Partida Rol por web

El campo de los Soldier fue construido en 1924 en memoria de los soldados caídos durante la primera guerra mundial, con estilo “Greco-romano” el campo consta de dos zonas decoradas con columnas dóricas. Estas columnas se elevaban por encima de las gradas del estadio haciendo que el conjunto recordara a antiguo circo romano, actualmente las nuevas gradas tapan las columnas que solo pueden verse desde el exterior.

En sus inicios el campo solo se para el College All-Star Gameusaba, un partido anual entre el ganador Superboel y el ganador de la liga universitaria. Luego paso a ser sede de la Chicago Sting, seguidos de los Chicago Fire para llegar a los actuales Chicago Bears y otros equipos menores en otras ligas de Football americano. En él también se jugaron varios partidos de la copa de futbol de 1994, entre los que se encuentran los que juego la selección Española en ese mundial.

El trayecto desde el museo de Historia natural hasta el estadio era corto, solo había que atravesar un parque a orillas del lago Michigan. El parque se encontraba totalmente desierto, al igual que el estadio con capacidad para 61.500 personas. Los grandes aparcamientos están totalmente desiertos salvo por un par de coches abandonados. Aún quedaba unos 45 minutos hasta el encuentro, tiempo de sobra para entrar en el estadio y registrarlo, pero esta vez no os había dicho nada de los guardias de seguridad. ¿Estarían avisados o habría que esquivarlos?

Llegamos con tiempo necesario al estadio. Lo primero que me llama la atención es la falta de seguridad en los alrededores y las entradas, si algo se protege en los estados unidos son los campos de fútbol, seamos claros, o lo tienen preparado o nos estamos metiendo en la boca del lobo. Aparco la moto en una de las salidas por si necesito un vehículo rápido de huida. lo tengo tan metido en la cabeza que ya lo hago de forma automática sin necesidad de imponérmelo como una rutina. Cuando he escogido el lugar idóneo para aparcar, me bajo sin llamar la atención y comienzo a prepararme. Al poco tiempo estamos los tres juntos.
-¿Vais armados?
Saco las dos Deserts y me las coloco en la cintura, con su funda, colocadas en la espalda, evitando que se vean a simple vista, cubiertas por la chupa de cuero. Les coloco el extensor de cañón que sirve de silenciador con estudiados movimientos que apenas me requieren concentrarme en el momento, pudiendo mirar a mis improvisados compañeros.
-Ir armado a una presentación con el príncipe es un ritual de confianza. Lo predispones a confiar en ti, nadie en su sano juicio atacaría a un príncipe de frente en su refugio, es un suicidio, sin embargo dejar tus armas bajo la custodia de su guardia personal significa que te acoges a la seguridad que te ofrece alguien de su posición. Es una idea arcaica que se ha perdido en el tiempo pero que cualquiera que haya leído un libro, visto una película o estudiado el medievo europeo, tiene grabada en su cabeza. Os puede parecer una tontería, pero la primera impresión es importante.
Termino por colocarme la Katana en la espalda, y les miro directamente a los ojos a uno y a otro.
-¿Queréis que pensemos qué decir antes de peinar el estadio o vamos a la aventura?

Imitando a Thomas saco mi pistola fiel que me ha acompañado hasta el momento y mirando lo que nos rodea respondo:

Mejor revisemos este lugar ya pensaremos en lo otro si llega el caso.

James se turbó ligeramente al ver cómo sus compañeros enseñaban las armas sin pudor alguno. Joder, yo siempre voy cubierto, pero no hace falta lucir la pipa así como así.

-¿Queréis que pensemos qué decir antes de peinar el estadio o vamos a la aventura?

 James se encogió de hombros ante la cuestión. No sé tío, yo prefiero oir, ver y callar. Ya si nos preguntan improvisaremos. Yo ahora quiero asegurarme que puedo escapar de aquí lo más rápido posible si fuera necesario.

Entonces James dio un rodeo, sin perder de vista a sus compañeros, por si hubiera que pedir ayuda, echando un vistazo al exterior, a la seguridad de la zona y demás.

Después de lucir las armas empezáis a recorrer el perímetro de seguridad del estadio. La seguridad es bastante simple, aparentemente, solo hay cámaras y candados en las puertas. Los estadios de futbol no son un objetivo primordial donde robar, la seguridad se dejaba para los días de partido.

Decido revisar primero el exterior de la instalación para ver si la sorpresa está por fuera o nos quieren cortar la huida, una vez recopilada la información decido colarme dentro del estadio saltando por una de las paredes hasta llegar a una grada teniendo cuidado de no ir por una zona con cámara o que aparezca un guardia.

Conoces algo de cámaras y sistemas de seguridad pero el estadio es muy grande y no tienes todo el tiempo del mundo para revisar todo el exterior, así que eliges lo que parece ser un ángulo muerto entre dos cámaras.

Las cámaras de seguridad indicaban dos cosas: la primera que seguramente no habría guardias patrullando por el estadio y la segunda, que al menos habría dos guardias en una sala de control de video vigilancia dentro del estadio.

Marcus se acercó a una zona que parecía ser un punto ciego entre dos cámaras, y con movimientos hábiles empezó a escalar por la pared. La escalada era sencilla, las piedras y ladrillo dejaban buenos asideros para agarrarse, y rápidamente Marcus consiguió llegar hasta la base de las columnas dóricas. Desde este punto era fácil acceder hasta las gradas por las escaleras de emergencia, y desde las gradas solo habría que descender hasta el césped.

Pero el tiempo apremiaba entre mas tiempo pasar decidiendo si escalar o tirar una puerta abajo, menos tiempo tendrían para inspeccionar el interior del estadio.

James se encogió de hombros al ver a Markus acceder hasta tan alto de manera tan sencilla. Visto que no eracapaz de ver un plan mejor, decidió seguirle en la escalada. Le costó, pero poco a poco consiguió alcanzar la posición de su compañero.

Di una vuelta de rigor a pie para evitar sorpresas pero estaba más atento del exterior que de lo que podría haber en el interior. De todas formas, Markus y James estaban dando una vuelta también, no lo diré en voz alta pero... Me relaje bastante.
Markus encontró un buen lugar para saltar el muro y lo hizo con una facilidad pasmosa. Me dispuse a seguirles y dejar de perder un valioso tiempo en seguir persiguiendo fantasmas.
Casi podría asegurar que llegué al suelo antes que James, pero no estamos compitiendo. Equilibrado y listo, me agazapo buscando cobertura y me dispongo a buscar posibles emboscadas, así como preocuparme de que no nos pesquen los guardas jurados.

James escala con torpeza la pared pero Thomas lo hace rápidamente, parece que lleva años practicando escala. Una vez en la base de las columnas dóricas acceder a una de las escaleras de incendios es fácil, la escalera no están cerrada y estas dan directamente a las gradas. ¿Alguien las habría dejado abierto a propósito?

Las gradas estaban totalmente vacíos y se precipitaban una tras otras en hileras hasta el césped cubierto de nieve. En el centro del césped, a la altura de la línea de 45 metros se encontraba la única persona de todo el estadio, aunque desde tanta distancia solo era un punto negro en mitad de la blancura del campo. ¿Seria Neally?

Empezáis el descenso hacia el interior del estadio y comprendéis la imposibilidad de “peinar” todo el estadio, necesitaríais toda una noche para poder recorrer todos los palcos, anfiteatros, baños… era una tarea imposible. Si el estadio era una trampa ya estabais dentro de ella.

Finalmente llegáis a la valla de publicidad que separa el campo de las gradas. La persona del centro del campo efectivamente es Neally, que espera con los brazos cruzados mirando el cielo. Al veros aparecer indica con la mano que os acerquéis.  Valoráis la situación, llegar hasta la posición de Neally es fácil. El problema era si el helicóptero no aparecía, entonces habría que recorrer esa misma distancia en dirección contraria mientras y eso implicaría estar varios minutos expuestos a los rayos del sol hasta poder alcanzar los vestuarios o la sombra de las gradas.

Miro hacia Neally con reticencia. Pero poco hay que podamos hacer ya.
-Bueno, la suerte está echada.
Salto al campo y voy hacia Neally.

Refunfuñando por debajo mira con desgana donde esta Neally y me dirijo alli con paso firme y dispuesto a todo si necesito escapar.

Tras un poco mas de insistencia, James decide acudir a donde esta Neally. Una vez todos juntos el lugarteniente de Lodin os mira con una media sonrisa. Parece disgustado. Veo que el resto del grupo ha decidido no cumplir el protocolo. Hay personas necesitan de un “aviso” para aprender. Aunque Neally esta disgustado, parece tranquilo, no le molesta que el cielo se este empezando a teñir de rojo con los primeros rayos del sol.

El inconfundible sonido del rotor de un helicóptero irupé en el estadio. Un helicóptero de la policía de Chicago aparece sobrevolando el campo desde el oeste, el helicóptero da un par de vueltas al estadio antes de descender. Durante los pocos segundos que tarda en dar las vueltas al estadio las sombras de las gradas comienzan a alargarse y el color del cielo comienza a iluminarse poco a poco, un escalofrío os recorre la espalda y una voz en vuestro interior grita desesperada. Es la bestia, la conciencia animal de todo vampiro, que pidiendo a grito que salgáis corriendo del estado.

Finalmente el helicóptero toma tierra levantando una gran polvareda. La parte trasera del helicóptero está totalmente protegida de la luz del sol, las ventanas han sido sustituidas por planchas de metal que impiden que cualquier rayo de sol pueda penetrar en el interior.

Del interior del helicóptero sale un rostro conocido, es el ayudante del sheriff que os mira extrañado. ¿Solo son tres, y el resto? ¿No eran cinco?. Neally no se molesta a contestar y simplemente se precipita hacia la seguridad del interior del helicóptero. Los primeros rayos de sol comienzan a sobrepasar las gradas, solo faltan unos segundos para que el sol ilumine completamente el campo. Venga, subir. Grita el ayudante del sherrif.

Miro hacia el cielo.
-Para dar avisos es necesario no morir. Eso lo sabes ¿No?
Le devuelvo la mirada a Neally. Aunque me preparo por si tengo que volarle la cabeza, pero el sonido de un helicóptero hace que me lo quite de la cabeza. Al parecer han cumplido su palabra. Pero algo se me hace muy difícil concentrarme. Hago uno de toda mi voluntad para centrarme. Entro en el helicóptero de seguido.

Paso olímpicamente de los comentarios de Neally y del ayudante del sheriff y entro en el helicoptero, justo cuando entro me empieza a entrar la modorra y decido colocarme y recostarme a un lado del aparato, no obstante intento mantener los ojos abiertos vigilando a Neally y al ayudante del sherif.