Partida Rol por web

Viserys se había quedado apartado en un rincón. La sala era fría y oscura, y ante ellos se hallaba la cripta de Ser Richard Risefeller. Se sentía ligeramente aburrido e incluso molesto por tener que haber bajado hasta allí. De pronto pudo ver como el ama de llaves llegaba hasta allí. Viserys llevaba ya dos noches en el castillo. Había regresado antes de ayer y no le había dado tiempo a partir antes de que empezara la fiesta. Hoy hacía un tiempo de locos y no podría coger el caballo para marcharse. 

Cuando llegó Ginevra, Targaryen apartó la mirada para no cruzarse con sus ojos. Estaba claro que no tenía ninguna intención de hablar con ella. Lo mismo sucedió cuando el resto de personal iba llegando a la cripta.

John no sentía ningún entusiasmo por hablar con el hombre de cabellos blancos. Si su señor le permitía la estancia, él no abría la boca ni daría motivos para que se sintiera ofendido, de modo que ni siquiera le miraba directamente.
Tomo asiento y bajo la cabeza, haciendo como que rezaba cuando en verdad estaba sumido en sus propios pensamientos. Solo alzo la vista un momento para dedicarle un gesto amable a Ginevra.

Pudo ver que no iba a dirigirle ni la palabra ni la mirada. En su primera visita había visto a una suerte de mesías. Aun no se podía formar el juicio hacia el hombre por cuyo hermano y sobrinos su padre dio la vida.

Cuando vino esa vez ardí en deseos de mostrarle la joya de los Velarion que a duras penas logró rescatar mi madre. Siempre la cargo, oculta en el forro de un botón. Pero no iba a tener tiempo a mucho más, y no sabía que podía suceder o cuando podría llegar alguien.

Es un Targaryen. El verdadero príncipe. ¿Por qué no puedo simplemente hincar la rodilla y confiar en él?

Sabía la respuesta. El tiempo la había hecho desconfiada. Solo se fiaba de los dioses, y aun podía enojarse con estos. Lord Rhys y el maestre habían roto su confianza de muchas maneras, además de que los años le habían dado malicia.

Y el diario... Más las acciones extrañas e impropias del Targaryen.

Se puso una máscara de inocencia y devoción, una máscara que años atrás fuera su verdadera cara.

- Por mi bajo rango no tengo derecho a esperar respuesta vuestra y es un atrevimiento hablar sin permiso, pero por mi sangre Velarion estoy a vuestro servicio.

Cerró la boca. No esperaba que confiara en ella, y aun se estaba formando su juicio. De lo que él respondiera o no podrían depender muchas cosas. Estaba aun tanteando el terreno. Aunque no duraría más de dos días en la Fortaleza de Sangre, por lo menos iba a dejar a su amigo a salvo. Y a sus primas, Miria y Tabitha no tenían la culpa. Aunque debía confesar que no le molestaría una buena maldición contra Edric Colina y el maestre.

Asintió con la cabeza. Generalmente se mostraba dura y hasta algo fría e iracunda con todos, pero con John y varios que la habían conocido antes no era así. Además, la hija de Kalhan se la había ganado.

Se acercó a Gwen, la criada con la que compartía habitación. Su expresión volvía a ser de autoridad.

- Tengo varios pendientes que necesito ver contigo. - miré a la efigie de Richard Risefeller. No era decoroso hablar de asuntos banales frente a un sepulcro. - Venid conmigo un momento. 

- Por supuesto, señora...- dije mientras seguía algo asustada ya que me esperaba una buena bronca seguramente por algo que había hecho. Antes de salir de la estancia, hice una pequeña inclinación y salí de la estancia con Ginevra.

John se canso pronto de estar sin hacer nada cuando tenia tanto por hacer. Esperaba que bajara alguien y diera algunas palabras pero como tal cosa no sucedía, la limitada paciencia que poseía se termino.
Con un ultimo gesto de respeto hacia el caído se dirigió a la puerta y puso paso hacia sus deberes.

Al escuchar unos pasos tras ella, Tabitha detuvo los suyos para poder ver quién la seguía... Al ver a Lenia girar una esquina sonrió aliviada. Teniendo invitados por casa y con supuestos primos que querían casarse con ellas o con sus sirvientas para hacerse con el control de la familia, nunca se debía bajar la guardia. 

Pensaba que estaba todo el mundo aquí, pero eso está muy silencioso -le dijo Tabitha, evitando usar un tono alto de voz por si los demás estaban rezando. 

Miró de nuevo en todas direcciones y volvió a mirar a su hermana menor. Era con la que más complicidad tenía de todas. Con Mira también se llevaba estupendamente, pero era solo una niña... con Lenia se llevaban poco, por lo que todos los recuerdos que tenía era con ella ya a su lado.

No siguió avanzando, al contrario de eso dejó que su hermana se acercara y ella también se acercó. Tabitha estaba inusualmente seria, teniendo en cuenta que ella no solía estar nunca seria. 

¿Qué te ha parecido la reunión? Alyra dirá lo que quiera, pero Astrid va a intentar pisotearnos a todas para quedarse con la herencia -no tenía que fingir delante de Lenia, sabía de sobras que no se llevaba bien con su hermana más mayor. Tabitha consideraba que se lo tenía demasiado creída "y ni siquiera es tan guapa". En realidad no la culpaba, se había estado preparando toda la vida para eso como para que ahora amenazaran con quitárselo-. ¿Y ese Edric Colina? -miró de nuevo a ambas direcciones- ¿Desde cuándo hay un bastardo en la familia?

Doble la ultima esquina para llegar a la cripta pero solo estaba Tabitha allí, lo que por cierto me alivio en demasía ya que era con la que mejor me llevaba de mis hermanas, mis recuerdos eran enteramente con ella, de pequeñas siempre pasábamos tiempo juntas, después llego Alyra y también se nos unió, por ultimo Mira que había sido la última.

Pero nosotras dos habíamos estado bastante tiempo juntas sin mas compañía que la una y la otra.

-Alyra intenta ser optimista pero está claro que Astrid sabe lo que quiere y eso es ser la primera en casarse. Pero quien me preocupa es padre y también Eric Colina, no lo conozco en persona y no he oído hablar de él pero si puede que haya estado oculto como bastardo, me gustaría mirar algunos libros por si todo es mentira, ya sabes, esos libros donde aparecen todas las casas, los hijos de los hijos....-comente a mi hermana mayor acercándome a ella.

-Creo que sería demasiada responsabilidad para nosotras y las pequeñas, dejemos que Astrid se case y cometa los errores, no digo que si encuentras a alguien que te guste y te haga feliz no debas casarte pero no de forma tan precipitada-digo, parezco yo la hermana mayor.

Asintió a sus palabras, lo de los libros era buena idea. 

Dijo que era el hijo bastardo de uno de nuestros tíos, ¿no? -ya no recordaba a quién había o a quién no había conocido, por lo que estaba bastante segura que aquellos libros iban a ser útiles, al menos para ubicarlo en algún lugar.

Torció el gesto y como si estuviera emparanoiada con que las escucharan volvió a mirar hacia adelante y hacia atrás y se acercó más a Lenia, ahora ya no hablaba en voz baja, sino en susurros:

Siempre podemos quitarlo de en medio -se encogió de hombros, eso no era propio de ella... Pero sí lo era la frase "A grandes males, grandes remedios", y Edric Colina era un gran mal que acechaba a su familia-. Se rumorea sobre una maldición en la familia Vaelys, no sería nada raro que también le afectara a él... 

En cuanto habló de dejar que Astrid se casara, Tabitha arrugó sutilmente el ceño. Era obvio que no le agradaba la idea de dejar el destino familiar en manos de Astrid... 

No creo que esté preparada, tú serías mucho mejor heredera que ella y lo sabes. Después de lo que le ha pasado a su prometido... -puede que al final sí que hubiera una maldición en la familia- No creo que debamos cerrarnos las puertas, somos el Segundo y Tercer Plan si el Primero falla. Por lo que a mí respeta voy a conocer a los invitados... No me interesa casarme, pero tampoco me interesa quedarme en la calle, y eso es lo que pasará si alguno de nuestros primos se casa antes que alguna de nosotras. 

Así que iba a casarse si era preciso, al fin y al cabo, muchos maridos fallecían prematuramente. Mira el prometido de Astrid. 

Vio claramente que Tabitha se acercaba a ella mucho más para limitar su voz a simples susurros, claramente tenía bastante miedo de que alguien nos escuchase.

-Debemos buscar esos libros, seguramente los tenga el Maestre o el Septón-comento también en susurros.

Cuando menciona la opción "quitarlo de en medio" en mi rostro se dibujo una expresión de asombro.

-¿no estarás pensando en....? bueno, podría ser una opción o también podríamos recurrir al chantaje, seguro que tiene a alguien especial o algo que le importe, si descubrimos ese algo le tendremos entre la espada y la pared-

Cuando me propuso para ser heredera le conteste:

-bueno, digamos que soy más "sociable" que Astrid pero tampoco creas que me llama la atención ser la heredera. Oh, sí. la desgracia del pobre Richard. aunque no se que habría sido peor, si morir o vivir con Astrid, al menos ahora descansa en paz-dije haciendo una broma aunque normalmente no hacia bromas de los muertos.

Cuando dijo lo del segundo y tercer plan:

-Sí, ciertamente. no me gustaría ver a la pequeña Mira ante un altar, al menos no ahora mismo....-murmure.

Asintió a lo de los libros, no tenía nada de raro pedir unos libros para ver el árbol familiar, y más si el Septón estaba en la reunión, debía saber exactamente para qué los querrían, por lo que esto no le preocupaba especialmente.

En cuanto al tema de Edric, asintió... Sabía que su idea era muy radical, pero se alegraba en parte que Lenia no lo rechazara directamente. Si su idea no funcionaba, de la que estaba totalmente de acuerdo de hacer primero antes que quitar a alguien de en medio de malos modos, siempre podían recurrir a la otra. 

De acuerdo, pero habrá que investigarlo a fondo... Y si lo hacemos nosotras será demasiado sospechoso. 

No pudo evitar esbozar una sonrisa divertida cuando mencionó a Astrid. Una sonrisa danzarina tan típica de ella y tan poco formal en un sitio como aquel, precisamente iban a ofrecer sus respetos al hombre del que se estaban burlando. Aunque a su defensa diría que se estaban burlando de su hermana mayor. Desde luego se había sacado un buen peñazo de encima. 

Pero ante la mención de Mira arrugó el ceño. 

Debemos proteger a Mira -asintió.

La verdad es que era una buena idea la de buscar los libros.

-si no es de la familia y no aparece en los libros sería un buen chantaje, nos dará lo que le pidamos por no desvelar su secreto y en el caso de que si fuera pariente nuestro podemos aun así buscar información sobre él-explique a mi hermana.

La gracia sobre Astrid había surtido efecto sobre su hermana mayor, tenia razón en ese caso.

-Seguro que Richard habría preferido a alguna de nosotras a la aburrida y formal Astrid-dije.

Asentí cuando dijo que debíamos proteger a la más pequeña.

-Espero que te encuentres bien donde quiera que estés, Richard. Y no nos estamos riendo de ti, te honramos....-dije dirigiéndome a la tumba del fallecido esposo de Astrid.

Veía poco probable que no apareciese en los libros. Su padre había afirmado que él era su primo bastardo, y no lo habría hecho de no estar convencido de esta realidad. Pero siempre podían comprobarlo y llevarse una grata sorpresa... Aunque si no salía en los libros ella misma convencería a su padre para echarlo a las perreras. 

En cuanto a Richard, hizo una mueca de desagrado. 

Él también parecía que llevaba un palo en el culo -bromeó, refiriéndose a la formalidad y seriedad del hombre. 

Cuando Lenia se dirigió a la tumba, Tabitha la miró fijamente... Sin poder evitar otra sonrisa cuando su hermana dijo que "lo honraban". 

No puede quejarse, somos las únicas que estamos siendo sinceras -se encogió de hombros. 

Miró alrededor y no parecía que allí fuera a ir alguien más, habían terminado muy pronto la reunión. ¿A dónde se suponía que habían ido los demás? Miró a Lenia y después dirigió la mirada hacia la salida. 

Deberíamos ir a asearnos, mañana es la fiesta, ya sabes... Debemos estar relucientes para engatusar a algún pobre incauto -no podían culparse, puede que los Vaelys tuvieran aquella maldición a causa de la belleza de sus mujeres, ni una de las hermanas se podía considerar fea o del montón. 

Mire a Tabitha, era cierto que Richard era demasiado formal y serio, aunque procure intentar conocerlo al fin y al cabo iba a ser miembro de la familia,

iba pensé mirando a mi hermana y dedicándole una sonrisa.

-Me pregunto si sus hermanos habrán pasado por aquí, ¿tú has visto a alguien?-pregunte.

Vi como Tabitha miraba a la salida y después decía que había que prepararse para la fiesta, quería retirarse, seguramente hubiera estado haciendo cualquier cosa y estaba cansada, asentí.

-Tabitha, procura no salir o el barro arruinara tu bonito vestido-le dije a modo de despedida con una sonrisa.

Me dirigía a la salida a continuación de ella para salir de la cripta.

Deberían. 

Pero al parecer ya todo el mundo se había ido. Así que Tabitha simplemente se encogió de hombros y sonrió a lo de no salir con la lluvia y el barro... Tenía razón, hoy ya se había ensuciado suficiente y tocaba un baño y asearse un poco para por la mañana estar lo mejor posible. 

Sí, madre -se rió. 

Las dos iban a la misma dirección, ya que tenían el dormitorio en la misma torre y planta, pero Tabitha decidió cambiar el rumbo en el último momento. 

Voy a saquear la despensa, te veo por la mañana, hermanita.

Caminando lentamente, Lord Rhys llega a la cripta para atender el mensaje que le llevó Sebastian. Espera que nadie más del castillo se haya percatado de que descendía pero, aun así, cualquiera podría pensar que venía a rezar, ya que el día era importante para el futuro de sus hijas y de su Casa.

¿Qué querría Ginevra? Hacía esfuerzos para no toser, sobre todo cuando entró en la cripta y el aire frío y húmedo penetró en sus pulmones. Solo pensar en ella en un día como hoy me pone un poco nervioso.