Partida Rol por web

Gregori el valiente, o Gregori el inconsciente, según se mire, avanza a través de la niebla, seguido de cerca por Amarth el otro valiente-inconsciente. Ambos desaparecen de vuestra vista en cuanto entran. Sólo vuelve a verse... niebla.

- Holaaaa, ¡¡Grégori!! ¡¡Amarth¡¡ , ¿todo bien? - dice el bardo alzando la voz sin llegar a gritar.

La niebla os envuelve y antes de que os deis cuenta ya no estáis en el mismo lugar. Una sensación de vértigo y pequeña náusea es lo que os separa del lugar en el que aparecéis, que es otra estancia circular y amplia, sin duda de la misma torre.

Se trata de una biblioteca con dos grandes estanterías repletas de libros, un escritorio y varias sillas. En el escritorio os escandaliza encontrar un cadávers totalmente descompuesto del que sólo queda el esqueleto. Porta varios objetos metálicos que no se han descompuesto, y los brazos descansan en la mesa del escritorio, con el cráneo desprendido entre ellos. Siguiendo con el primer examen a la estancia observáis cuatro cuadros en las paredes y una puerta cerrada en centro, que da al lugar donde en los pisos anteriores había una escalera de caracol. La puerta tiene tres interruptores.

No hay respuesta.

Bueno visto que esos dos locos pasan de nosotros ... la opción es clara , entrar o morir ahí fuera . Rotengon hace como que piensa dandose golpecitos en al cabeza en plan de burla , sea pues dice avanzando hacia la puerta .

—Rotengon, espera un poco más —dijo el montaraz ante la iniciativa del mediano.

Durante un instante Adrahil valoró la opción de entrar. Miró al resto de la comitiva buscando un apoyo o una enmienda por parte de alguno.

—Yo no entraré —dijo un instante después comprendiendo lo inconsciente del plan—. Al menos no si no todos decidimos que ese es el camino a tomar. ¿Qué decís amigos?

Narmo había sacado su liviana pero resistente cuerda seda y se la había atado a la cintura mientras sus compañeros discutían sobre la conveniencia de entrar o no en esa habitación -Es demasiado tarde para eso hermano Adrahil, nuestros compañeros ya están ahí adentro ... y puede que estén en peligro -le dijo ofreciendole uno de los extremos para que varios de ellos aguantaran ante una posible caída -si no he vuelto en poco rato tirad de ella- El elfo esperó a que varios aguantaran el extremo y se introdujo en la densa niebla ...

¿Quién coge la cuerda, y qué hace el resto?

Con una mano Adrahil cogió el cabo de la cuerda que le ofrecía Narmo y con la otra agarró el hombro del elfo en un gesto afable. No hicieron falta palabras para que el gesto del humano mostrara la mucho que lamentaría la pérdida del elfo.

Pronto soltó el hombro de Narmo y aguantó la cuerda con todas sus fuerzas haciendo una señal con la cabeza indicando que estaba listo, que no soltaría esa cuerda por nada del mundo.

—Cuenta con ello... hermano —pensó.

No toques nada, pequeño amigo, voy a volver para indicarles que es zona segura y que acertaste, no te muevas, no me gustaria perderte de vista, demasiado tiempo.... Amarth comienza a caminar por el mismo sitio por el que entró para infromar a sus compañeros del descubrimiento de la biblioteca.... 

Tosur no podia creer que le hubieran quitado ese protagonismo que a veces necesitaba... Pero en fin, eso ya era agua pasada... La mitad de sus compañeros habia desaparecido entre la bruma... Dudoso, medita pensativo durante un breve instante... Tras ver desaparecer al elfo a traves de la puerta, Tosur explota y dice...

- Grrrr!!!! Pues si el orrrejas picudas con mallas se marrrcha!!! Un serrrrvidorrr tambien!!!!

Y sin pensarselo dos veces mas, atraviesa la puerta y se pierda en la niebla....

- Alla voy!!!!! dice pegando un saltito...

Rotengon aprovecha que el elfo va a entrar para agarrar la cuerda y seguirlo sin decir nada .

Jodidos grandes , uno tiene una idea y pasan de ella y ahora cuando ya hay que entrar si o si deciden esperar y usar la cuerda ... piensa mientras avanza siguiendo al elfo dentro de la niebla .

- Esto es absurdo, no es mas que una maldita puerta y no se oye nada al otro lado - comenta el bardo mas para si mismo que porque realmente crea en las palabras que dice.

Y sin pensárselo otra vez se dirige a la puerta tras Rotengón.

-Jodé con la niebla de lo cohone... que me azpen zi no noz hemoz teletanpoztao! -murmurra incrédulo el hobbit a los oidos inquietos de Amarth- Me padece, zeñó dohidim, que de volvé nanay. Aquí ni hay puedta de deguezo ni na, zolo eze chidme con té botone, que zedá mejó no tocá hazta que llegue el dezto, a menoz que quedamoz que el zeñodito Nadmo noz cague encima. En fin, zi no le impodta, voy a iludtadme un poco con edta litedatuda dunadan de tiempoz demotoz. Y le aconcejo que me imite, pue nuedtoz ezpectivoz puebloz pueden beneficiace de ezte apendizaje.

Comenta muy digno antes de acercarse a la estantería de abajo a la izquierda y empezar a ojear los tomos de los libros (eso si, sin perder de vista al esqueleto de las narices con pinta de tumulario segurata.

Narmo se ata a la cuerda, la misma a la que se coge levemente Rotengon, y tras ellos Tosur y Jabien cruzan la puerta sin miramientos. Todos van desapareciendo mientras avanzan, y la cuerda se corta por sí sola, quedando en la estancia solos Adrahil, Giroth y Aboldir, con el Dunadan asiendo un cabo que se corta dos metros después.

Amarth sigue desorientado por el teletransporte, y busca una puerta para volver, sin encontrarla, ya que habéis aparecido entre la puerta de los tres botones y el escritorio con el esqueleto.

Gregori, que está más espabilado, se acerca a la estantería donde ve montones de tomos de una extraña temática, todos relacionados con la magia, brujería, alquimia y similares. Gregori está asombrado de lo que ve en ese primer vistazo, y entonces aparece en el mismo lugar donde está Amarth, el buen Narmo con una cuerda atada a la cintura y que se corta dos metros después.

Tras él aparecen Rotengon, Tosur y Jabien.

La niebla os envuelve y antes de que os deis cuenta ya no estáis en el mismo lugar. Una sensación de vértigo y pequeña náusea es lo que os separa del lugar en el que aparecéis, que es otra estancia circular y amplia, sin duda de la misma torre.

Se trata de una biblioteca con dos grandes estanterías repletas de libros, un escritorio y varias sillas. En el escritorio os escandaliza encontrar un cadáver totalmente descompuesto del que sólo queda el esqueleto. Porta varios objetos metálicos que no se han descompuesto, y los brazos descansan en la mesa del escritorio, con el cráneo desprendido entre ellos. Siguiendo con el primer examen a la estancia observáis cuatro cuadros en las paredes y una puerta cerrada en centro, que da al lugar donde en los pisos anteriores había una escalera de caracol. La puerta tiene tres interruptores.

En el mismo sitio donde aparecéis está Amarth, con cara de desorientado, y en una estantería veis a Gregori, observando los libros.

Rotengon se acerca al cadáver descompuesto para observarlo y ver que lleva y que era .

Gregori también se acerca al esqueleto, para ver esos objetos metálicos tan interesantes.