Partida Rol por web

Desther y Jarik comenzaron a tirar de la cuerda con la que Sicarius y Erzsen se habrían amarrado bajo el agua. Tanto el pistolero como el inquisidor tuvieron que realizar un esfuerzo memorable para conseguir recuperar al guerrero y al joven conde. Tras la dura faena, ambos salieron a la superficie. Los dos estaban vivos y cierta sensación de sosiego invadió el corazón de Ishaya.

Cuando salieron de las aguas turbulentas, tiritaban como polluelos recién salidos del cascarón, pues no en vano estaban completamente mojados. Erzsen portaba una espada larga envainada y una daga de... ¡¿Mithral?!, mientras que Sicarius que había dejado su escudo a un lado, se acurrucaba sobre el hacha de mano del Cercenador y miraba con desconfianza al resto de sus hermanos...

Ya estaban todos juntos. Otra vez preparados para la  marcha en aquellas malditas salas si es que se podía estar preparado para lo que allí acontecía. Ahora ya sabían que solo se podían tomar pequeños descansos entre salas, ya que lo que habían venido a hacer se tenía que hacer en un solo día. Y lo cierto es que cansados estaban para dormir un mes entero.

Sicarius estaba cogido a su hacha como si fuese esta un niño. La maldición de esta arma le recordaba  lo que hacía poco rato había hecho él mismo con el martillo encantado...

 Veo que habéis encontrado cosas en el fondo, pero has encontrado tu daga, Erzsen?

Lyria respiró aliviada cuando sus hermanos emergieron de nuevo a la superficie, sanos y salvos. Sin embargo, le preocupó más de lo que creía la actitud de Sicarius para con el hacha del cercenador, ...., la dominación empezaba a ser preocupante, ...., pero intuía que necesitaban aquella arma maldita para tener una ventaja sobre todos los inconvenientes que tenía la prisión.

- Déjame ver los objetos. - Dijo a su hermano Erzsen - Toda ayuda que encontremos es más que bien recibida.

Lyria hizo unos pases mágicos acompañados de unas palabras ininteligibles:
- میں جادو شو میری.

Sus ojos comenzaron a brillar con un ténue fulgor azulado y comenzó a observar con detenimiento los nuevos objetos ....

La hechicera pasó apenas un minuto ojeando los objetos. Primero miró el anillo y sonrió. Luego fijó su mirada en la daga de mithral y su rostro se volvió a repetir. Lyria era un verdadero autómata de la identificación. Tenía una sensibilidad para la magia poco común para la mayoría de mortales, pero la chica de ojos dispares pasaba de un objeto a otro con una facilidad pasmosa.

Finalmente llegó a la espada. Centró su mirada sobre su hoja, pero su rostro se congestionó. Intentaba concentrase, casi como si deseara que la misma espada hablara y le dijera sus secretos, pero fue incapaz de hallarlos...

Mientras Lyria trataba de desentrañar las propiedades de los objetos rescatados por Erzsen del fondo del pozo, Ishaya fue deambulando en torno a todos sus hermanos, evaluando sus heridas e intercambiando palabras de ánimo y esperanza... habían derrotado a un enemigo formidable y no se quedaría ahí la hazaña pues su objetivo era acabar con todos los espíritus de Harrowstone. En aquellos momentos el más herido de los Vengadores de Pharasma era el joven conde de Anactoria, así que sacó un vial curativo y le obligó a bebérselo.

Luego se acercó a Sicarius, muy lentamente y sin hacer movimientos bruscos se sentó a su lado...

¿Cómo te encuentras?

Lisa y llanamente. No era momento de abordar el tema del hacha... sobretodo después del mal trago que había pasado el grandullón en el pozo. Pero el sacerdote pharasmita sabía que tarde o temprano tendrían que enfrentarse al arma y a su poder corruptor... y por ende a Sic, si no entraba en razón.

Por mucho que lo intentó, la espada se le resistió sin que fuera capaz de obtener nada de información de ella. Se giró hacia sus hermanos y comentó:
- El anillo, es un anillo de protección, que guardará a quién lo tenga. La daga es de muy buen material y enlazada con magia para el combate, ..., es débil, pero, por supuesto, mejor que las normales. - Y cuando pasó a la espada no pudo contener una mueca - Sin embargo, la espada tendré que estudiarla más detenidamente, y con más calma, más adelante.

Por fin habían acabado con aquel insistente espiritu que tan cerca había estado de acabar con el grupo de vengadores de Pharasma. Tras rescatar al malgrado guerrero del pozo e identificar los nuevos objetos que hallaron allí, Desther clavó su alabarda en el suelo y suspiró hondo.

- Ahora por lo menos, gracias a la información que nos ha facilitado Lyria, nuestro camino y objetivos son más claros que antes. Está en nuestras mano salvar a toda la gente de Ustalav, aunque ello nos lleve la vida, será un sacrificio exigido para los que creen en el juicio de la Dama de las Tumbas, quien a buen seguro ya ha grabado nuestro destino en su infinita mente.-

Tras esto, se arregló la armadura y la ropa y se dispuso a esperar a reanudar la marcha.

- No Jarik, la daga, bendita sea, ha ido a parar al otro lado de la poza - respondió Erzsen con jovialidad al pistolero. Empapado y tembloroso como una rata mojada, el conde esperó el dictamen de la hechicera de dispares ojos, sabia en materia arcana hasta limites extraños. Tras la pesquisa de los objetos, Erzsen apuntó que si nadie opinaba diferente, el llevaría la daga. El anillo bien pudiese ayudar mejor a otro. El votaba por Ishaya o la misma Lyria. La espada, al no estar desentrañado su poder, mejor que permaneciese ociosa. En aquel lugar del demonio, los objetos magicos desconocidos bien podian ser un gran problema. Trató de secarse lo mejor que pudo con su ya maltrecha capa, y luego hizo un burruño con esta metiendola en el fondo del macuto. Por ultimo, nunca dejando de mirar de soslayo y con disimulo a Sic, se dispuso a oir las ordenes de Ishaya, después, eso si, de agradecerle la curación.

La posible perdida de su preciado hacha, el que le estaba consumiendo y robando el alma al guerrero, y lo traumático de sentirse perdido y abandonado a oscuras en el pozo (sintiendo que no podría recuperar el arma) dejaron a Sicarius bastante bajo de energías. La luz (en doble sentido) que Erzen arrojó en su rescate y el cauto y conciliador acercamiento de Ishaya solo templaron un poco el caos espiritual que estaba sufriendo el guerrero. Era consciente del abandono de sus deberes para sus hermanos, pero también era consciente de lo que le gustaba sentirse agasajado y seducido por su tesoro.

Sin querer ser deshonroso ni zafio (pues él nunca lo era) intentó zafarse como mejor supo de su desventurada situación.

Va bien, solo estoy un poco desorientado. Solo espero que no echaseis mucho de menos mi escudo aquí arriba.

Luego su rostro se frunció como el de un niño enrabietado y con un tono igual de infantil soltó uno de sus dardos envenenados directo a Desther.

Tal vez hubiese ido un poco más rápido si no me hubiese quedado sin luz...

Después se volvió a acurrucar sobre su arma y se preparó para la represalia que solía venir tras los comentarios de este tipo.

Lyria miraba de reojo los comentarios y actitudes de Sic, pero no debía de intervenir. Ishaya sabía manejar mucho mejor aquellas situaciones, ...., y Sic siempre reaccionaba mejor con él.

Se dispuso a echar una ojeada por el resto de habitaciones del lugar, en busca de algo que pudiesen utilizar, incluso pensó en volver hacia el pasillo norte, aunque ello le llevase al rastrillo que se habían encontrado y que les resultó imposible de franquear ...

Ishaya no se sorprendió con la reacción infantiloide y egoísta de su hermano Sic. Otra cosa sería un síntoma de que algo no funcionaba como debiera. Pero a pesar de todo no se podía quedar sin respuesta, debía saber que todo acto tenía sus consecuencias...

Aquí arriba se estaba librando una batalla a muerte mientras tú nos abandonabas en pos de ese hacha maldita que te nubla el sentido... Necesitábamos la luz, nuestra vida dependía de ello. Y créeme, Sic, si te digo que haría cualquier cosa por proteger la vida de alguno de mis hermanos pero no puedo protegerlos de su propia estupidez.... ¿Quieres tirarte a un pozo con una pesada armadura? Adelante, pero no nos eches en cara que no queramos ser cómplices de tus locuras.

El tono era suave y aleccionador, pero firme. En aquellos momentos no tenía tiempo para las rabietas de Sicarius, había puesto en peligro su vida y por extensión la del resto de Vengadores de Pharasma.

Y ahora, si has acabado de lloriquear, levántate y compórtate como un adulto.

Se volvió hacia los demás dando por finalizada aquella conversación y cerrando los oídos al previsible arranque soez que proferiría el gigantón.

¿Levantamos el rastrillo o damos la vuelta? Deprisa, no podemos perder el tiempo...

Frecuentemente Ishaya y sus otros hermanos olvidaban que la "estupidez" de Sicarius les había salvado la vida en más de una ocasión. No es que fuese una deuda, solo que jamás se lo reconocían, nunca salía un "bien hecho hermano" o un simple "gracias por dejarte apalear por mi", tan solo reproches e insultos eran sus honorarios a un trabajo frecuentemente bien hecho.

Esta vez el pequeño hermano mayor del guerrero tenía razón, Sicarius no tenía derecho a recriminarles el que quedase a oscuras hundiéndose en un pozo cuando él les había abandonado a su suerte previamente, aunque por otro lado... la faena estaba casi lista, una rata, el embrujo y una herida importante al Salpicador había sido su balance en este desafortunado encuentro, Que más querían! Acaso no podían entender que sin la hachuela mágica nada podría haber hecho en ese combate? No eran capaces de entender que era presto recuperarla para seguir luchando? No. Solo podían ver lo estúpido de lanzarse al pozo a por... por... el hacha...

En ese momento de introversión Sicarius se encontraba agarrando con ambas manos pero con delicadeza su arma, que magnífica y valiosa era, que eficaz y versátil, que estupenda sensación le invadía al usarla. No, no se la arrebatarían.

Lo que pasa es que la deseas para ti.

Acusó el guerrero al clérigo.

Tú y Lyria. He visto como la mirais y como confabulais con miradas complices. Pues es MIA...

La mirada que el sacerdote enano dirigió a Sic era de compasión y vergüenza propia. Había tomado la decisión de posponer el asunto del hacha y eso estaba haciendo mella en la débil psique del formidable guerrero. Pero todo era por bien de toda la familia, pues ahora no podía permitir un enfrentamiento con Sicarius.... Aún no.

No necesito tu hacha, Sic. Te necesito a ti

En el momento que el hacha cumpliera su función sería el momento de tomar cartas en el asunto. Buscaría el momento apropiado para hablar con Lyria y exponerle el plan que se estaba forjando en su cabeza.

Vamos, no hay tiempo que perder.... Formación de marcha

Ante la pasividad del resto de hermanos, Ishaya entendió que no estaban para grandes esfuerzos por lo que descartó la idea de levantar el rastrillo y empezó a dirigirse hacia la puerta secreta por donde habían entrado.

Los Vengadores deshacieron el camino hasta aquella cámara que de forma idónea, recibía el sobrenombre de Nuncajamás. El combate contra el profesor Faramin, había dejado expuestas las miserias de un grupo heterogéneo, cuyas rencillas internas se intesificaban ahora a causa del cansancio. Sicarius había conseguido su hachuela. El arma que su mente consideraba única, y desde su punto de vista intentaba razonar todos los golpes que enviaban sus hermanos, golpes que en otras circunstancias simplemente encajaría.

Tras volver sobre sus pasos, llegaron a la sala central en la que se habían enfrentado a un grupo de esqueletos, y decidieron seguir el último pasillo que restaba, uno que se dirigía al norte y que recibía el apodo de: "La Mazmorra Secreta". El temor de topar contra otro letal y perverso espíritu, pesaba más que las heridas sobre las ya justas energías del grupo, pero no había posible retirada como ya había explicado Lyria.

Iniciaron con paso cauto el camino del pasillo norte. Sicarius volvía a embrazar el escudo envuelto en la brillante luz de Pharasma. Una puerta entreabierta en el lado izquierdo del pasillo, hizo que todo el escamote se detuviera. De repente, la puerta se abrió con un chirrido endemoniado y apabullador. El brillo de un fuego ardiente, dibujó la figra de una silueta humanoide difícil de describir, y entonces ocurrió...

Una criatura similar a un esqueleto decapitado surgió de aquella estancia. Su cuerpo se encontraba envuelto en furiosas llamas. La critura se antepuso en un punto del pasillo donde un rastrillo se alzaba hasta alcanzar la altura media del pasillo. Luego se dispuso a combatir...