Partida Rol por web

A Evan le sorprendió la historia de Merol. Sabía bien lo cruel que podía ser el ser humano. Saber que Merol había sido abandonado en su infancia le movió algo en su interior.
Ningún niño merece ser despreciado así

Trató de que esos sentimientos no fuesen percibidos por Merol, y a pesar de la seriedad que se apoderó por un instante de su rostro pronto recuperó la compostura y con ella la sonrisa.

- A mi me resulta apasionante mi trabajo. Con los caballos no hay medias tintas, todo es transparente. Ellos no disfrazan las intenciones ni los sentimientos. Trabajar con ellos es maravilloso. Estaré encantado de enseñártelo cuando quieras. Incluso si alguna vez te apetece dar un paseo a caballo yo suelo salir cada día de madrugada.-

Su curiosidad había crecido al descubrir que Merol no había escogido ese camino, el destino le puso allí sin preguntarle.

- ¿Te gustaría ser septón algún día?-

No se había planteado la situación desde el punto de vista que le daba Fiona. Había que reconocer que tenía razón, aunque Evan jamás habría creído que los caballeros pudiesen mirarle mal. No es que fuesen grandes amigos, no era el caso con ninguno de ellos, pero el trato era agradable, a veces incluso cercano. Alguna excepción había, pero nunca le había dado importancia, creyó que sería causa del orgullo y clasismo que a algunos les hacía sentir superiores.

Asintió a Fiona viendo su advertencia y comprendiendo que no era cuestión baladí.

- Tendré cuidado, lo prometo. En cuanto a lo de ser justo siempre es uno de mis objetivos, y me gusta creer que en general lo consigo. No siempre es fácil, pero trabajo en ello. Quiero descargar de trabajo a Sloth, su físico no está diseñado para según que tareas. Para él algunas cosas sencillas pueden resultar complicadas. Además los años ya deben pesarle. Me consta que es muy voluntarioso y trabajador, y precisamente eso me hace temer que alguno se aproveche para que el jorobado cargue con más y ellos puedan cargar con menos.-

Miró a Fiona haciendo una breve pausa.

- De todo lo que ha dicho en la reunión ha habido una cosa que se me ha grabado.-
Citó - Sloth sabe cual es su lugar, el suelo, ese es su sitio-

Sin duda se notaba que aquello no había satisfecho a Evan.

- Me debo a los Septones. Fui abandonado de bebe. Asi que ser septon seria una amable tarea. Es lo que eh visto desde siempre. Si los Septones me aceptan, claro, sino vere como sigue mi vida por otro camino, pero paralelo a los Septones, siempre colaborando en agradecimiento por lo que me han ayudado. ¿Montar? La verdad no me atrae, me asusta, caerse y todo eso, jaja. Pero sera un honor pasar por las caballerias algun dia Sr. Ross. -

Asintió más calmada al ver como sus palabras tenían calado en Evan y procuraban en él una reflexión profunda. - A veces las formas de nuestras actuaciones pueden doler... - bajó tímidamente la mirada. - Pero nunca te he visto actuar de forma injusta. Y creo, que si llegara el caso de que te equivocas en alguna opinión o juicio sabrías rectificar a tiempo. - poco a poco se dio cuenta de que el tiempo pasaba y debían regresar con los demás o aquella conversación empezaría a verse sospechosa entre el resto.

Pero al sacar el tema de Sloth, Fiona frunció el ceño y se mostró inquieta. - Ciertamente, me preocupa desde siempre la situación de Sloth. Está mal físicamente y anímicamente por todos los maltratos que ha soportado, se merece un reconocimiento y descanso a tantos años de servicio en el castillo. - suspiró. - Todos sabemos que lleva en esta fortaleza desde mucho antes que el señor Rhys naciera. Nadie sabe de donde proviene, porque está aquí. Quizás lo que voy a decir parezca una locura, pero y si Sloth forma parte de esta familia y ha sido ocultado como una vergüenza para que no se sepa quien es? - Fiona estaba sugiriendo abiertamente que el jorobado podía tener sangre Vaelys, y por lo tanto ser un varón más de pleno derecho a heredar el feudo. Claro que quien iba a querer casarse con un "monstruo" como él, pero eso no quitaba el hecho de que el propio señor de la casa quisiera quitárselo del medio, algún día, cuando sus hijas estuvieran preparadas para casarse. 

Asintió a Merol. Era cierto que había personas a las que los caballos les intimidaban, les daba miedo poder hacerse daño... y bueno, tenían razón. Evan había sufrido caídas en muchas ocasiones, cuanto más se monte más veces caerás. Pero el disfrutaba demasiado con aquello, y por suerte nunca se había hecho nada serio.

- Serás bienvenido en los establos cuando quieras. A los caballos les gusta mucho la buena compañía, a veces disfrutan con el solo hecho de que uno esté allí leyendo un libro, eso les basta. -

La vida de septón le parecía dura, por todo a lo que había que renunciar, y no pudo evitar preguntarle sobre eso a Merol.

- ¿Pero para ser septón deberás renunciar a muchas cosas no? Como hombre santo, entre otras, no podrás tener una esposa ni hijos. ¿Estás dispuesto a renunciar a ello?-

Bueno, si lo dices asi, es dificil, no lo habia pensado. No tengo respuesta para eso.

Se queda pensativo.

Evan se sorprendió con lo que le decía Fiona.

- Es cierto que pocos saben del pasado de Sloth y que debería cuidarse más de él. En cuanto a lo que sugieres jamás lo habría pensado, pero todo es posible. Nunca he tenido a nuestro señor Rhys por un hombre cruel o capaz de algo así. Me inclinaría más por pensar que en el caso de que Sloth fuese un familiar suyo Rhys lo desconociese. De todos modos, con sangre noble o no quiero que las cosas cambien y el trabajo y condiciones sean justos con el. Aunque me parece que lo más complicado será hacerle entender que es una persona y merece lo mismo que cualquiera de sus compañeros. Desconozco su pasado, pero he visto en él un hombre en el que es fácil cebarse, y al ser tan humilde, obediente y entregado, ha aceptado eso como parte del mundo, como si fuese lo lógico. 

Si alguno de los dos descubre algo de su pasado que lo relacione con la sangre Vaelys propongo que nos lo digamos. Sería lo último, que tras una vida de humillación y trabajo servicial y arduo muriese cruelmente como un animal-

Miró a Fiona preocupado. Desde luego se sentía responsable de sus subordinados, y no permitiría algo así bajo su mando. Igual que se sentía con el derecho de exigir, se sentía con la obligación de velar por ellos.

Kyle sabía que su hermana le hubiera acompañado a la guerra sin pensárselo dos veces, pero él nunca se lo habría permitido ya que la quería demasiado para ponerla en peligro. Por esa razón, sabía que su tiempo en el Castillo de los Ironsmith llegaba a su fin. Sin la protección de su abuela, que era el último apoyo que tenían, era cuestión de poco tiempo que sufrieran un "terrible accidente". Su primo Eddard Stark, hijo de Thorgen y futuro Lord Ironsmith, siempre había sido un chico débil. Aunque era dos años mayor que Kyle, parecía mucho más pequeño por su condición física. Pocas veces podía salir de su dormitorio, y cuando lo hacía, casi siempre se rompía uno de sus frágiles huesos.

Kyle no se dió cuenta de lo hambriento que estaba hasta que su hermana le preguntó - Un poco de sopa me vendría muy bien ahora. Dijo mientras se dejaba guiar hasta el comedor. Una vez allí, su hermana le preguntó por Einar, y el rostro de Kyle se ensombreció de repente. Esperaba que, después de cuatro años de ausencia, otro hombre hubiera conseguido conquistar su corazón y se hubiera olvidado del hijo del herrero. No sabía cuál era la mejor forma de contarle lo que había pasado, así que sus palabras salieron casi sin pensar - Eiran murió durante la batalla de Puerto Gaviota. Quería callar, pero su hermana merecía saber la verdad, la crueldad de la guerra. - La última vez que le vi, se preparaba para atacar las murallas de la ciudad con la primera oleada. El tío Torren me mandó con los arqueros Blackwood, y desde nuestra posición elevada pude ver cómo casi toda la primera oleada fue abrasada en los muros con aceite hirviendo. Quizá había sido demasiado explícito, pero Kyle creía que la mejor manera de honrar su memoria, era contando lo que pasó - Todos esos hombres... Su sacrificio... Gracias a ellos pudimos ganar esa batalla. Eso era la guerra; muertes inocentes, muertes de anónimos plebeyos, para que los grandes Señores pudieran plasmar su nombre en la historia. La historia dirá que la batalla la ganaron Robert Baratheon y Jon Arryn; que allí murió Marq Grafton y que Lyn Corbray ganó su título de Caballero defendiendo la ciudad para luego unirse a Lord Arryn, pero nadie sabrá nunca que gente como Eiran fueron los que consiguieron que todo eso fuera posible. 

Se sentía ligeramente mareada por el alcohol que había ingerido. Sus ojos se cerraban poco a poco. Tenía sueño, había sido otro largo día de trabajo en la fortaleza. Siempre era así, trabajo y más trabajo. A veces sentía ganas de pedirle a Kyle que se marcharan y dejaran atrás aquel lugar. Desde que Ginevra entró a trabajar a la casa, Fiona tenía el doble de trabajo. La sobrina de Lady Miriah era una vaga, solo se dedicaba a hacer compañía a sus hijas. Pero claro, Fiona se lo callaba todo, no se lo contaba a nadie para no buscarse problemas.

- Disculpa. - dijo tras recomponerse un poco. - Quizás mi imaginación me ha hecho pensar de más, pero es que es tan extraño Evan… Tampoco creo que Lord Vaelys conozca la situación de ser cierta. Es solo un pensamiento que ronda por mi cabeza y creo que debemos tener presente. No quiero que nada malo le pase a Sloth. - asintió a sus palabras. - Ten por seguro que si averiguo cualquier cosa sobre su pasado te lo haré saber. - se levantó de la mesa con aquel ligero mareo. Suspiró llevándose una mano a la frente. - Creo que debería irme a descansar, gracias por todo Evan. - le sonrió. - Pero recuérdame que no vuelva a beber nada de lo que me ofrezcas. - bromeó antes de despedirse de él. - Seguro que serás un gran mayordomo. 

Evan era bastante resistente al alcohol. No es que bebiese grandes cantidades normalmente, pero sí solía acompañar las comidas con una copa de vino si era posible. El whisky no era lo más suave, pero era lo más efectivo para calentar unos huesos calados de frío. Sonrió entre divertido y preocupado por el mareo de Fiona.

- A partir de ahora te prepararé infusiones- le dijo bromeando -quizás debiese acompañarte hasta tu habitación, a fin de cuentas está al lado de la mía. La cual comparto desde ahora con John, por cierto- dijo con un gesto de miedo exagerado, desde luego bromeaba, aunque su ayudante no era la persona más sociable ni amigable del mundo.

-Hablaré con Sloth, solo para ver cómo está. Aunque es posible que a mi no me diga nada, creo que es más listo de lo que la mayoría piensan.- Sonrió, realmente Sloth solía soltar comentarios un tanto ácidos cuando se trataba de Evan. Jamás le había faltado al respeto, pero aquella noche, en su presentación como mayordomo al servicio, había detectado un par de comentarios que parecían críticas. Bien era cierto que Evan no tenía ninguna obligación de haber convocado esa reunión, y quizás a los sirvientes no les había gustado la idea. Pero el objetivo era conocerse mejor entre ellos y dejar claras sus prioridades y su método. También estaba tratando de ver problemas que solventar. 

Se incorporó y se acercó a Fiona.

- Mi bella dama de barro, ¿vamos a descansar?- le dijo ofreciéndole el brazo para darle un punto de apoyo y que controlase mejor su posible mareo.

Kyle me va a castrar 

Pensó para si mismo mientras se le escapaba una risita por el pensamiento.

Evan asintió.

- Es bueno conocer todo lo que conlleva algo antes de tomar la decisión. Aunque los septones te recogiesen y criasen no les debes toda tu vida, desde mi punto de vista es normal y natural que te sientas agradecido y les profeses respeto. Todo hijo debe ser así con sus padres en situaciones normales. Ellos han sido generosos contigo, por lo que me cuentas. ¿Por qué razón no se iban a sentir orgullosos si escogieses una vida más mundana? Estoy seguro de que te querrán igual. Como has dicho hay más de un modo de servir.-

Le dio un golpecito amistoso en el hombro. Merol y él eran muy distintos, pero siempre era constructivo ver el mundo desde prespectivas nuevas. Desde luego Evan sería incapaz de vivir sin una mujer calentándole por la noche y unos hijos que llenasen el hogar de juegos.

- Seguro, gracias por tu charla, me ha servido mucho. -

- Eres terrible. - le respondió con una gran sonrisa. - Aunque estaría bien que en lugar de alcohol me procures una buena infusión de hierbas para la próxima vez. - no podía dejar de reir. ¿Qué le ocurría? de repente se sentía tremendamente contenta. Y aunque notaba el calor de la bebida tiñendo de arrebol sus mejillas, no podía reparar en ello. Solo podía sonreír como una tonta a Evan. - De acuerdo, demos un pequeño paseo. - asintió uniendo su brazo al suyo para que la acompañara hasta su habitación. Le había encantado su gesto caballeroso y también la broma oportuna que había hecho llamándola "dama de barro", pero por supuesto Fiona no se lo iba a reconocer.

Intentó calmarse mientras salían juntos de la cocina. Por los antiguos dioses, Fiona, relájate. - estaba nerviosa y preocupada. Era tan fácil que alguien se inventara un chisme sobre ellos, si aquello llegaba a oídos de Lord Rhys podía traer graves consecuencias para ambos.

Suspiró tratando de no prestar atención a sus pensamientos. Volvió a retomar el tema de Sloth recuperando las palabras anteriores de Evan. Así le sería más fácil distraer su mente y no mostrar su nerviosismo. - Es más inteligente de lo que demuestra, solo que durante toda su vida, las personas de su alrededor lo han maltratado degradando su autoestima. Seguramente no te cuente nada sobre él - se encogió de hombros. - Pero no pierdes nada por intentar ganarte su confianza... - añadió mirándolo de reojo. - ...con cuidado. - sonrió de nuevo.

Igual se sentía mareada y confusa por lo que estaba experimentando. Por una parte deseaba llegar a la habitación y despedirse de Evan, por otra... Oh, no quería que aquel momento mágico e irreal se terminase.

Evan sonrió y asintió a Merol.

-A mi también me ha gustado hablar contigo.- Ahora debía ir hacia los establos, algo le decía que sus caminos se separarían, pues seguramente Merol no visitase a los caballos tan pronto. - yo ahora debo ir hacia allí-

Evan sonrió asintiendo.

-Con Sloth nunca se sabe-

Los pasillos estaban vacíos y ya limpios. Las antorchas y velas iluminaban el lugar con sus titileantes llamas. La tormenta había dejado paso a una lluvia constante que envolvía la fortaleza de la música rítmica que provocaban miles de gotas al caer sobre ella. Al menos los truenos y relámpagos se habían alejado lo bastante para ser tan solo destellos y ecos en la lejanía.

Evan caminaba despacio para evitar que Fiona tropezarse. Era difícil saber hasta qué punto le había afectado el alcohol, pero lo más sensato era comportarse cuidándola de más. De otro modo ella podría pasarlo mal.

Mientras caminaban Evan le explicó una anécdota divertida que le había sucedido en los establos aquella tarde.

Salvaje, un caballo negro excesivamente curioso, había decidido indagar si Evan escondía algo entre sus ropajes. Evan estaba distraído reparando el pesebre del box de Apache. En un momento el caballo agarró un bolsillo de su pantalón y lo arrancó de cuajo antes de que Evan pudiese reaccionar. El susto y la sorpresa del jefe de caballos fué considerable. Así como lo que significaba sentir el fresquito que alcanzaba a parte de sus posaderas.

Finalmente llegaron a la puerta de la habitación de Fiona. Evan se detuvo allí, ella decidiría si entrar sola o si quería que el entrase. A Evan siempre le gustaba ver a Kyle, pero quizás Fiona prefiriese entrar y acostarse directamente.

LA BODEGA.

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Ya no habrá posibilidades de hacer otra cosa o de ir a otra escena, tendréis que terminar esta y después iros a la cama. Es demasiado tarde.

LOS PASILLOS / DORMITORIO DE VISERYS TARGARYEN

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LABORATORIO DEL MAESTRE

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DORMITORIO DE ASTRID

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El colgante parece de buena calidad