Partida Rol por web

Carnival

Capítulo II: El Rouge Café

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28/08/2011, 01:23
Nicole Johnson
Sólo para el director

Notas de juego

Estoy vestida de azul,  un vestido clasico hasta la rodilla, cubierto por un chal elegante, estoy llena de alajas.

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28/08/2011, 18:27
Leonard Archer
Sólo para el director

Algo extraño, o no tanto quizás, sucedió cuando Leonard intentó recordar como Alexandre. Un diluvio de imágenes extrañas pero a la vez propia lo invadieron. Comprendió que el vínculo entre padre e hija era increíblemente fuerte y entonces una conexión surgió entre ambas realidades unidas por la mente de Leonard.
Ya no le importaba si aquello era real o no, si estaba o no en aquel lugar, sin embargo si era una forma para obtener pistas sobre lo ocurrido la aprovecharía.
Hizo rápidas notas mentales de cosas que necesitaba investigar cuando volviera, porque estaba seguro que iba a volver, a su realidad.
Debía buscar más información sobre el incendio en aquel circo, también era necesario encontrar que vinculaba a los Vonhausen con aquel lugar o en todo caso con Alexandre. Intuía algo, pero todavía no quería concientizar demasiado aquellas sospechas.
Siguiendo aquel instinto semejante a los designios de un dios encaminó sus pasos de regreso, llevando la comida con él, hacia el despacho. Necesitaba encontrar mínimamente un apellido. Pero quizás, si la suerte le sonreía encontraría más.

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28/08/2011, 21:53
Director

Susan recorrió la habitación cuchillo en ristre, con una sonrisa en sus labios cuando no estaba masticando el pan que se había servido, escudillando cada esquina de aquella asquerosa habitación; y mientras se atrevía a soñar con la libertad sin ni siquiera haber escapado de las sucias maquinaciones de Miguel, el televisor le hizo dar la vuelta y buscar una silla con ojos vacilantes.

Del aparato salía la voz femenina de la presentadora de noticias, que, sosteniendo un diario en la mano, informaba a la nación:

- Entre otras cosas, esta mañana ha salido una entrevista echa a la señora Antoniette Von Hausen. Para hablarnos más de la periodista que ha hecho esto posible, de la que desconocemos su nombre, tenemos al señor Robert Williams en el estudio.

Y entonces Susan recordó con susto su recordadora. Apresurándose, alcanzó su bolso de un salto y lo vació sobre la cama. Entre las llaves de su auto, el celular y la cartuchera de maquillaje no estaba el bendito aparato.

Notas de juego

No sabía que la TV y el internes era tan importante xD

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28/08/2011, 21:54
Director

Nicole bajó al encuentro de Charles Von Hausen, preguntándose qué deseaba el hijo de Charlotte. Ciertamente el joven era muy guapo y galante, pero ella sabía que también poseía en sí un peligro del que no quería estar cerca.

Mas cuando se encontró a sí misma en la planta baja se comportó como toda buena ama de casa, dándole las gracias a su invitado por el cumplido de encontrarla exquisitamente hermosa y aceptando con una sonrisa tímida el beso que Charles plantó en su mano.

Igualmente, atendiendo a sus buenas costumbres, Nicole invitó a pasar al joven y mientras una mucama le traía café al invitado, Charles no esperó mucho y fue directamente al grano.

- Señora Johnson, no quisiera quitarle mucho de su tiempo, pues veo que va de salida; y como lo que tengo que decirle es bastante importante, aquí voy.
Nicole le vio beber un sorbo de café antes de continuar.

- Yo no le conocía a usted hasta ayer, señora Johnson, mas aún así tengo ya dos meses recibiendo correspondencia para usted. No me pregunte por qué pues estoy tan confundido como usted puede estarlo en este momento. Sólo vine a entregarle sus cartas y a ofrecerle mi ayuda, porque, a pesar de que no he leído ni una línea, puedo dilucidar que se trata de algún chantaje.

Mientras hablaba, Charles extendió unas cartas frente a Nicole, esperando que ésta las tomara.

Notas de juego

Lindo vestido :P

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28/08/2011, 21:55
Director

Leonard se dirigió al despacho de aquella especie de anfitrión, llevando consigo demasiadas preguntas para ser respondidas. Necesitaba conocer quién era Alexander para entender aquel misterio y poder usarlo a su favor, sino aquella especie de segunda realidad pasaría sobre el policía tal cual ola que arrastra a un ahogado a las orillas del mar.

Se movió con cuidado desde la Sala de Espejos hasta la habitación, en la que, una vez allí, tomó el camino de la izquierda. Un instinto que no había sentido nunca le hizo detenerse unos instantes y abrir la puerta de un cuarto cercano. Allí observó a Samantha, mecida en los brazos de Morfeo; y ante esa visión, Leonard sintió como sus labios se curvaban en una sonrisa.

Dejando minutos más tarde aquella pacífica escena, Leonard fijo rumbo al despacho de Alexander. El lugar, un pequeño recinto envuelto en madera desde el techo hasta el piso, estaba tan lleno de información que el policía se sintió niño en juguetería. Había de todo: documentos, planes, planos, fotos, hasta un diario puesto en una esquina. Pero lo que más le importó al policía fue la documentación del dueño del lugar, por lo que agarró un pasaporte que estaba en francés.

El documento era viejo y tenía un color sepia muy llamativo; pero Archer no se preocupo por el exterior sino por lo que este traía adentro, por lo que abrió la tapa y leyó. Allí, junto a una foto del hombre que personificaba, aparecía “Alexander Philippe Gouchet”.

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28/08/2011, 23:09
Leonard Archer
Sólo para el director

Retornaba en busca de aquella habitación cuando sus pasos se detuvieron, entreabrió una puerta y observó complacido el dormir de su hija. Aquello le preocupó ¿Había otra conciencia allí con él. Hasta que punto era dueño de sus acciones? Con aquel pensamiento en mente llegó por fin al estudio del Alexandre, allí había de todo todo tipo de papeles que podían servirle para recabar información. Halló un pasaporte y por fin tuvo lo que buscaba, una identidad.

-Alexander Philippe Gouchet- murmuró.

De inmediato sus ojos buscaron la fecha de nacimiento y una vez la hubo memorizado decidió dirigirse a lo que consideraba la segunda pieza clave para comprender que estaba sucediendo allí, el diario. Lo tomó, lo depositó sobre el escritorio y comenzó a leerlo. Primero le daría una lectura rápida intentando buscar algo que le llamase la atención, se detendría allí y leería con más profundidad. Necesitaba entender al hombre e incluso se le cruzaban algunos experimentos interesantes que dejaría para más adelante. Ahora lo importante era conseguir información.

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29/08/2011, 07:22
Nicole Johnson
Sólo para el director

Hago un gesto aterrador. ¿cartas para mí?. De repente palidezco y recuerdo las cartas amenazantes que terminaron con la vida de mi hijo. ¿po-porque hasta ahora me las entrega?, y ¿porque le han llegado a usted?... no entiendo. Me muestro algo trastornada, mirando el paquete que me va a entregar, no entiendo, ¿porque sabe que vienen dirigidas a mi?

Esto no esta pasando, esto  es totalmente irreal, un pedazo de su carne de su familia fue secuestrado, ¿y es posible que esto tennga que ver algo con migo?¡

Estoy aterrorizada, mientras leo una de las cartas.

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29/08/2011, 22:07
Ian Brown

Oh gracias-Dije sirviéndome en una copa y dar un buen trago-Y bien...hablemos de cosas serias-Voy hablando mientras intercalo frases típicas de una partida de póker como "Veo, paso y tal"-¿Conoce usted algo acerca de lo que ha ocurrido con el tipo este?, es interesante la oferta y vendrán mucho estúpidos a por la recompensa, estúpidos que morirán en el intento de buscarla seguramente, por meter las narices donde no les importa-Digo en un tono completamente neutral, saco un paquete de cigarrillos y enciendo uno dando una fuerte bocanada y expulsando el humo-No se ni por que me planteo a veces dejar de fumar-Dije como para que pese menos la pregunta que le hice.

Notas de juego

La partida de póker la ignoramosxD, era una excusa para hablar con él

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30/08/2011, 06:19
Director

En el pasaporte, junto al nombre del dueño de aquel teatro-circo, aparecía la fecha de nacimiento, que, para sorpresa del policía, era 3 de agosto de 1768. Quizá Archer se sorprendiese por el año en que Alexander Gouchet había llegado al mundo o quizá por el día y el mes. Aunque él no era especialmente paranoico, ¿qué le decía que allí no había una coincidencia?

Sorprendido aún más casi a su pesar, extendió el brazo para tomar el diario. Éste, un librito también de aspecto antiguo, estaba recargado de fotografías antiguas, en las que el joven reconoció a Clarisse y Samantha. Fue lentamente pasando las páginas, leyendo por encima algunas de las anotaciones y deteniéndose en otras, sobre todo en las nuevas, que decían así:

“12 de enero de 1808,

Sam ha cumplido hoy sus quince años, por lo que le he prometido que le regalaré cualquier cosa que me pida. Mi niña, de una inteligencia y imaginación como la mía, me ha suplico que le agregué a Carnival un Teatro de Marionetas que se muevan solas, y, para mi pesar, haré tal cosa.

Clarisse insiste en que no lo haga, que es una malcriadez de Samantha ahora que ha alcanzado la adolescencia; pero tanto mi esposa como yo sabemos que Sam es la niña de mis ojos y que sería capaz de bajarle la luna si así me lo pidiera. Así que suspirare, pensaré en algo y haré feliz a mi querida hija.”

“15 de febrero de 1808,

Ha pasado más de un mes desde la promesa que le hice a Samantha. Aunque todavía no tengo ni la menor idea de cómo hacer que las marionetas se muevan, le he enseñado a mi hija un bosquejo que hice del área del trabajo. A mi hija le ha encantado, y hasta ella misma ha elegido la decoración que tendrá el teatro una vez hecho.

¿Cómo haré para encontrar un mecanismo que haga ver a las marionetas vivas y moviéndose solas? Mis conocimientos en mecánica son pocos, pero si no quiero decepcionar a Samantha tendré que ampliarlos aunque me cuesten años.

¡Le haré ese Teatro de Marionetas o dejo de llamarme Alexander Gouchet!”

“20 de febrero de 1808,

Hoy Eugenia ha venido a tomar del té, por lo que aproveche de contarle lo que Sam me ha pedido de regalo y lo que tengo pensado. Esta vieja señora es un as cuando de información se trata, y me ha hablado de su vecino, que es mecánico, que trabaja en un estilo de asociación.

He oído poco de esta asociación, pero según Eugenia forman un grupo bastante loable, que hace un trabajo excelente. Llamaré al susodicho y veremos qué dice. Seré desconfiado, porque la felicidad de Samantha está en que consiga a la gente correcta para el trabajo correcto y no a un charlatán.”

“22 de febrero de 1808,

Conocí al mecánico, un hombre llamado William Ferguson, de buena pinta y hasta simpático. Le dije lo que tenía planeado y me contestó que con unos cuantos pistones y engranajes podría hacer marionetas que se movieran solas.

Este Ferguson es un hombre de influencias, por lo que no sólo me ha asegurado que traerá un grupo de mecánicos tan pronto como las marionetas estén construidas, sino que también contactara a unos carpinteros conocidos de él que me ayudarán a hacer la sala.

Me gustaría encargarme de las marionetas personalmente. Llevó años haciendo muñecas de porcelana para Samantha y para venderlas en Carnival. No por nada me gané la vida como titiritero en París hasta que pude venirme a los Estados Unidos. Tengo experiencia en esto.”

“10 de abril de 1808,

Al fin tengo el teatro. Tomé la habitación libre bajo la Sala de Espejos, que tiene vista al circo y a los animales, y que, para Samantha, es un buen lugar donde descasar los ojos después de la función.

¡Me sorprende lo grande que está mi niña! Hace pocos años atrás era una bebé y ya es toda una mujercita; y veo contento que en lo que el cerebro se trata se parece más a mí que a Clarisse. ¡Una pequeña yo! ¿Quién lo hubiera dicho?

No quisiera poner los ojos en el futuro tan pronto, pero me imagino a Sam llevando a Carnival cuando sea mayor, cuidando de mi mayor logro, además de ella. ¿Será que la vida me tiene deparado ese regalo? Samantha nació cuando Carnival vio la luz y mi hija haría un gran trabajo con todo esto.”

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30/08/2011, 06:20
Director

- Como le dije, señora Johnson – comenzó Charles – nunca la había visto en persona. Si hubiera sido conocida mía, le hubiera entregado estas cartas antes. No sé quién las envía y por qué llegan a mi oficina, pero sé que son para usted porque cada sobre tiene su nombre: Nicole Johnson.

Y efectivamente, como pudo comprobar la mujer, al frente de cada sobre aparecía su nombre en letras de imprenta. ¿Quién demonios le estaba enviando las cartas?

Con el miedo haciendo latir su corazón con fuerza, Nicole abrió la primera carta y extrajo un papel no más grande que una tarjeta de crédito, en la que sólo ponía: “Sabemos donde vive, Nicole”.

Eran misivas de amenaza, escritas por quién sabía, quizá sólo con el objetivo de intimidarla, o quizá con otra cosa peor en mente.

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30/08/2011, 06:21
Director

Ian observó que su compañero reía, con una risa contagiosa y alegre; y para su sorpresa aquel hombre también sacó un cigarrillo y lo encendió.

- No debería hacer esto, porque puede afectarme para tocar, pero como dicen, ¡una garganta roca hace el mejor jazz! Bueno, yo me lo inventé.

El hombre volvió a reír mientras revisaba las cartas que le habían tocado.

- ¿Quiere que le diga qué opino de Adolf Von Hausen y sus ideas? Pues, son locas, sí, pero es un padre desesperado. Si a usted le secuestraran un hijo y la policía no hace mucho, ¿no haría usted lo mismo?

Tomó un trago de su escocés y continuó:

- Y de la gente, ¡bueno! Hay un dicho que reza que por la plata baila el mono. Lo que ofrece el señor Von Hausen perturbaría los ánimos de cualquiera, y así no hay quien deje de arriesgar su pellejo por ir a salvar al niño. Se dice que lo tienen en el teatro abandonado. Mi abuelo lo vio quemarse, ¿sabe? Decía: “Ese Carnival está maldito. ¡Un carnaval de la muerte!” Sí, señor, ¡y tuvo razón!

Notas de juego

¿Veo, paso y tal? xD

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30/08/2011, 06:55
Leonard Archer
Sólo para el director

3 de agosto. -Parece que a toda la gente inteligente se le da por nacer ese día- bromeó con el mismo al percatarse de aquella coincidencia.
No había mucho con lo que trabajar en lo que a la estricta investigación de Peter refería, pero al menos el hallazgo de aquel diario le permitía conocer un poco más el perfil de aquel hombre. Resultaba evidente que haría cualquier cosa por su hija y que su Carnival le obsesionaba de algún modo, parecía como si aquel lugar fuese una extensión del propio Alexandre.
Ahora Gouchet hacía tratos con Ferguson y por lo que decía el diario aquel hombre había accedido a ayudarlo y hacer realidad el sueño de Sam. Leonard no pudo evitar preguntarse cual sería el precio de aquel "favor" y, sobre todo, si Alexandre podría permitirse pagarlo.
Decidió retroceder un poco más en la historia de aquel hombre para tratar de comprenderlo mejor. Recorrió el diario poco a poco en busca de algo que pudiese resultar llamativo, alguna mención de algún hecho peculiar bien sea por fortuna o disgusto. Mientras retrocedía leyendo con velocidad aquel manuscrito buscaba los orígenes de Carnival. Aquel lugar comenzaba a resultarle más una entidad que un conjunto de objetos tomando así un tinte obscuro y tenebroso que despertaba cierto temor en él.
Leonard suponía, y ahora debería asegurarse, que las tierras donde se afincaba Carnival pertenecían a su familia, aquello le hizo preguntarse por qué, de ser así, nunca nadie hizo que removiesen aquel lugar en ruinas. Apartó la imagen del derruido edificio que comenzaba a formarse en su mente y continuó leyendo.

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30/08/2011, 22:14
Director

Leonard volvió las páginas del diario hasta llegar al pasaje donde Gouchet parecía hablar por primera vez de Carnival. En aquellas páginas estaba también la foto de una infante, fotografía que el policía reconoció porque él mismo había visto aquella nena en sus brazos. No sólo era la fecha en que el teatro había comenzado a funcionar, sino también cuando Samantha había llegado al mundo, por lo que Archer encontró escrito en la letra de Alexander pasajes tan conmovedores y alegres que su corazón se sintió de alguna manera poseído por aquella sensación.

“12 de enero de 1793,

No puedo quejarme de haber tenido una mala vida ni que las cosas que haya planeado para mi matrimonio o para mí hayan salido mal, pero hoy puedo fácilmente considerarme el hombre más feliz sobre el planeta. Este día he visto nacer a las dos cosas más importantes que tengo además de Clarisse: a mi primogénita y al teatro por el que he trabajado tantos años.

A las primeras horas de la madrugada ha venido al mundo mi hija. Clarisse le ha puesto Samantha en honor a una buena amiga que nos ha ayudado mucho desde que nos mudamos a Estados Unidos. Es una niña preciosa. Cuando la tuve en mis brazos me sentí el hombre más dichoso; y si no fuera porque tenía que inaugurar mi teatro me hubiera quedado con ella, cargándola todo el día.

Pero cuando fueron las doce deje a Samantha con Clarisse y las enfermeras y llegué justo a tiempo para inaugurar mi gran obra. Cuando llegué, el lugar estaba rodeado de familias ansiosas y periodistas, aumentando mi alegría; y cuando anuncie de Carnival abría sus puertas, recibí tantos elogios y tal fue el éxito del lanzamiento que el teatro estuvo lleno hasta tarde.

Sé que me costó conseguirle nombre al teatro, pero cuando Philippe dijo que con todas las atracciones que teníamos esto parecía un carnaval, se me ocurrió ponerle Carnival, en inglés, quizá un poco en retribución de todo lo que este grande país me ha regalado.

Sigo extrañando mi hogar en París, pero con Samantha y con Carnival veo el futuro tan prometedor que a partir de hoy dejaré de ver para atrás y darle a mis dos hijos todo el amor que se merecen. Quiero que mi hija crezca aquí, entre mimos y payasos, y que se contagie de todo lo maravilloso que tiene su hermano de nacimiento. Estoy seguro de que mi bebé hará del teatro y de mi vida la cosa más maravillosa.”

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31/08/2011, 07:22
Susan Fox

Susan miró la hora. Es que recién en ese momento se dio cuenta de que no tenia la menor idea de cuánto tiempo había pasado desde que lograra entrevistar a Antoniette.

La noticia no le sorprendía. Ya antes, discutiendo con Miguel, se le había cruzado por la mente la idea de que no le iban a dejar tan fácil lo de la entrevista. Lo que sí le sorprendió fue la velocidad, y la posibilidad de que Robert estuviera metido en todo eso.

El asunto en realidad no le preocupaba demasiado aunque le molestaba, de modo que siguió buscando una salida, pero ya más nerviosa y con movimientos más bruscos que antes. Aún buscando, su oído seguía puesto en la televisión. Le interesaba saber si era Robert el aliado de Miguel. Posiblemente lo descubriría cuando Robert mencionara el nombre de la periodista encargada de la entrevista. A Susan solo la tranquilizaba el hecho de que confiaba en Antoniette, y que estaba casi segura de que ella diría la verdad si intentaban quitarle el crédito. Aún así, y por primera vez en muchísimos años, por primera vez desde el incidente con sus padres, sintió deseos de tener un arma en sus manos.

Notas de juego

Mi vida de domingos a jueves es un caos, por eso quizás me demoro un poco en responder o no hago posteos de gran calidad, mis disculpas. Intentaré compensarlo con mis posteos de los otros días.

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01/09/2011, 20:51
Ian Brown

Si secuestraran a mi hijo, yo mismo me encargaría del hijo de puta que lo hiciera y le haría el resto de su corta existencia insoportable, antes de asesinarlo con mis propias manos-Digo calmado, como si fuera lo mas normal del mundo eso que acabo de decir.

Así que el teatro, pero ese lugar lleva mucho tiempo abandonado...bueno ya se verá que ocurre, el tiempo pone todo en su lugar...y eso me está demostrando.-Miro mis cartas y las tiro-Joder que mala mano, me cago en todo, dejo el juego, creo que ya he perdido suficiente dinero por hoy-Suelto una leve carcajada-Y cambiando de tema, espero poder verle algún día tocar, si me permite iré fuera a hacer una llamada.-Diciendo esto me despido de mi interlocutor con un apretón de manos y salgo afuera simplemente a tomar el aire y a reflexionar acerca de lo que me habían dicho, encendiendo otro cigarro, me quedo observando la gente que va y viene, más viene que va hacia el Rouge. Miro el reloj atento a la hora-Tengo hambre, debería buscar un sitio donde comer algo.-Comienzo a andar hacia algún restaurante cercano.

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02/09/2011, 04:36
Leonard Archer
Sólo para el director

De aquello Leonard sólo pudo sacar en claro cuanta era la importancia, casi obsesiva, que el teatro y su hija tenían para Alexandre. No había indicios de quienes fueran los dueños de aquel lugar antes de que Gouchet adquiriese las tierras. Sólo le quedaba algo más que buscar allí y ese algo podría llegar a ser significativo, así Leonard se sumergió nuevamente en la lectura del diario intentado encontrar algún pasaje que contase como había obtenido Alexandre el dinero para montar semejante atracción, quizás eso significase remontarse a los mismos orígenes de Gouchet cosa que haría con total seguridad.

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02/09/2011, 06:03
Nicole Johnson
Sólo para el director

Me quedo quieta. Siento un frio recorrer mi cuerpo y miro al sujeto mientras lo miro. Me perdonará, pero... esto es estupido. Lo miro. No tiene ningun sentido que a un desconocido le llegue un mensaje que dice que saben donde vivo, y al parecer, no lo saben, porque las notas le llegan a usted... niego. Esto es ridiculo, y no tiene ningún sentido... sí sea quien sea, sabe a donde vivo,  las notas amenazantes hubieran llegado a mi casa, no a la suya, lo que da a entender que no saben nada.

Me muestro desconcertada.

Le seré honesta, hace dos años mi hijo murio a manos de unos secuestradores,  digo eso y me tiembla la voz, el causante de su muerte ya esta muerto, por fortuna, o entiendo quien más quisiera mortificarme... pero no se porque, me da la impresión de que usted sabe algo más.

 

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02/09/2011, 22:26
Director

Susan escuchó aplausos a sus espaldas mientras que con energía frenética iba buscando una posible salida; pero parecía que aquel no era su día de suerte, puesto que cuando Williams salió en cámara abrió su boca sólo para angustiarla y el cuchillo en su mano no parecía querer ofrecerle ningún dejo de calma.

- Buenas tardes – decía Robert, y aunque Susan no le vio, pudo intuir que éste sonreía.

- Buenas tardes, señor Williams – dijo la periodista. – Todo el país está muy emocionado por la entrevista hecha a la señora Von Hausen. ¿Le fue difícil contactarla?

Ahí Robert rió con esa risa que Susan odiaba, odio aumentado porque el cuchillo no le mostraba ningún resquicio en la pared. Pero, por los mil demonios, ¡¿dónde estaba la puerta de aquel lugar?!

- Verá – contestó Williams – tuve la oportunidad de conseguir una entrevista con la señora Von Hausen. Por ello, envié a una de mis periodistas estrellas, la señorita Susan Fox, que por desgracia no puede estar aquí; y con la ayuda de Charles Von Hausen, presidente de esta televisora, hicimos pública la noticia.

“La señorita Susan Fox, que por desgracia no puede estar aquí…” ¿Es que su jefe sabía que ella estaba secuestrada con un loco llamado Miguel Rodríguez? ¿No sería Robert, después de todo, el famoso cómplice del que su antiguo amante no quería decirle el nombre?

¡Zas! El cuchillo se hundió en la pared, dejando la mano de Susan al contacto del frío aire que pasaba por aquel resquicio. Contenta, se puso sobre sus pies, pero antes de que pudiera ni siquiera soltar el arma blanca, la puerta recién descubierta se abrió, dejando pasando a una mole de hombre que de sólo mirarle dejo pasmada a Susan.

Pero aquello no terminaría allí. Aquel hombre gigante con mirada endemoniada sostuvo la muñeca de la mano que sostenía el cuchillo, apretándola con tal fuerza que Susan pronto se vio a sí misma llorando de dolor.

El arma cayó de su mano para clavarse en el suelo, a pocos centímetros de uno de sus zapatos; y al igual que el cuchillo terminó ella, pues aquel hombre que la sostenía la mando de un empujón al suelo, donde la cabeza de Susan golpeo con fuerza y abriéndose en una pequeña, pero fea herida.

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02/09/2011, 22:27
Director

Con la cabeza gacha y sus ojos casi saliéndose de sus órbitas por la agudeza de su mirada, Ian se filtró entre el pequeño grupo de gente que iba llegando al Café, algunos con intenciones de almorzar y otros guardando un buen puesto para el espectáculo de la noche.

Algunos miraban a aquel extraño personaje mientras otros tantos le reconocían porque habían oído hablar del efectivo asesino a sueldo, que sólo trabajaba para los millonarios y que cobraba honorarios estrafalarios; pero a eso Ian no le importó. Tampoco se fijo en el carro negro que por poco le chocaba, ni en los niños jugando en el parque cercano.

Siguió con la cabeza gacha hasta que una oleada de aire extrañamente frío le rodeo. Ligeramente inquieto, pues aquel no era el clima normal para una primavera, retiró su mirada del asfalto para posarla en una adolescente. Ésta, sentada en una banqueta, dejaba que el viento jugase con su ligero vestido blanco y con su larga cabellera negra. Sus ojos verdes se mostraban tristes y desamparados, como si estuviera sola en el mundo, enfrentando la alegría del universo con su propio dolor.

Al verla Ian se sintió extraño, como si aquella chica le fuera familiar. Aquella jovencita guardaba cierta semejanza con Giselle, a pesar de que su hija era apenas una niña y su cabello era castaño como el de su madre, y si no fuera porque Ian conocía demasiado bien a su querida nena, hubiera creído que sus ojos le estaban jugando una mala pasada.

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02/09/2011, 22:28
Director

Leonard volvió las hojas del diario, esperanzado de encontrar más información para saciar sus dudas, pero Gouchet había tenido el gran detalle de no escribir nada sobre su vida en París. Era como si aquel cuadernito estuviera únicamente reservado a las experiencias que Alexander viviría en Estados Unidos; y el policía supo de inmediato que si quería ahondar en el pasado de aquel tendría que buscar quién había sido realmente Alexander Gouchet.

Dejando el diario a un lado se dispuso a hurgar más en aquel despacho lleno de vivencias, pero entonces cuando sus manos sostuvieron un par de fotos, sintió como si un gancho estuviera amarrado a su espalda y quisiera sacarlo de allí, arrastrándolo de nuevo a su realidad como Leonard Archer.

El regreso del viaje onírico fue tan rápido como lo había sido el ingreso a aquella especie de trance; y cuando Archer volvió a abrir sus ojos Carnival había desaparecido para convertirse luego en la visión nublada de una cabellera rubia, que, para su alegría o desgracia, empezaba ya a reconocer.