Partida Rol por web

Al recibir la llave, subes a tu habitación para dejar tus pertenencias y poder dar el recorrido más libremente, aunque no puedes resistirte y dar un pequeño paseo por la habitación. No es muy grande pero es lo bastante acogedora como para pasar una cómoda estancia allí.

La habitación que se te ha asignado tiene una distribución sencilla, pero puedes sentir la comodidad en cada parte de las paredes. 

La cama es individual y a su lado, tienes una pequeña mesa con dos sillas. Ideal para un juego de cartas o un rato de relajación.

El baño tiene una bañera con una hermosa cortina de color turquesa que la cubre, decoración de caracoles marinos y 

algunas estrellas de mar. 

Todo parece perfecto, pero hay un detalle que llama tu atención. Justo encima de la cama, puedes ver una lámpara bastante peculiar, donde las manos sujetan las dos bombillas y el rostro de esa extraña muñeca mira fijamente en dirección a la cama.

A pesar de la temática del ambiente, podía ser que lo hubieran tomado muy a pecho. Su ropa parecía un poco vieja y su figura no era tan trabajada como las muñecas de la exhibición. ¿Por qué estaría allí?  

Alec estaba contento con su cuarto. Tras un rápido vistazo se dio cuenta de que era muy cómodo, pero sin excesivos lujos. Era mejor así. Su habitual cuarto era extremadamente grande, lo cual le hacía sentirse a él algo pequeño. Entre eso y la falta de calor materno y paterno se había llegado a sentir muy solo en aquel enorme cuarto.

Dejó su equipaje a un lado y decidió que lo más inteligente era no sacarlo todavía, ya lo haría más tarde. Estaba cansado, así que decidió tumbarse sobre la lámpara y fue entonces cuando descubrió la lámpara. Miré a la muñeca durante largos segundos, preguntándome si aquello no era demasiado excesivo. probablemente iba a costar dormirme con aquella cosa mirándome toda la noche...

Me incorporé en la cama e intenté alcanzar la muñeca para ver si era parte de la lámpara o un simple adorno.

Estabas perdido en tus propias ideas, observando la lámpara con atención. Logras fijarte en sus ojos con suma atención. Eran vidriosos y no te percatabas de mucho más de lo que sucedía. En un momento, las luces fallaron y apenas y pudiste notarlo, cuando viste a través de los ojos de la muñeca en la lámpara una figura más en la habitación.

Te volteas para ver de quién se trataba y logras verla. Es la joven que viste en el bosque mientras viajabas en el bus. Te sobresalta y te tropiezas, cayendo de la cama. Te deslizas y caes sentado en el suelo. Bastante torpe habías sido. Tal vez como cuando le dañaste la muñeca a tu hermana. La joven te mira con los ojos llenos de tristeza y soledad. Lo que era miedo en ti pasa a ser compasión. Ella se acerca lentamente a ti y te tiende la mano. Te levantas con su ayuda y la miras por un momento. Era más baja que tú pero parecía llevar una carga muy pesada sobre sus hombros.

Su voz era suave pero poseía un extraño eco, lo cual te hacía pensar que eran dos voces saliendo de una misma garganta. - Tu corazón es puro y sólo alberga luz. Un alma como la tuya no debería estar aquí. Ya no puedes escapar pero podrás volar - se aleja un paso de ti y junta sus manos al frente. Las abre despacio y puedes ver que hay una perla blanca entre ellas. Al acercarla a ti comienza a brillar con intensidad y puede sentir una gran calidez que emana de ella.

Ella toma la perla entre sus dedos y la acerca a ti. Poco a poco, hasta tu corazón. La pone sobre ti y la perla brilla aún más intensamente.

La perla quema tu piel por un momento y no puedes evitar un gemido de dolor, cuando ves que va entrando, siendo absorbida por tu piel. De a poco, la luz de la perla invade todo tu cuerpo, hasta llegar a tu cabello y espalda, donde tu cabellera se torna blanca y brillante y unas alas de luz se desplegan por tu espalda.

SANADOR...

Tienes el toque de un ángel. Una vez durante el día puedes regresarle la vida a un personaje caído. Está en tus manos sanar las heridas que los lobos dejan a su paso y sólo un alma pura como la tuya puede hacerlo.

El brillo de tu cabello desaparecer y las alas se desintegra. Cuando buscas a la joven, ella ya se ha ido y todo vuelve a ser un cauto silencio.

Alec se sentía muy nervioso. No entendía lo que acaba de pasar y las palabras de la mujer le habían puesto los pelos de punta. ¿Escapar de qué? Aquella tristeza... Alec tenía un presentimiento muy malo, pero estaba solo en aquel lugar, que podía hacer? Todos sus conocidos estaban a kilómetros de distancia. Tragó saliva y se quedó mirando las luces de nuevo mientras se acomodó en el suelo y se abrazó los pies.

Al recibir el golpe en el pecho, tu rol secundario es revelado:

PUREZA DE ESPÍRITU...

Gracias a la pureza de tu alma, puedes evitar el ataque de los lobos por una noche. Único uso.

Alec andaba de un lado a otro de la habitación, inseguro, como siempre. ¿Podía traer a uno de vuelta, pero a quien? ¿Había asesinos entre ellos? Esperaba que sí... Sino quedarían muy pocos. pero eso significaba que él podía raerlos de vuelta sin querer.

Por un lado Estaba Loren, que había sido brutalmente asesinada en su habitación. Parecía bastante inocente...

Por otro lado estaban Kenneth y Reuel... Los dos en la misma habitación que había ardido, a saber porque razón. Ambos habían sido asesinados, pero que hacía Reuel en la habitación de Kenneth? Algo raro había pasado ahí... Tal vez debía traer de vuelta a Reuel para que explicase lo que hacía en otra habitación... Si fuese uno de los asesinos tal vez pudieran sonsacarle algo sobre sus compañeros.

Por último estaba la chica con el pelo azul. Su muerte le intrigaba la que más. No había visto el cadáver, pero le habían dicho que tenía una única bala de oro en la cabeza... Una muerte muy diferente de las demás.

Uno de ellos volvería... Pero quién?

Alec estaba dudando entre Reuel y Kenneth, pero al final se decantó por el primero de ellos. Había sido el único que se había dirigido a él y no parecía mal tío. No sabía muy bien porque estaba fuera de su habitación a esas horas de la noche, pero tal vez hubiera visto algo o a alguien.

Llegado el momento, la decisión ya estaba tomada, aunque tu ser siguiera dubitativo sobre la decisión a tomar. Reuel recibiría el toque del ángel.

Tratas de concentrarte en aquello que sentiste cuando la joven apareció en tu habitación y tratas de buscar en tu interior aquella perla blanca. Logras encontrar su calidez en tu interior y aquella luz te llena nuevamente. Las alas se despliegan en tu espalda y tu cabello se torna blanco nuevamente. Visualizas el cuerpo inerte de Reuel y tocas su pecho con tu mano. Al instante, ves cómo aquella luz lo va cubriendo, poco a poco, mientras su cuerpo lucha por regresar a la vida. Sabes que es el momento de retirarte, pues tu acto de fe debe permanecer en el anonimato todavía, mas verlo aparecer en el salón es lo que te hace saber que tu labor fue exitosa.

Su respiración es dificultosa pero su cuerpo va reaccionando, mientras sus ojos luchan por abrirse.

Visualizas el cuerpo de Reuel

Alec cada vez estaba más tranquilo. Sin muertes y con una vuelta, las cosas parecían ir bien. Pero ahora le tocaba a él, era la hora de traer a alguien más de vuelta. Reuel, Loren o April... Los rostros de los tres pasaban por su cabeza y no parecía que ninguno de ellos ganase ventaja.

Tras dudar unos instantes el rostro de Loren se volvió más nítido. Te toca...

Tras ver la vuelta de Kenneth, comprendes que debes cumplir con tu misión. Esta vez, sería Loren la que recibiría el toque del ángel.

Las alas se despliegan en tu espalda y tu cabello se torna blanco nuevamente. Visualizas el cuerpo inerte de Loren y tocas su pecho con tu mano. Al instante, ves cómo aquella luz lo va cubriendo, poco a poco, mientras su cuerpo lucha por regresar a la vida. Sabes que es el momento de retirarte, pues tu acto de fe debe permanecer en el anonimato todavía, mas verlo aparecer en el salón es lo que te hace saber que tu labor fue exitosa.

Su respiración es dificultosa pero su cuerpo va reaccionando, mientras sus ojos luchan por abrirse.

Alec estaba intranquilo. Sentía que aquella noche iba a morir él y no podía permitirlo. Si él moría nadie más iba a poder traer a los inocentes de vuelta. No, no podía permitirlo...

Además Esther se había comportado de forma extraña y empezaba a desconfiar de ella. Teniéndola tan cerca, si era una de las asesinas....