Partida Rol por web

Poco a poco fue entendiendo a lo que se refería Tae y no le gusto nada.Se quedo pensativa hasta que escucho la conversación que había entre varios de los asistentes -Tengo que intentar hablar-se acerco al grupo y comenzó a hablar -Parece que no contáis con que estamos en medio de la nada- bajo la cabeza,se obligo a volver a levantarla y prosigio -El viaje en autobus duro mucho,si intentamos salir lo mas seguro es que nos perdamos-

La respuesta del hombre me dejó observando cómo se marchaba con los ojos y la boca bien abiertos. Sus palabras resonaron un par de veces en mi mente mientras la indignación iba cubriendo mi rostro.

Cuando de repente sentí a la mujer oriental dirigirse a mí todavía no había terminado de recuperarme del desplante que el hombre nos había dado, y una sonrisa incómoda apareció en mi cara.

- Mire, señorita. - Le respondí en el tono más amable que logré sacar de mi pecho, lo cual no era demasiado. Mi mano se fue como acto reflejo a mi pelo mientras acababa de asimilar todas sus palabras. ¿Me había llamado intolerante? ¿A mí? Respiré hondo antes de hablar, consciente de que la situación nos estaría superando a todos y decidiendo a tratarla de usted tal y como ella había hecho conmigo. - No sé a qué viene amenazarme con sus abogados. - Dije, con una risita nerviosa. Como si yo tuviera de eso. - Por si no se ha dado cuenta, todos estamos en peligro de verdad, porque un chino loco ha decidido encerrarnos aquí a que nos matemos entre nosotros. - Le expliqué, antes de poner un instante los ojos en blanco. - Y perdone si la he ofendido por pensar en usted sin querer al hablar de chinos, ¿pero sabe qué? No es mi culpa que uno esté dentro del otro, no tiene que pagarlo conmigo ni con mis abogados. - Cité después sin evitar una pequeña mueca. -  Además, también la gente dice que llama americano a gente que no es estadounidense y no voy llorando por las esquinas. Así que recomponga su orgullo herido o lo que sea que le haya parecido mal y piense más en lo importante. - Argumenté antes de marcharme crispada. Era consciente de que la culpa no era del todo de ella, pero la manera que había tenido de insinuar que sólo por tener más dinero que yo habría podido pisotearme no me había gustado nada.

Tras alejarme unos pasos me di cuenta de que una vez más el moro estaba rondando a Alec. Lo que faltaba. Me dirigí hacia allí a buen paso sólo para sentarme con ellos, liberando un bufido mientras miraba al frente. No tenía ánimo ni ganas para hablar. Llevé las manos a mi pelo una vez más, colocándolo tras las orejas. El enfado por lo de Seung aún podía verse en sus ojos. ¿Cómo podía pretender encerrarnos, y más aún, obligarnos a participar en ese tipo de juego mortal?

La idea de Nathaniel y la posterior pregunta de la pelirroja llamaron mi atención, y centrar mi mente en eso fue ayudando a que mis emociones se templaran. - Si el autobús sigue aquí seguro que Efraín sabe hacerle un puente. - Añadí en un rápido susurro, dedicando a los presentes una mirada furtiva. Puede que el hombre tuviera poca pinta de ser de los bajos fondos, ¿pero a quién quería engañar? Era venezolano. Allí eso se aprendía a hacer al mismo tiempo que caminar, seguro.

Chepe rezaba entre toda la gente, no entendia como todos podian preocuparse por cosas legales y asuntos de votaciones y demas en vez de preocuparse por la vida de la gente, estos europeos son muy malos, yo solo queria ver muñecas, como es que termine aqui, quiero volver a mi pueblo.

Chepe se mantiene rezando mientras intenta pensar en que hacer, no podia desobedecer a las autoridades, pero tampoco queria seguir ahi, tampoco podia escapar pues no tenia idea de donde estaba, estaba atrapado, por primera vez en muchos años Chepe sentia un miedo que le helaba la sangre, era la primera vez que veia un humano muerto... despues de su abuelo.

Chepe se aleja poco a poco del lugar esperando que no lo noten, unque no llega muy lejos, de inmediato lo regresan los guardias mientras el les dice desesperado.

-No señor, les juro que yo no hice nada, yo solo quiero regresar a mi pueblo por favor señor-

-Impresionante... Es la única palabra que logra gesticular Wolfgang cuando ve todo lo que esta empezando a cocerse en el ambiente.

El Dr.Wolfgang se aparto un poco del grupo y fue a observar las muñecas que yacían en el suelo y las que se encontraban sumidas en la oscuridad de las vitrinas. Quizás eso le rebelase algo, desde ayer el hombre sentía un poco de... miedo, quizás, por todo el teatro que había montado en aquel lugar en torno a las muñecas. Había estado en otros museos pero nunca en algo tan fanático como ese sitio.

Mientras observaba los juguetes pudo escuchar a todos los demás discutir, unos querían irse, como él, pero no tardaron demasiado en darse cuenta de que iba a ser imposible. Otros por su parte ya habían entrado, aun sin darse cuenta, en el macabro juego del del señor Seung.

Wolfgang sentía la necesidad de acercarse al grupo y decir algo como -Ustedes verán que hacen, pero si se dedican a gritarse en 4 días, si los cálculos son correctos, todos estaremos muertos.

Pero Wolfgang no era mucho de hablar con la gente.

Andy se sentó en el suelo, y cerró los ojos. Necesitaba tener alguna idea de lo que estaba ocurriendo... Y no se le ocurría nada que no fuese paranormal.

-¿Y si todo esto es real? ¿Y si realmente alguno de nosotros está maldito... Y matará a los demás si no lo detenemos antes?

Comentó. Contemplaba la posibilidad, solo por el mero hecho de parecer una de las mas plausibles, visto lo visto. Condenaba el asesinato, pero pesaba mas el no querer morir. La supervivencia había marcado su vida durante toda su existencia, y aquello le olía lo suficientemente mal como para activar aquel instinto que lo había sacado de mas de uno, y de dos apuros.

- No podemos descartar nada.. Ese hombre está loco, y no parece que nos vayan a dejar salir de aquí. No nos va a dejar con vida, y si no elegimos, puede que nos mate a todos. Necesitamos un plan y lo necesitamos ya.

Estaba demasiado asustado ante la impresión como para pensar mas allá, y elaborar un cuidadoso plan. Quería desaparecer de allí, no haber ido nunca...

Y pensar que lo que empezó como un viaje de placer se había convertido en una lucha mas por la supervivencia..

A pesar de las discusiones, la tensión, los gritos y las lágrimas, siempre habrá una luz que logre brillar.

Entre todo, una paz sobrenatural comienza a sentirse en el ambiente, sólo por unos cuantos segundos pero eso hace que todos guarden silencio, casi intuyendo de forma inconsciente lo que pasará.

Desde la estantería, hay una muñeca que comienza a brillar. El cabello castaño y su ropa indican que es la muñeca de Reuel, la cual voltean y es grande la sorpresa. Había sido reparada. Sus ojos estaban allí nuevamente y el estante vacío donde se encontraba anteriormente, vuelve a brillar. Alguno la toma y la coloca nuevamente en su lugar, mientras que otros posan su vista en su habitación, para ver cómo la puerta se abre. Reuel se encuentra desorientado pero mas impresionante, está vivo y sin rastro de la herida que le había dado muerte la noche anterior.

Efraín no logra dormir en casi toda la noche, si acaso habrá podido dormir dos horas en total sumando los 15 minutos que dormía cada que lograba descansar. Se levanta por el olor a humo que ya había llegado hasta su habitación y sale como puede y observa la macabra escena en la habitación totalmente calcinada, luego se entera que alguien mas había muerto en otra habitación, la verdad no quería ni ver los cadaveres pero aun asi se acerca para verificar con sus propios ojos lo que sus oidos no querían creer. Observa como todos bajan y el solamente va a su cuarto a lavarse la cara pues no veía nada con los ojos así de resecos por no poder dormir, se acomoda sus gafas y decide bajar con el grupo, ve que han servido el desayuno y no comprende, cada vez que le dan nervios el come, es lo opuesto a lo que veía en las demás personas, pues al parecer era el único que podría comer en una situación asi, por lo que come sin darse cuenta.

Despues de desayunar ve como Tae cada vez parece más demente, hablar con el seriamente ya no es una opción valida, decide quedarse al margen de la situación y escuchar las opiniones de los demás, ahorita mismo no tiene cabeza y lo que hace mientras es tratar de organizar sus ideas con lo que dice la gente a su alrededor, algunos fanfarronean con sus habilidades detectivezcas, otros mantienen el silencio, otros describen sus prejuicios sociales y de pronto -Pero que dem...?- Dice en exclamación ante lo que le ha dicho Esther, esta mujer se esta pasando con sus prejuicios! ya Efraín habia notado como observaba a cada rato a Noor como si fuese un bicho raro, y demás cosas sutíles, pero no le había dado importancia pues ha conocido infinidad de personas asi de prejuiciosas -Qué le hace pensar que yo, una persona que trabaja en el área de educación podría encender un vehiculo sin llaves?- Dice con un tono demasiado calmado para la expresión de claro descontento en su rostro -Quizas el detective, que trabaja de alguna manera en el área de seguridad, pueda tener idea de como hacerlo, o quizas el campesino pueda tener un tractor con la ignición dañada y aprendió a encenderlo pueda imitarlo con el autobús- dice lanzando indirectas solamente para que la señora salga de sus prejuicios y se de cuenta que las apariencias no lo son todo en esta vida. Se cruza de brazos y se va a una pared sin mirar para los lados ni esperar una respuesta de parte de nadie.

De pronto siente como algo extraño sucede, una luz? Más cosas paranormales? no puede evitar sentir curiosidad por ver aquello, siempre había podido sentir cosas pero verlas era algo nuevo, y ya se le staba haciendo costumbre en este lugar. El chico ha revivido! Pero si yo lo vi muerto! Tenía una herida enorme! Estoy seguro de que estaba muerto! Lo sabía! nada aqui era normal! Apenas llegaron y se acomodó en su habitación sabia que este lugar no era normal! Pero entonces por que alguien querría asesinar a otro? Sera que estaba poseído?

La noche anterior había decidido irse a dormir pronto, había permanecido durante varios minutos observando la reacción de los sujetos allí presentes, pero realmente vio que poco podía sacar de allí en aquel momento.

A la mañana siguiente se levantó, vistió, preparó su grabadora y su block de notas y salió de la habitación dispuesto a bajar a desayunar cuando un olor extraño lo llegó. ¿Humo?... se preguntó a si mismo mientras abandonaba su estancia en dirección al lugar de donde provenía aquel olor.

Al llegar pudo ver la habitación totalmente calcinada y aquel extraño a la par que macabro juego de marionetas que habían realizado con las muñecas. En aquel momento no sintió miedo, no señor, sintió admiración por lo que allí podía observar. Sin duda alguna el causante de aquella atrocidad había logrado hacerle enmudecer, ya que tan solo pudo observar y callar.

Posteriormente, sus compañeros comenzaron a volverse locos tras las palabras de aquel chino… ¿Realmente quieren que juguemos a este juego?, ¿Así que es para esto para lo que nos ha traído verdad anfitriona?... pensó para sus adentros mientras escuchaba la discusión entre los allí presentes.

Avanzó unos pasos en dirección al grupo hasta que todos pudieron verlo con claridad. - CALLAR!!!!! Ahh, Tu callar!!. – señalando a Esther. – Tu callar!!!. – señalando a Efrain. – Tu callar!!!. – exclamó esto ultimo señalando a Hikary. – Ahhhhh todos callar ya!!!. Todos aquí parecer estar locos y decir estupideces!!. – su clara falta de dominio en el ingles se hizo patente para todos. – Realmente creer que deber pelear entre nosotros?? No encontrar sentido… Chino loco decir que deber elegir con quien acabar votando en urna y vosotros comenzar a gritar hablando de abogados?... Bah bah bah… americanos, japoneses, ser todos iguales… idiotas!!!. – La situación hacia que estuviera tenso, pero como iba yendo la discusión lo ponía realmente alterado.

Iba a continuar con la charla cuando algo llamó su atención. La vuelta a la vida de Reuel lo dejó de nuevo sin palabras. Sin duda alguna, aquel viaje siempre iba un paso más adelante que las expectativas que poco a poco iba poniendo sobre él.

Alec agradeció las palabras y el gesto de Noor ud-Din. Los llantos cesaron poco a poco y la presencia de Esther también ayudó a que se calmara. Se secó las lágrimas con la mano, aunque aún tenía los ojos rojos de llorar y agradeció su ayuda. Gracias... Yo... No debería llorar. Eso solo lo hacen los niños.

Y él no era un niño, o eso le decía siempre su padre. Sonrió con tristeza a los dos adultos y se levantó del suelo, tendiéndoles una mano para que hicieran lo mismo. Fue en ese momento cuando vio a Rauel. Los ojos del rubio se abrieron como platos, incapaz de creer lo que veía. Cómo... Cómo es posible?

Ben empieza a entrar en materia, escuchaba como la mayoría discutían y le llama la atención como aquel hombre mayor de sombrero de paja, asustado y rezando... es rechazado por los "mayordomos" - desde luego, no... no van a dejarnos salir - dice, mientras escucha como algunos pensaban en montar un motín y robar el autobús, con Efrain recriminando a la mami del grupo. - Si hablamos de estereotipos quizá la chica con pinta de haber salido del Bronx sepa hacer un puente.... - suelta Benén en un tono irónico, unos segundos antes de que el ruso sorprendiera a todos mandando "callarr", pero desde luego, no sorprendió tanto como ver... ¿a Reuel?

Vale, Vale... recapitulemos - piensa el italiano. El que Reuel apareciese vivo despejaba tooooda lógica posible, Benén no era del todo escéptico, aunque un tipo muy pegado a la realidad, siempre le había gustado "creer" en ciertas cosas que le llamaban la atención, ademas de que siempre había tenido la sospecha de que las 2 vacas que le habían robado a su padre cuando el todavía era un crio, habían sido los alienigenas, pero este no era el caso... el caso era que Reuel estaba vivo y verlo respirar era un hecho irrefutable que seguramente obligaría a todos, incluido el mismo, a replantearse sus ideas. Cuando se acercaron a su habitación, Ben se afloja la corbata y se queda embobado... ahí, mirando para Reuel.
Increíble... - suelta atónito, levantando hasta la frente sus inseparables gafas.

Cuando Esther se acercó a ellos y se sentó al lado de Alec, Noor hizo una mueca. Los estadounidenses tenían fama por tener algunos de los reporteros más fisgones y por ser capaces de hacer cualquier cosa para conseguir material para un Publitzer. ¿Sería posible que aquella mujer rubia andase buscando conquistarle y entrar en su harém como su nueva odalisque? Pues lo tendría difícil. Lo primero que Noor buscaba en una nueva mujer era la capacidad de satisfacerle culturalmente y llenarle con sus charlas de filosofía, religión y ciencia. Solo aceptaba mujeres cultivadas, sin importar su familia o procedencia. Cuando escuchó aquel susurro, primero la miró a ella y luego a Efrain. Hacer un puente es algo que todos deberían saber hacer, susurró antes de escuchar el arrebato del venezolano.

Sacó un pañuelo de su fajín con las letras H.M bordadas en dorado. La H por Al-Hajj - peregrinaje- y la M por Mawlana - maestro- sus dos primeros nombres por título. Se lo tendió a Alec para que pudiera limpiarse mejor. Los adultos también lloran, no deberías avergonzarte. Llorar nos hace humanos.

Al ver a Reuel vivo, recordó las conversaciones de la noche anterior. Habían hablado sobre trucos baratos, experiencias paranormales y reclamos publicitario. Con la resurrección, cualquiera de las opciones parecía válida y sin embargo, Noor estaba convencido que aquello tenía una justificación más mística.

¿Recuerdas algo de anoche?, preguntó al recién revivido.

No había dejado de llorar cuando apareció en la habitación donde se encontraban todos sus compañeros de viaje, su sorpresa lo tenía demasiado confundido, no sabía en realidad qué era lo que estaba pasando, todos parecían demasiado sorprendidos por su regreso, aunque la verdad no sentía que se hubiera ido mucho tiempo, solo...que se había perdido en sus pensamientos, en medio de luces y ardores...

Los miró de nuevo, luego miró las muñecas en una repisa, retrocedió asustado ahogando un grito, y se llevó la mano a la cabeza, se sentía desvanecer...

Yo... yo..no recuerdo... - se secó algunas lágrimas de su mejilla - ...nada, no recuerdo nada...sólo algo que... -se señaló su costado -algo que..me atravesó...no sé nada más...

Es cierto, no recuerdo nada más... no quería morir así..., pensaba.

Su pecho le seguía doliendo al respirar y su cabeza no dejaba de dar vueltas, no podía evitar pensar en esa muñeca, en la maldición que cargó por una noche, una maldición que por un momento selló su vida, su alma, su aliento en una prisión de la que quizás nunca hubiera podido salir sin ayuda, pero..¿ayuda de quién?.

Agua...por favor... -dijo mirando al suelo, aun sin recuperarse del todo -por favor...

Yorgan se quito las gafas para limpiarlas estaba tan asombrado como para que se empañaran.

-Verán hasta el momento, yo pensaba que esto no tenia nada de paranormal sino que uno o dos asesinos realmente estaban entre nosotros y nos mataban. Porque ya me dirán que tiene de sobrenatural, un incendio, tres apuñaladas y un balazo. Nada en absoluto. Solo ahora con la presencia de uno de los asesinados me replanteo las cosas, ¿Aunque quien me dice que no es parte de algún juego increíblemente macabro?-Se coloco las gafas y sus diminutos ojos se agrandaron de nuevo.

-Perdone que no me llegue a creer su muerte y resurrección y la amnesia es algo muy provechoso en este momento, recapacite muchacho y sea sincero con nosotros.-Él como psicólogo se mantenía escéptico.

-¿Y usted Tae Seung supongo que también podrá ser votado verdad? Reconozco las señas de la esquizofrenia y paranoia y usted alardea de ambas. Así que de los presentes, usted tiene mas papeletas de hacer un asesinato contra nosotros y la razón es bien sencilla, vengar a su madre muerta a causa de un mal truco de feria.-No pensaba dejarse asustar por un niño y su casa de muñecas.

Cuando Efraín me respondió ofendido le mantuve la mirada durante todo su exabrupto sólo para ver cómo luego se marchaba sin dejar opción a réplica. Recapitulando: una china me amenazaba con sus abogados, un venezolano tenía una rabieta y acto seguido un alemán me mandaba callar a gritos. Simplemente perfecto. Y luego yo era la intolerante. Con un pequeño suspiro simplemente me quedé sentada al lado de Alec y del moro. Parecía mentira que al final él fuera el mejor de todos.

Estaba a punto de apoyar sus palabras hacia el chaval, explicándole que todos nos encontrábamos con las emociones alteradas, cuando Reuel apareció por las escaleras. Aquello sí que me dejó paralizada. Poco a poco algunos empezaron a hacerle preguntas pero yo no podía ni hablar. Le observaba, boquiabierta, sin conseguir encajar los acontecimientos. Él tampoco parecía tener demasiadas respuestas, y antes de decir nada más giré un poco el rostro hacia mis acompañantes, sin dejar de mirarlo.

- ¿También lo estáis viendo, verdad? - Pregunté en voz baja aún incrédula. A pesar de que ya algunos le habían hablado no terminaba de ver cómo podía ser eso posible fuera de mi propia mente. Quizá todo fuera por el té que nos estaban dando. Pocas más se me ocurrían.

Cuando parecía que no podía pasar nada más raro, sucedió. Alguien había vuelto de la muerte. Él no recordaba nada de lo sucedido pero seguían siendo buenas noticias... aún así seguía habiendo tres muertos más tras esa noche, más la muerte de la asiática el día anterior.

-Aquí tienes- dijo a Reuel, dándole un vaso de agua.- creo que dicen que lo mejor es no bebérselo muy deprisa.

Recordaba que el joven había sido de los pocos que se habían fijado en ella el día anterior, así que decidió devolverle la amabilidad. Además, parecía necesitar ayuda... volver de entre los muertos no sucedía a menudo y sin duda debía agotar.

Cuando Reuel apareció intacto después de que todos hubieran podido verlo herido y tendido en el suelo, aparentemente muerto, los ojos de Keelin se abrieron por la sorpresa. La idea de que todo fuese un montaje a pesar de ser atrayente, cada vez parecía más lejana y a estas alturas empezaba a darse cuenta de que no había forma de escapar, al menos por ahora.

- Oh, Joder... - Murmuró, mirando al recién llegado, tapándose la boca con la mano. - Yo me quiero ir a mi casa... Aquí no dejan de pasar cosas raras... - Susurró, hablando para sí misma. Buscó un lugar donde sentarse y sacó el móvil por inercia, para comprobar que seguían sin cobertura. 

El enfado que hasta ahora había sentido la joven hacia el hijo de la anfitriona empezaba a volverse un miedo irracional, que nacía en su nuca y se extendía por toda su espalda con un escalofrío que la mantenía en tensión. Echaba pequeñas miradas a su alrededor, a los gemelos y a Michelle, que eran las personas con las que más se había relacionado además de April. Y a Reuel, pendiente de lo que el muchacho pudiera explicar.

Se fue a dormir la noche anterior algo inquieta. Tapó la muñeca de la lampara con una sabana y durmió del tirón, totalmente segura de que todo había sido un montaje de la encargada del hotel, y que al día siguiente se la encontrarían dándoles los buenos días.

Cual fue su sorpresa al levantarse a la mañana siguiente viendo, que no solo la encargada seguía muerta, si no que encima, para colmo, 4 de sus compañeros habían muerto.

-Mierda...

Se quedó en un lado mientras los demás investigaban las habitaciones.

Joder. ¿Por qué coño nos pasa esto? Yo solo quería ver muñecas y comprar alguna si valían la pena.

Les "arrastraron" hasta la sala de estar de la planta baja, donde les habían preparado el desayuno.

-Esto tiene que ser una coña... - Susurró para si misma.

Cogió un poco de café, y se quedó durante un rato mirando por una ventana, inmersa en sus pensamientos.

Pobre April, se la veía maja al fin y al cabo... Con los demás no tuve roce, pero seguro que no se merecían la muerte tampoco... ¿Quién puede ser tan cabrón de matar a esa gente de esa forma?

Cuando apareció Reuel por la puerta, se atragantó con el café. Lo miró con los ojos de par en par mientras este hablaba. Al final no aguantó más y dejó el café encima de una mesa y se acercó a los demás.

-A ver, esto empieza a ser ya absurdo. A ver si en realidad todo ha sido un montaje de verdad. ¿De verdad no te acuerdas de nada? ¿Y si te pusieron somniferos en alguna parte, te dormiste profundamente y te maquillaron para que parecieras muerto de cara a todos los demás? ¿Comiste algo ayer?- Se la veía claramente nerviosa. Las cosas paranormales nunca le han asustado, pues nunca le había pasado nada. Pero el hecho de que una persona a la que había visto muerta, de repente tenerla delante ¡viva! le sacaba de sus casillas.

La respuesta de la mujer me enfadó aún más, sobre todo tras el comentario que le hizo a Efrain, sin embargo decidí dejarlo pasar. Si quería estereotipos, tenía algunos para ella, me la imaginaba en un pueblo de la américa profunda de esos que salen en las películas, horneando pasteles de manzana, yendo a misa los domingos y al almuerzo de la asociación del rifle, con ese tipo de gente no se podía razonar, así que no iba a volver a intentarlo.

Como estaba enfadada estuve a punto de contestar al otro hombre que se creía con derecho a dar lecciones, cuando la muñeca de Reuel se iluminó y, de pronto allí estaba él, tan vivo como cualquiera en esa sala. Estaba totalmente alucinada, qué clase de juego era aquel, la gente muerta no resucitaba. No me podía mover del sitio, parecía como si me hubieran clavado al suelo, tenía tanto miedo que solo quería correr.

Yanni, murmuró Noor. Aquella expresión era la semejante a la muletilla "uhm" que podían usar los demás.

No tenía sentido que Reuel no recordara nada. Aunque... ¿Era posible que algo tan traumático como morir pudiera causar alguna secuela física? ¿Quizás perdida de memoria? El alma seguía adherida al cuerpo tras la muerte física, pero volver a su urna original podía trastornar la mente. No estaba seguro si creer aquello, pues eran enseñanzas religiosas y aunque era creyente, Noor trataba de sacar sus propias conclusiones.

Dejó que los demás se preocuparan del redivivo, mientras devolvía su atención a Alec y Esther. Sí, es uno de los que murieron, aseguró a la norteamericana.

Estaba a punto de enloquecer: Se había quedado allí, detenido, sin saber muy bien qué hacer, o cómo hacerlo. Observó al resto un largo rato, y cuando Yorgan habló, se sumó a aquello.

-Tiene sentido.. Yo también votaría por usted, señor Seung: Después de todo, es el que nos ha encerrado aquí esperando a que muramos uno tras otro si no logramos dar con los "Culpables". Y puede que realmente no exista ningún culpable... Solo usted.

Se levantó, empezó a moverse tratando de desentumecer las piernas y, de paso, las neuronas.

-Esto es increible... Es increible... 

Fue a dar con Reuel a una prudente distancia. 

-Vale.. No pudiste ver nada.. ¿Pero tampoco escuchaste? No puedo creer que simplemente hayas muerto y vuelto a la vida. ¿Estás compinchado con los del hotel? ¿Es eso? ¿Es eso, maldito bastardo?

Empezaba a alterarse cada vez mas. Lo tomó del cuello de la camisa y lo zarandeó un par de veces.

-¡¿Es esto un truco rastrero para sacar dinero?! ¿¡Cuanto te pagan?! ¡DIME!