habían llevado hacia dentro de los barracones. Después, con un chasquido de dedos, había aparecido otro mozo y se había llevado al caballo hacia la zona más lejana de los mismos barracones. 

Después les habían hecho entrar por una puerta en la misma torre a un ínfimo zaguán, para por último descender por una fría y estrecha escalinata.  

 

Así que ahora estaban ahí, en los calabozos, vigilados por dos guardias y esperando no se sabía qué.

O sí. A los pocos minutos, unos pasos se oyeron en lo alto de las escaleras. Rowen y Öter giraron sus cabezas, casi adivinándolo. Ossandrei bajó las escaleras sin prisa, como deleitándose. Cuando estuvo abajo, se detuvo un momento.

- Retiraos - dijo a los guardias. Los dos guardias desaparecieron por las mismas escaleras, como almas que llevara el diablo.

 

Notas de juego

Rowen, el resultado de tu tirada de Liderazgo no es malo, pero tampoco es lo suficientemente bueno para darle la vuelta a la encorsetada mentalidad de un peón como aquel oficial de la guardia, a su vez esclavo de sus propios miedos (¿su puesto de trabajo, la ira de Ossandrei?)...Muchas veces es más fácil convencer a un rey, libre y capaz de tomar sus propias decisiones, que al lacayo que sólo obedece a una cadena de mando y que carece en absoluto de criterio propio...

Por lo menos has conseguido perturbarle, que no sea capaz de mantenerte la mirada y tal vez que os hayan dispensado un trato algo mejor durante vuestra detención que si no hubieras contestado y hecho la tirada. 

Pero en fin, ya vereis que el oficial es una monjita de la caridad comparado con el bicho de Ossandrei...

 

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01/04/2020, 23:12
Ossandrei

- ¿Creéis que disfruto? - rompió por fin el silencio una vez se aseguró de que ya no podía ser escuchado por nadie más - ¿Os parece que estoy disfrutando con todo esto? - repitió acercándose hasta casi rozar los rostros de los dos presos. Rowen y Öter pudieron ver sus ojos enrojecidos por el ataque de fuego de la noche anterior. De pronto, tal vez como autocontestación a su pregunta retórica, soltó una carcajada histérica que retumbó pavorosamente en aquellos muros. 

- Escucha bien, enano, las preguntas que voy a hacer. Porque ésta va a ser la última vez que las escuches sin, digamos, tensiones. La próxima vez que tenga que formulártelas, estarás en una situación más comprometida. ¿Sabes cual es mi rincón favorito de esta cárcel? Allí - señaló con el índice un corredor que se perdía en la oscuridad - Donde guardamos los instrumentos de tortura - hizo una pausa larga, como esperando que esa terrible palabra final se apoderara de toda la estancia. 

- A tí, en cambio - ahora se acercó a Rowen, que tenía la mirada fija al frente y no movía un solo músculo - a tí, que gustas de levantar muros de fuego con brujería...y llegado a este punto debo reconocer que no te creía capaz de hacer esas cosas - puso aquí una paródica entonación admirativa - A tí, como decía, no te voy a estropear en el potro de tortura...mientras tenga alternativa. Y estoy seguro que maese...Öter no lo permitirá, y por tanto me dará unas respuestas que me gusten - ahora paseaba una mirada lasciva de arriba a abajo por el cuerpo de Rowen - Si, a tí te conservaré para otros menesteres...eso sí, esas manos de hechicera quietecitas, como ahora, bien atadas. ¿Te gusta que te aten, hm?  

Ossandrei se apartó ahora de los dos apresados, y llevándose las manos a las espaldas, se puso a caminar teatralmente en círculos, sin mirar a ninguno de los dos:

- Primera pregunta: ¿Donde están los demás?. Segunda pregunta: ¿Dónde está el pergamino?. Tercera pregunta: ¿Quiénes estuvisteis en la casa? Cuarta pregunta...¿qué visteis allí?   

Siguió el silencio, frío como una losa.

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02/04/2020, 02:30
Rowen

Había hecho acopio de todo lo que había dentro de ella; porte, presencia, dotes de comunicación, liderazgo, calma, fuego y hielo mezclado en sus palabras. Se había inspirado en su maestro y en otros sobre los que había leído. Tenía idealizado el concepto de mago. Quería ser como ellos. Una luz en la oscuridad, una guía en las tinieblas. Esa persona a la que recurres cuando todo está perdido. Esa persona que sabe siempre cómo actuar y de qué manera solucionar una situación. Pero sus pretensiones habían muerto al chocar contra la gris mente de aquel soldado que “solo atendía a órdenes”. Discutir sobre el pensamiento crítico y la capacidad de generar ideas propias con un siervo como aquel no iba a ser útil para su situación. Si había había conseguido su respeto, o su temor, no logró hacerle cambiar de parecer. Cuando sintió la regia soga atando sus manos no pudo más que disculparse ante su compañero enano. —Lo lamento mucho, maese Öter. Os he fallado y ahora, por mi culpa, temo que os he condenado. Ossandrei apareció. El captor, el traidor. Estaban en sus manos, abandonados. Contaba con sus compañeros, por supuesto. Pero estos podían haber tenido problemas, o ser arrestados de igual forma. La esperanza era una luz que podía dar alimento o muerte. En su caso, de nada servía alimentarla. Si sus amigos llegaban a tiempo, lo celebraría, pero debía de contar con que llegarían tarde. No porque no confiase en ellos, sino porque allí, en la oscura celda, solo estaban ellos tres. Debía ser realista y aceptar lo que tenía. Escuchó las palabras de Ossandrei. Amenazó sin miramientos. Primero al enano. La tortura era la herramienta de los mezquinos. A ella, por supuesto, la amenazó con algo diferente. Y recordó otro lugar, frío y oscuro también, donde había sido humillada, golpeada y ultrajada muchas noches por aquel que supuestamente debía amarla. Había huido de aquel lugar después de recoger los pedazos rotos que quedaban de su coraje. Al final, había vuelto al mismo lugar, había vuelto a casa. Por raro que pareciera, ella no se estremeció ante la amenaza. Lo peor que podía hacerle aquel hombre vicioso era algo que ya había sufrido. De su anterior experiencia había sacado fortaleza, o quizás solo resignación. Sabía del mal de los hombres. Lo sabía porque lo había sufrido en su propia carne. No temía lo que ya conocía. Pero si temía el dolor de su amigo. Ella ya había sido rota. Podían romperla otra vez y volvería a alzarse. Especialmente si lo hacían de la misma manera. Seguiría su camino mientras tuviera el aliento de la vida. Pero ¿Qué pasaría con maese Öter? Aguantaría el dolor, pero la tortura dejaba secuelas. Una mano rota, una cojera, la pérdida de un ojo, aquello sería fatal para un guerrero. Y, por lo que había escuchado, debía recuperar su honor en la familia. ¿Cómo hacerlo con el cuerpo deshecho? Ella era una mujer intelectual. Su mente era su herramienta. Su mente era su fortaleza. Podía aguantar. O…quizás no, pero debía intentarlo. Trató de pensar. Ossandrei ya había decidido lo que quería saber. No le darían esas respuestas porque la traición no era una opción. Pero tampoco podía dejar que torturasen a su compañero por ello. Y ese parecía que iba a ser el camino. “Piensa, chica, piensa”. ¿Qué podía utilizar? Su magia era inútil allí, no podía conjurar. ¿Y todos sus conocimientos? No eran nada contra aquellas ligaduras, contra el fuego de la mirada de su captor ni su alma implacable. “No tengo nada. No sé…que hacer”. Solo era un aprendiz. Agachó la cabeza, avergonzada. Evitó las lágrimas. No era miedo lo que sentía, sino vergüenza. Se sentía tan pequeña, tan insignificante… “Pero él cree que tu convocaste a las llamas”. Allí tenía un hilo del cual tirar. No necesitaba ser una hechicera para aparentarlo. ¿Y acaso sus cuerdas no estaban tan regiamente atadas como las de su compañero? La temían. Intentó encontrar la misma voz que había utilizado con el guardia. No la encontró. El frío, el miedo, los recuerdos. Esta vez no había fortaleza ni llama en sus palabras, solo una fina capa de tristeza helada. Su auténtico yo que hablaba desde la caverna del pasado, con algo de amargor. Pero también con rabia. ¡Y que la rabia fuera el sustento su lengua! ¡Y que su propia carne fuera el escudo de su compañero! “Ojalá pudiera hacer más”. —Claro que disfrutas con esto, Ossandrei. Los hombrecillos como tú siempre disfrutan haciendo daño a otros a los que saben que no derrotarían en un combate justo o tomando a mujeres que no se entregarían a ellos por voluntad propia —Rowen había alzado sus ojos para mirarlo de forma penetrante. Allí solo había dolor, el que había sufrido y el que vendría —. El enano no sabe nada. Es un peón de mis intrigas. Seguramente no sepa ni siquiera porque está aquí. Le pagué por su protección, pero él no sabe nada de tus motivos, ni de los míos —tenía que sacarle de allí, de alguna manera —. Déjalo en libertad, o, al menos, enciérralo en una celda y olvídate de él. Yo soy la llave a los secretos que deseas saber —emitió una sonrisa que, esperaba, denotase seguridad —. Te lo contaré todo cuando estemos a solas. Adelante, es lo que deseas ¿No? El pergamino, los otros. Incluso aquel a quien sirvo. Todo eso te contaré, pero no delante de él. Y podrás hacer de mí lo que deseas. Porque eso también lo quieres, ¿verdad? “Sois todos iguales, cerdos prisioneros de vuestros instintos” —. Aunque bueno, es muy posible que alguien como tú prefiera quedarse a solas con un varonil enano antes que con una chica como yo. O quizás, ¿te asusto? —emitió una risilla y luego apartó sus ojos de él, con un desprecio que no le hacía falta fingir.

- Tiradas (1)

Motivo: Persuasión

Tirada: 1d100

Resultado: 4(+20)=24 [4]

Notas de juego

Tiro persuasión para centrar la atención de Ossandrei en mí. Creo que no ha salido muy bien...XD Tendré que dejar de hacer esto...XD

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02/04/2020, 22:10
Mithgannel

Viendo que los ebrios guardias no parecían ir de buenas y que incluso la integridad del mediano podía verse dañada, Mithgannel se lanzó contra ellos, no sin antes dar indicaciones a Bradoc –Vamos, les ayudaremos a dormir y los dejamos en el rincón–. La elfa dio un par de zancadas para tomar impulso y saltó sobre el guardia desequilibrado para tratar de noquearlo.

- Tiradas (2)

Motivo: Codazo en boca... O donde sea

Tirada: 1d100

Resultado: 90(+50)=140 [90]

Motivo: Crítico

Tirada: 1d100

Resultado: 58 [58]

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02/04/2020, 22:47
Ruby Moss

Rudy se había visto sorprendido por el ataque del guardia. No sabía como se había visto envuelto en aquella situación pero estaba claro que que tenía mal beber. Mith salio de entre las sombras y este movimiento le saco de su ensimismamiento. Estaba claro que debían defenderse, vio como Mith se precipitaba sobre el guardia que le había atacado y en ese momento se tiro contra el otro para intentar placarle.

No tuvo mucho éxito con su placaje pero si consiguió impactar con el guardia. No tenía claro que había pasado inmediatamente después pero comprobó como los dos habían acabado en el suelo convertidos en un amasijo de brazos y piernas.

- Tiradas (1)

Motivo: Ataque

Tirada: 1d100

Resultado: 19(+20)=39 [19]

Notas de juego

En la tirada falta el +15 de BO a pesar de todo no llego al crítico.

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02/04/2020, 23:21
Bradoc

— Sí, pongámoslos a dormir — le contestó Bradoc a la elfa mientras la seguía y disponía a darle una buena zurra a los guardias.

Bradoc se metió en medio de la reyerta y trató de agarrar al que acababa de intentar pegar al mediano.

- Tiradas (2)

Motivo: Ataque de agarre

Tirada: 1d100

Resultado: 86(+55)=141 [86]

Motivo: Crítico

Tirada: 1d100

Resultado: 64 [64]

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03/04/2020, 11:07
Director

El guerrero mestizo y la elfa salieron de la nada para auxiliar a su compañero. Como un ariete, Bradoc se lanzó a coger al menos borracho de los dos por la cintura, empujandolo brutalmente contra la pared. El sorprendido guardia intentó replicar pero no atinó a contrarrestar el ataque. Mithgannel se encargó del que había propinado el puñetazo al aire en dirección a Ruby, impactándole con un sonoro codazo en toda la mejilla, mientras el desgraciado aterrizaba en plancha en el suelo. 

El manojo de llaves que tenía el guardia cayó al suelo provocando un metálico tintineo. Ruby se agachó a recogerlo y se dispuso a buscar la llave adecuada para la puerta.

- Tiradas (1)

Motivo: Lucha libre Borracho

Tirada: 1d100

Resultado: 47(-5)=42 [47]

Notas de juego

Bien!! ya estáis preparados para multitudinarias peleas de taberna, jejeje.

He redistribuido vuestro ataques de forma que Mith y Bradoc ataquen uno a cada borracho.

Mithgannel realiza un golpe con el codo que quita 26 PV y inflige un crítico A (máximo en ataques sin armas): "golpe en el pecho, recula 1 m, -5 PV y -10 a la actividad durante 2 asaltos).

Bradoc realiza un ataque de agarre contra el menos borracho, le quita 28 PV y crítico A de Presa: "Presa en la parte superior de la pierna, aturdido durante 1 asalto"

El menos borracho ha podido a su vez ejecutar su ataque (lucha libre contra el agarrón de Bradoc), pero sin éxito.

Si queréis dejar la paliza ahí y seguir vuestra búsqueda, tenéis ahora la oportunidad de atarlos entre sí y amordazarlos, etc, sin necesidad de tirada, ya que uno está aturdido 1 asalto y el otro demasiado borracho para replicar (además se ha caído en plancha realizando su propio ataque). Vosotros diréis.

Ruby, no hace falta tirar para abrir la puerta con las llaves, es rutinario.

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03/04/2020, 14:54
Oter, hijo de Hreimdar

La primera parte del plan había tenido éxito. Un éxito agridulce, si se veía desde el punto de vista realista, ya que habíamos conseguido lo que queríamos, dar la cara con Ossandrei; lo que había costado un confinamiento en un lugar cuanto menos, agradable. 

Los guardias habían apresado a la maga y al guerrero, que caminaban cabizbajos, lanzándose miradas fugaces al doblar esquinas de camino a aquellos sótanos donde probablemente no le esperaban nada bueno. La temperatura, obligada por la humedad de aquellas sótanos, comenzó a descender. Así como la luz. De repente, parecía que estaban de nuevo en la noche anterior, donde había combatido contra aquella figura sombría.

El continuo goteo del que se filtraba por las rendijas del techo era el único sonido se escuchaba, junto al del guardia atando las manos a los dos compañeros. Öter sabía que intentar hacer cualquier cosa para evitarlo era inútil, así que venció su batalla con el orgullo, no a cualquier precio, ya que apretó con fuerza los labios apoderado por el coraje y un mordisco se llevó un trozo de piel del labio. Notó el sabor metálico de la sangre. Su rostro estaba tenso, no porque diera por hecho que esa exposición al peligro podría acabar en una situación grave, que podría; si no porque sabía que el tiempo corría en su contra y debían de hacer todo lo posible para retrasar cualquier avance hasta que sus compañeros pudieran acudir a su ayuda. 

—Lo lamento mucho, maese Öter. Os he fallado y ahora, por mi culpa, temo que os he condenado.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por la dulce voz de la maga. Se podría decir que su expresión era triste para la ocasión, pero su gesto era casi siempre así. Sus palabras, sinceras, ablandaron el rostro del guerrero enano:

- Mi señora, yo acepté el cometido por mi bien y por el del grupo; nadie me obligó a venir aquí, lo acepté por mi cuenta - le dijo Öter de forma cariñosa, no quería que se sintiera mal -. Saldremos de aquí, pronto vendrán a ayudarnos. 

Unos pasos en las escaleras que ascendían al siguiente nivel interrumpieron las palabras de calma del enano. Era Ossandrei. Su gesto, orgulloso por "la victoria" se reflejaba en su rostro y sus andares. 

 El enano no sabe nada. Es un peón de mis intrigas. Seguramente no sepa ni siquiera porque está aquí. Le pagué por su protección, pero él no sabe nada de tus motivos, ni de los míos.

Rowen se adelantó al enano, lo que hizo que se quedara en silencio. Öter intentó aparentar toda la tranquilidad posible con una sonrisa despreocupada mientras contestaba:

- La señorita lleva razón, y tal como dice, estoy a sueldo y mi contrato es protegerla... así que sepárate de ella. No sé de qué estás hablando así que llévame a donde quieras, si fueras lo suficientemente valiente lo harías tú solo. Tu sala de torturas comparado a las montañas de donde yo vengo es la mejor habitación en la posada más cara de esta ciudad.

El enano estaba ganando tiempo, esperaba que el orgullo de Ossandrei estuviera por encima de su inteligencia, aunque fuera a cambio de unos golpes antes de que se lo llevaran de allí.

Notas de juego

Yo ni tiro, tengo -5 jajajaja prefiero que me peguen que lo aguanto mejor XD

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03/04/2020, 22:23
Mithgannel

Satisfecha por lo rápido que habían lidiado con el asunto, lo cual tampoco era de extrañar por el estado de los guardias, Mithgannel se apresuró a limpiar la escena –Vamos, Bradoc, traigámoslos a este rincón. Ruby, vigila, por favor–. Agarrando al ebrio guardia por las axilas, fue tirando de él hasta dejarlo en el lugar más oscuro y profundo del callejón. Cuando y habían terminado, esperó nerviosa a que su compañero abriera la puerta secundaria de los barracones.

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03/04/2020, 22:40
Ruby Moss

Era momento de moverse rápido, había sido fácil deshacerse de aquellos guardias borrachos, pero mejor desaparecer de allí antes de que apareciera alguien. Mientras sus compañeros escondían los cuerpos, se levantarían con algo más dolor de cabeza del que esperaban, el abrió la puerta trasera del barracón.

— Vamos antes de que llegue alguien.

Busquemos a los exploradores. Tenemos que contarle lo que paso ayer y la traición que hay entre la guardia. En ese momento se acordó del enano, hacía tiempo que se habían separado, ¿habrían tenido suerte en su periplo por Bree?

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04/04/2020, 16:01
Director

—Claro que disfrutas con esto, Ossandrei. Los hombrecillos como tú siempre disfrutan haciendo daño a otros a los que saben que no derrotarían en un combate justo o tomando a mujeres que no se entregarían a ellos por voluntad propia

 - La señorita lleva razón, y tal como dice, estoy a sueldo y mi contrato es protegerla... así que sepárate de ella. No sé de qué estás hablando así que llévame a donde quieras, si fueras lo suficientemente valiente lo harías tú solo. Tu sala de torturas comparado a las montañas de donde yo vengo es la mejor habitación en la posada más cara de esta ciudad.

 

Por la expresión del rostro de Ossandrei, los detenidos vieron con estupor cómo sus réplicas parecían hacer las delicias del subcapitán de la Guardia, signo inequívoco de su psicopatía criminal. Pero, de una forma muy leve y sutil, parecía por un momento que la valentía de ambos - habiendo dado un paso adelante en su determinación de protegerse mutuamente - tenían al canalla de Ossandrei ligeramente desbordado. Pues era evidente que no iba a hacerse ayudar por nadie. Ni para la tortura de Öter ni, por supuesto, para "lidiar" con Rowen. Lo haría en solitario, ¿tal vez porque no tenía ni un sólo cómplice en la guardia para apoyarle en su trama maligna? Era prematuro decirlo todavía, pero era una posibilidad. Con todo, no había duda de que su enfermiza megalomanía se había visto disparada por las actitudes desafiantes de sus dos cautivos, así que decidió abarcarlo todo, y al momento. Esa ambición desmedida es la que podría dar a los héroes un tiempo precioso, un resquicio de luz para su salvación. Aunque seguía sin haber rastro de sus compañeros.

- Vaya, vaya. Esperaba poder esperar a tener un momento más tranquilo para tí, querida. Pero no me lo pones fácil, con todas esas promesas de placeres...y de información - dijo Ossandrei, poniendo una impostora cara de cordero degollado. - Sí, se me acumula el trabajo. Pero por suerte soy una persona organizada. - dijo mirando al enano - vas a esperar quietecito mientras la señorita y yo tenemos un intercambio de pareceres. Pero aquí no, quiero que vayas ambientándote. ¡Andando! - Con un tirón violento arrancó a Öter de su posición y le condujo por el pasillo del calabozo, avanzando junto a él con una fría daga apretada contra su espalda.

De esta forma llegaron al rincón más apartado del calabozo, y Öter pudo ver que Ossandrei no iba de farol. Allí se encontraban los utensilios de tortura tristemente habituales en los calabozos de todas las ciudades, incluso en los Pueblos Libres. Aunque seguramente nadie disfrutaba tanto de tener que usarlos como el corrupto subcapitán de la guardia de Bree.

- Ahora verás, señor enano, como también yo sé jugar con el fuego - Ossandrei descubrió una sábana y se vio una jaula de hierro con silueta humana. Estaba elevada sobre una especie de pedestal, también de hierro. Con una presión más acusada de la daga, que casi llegó a perforar los tejidos, obligó a Öter a entrar en la jaula, la cerró y pasó el cerrojo. En un extremo de la misma sala había un hogar de fuego apagado; Ossandrei lo encendió y lo estuvo avivando durante unos minutos. Finalmente, adquiriendo un tono didáctico, sacó unas brasas y las colocó en un brasero. Posteriormente señaló el pedestal bajo la jaula para indicar que eso es en lo que consistía la tortura: le colocaría el brasero bajo le pedestal hasta calentar el hierro al rojo vivo y que éste se transmitiera por toda la silueta de la jaula. Con una carcajada, devolvió las brasas al hogar, añadió carbón nuevo al fuego del hogar y lo dejó que fuera calentando.

- Espera ahí y relájate...Muy pronto se va a poner muy caluroso aquí - dijo abanicándose teatralmente con la mano. 

Los pasos se alejaron de Öter por el frío pasillo. A continuación, Ossandrei ponía su mirada en su otra víctima. Con el mismo procedimiento que con el enano, obligó a Rowen a seguirle por el mismo pasillo, pero llegaron a una estancia cerrada con una puerta de madera en mitad del mismo. La habitación del carcelero. Ossandrei abrió la puerta y Rowen pudo contemplar la miserable estancia, el lecho revuelto, platos sucios y restos de comida. Con repugnancia recordó sus propias palabras, el precio del tiempo ganado - pero, ¿sería el suficiente?

  Te lo contaré todo cuando estemos a solas. Adelante, es lo que deseas ¿No? El pergamino, los otros. Incluso aquel a quien sirvo. Todo eso te contaré, pero no delante de él. Y podrás hacer de mí lo que deseas. Porque eso también lo quieres, ¿verdad?       

 Con un rápido movimiento, el perturbado cambió la posición de su daga desde la espalda de Rowen al cinturón de cuero que rodeaba la cintura de la dúnadan y mantenía en su posición sus pantalones. Con un tirón violento, el cinturón de Rowen cayó al suelo, partido por la mitad.  

- Habla - dijo Ossandrei sin siquiera mirar a Rowen a los ojos.

Notas de juego

PJs, no importa la tirada: habéis hecho bien con vuestras réplicas, obligando a Ossandrei a meterse en demasiadas tareas simultáneamente siguiendo los apetitos de su bajovientre... eso puede daros unos minutos preciosos.

Si bien es verdad que estáis un poco en manos de la Providencia. Öter, tú estás enjaulado...en tu situación no puedes hacer nada más que esperar. Rowen, si deseas hacer algo diferente que hablar, tipo intentar pegarle una patada a la desesperada (tienes las manos atadas detrás de la espalda, pero las piernas libres), nárralo y haz la tirada correspondiente, luego ya aplicaríamos los modificadores en la resolución.    

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04/04/2020, 17:17
Director

Habiendo dado cuenta de los dos oficiales ebrios, atados uno al otro y amordazados detrás del murete del patinejo, los tres aventureros entraron sin dilación por la puerta trasera del barracón. 

Sus ejercicios de lucha libre no parecían haber levantado ninguna sospecha por parte de los habitantes de aquel edificio. Éste era una simple construcción rectangular alargada, construida paralelamente y adosada a la sección de muralla junto a la puerta Oeste de Bree. Ellos habían entrado por una puerta trasera, y dieron en primer lugar a un pequeño zaguán vacío, que a su vez, al cruzar otra puerta, daba al pasillo principal. 

Empezaba a haber trasiego de algunos guardias dirigiéndose a sus puesto, así que esperaron a que se despejara un poco para salir a buscar las habitaciones de los hobbits. Pasaron primero junto a grandes estancias, como eran el comedor, la enfermería, la armería y el barracón general, donde habitaba el grueso de la guardia. Más adelante se encontraban, por fin, las habitaciones, más pequeñas, de los exploradores. Se encontraban rotuladas con la indicación EXPLORADORES IV, EXPLORADORES V, etc. Pero en la siguiente habitación, donde debía indicar EXPLORADORES VI, alguien había puesto encima un cartel casero hecho con un trozo de madera donde estaba inscrita la palabra SMIAL. No cabía duda de que era allí. 

Tras tocar nerviosamente a la puerta, abrieron y se encontraron a Bit y Zoz cargándose las mochilas para salir al punto de encuentro. Algo descolocados por la presencia del mediano, el guerrero y la elfa, los dos exploradores escucharon las atropelladas palabras con las que íbase componiendo una espantosa trama de alta traición, soldados del Este y bestias voladoras. La urgencia y preocupación que transmitieron aquellos que habían irrumpido de tal manera en los aposentos de los hobbits hizo que Bit y Zoz escucharan atentos hasta el final.

- Si atañe a Ossandrei, el único que puede imponerse a él es Meneldir. No hay forma de conseguir favor alguno de la guardia contra Ossandrei...todos le temen con pavor - dijo Zoz con desánimo. 

Tras estas palabras, los tres aventureros azuzaron a los hobbits para que les llevaran hasta los aposentos de Meneldir, sin dilación. Dubitativos, pero sabiendo que algo gordo podía derivarse de su inacción, finalmente los hobbits salieron de su "smial", seguidos de Bradoc, Mtihgannel y Ruby.

El piso superior era donde sea alojaban los oficiales, en estancias individuales. Subieron por un escalera y avanzaron por el pasillo hasta el extremo, donde se encontraban los aposentos de Meneldir. Sin hablar, Bit y Zoz hicieron una seña. Aquél era el lugar.   

Notas de juego

Bien PJs, ahora, salvo que queráis preguntar algo más a Bit y Zoz, llega el momento de enfrentaros a la credibilidad de Meneldir (por ambas partes, realmente). Pensad bien quién va a hablar y qué vais a decir.

Hay una habilidad en la ficha del PJ que se llama "Liderazgo e influencia". Si vais a acusar a Ossandrei ante Meneldir, aunque sea justificadamente y aportando pruebas, etc, debéis tirar por esa habilidad. 

Sólo debe tirar uno de vosotros, ya que la paciencia de Meneldir no aguanta más de un cartucho. Mithgannel es, de vosotros tres, quien tiene el valor de esa habilidad más alto, si os sirve como información.

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04/04/2020, 20:49
Oter, hijo de Hreimdar

Aunque por momentos Ossandrei tragaba saliva, tenía la sartén por el mango. Su rostro se relajó tras la conversación e hizo uso de su ventaja, separando al guerrero y la maga. 

Tú - dijo mirando al enano - vas a esperar quietecito mientras la señorita y yo tenemos un intercambio de pareceres. Pero aquí no, quiero que vayas ambientándote. ¡Andando!

Öter gruñó como un perro rabioso cuando notó el empujón que lo desplazó un par de pasos hacia delante. Miró de reojo a Rowen para hacerle ver que todo estaba controlado y que confiaba en ella. El enano se volvía varias veces pero Ossandrei lo volvía a empujar, dirección el pasadizo oscuro.

Cuando el segundo terminó de preparar el fuego, mostró al enano todos los instrumentos de los que disponía levantando una gran sábana que cubría una mesa. Öter aguantó el tipo todo lo que puedo: no tenía opción, así que tenía que seguir los pasos que Ossandrei le marcaba.

Ahora verás, señor enano, como también yo sé jugar con el fuego.

Öter accedió sin mucha oposición a los empujones del segundo de Bree. La jaula era de hierro, y un pedestal ardiendo era el instrumento que iba a probar en primer lugar. Ossandrei calentó el fuego pero no lo puso en disposición para calentar el hierro. Con una sonrisa victoriosa cambió su objetivo: Rowen.

Espera ahí y relájate...Muy pronto se va a poner muy caluroso aquí.

El enano se acercó a los barrotes todo lo que puedo cuando vio que rompía el cinturón de la maga:

- ¡Ossandrei! - le gritó enfurecido, mientras pateaba los barrotes - Cobarde miserable... ¡Si fueras un hombre, la dejarías y te enfrentarías!¡Pero siempre serás un segundo... de todos! - el enano tomó aire - ¡Ven aquí!

La única opción de que tenía la maga era que Ossandrei le diera la espalda, mientras tanto, solo podía esperar.

 

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04/04/2020, 22:25
Mithgannel

Con la atribulada explicación que le dieron a los medianos esperaban no sólo que aceptaran llevarlos hasta la presencia de Meneldir sino tener un par de importantes aliados en caso de que la improvisada y sopresiva reunión con el jefe de la Guardia no fuera por buen camino.

Ciertamente se habían arriesgado mucho al introducirse en los barracones para verter acusaciones muy graves sobre un alto mando. Pero tenían total convencimiento de lo que estaba pasando, y sentían tener pruebas más que suficientes. Además, sus otros compañeros se podían estar ahora mismo jugando la vida quizás, si realmente una emboscada estaba preparada en el punto de encuentro y la cosa se tensaba con un mal gesto.

Mith sentía la presión de lo que estaban a punto de hacer. Si Meneldir era finalmente tan traidor como Ossandrei, podrían ellos terminar en la cárcel, y algo mucho peor estaría por acaecerle a toda la región. Si el capitán no fuera otro traidor pero las explicaciones del grupo no fueran lo suficientemente convincentes, podrían también desembocar en una reacción negativa por parte de éste. Al fin y al cabo ellos eran prácticamente unos desconocidos. Habían aparecido la mañana anterior, habían aceptado una misión y ya estaban de vuelta con noticias tan sorprendentes como terribles. Pero el destino del grupo y del primo de Ruby, a corto plazo, pendía de un hilo. Y el de los pueblos libres a largo plazo también, según las sospechas de la elfa. Sus latidos se iban acelerando con cada paso que daban hasta llegar a las estancias del capitán.

Los exploradores no parecían tener intención de llamar a la apuesta ni a iniciar la conversación. Mith miró a sus compañeros, asintió con la cabeza, sus labios apretados denotaban fuerza y determinación. Con paso decidido se acercó a la puerta y tocó con decisión.

–Capitán Meneldir, disculpe, necesitamos hablar con usted urgentemente. Se trata de un asunto de suma importancia, por favor –dijo subiendo el tono, para que la pudiera escuchar desde dentro.

Notas de juego

No estaba seguro de si podía montar la escena totalmente incluyendo la salida del capitán, así que prefiero por lo menos esperar a que el dire nos describa cual es su primera reacción xD

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04/04/2020, 23:13
Meneldir

Tras unos instantes, la puerta se abrió y emergió el elegante semblante del capitán.

- ¿Qué puede ser tan grave que no pueda esperar al almuerzo? - aún no había reparado en que era la misma elfa que habia irrumpido en la sala de visitas el día anterior - Oh, vaya, tú... otra vez.

Su vista pasó, uno por uno, por todos los que se encontraban a su puerta, por detrás de Mithgannel, en particular a sus dos exploradores hobbit, y por la expresión de sus rostros entendió que, en efecto, aquello no podría esperar al almuerzo. 

- Pasad - dijo al fin, dejando entrar a todos en lo que era una pequeña antesala con unos asientos, separada del resto del aposento por un sobrio arco. Posteriormente cerró la puerta. La luz de la mañana recién estrenada entraba por las ventanas abiertas de par en par, así como el ajetreo de la puerta Oeste de Bree unos cuantos metros por debajo de ellos. 

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05/04/2020, 15:03
Mithgannel

–Si, Nosotros otra vez. Gracias, Capitán, y disculpe nuestro descomedimiento por presentarnos aquí a estas horas. Pero si lo hemos hecho es porque hemos descubierto algo que requiere de su máxima atención para poder actuar inmediatamente –dijo la elfa con semblante serio.

Necesitaban explicar lo acontecido la noche anterior con la contundencia y presteza necesarias para que se comprendiera la gravedad del asunto, e intentar contar lo justo en caso de que el capitán no fuera finalmente de fiar. ¿Pero qué guardarse? Si Minaldir estuviera metido en el ajo, el grupo formado el día pasado estaría sentenciado y obligado a huir de la enferma justicia de la región hasta encontrar fuertes aliados que pudieran lidiar con tremenda trama. Y de no ser así, guardarse información podría implicar el no ser tan convincentes.

Hemos descubierto un traidor en la Guardia de Bree y Arthedain, y no es otro que su mano derecha, Ossandrei. Sabemos que es una dura acusación, pero tenemos pruebas más que suficientes para justificarlo, incluyendo un esterlinga y la montura del propio traidor. Intentaré ser breve porque nuestros compañeros Rowen y Öter pueden estar ahora mismo en peligro –dijo Mith. 

La sinda hizo una pausa, algo dubitativa la principio, y tras ordenar sus pensamientos prosiguió antes de que el señor de la Guardia pudiera vocalizar palabra –Ayer encontramos en estos barracones un mensaje, uno muy extraño en el que se indicaba el lugar y la fecha de un encuentro ¡Era anoche en una casa abandonada en el bosque! Nos pareció muy sospechoso porque habían partes escritas en lengua negra y otras en adûnaico, así que fuimos a investigar. Entramos en la casa y descubrimos a Ossandrei en plena reunión con un encapuchado que parece estar al mando de las operaciones de los agentes de la sombra en esta región. Como le digo, además de haberlo visto y escuchado nosotros mismos, tenemos pruebas suficientes para corroborarlo. Y más tarde tendremos tiempo de explicarle en detalle lo sucedido, pero ahora mismo lo más importante es ir al encuentro con nuestros compañeros. No sabemos si el traidor ha tenido tiempo de hacer sus movimientos, y tememos que haya dispuesto algunos guardias para darnos caza.

La elfa hizo un inciso, tratando de discernir qué pasaba por la mente del Capitán. Meneldir parecía tener un semblante de incredulidad, como si se opusiera al discurso que estaba escuchando. –Comprendo que le invada la duda, mi señor, y la desconfianza hacia nosotros. Créame que también nosotros padecemos de esos miedos. Pero le suplico que vayamos al punto de encuentro acordado con los exploradores ya. Si hay algo que podamos hacer para por lo menos mitigar sus dudas, por favor háganoslo saber. 

- Tiradas (1)

Motivo: Influencia

Tirada: 1d100

Resultado: 34(+25)=59 [34]

Notas de juego

Ya sabía yo... Bueno, uso el dado 88, con lo que quedaría un resultado total de 113.

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05/04/2020, 18:41
Rowen

Había apartado a Ossaidrei de Öter. Al menos el destino había sido generoso concediéndole esa pequeña victoria. Sin saber a dónde le había encaminado, el traidor encerró al enano fuera de su rango de visión. Esperó que estuviera bien. Sabía que había hecho lo correcto. Había actuado con camaradería y honor. "¿Por qué estoy tan aterrada entonces? Los actos de bondad son pagados con torturas y vejaciones. Aquellos que desean brillar están condenados a sufrir el azote de la oscuridad". Ahí regresaba su azote. A solas con aquel hombre, sintió que había cometido una necedad. Atada, encerrada con ese lunático, sin posibilidad de ayuda o de socorro, no era más que una pieza a su merced. Una muñeca para su entretenimiento. Podía hacer con ella lo que desease. Había accedido a ello para lavar su conciencia pero cuánto mas tiempo pasaba entre las garras de aquel sátiro con forma de hombre más la acosaban los recuerdos de un pasado sombrío. Recuerdos que creía olvidados, un pasado que creía enterrado, borrado, lo asolaba. Y era casi tan doloroso como lo que allí iba a desatarse. El dolor, la humillación, el asco por si misma, por su fragilidad. Él no poder defenderse, el quebrarse una y otra vez manteniendo una gota de esperanza solo para ver como era pisoteada día tras día. "No voy a aguantar, tengo demasiadas heridas abiertas que creí cerradas. No soy tan fuerte". Procuró mantener la calma cuando Ossaidrei la llevó a un nuevo lugar; la habitación del carcelero. Olía a sudor y a basura, había restos de comida y platos sucios. Había una cama. "¿Y ahora qué? ¿Y ahora qué? ¿Y ahora qué?" El hombre se acercó a ella "Jadea como una bestia en celo". Usó su daga para partir su cinturón deslizando las preguntas por su lengua, ahora cargada de promesas de oscuro placer. Solo quedaba saber que vendría antes, si su perverso deseo satisfecho o el doloroso interrogatorio. Al final, el asco, el desprecio y las lágrimas. "Pero ya escapé de ésto una vez. Ahora sé que prefiero morir a volver a ser un juguete" —Aquel al que sirvo es débil, me ha abandonado. Pero tú eres fuerte, Ossaidrei. Puede que me equivocara de patrón. Puede...que aún no sea tarde para que haya un nosotros —dijo, intentando parecer lo más atractiva posible "Sigo siendo más inteligente que tú. Sé lo que quieres. Tu deseo es mi oportunidad.". Se movió hacia la cama —, ¿Por qué no vienes aquí, conmigo y dejas que te susurre todo lo que quieres oír al oído? Todo lo que quieres...y más —. Intentó poner su cara más seductora, pero era difícil ya que los pocos libros que trataban sobre el arte del amor tenían mucha letra pero ninguna imagen. —Acércate —le llamó, como una encantadora de serpientes, tumbándose ligeramente en aquella cama apestosa. Le hipnotizó como una chica de burdel, su voz era el canto de sirena, su piel una promesa de deseo...y cuando los sentidos de él estuvieran saturados, confundidos y distraídos, le golpearía en la entrepierna con ambos pies, ayudándose con la cama para no caer al suelo y, mucho menos, perder los pantalones. Si la quería, allí estaba. Pero iba a tener que usar mejor ese cuchillo para sacar algo de ella. No es que no tuviera miedo, estaba aterrada, es que prefería la muerte antes que repetir una vez más aquella horrible experiencia. Y que lejos parecía ahora todo; el día claro y la luz radiante del sol, las breves charlas que había mantenido con sus amigos, la aprobación de su maestro. ¡Qué lejano! Había sido un sueño hermoso.

- Tiradas (1)

Motivo: Patada en los pendientes reales

Tirada: 1d100

Resultado: 24 [24]

Notas de juego

Desconozco que modificador aplicar a la tirada!